Los pijos también lloran (4 de 6)

Jessica se alegró de que su novio no se hubiera dado cuenta de lo sucedido en a piscina; no obstante los acontecimientos sucedían y ella sentía perder el control, sin darse cuenta estaba en un coche a solas con Manuel, no sabía que desde ese momento, todo iba a cambiar...

Cuando Pablo llegó a casa, se encontró con que su madre y Silvia ya habían llegado y estaban metiendo una enorme cantidad de helados en el congelador.

Manu les ayudaba y le preguntó si había encontrado a Jessica, Pablo asintió,cogió la ropa de su novia y salía de casa para llevársela a Jessica cuando su hermana le preguntó que qué hacían en su apartamento y porqué estaba ella desnuda. Elena puso cara de circunstancias y le regañó diciendo que no hay que usar el apartamento de su hermana sin su permiso y menos para esas cosas, más cuando hay invitados.

Manu: Jajaja. Voy a echarte un cable Pablito. Tranquilas chicas que Pablito se ha levantado de la siesta y me preguntó que dónde estaba Jessi; le dije que había ido a ducharse al apartamento de Silvita. Se ve que con las prisas no se llevó la ropa.

Chicas,Silvita, Jessi, Pablito... Esas confianzas rechinaban en las paredes del ego de Pablo y le hacían rabiar, pero esa frase le había evitado un malentendido.

Silvia: ¿Y por qué no se ha duchado aquí en casa?

Manu: Pues no sé...

Elena: Pues a lo mejor no te quería despertar con el ruido de la ducha.

Manu: Seguramente ha sido eso.

Pablo notó cierta sorna en sus palabras pero lo achacó a su paranoia y rabia hacia Manuel.

Al llegar al apartamento le dio su ropa y comenzó a meter mano a su novia.

Jessica le dijo que parase que le dejara vestirse. Pablo le cogió de la cintura y la besó con dulzura. Ella respondió el beso con cariño pero al poco se separó y dijo que estaban en el apartamento de su hermana y que les estarían esperando.

Después de tomar los helados Elena les preguntó que cuales eran los planes para esa noche de jueves.

Jessica dijo que había quedado para ir a casa de unas amigas a ver unas películas, a criticar a los novios y cosas de chicas.

Silvia dijo que se iba al cine, y Manu dijo que se quedaría en casa a descansar que ya había visto suficientes chicas guapas por un día.

Todas rieron al unísimo; estúpidamente según Pablo.

Pablo: No sabía que te ibas con las amigas, no me habías dicho nada.

Jessica: Te lo llevo diciendo una semana, si me escucharas un poquito.

Pablo: Ya te escucho riendo todas las payasadas de este chaval.

Elena: ¡¡Pablo!!

Pablo: ¡¡No mamá, ya está bien!! este chaval... Manuel...

Manuel: Me puedes llamar Manu...

Pablo: Manu, Manuel, ¡¡me importa tres cojones!! Viene a casa; se pone a marcar rabo y abdominales y ya todas le reís las gracias aunque sabéis que lleva riéndose de mí desde que eramos unos críos, y hoy en día aún lo hace. Eso sí, es tan falso que actúa como un buen chico cuando es un cabronazo hijo de perra.

Manu: Bueno yo creo que mejor me voy...

Elena: No, tranquilo, tu no te vas así. Vete a tu cuarto Pablo ¡¡ahora mismo!! ¡¡Nos has avergonzado a todas!!

Pablo: Tranquila que ya me voy ,pero me largo. Me voy a dar una vuelta, ale hasta luego.

Se hizo un silencio sepulcral hasta que se fue con el BMW quemando rueda. Nadie había visto a Pablo reaccionar de esa manera. Un chico siempre super educado y bastante callado que en ese momento sacó un genio bestial.

Elena: Manu, perdona a mi hijo, él no es así, no sé lo que le ha pasado.. yo...

