Los repartidores

Salimos una noche y nos repartimos a mi mujer........

Quiero decir que esto que aqui relato nos ocurrio hace unos dias y es totalmente veridico, e intentare ajustarme lo mas fielmente a lo que ocurrio.

Ya en otras ocasiones habiamos salido con Juan, por lo que el aspecto romantico, si es que debiera haberlo, era inexistentente. Mi esposa, Silvia, es una diosa, por su pelo largo rubio, por sus ojos verdes rodeados por su tez bronceada propia de la epoca estival en la que nos encontramos; sus tetas, que sin ser muy grandes tienen el tamaño apropiado, aunque sobre todo destacan por lo bien puestas, mirando hacia arriba su pezon sonrrosado y que enseguida se pone duro y desafiante. Su cuerpo, sin un gramo de grasa superfluo gracias a las clases de aerobic y spinning, pudiendo destacar de el, su culo con esa forma que a todos los tios nos gusta, de corazon, y sus largas piernas, que parece que nunca van a acabar. Y ya puesto os dire que algo que cuida con esmero es su coño, unas veces depilado con un tirilla de pelo como continuacion de su raja, y otras totalmente depilado, en funcion de con quien lo vaya a compartir, pues eso es lo mejor de todo, ademas es una guarra y zorra como ninguna que conozcais.

Esa noche iba de escandalo, con su vestido beige muy pegado y muy cortito, parecia una segunda piel, y sus zapatos de tacon, provocaba la mirada lujuriosa de todo aquel con quien se cruzaba.

Recogimos a Juan de su casa y, tras decidir nuestro destino, nos dirigimos en mi coche charlando animadamente, pudiendose palpar ya cierta excitacion entre los tres, pues ya sabiamos a las claras cual era la meta de la noche. Se me ocurrio una idea.

  • oye que os parece si Silvia se hace pasar por la pareja de unode nostros en un local, y cuando cambiemos de bar o pub, se hace pasar por la del otro?

  • por mi no hay inconveniente, se apresuro a aceptar Juan.

  • por mi, por supuesto que tampoco. Pero, con que derechos se asume lo de ser pareja? Añadio Silvia

  • con todos, por supuesto, aclare yo.

Una vez puestos de acuerdoy en plan coña, echamos a cara o cruz quien comenzaria siendo su pareja, y me toco comenzar a mi. La agarre por la cintura y caminamos hacia el local elegido. Por el camino mi mano bajaba con disimulo y acariciaba su redondo culo y le daba algun beso en los labios. Entramos en el bar, pues habiamos decidido tomar unas cervecitas con unas tapas para comenzar la velada. El local estaba bastante concurrido, pero nos situamos en una esquina sin problemas, en una mesa alta, de las que tienes que estar de pie junto a ella, cosa que me parecio muy satisfactoria. Pedimos lo que nos apetecio, siendo Juan el improvisado camarero, mientras mi mujer y yo nos quedabamos junto a la mesa, dandonos algun besito.

  • Silvia, llevo un rato observando que no noto la goma de tus bragas.....

  • Normal, no llevo. Con este vestido tan apretado se marcaria la goma y queda muy feo.

Al decir aquello mi polla salto como un resorte por pensar que solo llevaba aquel minusculo vestido, sin nada mas debajo que pudiera tapar nada. La gire un poco orientandola de manera que pudiera meter mi mano bajo su vestido sin llamar la atencion de la gente, y pude comprobar que, efectivamente, no llevaba braga y, ademas, que su coño ya estaba muy mojado.

  • Diselo a Juan, quiero que sepa que no llevo nada y asi ir poniendolo caliente.

En cuanto llego este con las consumiciones, me acerque a su oido y se lo dije todo, incluido el que Silvia queria que ya se fuera calentando. Sonrio picaramente, y me dijo que pronto le tocaria a el ser su pareja y que se iba a enterar la muy guarra.

Continuamos charlando, a la vez que yo seguia acariciando el culo de mi mujer y su espalda, pues se que esto le gusta y la excita.

Tras un buen rato en el local, y varias consumiciones, decidimos ir a un pub que se encuentra en la azotea de un edificio, pues estaba cerca de alli.

  • esperadme en la puerta que voy al servicio, ahora salgo les dije

cuando salgo , por fin del local, veo a Juan apoyado sobre un coche y mi mujer con sus brazos alrededor de su cuello, y las de el por la cintura de ella, cogiendo su culo y presionandolo hacia el, ala vez que se estaban besando, jugando sus lenguas entre si. Me vieron y pararon de besarse, pero no se soltaron.

  • Es el turno de Juan ya, no?

