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El guión censurado...

Había fiesta en el piso de las chicas y Judith Becker estaba despampanante, pelo suelto vestido minifaldero muy ceñido y taconazo, ya llegaba un poco tarde, como siempre. Cuando de repente tocan al timbre y ella abre.

Antonio: UOF!

Judith: Antonio, que quieres.

Antonio: Terapia. Dijo mientras ya pasaba para dentro

Judith: No atiendo... sin cita previa

Antonio ya acostado en el diván ve como Judith pasa por delante suyo con semejante atuendo. El pescadero no pierde detalle. Con la libreta en la mano:

Judith: Tengo un poco de prisa Antonio, que pasa...

Antonio: (entre sollozos) llevo más de tres meses sin tener sexo con mi mujer y estoy muy estresado... no se que le pasa...

Judith: Son rachas, Antonio, seguro que con cariño volverá todo a la normalidad

Antonio: Creo que me estoy volviendo maricón...

Judith: Tu? maricon? imposible Antonio, imposible

Antonio: La única que me levantas el ánimo eres tu guarrilla pelirroja

Judith: No seas cerdo Antonio, si tu mujer de momento está en mala racha prueba a liberarte solo

Antonio: Que piensas que hago todos los días despues de verte?

Judith: A mi????

Antonio: Si a ti... me pones muy cachondo

Judith: Más que Raquel?

La psicóloga dejó su libreta en la mesa y adoptó una postura de coqueteo evidente

Antonio: Mucho más, Raquel no vale ni la mitad que tu

Judith: sigue...

Antonio: Tienes una planta y un tipo que ya le gustaría a ella

Judith: Te voy a dar un regalo Antonio, algo que llevas esperando mucho tiempo

Antonio: El que? dimelo yaaa

Judith se recostó en el sofá, se levantó el vestido y apartando la braguita dejó ver su chocho al pescadero al que casi se le salen los ojos de las órbitas

Judith: Ya me has visto el chocho, es lo que querias no?

Antonio: Quiero probarlo.

Judith: ya veremos, Antonio.

En ese momento, Judith se colocó el vestido y se levantó agarrando al pescadero hacia la entrada.

Antonio: Vaya mierda de psicológa, me pones la polla dura y ahora que pretendes que haga

Judith miró a la entrepierna de Antonio y no pudo evitar abrir la boca al ver semejante tamaño de verga. Agarró a Antonio del brazo y lo guió camino de las escaleras

Judith: Pasa para arriba

Al llegar a la habitación la psicóloga le desabrochó el pantalón y sacó ese monstruoso pene. Los ojos le hacian chiribitas.

Antonio: Espera, juguemos... Alto a la guardia civil, sople aquí

Judith: Soplare lo que me mandes, dios mio

Se metió la polla en la boca y empezó a mamar como si no hubiera un mañana, agachada con su minivestido y sus taconazos. Antonio no paraba de gemir y no daba crédito a lo que estaba viendo. La guarrilla pelirroja le estaba haciendo el guardia civil. Ella se tomó un respiro mientras le lamía los huevos.

Judith: Me va a multar?

Antonio: Te voy a dar con la porra

Antonio agarró a Judith y la tiró en la cama, levantó el vestido, rompió las bragas con violencia y la penetró. El empapamiento de Judith ayudó a que entrara la cachiporra del vecino.

Judith: Jooooder, mi madre!

Antonio: Toma, toma, toma

Antonio parecía un conejo, el ritmo era altísimo y Judith sabía que el climax del pescadero estaba cercano, por eso se ayudó de sus caderas para meterse el miembro hasta el final. Ámbos sintieron gran placer. Antonio se corrió en las entrañas de la psicóloga.

Judith: Acaba con la lengua pescadero

Acatando la orden, Antonio empezó la comida de coño. Judit le agarró la cabeza y se la encajó en su coño. Tardó poco en correrse la pelirroja.

Judith: comeme el coño joder... UUUUUUF.

Al cabar sacó la cabeza de Antonio de su entrepierna. La cara del vecino era de felicidad plena. Ella se salió de la cama se subió las bragas y ya estaba dispuesta a bajar a la fiesta.

Antonio: Necesitaré más terapia, tendré que volver

Judith: volverás, volverás