Luchare por ti
Cassandra es jefe de brigada y su vida se basa en su trabajo el amor no llegga a su puerta hasta que............
LUCHARÉ POR TI
Por: La Bardita
Grecia, ciudad, Atenas, era una tarde de mucho sol, un día espectacular esos que te dan ganas de vivir, lástima que me encontraba en una situación que mi mente en estado de shock no podía decirme mucho, la herida me dolía, la bala había traspasado una parte de mi cuerpo, el dolor era inmenso, y comencé a divagar, mis recuerdos de infancia y adolescencia me estaban invadiendo la mente, ¿acaso era eso que decían muchos que habían estado al borde de la muerte?, ¿que les pasaba la vida como una película en un instante?, sólo sé que él me sujetaba entre sus brazos, la única persona que consideré amigo, ¡ja! ¿amigo?, siempre fui muy cerrada, nunca tuve amigos, pero él era especial pues fue el único que llegó a ser mi amante sin condiciones... alguna que otra vez para satisfacer nuestras necesidades físicas, aunque por mi parte estaba segura que no era amor, ese amor que te toca el alma una vez en la vida, ese amor que nunca conocí, una vez en mi adolescencia pensé que lo había encontrado, pero fue de nuevo algo sin importancia solo tratar de descubrir el cuerpo de una adolescente y así pasé mi primera vez, en manos de una mujer, sí, en manos de una mujer, y así descubrí desde temprana edad que los hombres no eran para mí, me sentía distinta con ellos, eran mas camaradas de juegos que hombres para mí, me llamaban la atención solo como personas que adornaban mi vida en el colegio del orfanato, pero nunca sentí deseos por ellos, y me sentía mal, extraña, al escuchar a las otras niñas hablar de los chicos, ¡qué cuerpo perfecto!, ¡qué esto!, ¡qué aquello!, los músculos, la espalda, ¡qué ojos!, ¡qué guapo!, y me preguntaban que me parecía éste o aquel, y yo solo respondía con una sonrisa tímida... es lindo, y en mi interior sabía que tenía ganas de decirle... pero más me gustas tú... y se entusiasmaban y se maquillaban para parecer mas guapas, y los chicos muy simpáticos, sólo apostaban entre ellos a quien iban hacerle el amor primero, con quien perderían su virginidad, las chicas ansiosas por estar con el mas guapo, pero el mas guapo luego supe que no siempre es el mejor en la cama, hay de todo... y para todos los gustos, ¡los gustos! ¡¡¡ayy!!! una vez mirando como Eunice (la victoriosa) se arreglaba su cabello lacio y negro, de pronto me ruboricé al pensarla desnuda... se acercó un momento y al rozarme con su brazo, temblé... no entendí mi reacción, y por otro lado también estaba Narciso, él sí que era bello, como su nombre lo indicaba, y también lo imaginé desnudo, ¿cómo sería ver a un hombre desnudo?, una cuando es niña se imagina tantas cosas.
En el orfanato, donde yo me encontraba, "Polixena" (la hospitalaria) había niños y niñas esperando ser adoptados, allí mientras tanto nos daban de comer y una buena educación, los niños dormían en una habitación, las niñas en otra, estaba todo muy bien organizado y muy bien cuidado, yo los conocía desde chicos, siempre estábamos juntos los tres, pues el resto no duraban mucho los adoptaban enseguida, pero como Eunice tenía un pequeño problema con su pierna, nadie quería adoptarla, la maldad humana estaba en todos sitios, si alguien hubiera preguntado por su belleza interna, hubieran hecho fila para llevársela y darle el amor, la educación y la vida que se merece todo mortal, así que se fue quedando junto a mí y Narciso pese a que era bello, ya se estaba haciendo mayor, pues no había venido de bebe, tenía mal carácter decían y lo devolvieron, como se devuelve un paquete y no un humano, ¡ja!, decir mayor, pensarán que era ¿de 21?... no, era un niño, pero para adoptarte tienes que ser bebe, ¡que horror!, discriminar y darte el lujo de elegir a quien le vas a dar amor, ¿acaso todos no somos iguales?, a medida que pasaba el tiempo me di cuenta de las diferencias y entre ellas, la de los chicos y chicas, en todo eso me puse a pensar mientras los imaginaba desnudos, y era obvio que me gustaba mas Eunice, a sus 14 años era ya una mujer... eso al menos me parecía, sus pechos redondos y fuertes, apretados por una remera sugestiva, me volvía loca, y a mi temprana edad, 11 años... los tres estábamos en la ebullición del sexo adolescente, donde quieres aprender todo y descubrir tu cuerpo, y el del otro, ¿qué había debajo de las ropas de un hombre? era una pregunta que no me dejaba dormir... pues de una mujer ya sabía, pues me veía de vez en cuando, confieso que nunca le di mucha importancia a mi cuerpo... pero... ¿y un hombre? tenía que averiguarlo, así que cierto día me escondí en el baño, esperando a Narciso... quien se asustó mucho al verme...
Narciso: ¿quién anda ahí?
Casandra: soy yo, no temas...
Narciso: ¿temer?... ¿a una mujer?
Casandra: ¿por qué, no?
Narciso: porque ustedes nos deben temer a nosotros, somos los hombres los que dominamos el mundo...
Casandra: mmm... estas con ideas muy obsoletas y atrasadas ¡niño!...
Narciso: ¿niño?... ya soy un hombre de 13 años...
Casandra: ¡uauuu, qué grande!... ¡niño!... (lo miré de arriba abajo)
Narciso: ¡soy un hombre, ya!...
Casandra: mmm... ¿sí?
Narciso: ¡sí!...
Casandra: pues si eres hombre, desnúdate...
Narciso: ¡¿qué?!
Casandra: eso, un hombre se desnuda ante una mujer...
Narciso: ¡ja!... tú no eres una mujer...
Casandra: ¡ah! ¿¿no??
Narciso: pues no, tú no has estado con ningún hombre...
Casandra: ¿y qué tiene que ver eso?...
Narciso: ¿ves? no sabes nada de la vida... una niña como tú se hace mujer, cuando esta con un hombre...
Casandra: yo soy mujer porque nací mujer y punto...
Narciso: pero una mujer sin un hombre, no es mujer...
Casandra: entonces un hombre sin mujer, ¿no es hombre?... no entiendo...
Narciso: un hombre siempre es un hombre... no hay mucho que entender...
Casandra: Narciso... y tú... me mostrarías... como es ¿un hombre?
Narciso: mmm... ¿a qué te refieres?...