  • Aun no hemos llegado a otro local, pero como no se especifico, habra que aceptarlo, decia yo mientras veia como una de las manos de Juan acariciaba las tetas de Silvia, consiguiendo marcar su pezon a traves del liviano vestido. Siendo correspondido por una de las manos de ella que comenzo a tocar el dilatado paquete de nuestro amigo.

nos dirigimos al nuevo destino, en situacion inversa a la que llegamos, ahora era yo el acompañante de aquella pareja que iban agarrados por la calle, mirando como a veces, cuando la ocasion lo permitia, la mano de Juan buceaba por el escote de Silvia acariciando sus tetas, y provocando ya evidentes signos de excitacion en ella.

llegamos al edificio y tomamos el ascensor para subir a la azotea donde se encuentra el pub. Aprovechando la intimidad del ascensor Juan comenzo de nuevo a besar a Silvia mientras una de sus manos se metio por debajo del vestido, arrancando ungemido de placer en ella, seguramente al introducirle uno de sus dedos en el coño, por los movimientos que se adivinaban. Mientras, con mi movil, comence a grabar la escena, pero desafortunadamente el trayecto del ascensor se acabo, por lo que Juan saco su mano del coño de mi mujer, chupando aquel dedo que se veia claramente mojado con los flujos de ella.

  • voy al servicio un momento, dijo Silvia

  • entro contigo, cariño? Pregunto Juan

  • si por favor

  • yo mientras ire buscando sitio, les dije yo.

Me dirigi hacia la zona de asientos hasta encontrar un lugar adecuado a lo que buscabamos, mientras iba imaginando las cosas que estarian haciendo en ese momento. Tome asiento y al poco los vi venir hacia mi y no pude resistir el preguntar

  • que?

Se acerco Silvia a mi oreja, a pesar de que nadie la iba a escuchar, y me dijo

  • me ha estado comiendo el coño un poco,

aquello era tremendo, mi polla ya comenzaba a dar muestras de la excitacion que tenia, de tal manera que ya no podia colocarla bien dentro del pantalon. nos atendio el camarero y tras volver con las consumiciones que le habiamos pedido, nos permitia la libertad de saber que ya no nos molestaria.

Silvia se habia sentado en un sillon que estaba casi frente a los dos, y dado lo bajo de este, el vestido le tapaba casi nada, por lo hubo de ponerse de lado de manera que mostraba toda las piernas. Se inclino un poco mas hacia el lado de manera que podiamos ver su culo. Aprovechando que tenia el movil en la mano, comence a grabarla. Con disimulo paso una de sus manos por el culo hasta llegar a meter uno de sus dedos en el coño, el cual comenzo a entrar y salir de el, mientras cerraba los ojos como signo del placer que se estaba autoproporcionando. Paro, y metio el dedo en su boca chupando sus jugos al igual que poco antes hizo Juan. Con su otra mano y tras comprobar que todo aquello no era obs e rvado por nadie, saco una de sus tetas por el escote y con su dedo mojado comenzo a acariciar el pezon.

Guardo la teta en su sitio y Le indico a Juan que cambiara de lugar y se sentara junto a ella. Este reacciono rapidamente, haciendo lo que le indicaba. Una vez que estaban uno junto a otro, la mano de Silvia se apoyo en el muslo de el, para sin mucha espera comenzar a trabajar sobre el paquete de nuestro amigo, que como estaba claro tenia la polla, al igual que yo para reventar. Mi mujer fue con gran habilidad y disimulo abriendo la cremayera del pantalon. Una hecho, metio su mano dentro del pantalon comenzando a acariciar su polla, pero aquello estaba demasiado estrecho, por lo que con gran habilidad de nuevo, saco la polla al aire, mientras un poco escandalizado, Juan miraba en todas direcciones comprobando que nadie los observaba.

Comenzo suavemente a menear su polla, subiendo y bajando con una cadencia tal que era imperceptible por nadie lo que estaba haciendo. Mientras, la muy puta me estaba mirando a mi, como queriendome decir, mira lo puta y guarra que soy, tal como tu quieres y se que te gusta. Y, efectivamente asi era.

Juan sujeto la mano de Silvia, mientras le pedia que parase pues se iba a correr si continuaba y aquel no era el sitio indicado.

  • me acompañas de nuevo al servicio, cariño? Le pidio mi mujer

  • por supuesto, le contesto a la vez que ambos se levantaban y se dirigian al aseo

Unos minutos despues volvieron y en esta ocasion no hizo falta que preguntara que habian hecho, estaba claro por los resto de la corrida que Silvia tenia alrededor de su boca.

  • los he dejado para que me veas llena aun con la leche de mi amante, me dijo a la vez que entre la lengua y los dedos terminaba por limpiar los restos que aun le quedaban

Tras aquello yo me sentia tan excitado que no sabia como aun aguantaba sin meterle mano a mi mujer. Terminamos las copas en un santiamen y les propuse cambiar de lugar, y, como no tenia sentido prolongar mas lo inevitable, lo mejor seria ir a la casa de Juan y alli terminar la faena.

a todos nos parecio bien por lo que tras pagar lo consumido, tomamos de nuevo el ascensor, donde nada mas cerarse la puerte me abalance sobre mi mujer. No sabia si besarla o comermela de lo excitado que me tenia. Ella me aparto un poco, y con una rapidez inusitada, saco mi polla y comenzo a chuparla. Ahora el trayecto fue aun mas corto en acabar.

Salimos a la calle y nos dirigimos al coche. Ahora y hasta que lleguemos a su casa me toca a mi, le dije a mi mujer, correspondiendome con una maravillosa sonrisa. Subimos al coche, los dos a la parte trasera, permitiendo a Juan, ya mas tranquilo por la mamada en el pub, que condujera mi coche y nos llevara hasta su casa.

CONTINUARA