Pablo: Tranquila mujer, un mal día lo tiene cualquiera y a veces uno acumula las cosas para sí mísmo y un día estalla. Creo que lo mejor será que no vuelva más por aquí.

Silvia: Ni hablar, aquí estamos las dos contentas contigo ¿verdad mamá?

Elena asintió con cierta vergüenza recordando su orgasmo en la cocina, algo que notó nuevamente Jessica.

Jessica: Esto... ¿Y a mi quien me lleva a casa?

Manuel: Si no hay inconveniente yo mismo me encargo.

Jessica: Gracias pero igual te pilla lejos vivo al otro lado de Madrid en Arganzuela.

Manu: Yo vivo por Alcorcón, no hay problema te acerco.

Elena: Hay que ver que tenga que ser este chico el que acerque a Jessi a su casa mientras Pablito le ha faltado al respeto de esa manera.

Silvia se despidió y se dirigió a su apartamento a ducharse y cambiarse de ropa para la ocasión.

Manuel acompañó a Jessica al coche y con la excusa de haberse dejado las llaves regresó a la casa.

Allí se acercó a Elena, le agarró de la cintura y le plantó un enorme morreo con lengua al que ella respondió con un desenfreno total sabiendo que su hija se encontraba en la ducha y su hijo se había ido. Manuel se separó y le dio un cachete en el culo con fuerza, agarrándoselo y apretando con su fuerte mano.

Manu: Hoy es jueves, pero esta noche no nos limitaremos al chat. Volveré y te haré mía.

Elena: Pero ¿y si vienen mis hijos?

Manu: Tus hijos no creo que vengan hasta las tantas. Yo creo que con un par de horas quedaremos satisfechos.

Le plantó otro beso y le dio otra cachetada en el culo. Le dijo que a las 11 en punto de la noche estuviera preparada que estaría en la puerta y le apuntó la matrícula de su coche para que se la pasase a la seguridad de la zona residencial para que no pusiesen impedimentos a su entrada.

Al llegar al coche Jessica le comentó que había tardado mucho.

Manu: Tranquila mujer, que vamos a terminar lo que antes tu novio no nos ha dejado.

Y dicho esto puso su mano derecha sobre el muslo izquierdo de Jessica, mano que no apartó durante la maniobra de marcha atrás, mano que Jessica tampoco apartó...

Mientras salían del recinto, Jessica repasaba mentalmente lo sucedido anteriormente, aquello a lo que acababa de hacer referencia Manu.

Recordaba como pilló el porqué del agua en el suelo en la cocina de su suegra. Recordó como Manu se había dado cuenta de que ella sabía lo que allí había pasado. Recordó lo caliente que le puso ver el bañador mojado de su suegra, sus pezones marcados y el olor a coño follado en el ambiente.

Pablo se había ido a dormir la siesta, y Silvia estaba tomando el sol mientras su madre hacía cosas de casa.

Manu se sentó junto a ella en el agua, sentados el uno junto al otro en la escalera con el agua hasta el cuello frente al relajante chorro de agua del sistema de mantenimiento que salía de la pared.

Manu: Qué modosita pareces pequeña, cuanto engañas a la vista.

Jessica: ¿Cómo dices?

Manu: Vas por ahí de mosquita muerta, vistiéndote tapando tus atributos de mujer, tratando de simular que eres una chica de lo más común cuando además de ser un pivón escondes algo más.

Jessica: ¿No sé a lo que te refieres? Pero gracias por el piropo.

Manu estaba sentado a la derecha de Jessi y bajo el agua acercó rápidamente la mano izquierda al muslo derecho de ella apretándolo con fuerza acercando sus dedos meñique y anular a la parte interna del muslo de ella.

Jessica miró a Silvia que estaba medio dormida y miró hacia la casa dónde salió su suegra que dijo que se iba a tomar un café con la vecina de enfrente.

