Los Sueños de Maria 3: Cantabria
Maria conoce a un joven cantabro en la playa y su imaginacion vuela hasta tener los mejores orgasmos de su vida con el
María tenía un viaje de trabajo, era el primero desde que trabajaba en esa empresa, su jefa tenía una reunión y ella quería que María la acompañara. Cantabria las esperaba
Lunes por la mañana y ambas iban en el coche de camino, ya sabia porque su jefa quería que fuera, era muy pesado conducir tantas horas una persona sola. Al menos podría visitar bonitos paisajes en las horas libres.
María iba absorta en sus pensamientos mientras su jefa dormía en el asiento del copiloto, la noche anterior, a modo de despedida tuvo una sesión de sexo salvaje con su marido, iba a estar varios días fuera, y quería irse bien satisfecha, aunque eso era difícil. De recordar los momentos vividos la noche anterior María empezó a excitarse, en su mente vivía las imágenes de la noche anterior cuando su marido recorría con su lengua cada centímetro de su cuerpo, cuando se detuvo en su coño empapado y metía sus dedos a un ritmo lento mientras succionaba su clítoris y ella se retorcía de placer.
Cuatro días serian muy largos sin poder tener sexo, menos mal que había metido su consolador en la maleta, seguro que tantas noches sola y recordando sus sesiones de sexo con su marido la pondrían tan cachonda que tendría que aliviarse antes de poder dormir
Tras tres días sin descanso llenos de trabajo, por fin tenían una tarde libre, los días anteriores solo daban tiempo a trabajar, comer y dormir, aunque María para poder conciliar el sueño necesitaba ayuda de su amigo el consolador y sus manos.
Quería ir a la playa, estaba cerca y sabia que los paisajes serian preciosos, como hacia muy buen tiempo se puso su vestido blanco con un sujetador y tanga también del mismo color, sandalias rojas y las gafas de sol, camino hacia la playa y empezó a pasear por la arena, cerca de la orilla, mojando sus pies y admirando el paisaje. A lo lejos un grupo de amigos estaban de fiesta, tenían música puesta y bebían alegremente, se quedó parada mirándolos y uno de ellos atrapo su mirada.
Era moreno y alto, atlético, pero sin ser un cachas de gimnasio, María se quedó enganchada a esa mirada profunda, el serio empezó a andar hacia María hasta que llego a su lado
JL – Hola, ¿Cómo te llamas?, soy Jose Luis
M – Hola, yo María
JL – No eres de por aquí, ¿de vacaciones?
M – Viaje de trabajo, aunque con estos paisajes tan bonitos tendré que venir de vacaciones
Ella escucho como los amigos de Jose Luis lo llamaban y él se giró para indicarles que iba enseguida
JL – Te tengo que dejar, una lástima, seguro que podríamos haber tenido una amena conversación y un placentero paseo por la playa, las vistas son espectaculares
Mientras le decía esto Jose Luis se comía a María con la mirada, y ella, empezó a notar como su tanga se mojaba y sus pezones se ponían duros.
JL – ¿Seguirás por aquí más días?, seria genial poder volver a vernos
M – Me voy mañana por la mañana imposible
JL – Que pena, yo que quería pasar la mejor noche de mi vida contigo, y quizás también fuera la tuya
Se quedó en el sitio quieta y excitada, disimuladamente miro hacia la entrepierna de Jose Luis y adivino lo que era un gran paquete, seguro que ese jovencito, pues no tendría más de veinticinco años, tenía una buena herramienta, y pensó que sería delicioso tenerla en la boca.
Con ese pensamiento, mientras Jose Luis se alejaba ella, María fue caminando hacia el hotel, por el camino iba imaginando como sería su polla, estaba cachonda, y lamentablemente su marido no estaba allí con ella para satisfacer su calentura, para poder dormir, tuvo que usar sus dedos y masturbarse salvajemente, frotando primero su empapado clítoris, lento, sintiendo todo el placer y la humedad de su vagina, después fue aumentando el ritmo, cada vez más y más, desnuda en la cama tumbada boca arriba, con una mano se pellizcaba los pezones, y se apretaba las tetas mientras con la otra seguía en su coño.