Casandra: a eso... quiero verte desnudo...
Narciso: estas loca...
Casandra: me dijiste que eras un hombre, quiero, quiero verlo... quiero verte...
Narciso: y tú... mmm... ¿me dejaras verte? como...
Casandra: ¿cómo qué? ¿acaso tú nunca viste, una mujer desnuda?
Narciso: (se puso colorado... y bajó la cabeza) no...
Casandra: entonces estamos iguales...
Narciso: iguales no, porque tú te has visto desnuda...
Casandra: jaja cierto... tú también... y... Narciso... ¿cómo es?
Narciso: ¿cómo es, qué?
Casandra: bueno, tú... eso que llevas entre las piernas...
Narciso: pues... bueno... mejor... te lo muestro... (Narciso se bajó los pantalones lentamente estaba muy avergonzado, más Casandra estaba curiosa, hacía días que quería saber como era un hombre, y como era ver a otra mujer desnuda... su primera oportunidad ya la tenía a la vista)...
Casandra: mmm... es largo...
Narciso: sí, jeje...
Casandra: y... ¿cómo es?... no sé... (se acercó) ¿puedo tocar?
Narciso: sí... supongo que sí, es como tocarme... ¿el brazo?, forma parte de mí...
Casandra: (tímidamente con un dedo, rozó el miembro de Narciso)... es blandito...(se entusiasmó) es suave, (ya tenía dos dedos acariciando... Narciso estaba volando... y gritó muy fuerte cuando Casandra lo apretó con su mano)...
Narciso: ¡ayyyy! ¿qué haces? ¡bestiaaaaaa! (se separó hacia atrás)...
Casandra: lo siento, no fue mi intención... perdona...
Narciso: (tenía agarrado su miembro con cuidado y un dolor inmenso) eres de lo peor... esto es muy delicado... uyyyy... (daba pequeños saltitos)... me lastimaste...
Casandra: perdona... es que... me deje llevar... me dio ganas de apretarlo... pero ¿sabes? esto mucho no me gusta... ¿y a ti?...
Narciso: ¿a mí?...
Casandra: sí, quiero saber... ¿te gustó que te tocara?
Narciso: sí, no te imaginas cuanto, sentí algo muy extraño... hasta que me apretaste...
Casandra: debo irme... ya vi lo que quería...
Narciso: oye, espera, ¿no quieres saber más?
Casandra: no, con eso es suficiente... (esto no es para mí, pensó, me gusta mas Eunice)...
Narciso: está bien, tú te lo pierdes...
Casandra: que me puedo perder si tú nunca estuviste con una mujer, seguro no sabes nada de nada...
Narciso: no me ofendas, los hombres nacemos sabiendo...
Casandra: jajaja eres muy gracioso...
Narciso: bueno... practicaré... y veras que luego te mostrare lo que sé hacer... (enfadado)
Casandra: no gracias... ya no quiero saber nada... deberías practicar con otra, mejor deberíamos hablar con personas que saben de esto ¿no crees?
Narciso: sí, en eso tienes razón...
Casandra: yo hablaré con Xenia (la que da hospitalidad) y tú con Gregorio (el vigilante) él sabrá como es esto del sexo... es muy mayor... debe tener experiencia...
Narciso: estoy de acuerdo, cuando tengamos experiencia hablaremos de nuevo...
Casandra: me parece bien...
Y así luego de varios días, después de ver a Eunice mientras se desnudaba, supe que era lo mío, allí me sentí diferente al día que vi a Narciso desnudo, sé que me excite, no sé ni que era, pero era un calor interno, que sentí que me quemaba, ¡Dioses! que bella era esa niña, esa mujer... sus pechos eran grandes y quise arrojarme hacia ellos, pero hubo algo que me lo impidió... mi conciencia, ¿dos mujeres juntas? eso estaba mal... pues los que venían a adoptar siempre eran un hombre y una mujer, los matrimonios eran de hombre y mujer, me quedé pensando, y esa sería otra pregunta que tendría para Xenia, mi madre, la dueña del orfanato, quien me había dado mucho amor incondicional, educación, una familia...
Y llegó ese día... que nos llega a todas, ya tenía 11 años, y me sentía muy mal, había pasado una semana horrible, me dolía todo el cuerpo, y me acosté temprano, Xenia estaba preparando la cena cuando me levanté angustiada, algo corría por mi interior y fui al baño, y la llamé a gritos... vino a mi encuentro y me sonrió, y yo la mire con miedo, y me dijo "ya eres señorita"... mi hija... y me abrazó tiernamente... ¡Dioses!, pensé, me estoy muriendo desangrada y ¿me abraza? llama a un médico por favor...
Xenia: hija... esto es normal para una mujer, te visitara una vez al mes...
Y allí me explicó todo, supongo que me lo tendría que haber dicho antes, me hubiera ahorrado el pánico... ya me sentía mejor... y supe que era el momento para hablar de todas mis dudas adolescentes con Xenia... por casualidad ella también quería hablar conmigo... a partir de ese momento, nos pusimos serias...
Xenia: hija, ven, quiero hablar contigo, ya es tiempo que sepas... (se quedó callada)
Casandra: sí madre, dime...
Xenia: quiero que sepas... bueno te explicaré algunas cosas que hacen los chicos y las chicas...
Casandra: a mí me dio la sensación que querías hablarme de otra cosa madre...
Xenia: ¿de otra cosa?... no, no, eso será mas adelante... bueno te explicaré...
Casandra: ¿mas adelante? ¿estás nerviosa, madre?
