Los pijos también lloran (2 de 6)

Conocemos a todas las partes implicadas. Pablo se teme lo peor, pero no sabe que es solo el comienzo de lo que se le viene encima...

Era una tarde de un miércoles de mediados de junio. Pablo estaba en el gimnasio entrenando haciendo press de banca. No se le daba muy bien y ponía poco peso.

Manuel: Pablo, estarás calentando con eso ¿no? jajaja.

Pablo le miró con malos humos y le dijo que se buscase otra máquina que aún le quedaban un par de series.

Manuel: Oye no hay razón para enfadarse. Cada uno levanta lo que puede, los hombres levantan peso y los chiquillos lo intentan.

Álvaro: Jajaja ¿si quieres te echamos una mano?

Tras acabar de entrenar, Pablo se dirigió al vestuario donde se disponía a darse una ducha. La zona de duchas era la típica ducha conjunta con 10 grifos distribuidos 5 enfrente de los otros cinco, dónde los chicos compartían ese espacio. Antes de entrar, Pablo escuchaba la conversación de esos dos chicos que tan mal le caían.

Álvaro: Entonces ¿Qué? ¿Cuándo te vas a follar a esa milf?

Manuel : Poco a poco Alvarito. Esta milf es una pija que solamente ha estado con su marido durante muchos años. Es tan puta como las otras, pero le cuesta aceptarlo y yo voy poco a poco.

Álvaro: La técnica del martillo pilón jajaja.

Manuel: Jajajaja. Una vez nos conozcamos en persona y me la lleve a un sitio apartado, verás como se come el martillo como si fuese un calipo jajaja.

Hubo un momento de silencio y Pablo entró en la ducha. No tardaron ni un minuto en meterse con él.

Manuel: Hombre Pablo, chiquitín ¿ya te cansastes?

Veo que cogiste frio- Le dijo a modo de mofa señalando con el dedo el miembro flácido y pequeño del chico.

Álvaro rió a carcajadas.

Pablo: Algunos no nos empalmamos con otros hombres, somos más de hacerlo con mujeres fijate tú.

Manuel: Que me veas esta tranca tan grande no significa que esté empalmado. Los machos alfa somos así para satisfacer a cualquier mujer, otros ya necesitan otras maneras.

Álvaro: Tu novia debe estar más triste que un gorrino en día de matanza.

Pablo le miró con una mirada de odio. Por triste que se vea, Pablo era un pijo con un cuerpo normalito, que nunca se había peleado, almenos no empezando él. Siempre fue un pusilánime en ese sentido, y Álvaro era un chaval mucho más grande que él. De altura era más o menos igual pero pesaría 20 kilos más, estaba muy fuerte aunque no demasiado marcado, más allá de unos bíceps enormes y un pectoral igual.

Manuel: Venga Álvaro deja al chiquitín. No hables de Jessica, que una cosa es bromear con el chico y otra meterse con su piva. Pablo, lo siento tío disculpa a mi amigo que no mide con las bromas.

- Da igual, déjalo .- le respondió pablo secamente.

Dicho ésto, se fueron al vestuario a secarse y vestirse. Ahí estaba Manuel, su peor enemigo desde la adolescencia. Ya entonces era un repetidor que pasaba de todo en el instituto. Había repetido en dos ocasiones y se metía con él desde el primer día que llegó a clase. Era el típico echado "pa´lante" al que le gustaba ser centro de atención en clase y se metía con los más débiles. Sea como fuere, estos chavales eran los que más exito tenían con las pivas en el instituto.

Ahora Manuel era un chaval de 22 años muy alto de 1,85 por lo menos, con un cuerpo muy marcado y fuertes brazos, con el pelo negro corto de punta y los ojos azules. Tenía la piel morena y una polla enorme de la que le gustaba presumir en cualquier oportunidad entre los tíos.

Lo cierto es que Pablo la tenía normalita ni grande ni pequeña, pero al lado de Manuel se sentía un picha corta y no podía evitar mirársela cuando coincidían en las duchas, ya le pasaba en el instituto. Incluso Álvaro la tenía más grande aunque no como la de Manuel.