De frotar paso a meterse un dedo, pero era poco, siguió con dos, pero no era suficiente, metió tres, y ya empezaba a sentir placer de verdad, con la palma de la mano frotaba su clítoris al ritmo que metía y sacaba sus dedos, un ritmo frenético que acabo en un grito de orgasmos en pocos minutos.
Y así, con la mano metida y el orgasmo aun recorriendo su cuerpo se quedó dormida, y empezó a soñar.
María estaba en la playa, con Jose Luis, ella lo miraba con deseo, y el a ella también, de repente una ola llego a la orilla y acabo bañada, con su vestido blanco, ahora mojado se adivinaba todo su cuerpo, se transparentaba su pecho enorme y redondo y su culito
JL – Madre mía esa ola me ha hecho un favor, estoy viendo un monumento al que quiero visitar
M - ¿te gusta lo que ves?
Jose Luis se acercó a ella, estaba a centímetros de su cuerpo, le hablo con su boca muy cerca de la de María, con voz grave
JL – Me encanta lo que veo, y lo quiero ya
María termino de excitarse y noto como unas manos grandes y firmes empezaban a acariciar su mojado trasero para pegarla a él y que notara su enorme excitación, una enorme polla tiesa chocaba entre sus vientres, ella al notarlo sabía que la quería, necesitaba esa polla para ella sola
Jose Luis cogió la en brazos y la llevo tras unas rocas, allí la soltó y empezó a quitarse los pantalones, María necesitaba esa polla dura y deliciosa en su boca, quería comérsela hasta atragantarse. Se puso de rodillas y con su mano la acaricio para después cogerla fuerte y empezar a lamerla de arriba abajo, mirando fijamente a los ojos de él.
JL – Que boca tan dulce y que bien la chupas, seguro que te cabe entera en la boca, tienes cara de chupar muchas pollas
María hizo caso a lo que él le dijo y abrió la boca lo más que pudo para meter su polla hasta el fondo, notaba como llegaba su punta a la garganta y hasta le daban arcadas, mientras ella con una mano masajeaba sus huevos y con la otra se apretaba las tetas, estaba cada vez más excitada, más cachonda, estaba haciéndole una mamada a un desconocido al aire libre, y eso le hizo sentir más excitación, notaba su coño como se empapaba más y más.
JL - ¿Por qué no me enseñas tus tetas?, y tu coño, seguro que lo tienes empapado, y sigue comiendo, no pares, que lo haces muy bien, ¿eh putita?
María al oír como Jose Luis la llamara “Putita” se puso a mil, y accedió a obedecer sus órdenes, abrió su vestido y dejo a la vista unos enormes pechos con el sujetador empapado y un tanga minúsculo también mojado, pero no solo de agua del mar, sino de sus fluidos, pues no paraba de chorrear de lo excitada que estaba
Jose Luis saco su polla llena de saliva de la boca de María.
JL – Quítatelo todo, quiero verte esas tetas y ese coño, y tócate mientras sigues chupándomela
Ella accedió de nuevo, se quitó el vestido y la ropa interior, se quedó desnuda, arrodillada y espatarrada, mirándolo fijamente, como se la comía con los ojos
JL – Perfecto, así estas mucho mejor, siguen chupando
Mientras María seguía tragándose esa polla tan deliciosa, llevo sus manos a su coño, estaba empapadisimo, y comenzó a frotarlo, estaba muy excitada, y cada vez quería más y más
JL – Así putita, así tócate, ponte más guarra para mí, quiero follarte y que no pares de correrte, ¿quieres que te la meta?, ¿quieres sentir esta polla enorme en tu coño?
Con la polla de Jose Luis en la boca y sin parar de frotarse asintió, necesitaba ser follada por esa herramienta dura y grande que tenía en la boca
JL – Levántate, y ven aquí
La giró y la empotro contra las rocas, paso su mano por el coño, comprobó que estaba chorreando y puso la punta de su polla, llena de la saliva de ella, en la entrada de su coño. De un empujón la metió hasta el fondo, hasta los huevos, y María soltó un gran gemido de placer, sentir como esa polla entraba en ella rápida y salvaje hizo que quisiera que la follara bien duro, sentirse llena y correrse como nunca con esa polla enorme dentro.
Jose Luis se pegó totalmente a su espalda, casi aplastándola, susurrándole en el oído.
JL - ¿te gusta así zorra?, ¿quieres que te folle sin parar hasta correrte? No dejes de gemir, que eso me encanta, y tu culo también me encanta.
