Los pijos también lloran (1 de 6)

Me llamo Pablo, soy un chico joven de familia adinerada y ésta es la historia de cómo mi peor enemigo desde la adolescencia acaba con la vida tal y cómo yo la conocía.

NOTA DE AUTOR

Hola queridos lectores de TORELATOS. Para quienes no me conozcáis, éste es mi segundo relato. El primero tuvo una gran aceptación y fueron tres entregas de menos a más. Me pidieron una continuación, pero yo dije que tenía otra cosa en mente. Ha pasado mucho tiempo, pero hace unos días encontré la inspiración(y el deseo) para desarrollar una historia de infidelidad y sumisión realmente excitante. Son 6 entregas ya escritas, siendo la primera (al igual que la otra vez) una larga introducción al universo de los personajes,que es tal y como a mí me gusta.

Si aceptáis seguir adelante, os prometo que está historia no os dejará indiferente.

Gracias autores por servirme de inspiración

RELATO

Me llamo Pablo. Y esta historia relata desde diferentes puntos de vista como el peor enemigo de mi adolescencia destroza mi familia.

Tengo 20 años. Soy un chico normalito de 1,75cm de altura y unos 70kg. Tengo el pelo corto de color negro y unos ojos marrones claros. Soy más bien blanquito de piel y aunque no tengo un cuerpazo de gimnasio, desde que empecé a ir hace un año estoy algo marcadete.

Vivo en La Moraleja en Madrid. Para quien no lo conozca, La Moraleja es una urbanización de alto standing.

Nunca me faltó el dinero. Mi padre es empresario en una multinacional de creación y venta de ropa, y gana mucho dinero. Mi madre es la dueña de dos tiendas de ropa de dicha empresa aquí en Madrid las cuales general bastante dinero porque siempre tienen gente comprando.

Tengo una hermana de 22 años. guapísima, Silvia. Ella mide 1,70cm y tiene un cuerpo de escándalo. Tiene el pelo muy largo, oscuro y ondulado. Labios voluminosos y sus ojos verdes resaltan una cara de modelo. De hecho, este aspecto unido a sus grandes pechos y un entrenamiento continuo en el gimnasio, con el consecuente culito firme en forma de corazón, le habían proporcionado ser azafata de imagen en una empresa que se dedica a todo tipo de eventos, y eso le daba trabajo. Es mi hermana y yo la veo con ojos de hermano, pero hay que reconocer que es una belleza.

Mi padre había ascendido en el último año dos veces hasta llegar a un puesto que le hacía viajar muchísimo y ausentarse largas temporadas de casa.

Mi madre, que era muy joven, medía 1,65. Acababa de cumplir los 40, iba al gimnasio todas las tardes a hacer aerobic y cosas por el estilo. Tenía un fisíco parecido al de mi hermana, aunque mi madre tenía el pelo muy corto. Sus ojos eran verdes y sus labios eran prominentes también. No tenía apenas arrugas, y tenía unos pechos algo más pequeños que los de mi hermana pero no muy caídos debido al deporte regular. Su culo era más grande, pero era la envidia de las mujeres de su edad en el gimnasio según me decía mi novia, quien iba con ella a esas clases.

Mi madre regentaba una tienda de la empresa de ropa en la que trabajaba mi padre aunque solo iba un rato por las mañanas a la hora de abrir sobre las 10 hasta las 14 horas. El resto del tiempo eran empleadas que llevaban todo el tema de la tienda, empleadas mucho más jóvenes que mi madre, (más cerca de la edad de mi hermana que de la de ella) con las que desde semanas atrás había empezado a salir los fines de semana, algo que a mi me avergonzaba, pues gente conocida me decía de haberla visto en alguna discoteca bailando y por alguna razón no gusta que tus conocidos vean esa parte de tu madre. O almenos eso me pasaba a mí.