Xenia: sí, no te preocupes es que no es fácil hablar de sexo con una hija... en mis tiempos, nadie nos explicaba nada... así que escucha... (y yo me quedé pensando, había algo más en su mente que hablar de sexo, y luego con el tiempo supe, pues Xenia se animó a contarme la verdad)
Y así me explicó todo en lo referente al sexo con un hombre, pero yo quería saber que hacían dos chicas... pero no me animé a preguntar... y así pasaron 4 años... había cumplido 15 años, y estaba cada día mas entusiasmada con Eunice quien ya tenía 17 años, próximos a cumplir 18, ¡cuánta belleza!, pese a que rengueaba un poco, y a muchos no les gustaba, a mí me encantaba, al fin y al cabo nadie es perfecto, era tan dulce, y tenía tanta ternura, algo que a mí me faltaba, yo era muy seria y tímida... pero ella se portó muy bien conmigo, y terminamos descubriendo nuestros cuerpos una noche de luna llena, con unas cervezas de por medio, nos encontramos en la cama, haciéndonos dueñas del cuerpo de la otra, con la febril pasión de adolescentes... hasta que a la mañana siguiente Xenia nos buscó y nos encontró desnudas, nos quería matar, pero luego con el tiempo lo entendió... supo que así era feliz, y que más da... la vida es corta... y me gustaban las mujeres, aunque fue algo que oculté, una buena parte de mi vida, y aún a veces lo hago, hasta estar bien segura en donde me meto, ¿soy una cobarde? ¿o es que me gusta sembrar aun mas misterio a mi vida?... ¡ja! Eunice con el tiempo se fue del orfanato, al igual que Narciso, es más luego supe que terminaron juntos, me alegro por ellos, espero que sean felices... algo que yo nunca busqué, la felicidad... ¿una utopía? Mmm... ¿qué es ser feliz?... es tan difícil la vida para ser completamente feliz, creo y estoy segura que la felicidad completa no existe, siempre tenemos un problema, por mas pequeño que sea, siempre existe, la vida es una balanza de alegría y dificultades, pues ambas se complementan, no existiría uno sin lo otro, el bien y el mal... esto me parece que ya lo he dicho... ¿en otra vida? Mmm... meditaré...
Sólo sé que los eché de menos durante mucho tiempo... si alguna vez tuve amigos, ellos podrían haber sido, pero bueno, luego... el tiempo me llevó por otros caminos, me hice policía... tal vez para entender las conductas humanas, del por qué una mujer abandona a su hijo, el por qué de la violencia diaria, me dijeron que debía estudiar sicología, pero yo quería acción, y vaya que la tengo... o ¿la tenía?... aun sigo en contacto con el orfanato desde que Xenia murió trato de acercarme y ayudar en lo que puedo... ¿qué me pasa? veo sus ojos a lo lejos... no entiendo nada, acaba de pasar mi vida en un instante, como si hubiese muerto, al menos eso es lo que te dicen, que ves pasar toda tu vida frente a ti, cuando estás a punto de morir, acabo de recordar mi infancia, hace tanto de ello... ya soy una mujer de 32 años... sin nadie por quien vivir ni por qué luchar, en eso no cambié nada... siempre una solitaria... de pronto volví a mi terrible, y si podía ser, peor realidad... ¿estoy llorando? siento llanto y gritos a mi alrededor desconsoladamente, gente de blanco tocándome para hacerme reaccionar... gritando mi nombre, Casandra... o para los conocidos Cassie... al menos cumplí con mi nombre... "la que protege a los hombres y la mas bella"... que modesta mi madre Xenia, al ponerme ese nombre... vuelven las voces y ya mis ojos azules, no quieren abrirse...
Doctor: hombre, por favor, déjela...
Darío: quiero morir con ella... me ha ayudado mucho, sin ella no estaría aquí...
Doctor: déjeme ver sus heridas... además no esta muerta...
Darío: tiene mucha sangre... me salvó la vida.
Doctor: por favor... cálmese... déjeme ayudarla... si no me deja verla, no podré hacer nada...
Casandra: (el doctor me tomó la mano que sujetaba con fuerza el cuerpo de mi amigo y compañero, su nombre Darío Tolomeo (guerrero), agente especial de la brigada de drogas y secuestros... se supone que el jefe o sea "yo" debo cuidar de mis subalternos, y la herida soy yo, así que cumplí con mi deber, aun sentía su llanto, su consuelo, sus palabras)
Darío: shhh... amiga... ya estarás bien...
Doctor: seguro estará bien... la llevaremos al hospital y allí se repondrá, perdió mucha sangre, y la bala sigue alojada en la pierna se recuperará muy pronto ya lo verá...
Sandra: suéltala, vamos Darío deja que se encarguen los médicos, si no los dejas actuar siguen perdiendo tiempo, y entonces en serio la perderemos...
Casandra: (¿no estoy muerta entonces?... siento voces a lo lejos)...
Andrea: ¿qué diablos pasó? ¿cómo se nos pudo escapar la situación así de las manos?, eres un idiota, si se llega a morir te mato con mis propias manos, eso pasó porque últimamente estas muy distraído, y por salvarte a ti, mira que casi la matan...
Sandra: ya, ya... Andrea cálmate... nuestra profesión es así, estamos siempre en riesgo...
Andrea: pero no estar en riesgo por culpa de, de... ¡idiotas!...
Darío: ella, ella... yo... no vi cuando el delincuente me disparó... lo siento tanto... ella se interpuso... y casi la matan... (lloró desconsoladamente)
Andrea: los hombres no lloran... actúan... (dijo con odio)
Sandra: Andrea ya basta... fue un accidente...
Andrea: fue una negligencia... haré el informe...
Sandra: primero hablaremos con Cassie...
Andrea: Cassie esta en la sala de operaciones, no puede decidir nada, y soy la segunda a cargo... así que haré el informe...
Sandra: le arruinarás la carrera a Darío...
Andrea: ya se la arruinó hace tiempo...
Sandra: ¿que quieres decir?
Andrea: nada... yo me encargo de todo... luego iré a ver a Cassie...
Sandra: ¿te espero?
Andrea: no, tengo que pasar por Selene...
Sandra: estas muy enamorada...
Andrea: sí, es tan bella como la luna... su nombre lo dice todo...
Sandra: ojalá a mí me llevaran el apunte...
Andrea: Cassie es muy tonta, tal vez algún día se dé cuenta, cuanto la amas...
Sandra: ¿qué dices?
Andrea: no soy tonta...
Sandra: lo sé... pero ella... no se da cuenta... o no le intereso...
Andrea: ya lo hará...
Sandra: no lo hará... me he insinuado varias veces, y no me dice nada...
Andrea: bueno dale tiempo, ya sabes que es muy cerrada, no sabemos casi nada de su vida privada, y eso que soy con la que más habla... siempre que quiero saber que siente, saber algo de su pasado, me cambia de tema...
Sandra: ¿crees tú que le gusten los hombres?... bueno, sé que a veces sale con Darío... ¡otro que esta enamorado de ella!...
Andrea: hagan fila... sí, sé que algo ha tenido con él... pero no la veo con un hombre a su lado el resto de su vida...
Sandra: ¿lo dices en serio?
Andrea: sí, yo de esto sé mucho... tengo años... ja, ja...
Sandra: te cuento mi tragedia amorosa y... (le pegó en el brazo) ¿tú te ríes?...
Andrea: ¡¡ohhh!! el amor, el amor... es muy lindo y a veces muy cruel...
