Los vecinos
Nuestros vecinos nos sorprendieron con su morbo y calentura.
Todo empezó el verano pasado. Mi mujer y yo tenemos una casita en el campo a unos 100Km de Madrid, es pequeñita pero nos gusta mucho estar allí, es una gran urbanización con muchas viviendas y una gran piscina comunitaria en la cual pasamos gran parte del tiempo hablando con nuestros vecinos.
Me llamo Juan y mi mujer Mari, ambos de 58 años, yo mido 1,62 y peso 98 kilos, en fin un gordito como dios manda y mi mujer mas o menos mi estatura y un poco mas delgada pero con grandes tetas y un culo maravilloso. Nos gusta mucho el sexo es mas nuestra vida sexual es muy activa ya que follamos casi todos los días y a veces vamos a sitios de intercambios ya que nos gusta tener nuevas experiencias.
Paso a contaros la historia que nos ocurrió con nuestros vecinos de casa de la urbanización. Nos conocemos desde hace bastante tiempo y siempre hemos tenido una relación cordial pero no muy intima, cada uno llevaba su vida y nos hablábamos en la piscina o en el bar de la urbanización, pero nunca habíamos estado en su casa ni nosotros en la suya.
Un día de Agosto estábamos en casa a media mañana y se nos ocurrió ir a casa de los vecinos para invitarles a tomar el aperitivo en casa, creímos que ya era hora de intimar un poco más. Llegamos a la entrada de su casa y llamamos al timbre, esperamos un poco y volvimos a insistir, yo iba con un pantalón corto y sin camiseta y mi mujer iba con un pantalón corto y una camiseta de tirantes que le dibujaba los preciosos pechos que tenía además de marcar sus enormes y duros pezones. Al ver que no nos abrían decidimos entrar en el jardín de la casa, la puerta estaba abierta, así que nos encaminamos hacia la parte de atrás de la casa. Y allí vimos en dos tumbonas a nuestros vecinos tomando el sol desnudos mientras oían música por los cascos. Nos quedamos un tiempo mirando sin decir nada ya que nuestros vecinos nos atraían mucho sexualmente. Ël se llama Ricardo es mas o menos de mi estatura y un poco mas gordo, calvo y con barba y un pecho precios y una barriga llena de pelos y la mujer se llama Pilar, más alta que su marido con dos tetas enormes un culo respingón y unos muslos como dos columnas romanas bien torneados. De repente Ricardo abrió los ojos y nos vió allí como dos tontos mirando, se quitó los cascos y se levantó.
Hola vecinos pasad no os quedeis ahí, no tengais vergüenza jejejeje, somos nudistas y nos gusta estar el mayor tiempo desnudos.
Así hicimos, nos acercamos y en ese momento Pilar también se dio cuenta de nuestra presencia
Hola Mari hola Juan como estais? Pasad estais en vuestra casa
Nos acercamos a su altura y nos saludamos, la verdad es que desnudos estaban casi mejor que vestidos, yo empecé a notar como mi polla se empezaba a poner dura.
quereis beber algo?
Ante la pregunta de Pilar mi mujer y yo asentimos casi sin palabras, yo me di cuenta que Mari estaba también muy excitada, sus pezones luchaban por salir de la camiseta. En esto nuestro vecina Pilar se percató de ambas cosas.
Mira Ricardo parece que nuestros vecinos se están animando más de la cuenta jejejeje. Juan tienes que tener una polla preciosa por lo que se adivina en ese bulto que tienes. Por que no os desnudais como nosotros asi estareis mas cómodos.
Si, asi podemos ver como lo teneis todo al natural, siempre nos habeis gustado pero creíamos que erais muy vergonzosos en el tema sexo.- dijo Ricardo
Sin pensarlo dos veces yo me quité el pantalón y apareció mi polla completamente tiesa y Mari también se quitó la camiseta y su pantalón corto enseñando su madura desnudez.
Sin pensarlo dos veces Ricardo empezó a tocar los pechos de Mari y a juguetear con sus pezones que estaban duros como una piedra, yo no sabía que hacer, Pilar se dio cuenta de ello y me cogió la polla y me besó en la boca, me metió su enorme lengua en la boca y empezó a pajearme con mucha maestría. Ricardo también empezó a besar a Mari y sin darnos cuenta estábamos los cuatro desnudos tumbados sobre una enorme toalla besándonos y comiéndonos sin parar. Ricardo empezó a comerle el coño a Mari mientras Pilar me chupaba la polla con una maestría inigualable, yo no pude más y puse a Pilar a cuatro patas y la empecé a comer el coño también mientras ella le comía la polla a su marido que seguía lamiéndole el coño a mi mujer. Entonces Pilar me pidió que la follara, que quería sentir mi rabo en su chocho mojado. Sin pensarlo de un solo golpe se la metí entera lo cual provocó un gran gemido por su parte y a la vez meterse el gran rabo de Ricardo entero en la boca. Por cierto la polla de Ricardo era muy muy gorda. Mari ya se había corrido una vez y tenía su coño empapado asi que se levantó y se sentó sobre el pollón de Ricardo. Así estuvimos un rato, follándonos a la mujer del otro. Mari estaba como loca sus tetas saltaban al compás de las embestidas de Ricardo y las de Pilar se movían al compás que marcaban mi polla entrando y saliendo de su chocho.
Cambiamos de postura varias veces hasta que Ricardo y yo nos corrimos encima de las mujeres soltándoles unos chorros de leche enormes que bañaron sus caras y sus tetas. Ellas se frotaron nuestras leches por todo el cuerpo y caímos rendidos los cuatro encima de la toalla.
Durante unos minutos nadie dijo nada, había sido algo que nunca antes habíamos experimentado, el morbo de la situación era máximo.
Al cabo de unos minutos nos levantamos y con una manguera nos duchamos y limpiamos nuestra leche a las mujeres. Estábamos empezando ya una nueva sesión cuando oímos una voz que dijo:
No vais a contar conmigo?
Pero eso será en la siguiente entrega