Siguió con sus embestidas metiéndole la polla hasta el fondo, hasta chocar con sus huevos en las nalgas de María y dándole pequeños azotes que iban siendo cada vez más fuertes, llamándola putita, y zorra. María, al oír todo eso solo podía gemir del gusto, sentía esa polla enorme entrando y saliendo de su interior y quedando en cada embestida al borde del orgasmo, con las tetas aplastadas contra las rocas y el aliento de Jose Luis llamándola putita, zorra y guarra al oído. María no pudo más y se corrió, un orgasmo largo y placentero que hizo que le temblaran las piernas.
Jose Luis paro al notar como ella terminaba su orgasmo y desfallecía
JL - ¿te has corrido bien putita?, yo no he terminado
M – Follame el culo
María no podía casi ni hablar, estaba aún notando los efectos del orgasmo, pero quería más y más, y necesitaba esa polla enorme en su culo, quería sentirse llena
JL – Joder sí que eres puta si, ¿quieres que te dé por detrás?, te hare daño, ¿o ya lo tienes bien abierto?
No hablo, solo apoyo las manos en las rocas arqueándose para dejar el culo en pompa y mostrárselo, aunque acababa de tener un orgasmo alucinante ella necesitaba más, aun se sentía muy excitada, notaba como seguía necesitando su polla, quería sentirla entera entrando en su ano, y lo sintió. Jose Luis puso la punta totalmente empapada del orgasmo de María en su ano, y empezó a empujar, lento, despacio, notando como se dilataba y entraba, poco a poco siguió empujando y ella sentía como poco a poco su culo recibía una enorme polla que la llenaba completamente por detrás, sus gemidos seguro se oían por toda la playa, estaba desatada.
JL – Grita putita, grita de gusto, ¿te gusta por el culo?
M – Si, me encanta, por favor, métela entera, la necesito hasta el fondo, follame el culo, quiero correrme otra vez
De un empujón termino de meterla hasta que choco con sus huevos en su empapado coño, y ella soltó un gemido espectacular, hasta las gaviotas salieron volando
JL - ¿así te gusta zorra, hasta el fondo?
M – Siii ¡!!, así, sigue!!
Entonces empezó a moverse, a entrar y salir, al principio lento, para que ambos sintieran cada entrada y salida, María notaba como la polla de Jose Luis se abría paso en su estrecho culo, y tan excitada estaba y tanto deseaba el orgasmo que con una mano empezó a masajearse el coño, empapadisimo mientras esa enorme polla seguía entrando y saliendo de su culo.
M – Mas fuerte, hazlo más fuerte
Jose Luis al oírla suplicarle más agarro con fuerza sus caderas y empezó un movimiento frenético en el que María era sacudida a cada embestida, notaba como sus huevos golpeaban en su coño mientras ella se frotaba el clítoris, fuerte, rápido, sus tetas bamboleaban y él mientras le daba azotes en sus nalgas
JL – Así guarra, así me gusta follarte, córrete putita mía
M – Siiiii, sigue así, sigue
María empezó a notar como llegaba el orgasmo, paso de frotar su clítoris a meterse dos dedos y mover fuerte mientras Jose Luis la follaba rápido y duro por detrás, ella oía los gemidos de él, llamándola putita, oírlo y sentirlo como le estaba haciendo la mejor follada anal de su vida hizo que por fin se abandonara en un largo orgasmo que hizo que él también se corriera, gritando los dos de placer, ella sintió como su orgasmo hacia que cayera por sus piernas dulce fluido saliendo de su coño mientras Jose Luis descargaba todo su semen en su culo.
María despertó de la excitación, noto como su mano aún seguía en su coño metida, se quedó dormida con los dedos metidos, y mientras soñaba los movió, su orgasmo del sueño había sido real, tenía la mano empapada de haberse corrido las dos veces, aún estaba excitadísima, aprovecho y movió su mano, rápida y fuerte, metiendo los dedos, frotando su clítoris hinchado hasta llegar a otro largo e intenso orgasmo, tras él, llevo su mano a su boca y saboreo el dulce sabor del placer.
Miro el reloj, en una hora tenía que abandonar el hotel, una larga ducha y muchas horas después estaba en casa, cansada del viaje, pero recordando el espectacular sueño que había tenido con Jose Luis.