Lucha de gigantes 2

Espero os guste. Si queréis darme vuestra opinión, no dudéis en hacerlo.

-¿Cómo estoy?

-Guau, estás guapísima.-Dije yo con la lengua casi fuera, se me caía la baba.

-Ya lo sé.-Dijo ella. Cómo siempre con su modestia.

-Me esperaba aunque sea un tú también.

-Es que no me gusta mentirte cariño.-Dijo ella en broma. Yo puse una cara de fingido cabreo. Ella se acercó y me cogió la cara. Me dio un beso tierno en la mejilla y me susurró al oído.

-Tú también estás muy guapa, princesa mía.- Y acto seguido me guiño un ojo.

-Uf. No me hagas esas cosas que mojo las bragas.-Dije yo. Ella se rió.


Capítulo 2

Estábamos en medio de un descampado con un grupo de gente muy grande, al lado de la feria. De fondo se escuchaba reggaetón y como no, Iria no podía evitar menearse al son de esa música. Todos estaban ya bastante ebrios  y yo, entre lo borracha que iba y las ganas que la tenía, decidí no achantarme y ataqué. Me levanté de donde estaba, dejando a Hugo y a un par de amigas bebiendo y me dirigí al centro de la gente, un par de metros más allá, a bailar con Iria. Al verme, se sorprendió, sabía que no me gustaba bailar, pero rápidamente entendió que en mi estado ya me daba igual todo. Se acercó a mí y me cogió del cuello, empezó a menearse sensualmente, mirándome a los ojos. Me volvía loca y ella lo sabía, aunque nunca se lo hubiera dicho. Entonces se dio la vuelta y empezó a mover su culo muy cerca de mí, y yo, le seguía el juego. Pocos segundos después ya teníamos varios chicos mirando el espectáculo, y no me extraña. Estuvimos bailando así durante un par de canciones, pero para entonces yo ya no podía más y la di la vuelta.

-Parece que se te olvida que también me molan las tías.

  • ¿Y?- Preguntó ella, no sabiendo que era exactamente a lo que me refería.

  • Que no me puedes bailar así, que me pone mucho.

  • Jajajaja, ya entiendo.

Entonces se acercó a mí y me empezó a bailar más cerca aún si cabía.

  • Te gusta hacerme sufrir eh.- Dije yo

  • No lo sabes tú bien.- Y sonrió.

-¿No crees que hemos hecho suficiente espectáculo ya?- Dije yo

  • Sabes que me encanta que me miren.

-Pues yo te miro todo el rato.- Y la guiñé un ojo.

Ella se rió, se acercó a mi oído y me susurró:

-Eso ya lo sé, como que no me doy cuenta como me miras el culo.

-Jajaja, ¿tan evidente soy?- Dije yo, siguiéndola el juego.

  • Un poco.

Yo me separé un poco, no podía más. Estaba claro que ella se había tomado más de una copa, porque si no, jamás me habría dicho nada parecido. Entonces decidí que esa sería mi noche, aunque sea tenía que conseguir liarme con ella.

-Voy a ir a echarme un poco de agua, que tengo calor.

  • No me extraña, conmigo aquí.

  • Jajaja, vaya ego el tuyo.

-Pero sabes que es verdad.

Sonreí. Era verdad y me tenía más que calada.

-Bueno, sea como sea, voy al baño.

-Te acompaño.

Intentando salir de entre la gente me di cuenta de que ella estaba mucho más borracha de lo que aparentaba. Iba dando tumbos de un lado a otro. Yo solo me reía y me preguntaba cómo era capaz de bailar tan bien borracha y no ser capaz de dar dos pasos sin tambalearse. Llegamos al baño y no había nadie. Esta era la mía. La lleve hasta la puerta de uno de los baños porque no la veía capaz de llegar ella sola.

-¿Entro contigo?

  • Jajaja, no sabes tú ni nada ¿no?

  • Hombre, si quieres me doy la vuelta.

-¿Y entonces para qué quieres entrar si no me puedes mirar?

-Por si te pasa algo.

-No voy tan mal.

-Bueno, como quieras.

-Ay, pasa anda.

Bien, ya estaba a solas con ella en un baño. Me di la vuelta y ella se rio.

-¿En serio te vas a dar la vuelta?

  • Hombre, la primera vez que te vea desnuda prefiero que no sea así, y que sea en mi cama.

-Jajajaja, no te lo crees ni tú.

Entonces me giré y ella hizo pis. Cuando terminó se acercó a mí.

-¿Salimos?- Dijo ella

  • Mmmm… no

-¿Cómo qué no?

