Los Vengadores: Tom Holland ha sido un niño malo
Después de una intensa escena, Tom Holland y Robert Downey Jr se van al camerino a descargar su tensión, y lo que no es tensión.
— No me quiero ir Sr. Stark. — dijo Tom Holland en los brazos de Robert Downey Jr, mientras su cara mostraba la angustia del momento, en lo que posiblemente sea la mejor escena grabada en toda la saga.
—Corten. — se escuchó la claqueta sonar. — Buena Tom, impresionante. — dijo el director
En ese momento se podía ver como Robert ayudaba al chico a levantarse de esa posición mientras se acercaba a su oído con una sonrisa.
—Me has hecho llorar de verdad, cabronazo. —dijo el mayor con cierta admiración, y era evidente que los dos tenían cierta sintonía desde que comenzaron a trabajar juntos hace ya unos años.
Fueron a quitarse los aparatosos trajes de súper héroes y se fueron a su camerino a pegarse una ducha para retirar todo rastro de maquillaje.
Y bien era sabido por toda la gente del rodaje que estos dos se llevaban demasiado bien, por que nadie recordaba que Robert compartiese su camerino con nadie en toda su trayectoria.
En cuanto entraron y después de que Tom cerrase la puerta, Robert no dudó en empujar al joven actor contra la pared mientras este mostraba una sonrisa desafiante.
—Creo que voy a tener que darte un escarmiento por hacerme llorar. — mientras decía esto Robert comenzó a desenlazar el cordón de algodón que envolvía la cintura de su compañero de rodaje.
—Tendré que asumir las consecuencias. — Tom dejó caer su albornoz sensualmente mientras se quedaba solo con unos boxers blancos.
El sabía lo que le gustaba a Robert, que no pudo evitar sobar el abdomen del chico, y repasar con sus manos cada uno de los músculos de este. Para acabar dejando su mano en el paquete de Tom, presionándolo mientras acercaban sus labios. Sus lenguas desenfrenadas intentaban entrar en la boca del otro, Tom acariciaba el pelo del mayor mientras seguían con el apasionado beso. Cuando se separaron el chico comenzó a quitar el albornoz de Robert, dejándole en igualdad de condiciones.
En ese momento que estaban desnudos el chico saltó enrollando las piernas alrededor de la cadera del experimentado actor, sellando la distancia que separaban a ambos. Robert sujetó con su mano el turgente culo de Tom para llevarlo hasta la enorme ducha que estaba en el otro lado del camerino, sin parar un solo momento de comerle la boca, acariciando el esculpido cuerpo que tenía entre sus brazos. Tom en cambio se aferraba a la espalda del otro, mientras notaba como su polla estaba poniendo dura a pasos agigantados al sentir el roce con el abdomen de Robert.
Cuando consiguió llevarle hasta la ducha, lo empotró contra la pared y con la mano que le quedaba libre abrió el grifo de la ducha, que al principio salió helada, provocando que Tom soltase un pequeño suspiro por el contacto con el agua. Pero no tardó en empezar a coger temperatura, mientras los cuerpos de ambos relucían por la capa de agua que se deslizaba por ellos. La estancia se comenzó a llenar de vaho, mientras desde fuera a través de la mampara sólo se podía ver la silueta de sus dos cuerpos moviéndose, dejando una escena jodidamente erótica.
Cuando Tom notó la polla empalmada de Robert, volvió a poner los pies en el suelo agachándose, quedando a la altura del paquete, y mirando a la cara del otro, le agarró de los huevos y comenzó a besar su polla por encima de la lycra, poniendo una cara de vicioso que estaba consiguiendo que Robert no pudiese aguantar más.
Tom agarró los boxers del mayor por los lados, bajándolos de un movimiento dejando esa polla de unos 19 cm enfrente de su cara, totalmente dura. Robert no dudó en mover su cadera, consiguiendo que su polla golpease la mejilla del mas joven, que parecía querer atraparla con la boca. Visto que no podía hacerse con ese pollón, la agarró de la base y se la metió en la boca provocando que Robert se quedase apoyado en la pared con las manos en la cabeza del chico, y jadeando mientras dejaba caer su cabeza todo lo que podía hacia atrás.
