Los secretos de Elizabeth

Es una historia de una pasion prohibida... dejate llevar por el deceo en una epoca donde todo era algo prohibido 1920, ademas de sorpresas que se va a llevar en el camino

Todo  comenzó 4 años atrás… cuando lo conocí, yo era la heredera de una pequeña fortuna que mis padres al morir me habían dejado, mi tío se convirtió en mi tutor legal y tendría derecho sobre mi herencia hasta mis 20 años, lo que era injusto ya que el quería ese dinero para si mismo y dejarme a mi de lado sin importarle nada.

Solo tenía 17 años, cuando creí haber hallado el amor verdadero, ¿ilusa? ¿Enamorada? O solamente ¿inocente? Llegue a pensar que lo daría todo por el. Mi tutor no pensaba lo mismo y si llegaba a solo pretender estar con el seria el fin de mi vida como lo conozco, el me obligaría a tomar los hábitos e ir a un convento.

Todo esto llega a mis recuerdos hoy  21 de Noviembre del 1923 siendo víspera de mis 21 años, todo se mesclaba en este intenso calor!  Se sentía espantoso e increíble puesto que era el comienzo del invierno y estar sola a la medianoche en el compartimiento trasero de un tren contemplando la luna lo hacía más  intenso e inexplicable…  pienso que la luna es la que me trae recuerdos… mis labios se curvan en una sonrisa pícara y tengo que mover mi cuello para liberar algo de presiones. Recordar besos apasionados de una noche insana.. Ja! Nunca se enteraron de mis amoríos con el… mi tutor siempre creyó que yo lo había superado, ya que él se había casado con una prostituta que quedó embarazada de él, ¡todo un escándalo!, si eso sin duda destruyo mi corazón por un tiempo sin embargo solo la habitación del pequeño departamento que en secreto compramos conocía la historia, ¿Que importaba que él estuviera casado? ¿Que importaba si iba a ser una solterona? ¿Que importaba nada?... yo era feliz en sus brazos y me emocionaba la idea de que me poseyera todas las noches, unirnos en cuerpo y alma más en ese deseo carnal al que nos lanzábamos mientras el escapaba de una mujer autodestructiva y de un pequeño bebe en el que residía la duda si realmente era de el. Y yo escapaba de ser una princesita bien educada de la alta sociedad.

Sobretodo recordaba esa primera noche… se metió por mi ventana mientras yo descansaba y solo tenía mis medias puestas ya que el resto me molestaba. Se acercó cautelosamente y mientras yo dormía, cerró con una mano mi boca, lo que hizo que  despertara alarmada.

-shuuu- susurro a mi oído- es que no reconoces la voz de tu amado?- mi mente quedo en shock era el… ¿cómo se atrevía? Aparecer luego de meses separados y de que  el hubo preferido a una perra en vez de a mí, aun así cuando soltó mi boca no grite, me lance sobre el besando sus labios, hurgando en su boca con mi lengua, separamos nuestros labios mientras yo le propinaba una cachetada que hizo que el soltara un gemido. De sorpresa seguramente.

Te atreves a entrar en mi casa, en mi habitación para ser más exacta después de todo lo que paso?-le dije sin levantar mucho la voz porque no quería que nadie de la casa oyera, mi honra seria mancillada de ser así.

-deja que te explique mis motivos-dijo-es un bebe inocente que necesita un padre… no le podía abandonar, Elizabeth por el amor de dios,  en ese momento era un niño que quería tener una aventura con una cualquiera como otros hombres!...soy un hombre! Los hombres necesitamos mujeres para vivir!...-

Le interrumpo no podía callarme entonces decidí  recalcar no eran mujeres solamente -mujeres desnudas! Cier…- lo que me hizo caer en cuenta que debajo de la delgada sabana que me cubría solo tenía puestas mis medias largas hasta los muslos. Fui consiente de mi propia desnudes debajo de aquellas sabanas.

-Aléjate de mí, no estoy presentable!- le dije mientras me cubría con la sabana hasta la cabeza, oi su risita baja por encima de las sabanas.

-no me alejare de ti  hasta que hables conmigo, no me iré! Te lo advierto y si no me dejas hablar contigo are un escándalo del que se enterara hasta el párroco de la iglesia que está en la esquina..-

No me dejo opción cuidando no dejarle ver más de lo que debía,  descubrí mi cara y le dije-hablemos pues-

El se rio de mi y dijo - las conversaciones de los amantes no se hacen con palabras - y sin previo aviso arranco la sabana que me cubria…-AHHH-  deje salir un pequeño gritito.

Sus ojos se fijaron en mi cuerpo desnudo mientras mi mente dejo de funcionar por la vergüenza… que pensaría de mi después de ver que una señorita de sociedad nada mas duerme con unas medias… dira que no soy diferente a la mal mujer con la que según el se vio obligado a contraer matrimonio.

-eres mas que hermosa- susurro, me sonroje en la oscuridad sus ojos se posaron en mis grandes senos descubiertos.

La verdad es que sabia que era bonita, no era muy alta 1,65 era mi estatura, mis ojos grandes y grises eran el contraste perfecto con mi cabello largo ondulado y rojo, mi boca no era muy grande pero mis labios eran carnosos, mis senos eran redondos y grandes con un pequeño punto rosado justo en el medio de ellos, siempre estuve algo acomplejada por ellos eran difíciles de disimular en cualquier vestido, los hombres nunca se fijaban en mi rostro… siempre se quedaban admirándo mis pechos. Al bajar mas estaban mis caderas, no muy anchas pero resaltaban mi figura y aunque mi trasero era algo pequeño era bien formado y redondo, y mis piernas largas tenían la complexión perfecta para unificar el  contexto de mi cuerpo.

