Los porno Simpson (4)

Qué hay de nuevo amigos, después de un largo tiempo, retomo mi actividad como escritor de relatos eróticos, ya que por distintos motivos, la vida me aparto de esta fabulosa afición, pero aquí estoy para continuar con lo que en su día empecé. Cuarta parte de la saga de la familia Simpson. Las tres primeras partes ya las escribí hace unos añitos, los porno Simpson, y los porno Simpson (2), publicados en la categoría de parodias y los porno Simpson (3) publicado en la categoría de amor filial, se recomienda leer las otras tres partes antes de comenzar la lectura de este relato para poder seguir bien el hilo de la historia.

Eran las once de la noche, el silencio reinaba en la vivienda familiar de la familia amarilla más famosa del mundo entero.

Lisa dormía en su habitación plácidamente, Homer y Marge estaban en su dormitorio, el primero roncaba brutalmente, pareciese que en algún momento sus enormes ronquidos fueran a hacer derrumbarse el techo de la habitación, mientras tanto su esposa, estaba bien despierta, no podía parar de pensar en lo sucedido ese día, en lo cachonda que se había puesto comiéndosela a su propio hijo, en cómo le había gustado la experiencia de masturbarse delante de su marido para su hijo sin que este supiera nada del tema, y como no, la guinda del pastel de ese día tan ajetreado, ser comida por su perrito, el ayudante de Santa Claus, que le hizo tener un increíble orgasmo.

En esos asuntos andaba Marge pensando, mientras se acariciaba su coñito, algo húmedo por los recuerdos vividos ese día, cuando un breve sonido llamo su atención. Un breve, pero claro “toc-toc” en la puerta de su habitación. La mujer movida por un acto reflejo sonrió, no había duda de quién había tras aquella puerta,  obviamente era su  nuevo macho, su nuevo amo, su hijo Bart.

Entonces se dispuso a levantarse de la cama, con sumo cuidado, ya que debía de intentar no despertar a Homer, aunque a decir verdad, aquello sí que era una verdadera misión imposible, y no la del Tom Cruise ese, dado la manera de dormir a pierna suelta de su amado Homi, cuando de repente una hoja de papel se deslizo sutilmente por debajo de la puerta.

Marge se acerco hasta ella de puntillas, acto seguido se agacho y se apresuro en cogerla. La nota decía lo siguiente: “hola zorrita, veo que antes te acabo gustando el jueguecito que te prepare, comenzaste resistiéndote, pero como la buena puta que eres acabaste gozándolo. Ahora como te prometí esta tarde, vas a ser mía completamente. Quítate la ropa que lleves puesta, solo quiero que te dejes el sujetador y un tanga, ponte el conjunto más sexy que tengas para mí. Yo te espero en la puerta de mi habitación, ven a gatas hasta mí, a cuatro patitas como la zorrita que eres mami.

No podía creerlo, ahí estaba ella, despojándose de su ropa en la oscuridad de su lecho conyugal, buscando en el cajón de la ropa interior, el conjunto más sexy y caliente que tuviera para ir al encuentro de su hijo.

Finalmente se decidió por un conjunto negro formado por un sujetador, y un provocativo tanga minúsculo, que poco dejaba a la imaginación. Abrió la puerta con mucho cuidado, la cerro detrás de sí y se puso a cuatro patas en el suelo. Comenzó a avanzar, como decía la nota, Bart se encontraba efectivamente en la puerta de su habitación, desnudo con su polla en la mano, bien dura ya por cierto.

Mientras avanzaba por el pasillo, mirando pícaramente a su hijo, por su cabeza pasaba lo que iba a hacer. Nada más y nada menos iba al encuentro de su hijo para que este, sin ningún tipo de miramientos, hiciera de ella lo que le viniera en gana, y todo esto con su marido y su hija Lisa durmiendo a escasos metros. Por fin llego a la altura de su hijo.

BART.

Hola putita mía, veo que as tardado poco en obedecer mis órdenes, eso me gusta.

MARGE.

He venido tan rápido como he podido cariño, ¿te parece lo suficiente sexy esta ropita que me puesto para ti?

BART.

Ya lo creo que si mami, estas buenísima, y con este tanguita… menudo culazo por dios. Ven aquí guarrita que vamos a empezar la fiesta.

Marge sonrió pícaramente, y manteniéndose a cuatro patas, se acerco aún más a Bart y empezó a lamerle los huevos.

