Los placeres que me hace descubrir mi amigo(R)

Mi mejor amigo me hace descubrir placeres, que no sabía que era capaz de conseguir. (Reescrito).

Hola, este es el primer relato que escribo, así que espero que os guste, y si me queréis hacer alguna recomendación o que escriba otro tratando otro tema escribirme un correo. (He realizado cambios y he completado el relato puesto que la última vez estaba incompleto y con algunos fallos). Ahora sí, os dejo con él.

¡¡¡Que os aproveche esa paja!!!


Aquella mañana me levanté, y lo primero que hice fue mirar WhatsApp, aunque, lo que no me esperaba era aquel mensaje de mi novia en el que me decía que habíamos terminado. Puesto que se había enterado de que hacía un par de días me había liado con su mejor amiga; me sentí muy mal, porque, aunque me lo merecía por lo que le había hecho; yo la seguía queriendo. Como estaba mal decidí mandarle un wasap a mi mejor amigo (Alejandro) para que me apoyará, ya que necesitaba a alguien en quien confiar en estos momentos. Él al principio me dijo que me lo tenía merecido y eso me decepcionó aún más ya que no me esperaba que él también lo pensara.

Seguimos hablando toda aquella tarde; hasta que Alejandro me invitó a dormir a su casa; ya que, aunque había sido algo duro conmigo; no quería que pasara por esto yo solo. Y porque también la casa de sus padres estaba vacía; y teníamos que aprovechar. Ya que se habían tenido que ir ese fin de semana. Yo me al final acepté, puesto que llevaba algo de tiempo sin quedarme a su casa a dormir y sin contarnos nuestros líos aun siendo mejores amigos.

Me puse a ducharme; y mientras me desvestía admiraba mi cuerpo, el cual estaba bastante fibrado ya que llevaba bastante tiempo yendo al gimnasio (alrededor de dos años); y esa imagen me excitó bastante. Ya que no me imaginaba a nadie no deseándolo, y ya solo ese pensamiento me la puso bastante dura. Aunque me controlé y no me la casque allí mismo, puesto que llegaba bastante tarde a la casa de Alejandro.

Llegué a casa de Alejandro y toqué el timbre, me quede esperando un poco allí en su portal; lo cual me extraño ya que no era algo suyo el de hacer esperar a la gente; hasta que me abrió y enseguida subí; y al entrar me abrazó, fue algo más largo que de costumbre, aunque también era cierto que a Alejandro aquellas muestras de afecto le gustaban mucho. Poco después de aquel emotivo abrazo dejé las cosas en su cama, y comenzamos a hablar. Y mientras lo hacíamos, él se comenzó a desvestir para ponerse el pijama y yo hice lo mismo que él.

Pero lo que me llamó la atención fue que, al girarme, me di cuenta, ¡¡de que llevaba puesto un suspensorio, y encima con la polla dura!!. Parecía que se le estaba a punto de salir. Y le dije:

-H- Cabrón, ¿Como llevas eso de maricas? ¿Y encima la tienes como un puto palo?

-A- Joder, Héctor, que es ropa interior, y encima es super cómoda para hacer ejercicio jajajaja. Y lo de la polla, es que me has pillado en plena faena.... .

-H- Ya sé que es cómoda para hacer ejercicio, pero eso de verte con eso puesto… .

-A- ¿Qué pasa, te gusta? Si me has visto hasta con menos en el gimnasio. Y no me niegues que no te gusta. Porque tu amiguito se está despertando jajajaja.

-H- No, sí sé que te he visto con menos, pero eso de verte de espaldas sin nada que te tape el culo y encima teniéndolo..... Bueno, ya sabes..... .

-A- Vaya, ¿qué pasa, que te gusta lo que ves? Si quieres puedes cogerlo ehhh.... .

-H- Anda, calla cabrón y ponte unos pantalones porque como te vuelva a ver sin los pantalones, no respondo de mí.

Toda esta conversación era de coña, porque así éramos él y yo; siempre estábamos haciendo los gilipollas y gastándonos bromas el uno al otro. Acabamos de vestirnos y de cenar, y nos pusimos a ver una película de Netflix; pero, antes de nada, el cogió un par de botella de alcohol; ginebra, ron, vodka, … . Todo para nosotros dos solos; y comenzamos a beber mientras veíamos la película en su habitación.

...

Llevábamos una hora bebiendo sin parar, hasta que ya nos acabamos tumbando en su cama los dos juntos, puesto que ya se nos había subido bastante el alcohol. A mi algo más que a él. Pero entre unas cosas y otras acabé cerrando los ojos y durmiéndome; puesto que había sido un día muy duro....

...

Me empecé a agitar algo, ya que notaba algo caliente, algo que entraba y salía. Cada vez estaba más despierto, más lucido, con más placer.