Sabía que estaba en la cama su novio así que estaba tranquilamente sentada sabiendo que nadie veía lo que sucedía debajo del agua.

Manu: A esto me refiero, no te pones nerviosa, ni te inmutas aún estando aquí tu cuñada y tu novio arriba. Si no fuera por eso te estaría follando a cuatro patas. ¿verdad?

Jessica: Mira Manu... Confieso que estás muy bueno, eso es innegable. Pero no te creas el ombligo del mundo. Mi novio me da todo lo que necesito.

Manu: Si tu novio te diese lo que necesitas no estarías aquí sentada a mi lado y habrías subido a hacerle una mamada ahora que se ha ido su madre.

Jessica se enfadó y trató de levantarse, pero él la agarro con un fuerte tirón del bañador hacía atrás lo que le hizo algo de daño en su delicado chochito. Entonces se levantó Silvia y tuvieron que disimular.

Recién llegaron al control de Seguridad para salir,Manu se bajó del coche para hablar de algo con los de seguridad.

Ella siguió recordando como estaban jugando en la piscina ella y su cuñada con Manu, y cómo éste aprovechaba los agarrones para magrearle el culo bajo el agua sin que se diera cuenta su cuñada. Eso le excitó y siguieron de cachondeo hasta que llegó su suegra que mencionó algo de ir a comprar helados. Silvia salió de la piscina pero yo dije que me quedaba y Manu dijo que si se duchaba era para irse ya.

Recordó la larga conversación a solas con Manu, como metió su cabeza bajo el agua para meter la cabeza entre sus piernas y ella se resistió entre risas pero disfrutando del momento. Recordó como los dedos de manu recorrieron la cara interna de sus muslos, y cómo hizo que a su vez sus delicadas y pequeñas manos tocaran un enorme bulto bajo su bañador. Recordó masturbarle encontrándose ella de pie en el agua mientras le decía que era lo máximo que iba a conseguir de ella.

Manu estaba sentado en el borde con las manos hacia atrás. Al poco le dijo que no se moviese que estaba su novio detrás y los nervios se apoderaron de ella agachándose ocultándose con la silueta de Manu. El chaval le dijo a su novio que ella se estaba duchando en el apartamento de su hermana, y recordó ir a toda prisa a coger las llaves de ese apartamento y llegar corriendo a ducharse sin tiempo a coger ni la ropa.

Venga guarrilla vamos a terminar lo empezado -le dijo manu mientras conducía al tiempo que manoseaba su coñito por encima del short blanco que llevaba.

Ella no sabía porqué, pero se sentía un muñeco de trapo en manos de este salido que horas antes había pajeado a su suegra, que sabía por boca de su cuñada que la tenía enorme y al que le había hecho una paja hasta la llegada de su novio. Ella le dejaba hacer y comenzaba a gemir. Llevaba un tanga de hilo pero enseguida se humedeció y mojó en tal cantidad que el flujo estaba en los mismos shorts.

Manu: ¡Mira que eres puta! Como te pones de cachonda y apenas te he tocado.

Jessica se sonrojó y no sabía que decir...

Jessica: Esto no está bien mmmmhh mmmmhh tengo novio mmmmhhh.

Manu le azotó con fuerza una palmada sobre el short haciéndole daño en su delicado chochito. Ella respondió con un sonoro quejido. Él se bajó la bragueta y se sacó el rabo con dificultad, pues estaba empalmadísimo y con una mano cogía el volante y con la otra tuvo que quitarse los botones de los vaqueros de pirata que llevaba.

Manu: Chúpamela.

Jessi: Pero que dices te dije que una paja era lo máximo que...

Manu le soltó el cinturón, le cogió del pelo y de un fuerte tirón la acercó a su cara dándole un morreo obsceno chupándole con la lengua los labios, la nariz y parte de la cara.

Manu: Ahora chupa pedazo de guarra; trágatela como si fuera lo último que te llevas a la boca.