Sandra: sí, dímelo a mí... es terrible ver a alguien que amas todos los días, y saber que no te pertenece, que ni siquiera piensa en ti...
Andrea: tranquila... ya lo hará...
Sandra: sí, pero no en mí... y tengo miedo que se enamore de otro, u otra...
Andrea: deberías hablar con ella, y sacarte la duda, siempre es mejor hablar y aclarar la situación, te comes la cabeza durante todo el día, pensando en que estará haciendo y con quien, averigua primero, tal vez mientras tú te la imaginas en la cama con otra, y te devoras los sesos, Cassie está, mirando una película "sola"...
Sandra: siendo tan bella como es... no creo que este el fin de semana sola...
Andrea: ¿qué tiene que ver la belleza física?... hay mucha gente que esta sola en el mundo, es una cuestión... ¿de la vida?... ¡qué se yo!... hay gente que le gusta estar sola, porque no encuentra a su alma gemela, pero cuando la encuentras ¡¡Dioses!! eso sí que es vivir...
Sandra: parece que tú la encontraste...
Andrea: sí, Selene es todo para mí... nos llevó tiempo darnos cuenta que éramos una para la otra, porque tiene carácter fuerte...
Sandra: ¡ja! ¿mira quién habla?
Andrea: bueno, lo reconozco... pero el de ella es más fuerte... pero nada que un par de mimos y besos no puedan arreglar... mmm... y por ti ya encontrarás a tu alma gemela no te preocupes...
Sandra: ya la encontré... sé que es ella...
Andrea: ¿estas segura? pues deberías averiguarlo... tal vez ella piense lo mismo de ti... y ninguna de las dos se anima a decírselo... bueno nos vemos luego, tenemos que seguir hablando, sobretodo cuando hayas hablado con Cassie... hazlo, te sentirás mucho mejor, no hay nada peor que la duda, ¿me quiere?, ¿no me quiere?, siempre por mas dolorosa que nos parezca es mejor ir con la verdad, ir de frente en la vida...
Sandra: gracias... me hizo bien hablar contigo...
Andrea: no hay de que... después te mando la cuenta...
Sandra: graciosa... estas muy chistosa últimamente...
Andrea: sí, me río porque estoy enamorada, pero hoy tengo ganas de apretarle el cuello a alguien... nos vemos, haré el informe...
Sandra: Andrea...
Andrea: ¿sí?
Sandra: ¿qué crees que le pasa a Darío?... él nunca reaccionó tan mal en un operativo...
Andrea: aún no puedo decirte nada... pero estoy investigando... no le digas a nadie... ni siquiera a Cassie, sabes como se pone si sabe que trabajo a sus espaldas...
Sandra: quédate tranquila... ¿crees que está en algo malo?
Andrea: sí... y muy malo... cuando tenga mas datos, hablaré con Cassie, pero por favor ahora no digas nada...es muy peligroso...
Sandra: confía en mí...
Andrea: lo hago, por eso te lo dije... nos vemos...
Sandra: sí, hasta luego... (se quedó pensando en Darío, ¿en qué lío estará metido?... de pronto sacó a relucir mucho dinero... está mas nervioso que de costumbre... eso hasta yo lo note... es raro que Cassie no se haya dado cuenta... ella es muy astuta... tal vez por eso ella también esta nerviosa últimamente... la veo distinta, algo está pasando en la brigada... ¡Y siempre soy la última en enterarme!... iré a verte amor... ¿cuándo me dirás mi amor?... ¡¡ohh!! Cassie te quiero tanto...)
En el hospital...
Sandra: hola Darío... deberías ir a descansar... estás muy mal...
Darío: no quiero irme, quiero verla cuando despierte...
Sandra: sé que la quieres mucho pero...
Darío: pero nada, tú no entiendes...
Sandra: sí que entiendo lo que sientes... yo también la quiero...
Darío: lo sé...
Sandra: ¿lo sabes?
Darío: sí, hay que ser ciego para no darse cuenta...
Sandra: pues ella debe serlo...
Darío: ella no mira a nadie...
Sandra: lo sé... pero algún día, querrá ver a alguien y cuando ese alguien no la mire, sabrá lo que sufrimos nosotros...
Darío: eso que dijiste es muy feo... si la amas tanto no quisieras que sufra por amor...
Sandra: sí tienes razón, ya ni sé que digo, es que tengo tanto dolor... y hoy que casi la pierdo para siempre... pensé que no la vería nunca mas... ¿estás bien?
Darío: (se puso a llorar)... por mi culpa casi la perdemos...
Sandra: sí, luego tendrás que dar varias explicaciones, del por qué no actuaste a tiempo... Andrea, fue hacer el informe...
Darío: no me importa Andrea... sólo quiero que Cassie salga de esto... ella es la única mujer que me dio algo en toda mi miserable vida... después de todo lo que he pasado, ella me ha dado la esperanza de volver a vivir...
Sandra: tranquilo, será mejor que te vayas a descansar, vete a tu casa, yo te aviso cuando despierte... anda, vete...
Darío: no quiero... me quedaré...
Sandra: allí viene el doctor...
Darío: Doctor, Cassie ¿esta bien?
Doctor: ¿se refiere a la jefa de la brigada?
Darío: sí... dígame...
Doctor: es una mujer muy fuerte... saldrá de esta... ahora esta descansando...
Sandra: ¿podemos verla?
Doctor: no, le recomiendo sobretodo a usted, hombre, váyase a descansar... la señora no despertará hasta la noche... pueden volver luego... lo siento, debo irme...
Darío: sí, sí...
Sandra: bueno... que suerte que está mejor... ¿vamos?
Darío: sí, vamos...