Al salir del vestuario vio a su hermana en el hall vestida con unas mallas ajustadas de color negro que le marcaban el culazo de campeonato y un top de color negro apretaba sus tetas también y llevaba el pelo recogido en una coleta.

Estaba charlando con Manuel y Álvaro que no le perdían ojo de encima. Ella reía y parecía hacerle ojitos a Manuel, lo que hacía rabiar a Pablo que se acercó más con la intención de cortarles el rollo que de saludar a su hermana antes de irse para casa.

La actitud de Manuel y Álvaro con Pablo era de lo más normal en presencia de su hermana, no duró mucho la conversación y después de un par de minutos Manuel se despidió con dos besos de Silvia echando su mano a la cintura de ésta y se fue con Álvaro, Silvia se quedó pensativa. A Pablo algo le ardía por dentro.

Pablo: ¿Qué pasa? ¿Te parece bonito?

Silvia: ¿Bonito? ¿De qué hablas?

Pablo: No sé, dejar que este imbécil te sobe y reirle las gracias mientras tu novio está estudiando inglés en Londres.

Silvia: Primero- No me estaba sobando, me dio dos besos. Segundo- Es un chico simpatiquísimo no un imbécil. Y tercero no le pongo los cuernos a mi novio por hablar con un amigo. Tienes que superar ese complejo de hermano protector porque para empezar la mayor soy yo.

Ahí te quedas, yo me voy a entrenar- recalcó malhumorada.

Pablo: Espera....

Silvia se fue enfadada y Pablo aún más.

Llegó el viernes y Pablo, aún estando líado con los exámenes finales para casi toda la semana siguiente, decidió salir con su novia de fiesta, pues hacía un par de semanas que no salía.

Fue a coger el Mercedes de su madre, pero no estaba, así que cogió el Bmw serie 1 suyo y se fue a buscar a Jessica.

Recogió a Jessica en su casa. Iba bastante normalita. Apenas un poco de maquillaje un vestido ancho de color negro sin apenas escote con una minifalda no demasiado mini. Su melena rizada pelirroja y esos ojos verdes realzaban su cara llena de pecas. Lo cierto es que era guapísima, y al celoso de su novio le gustaba que no mostrase sus atributos y su cuerpo perfecto de piel pálida sabiendo que era él el único que disfrutaba de esa chica. Pablo pensaba en sus pezones y aureolas rosaditas y su coñito con el pelo por el monte de venus en forma de pirámide invertida. Le entraron los calores, le dio un ardiente beso y se fueron a la Avenida del Brasil a una zona de botellón junto a una discoteca. Pablo podía permitirse un reservado, pero Jessica venía de una familia más humilde y tenía amistades que no podían permitirse algo así, y como él era un chico de lo más normal y simpático, se juntaba con ellos en botellón.

Tras un rato riendo y bebiendo se dirigieron a la discoteca, donde estaban Manuel y Álvaro acompañados de tres chicas. A Pablo le encendió sobremanera ver que una de ellas era su hermana las otras dos debían ser amigas.

Pablo estaba más pendiente de ver como su hermana bailaba con Manuel que de su propia novia, algo que estaba enfadando a esta última.

Jessica: Déjales tío, tu hermana es mayorcita para divertirse.

Pablo: ¿Y que pensaría su novio? ¿Eh?

Jessica: Solo está bailando no está haciendo nada malo.

Pablo: Ese tío es un imbécil, siempre ha sido un tonto desde el instituto y se lo he contado a mi hermana miles de veces, pero mi hermana me toma como si tuviese envidia de él o algo.

¿Envidia? Nooooo que vaaaaa ¿En serio? - contestó Jessica con una sonrisa sarcástica.