Elena tenía dos hijos maravillosos, Silvia y Pablo. Silvia estaba acabando empresariales y cuando terminase le abriría una tienda de ropa a su entera disposición. Pablo era un chico muy inteligente y aplicado en sus estudios, con una novia llamada Jessica que era una belleza, un amor y un "cajón de confesiones". Ya le había contado que llevaba tiempo que se sentía sola y que la relación con su marido era más de amigos que de pareja. Le había contado que un día hace unos meses se metió en chatroulette, un chat con webcam donde te conectan a gente anónima, y había quedado impresionada con la labia de un chico, quien no mostraba su cara(ella tampoco), pero con quien congenió desde el primer momento y ya hablaban asiduamente por skype.

Le contaba como le hizo ver que estaba en su mejor momento y que había que aprovechar ese tiempo. Que no era bueno el dejar de vivir experiencias, y que debía salir ,"arreglarse" y dejarse ver, sentirse deseada, en definitiva sentirse mujer. Y es por ello que le quitó el polvo a sus productos de maquillaje, renovó su armario de vestidos y ropa que ensalzara su figura y había comenzado a "arreglarse" y salir de fiesta con las compañeras del trabajo, las empleadas de la tienda de ropa que regentaba, en busca de un entretenimiento legítimo que le era necesario y le subía la autoestima, la cual podría haberse venido abajo previo cumplimiento de los 40 años.

Además de ser su "cajón de confesiones" iban juntas al gimnasio y hacían desde clases de aerobic hasta pilates juntas( pilates de vez en cuando, pues a Jessica no le hacía mucha falta).

Eran las 9 de la noche y Elena dijo a su hijo Pablo que se iba con las amigas de cena y que luego saldría, que no le esperase levantado pues llegaría tarde. Pablo le dijo que él saldría con Jessica y sus amigos después de cenar ya más avanzada la noche y así mismo le dijo que no hacía falta que fuera tan guapa que iba a llamar mucho la atención.

Elena se rió, le dió dos besos de despidida y cogió las llaves del Mercedes, se metió en el coche y salió de casa saludando a los Vigilantes de Seguridad a la salida de la urbanización.

Llegó al restaurante donde sus amigas le dijeron que estaba espectacular, y así era. LLevaba un vestido blanquísimo que realzaba su color de piel morena de rayos uva.Un ancho cinto rojo le hacía una cintura de avispa. El vestido estaba bastante entallado y realzaba mucho sus pechos. se había maquillado a conciencia y llevaba los labios rojo pasión a juego con el cinto y unos tacones de almenos 8 cm.

Fue una cena donde corríó el vino y ya las conversaciones femeninas desvariaban...

- Pues yo no sé vosotras pero yo hoy me voy a coger a un yogurín y me lo voy a llevar a casa para hacerle un hombre.

Elena: ¿Y que vas a hacerle por la mañana? ¿Unos cereales y comprarle un bollicao para la escuela?

Jajajajaja - rieron todas.

- Oye que los yogurines sorprenden a veces. Son tímidos y tienen poca experiencia, pero tienen un impetú que ya quisieran muchos hombres.

Elena : No sé, vosotras sois jóvenes y estáis en la edad yo ya...

- ¿Tú ya qué? ¿Tu marido no..?

- ¡¡Chhht No preguntes esas cosas a la jefa!!

Las chicas decidieron salir del restaurante y fueron a un pub donde pidieron varios cubatas y finalmente una botella de whisky y se sentaron en una mesa a seguir hablando de sus cosas a la par que escuchaban buena música. Con las copas de más Elena confesó que hacía varios años que no disfrutaba con el sexo. Su marido de 53 años se iba todos los meses almenos 2 semanas de casa y lo poco que paraba por casa no daba ni para uno o dos polvos mensuales de 5 minutos con un miembro que no mantenía ni la erección esos 5 minutos. Confesó que lo veía más como un amigo, y que estaba con él por sus hijos y porque llevaban más de 15 años de casados y más de de 20 de pareja.