El resto del día para Darío, había sido como los últimos, una pesadilla, había entrado al mundo de la droga, drogas y alcohol muy mala combinación... su departamento era un desastre, todo revuelto, como su vida... lanzó una botella de whisky contra la pared, al verse en ese maldito estado reflejado en el espejo de su habitación, al mirar y sentir en su maldita cabeza los ojos de Cassie, la voz de su amiga, cuando la hirieron por su culpa, porque sus reflejos ya no eran los de antes, porque se había metido en un círculo donde ya no podía salir, donde había ganado mucho dinero, quedándose con droga secuestrada en los operativos, y vuelta a vender, había hecho mucho dinero de esa forma, pero se lo estaba consumiendo, y ahora debía él a los narcos y con eso no se juega una vez que entras no salís, la bala en ese operativo, había sido una advertencia, en la próxima no saldría vivo, a no ser que pagase con una nueva información, tenía que decirles donde sería el próximo operativo, se había vuelto en un informante, y cuando el operativo se llevaba a cabo, debía rescatar gran parte de la droga desde su posición, para devolverla a los narcos... estaba en un gran lío... sólo que él no pensó que podía arrastrar en su maldita vida, a su amiga y compañera, a Cassie, una mujer derecha, leal, con un sentido del deber envidiable, una mujer que en todos sus años de trabajo policial conoció todos los males de la humanidad, seres humanos que para escaparse de un mundo que era cruel, pasaron a otro de ensueño en el primer momento, el mundo de las drogas, para luego hacerse mas cruel y convertirse en una verdadera pesadilla, hasta que la muerte tocara sus puertas y acabara con su sufrimiento, entrar en las drogas, en la prostitución, en el crimen, en el secuestro, odiaba todo eso, pero mas que nada odiaba a los secuestradores, esos que te quitaban tu libertad, por eso cuando ingreso a la policía, no paró hasta ser la jefa de la brigada de drogas y secuestros... Darío esbozó una sonrisa pese al estado demencial en el que se encontraba, eso hacía Cassie con él, recordarla, lo hacía feliz... cayó en la cama, y no despertó hasta el otro día...
Por su parte esa noche Cassie despertó en el hospital... se encontraba mejor... aunque muy dolorida... y se puso a pensar en lo sucedido, había pasado algo muy extraño, pues le pareció que el delincuente que disparó salió de la nada, era como que no encajaba en la operación que se estaba llevando acabo, era como que quería matar exclusivamente a Darío... algo había salido mal, alguien había hablado, ¿cómo sabían donde estaríamos? eso no se le escapaba, ¿tendría algún soplón en la brigada?... unos golpes en la puerta la sacaron de su estado...
Andrea: ¿podemos pasar?... sé que no es horario de visitas...
Casandra: sí pasa... ser jefa tiene sus ventajas...
Sandra: ¿cómo estás? (los ojos se pusieron llorosos)
Casandra: tranquila estoy bien...
Selene: hola Cassie... nos diste un buen susto...
Casandra: sí... y ¿Darío?
Andrea: él, se fue a su casa estaba muy cansado...
Sandra: y angustiado...
Andrea: sí... ( dijo de mala gana)
Casandra: ¿qué pasa, Andrea?
Andrea: ¡¿qué pasa?! ¡casi te matan por su culpa!... debemos hacer algo con él...
Casandra: cuando salga de acá hablaré con él...
Andrea: hazlo...
Sandra: Andrea presentó el informe...
Casandra: esta bien... ¿qué pusiste?
Andrea: lo que vi...
Casandra: Andrea...
Andrea: puse lo que... ¡maldito drogadicto!...
Casandra: esta enfermo...
Andrea: fue su elección... no volverá a poner la vida de nadie en peligro, y menos la tuya... pudiste haber muerto...
Casandra: gracias por preocuparte...
Sandra: todas lo hacemos...
Casandra: sí, gracias también a ti Sandra...
Sandra: sabes que haría mucho mas por ti, lo que quieras...
Casandra: lo sé...
Sandra: ¿lo sabes? y ¿por qué no me dejas hacerlo?
Casandra: (le tomó la mano) porque tú mereces algo mucho mejor... bueno, Andrea, dime todo lo que sabes...
Andrea: hoy debes descansar, pasado mañana te dan el alta y allí hablaremos...
Casandra: ahora...
Andrea: no, ahora no...
Casandra: aggggrrg... ¡eres mas dura que yo! comprendo a Selene...
Selene: gracias... pero esa es una de las cosas que mas me gustan de ella, no se lo digas... jajaja...
Casandra: no te preocupes, es un secreto, total está aquí a unos centímetros, no escuchó nada...
Andrea: jajaja... bueno debemos irnos o nos echarán, mañana será otro día...
Casandra: y pasado mañana también...
Andrea: ja, ja, me encanta tu sentido del humor... ¡graciosa!
Sandra: hasta mañana... (besó suavemente la frente de Casandra)
Selene: hasta mañana Cassie, me alegra verte mejor...
Casandra: gracias chicas por venir...
Sandra: ¿no tienes a nadie que quieras que le avisemos? digo... parientes...
Casandra: no, esta bien así...
Sandra: como tú quieras...
Casandra: gracias... (las chicas se fueron y ella se quedó pensando) ¿no tengo a nadie?... tengo a Xenia en mi corazón... Xenia, mi madre... (cerró los ojos y recordó aquella cruel conversación, pero necesaria, para saber todo, bueno, casi todo, pues luego se dio cuenta que no valía la pena saber más, tal vez algún día se levantara con esa pregunta, ¿por qué me abandonaron mis padres?), fue algo que no quise saber de los labios de Xenia, quien para mí siempre será mi verdadera madre, aunque no tengamos la misma sangre, ella me dio su amor incondicional y hoy soy lo que soy gracias a ella, me ha dado todo... recuerdo aquel día que no la deje terminar de hablar, no quería saber como había llegado hasta el orfanato, ella se puso muy mal, nunca la había visto llorar y me di cuenta que tenía miedo de perderme, ¡cuánto me amaba esa mujer!, fuimos la una para la otra, me lo demostró miles de veces, siempre atenta a mis caprichos, que no me lastimara, que no saliera sola por ahí, siempre quería saber donde me encontraba, bueno como toda madre, cuando murió, una parte de mí se fue con ella, aún tengo su diario personal, ese diario que nunca me atreví a leer, porque sé que allí está mi historia, hay días en que quiero abrirlo y saber de donde vengo, y otros días quisiera quemarlo, para no saberlo, para no saber quienes fueron los crueles que me abandonaron y desde aquel día el tiempo paso y pasó, como todo, y nunca mas me interesó, saber el porqué me dejaron, de donde venía... lo importante es que a ella no le importó y me crió, me cuidó, me educó... me amó, ahora solo me importa hacia donde voy... ¡si yo supiera hacia dónde voy en la vida!... a veces me siento tan indiferente a la vida, ¿será que no encontré el amor?... ¿amor? ¿me estaré volviendo vieja? ¿estoy pensando en el amor?, cuando nunca me importó, ¿será la edad?, ¿será que estuve al borde de la muerte? ¿será que ya me cansé de mi soledad? o simplemente será que descubrí que soy mortal, y también necesito amor... un alma gemela... ¿donde diablos estará mi alma gemela? ¿qué estará haciendo ahora?... ¡ja!, ¡alma gemela!... seguro la mía no existe... pues tarda mucho en llegar... ya tengo 32 años y siento que la vida se me va...