Pasaban los minutos. Silvia Bailaba cada vez más cerca de Manuel al otro lado de la pista de baile. Las manos de Manuel ya apenas soltaban la cintura de Silvia mas que para cogerle la mano y hacerle dar una vuelta de vez en cuando aprovechando para admirar su cuerpazo. Llevaba un vestido azul oscuro muy encajado que realzaba todos sus atributos. Bajo el vestido llevaba un sujetador de seda y esto hizo que marcase los pezones un poco incluso sobre el vestido algo que no pasó desapercibido para Manuel que sabía que le estaba poniendo cachonda. Entre cubata y cubata, que Silvia engullía en pocos tragos, Manuel aprovechaba para que las manos de su cintura fueran poco a poco rozando su trasero.

Manuel: Que bien te mueves... de pie. Tienes un cuerpo de escándalo.

Silvia: Gracias, tú tampoco estás tan mal, jajaja.

Manuel se acercó a su oído y le susurró que le estaba poniendo como una moto, aprovechando para rozar su oreja con los labios echandole su aliento caliente al retirarse dándole un beso cariñoso en el cuello.

La maniobra fue vista de refilón por Pablo, quien volvió a quejarse, provocanco que Jessica se enfadase, parándose en seco y acto seguido salió de la discoteca.

Pablo se quedó ahi viendo como su hermana bailaba cada vez más agarrada a su peor enemigo y como se iba su novia. Durante unos minutos pensó en acercarse a cortarle el rollo a su hermana, pero en ese momento pensaba que ya se había medio enfadado con él el miércoles en el gimnasio por este motivo, y que su novia estaba fuera también enfadada. Pablo se sentía incomprendido viendo con sus ojos como todos sus problemas giraban en torno a Manuel. No obstante, decidió salir a buscar a su novia.

Entre tanto, Manuel miraba a los ojos a Silvia, y le hizo darse la vuelta y comenzó a agarrarle la cintura acercando su cuerpo al de ella de espaldas a él, tambaleándose al ritmo de la música. Ella hizo ademán de retirarse pero el la cogió fuertemente y le acercó de nuevo a él.

Le dio un par de besos en la mejilla y le susurraba al oído que le estaba poniendo como una moto y sabía que ella también que eso se notaba.

Silvia le dijo que no podía hacerle eso a su novio. Manuel le dio la vuelta le agarró por el culo y la acercó con fuerza hacia él, haciendo que ella notase el bulto de su pantalón.

Manuel: ¿Notas eso? Es por ti.

Silvia: No puedo hacerle esto a mi novio. Él me quiere.

Manuel: Tu novio, tu novio tu novio.... Tu novio se está tirando a alguna guarra inglesa, ¿no has visto como se comportan aquí?

Silvia : Mi novio no es de esos, él me respeta.

Ahora mismo estás cachonda, lo noto. Se te marcan los pezones y tienes el corazón acelerado - le dijo Manuel al oído mientras aprovechaba ahora para besarle el cuello ya lamiendo ligeramente con la lengua.

Silvia: Joder, no seas cabrón, mi novio...

Tu novio no está aquí, y si no se entera no pasa nada. Tú te has puesto cachonda y yo más. Hay que dejarse de dilemas morales, somos jóvenes y nuestros cuerpos piden guerra, y el tuyo es un cuerpo escándaloso - volvió a susurrarle al oído para ya besarle por el cuello con lujuria.

Silvia: mmmmhh joder como me estás poniendo...

Manuel le agarraba el culo y le morreó los labios a lo que ella trataba de apartarse pero sin demasiada insistencia. El chico de ojos azules le cogió la cabeza con sus enormes manos entrelanzando la cabellera de Silvia entre sus dedos y comenzó a besarla mientras con una mano magreaba una de sus tetas por fuera del vestido.

Silvia le dijo que parase y se apartó. Le dijo que tenía que ir al baño y Rebeca, una amiga de Álvaro que estaba en el grupo, le acompañó.

Mientras tanto fuera de la discoteca Pablo buscaba a su novia. Tardó un rato en encontrarla en las inmediaciones entre tantísima gente de botellón. Estaba con el grupo de amigos, que seguían bebiendo y riendo. Se la veía enfadada.

Pablo: Jessica, ¿Por qué has salido sin decir nada?

Jessica: Me tienes harta de tanto Manuel. Yo he venido a pasarlo bien y para un día que salimos ya me has estropeado la noche.

