Los Vecinos Ruidosos 12
Cuando llegamos a casa, le prohibí a Rocío que se masturbase. Para evitarlo, le ate las manos a la espalda y a Antonio también para que no la ayudase. Los cachorros pasarían la noche fuera, así que no había problema con ellos. Acto seguido, me baje a mi casa a dormir.
Cuando llegamos a casa, le prohibí a Rocío que se masturbase. Para evitarlo, le ate las manos a la espalda y a Antonio también para que no la ayudase. Los cachorros pasarían la noche fuera, así que no había problema con ellos. Acto seguido, me baje a mi casa a dormir.
Así fueron pasando los días. A los cachorros les alimentaban con biberón, excepto una toma al día, por lo que el resto de las tomas las realizaba yo. Todas las mañanas las ponía a las 2 una detrás de otra y empezaba con una teta, así hasta acabar con las 4. Me encantaba su sabor. Lo mismo a veces no era tan delicado como los cachorros pero eso no me importaba. Ellas solían acabar corriéndose entre gemidos por mis chupeteos.
Un día decide realizar una idea que llevaba tiempo madurando en mi cabeza.
- Rocío, Mercedes venid conmigo. Nos vamos. Tu Antonio te quedas al cuidado de los cachorros por si dan problemas.
Las 2 se miraron entre si y luego me miraron a mi con cara de terror. Yo me reía para mis adentros. Las hice vestirse como a mi me gusta, siempre dispuestas y con ropa fácil de quitar. Sin sujetador y con un tanga solo.
Bajamos y le dije a Rocío que condujera ella. La iba guiando sin decirles a donde íbamos. Yo iba detrás con Mercedes y Rocío hacia de chofer nuestro. Todo el camino estuve sobando a Mercedes y cuando llegamos, tenia el coño realmente encharcado.
- Ya estamos
- ¿Refugio para animales la atalaya? ¿Vamos a comprar algo?
- Calla perra y sígueme.
Entramos y allí estaba mi amigo al que salude
- Hola Alberto
- Hola Luis, cuanto tiempo hombre
- Si, estoy algo liado como te conté por teléfono
- ¿estas son las perras?
- Así es
- Están buenas las cabronas
Alberto las estaba devorando con la mitrada así que le invite a que se sirviera. El se acerco a las putas y dijo
- Desnudaos ahora mismo
Ella obedientemente lo hicieron y quedaron allí desnudas frente a nosotros. Alberto se adelanto entonces y comenzo a sobarlas a las 2 a la vez.
- Vamos, besaos – dijo
Rocío y Mercedes comenzaron a besarse dándose lengua, lo que a mi me puso a 100. Me acerque y cogí a Rocío por la espalda, dejándole los brazos detrás y con un gesto, invite a Alberto a que hiciera con ella lo que quisiera. Él se arrodillo y comenzó a comerle el coño. Pronto, los gemidos de Rocío era lo único que se podía oír en el local.
De repente, entro una chica joven con el polo del refugio puesto.
- Hola Alberto. ¿Estas son?
- Si Marisa. Espero que no te importa pero he invitado a Marisa, mi compañera de trabajo a participar del festín.
- Fantástico – dije yo
Entonces mande a Mercedes a jugar con esta. Marisa era una chica de las que no se podía decir que era guapa ni fea. Tenia un algo que la hacia atractiva pero era bastante gorda. Debía de andar sobre los 100 kg. Como casi toda mujer gorda, no tenia tetas, tenia ubres. Mercedes fue a 4 patas hasta ella y una vez alli espero ordenes.
Marisa se quito el polo y le dijo:
- Ven aquí cariño. Quiero que me comas las tetas.
Mercedes empezó a comérselas y mientras Marisa la sobaba en el coño.