Al llegar el amanecer, en la zona aristocrática de la ciudad de Atenas... en la mansión de la familia Pipolos... padre e hija demostraban sus diferencias...
Aristóteles: ¡hija! ¿cómo puedes pensar hacer eso?, ¡no puedo permitirlo!
Zoe: padre, déjame aprender lo que es ganar dinero por mi cuenta, no quiero todo servido.
Aristóteles: pues debes ser la única persona en el mundo que rechaza su fortuna para ir a trabajar, eso no va con nuestra clase social...
Aristóteles: ¡padre! ¿cómo puedes hablar así?... creí que eras mas sensible... yo no quiero robar, quiero trabajar y me parece un empleo digno, además, yo no estoy renunciando a mi fortuna, solo quiero saber como es ganar dinero por uno mismo...
Aristóteles: te ofrezco el mundo a tus pies y quieres ir a trabajar no sé donde, ¿por qué no empiezas en mis oficinas?
Zoe: porque sería mal vista, dirían "ahí viene la hija del jefe, trátenla bien, díganle todo que sí, como a una loca", y no quiero eso, quiero que me traten de igual a igual, quiero ser yo, por una vez en la vida y no la hija de...
Aristóteles: creí que estabas orgullosa de mí...
Zoe: y lo estoy, por favor créeme y entiéndeme, no es eso... es sentirme libre de hacer algo distinto, quiero ser una humilde trabajadora... quiero probar...
Aristóteles: esta bien, haz lo que tú quieras pero cuando sudes bastante y no te paguen horas extras no vengas a pedirme ayuda...
Zoe: padre... mmm...
Aristóteles: bueno es que no quiero que pases por lo que pasé yo, me costó mucho hacer nuestra fortuna, el mundo es distinto detrás de las paredes de nuestra mansión, la gente es cruel, y si te pueden pisotear, mientras le pides ayuda, mejor para ellos...
Zoe: padre, no toda la gente es mala... hay gente buena detrás de estas paredes también...
Aristóteles: sé mucho más de la vida que tú, pero lo acepto, tienes razón, debes vivir tu vida, golpearte sola, ojalá que encuentres a alguien que te acompañe en el camino de tu vida, que te vaya mucho mejor que a mí... hija mía sabes que te quiero con toda mi alma, eres lo único que me ha quedado en la vida, tu madre... ya sabes, anda por ahí paseando y gastando mi fortuna... la verdad no sé a quien saliste... eres tan humana hija, te quiero... estoy orgulloso de ti...
Zoe: gracias padre, no esperaba menos de ti...
Aristóteles: bueno y dime... ¿dónde será tu empleo?...
Zoe: ¡ah, no!, eso no te lo diré, me mandaras guardaespaldas, gente que me custodie y no quiero eso, quiero ser libre...
Aristóteles: hija, entiendo tu libertad, pero debo saber donde trabajaras, tengo miedo por tu seguridad, ya perdí... mmm...
Zoe: dime... ¿qué perdiste?...
Aristóteles: nada... olvídalo...
Zoe: ¿por qué nunca me terminas de contar lo que te atormenta?...
Aristóteles: algún día hijita, algún día...
Zoe: esperaré lo que haga falta... te quiero papá...
Aristóteles: y yo a ti...
Zoe: debo prepararme no quiero llegar tarde en mi primer día de trabajo... estoy muy emocionada...
Aristóteles: al final no me dijiste donde trabajaras... dime...anda...
Zoe: te diré, pero en serio, sin guardaespaldas... además trabajaré muy cerca de la ley...
Aristóteles: ¿la ley?
Zoe: sí trabajaré de camarera en el bar que esta frente a la comisaría... así que allí tendré siempre custodia policial...jajaja...
Aristóteles: no me parece gracioso... ¿camarera? y ¿sirviéndole a esos policías?... ¡ja! nunca me gusto la policía...
Zoe: jajaja ¡qué cara has puesto!... bueno, debe haber buenos y malos como en todos lados... ¿no? hay empresarios buenos y malos...
Aristóteles: sí, sí, ya entendí... bueno ven aquí y dame un beso... buena suerte... y ¿cuánto ganaras?
Zoe: no sé...
Aristóteles: ¿no sabes?, ¿trabajaras y no sabes por cuánto?
Zoe: la verdad me dijeron algo, mas o menos, pues dicen que sacas mas con las propinas que dejan los clientes...
Aristóteles: claro... ¡ojo con esos clientes!, si alguno se pasa de listo le das una bofetada ¿entendiste? Nadie toca a mi hija...
Zoe: sí padre, nadie tocará a tu hijita, salvo que me guste, jajaja, ¡hey! pusiste una cara... en serio, déjame cuidarme sola, ya soy una mujer tengo 23 años...
Aristóteles: tienes 22, aún falta para tu cumpleaños... además, para mí, siempre serás mi niña... y dime... ¿qué harás con tu carrera?... aun te faltan materias para recibirte... "mi licenciada en historia antigua"...
Zoe: "licenciada" ¡que bien suena!... estudiaré de noche... no te preocupes...
Aristóteles: no te preocupes, no te preocupes, ¡hijos modernos!, cómo esta el mundo hoy hay que preocuparse por todo, la gente anda loca por la calle...
Zoe: bueno, no solo por la calle... ¿mmmm?...
Aristóteles: ¡ja, muy graciosa!... insinúas... ¿que estoy loco, ya?... jajaja ven aquí, te daré una paliza...
Zoe: jajaja... ¡hey! aun estas en buen estado... (la tomó de la cintura y la abrazó)
Aristóteles: ya estoy viejo hija.... me he fatigado y solo te corrí un poquito... jajaja... tienes razón, estas hecha una mujer... deberías hacerte cargo del negocio...
Zoe: no, no y no, ya lo discutimos varias veces, tú tienes socios, que se hagan cargo los hijos de Savalas, yo ya tengo suficiente dinero como para vivir bien el resto de mi vida y las que vengan, quiero libertad...
Aristóteles: y la tendrás hija... no haré contigo lo que hice conmigo... después de un tiempo me olvidé de vivir... cuando perdí a... (bajó la cabeza triste)... me dediqué hacer dinero y más dinero, sin pensar en nada ni en nadie, hasta que me casé con tu madre y luego llegaste tú para iluminarme la vida, pero tu madre fue tan... tan egoísta como yo y no tuvimos un matrimonio feliz, por eso eres todo lo bueno que me queda en la vida y no quiero que te pase nada, me moriría de tristeza... Zoe... (se abrazaron y unas lágrimas recordando el pasado bajaron lentamente por las mejillas del hombre viejo y cansado).