Las chicas no daban crédito y se preguntaban como aguantaba de esa manera y si no había pensado en ser infiel.

Elena : La verdad, infiel en el sentido de acostarme con otra persona llegando a hacer el amor no, pero conozco a alguien por internet con quien he compartido ciertas intimidades.

Las chicas le pidieron que siguiera contando.

Elena : Conocí a un chico en chatroulette, que es un programa qu..

Que sí, que todas sabemos lo que es ve al grano - cortó una de las chicas.

Elena : Pues vamos que conocí a un chico que no mostraba su cara, se mostraba de cuello a cintura sentado en un sofá con una toalla como si se acabará de duchar. Marcaba un cuerpazo joven y atlético con una tableta de esas que dan ganas de comer. El chico me vió a mí vestida de lo más normal, pero no sé cómo, hablamos durante más de una hora y finalmente decidí seguir chateando con él por skype. Él siempre se mostraba de la misma guisa, con su toalla, yo por mi parte tampoco quise enseñar mi cara, pero el caso es que...

- Vamos jefa que nos tienes en ascuas.

- Sí no te cortes si total, todas tenemos secretos. Mira Lorena, tan calladita y se acostó con el tutor de su hijo en una reunión mientras su marido estaba con el pequeño en el parque del mismo recinto.

Lorena : Pero serás cabrona ¿para que le cuentas eso a la jefa?

- Bah llevamos ya dos años trabajando juntas, y la jefa lleva semanas saliendo con nosotras, hay que contarse las cosas, y así se suelta y nos cuenta ella también.

- Callad chicas dejadle que siga.

Elena: Pues eso... Que él me piropeaba, teníamos mucha confianza. Él me contaba que no quería atarse a nadie, que quería experimentar y relacionarse con muchas chicas antes de sentar la cabeza y que lo conseguía muy a menudo gracias a que tenía la suerte de tener un don...

- ¿Qué don?

Elena : Eso mismo me pregunté yo. Me dijo que era un gran amante y que tenía un miembro que atraía a todas las mujeres sean solteras o casadas. Yo al principio creía que bromeaba y le lancé alguna pullita al respecto, pero él parecía hablar en serio, así que le pedí que me la enseñase. Él me dijo que estaría encantado, pero que primero quería que yo le enseñase los pechos, que los había visto debajo de mi top y que quería verlos, que era un acuerdo justo.

- ¿Y?

Elena: Al principio estaba reacia, pero él me adulaba. Me decía que no me preocupase, que no nos conocíamos y estaba yo en mi casa y que no era tan descabellado; que muchas mujeres hacen topless en la playa. Así que lo hice. Me quité el top y le dejé ver mis pechos. me pidió que los acercase a la cámara y que los apretase. Lo cierto es que lo hice y me dió morbo.

Él se quitó la toalla y dejó ver un pene semierecto ENORME

Lorena: ¿Cómo de enorme? ¿Tamaño botellín de cerveza?¿Tamaño banana?

Todas rieron por el comentario de Lorena, pero estaban ensimismadas con el relato de Elena y atentas a su continuación, le pidieron que prosiguiese sin obviar detalles.

Elena: En un vaso de tubo no entraba, el mismo se encargó de enseñármelo. En ese momento me dijo que se tenía que ir pero que si quería la próxima vez que coincidieramos me lo enseñaba erecto del todo.

Yo tenía mucha curiosidad y lo cierto es que me excitaba esa situación. La siguiente vez que coincidimos fue un viernes de hace 2 meses. Él me dijo que si quería ver otra vez ese pene y esta vez erecto tenía que quedarme en tetas y ponerme un tanga blanco y enseñárselo. Yo lo hicé, y él comenzó a tocarse. Se escupió en la mano y se frotaba el enorme glande y acto seguido se tocaba despacio hasta que consiguió una erección. Puso un vaso de tubo frente a su polla y se veía carne por los dos lados y el glande sobresalía por encima.

