Los pies sudados de mi hermano

Cuenta como mi hermano y yo llegamos a olernos nuestro pies sudados mientras nos masturbamos.

Yo siempre había tenido cierto gusto por los pies de las mujeres y de los niños pero sólo varones (soy homosexual que quede claro). Normalmente me metía por las noches en la habitación de mi hermano cuando el dormía y le olía los pies, pero aunque le olían mal, no estaban sudados como me gustaría y me quedaba con las ganas.

Era un martes de principios de septiembre sobre las seis de la tarde, hora a la que mi hermano de 12 años recién cumplidos solía llegar de entrenar de fútbol. Yo tenía 14 años y llevaba una relación normal con mi hermano, nos llevábamos muy bien pero a veces discutíamos, lo normal.

Ese día cuando llegó fue a su habitación a quitarse la ropa de entrenar y yo fue y metí en su habitación con la intención de oler de lejos sus pies sudados. Se quitó la camiseta y yo no se por que pero le dije:

Oye, te puedo oler los pies

¿Qué dices? Si me huelen fatal, los tendré todos sudados

Da igual, seguro que me gusta

Es que a veces tienes cosas, bueno has lo que quieras

Entonces yo me agache le saqué las botas de fútbol y la olí. Olía a pie sudado, pero ese olor no me era desagradable, pues además se trataba de la bota de un niño que todavía no estaba desarrollado y por lo tanto no podía oler muy mal. Después de oler su zapato me dispuse a oler su pie con el calcetín puesto, olía más todavía a pie sudado. Luego le quité el calcetín y vi su pie un poco húmedo. Yo ya llevaba un rato un poco empalmado y el se dio cuenta y me dijo:

Oye veo que la tienes dura, no me dirás que te excita olerme el pie sudado

Bueno la verdad es que si, espero que no te moleste

No no, si quieres te puedes masturbar, pero con la condición de que yo te pueda oler los pies a ti mientras me hago una paja, ok?

Ok.

Así que me quité los zapatos y me empezó a oler los pies. Luego los dos a la vez y finalmente haciéndonos una paja mientras olíamos los pies del otro. El iba diciendo como se los tenía que oler, el abría los dedos y olía por ellos, luego me presionaba con la planta en la nariz, etc. Al rato empezamos los dos a chuparnos los pies. El se corrió primero y como veía que yo me corría dijo:

Mira porque no te masturbo yo mientras haces lo que quieras con mi otro pie

Vale

Entonces cogí el otro pie y lo empecé a oler y a chupar mientras el me pajeaba y me decía

Huele todo mi pie sudado cabrón, quítame el sudor y la peste de mis pies con la lengua, que te gusta eh?

Finalmente me corrí y hay acabó nuestra sesión de masturbación oliéndonos y chupándonos los pies.