Pablo: Joder ¿Cómo te pones no?

Jessica, que era una chica normalmente callada dentro del grupo, cuando se enfadaba parecía que llevaba los pantalones en la relación, y le dijo que le llevase a casa. Él le comentó que no había cogido las llaves de casa y que se las iba a pedir a su hermana y entonces salía y se iban. Ella le dijo que le esperaba ahí mismo.

Pablo se sentía mal por mentir a su novia, pero no quería irse sin saber adónde estaba llegando su hermana con el maldito Manuel, así que entró de nuevo en la discoteca.

Se sorprendió al ver a Álvaro bailando con una de las chicas, pero ni rastro de Manuel, su hermana ni la otra chica.

Buscó y buscó, y cada vez tenía más calor. Comenzó a sudar pensando que Manuel se estuviese enrollando con su hermana y se dirigió a la zona cercana a los baños, per bastante antes de llegar se cruzó con Manuel, quien le miró con sorna.

Manuel: ¡Hombre chiquitín! Tu hermana estaba enfadada porque no le has saludado.

Pablo: ¿Dónde está? ¿No estaba contigo?

Manuel: Estaba, pero tenía unos calores que no eran normales y se ha ido al baño jajaja. La he acompañado a ver si podía ayudarla. Creo que ha.... bebido demasiado...

Manuel comentó esas frases al estilo suyo burlesco, Pablo no acababa de entender el porqué, pero algo no le gustaba en esas frases.

Pablo se acercó al baño donde Rebeca le detuvo apresuradamente casi agarrándole diciéndole que su hermana salía ahora que se encontraba un poco mal. Silvia salía con los ojos enrojecidos y el vestido todo mojado por la zona del escote, marcando los pezones de una manera muy visible.

Silvia se sorprendió al ver a Pablo, abriendo los ojos como platos dando una imagen de nerviosismo. Pablo le habló de la conversación con Manuel y ella asintió y le dijo que ya se encontraba mejor que debía ser por el calor en la discoteca.

Pablo: Será más por tantos cubatas.

¿Qué hacías sola ahí dentro? - Le preguntó como pregunta un padre a una hija mientras le acompañaba hacia la salida de la discoteca.

Silvia: No estaba sola, estaba con Rebeca.

Pablo: Rebeca estaba en la puerta y tú estabas dentro.. así que no...

Silvia: ¡Ay! no me agobies ya anda...

Silvia se despidió de sus amigos, y Manuel le sonrió y le dijo que hasta la próxima.

La hermana de Pablo se sentó en la parte de atrás del coche mientras iban camino de casa. La madre de los hermanos estaba despierta, con unas amigas charlando y bebiendo, y Pablo le dijo a su madre que Jessica se quedaba a dormir.

Jessica se había quedado varias veces a dormir en esa casa, pero si su suegra estaba allí dormía en la habitación de Silvia, que tenía una cama enorme de matrimonio. Se llevaba muy bien con ella y se contaban todo.

Ya en la habitación de Silvia, cuando estaban todos en sus respectivos dormitorios, comenzó a transcurrir la conversación de la sucedido en el baño...

Silvia le relató los acontecimientos con detalle, desde los bailes y magreos, a las frases calientes y los besos con lengua.

Silvia: Había ido al baño a quitarme la calentura y Rebeca la chica esa rubia de rizos me acompañó. Aproveché para sentarme en la taza del water a charlar con ella y entonces tocaron a la puerta. Dije que estaba ocupado pero insitieron, y entonces rebeca abrió la puerta y apareció Manuel. Ahí estaba de pie; con su camisa blanca de manga corta con los tres primeros botones quitados enseñando pecho su pelo engominado, sus vaqueros apretados y su sonrisa profident. Le dijo a Rebeca que se fuese, que esperase fuera para que nadie les molestara. Prácticamente la echó de allí agarrándola del brazo.

Silvia: ¿Sabes que es el baño de señoritas verdad?

Manuel: Perdón, creí que estaba en el baño de "golfas cachondas buscando rabo" jajaja

¡Serás cerdo!- dijo Silvia apartando la mirada con ligera chulería.