- ¡¡Joder menudo pollón!! Me voy a poner otro copazo a tu salud.

Elena: Se tapó con la toalla y me dijo que fin de la función, que no le gustaba masturbarse sin algo a lo que admirar. Yo le veía venir y le pregunté que qué quería y el me contestó que quería verme la vagina.

-Joder que fina Elena. Pene, vagina, glande... No sé... polla, rabo, verga, capullo, coño, breva..

El resto de chicas reía mientras Elena se sonrojaba.

- Buuf creo que esta noche no soy la única que va a buscarse un yogurín, porque esta historia chicas nos está gustando a todas ¿a que sí?

Todas asintieron

Lorena: yo estoy por ir a mi casa a destrozar a mi marido no te digo más.

- O al tutor del pequeño...

Lorena: ¡Calla guarra! Elena sigue ya no te interrumpimos más.

Elena: Pues eso, ahí yo en un principio estuve un poco cortada, pero él nuevamente con su labia me hizo ver que estaba en mi casa y no era algo malo, que no nos conocíamos y ni siquiera nos habíamos visto la cara, de hecho yo le dije que me llamaba ROSA. Me eché el tanga a un lado y le mostré mi COÑO, o como queráis que lo llame, disculpándome por tener un poco de pelo, tengo algo por encima aunque recortadito. se quitó de nuevo la toalla y yo que ya me había tapado de nuevo con el tanga me quede asombrada.

En siguientes ocasiones la cosa fue a más. Empezó pidiéndome que le enseñara con detalle mi coño y lo abriese con mis dedos para él. No sé cómo lo hizo pero yo ya hablaba distendidamente de mi vida sexual, de lo poco que lo hacía con mi marido y de lo mucho que me excitaba verle por la cámara.

Hace ya 3 semanas que me voy todas las noches a mi cuarto a chatear con él. Y hace dos semanas me preguntó si quería ver como se corría. Le dije que sí, pero cuando llevaba un rato mastrubándose me dijo que para llegar a correrse necesitaba que yo me tocase. Le puse excusas. Mi pareja, que soy una buena mujer y que una cosa era enseñarle mis partes y otra disfrutar como si estuviese teniendo una relación. Aquí me dijo que ya estábamos en un punto de armonía en el que los dos disfrutábamos de la situación y nos excitábamos el uno con el otro. Que yo necesitaba desahogarme de una vida sexual no acorde a mi edad y que si bien él no podía satisfacerme por el momento en persona, quería hacerlo mediante la cámara.

Accedí y comencé a masturbarme para él, quería que él se excitara conmigo, me sentía deseada, me sentía joven, me sentía mujer... ahora quedamos varias veces por semana para esto... Ale ahí teneis mi secreto.

Lorena: ¿Has pensado en quedar con él?¿ De dónde es?

Elena: Se llama Kevin y vive aquí en Madrid. Me excita mucho el asunto pero nunca fui infiel a mi marido y el chico este tendrá la edad de mi hija, la verdad, me da vergüenza

- ¿Vergüenza de qué? Eres una mujer joven todavía, tienes falta de sexo, y tu marido está más a los negocios que a satisfacer una mujer que ha dado su vida por él y dándole dos hijos a los que cuida pues él casi nunca está en casa.

  • Sí, podrías quedar con este chico a tomar algo, y si surge algo más porque te entran los calores, es que tu cuerpo lo necesita. Si no puedes conocer a ese chico tan simpático contigo y con quien has compartido tanto sin tener que llegar a nada más.

Las chicas siguieron charlando y trataron de convencerle para que la próxima vez que chateasen le dijese de quedar. Se fueron a bailar un rato y finalmente Elena llegó a casa borracha como una cuba pero habiéndoselo pasado muy bien.

CONTINUARÁ...