Salí de mis ensoñaciones y me tape con las manos, por mis mejillas caían lagrimas, de vergüenza.

No me mires- le dije- ahora creerás que soy igual que esa -.

Él se acercó a mi y me abrazo, pude sentir  un bulto apretado y duro en mis caderas, lo que pensé en aquel momento era que debía llevar los bolsillos llenos.

-nunca pensaría que eres una mujer de la mala vida-dijo acariciando mi cabello, yo me acurruque en sus brazos y solloce con mas fuerza, el levanto mi rostro y me beso con ternura quitando las lagrimas que brotaban de mis ojos su mano se deslizaba por mi espalda y se poso en mis caderas, sus besos comenzaron a bajar por mi cuello, besando y lamiéndolo, recuerdo que era una sensación maravillosa me hizo jadear, el calor en mi cuerpo aumentaba con el paso de sus besos, el se comenzó a colocar encima de mi.

Nunca supe realmente como se consumaba el matrimonio pero me supongo que era aquello, mi madre murió cuando era niña y mis tías guardaban el secreto para el día de mi boda.

El empezó a quitarse la chaqueta poco no sabia por que pero yo le ayudaba sus besos parecían cada vez mas desesperados y en mi surja una sensación nueva y maravillosa, un calor que se me quemaba en mis partes intimas, el comenzó a lamer mis pechos, a mordisquearlos suavemente, luego se tomaba tiempo para soplarles lo que me daba algo de cosquillas, comenzó a bajar mas besaba mi vientre y comenzó a separar mis piernas, temía que él se diera cuenta de como me quemaba por dentro pero algo me hacia confiar en el sus labios se posaron en mi parte secreta y comenzó a hacer una leve presión en mi botón secreto, dios! Quería gritar de tanto placer era todo tan maravilloso era como tocar el cielo con los dedos, y entonces sentí como uno de sus dedos entro dentro de mi, eso era lo que faltaba eso era lo que yo necesitaba- aahhh!- me di la libertad de dejar salir ese pequeño gemido. Él se detuvo porque! Me miro y coloco un dedo sobre sus labios-shust, no nos pueden descubrir- asentí con dificultad y el volvió a lo suyo con su boca mordió el pequeño botón de mi intimidad y metió un segundo dedo de su mano, no sabia que era aquello pero mi cuerpo se contorsiono de todas las maneras posibles, quise gritar así que coloque una almohada en mi cara y la mordí poco a poco recupere el control esperando que aquello no terminara jamás.

Cuando quite la almohada de mi cara el me beso y con una de sus manos me volvió a abrir las piernas, sentí algo duro entre ellas, pero no me importo me abrí mas a él, y allí lo sentí, creí que no me podría contener de gritar y lagrimas brotaron de mis ojos, el coloco su mano sobre mi boca justo a tiempo para que no gritara.

-solo duele la primera ves… iré despacio para que puedas sentir placer  e ignores el dolor- quito su mano de mi boca y me beso mientras yo sentía como el entraba y salía de mi lentamente, era cierto que me dolía, pero sentía un placer mayor que el anterior, el comenzó a moverse mas rápido dentro de mi, y mientras mas el aceleraba mas mi respiración se volvía  mas agitada de nuevo quería gritar de placer, pero él no me dejaba con sus labios, me entretenía con su lengua, hasta que paro de besarme y levanto la cara, se le salió un leve gemido y cerro sus ojos, yo me aferre a su espalda, y sentí de nuevo como se esparcía por mi interior ese placer tan grande, sentí como mi parte femenina se volvía húmeda y en ese momento el salió de mi y sentí como caía algo sobre mi vientre y en mi ombligo, ambos estábamos exhaustos .

Se acomodó a mi lado y dejo que me acurrucara en su pecho, vi correr lagrimas por sus ojos y me asuste, tal ves a el le doliera mas que a mi después de todo.

-que te ocurre?- me atreví a preguntar-mancille tu honor, no me lo perdonare pero no pude evitarlo, te amo, esa es la única verdad que tienes que saber, fui un cobarde estúpido, y esa es la verdadera razón por la que tu no eres mi esposa, podrás perdonarme después de haber roto tu corazón y manchado tu honor?-dijo.

Pensé en lo que el me había dicho, no sabia que el honor fuera tan divertido de perder, asi que dije-si mi honor esta manchado no quiero que se quite esa mancha si es tuya, no tengo deseos de casarme con nadie que no seas tu, esperare hasta el día que podremos estar juntos, y en el momento que cumpla los 20 años será el momento en que mi tío, mi tutor no tendrá mas poder sobre mi. Así que ya veremos que pasar, y si te perdono-

Su cara se lleno de una son risa amarga y nos besamos presos del placer que acabábamos de sentir mutuamente.

Jamás recordare una vista mas hermosa que cuando esa noche el se levanto de el lecho de mi cama y comenzó a vestirse, su cuerpo bañado por la luz de la luna, era pálido y sus ojos oscuros pero sinceros, sus labios eran algo pequeños pero llenos de sonrisas insinuosas, su cabello era algo despeinado pero perfecto,  nunca me di cuento de lo alto que realmente era, de sus brazos fuertes y de su espalda ancha, entre sus piernas descansaba un… (bueno es ese momento no sabia lo que era) me sonroje al pensar que eso tan grande estuvo dentro de mi y que yo sabia que me pertenecía por derecho, y si no desafiaba a los dioses a que me lo quitaran.

Tal vez ese fue mi error… uno del que dos años mas tarde me arrepentiría.

Continuara...