Mientras tanto, Alberto había cogido a Rocío y la puso contra el mostrador. Una vez allí, se saco la polla y la dirigió hacia el orificio anal de Rocío. Me miro y cuando le di mi aprobación, se la clavo de una sola embestida a Rocío. Esto la hizo gritar como una posesa, pero enseguida se acostumbro a tener la polla en sus esfínteres y los gritos se transformaron el gemidos.
Marisa se había quitado el pantalón y había puesto a Mercedes a comerle el coño, cosa que por la cara de Marisa debía de hacerlo muy bien
- Así Putita
- Parece que ha estado comiendo coños toda la vida – dije yo
- ¿Y no es así? – pregunto Marisa
- Que va. Es el primero que come
- Pues es una joyita, lo hace de fábula. Hummmmppfff .... sigue así putita que no voy a tardar en correrme en tu bocaaaa.
Entre espasmos, Marisa se corrió haciendo a Mercedes tragar toda su corrida. Por otro lado, cuando vi que Alberto lo iba a hacer, me acerque despacio por detrás y le dije al oído
- En la boca.
Alberto aparto a Rocío, la tiro al suelo, le metió la polla en la boca y empezó a lanzarle su leche. Rocío, como ya había aprendido, se la trago todo sin desperdiciar una gota.
- Esto es increíble tio.
- ¿Qué te parecen mis putitas? Y ¿De lo que hablamos por teléfono?
- Claro, seguidme
- Vosotras, hacedlo a 4 patas como corresponde a 2 perras.
Así seguimos a Alberto a una zona que estaba llena de jaulas con perros
- Escoge – me dijo
Yo elegí a un Pastor alemán y a un Dogo que tenían buena pinta. Alberto los cogió a los 2 y los metió en jaulas individuales que tenia. Se dirigió entonces hacia nosotros y me dijo:
- ¿Haces tu los honores?
- Por favor – le dije con una sonrisa en la boca
Marisa nos había seguido y estaba detrás mirando.
- Sostenme a esta – le dijo Alberto a Marisa entregándole la correa que habíamos puesto a Mercedes junto con un collar de perro
Y cogiendo la correa de Rocio, se la llevo hacia la jaula donde estaba el Dogo. La cara de Rocío era de autentico espanto. Me miraba a mi y decía
- No, por favor. Eso no. Lo que quieran menos eso
- Calla perra. Harás lo que se te ordene. Como perra que eres, deberás follar con perros ya que son de tu misma especie.
Alberto abrió la jaula y la metió allí. El dogo comenzó a olisquearle el culo y llegado un momento debía de estar bastante necesitado porque se subió encima de la espalda de Rocío y comenzó a moverse. Entonces Alberto, le cogió la polla al perro, me miro y me dijo
- Por el coño o por el culo
- Por el culo – dije yo
Dirigió la polla del perro hacia el culo de Rocío. El perro al notar que cedía y encontraba espacio, de un empujón se la metió hasta el fondo a Rocío. Esta dio un grito pero una vez que el perro le metió la bola, supo que ya no había remedio. El Dogo se la follo a gusto y cuando acabo, echo grandes chorros de leche, llenándole el culo y los muslos a Rocío de ella. Luego tuvieron que esperar un rato enganchados hasta que el perro consiguió desengancharse de Rocío.
- Ahora te toca a ti putita – le dije a Mercedes.
Alberto cogió la correa y repitió la operación, esta vez en la jaula de Pastor alemán, que también se la follo.
- ¿Ya esta? – le dije a Marisa
- Ha quedado fantástico
Cuando las perras miraron vieron que en las manos de Marisa había una cámara de video. Mientras íbamos a las jaulas, había hablado con ella y le había dicho que lo grabase todo en video. A Rocío y a Mercedes, se les vino el mundo encima al saber que ya no se podrían librar de mi nunca si querían seguir viviendo una vida mas o menos normal.
Gracias por vuestras sugerencias hasta ahora. Procurare haceros caso. También gracias por vuestros comentarios. Estaré encantado de vuestros comentarios y criticas.