Pero en cuanto abrí los ojos; me asusté ya que la imagen que veía; no me la esperaba. Pero cuando lo vi no solo sentí miedo si no que sentí curiosidad, placer, con ganas de experimentar...... así que no aparte. He hice todo lo contrario, hundí la cabeza de mi mejor amigo aún más en mi barra de carne de más de 18 cm. Sentí sus arcadas, pero estaba tan borracho que no me importó y cuando vi que no aguantaría, deje de hacer presión.

Levantó la mirada, y solo me dijo:

-A- ¿No era esto lo que querías?

Me lo dijo con una mirada en la cual solo se podían ver las ganas que tenía de que le ensartaran una polla en la boca; así que lo que hice fue hundir su cabeza en mí; y así lo dejé un rato mamándomela, pero cuando vi que le empezaban a dar arcadas dejé de hacer presión, y así pudo levantarse. Se levantó y cogió algo de aire, para poder seguir haciéndome aquello me estaba dejando extasiado, como en una nube...

Siguió mamándomela aproximadamente unos 20 minutos; pero cuando notó que me faltaba poco para correrme dejó de mamármela de repente. Y yo le dije:

-H- ¿Por qué paras?

-A- Porque todavía no quiero que te corras; antes quiero que me rompas el culo... .

-H- ¿Con que eso es lo que quieres no?

Fue solo él escuchar lo que quería que le hiciera que me puse, manos a la obra. Y lo que hicimos fue ponernos en un maravilloso 69; donde él estaba arriba y yo estaba abajo. Como no quería partirlo en dos, dentro de lo que se podía evitar, cogí un dedo y se lo metí; pero al ver que lo podía hundir en Alejandro con total facilidad, fue a por el segundo, pero para mí siguiente sorpresa es que también le cabía; y era como hundir los dedos en mantequilla y esa sensación era increíble. Ya que al ver como mis dos dedos se hundían en el me proporcionaba mucho placer. Pero cuando fui a por el tercero volvió a ocurrir lo mismo; y fue ahí cuando caí en la cuenta de que no era tan virgen como yo me creía.

Así que, al ver que había sido tan puto de haberse acostado con otros antes, decidí cogerlo y ponerlo a cuatro patas en la cama, mientras yo me ponía de pie, y apuntaba con mi trozo de carne de más de 19 cm; a aquel agujerito que era capaz de tragar tanto. Pero a la hora de metérsela lo hice al principio con mucho cuidado ya que, aunque tenía ganas de partirlo en dos, era la primera vez que me acostaba con un hombre y no quería hacerle daño ya que era mi mejor amigo. Pero fue ahí cuando Alejandro se giró hacia atrás y me dijo:

-A- ¿Enserio no eres tan hombre como para partir en dos a tu mejor amigo?

Esas palabras me llenaron a partes iguales de lujuria y furia, así que sin pensármelo dos veces se la metí de una, y entonces grito tanto de placer como de dolor a partes iguales, ya que sus amantes no eran tan bien dotados como yo.

Pero antes de seguir embistiéndolo, lo agarre de los brazos y los atraje hasta mí, ya que no quería que con las siguientes embestidas siguiera gritando y los vecinos lo escucharan. Y en cuanto lo atraje hasta mí, su cara se hundió en el cojín que tenía delante; y fue ahí cuando le seguí embistiendo con todas mis fuerzas, y cada vez iba a más, cada vez, se la metía más adentro; a la par que sus gemidos ahogados, que cada vez eran más fuertes, más penetrantes en mis oídos lo cual me provocaba más placer.

Yo seguía, follándole el culo hasta que caí en la cuenta de que estaba a punto de correrme; y Alejandro lo sintió, no sé cómo, creo que después de que le hubieran follado el culo tantos hombres había desarrollado como un sexto sentido donde puede saber cuándo se va a correr un hombre. Lo cual le dio tiempo a decirme:

-A- Ni se te ocurra correrte dentro.

-H- Cállate, aquí el que manda soy yo y tu solo eres mi puta y vas a hacer todo lo que yo te diga. ¿Te queda claro?

El mostrarme hacia Alejandro como un semental, me calentó mucho más lo cual hizo que aumentara el ritmo de las embestidas. Hasta que por fin llegué a correrme, y fue ahí cuando di gracias al no haberme corrido aquella tarde en la ducha; ya que el no haberlo hecho me permitió llenarle el culo a aquella puta que tenía como amigo. Puesto que sentí que aquellos trallazos de semen, llegaban hasta a ser mas de 6, y a su vez también sentía como toda mi polla se desinflaba en él.

Lo cual hizo que, al separarme de él, toda la leche que hacía unos segundos le encharcaban por dentro, empezaba a escurrirse por su pierna, y así llegaba hasta la zona en la cama donde hacía un rato estaba él comiéndome la polla como si la vida le fuera en ello.


Gracias por haberlo leido, y espero que os haya gustado. Si teneis alguna recomendación hacermela llegar.