-¿No te apetece hacer nada más aquí?

-¿Cómo qué?- Me preguntó, aunque sabía perfectamente a que me refería.

  • No sé, nos podríamos liar.-Solté yo. No sé de donde saque esa fuerza para decirlo.

-Kiara, a veces se te olvida que soy hetero.- Me miró sonriendo, como con malicia.

-Anda, sé que tienes ganas.

  • Ah ¿sí? ¿Quién te ha dicho eso?

  • Jajaja, nadie pero se te nota. ¿O es que tu bailas así a todas tus amigas?- Le pregunté con una sonrisa.

Ella se rio.

-Pues no, pero eso no significa que me quiera liar contigo.- Dijo ella.

-Bueno, pues aunque sea hazlo para probar, no puedes decir que algo no te gusta si no lo has probado.

-Pf… no sé si es por los ocho cubatas que llevo o por el calor que hace, pero me lo estoy pensando eh.

¿Se lo estaba pensando? ¡Eso era genial! Significa que tengo alguna oportunidad, así que solo se me ocurrió insistir un poco más, a estas alturas era o todo o nada.

-Jajaja venga, solo son un par de besos, tú pruebas y a mí me dejas contenta.

-Tú solo estarás contenta cuando me lleves a la cama anda.- Dijo ella y acto seguido se empezó a reír.

Me reí. Pues sí, me tiene bien calada.

-Bueno, poco a poco. ¿Entonces?

  • Uff… está bien.

-¡¿SÍ?!

  • Jajaja sí, por probar no pierdo nada. Pero si no me gusta paras eh.

-Tranquila, no haré nada que no quieras.- Dije yo con mirada pícara y sonrisa triunfadora.

Entonces ella se agarró de mi cuello y yo la agarré de la cintura y la acerqué a mí. No la besé. Quería disfrutar cada momento a tope y el tenerla tan cerca ya era genial.

-¿Qué pasa? ¿No te atreves? Soy mucha mujer para ti ¿no?- Dijo ella riendo.

Yo sólo sonreí, y acto seguido la bese, de la mejor manera que pude. Ella me siguió el beso. Al principio despacio, suave, luego el beso subió de tono y ella empezó a morder y chupar mi labio inferior. De vez en cuando metía su lengua. Yo la seguía lo mejor que podía, Iria besaba demasiado bien. Ya llevábamos como 5 minutos besándonos sin parar, cuando ella se apartó y se recogió el pelo, dejando su cuello libre. Estaba claro que lo que quería era que fuera un poco más allá y yo, no iba a ser quien parara.

La empecé a lamer, morder y besar el cuello. No había parte de él que no hubiera recorrido con mi lengua. Ella solo suspiraba y me agarraba fuerte. Después de dejar todo su cuello marcado me aparté. Elle me miró con una sonrisa.

-Lo estoy haciendo bien, ¿verdad?- Dije yo.

-No está mal.

  • Entonces creo que me merezco un premio ¿no?

Ella sonrió y me empujó hacia la otra pared del cubículo. Empezó besándome y poco más tarde bajó hacia mi cuello. Yo no podía más, si pudiera la arrancaba la ropa aquí mismo. De repente escuchamos una voz conocida, era Hugo.

-¡Kiaraaaaa! ¡Iriaaaaaa!- Gritaba desde fuera de los baños.

-¡¿Qué?!- Dije yo bastante molesta de que nos fastidiara el momento.

-¿Qué hacéis? Lleváis ya 20 minutos en el baño.

Antes de que yo pudiera decir nada habló Iria.

-Ya vamos, danos un minuto.

-Está bien, os espero aquí.- Dijo él y salió del baño.

-Dios, no me lo puedo creer- Dije yo evidentemente molesta.

-Jajaja, tranquila, ya seguiremos esto más tarde.

Eso hizo que se me quitara el cabreo de golpe.

-¿Cómo que seguir? Te ha gustado eh.

-No ha estado mal.- Dijo riéndose.

-¿Qué no está mal? Por favor he estado genial.

-Jajaja, vaya ego el tuyo Kiara.- Dijo ella guiñándome un ojo. Le había cogido gusto a eso de copiarme las frases.

  • Bueno, entonces…seguiremos ¿no?

  • Ya veremos, no te pases eh.

-Anda pero si te ha gustado, ¿o me vas a decir que los suspiros que echabas antes eran porque te estabas aburriendo?

-Eso es porque el cuello es mi punto débil y lo sabes.

-Ay, ¿no puedes solo admitir que te ha gustado?