Jessi: Que me van a ver ¡Qué vergüenza!

Manu no le hizo caso y sin soltarla del pelo la dirigió a su pene erecto, y se lo metió con fuerza dándole una fuerte arcada a Jessica. La chica trataba de sacarse la polla y coger algo de aire pero manu no lo daba apenas respiro y la volvía a atragantar con su falo.

Manu: AAAaahhhh Aaaahhh AAAaaaahh cómo la chupas ¡¡Puuuuuuta!!

Manu tenía todo la polla, y los pantalones mojados de babas. Jessica tenía toda la cara también y los ojos enrojecidos y mojados en lágrimas.

Manu conducía su Honda Civic bastante despacio por la M-30. A su lado apareció una furgoneta de trabajadores sudamericanos y como se encontraba más alta que su coche tenía una visión perfecta de la mamada, algo que no pasó desapercibido para quien iba en ese lado que señaló esta circunstancia a sus compañeros asomándose los que podían. Manu reía e hizo el símbolo de OK con los dedos. Los sudamericanos decían groserías así que Manu bajó la ventanilla para que pudieran verla bien.

Le dijo que tenía admiradores y ella no quería levantar la cabeza avergonzada.

¡¡Dale mamasita!! ¡¡Cómete esa verga!! -dijo uno

Queremos verle la cara a esa señorita- dijo otro

Manu le ordenó que contestase pero ella no levantaba la cabeza, así que le cogió de nuevo de los pelos y le hizo levantar la cara mirando hacia ellos.

Manu: Salúdales.

Jessica: Hola.

¡AY si es una griiiiiiinga la muy puta! - dijo uno

Manu: No no, es española, jajaja 100% ibérica denominación de origen jajaja.

¿Te gusta comer vergas? - dijo otro.

Manu: Dile que sí, que te encanta.

Jessica: Me encanta comer vergas.

Pues cómenos las nuestras nomás - dijo uno.

Manu: Lo siento señores, se acabó el espéctaculo. Voy a follarme a esta putilla yo solo. Adiós.

Jessica se sentía humillada completamente, le llamaba puta delante de otra gente, se reían de ella, le hacía atragantarse con su polla a la fuerza hasta llegar a llorar y le tiraba del pelo. Pensar en todos esos polvos tranquilos y cariñosos con su novio y sentirse ahora utilizada de esa manera y excitarse más comiéndole la verga al chico que acababa de conocer hoy y que ahora decía que se la iba a follar, que con su novio follando todo este tiempo le bloqueaba por completo.

Un momento ¿A follar ha dicho? - pensó Jessi

Jessi: Oye follar ya me parece demasiado.

Manu: ¿Quien te ha dicho que dejes de chupar? Voy a coger un desvío a una zona apartada que conozco y allí te voy a follar a cuatro patas como a una perra.

Jessi: ¿Pero qué dices estás loco?

Manu le volvió a atragantar con su polla mientras cogía un desvió a la M40. Enseguida llegó a una salida que daba a un camino de tierra y de ahí a una zona boscosa donde no estaba a la vista de vehículos y no pasaba nadie por las inmediaciones.

Para de comer polla un rato glotona - le dijo con sorna Manu a la novia de Pablo.

Manu detuvo el coche y se bajó, abrió la puerta de Jessi y la sacó. Ella volvió a decirle que no, pero él ya no estaba dispuesto a parar.

De un tirón le quitó los shorts que soltaron un par de botones rompiéndose. Debajo llevaba un tanga blanco completamente transparante de tanto flujo. Le quitó el tanga y lo insipiro mientras con su lengua y de un lametón cogío restos de babilla de su flujo. Esto excito muchísimo a Jessica que cada vez se esforzaba menos en resistirse. Forcejeó débilmente mientras Manu se echaba el tanga al bolsillo.

Esto me lo quedo como trofeo - dijo.

