Los pezones de mi madre y el yogur con bifidus.
Durante años me habia masturbado pensando en las enormes tetas de mi madre, pero aquel dia me atrevi a ir un poco mas lejos...
El ruido de la puerta de la calle al cerrarse me saco de mis fantasias. Me quede en tension, espectante. La polla me latia entre las manos toda dura y venosa, babeante el capullo, amenazando empezar a escupir leche de un momento a otro.
Por el ruido del roce de las bolsas de la compra, comprendi que era mi madre que volvia de darse su caminata mañanera con la vecina de abajo. Que se le iba a hacer, tendria que terminar la paja mas tarde. Era una de las desventajas de vivir con mi madre, que tenia los momentos justos de intimidad. Y yo con mis 19 años estaba todo el dia con la polla en alto pidiendo guerra...lo tipico.
Sali del baño un poco turbado y aun con la polla medio morcillona marcando bulto en el bañador. Mi madre estaba en la cocina, colocando la compra.
-"Hola cariño, crei que habias salido...no te oi al entrar"- me saludo al tiempo que me pasaba un paquete de yogures - "¿Son estos los que me dijiste que te gustaban? Estaban en oferta."-
Era verano, principios de Julio. Aquel dia mi madre llevaba unos pantalones de licra y su top blanco, ese que tanto me gustaba ya que cuando se lo ponia, con el sudor, se le marcaban una barbaridad los pitones. Sus enormes pezones, grandes como CD's y de color marron oscuro, con los que tantas veces habia fantaseado y por los que tanto semen habia derramado en secreto desde que era un adolescente.
No es que fuera una belleza mi madre, pero a sus cuarenta y pocos años aun tenia un buen polvo. Bajita y rellenita, sin duda lo que llamaba la atencion eran sus ubres. Como decia un buen amigo mio ( y que seguro tambien se pajeaba pensando en ella ) : "Tu madre tiene tetas de negra, macho."
Esas "tetas de negra" le colgaban aquella mañana un poco mas de lo habitual, y las manchas oscuras de sus pezones se recortaban claramente debajo de la tela. Tarde un par de segundos en darme cuenta de que no llevaba sosten. A cada movimiento que hacia al meter la compra en la nevera, sus tetazas se movian de un lado a otro, bamboleandose.
Fue casi instantaneo. Mi polla paso de morcillona a totalmente dura tan rapidamente que lo unico que pude hacer fue sentarme en la mesa de la cocina y ponerme un folleto del super sobre el bulto de mi cipote empalmado para disimular. Mientras, mi madre se habia agachado para colocar la verdura en la parte de abajo del frigorifico, ofreciendome una magnifica vista de enorme canalillo salpicado de pecas y lunares y bronceado por el sol.
Mas de una vez habia fantaseado con como seria meter la polla ahi enmedio. Las pajas cubanas que podian brindar esas tetas...
Aquello fue el detonante. Con disimulo me saque la punta de la polla por la pernera del bañador, y tapandome con el catalogo empece a acariciarme el capullo, que ya estaba otra vez hinchado y rezumando babilla. Cogi uno de los yogures del pack que habia comprado mi madre.
-"Oyeeee"- reacciono ella al oir el chasquido del envase -"Que voy a preparar la comida ya mismo, ¡no andes picoteando!"
-"Solo quiero probarlos mama. Ahora te doy un poco, ya veras que rico. Pasame una cuchara, por favor."-
Esperaba el momento propicio. Por suerte, una vez que hubo colacado la compra, mi madre se fue al baño. Aproveche ese instante para darle las ultimas sobadas a mi tronco duro, que ya se asomaba mas de la mitad fuera del pantaloncillo con las venas como cables.
Estalle en un orgasmo acrecentado por el hecho de que mi madre podia volver a la cocina en cualquier momento y pillarme alli, echando chorros de lefa espesa en un yogur a medio terminar. Tras siete interminables chorros, rebañe las ultimas gotas de brotaban del capullo, añadiendolas a la mezcla de postre lacteo y semen. Daba el aspecto de haberle añadido al yogur leche condensada. Lo removi. Cogi un poco con la cuchara: daba el pego. Estaba listo para mi "experimento".
Mi madre volvio a la cocina al cabo de cinco minutos. Se habia cambiado. Ahora llevaba su camiseta vieja de estar por casa. El canalillo habia desaparecido de mi vista, pero los pezones duros se seguian marcando y proseguian su particular danza, libres de ataduras.
-"Toma mama, te vendra bien despues del ejercicio"- le dije, y le alcance mi yogur. Cogio una cucharada y se la llevo a la boca.
-"Mmmm, que rico. Aunque esta un poco amargo para mi gusto. ¿Estos llevan azucar?"-
-"Si, claro que llevan. Lo que amarga un poco es el bifidus, pero dicen que es de lo mas sano que hay."-
Dos cucharadas, tres cucharadas... Con la cuarta cucharada pude ver claramente como colgaba un grumo de mi lefa de la cuchara. Al no abrir lo suficiente la boca, el grumo se quedo un instante colgando de su labio inferior. Entonces, con un rapido movimiento de la lengua lo recogio y se lo trago.
-"Bufff, esta realmente bueno, mejor que lo deje o me pondre como una foca."- dijo mi madre, pasandome lo poco que quedaba del yogur.
-"De postre te tomas otro...si esto no engorda mama."- le dije, notando como de nuevo mi polla se estremecia dentro del bañador.
A lo que ella contesto: -"Vale. Pero lo compartimos... ...que asi cunde mas y esta mas bueno."-
No hara falta que os diga que mi "bifidus" fue a condimentar varias docenas de yogures mas, y algun que otro sandwich, pastel, helado, batido, etc...
Siempre que tengo ocasion me ordeño bien la polla pensando en mami y le ofrezco mis lechadas, pues aun disfruto viendola relamerse con restos de mi semen en los labios. Sus enormes tetas cuelgan hoy algo mas que aquel dia de verano, pero siguen siendo unas tetas capaces de vaciarme los huevos.