Bart lo gozaba, sujetaba a su madre con una mano por la cabeza, mientras con la otra se la pelaba, al mismo tiempo que su madre devoraba sus testículos. Como los lamia, era digno de ver, con que vicio los succionaba. Entonces el pequeño cabroncete, cogió a su madre del pelo y le hizo meterse su polla en la boca, esta lo hizo encantada de la vida por supuesto, ya que disfrutaba con aquella sodomización a la que le tenía sujeta ese chico, carne de su carne.

La escena era la siguiente, Marge comiéndole el pollón a su pequeño como si no hubiera un mañana, lo chupaba hasta el fondo, hasta sentir arcadas, la sacaba la lamia de arriba a abajo una y otra vez mientras miraba a los ojos de su macho, con una carita de puta impresionante, así estuvo unos 10 minutos. De repente Bart la detuvo, la cogió de la mano y la hizo levantarse, empezó a comerle la boca a su madre apasionadamente.

BART.

Dime lo que quieras guarra, ¡dímelo!

MARGE.

Quiero tu polla mi macho, quiero tu polla clavada en lo más hondo de mi ser, que me des cañita aquí y ahora hijo de puta quiero que me des el folladon  de mi vida cabronazo.

Ante estas palabras Bart acabo por volverse loco, tomo a u madre del brazo y la llevo justo delante de la puerta del dormitorio donde descansaba su padre. Bajo el tanga de su madre y empezó a acariciar el clítoris de ésta. Marge estaba súper excitada con la situación, su hijito haciéndole un dedo a escasos cinco metros de su marido. Entonces el muchacho le dijo, vamos mami apóyate en la puerta, y sácame ese pedazo de culo que tienes, Marge lo hizo de inmediato. Acto seguido Bart la coloco en la entrada del coñito de su madre y de un solo movimiento se la clavo hasta los cojones de una sola vez. Marge no pudo reprimir el grito que broto de su garganta, mezcla de placer, excitación y dolor por la tremenda embestida que acababa de darle su hijo.

Se hizo el silencio, ambos temieron que ese grito hubiera despertado a alguno de los otros dos inquilinos de la casa que hasta el momento dormían plácidamente. Tras unos segundos, seguros de que todo seguía bien, Bart continúo con su tarea. Agarraba a su madre del culo mientras la embestía una y otra vez con dureza, su polla era un martillo pilón en el coño se su putita madre, una y otra vez repetía la jugada la sacaba entera y la metía hasta que sus cojones chocaban con el rasuradito coño de su hembra. Mientras su madre, con sus manos apoyadas en la puerta intentaba ahogar sus gemidos de placer, aquel jovencito, definitivamente sabía follar a una mujer como es debido.

MARGE.

Ummm, ¡dios! No te pares, no te pares nene, ¡me encanta! Dame más siii dame duro cariño.

BART.

Te gusta ¿verdad que si mami? menudo chochito tienes ¡como me la aprieta joder! Dime qué quieres polla, dime que quieras que te de duro.

MARGE.

¡Si mi amo! Quiero tu pollón, quiero que me folles duro nene, haz que mami se corra cielo, dame cañita vamos, ¿quiero que me preñes cielo!

Dicho esto Bart incremento el ritmo de la follada, era brutal como embestía a su propia madre  agarrándola de las caderas, sin miramientos, sus cuerpos chocaban y hacían el típico ruido de chapoteo debido al sudor que ambos emanaban, ella gemía de gusto cada vez mas alto sin poder contenerse, Bart la agarro del pelo y se la clavo tan profundamente como pudo, acto seguido se corrió a chorretones en el interior de su hembra, que a su vez se vino en un grandioso orgasmo, como nunca antes en su vida, probablemente debido en parte a la gran follada de su pequeño y en parte al hecho de que la leche que le chorreaba por los muslos no era otra que la de su nenito del alma.

Casi sin darle respiro Bart cogió a su madre del brazo y la llevo delante de la puerta de Lisa, la puso a cuatro patas y le dijo:

BART.

Mamá, ¿te gusta lo que te hace tu dueño?

MARGE.

¡Si cabrón, me vuelve loca! qué pretendes ahora, ¿por qué me traes aquí?

BART.

Ahora, putita mía vas a empezar a masturbarte, quiero que te metas tres dedos en el coño y empieces a pensar que no hay puerta entre mi hermana y tu, que puede verte lo que haces.

MARGE.

Jejeje, eres un puto perverso, me gusta me gusta. Está bien lo haré.

BART.

Así mamita, clávate bien duro los deditos, umm como suena. Dime qué piensas que hace        tu hija.

MARGE.

