Lucha de gigantes 6

Este es un poco más largo. Intentaré que haya un poco más de acción en estos nuevos capítulos, como me habéis pedido. Espero os guste.

  • Y por lo que me pareció ver, está bastante buena.- Dijo Hugo y acto seguido soltó una carcajada. Razón no le faltaba, era muy atractiva. Para ser gay, mi amigo tenía muy buen ojo con las mujeres.- Tal vez pueda ser tu oportunidad de encontrar novia.

  • Wow, no corras vaquero, que la acabo de conocer.

  • Jajaja, y también puede ser tu oportunidad de olvidarte de Iria.

  • ¿Qué tal si dejamos a Iria aparte de una vez, por favor?- Dije yo, molesta ya con todo el tema.

-Tienes razón, lo siento. Será mejor que nos vayamos a cambiar. A este ritmo nos adelanta Iria, jajaja.

-Lo dudo, ella es una lenta.- Dije entre risas.

Capítulo 6.

Después de toda la movida nos fuimos a la feria, dimos una vuelta y volvimos. Sin alcohol en la sangre las fiestas eran bastante aburridas. Al día siguiente al levantarnos decimos que iba a ser un día tranquilito, nos quedaban 11 días por delante y si un día no íbamos de fiesta no iba a pasar nada, pero por lo visto la prima de Hugo tenía otra idea.

-Entonces hoy día tranquilito de piscina, ¿no chicas?-Dijo Hugo comiéndose los cereales.

-¿Cómo? ¿He oído día tranquilito? Me da a mí que no, jajaja.- Dijo la que era la prima mayor de Hugo, Lucía, que estaba bajando por las escaleras, recién levantada.

-¿Por qué no prima?

-Está tarde aprovechando que mis padres se van, voy a montar una fiesta aquí. Pensé que os lo había dicho.

-Pues no, nuevamente, no nos los has comunicado.- Dije yo entre molesta y cansada. Esta noche no había podido dormir muy bien con Iria al lado y cuando no dormía tenía un humor de perros. Además, la idea de que viniera  gente que no conocía de nada y que probablemente no volvería a ver más cuando me fuera, no me apetecía mucho, aunque claro, yo era la invitada así que a callar.

-Joder, lo siento chicos, es que voy a mil.

  • ¿A qué hora dices que vendrá la gente?- Dijo Iria, que en toda la conversación había estado como ausente.

  • Sobre las 4 o 5, cuando se vayan mis padres. ¿Me ayudaréis a montar todo?

-Pfff…- Solté yo, sin ya disimular mis pocas ganas para con esa fiesta.

  • Será solo poner un par de mesas fuera en la piscina, con algo de alcohol y comida encima. Nada difícil eh.

-Está bien, te echaremos una mano, pero, ¿cuánta gente va a venir?- Intervino Hugo.

-Nada, poca, 50 o 60 personas.- Dijo riendo mientras desaparecía por la puerta de la cocina comiéndose un croissant.

-¡¿Cuánta?!- A Hugo casi se le sale la leche por la nariz.

-Jajajaja, pues no sé dónde los piensa meter.

A las 5 ya estaba todo preparado, y poco tiempo después empezó a llegar la gente. Con los primeros invitados intentamos integrarnos un poco, pero era difícil, no sabíamos nada de ellos, así que optamos por meternos en la piscina y relajarnos hasta que llegará más gente y ya empezar a beber.

Mientras que Hugo, Iria y yo jugábamos a las ahogadillas, (lo sé, súper maduros somos) se nos acercó Lucía.

-Oye chicos, ¿os importaría salir de la piscina? Me gustaría presentaros a mis amigas.- Dijo Lucía con una sonrisa. No nos quedaba otra.

Salimos, nos secamos un poco y entramos en la casa. Entre tanta gente encontramos a Lucía que estaba rodeada de bastante gente.

-¡Oh chicos, ya estáis aquí!- No sé por qué su voz me sonaba muy falsa.- Os presento, estas son mis amigas: Carmen, Paula, Irene y Natalia.- Dijo mientras señalaba una a una a sus amigas. Yo ya estaba súper aburrida y la fiesta acababa de empezar. Y mientras daba besos a cada una, volví a verlos. Aquellos ojos estaban aquí.

-Ah claro, se me olvidaba, ella es mi mejor amiga, Valeria.- Dijo mientras la traía al grupo, ya que estaba hablando con otras personas. No podía ser, ¿en serio? Debe haber algo por ahí, llámalo karma, energía, destino o como quieras, que se estaba encargando de traérmela siempre que la necesitaba.