Manuel: Vamos Silvita, no me dirás que no tienes ganas de mambo.

Silvia: Soy una chica bien educada, no me pongo a follar con cualquiera en el baño de una discoteca, eso serán las golfas que te gustan a tí.

Manuel: Golfas de una noche, guarras y zorras las hay a montones, a ti no te voy a follar aquí, tu tienes más clase.

Silvia: Hombre gracias.... supongo... Pero yo me voy a ir a casa y no vas a venir conmigo eso ya te lo adelanto.

Manuel: No he dicho que te vaya a follar hoy, ya habrá tiempo.

Silvia: ¿Y quien te ha dicho que vamos a follar en otro momento? ¿Le pregunto a mi novio qué opina de este comentario?

Manuel: Si quieres le llamamos y le preguntamos qué opina de que su novia se ponga cachonda besándo y bailando con otro tío a quien deja que se meta con ella al baño sin rechistar...

Bueno aparta que me voy... - dijo Silvia a la par que sin mirar a la cara al enorme chico que tenía delante trataba de esquivarle en el escaso espacio que había dentro del baño.

Manuel le paró en seco, le agarró un brazo y forcejeo un poco con ella mientras ella le decía que le soltase. Le agarró fuertamente aplastándola contra él y le besó en los labios.

Silvia se resistió esta vez un poco más e hizo ademán de darle un guantazo con la mano que tenía libre, pero Manuel fue más rápido y lo evitó. Le miró a los ojos mientras le agarraba ambos brazos tras la espalda con su enorme mano izquierda, mientras con la mano derecha le echaba el pelo a un lado y le agarraba la nuca...

Manuel: Deja de resistirte, veo en tus ojos la mirada de una chica que está disfrutando.

Silvia: ¿Y en que lo ves?

Manuel le iba besando lentamente entre palabras y ella ya respondía a los cortos besos persiguiendo sus labios.

Manuel: No has gritado, haces como que te resistes sin apenas fuerza, te gusta esta situación. ¿Tengo razón?

Silvia: Bueno cabrón es cierto, me pones cachonda, pero me tengo que ir, de verdad.

Manuel le hizo sentarse en la taza del váter y se echó mano al paquete, que se marcaba abultado bajo el pantalón.

Mira como me has puesto mira - dijo manuel mientras se sacaba la polla del pantalón, la cual estaba semi-erecta.

Silvia se quedo ensimismada mirando ese pollón, era más grande que el de su novio, y más grande que el de muchas pelis porno que había visto. Tenía el capullo rosado muy grande y un tronco bastante ancho y blanco. Le atraía muchísimo y no podía dejar de mirarla.

Manuel se masturbaba lentamente para ponérsela dura mientras miraba a Silvia apreciar su enorme miembro.

Manuel: Toma, tócala un poquito.

Silvia: ¿No te he dicho que no vamos a follar aquí? Ademas que me tengo que ir te digo.

Manuel: ¿Y quien habla de follar?

Manuel cogió la mano de Silvia y la dirigió a su Polla. Sin ningún tipo de insistencia, Silvia comenzó a masturbar lentamente a Manuel.

Manuel: Escupe para que resbale.

Silvia se echó saliva en la mano y comenzó a masturbar más rápido a Manuel. El nardo de Manuel tardo poco en ponerse erecto del todo.

Silvia admiraba la polla de Manuel mirándola desde todos los ángulos a la vez que la masturbaba ya con ambas manos para abarcar toda su longitud.

Manuel: Ahhh sigue así... Ahora chúpamela preciosa.

Silvia: ¿Cómo dices?

Manuel: Vamos no te hagas de rogar más, me la chupas me corro y te vas tranquilamente a casa y ya otro día te doy lo tuyo.

Silvia le miraba a los ojos mientras se acercaba a su miembro, pero no acababa de responder..

Manuel: Venga va, si sé que lo estás deseando.

Silvia: Eres muy creído tú, al final mi hermano va a tener razón contigo y todo...