Manu le tumbó sobre el capó del coche habiéndole echado la camiseta hacia delante a duras penas, sacando sus firmes tetas cuyos pezones estaban duros como para picar hielo. Manuel rodeó con sus brazos la estrecha cintura de la pelirroja y acercó el coñito húmedo de ésta a su boca dándole varios lametones. Él seguía de pie y ella estaba apoyada en el capó con la cabeza, los hombros y parte de la zona superior de la espalda; con las piernas sobre los hombros de ese mastodonte cachitas que la estaba comiendo el coño como nunca su novio ni ninguna otra persona había hecho antes.

En ese momento me di cuenta de que no quería resistirme a ese placer, gemía como nunca y dejé de forcejear. Él me dejo caer apoyando completamente mi cuerpo sobre el capó que estaba caliente del motor pero yo creo que no tanto como lo estaba yo.

Manu pasaba su lengua desde mi ano a mi coñito con lametones prolongados, alternando con introducir su lengua hasta mis entrañas.

Manu: Estás riquísima, en circunstancias normales te comería el coño mucho más rato, pero estoy como una moto y he quedado y no quiero que se me haga tarde.

¿Ha quedado? si dijo que se quedaría en casa - Pensé.

Manu me introdujo los dedos anular y medio tan rápido que me daba incluso miedo, pero a la vez estaba viendo las estrellas y sentía una sensación muy extraña. Era como si no pudiese soportar tanto gusto. Manu me dijo que me preparase para correrme como nunca y así fue; comencé a gritar y en menos de 1 minuto tuve el mayor orgasmo de mi vida. Eyaculé a chorros, no se si era orina o qué era, nunca había eyaculado así. Debió ser igual en el caso de mi suegra.

El chico al que había conocido hoy, al que un rato antes había masturbado y al que le había hecho una mamada como a ningún otro, me palmeó de nuevo sobre el coñito haciéndome entre daño y placer por la sensibilidad de la zona.

Manu me quitó la camiseta, yo no llevaba sujetador. Me mordiqueó los pezones mientras me magreaba las tetas y me besó de nuevo lascivamente toda la cara. Acercó su enorme capullo a mi estrecho coñito y yo asustada le dije que con cuidado que era muy grande.

Manu me la metió poco a poco primero la punta, aunque con no demasiada delicadeza. Di un respingo y un quejido gemido. La sacó y volvió a meterla metiendo un cacho más, así hasta que me había metido la mitad. La dejó ahí un rato moviéndola en círculos, para intentar ensancharme, pero eso no dilataba más.

La sacó y volvió a meterla, comenzó un vaivén constante, cada vez más rápido. Yo comencé a gemir fuerte, esa polla me llenaba por completo y no entraba entera. Él separaba mis piernas lo máximo que era posible pero apenas pudo introducir un cacho más.

sus embestidas eran ya fuertes y rápidas, yo gritaba como una puta.

Jessica: ¡¡¡AAAAAAAH AAAAAAAAH FÓLLAMEEEEE PÁRTEME EN DOS!!!

Manu: ¡¡Toma Puta!!Esto es una polla de verdad. Así es cómo te gusta que te follen y no como te folla el maricón de Pablito. ¡¡Ven aquí!!

Salió de mí y me hizo arrodillarme y chupársela. Se levantó la polla para que tuviera mejor acceso a los huevos, los cuales succionaba como si no hubiera un mañana y fuera la última polla que fuera a catar.

Me cogió como a un muñeco en brazos y me penetró haciéndome botar sobre él totalmente expuesta sin tocar el suelo. Así estuvo un rato pero a mi me dolía esta postura y hubo un momento que me dolía mucho porque su polla no cabía y parecía que me fuese a hundir los labios para adentro.

Se lo dije y me bajó de golpe para ponerme a 4 patas.