-Esa chica me suena.- Susurró Iria a Hugo y a mí mientras se acercaba a darnos dos besos. Estaba claro que mi amiga mucha memoria no tenía, pero por lo visto Hugo sí, porque según la vio me echó una sonrisa acompañada de una mirada en la que se podía entender claramente un mensaje: ‘’vaya suerte’’.

Después de darle dos besos a cada uno de mis amigos, se acercó a mí.

-Parece que nos volvemos a encontrar.- Dijo mientras me daba dos besos.

-Eso parece.-Dije mientras contestaba a su saludo. De repente me acordé de algo.- Por cierto, no me hablaste.

-¿Cómo?

-Que te di mi número y no me hablaste.

Ella frunció el ceño.

-Si te hablé.

-No, no lo hiciste.

-Sí, si lo hice. Pero me contestó una tal Eulalia diciendo que ella no conocía a ninguna Cristina y que si yo era su nieta.

-¿Qué? Jajajajaja, no puede ser.- Yo no podía parar de reírme.

-Ya, que gracioso.- Dijo ella. No se la veía muy contenta.

-Oye espera, que yo te di el número correcto.

-No, no lo hiciste. Sino querías hablar más conmigo habérmelo dicho.

-Joder que no, ¿por qué no iba a querer hablar contigo? Te prometo que te di el número correcto.

Ella cambió inmediatamente su expresión. Volvía a sonreír. Debió entender que no lo había hecho aposta.

-Pues vaya cagada, jajaja. Bueno y ahora sí, ¿me podrías dar tu número correcto?

-Oh claro.- Dicho esto, se lo di, asegurándome varias veces de que era el correcto. Aunque siendo la mejor amiga de la prima de mi mejor amigo (puf, que lio) la iba a volver a ver seguro.

A todo esto no me había dado cuenta de que seguíamos en el grupo con el resto de sus amigas. Hugo e Iria estaban ahí también. En ese momento Hugo le contaba algo a Iria al oído, creo que ya se había enterado de quién era la chica con la que hablaba.

-Bueno, ¿qué os parece si salimos a la piscina y nos ponemos a beber ya?- Dijo Lucía, gritando a toda la gente que se encontraba en el salón. La respuesta no se hizo esperar. Tras un grito multitudinario, todo el mundo salió corriendo a la terraza. Vi como Valeria, Lucía y el resto de sus amigas de las cuales ya no recordaba el nombre, salían detrás de toda la gente. Cuando ya estaba por salir con el resto de gente, Iria me cogió del brazo.

-¿No me vas a contar quién es esa chica?- Yo, como por instinto, miré a Hugo que hizo una mueca de no saber. Acto seguido salió a la piscina dejándonos solas.

-Pensaba que te lo había contado Hugo ya.

-No, solo me ha dicho que es la chica que te acompañó a casa, pero sigo sin saber quién es.

-Se llama Valeria, creí que ya lo sabías.-Dije riéndome, intentaba quitar hierro al asunto, que realmente no lo tenía, pero me sentía muy nerviosa.

-Ya, eso ya lo sé, nos lo ha dicho Lucía. Lo que pregunto es que de qué la conoces.

-Pues que ayer, cuando salí de casa, fui a un parque y allí me la encontré. Empezamos a hablar y ya está. Resulta ser una chica muy maja.- Ella hizo una mueca y frunció el ceño, como intentando averiguar algo que no le estaba contando.

-Pues creo que le gustas.- Dijo mientras cambiaba su cara a una de desinterés. No sé si era un real desinterés o solamente fingido.

  • Jajaja, ¿qué dices? Nos acabamos de conocer.

-¿Y qué? Sé de gente que se enamora con menos. – Dijo mientras se reía y miraba a Hugo. Es verdad, mi amigo tenía una facilidad para enamorarse sin ni siquiera conocer a la persona fascinante.

-Es cierto jajaja.

-Pues eso, que te mira de una forma muy… no sé.

-Bueno, ya veremos, hay mucha noche y puede suceder cualquier cosa.- Dicho esto la cogí del brazo amistosamente y salimos a la piscina. Allí la cosa ya se estaba desmadrando. La gente bebía, bailaba, jugaban en la piscina y sobretodo, se lo pasaba bien. Y esto solo acababa de empezar.