Manuel: Tu hermano es un picha corta envidioso y su hermana ahora me la va a chupar como la guarra que es.

Dicho esto Manuel acercó su polla a los labios de Silvia que estaba cachondísima por ese último comentario, y ella misma sacó la lengua ensalivando el glande de la polla de Manuel.

Manuel: ya esta bien de jugueteos chupa ya zorra.

Manuel cogió la melena ondulada de Silvia con la mano derecha y le metió la polla en la boca hasta la mitad.

Silvia dio una arcada y sacó la polla pero rápidamente Manuel se la volvió a meter. Poco a poco Silvia tragaba más y más, pasando su lengua desde la base hasta el glande en varias ocasiones, envolviendo la punta con los labios y comenzando un arriba abajo cada vez más rápido que solo detenía para proseguir con los lametones desde la base al capullo mientras cogía algo de aire.

Manuel: Aaahhh síii como la chupas cacho de puta... Aaaahhh sabía yo que tenías ganas de rabo.

Silvia no pensaba ya en su novio. Miraba a los ojos de Manuel y aún con su educación y siendo una chica pija, le encantaba sentirse sumisa en temas sexuales. A decir verdad no sabía si le excitaba más eso o el enorme pollón que se estaba comiendo en los baños de una discoteca donde nunca había hecho algo similar ni con su novio.

Manuel: Cómeme los huevos, metételos en la boca y chúpalos bien.

Manuel se volvía loco de placer mientras Silvia succionaba sus huevos depilados, algo sudorosos por tanto rato bailando y con cierto olor a macho. A su vez, la morena masturbaba la enorme polla de Manuel.

Silvia: Joder si que aguantas, mi novio no aguanta ni 3 minutos de mamada.

Manuel: Ahhh tu novio es un eyaculador precoz seguro. Cuando te coja yo vas a disfrutar lo que nunca has disfrutado. Me vas a venir detrás pidiéndome que te folle.

Silvia reía sin dejar de chupar el rabo de Manuel.

Manuel: Déjame a mi voy a follarte la boca.

Silvia: Vale pero ten cuidado por favor, que no quiero mancharme el vestido con las babas.

Manuel le cogió la cabeza con ambas manos y comenzó a follarle la boca metiendo casi hasta la mitad, solamente la dejaba sacar la polla de la boca para escupir sus babas en el suelo entre alguna arcada. Los hilos de saliva eran ya anchos y cuando se separaba iban de la boca de Silvia al pollón de Manuel. Con el ritmo acelerado, no tardó nada en sufrir movimientos espasmódicos y sacó no enorme pollón.

Manuel: ¡¡¡AAAAHHH ME CORROOOOOO AAAAAAHH AAAAAAHH!!!

Manuel tiró del peló de Silvia hacia atrás a la vez que atraía la cara de ésta a su verga dejando su preciosa cara al alcance de la descarga que venía a continuación mientras ella cerraba los ojos y se preparaba para que Manuel se descargase a gusto. Tres enormes chorros pegajosos seguidos de dos más pequeños le impregnaron la cara de lefa cayendo esta derramada desde la frente y ojos hacia la comisura de sus labios, los cuales apretaba con fuerza antes de usar sus dedos para quitarse la lefa de los ojos y labios, quedando sus ojos enrojecidos al haberle entrado parte dentro.

Manuel: Te has portado como una buena chica. Te daría un beso pero no quiero probar mi esperma, eso es cosa de mujeres jajaja.

Silvia: Cabrón me has manchado el vestido.

Manuel se fue, yo me limpié con papel higiénico y finalmente, con agua del grifo me limpié el vestido que estaba lleno de semen. Me eché agua en el pelo y me salí al oir a mi hermano en la puerta con Rebeca. Creo que no sospechó nada.

Jessica: Estás hecha una guarrilla.. ¿ Piensas volver a verle?

Silvia: Supongo le quité los calores pero ¿Y yo qué?

Jessica: Joder, a mí me has puesto cachondísima. Si no estuviese tu madre me tiraba sobre tu hermano de cabeza.

Poco más hablaron esa noche y se durmieron...

CONTINUARÁ...