El suelo estaba reseco y me arañé las rodillas pero en ese momento todo me daba igual. Me comenzó a penetrar en la postura del perrito, él de cuclillas amasando mis pechos pegado a mí y yo totalmente sumisa. Me comenzó a comer el cuello mientras aceleraba sus embestidas.

Manu: Soy demasiado alto para esta posición ven aquí zorra que te voy a dar un poco más y me voy a correr.

Jessica jadeaba, apenas podía hablar de tanto placer, Manu la cogió, abrío la parte de atrás del coche y la puso sobre el asiento a cuatro patas con el culo en pompa hacia afuera, dirigió su enorme verga a ese coñito cada vez más abierto pero que seguía sin abarcar su enorme polla.

Manu: Aaaaahhh aaahah que coñito más rico... Es el coño más estrecho que me he follado en mi puta vida DIOOS... Cómo me lo estoy pasando.

Jessica: AAaaaahh aaaahh mmmmhh mmhh FÓLLAME DURO cabrón.

Manu le tiró del pelo y comenzó a darle lo más fuerte que podía, jessica se volvió a correr con un grito ensordecedor que hizo volar a algunos pájaros, y alertó a un hombre de las inmediaciones de unos 40 años, calvo y gordo y de aspecto desaliñado que estaba buscando espárragos por los alrededores.

El hombre se acercó y les observaba a escasos metros mientras Manu, que ya le había visto, no solo no paraba sino que aceleró las penetraciones y con una mano tiraba del pelo de Jessi y con la otra le azotaba el culo con mucha fuerza.

El hombre preguntó a Manu si le importaba que se hiciera una paja mientras miraba y manu le dijo que no había problema.

Al par de minutos Manu avisó a Jessica de que se iba a correr y le hizo comerle los huevos mientras se masturbaba esperando eyacular en breve, Jessica miró al hombre que ya estaba casi al lado masturbándose y esta vez ya no le importó. Comenzó a sorber con ganas los huevos de Manu quien en pocos segundos más dirigió su pene a la boca de La pelirroja.

Manu: Trágatelo todo eh no dejes ni una gota o te vas andando te lo prometo.

Jessi: Dámelo todo, quiero tragarme toda tu leche.

Manu: AAAAAHHH AAAAAAAAHHH TOMAAAAA ¡¡¡ PUUUUUUUUUTAAAAAA!!!

Manu soltó 4 grandes chorros seguidos de un esperma espeso y dos más líquidos al final. Una enorme cantidad que logró apuntar en su mayoría sobre la frente y la boca de la joven. Que tragó todo lo que pudo y lo que no, lo recogió Manu con la punta de su pene llevándolo a la boca de ella que se lo tragaba todo como una auténtica guarra en celo.

Manu le dijo a Jessi que se sentara en el coche abierta de piernas mientras se masturbaba para este señor y que le dijese cochinadas.

Manu: Caballero, cuando vaya a correrse échelo todo sobre el coño y de mi putita si no le importa.

El hombre que ya estaba a punto se acercó y eyaculó una enorme cantidad de esperma sobre el chocho de Jessi. Se notaba que hacía muchísimo que no descargaba. El hombre le dio las gracias y se fue.

Manu le hizo a Jessi ponerse el short desbotonado sobre el coño sin limpiar.

Manu: Quiero que sientas lo puta que eres al llegar a casa. Dame tu número de teléfono. A partir de hoy eres mi guarrilla particular. ¿Lo has entendido?

Jessica asintió totalmente rendida a este hombre, que le acercó a su casa y donde llegó y le esperaban sus padres que se extrañaron de que Pablo no subiese a saludar y de que viniera tan desaliñada manchada por todos lados y con los arañazos en las rodillas.

Ella dijo que se había caído en un parque y que se iba a dar una ducha. Ya en el baño la chica aún excitada se quitó el aún humedo y fresco esperma sobre su coñito y lo olía mientras preparaba la ducha. Sabía que desde este día su vida daría un vuelco...

CONTINUARÁ...