-Vale, es verdad, me ha gustado. Mucho.

Una sonrisa enorme apareció en mi cara.

-Y… has dicho que lo del cuello te pone, ¿incluso si te lo hace una chica?- Dije yo, con una sonrisa malvada.

  • Tal vez.- Dijo ella.

No había manera de que admitiera que le había puesto aunque sea un poco lo que había pasado. Pero la noche no había terminado. Antes de salir la di la vuelta y la bese por última vez. Después me aparte y abrí la puerta. Ella salió detrás de mí. Hugo estaba fuera, se le veía bastante mareado

-¿Estás bien?- Le pregunté yo, preocupada.

-Sí, solo me he pasado un poco con el alcohol. ¿Qué hacíais? Por dios habéis tardado una eternidad.

  • Ya te contaremos mañana anda.- Dijo Iria, y me miró sonriendo.

Eso me sorprendió. ¿Pensaba contarle a Hugo lo que había pasado? O sea, es mi mejor amigo pero no pensé que ella quisiera que esto saliera de nosotras.

Fuimos a dar una vuelta fuera de todo el ruido de la feria, a ver si Hugo mejoraba un poco. Mi piel ardía y el alcohol se había evaporado hace rato de mi cuerpo e Iria parecía andar ya normalmente. Solo esperaba que mañana se acordara de todo. Íbamos hablando de cualquier cosa, ya volviendo hacia donde estaba todo montado. Yo tenía ganas de beber, y seguir la noche como hasta ahora. Dejé a Hugo y a Iria junto con las amigas de este en una parte del descampado y me fui a buscar un poco más de bebida. Al volver Hugo no paraba de repetir que quería un novio y por la cara de Iria, creo que no había parado de hablar de lo mismo desde que me fui. Entonces le ofrecí un vaso de vodka azul a ella y un vaso de agua a Hugo. Me senté cerca de Iria.

-¿Me estás intentando emborrachar de nuevo?- Dijo Iria.

-Pff me has pillado, es que te quiero llevar ya a mi cama.- Bromeé yo.

  • Que máquina tú, ¿no?

-¿Crees que lo conseguiré?

  • No lo creo, pero quien no arriesga no gana, ¿no?

Seguido de esto, se levantó y empezó de nuevo a bailar la música que estaban poniendo. Yo aparté la mirada, era demasiado para mí.

-No te atreves ni a mirarme- Dijo ella riendo.

-Si no puedo tenerte entre mis piernas mejor no mirar.- Dije yo aún sin mirarla.

-Joder tía jajaja. ¿Tantas ganas me tienes?

-¿No te lo estoy demostrando ya?

-Pero somos amigas.

-¿Y?- Dije yo levantándome y acercándome a ella.

-Que si nos acostáramos, ¿Qué pasaría después? Sería todo muy raro.

  • No, podemos ser follamigas.-Dije yo riendo y flipando de que lo que le importara de todo esto fuera el qué pasaría después y no el hecho de que su amiga se la quisiera tirar.

-Jajaja, ya te gustaría.

-Eres tú la que está pensando ya en el después.- Dije con una sonrisa pícara.

-Es solo curiosidad, no va a pasar nada más.

-Pues no sabes lo que te pierdes.

-Bueeeeno… ya salió el ego.

-Jajaja, ¿no crees que deberíamos volver ya a casa? Son más de las 4 y Hugo no creo que aguante mucho más.

-Sí, mejor vámonos. Demasiadas emociones por hoy.

Levantamos a nuestro amigo y nos despedimos de toda las personas que conocíamos. Llegamos a casa de los tíos de Hugo y le metimos en la cama. A nosotras nos tocaría dormir juntas y eso era un punto a mi favor. Entramos en nuestra habitación y cerramos la puerta.

-De nuevo solas Iria.-Dije yo mirándola con una sonria.

-Jajaja, ¿no te cansas de ligar conmigo?- Esto lo decía mientras se quitaba la ropa para ponerse el pijama, y yo no me perdía detalle.

-Me has dado a entender que tengo alguna oportunidad contigo, así que no la voy a desaprovechar.

-¿Cuándo te he dado a entender yo eso?- Dijo riéndose.

-Ah, espera, ¿se te ha olvidado lo que ha pasado en el baño? ¿Quieres que te lo recuerde?

-Mañana, ahora vamos a dormir.

Me rendí, esa noche no iba a conseguir nada más, pero ya la tenía donde quería, hoy soñaría conmigo. Tal vez mañana conseguiría ir un poco más allá. Ojalá.