Zoe: shh... ¿estás bien papito?
Aristóteles: sí hija, ya paso... vete a trabajar, llegarás tarde...
Zoe: ¿seguro estas bien? no quiero dejarte así...
Aristóteles: sí, ve tranquila... llámame cuando llegues, quiero saber como te fue... no, espera, hoy debo ir a Berlín... salgo a la noche, bueno... yo te llamaré...
Zoe: está bien, me iré... cuídate...
Aristóteles: tú también...
Zoe salió por la puerta hacia su habitación para terminar de arreglarse y el padre llamó a su guardia personal...
Aristóteles: oye, quiero que alguien se ocupe de la seguridad de mi hija, pero que no lo vea ¿entendiste? si se da cuenta, quedas despedido...
Guardia: sí señor...
Aristóteles: síganla... y sobre todo, la cuidan, que no le pase nada...
Guardia: sí señor...
Aristóteles: vete... (se quedó pensando, "ya perdí una hija... no puedo perder dos"...).
Y así Zoe salió de su mansión rumbo a su primer trabajo estaba muy emocionada, recorrió media ciudad, se fue en bus, para no levantar sospechas de quien era en realidad, se cambió el apellido, no le gustaba alardear que era hija de un millonario, era una joven muy sencilla y al buscar este empleo, quería experimentar mas la vida desde otro punto de vista desde la lucha diaria de ganarse el dinero justo para poder comer, y saber que no te alcanza a fin de mes, iba a descubrir una nueva vida, algo totalmente distinto, iba a descubrir como vivía la gente común y corriente, la gente en el mundo real, y no lleno de fantasías como había sido el suyo, rodeada de tanto lujo sin pasar penurias ni dolor, no saber lo que era no tener el dinero suficiente para salvar a un ser querido cuando no te alcanzaba el dinero para comprar los remedios necesarios, iba simplemente a "vivir"... llego al bar y se presentó ante la señora mayor que había visto hacía dos días, luego que se le ocurrió buscar el empleo en el diario y ya habían acordado el horario y el día que empezaba con su labor detrás de la barra para servir a los clientes que se pusieran en ella... y a veces atender a los que se sentaban en las mesas...
La mañana transcurrió tranquila, había atendido a varios uniformados que tomaban el café puro, sin azúcar y una galleta, ella recordaba sus desayunos con todo, no le faltaba nada, y estos que tenían que estar alertas todo el día tomaban solo ¿café?... tal vez por eso estaban alertas... ya era cerca del mediodía, cuando entró otro grupo de policías pero sin uniformes ¿cómo se dio cuenta? porque dos pidieron café sin azúcar y una galleta...
El resto del día paso sin problemas, fue conociendo a casi toda la comisaría, pudo escuchar que algunos estaban preocupados por una compañera, que habían herido...
Pobre pensó, debe ser duro ser policía...
Y así pasó su segundo y tercer día... y también para Cassie, ya le habían dado el alta, y tan fuerte como era, no quería quedarse en su casa, así que Andrea la llevó a la comisaría, allí todos la saludaron, entre abrazos y besos, estaba hastiada, eran cosas que la ponían incómoda, y Andrea se divertía por la cara de su compañera, pues, nunca supo si eran amigas, Cassie era muy callada... solo hablaban de cosas del trabajo, nada personal, Andrea quería saber más, pues ella le contaba todo sobre su relación con Selene, pero era imposible sacarle algo a Cassie, aunque Andrea ya se había acostumbrado a su forma de ser, a veces le quería dar un golpe para hacerla reaccionar, le había tomado mucho cariño, así que decidió que para ella Cassie era una amiga, aunque nunca se lo había dicho...
Sandra: hola Cassie se te echaba de menos...
Casandra: gracias ya estoy mejor...
Sandra: pero igualmente deberías hacer reposo... debes cuidarte un poco mas, parece que no te importa vivir o morir...
Casandra: ¿la verdad? me da lo mismo...
Sandra: pero no puedes decir eso... aun eres joven, tienes mucha gente que te ama... Es como que has perdido la esperanza...
Casandra: tal vez, siento que, no sé explicarte me falta algo para completar mi vida, mi alma... y el tiempo pasa y no llega...
Sandra: tampoco lo buscas... tú esperas al príncipe azul sin buscarlo, si vas de tu casa al trabajo y del trabajo a tu casa... no quieres salir a ningún lado... te he invitado muchas veces y me rechazas siempre... sé que sales con Darío algunas veces, no entiendo porque no te gusta salir conmigo, podríamos divertirnos...
Casandra: no tengo nada contigo, soy yo... lo siento... no quiero herirte, pero estoy en un momento de mi vida, que no sé lo que quiero, me acostumbre tanto a estar sola que a veces me encanta mi soledad, y otras quisiera tener a alguien a quien amar, que me ame... pero estoy buscando a la persona que me abra el alma... y no la encuentro, esa persona... ¿cómo se dice? ¿mi alma gemela?...
Sandra: sí... pero si no te das a conocer, será muy difícil encontrarla... sé que es tu manera de ser, tienes misterio detrás de esos ojos tan azules... ¿qué escondes?
Casandra: nada...
Sandra: ¿y por qué no me dices que buscas?... sabes que yo te quiero... es como que le temes al amor...
Casandra: te diré a lo que le temo... al abandono... ya lo hicieron una vez... y no soportaría entregarme a alguien con todo mi ser, y que me dejara... a eso le temo... ¿soy cobarde?
Sandra: no, no lo eres... el amor es a veces difícil... pero debes darte más a la gente... eres una gran persona que esconde un corazón muy grande... inténtalo, la vida es muy corta...
Casandra: lo sé... gracias por el consejo, ¿sabes? cuando me hirieron, me vino a mi mente toda mi vida, y me di cuenta que no tengo nada... que me dediqué a trabajar sin parar, y mi vida la dejé a un lado, hoy me siento diferente, es como no sé explicarlo... es como que tengo algo mas de esperanza en la vida, será porque vi la muerte, hoy siento que el amor de mi vida está muy cerca...
Sandra: (la miró con ternura)... ¿lo dices en serio?
Casandra: sí... tengo esa sensación... ¿te enamoraste alguna vez?... no te digo tener sexo casual... porque yo lo he tenido... hablo del amor en serio... de ese que te acompañará por siempre...