Se pasó un buen rato saboreando su rabo, mientras dejaba su polla libre del boxer y se comenzaba a pajear. Cada vez que Robert miraba a Tom y conectaba con esa mirada lasciva, aumentaba la velocidad con la que se follaba la boca del joven. Si seguía a este ritmo y con esa fiera chupando pollas ahí abajo la diversión iba a durar poco. Así que bajó para agarrarle por debajo de las axilas y levantarlo para volver a subirlo a horcajadas, pero esta vez la polla de Robert conseguía hacer pleno contacto entre las dos nalgas del joven. Tom echó su mirada hacia atrás como buscando algo, y parece ser que lo encontró. Soltó primero una de sus manos y se agarró con ella al travesaño de la ducha, tirando de ambos cuerpos para poder tener una posición más cómoda, y es que, que él chico llevase años entrenando parkour le daban la opción de poder hacer cientos de posturas que se le venían a la mente para disfrute de Robert, que le dedicaba una sonrisa cómplice. Cuando ya estaba a la altura se agarró con las dos manos quedando agarrado al cuerpo del mayor solo con sus piernas. Con la fuerza de sus brazos comenzó a subir, quedando el contorno de estos totalmente marcados por el esfuerzo, mientras se volvía a dejar caer muy despacio. La vista que tenía Robert ante sus ojos era impresionante, así no pudo contenerse y empezó a preparar el culo de Tom introduciendo dos dedos, en los que el chico se clavaba según quería.
Tras un par de minutos y tenerlo listo, sacó sus tres dedos y cuando el chico estaba arriba posó la punta de su polla en el culo del chico, que comenzó a bajar lentamente, clavándose esos 19 cm poco a poco, mientras que al conseguir introducirla totalmente, cerró sus ojos por el intenso dolor. Cuando hizo fuerzas con sus brazos para subir sobre la polla notó como casi no podía conseguirlo, le dolía demasiado por él momento, así que se agarró al cuello de Robert y se quedó clavado en él unos instantes, mientras el moreno lo llevaba al enorme sofá que adornaba una de las esquinas del camerino para recostarlo suavemente en él. Poco tardó en comenzar las embestidas, con Tom aferrándose al borde del sofá con sus manos, tensando su cuerpo mientras Robert aumentaba las estocadas, sacando casi por completo su polla y hundiéndola de golpe en su interior, consiguiendo sonoros gemidos por parte del chico cada vez que tocaba su esfínter.
Después de darle un beso a Tom, Robert giró cuerpo de este y lo puso a cuatro patas para seguir embistiéndolo mientras le agarraba del pelo consiguiendo que el chico no pudiese mover la cabeza mientras no paraba de gemir y se masturbaba a un ritmo frenético. Robert pegó su cuerpo a la espalda del chico, pasando una mano por el cuello de este, dejando todo su peso en los brazos de Tom que tuvo que parar de pajearse.
Y mientras Robert buscaba la polla del chico para comenzar a pajearle, seguía embistiéndole cada vez más rápido.
—Me corro. — dijo el mas joven mientras miraba con cara de desesperación al mayor.
Robert aumentó el ritmo de sus embestidas mientras notaba como Tom comenzaba a correrse, soltando 6 o 7 lefazos que salpicaron tanto su mano como al aterciopelado sofá, mientras el interior del chico se comprimía al ritmo de los chorros que soltaba durante su orgasmo. Estrujando la polla de Robert que no pudo evitar correrse dentro de el llenando su interior totalmente de leche.
Tom dejó caer sin fuerza sus brazos quedando aprisionado contra el sofá entre el cuerpo de Robert y este. Robert dejó suficiente espacio para que el chico se diese la vuelta, pudiendo observar su cara roja quedando frente a frente.
—Voy a tener que hacerte llorar más veces. — dijo Tom mientras seguía respirando agitadamente aun sin quitar esa sonrisa pícara de su cara.
Robert le devolvió la sonrisa para después bajar hasta los labios del chico y darle un tierno beso.
—Vamos, que tenemos la entrevista Jimmy Fallon, y no deberíamos hacerlo esperar. — Robert no pudo evitar reírse a la par que Tom.
Intentaron prepararse los mas rápido posible eliminando toda evidencia de lo que acababa de pasar y bajaron para dirigirse al estudio de la NBC, eso sí, totalmente relajados para encarar la entrevista.