Los Sueños de Isabella 1

Carlos, su marido, no sabía de sus sueños, ella una mujer que disfrutaba del sexo, tenía sus sueños, sus deseos insatisfechos, Isabella soñaba y deseaba, y Carlos no entendía las señales.

Los sueños de Isabella – 1

Carlos, su marido, no sabía de sus sueños, ella una mujer que disfrutaba del sexo, tenía sus sueños, sus deseos insatisfechos, Isabella soñaba y deseaba, y Carlos no entendía las señales.

Él se enteró después, pero ella necesitaba más, la lujuria carcomía sus entrañas. Mojaba sus tangas, enloquecía a cada hombre que pasaba cerca, su perfume, mezclado con la fragancia de su sexo… le gustaba que la desearan, disfrutaba calentándolos, y a la noche se aprovechaba de Carlos. Y el no comprendía, pensaba que era amor, pero ella lo que sentía era lujuria, aparte de su amor, lujuria, desbordada.

Todo sucedió un día cuando Carlos no pudo ir a buscar a Isabella, ella tenía que viajar al centro y Carlos no llego a tiempo, la llamó por teléfono para avisarle que no iría a buscarla y a ella a pesar del disgusto se le aparecieron las imágenes soñadas, quizás podría cumplir alguna, se animaría?... Por lo pronto subió a un taxi y sin quererlo ni planearlo se sintió húmeda, solo la posibilidad de realizar alguno de sus sueños, abrió sus piernas y disimuladamente se tocó y no, no era una ilusión se estaba mojando... La lujuria había empezado su trabajo, un calor le subía por el cuerpo y el reflejaba en sus mejillas… Sus pezones empezaban a notar el roce del sujetador, le costaba respirar. Sin darse cuenta llego a su destino, esperando que el taxista no se hubiera dado cuenta, o quería que se diera cuenta, su cabeza estaba llena de imágenes, el deseo de sexo la desbordaba... Bajo del taxi y fue a un bar, quería tomar algo fresco y recapacitar… Lo quería hacer???. Se sentó en una mesa, necesitaba algo fresco, también necesitaba algo fuerte, que quería, que deseaba, tenía poco tiempo, debería tomar el autobús hacia su casa, pero tenía miedo de sus sueños y también los ansiaba, pidió un whisky con mucho hielo, el mozo se sintió enamorar por la dulzura de su voz, por la sensualidad y sexualidad que despedía, noto que en su entrepierna crecía algo y se dio vuelta raudo para que Isabella no se diera cuenta... Llego su whisky y creo que entre la lujuria que la desbordaba, el sabor del whisky, el frio del hielo y el alcohol hicieron que deseara aún más, si es que es posible, que sus sueños se hicieran realidad. Pagó su bebida y se dispuso a ir hacia la parada de autobús, llego al instante, no había demasiada gente, ella pensó, me sentare detrás para evitar la tentación, subió, pagó su pasaje, y procedió a sentarte en la última fila de asientos. Su perfume era parte ya del autobús, el chofer se dio vuelta para ver a esa pantera deslizarse hacia su asiento, no pudo evitar una erección, despedía pasión, sexo y lujuria.

El Autobús se llenó, ya era de noche y la gente regresaba de sus trabajos. El perfume de Isabella se mezclaba con el de muchos hombres que habían subido después que ella… Era como si temieran al verla, la tentación hecha mujer, allí sentada, dormitando, dormitando?, soñando sueños muy cálidos. Subió un hombre, unos 40 años, guapo, fornido, que gracias a la oscuridad que estaba cayendo no se dio cuenta de donde se sentaba.