Sandra: sí... y lo estoy... pero...
Casandra: ¿pero qué?
Sandra: ella no se da por enterada...
Casandra: pues a lo mejor es tan tonta como yo, que en cuestiones de amor, nunca me di cuenta de nada...
Sandra: Cassie...
Andrea: vaya, aquí estás... (Sandra pensó... siempre tan inoportuna) te estoy esperando, vamos a la cafetería, debes alimentarte bien...
Casandra: bueno vamos... ¿me ayudas Sandra?
Sandra: sí... apóyate en mí...
Al llegar a la cafetería...
Andrea: ¿van a tomar café amargo a esta hora, chicos?
Alejo: sí, necesitamos energías... jajaja... hay chicas muy guapas y muy solitas...
Andrea: yo tengo compañía... ¿y tú Cassie?
Casandra: yo necesito mas energías, anoche no cene muy bien, así que almorzaré... (y le sonrió a Alejo, ignorando el comentario de chicas muy guapas y solitas, Andrea sonreía por dentro, por la cara de decepción de Alejo).
Dueña: Zoe atiende a la joven...
Zoe: buenos días... ¿qué se va a servir?...
Casandra: (sin mirarla, cerró los ojos y se perdió en esa voz tan dulce, era como que la había escuchado siempre en su mente) ¿cuál es el plato del día?
Zoe: pastas... espagueti...
Casandra: bueno tráeme un espagueti con salsa...
Zoe: ¿y para tomar?... (Zoe se quedó mirándola en silencio, ese rostro tan perfecto, solo esperaba ver sus ojos, pero Cassie aun los mantenía cerrados... hasta que Alejo (el vencedor) la tocó y le dijo)...
Alejo: ¡oye!, parece que te estas durmiendo... (y Cassie abrió los ojos de golpe y Zoe trató de seguir escribiendo la orden pero se perdió en la luz inmensa de esos ojos tan azules como el mismo cielo, sintió la electricidad en su cuerpo, el fuego en sus ojos... lo mas lindo es que a Cassie le estaba pasando lo mismo... la luz inmensa de esas esmeraldas verdes le había iluminado el alma y suspiró... cuando Alejo volvió aa hablar pero esta vez a Zoe)... ¡oye! ¿te quedarás allí parada? se te acaba de caer el lápiz...
Zoe: lo siento... (se agachó y lo recogió)...
Alejo: Cassie te dijo que quiere una gaseosa... aunque seguro le gustaría mas el vino, pero estamos de servicio... ¿no es cierto Cassie?
Casandra: ¿eh? sí, sí claro...
Por su parte Zoe se retiró intimidada por esos ojos... y temblando terminó de escribir la orden en su papel, antes de pasarlo a la cocinera...
Cocinera: ¡oye! ¿que dice acá?
Zoe: ¿dónde?
Cocinera: aquí, pusiste CassieX...
Zoe: nada, nada, solo quiere espagueti...
Cocinera: espagueti CassieX, ¿es una nueva marca?
Zoe: no, no... es solo el nombre de la clienta...
Cocinera: ¿Cassie con X?... muy raro...
Zoe: ¿con X?
Cocinera: sí mira... niña, ¿en que estas pensando?
Zoe: en nada... no sé... sólo la puse... (se quedó pensando en la X, su mano la llevó a escribir eso, pues ni se había dado cuenta... ¿una X?, una voz a lo lejos la sacó de su pensamiento).
Cocinera: bueno, listo, ya marchan... los CassieX... je, je...
En la mesa:
Casandra: ¿Alejo?
Alejo: ¿sí?
Casandra: ¿yo pedí gaseosa?
Alejo: sí...
Casandra: pues ni me escuché...
Alejo: es verdad lo dijiste muy bajito, como susurrando... pero tengo buen oído... jeje...
Casandra: sí...
Andrea: mmm... me parece a mí, o quedaron las dos muy ¿cuál sería la palabra?... mmm... ¿tontas? ni siquiera dejó pedirle algo para mí...
Sandra: sí, es muy mala camarera, se fue sin recibir nuestra orden... (estaba celosa, Cassie nunca la había mirado así, con tanta intensidad).
Alejo: bueno, cuando vuelva le pides, o si la ves la llamas y listo... Cassie, dime como te encuentras, ¿estás mejor?
Cassie: sí, aunque me duele la pierna pero bueno... hay que seguir...
Al rato...
Zoe: aquí tiene su espagueti...
Casandra: mmm... huele bien...
Zoe: sí, que lo disfrute... (en eso al girar le pega en la pierna herida a Cassie).
Casandra: uyyyy...
Sandra: cuidado, no te das cuenta que esta herida, eres una...
Casandra: ¡Sandra!
Zoe: lo siento, no quise golpearla... ¿le duele mucho?
Casandra: ya pasó, no te preocupes...
Sandra: ¡ja! ¡linda camarera!... seguro nunca trabajaste en esto ¿verdad?
Zoe: nadie nace sabiendo... todo es cuestión de práctica...
Sandra: pues practica en tu casa, ¡nena!... no con nosotras...
Zoe: lo siento... (dijo toda colorada de vergüenza).
Casandra: no te preocupes...
Andrea: bueno, ya está Sandra... ¡niña! Tráeme un plato como el de Cassie, eso parece estar muy bueno...
Zoe: con gusto señora, lo haré...
Andrea: ¿mmm... señora?
Casandra: Ja,ja, pasando los 30, ya somos ¿señoras?
Sandra: ustedes son las mayores acá, yo aun no los pasé... pero tráeme lo mismo que las señoras... sin salsa...
Casandra: gracias...
Sandra: ¿qué?
Casandra: se dice... "gracias"...
Sandra: gracias... ¿señorita? camarera...
Zoe: de nada... señora... (le susurró por lo bajo, con una sonrisa que Cassie vio y casi se desmaya, de la dulzura de esa niña, Zoe se retiró a la cocina).
Casandra: jajaja, también te dijo señora...
Andrea: estamos haciéndonos mayor...
Casandra: no hablemos mas de la edad por favor... la comida me caerá mal...
Andrea: ¿cuánto crees que tiene, la niña?
Casandra: ¿18?, se ve muy joven...
Sandra: para mí tiene más...
Andrea: apostemos...
Casandra: ¿apostar?
Andrea: sí... yo digo... mmm... mas de 20...
Casandra: mmm... yo 18...
Sandra: yo digo 40...
Andrea: ¡hey!...