Los ratos de Tatiana y Sally.
Tatiana y Sally dos amigas, se encuentran con varios chicos y aprovechan el momento.
Recibo una llamada, cuando agarro mi teléfono para ver quien llama, es mi amiga Tatiana.
Sally, vamos a la playa – me propone.
no, Tati, no tengo ganas de salir, debo estudiar para los exámenes finales.
¡Anda, Sally! Estoy afuera, esperando que te pongas un traje de baño, y salgas así toda sexy – me asomo por la ventana y la veo riéndose en su carro - ¡anda! Te espero.
déjame pensarlo, está bien.
Abro la gaveta de ropa interior y busco un traje de baño, el speedo que uso para las clases de natación. Busco un short playero, y una camisa transparente, una gorra para el sol; tomo un bolso, y meto un protector solar, y una toalla.
Me pongo mis cholas y salgo a la calle.
¡El speedo! – Me levanta la camisa - no importa, en el camino te compraremos uno.
¡no!
En el camino, Tatiana para en una venda de trajes de baño a un lado de la carretera, y me elige un bikini, rojo, que resalta mi piel morena, con cintas que rodeaban mi abdomen.
Sally, la chica sensual – me nalguea – hoy conquistaras muchos chicos.
si alguien se me acerca, te besare, y pensaran que somos lesbianas.
Sally, cariño, no me importa – me vuelve a nalguear.
Llegamos a la playa, y alquilamos una sombrilla, dejo todo en el puesto, y salgo corriendo a la olas, quiero sentir el agua impedir mi sumergimiento.
Entro al agua con un clavado y nado hasta la resaca, y floto, siento como el agua me lleva y me trae en un mismo lugar.
- ¿Qué haces? – Habla una voz fuera del agua - ¡oye, tu! ¿Qué haces?
Abro los ojos, y encuentro a un chico muy guapo, moreno de ojos claros, cabello castaño, y piel muy bronceada, con músculos muy bien formados encima de una tabla de surf.
pues, es obvio, me relajo.
¿en la resaca? Ven, móntate.
Dudo un segundo, y le tomo la mano, subo a la tabla y me siento de frente a él.
¿Cómo te llamas? – me pregunta el.
Sally, y ¿tu?
Aarón, ¿viniste sola?
no, vengo con aquella chica – la señalo, y veo que esta con un chico, también surfeador.
está bien, ¿quieres nadar? – Mira mi cuerpo – tu espalda me dice que eres una buena.
Me rio y salto al agua, me sumerjo profundo, y miro hacia atrás, y él se acerca, y pone sus manos en mi cintura, y me presiona contra él, tiene fuerza, y me besa, casi se me acaba el oxígeno y no se separa de mí.
Siento adrenalina, y también su lengua rozar con la mía.
Emergemos, y tomo aire desesperada, el vuelve a hundirme, y me aprieta contra él, con una mano, me besa nuevamente y esta vez, me excito con el roce con su piel, y el tacto de su miembro en mi vientre.
Me dejo llevar por él, y me abrazo a su cuerpo. ¡Ay! Que rico se siente.
Volvemos a emerger, no dejamos de abrazarnos, él se vuelve a hundir y me baja el bikini, y empieza a meter su cabeza entre mis piernas, y siento su cálida lengua en mi clítoris, masajeando, sorbiendo, haciéndome respirar profundo y fingiendo para que nadie en la costa me viera hacer caras raras.
¡Ah! Realmente puede aguantar mucho tiempo bajo el agua. Mete su lengua en la entrada de mi vagina, y se siente bien el frio y calor.
Emerge, y me besa, besa mi cuello, y pasa sus dedos fríos por mi espalda fría.
Siento mi bikini, salirse de mis piernas, y no me importa, pongo mis piernas alrededor de su cintura, mientras el me mantiene a flote. Siento su punta en mi entrada, y la mete dentro de mí, una y otra vez, con cada vez mi cuerpo se enciende más, y quiero que siga.
Besa mi cuello, y respiro profundo, me abrazo a él, y ambos explotamos, a pesar de que es incómodo hacerlo en el mar, el agua nos lleva de un lado al otro, se siente bien haberme atrevido a venir, y a hacerlo con el primer surfista guapo que pasa por mi lado.
¿te veré luego? – me pregunta.
claro…
Continuara.