Al hacerlo ella dio un respingo, y el se dio cuenta de que la tentación estaba a su lado, ella salió de su ensueño, sus mejillas denotaban en que estaba soñando, cerro las piernas y noto lo mojada que estaba… Soñaba sueños muy calientes, y se dio cuenta que quien tenía al lado se había percatado de algo… Creía no haber dicho nada en entresueños, pero ahora lo dudaba… Lo miró fijamente y se dio cuenta que su sueño iba a hacerse realidad, era un hombre guapo, en sus ojos se notaba que era lo que ella estaba necesitando, por vergüenza miró por la ventanilla, quería evitar el contacto, al menos eso se decía por dentro, intentaba luchar, pero no sabía si podría… El movimiento del autobús, hacía que su tanga se fuera metiendo cada vez más adentro de su sexo, el roce la encendía,, el bamboleo hacia q su sujetador rozara sus pezones, estaba desesperada, cuando sintió que una mano tomaba la suya y la posaba sobre la entrepierna de su vecino de viaje, se estremeció, pero no pudo resistirse, tanto lo había soñado… debajo del pantalón luchaba su pene por salir de la prisión que lo contenía, y ella era su carcelera, procedió a bajar la cremallera, y hundió su mano dentro de su bóxer… el calor que desprendía el pene de SU hombre era irresistible, lo saco y sin mirarlo a los ojos, procedió a meterlo en su boca, un beso, limpió ese líquido muy suave que ella había visto muchas veces en sus sueños en el pequeño agujero del pene, y lo saboreó, se sintió desbordada y susurró, necesito ser tuya…. Y empezó a succionar, el hombre, completamente entregado a las artes de Isabella, solo disfrutaba, no podía creer lo que le estaba pasando, puso su mano debajo de la falda de ella y desplazo su tanga, estaba toda mojada, viscosa, hermosa, apetitosa, trajo para si sus dedos mojados y bebió de ese néctar. Su pene estaba que estallaba, quiso quitarla pero ella siguió, se negó a dejar de succionar… el expulsó todo su liquido viril dentro de su boca, un chorro, dos, tres, cuatro, hasta que su cuerpo se relajó. Ella bebió todo lo que él le entregó, ni una gota quiso desperdiciar de su sueño hecho realidad. Ahora le tocaba a ella, seria capaz de evitar los gemidos, lo intentaría… Su compañero de viaje le subio la falda, desplazo su tanga y hundió su cabeza en su dulce vagina, los labios de ésta, estaban hinchados, su clítoris estaba sensible, y el viajero empezó a beber de ella, paso su lengua por fuera, ligeramente todo el botón de su placer y se escuchó un gemido dentro del bus… ella le pidió que siguiera, q no parara, q lo necesitaba, y el viajero continuo con su propio viaje, el del placer, el cuerpo de Isabella se arqueaba, su respiración estaba agitada, no aguantaba más… no podía más, el viajero había emprendido su propio viaje, y la llevaba a ella por los lugares más deseados en sus sueños, solo se escuchaban sus gemidos apagados, y el rítmico sonido que se provocaba el viajero succionar su vagina, alguien más se dio cuenta, a Isabella eso la éxito aún mas, había otro hombre mirando , y deseándola. Ella se entregaba cada vez más, pensó que iba a morir de placer… Soñaba despierta… Como disfrutaba… Sin darse cuenta de que el otro viajero se acercaba, sintió algo caliente y húmedo en su boca, era otro pene, que podía hacer, estaba entregada a la realidad de sus sueños, abrió su boca, y succionó, se desesperaba, quería más deseaba más… pensó que iba a enloquecer de placer, ya llevaba dos orgasmos y el primer viajero no quería salir de allí, y ella no quería q se fuera…. Sintió como su boca se volvía a llenar de semen, esta vez tampoco quiso dejar nada, era su sueño, mucho más que su sueño, su realidad… Tuvo el mejor orgasmo de su vida y supo que los sueños se pueden hacer realidad … El segundo viajero volvió a su asiento, y el primero quiso hablar con ella. Isabella lo silenció, no quería saber quién era, ni de dónde ni que hacía, había cumplido un sueño. Acomodó sus ropas, apoyo su cabeza contra la ventanilla y entrecerró los ojos disfrutando aun del sabor de dos hombres en su boca . Se despertó cuando llego a destino, Carlos la estaba esperando… Ella estaba feliz, había cumplido un sueño y su marido estaba esperándola para hacerle el amor…. Había cumplido un sueño???

Para el amor de mi vida, que es mi musa, y todo lo que puedo desear.