Se está tocando, esta desnuda, dice que le pone cachonda verme así siendo tu perrita mi niño.

Entonces Bart se arrodillo detrás de su madre y se la puso en la entrada del culo, Marge lo noto al instante, pero poco pudo hacer ante la rapidez de su hijo. Aprovechando que el culito de su madre estaba súper mojada debido a los flujos que con posterioridad ésta misma había expulsado de su vagina en un arrebatador orgasmo, Bart le hinco su tremenda verga a su madre de una tacada, Marge soltó un tremendo gemido, al sentir como aquel monstruo la partía en dos, ni qué decir tiene que el muchacho lo estaba disfrutando, joder que si lo disfrutaba, empotraba a su madre una y otra vez contra la puerta de la habitación de su hermana pequeña, le azotaba el culo mientras le decía lo puta que era, lo guarrita que era por dejarse hacer eso por su hijo y mas a escasos metros de su esposo y de su niñita Lisa.

Marge era a esas alturas puro vicio, ya todo le daba igual, es mas gozaba como una perra al sentirse rota por el pollón de su niño,  sentirse desgarrada por el fruto de su vientre le estaba matando de placer, la modélica madre de la familia Simpson estaba irreconocible, a cada embestida de su hijo ella pedía mas y mas, quería que su niñito le taladrara bien su culito, que se lo dejara bien abierto.

Bart seguía empujando cual bestia, no paraba de clavársela una y otra vez a una velocidad vertiginosa, sin piedad ninguna de la mujer que en otro día le dio la vida, ahora a cuatro patas cual putilla poligonera a merced de su dueño, azotándola y agarrándola del pelo, le tiraba hacia atrás haciendo que su cuello se arquease, el incansable joven le susurro a su madre al oído grita que quieres mi leche en tu culo perra, sin pensárselo dos veces su madre presa del éxtasis y el desenfreno lo grito a los  cuatro vientos.

MARGE.

¡Siii cabrón! ¡Dame tu leche en mi jodido culo! ¡Vamos córrete dentro de mi quiero sentir tu leche caliente inundando mi culo!

Nada más pronunciar estas palabras Bart incremento aún más el ritmo de su descomunal follada, y en un par de minutos el pequeño Simpson no aguanto más y con un  gutural gemido clavó su polla hasta lo más hondo del interior de su madre y rego las entrañas de esta con una corrida memorable.

Su, en otro tiempo, fiel madre, al sentir esa tremenda explosión en el interior de su ser arqueo la espalda y se vino en una fabulosa corrida, tremendo chorretón salió de su roja e hinchada vagina, se corría a chorros la muy puta, en  el suelo aparecía ya un considerable charco, señal inequívoca de que Marge había disfrutado inmensamente con aquella sesión de sexo salvaje y peligrosamente morboso que le había brindado su pequeño.

Una vez terminado su trabajo, los dos se pusieron de pie, Bart cogió a su madre del cuello y la besó.

BART.

Te ha gustado la experiencia verdad zorrita mía.

MARGE.

Si mi niño me puso cachondisima, me vacié por completo amorcito.

BART.

Ya me fije en el charco ese que has dejado en el suelo, más vale que lo limpies si no quieres que alguien te descubra. Por cierto he notado lo mucho que te has mojado cuando te dicho que imagines a mi hermana viéndote ensartada en mi polla.

MARGE.

He de reconocerte cariño que tienes razón, me excite muchísimo.

BART.

Mejor así mami, por que mañana tienes una nueva misión, tienes que darte un empacho de almeja.

Tras estas palabras  Bart se retiro a su habitación sonriendo, su madre mientras tanto se quedo allí limpiando su corrida del suelo para no ser descubierta, mientras en su mente se paseaban las últimas palabras de su hijo, no había duda el pequeño cabroncete quería aumentar el número de los participantes en los juegos sexuales de la familia Simpson. La sola idea de incluir a su niña en esa  desenfrenada orgia familiar hizo humedecer de nuevo el coño de Marge.

CONTINUARA.

Gracias amigos por haber dedicado unos minutos de su tiempo a la lectura de este relato, espero que haya sido de su agrado, y claro está que les haya servido para pasar un rato desenfadado y caliente, pues es mi principal objetivo, hacer relatos que gusten a los lectores. Me disculpo por la tardanza en publicar esta cuarta parte, tome mala decisión al abandonar este magnífico pasatiempos que es el escribir relatos eróticos, ya me encuentro trabajando en la quinta parte que no tardara mucho en ver la luz. Se agradecen los comentario y las puntuaciones, un saludo a todos.