Los pequeños skinhead (2)

Sigue la noche con los pequeños skins.

Los pequeños Skinheads 2

Hola de nuevo amigos de Todorelatos. Deseo continuar con mi experiencia real con unos chicos Skinheads que, desde luego, lejos de ser traumática para mí, fue la mejor experiencia sexual que jamás haya tenido hasta el momento.

Pues bien, como os contaba, nos fuímos del parque. Entramos en un coche que tenían dispuesto para sus desplazamientos por Madrid. También os comenté que me pareció un coche robado, debido a que la ventanilla del conductor estaba rota. Eso me hizo fijarme en la parte de abajo del volante, y el mogollón de cables que allí había me lo confirmó, le habían realizado el puente.

Salímos dirección a la M-30, carretera de circunvalación de Madrid y nos dirigimos hacia Alcorcón, una población a pocos kilometros de Madrid. No llegamos a ese lugar. Nos desviamos, hacia una zona industrial que no conocía. Ahora estaba perdido, pero bueno, no tenía miedo, si hubiesen querido hacerme daño, ya estaría por ahí destrozado.

Llegamos a una nave, que tenía una pinta de hundirse que daba miedo. Uno de los chicos se bajó del coche y abrió una puerta. Entramos con coche y todo. Una vez parado, todos se bajaron y me "invitaron" a bajar diciendo: "Vamos, maricón, baja ahora mismo". Yo, como un perrito, les hice caso. Estabamos en su cuartel general. Lejos de miradas indiscretas. Allí podrían hacer todo lo que quisieran.

Me acercaron al centro de la nave, junto a un cajón que tenía unas argollas. Me hicieron desnudarme completamente, mientras ellos se quedaban también en pelotas. Dios mio, que buenos estaban. Jovencitos, guapitos con cara de cabroncetes, delgados y marcaditos, con unos rabos mucho más grandes que el mío, al instante me puse cachondo y me empalmé. El que parecía más joven dijo a los otros: "Mirad como se ha puesto nuestra puta", otro contestaba: "Joder, nadie antes lo ha disfrutado tanto como esta zorra". El jefe, que ya estaba desnudo, se acercó a mí con unas cuerdas en la mano diciendoles a los demás: "Pues demos a la puta lo que quiere".

Se abalanzaron sobre mí. Sujeto por semejantes machitos, me tumbaron boca abajo encima de la caja y allí el jefe me ató pies y manos al cajón. Me quedé con el culo colgando de un lado de la caja y la cabeza por el otro lado. Otro chico, que tenía un pollón enorme, me dijo sujetandome la cabeza cerca de su cara: "Ahora verás lo que es una sobredosis de leche".

Se puso en pie y acercó su nabo a mi boca. Yo estaba más caliente que ellos y rápidamente me dediqué a comerle la polla al chico. El jefe se acerco y le soltó un puñetazo en la cara, haciendo que esa maravilla de chico fuese a parar al suelo. Acto seguido se acercó y le dijo: "¿Quien te ha dicho que seas el primero?". El chico se levantó, con un corte en el labio inferior, del que manaba abundante sangre. "Perdona, no volverá a pasar, es que estaba demasiando caliente", le contrestó el chaval. "Vale", le dijo el jefe, "Como castigo le comerás el culo para dejarselo bien preparado". El chico sin rechistar, se puso detrás de mí y comenzó a meter su lengua en mí agujero.

El jefe se acercó y me paso la polla por los labios diciendome: "chupala, zorra. Hoy vas a quedarte bien llena de leche Skin". No me lo pensé, desde luego. Chupé su rabo, con muchas ganas. Me enchufó su rabo durante un buen rato, cuando le apeteció, la sacó y le mando a otro follarme la boca. Pensé que sería más o menos lo mismo que en el parque, que me follarían la boca por turnos hasta correrse todos dentro de mí boca, pero el jefe les dijo: "Esta vez todos nos correremos en su culo, como alguno lo haga en su boca me lo follaré yo".

Yo cada vez estaba más caliente y fuera de mí. Entre las pollas que pasaban alternativamente por la boca y la comida de culo que me estaba haciendo el del pollón, me encontraba en el cielo, el cielo de las putas.

El jefe retiró al chico que me comía el culo y se situó trás de mí. "Ahora verás lo que son los tíos machos", me dijo con una voz de salido que no podía con ella. Acercó su capullo a mi raja, restregándola por toda su longitud. Así hasta que apolló la cabeza en mí agujero y empezó a empujar. Fue un poco rudo en hacerlo, lo que me provocó dolor, pero como estoy entrenado, no fue un martirio para mí, más bien el regalo que estaba esperando de una pandilla de machorros jovencitos.

Me la enterró tan fuerte, que pensé que me la sacaba por la boca, pero no podría ser, ya que tenía otra entrando hasta mí garganta. Estubieron un rato follándome la boca y el culo a la vez. Pasado un tiempo, el jefe me la sacó. Ordenó al que me follaba la boca que pasara a follarme el culo. Otro de los chicos entró en mí boca. Iba a ser una follada a turnos. Cuando uno salía de mí culo, los chicos rotaban y hacian un cambio de lugar en la follada. Mientras tenía la boca y el culo ocupados, los otros 4 se pajeaban. Así estaban las cosas, el primero siempre era el jefe y el último el del pollón. Me follaron de esa forma por más de una hora.

Al jefe le entraron ganas de correrse, cuando le llegó al turno de mí culo, me dijo: "Preparaté, vas a ser inundado de leche, Vamos a dejarte dentro la semilla del mundo Skin". Me enterró la polla y trás cuatro o cinco empujones, pegó un grito y se corrió dentro de mí. Que caliente estaba su leche, se diría que me quemaba las entrañas. En ese momento yo me corrí sin poder tocarme el rabo. El jefe se retiró y el segundo chico se puso en posición para seguir llenandome el culo de leche. Al igual que su jefe, me la metió de un golpe. Pero desde luego no me dolió en absoluto. El jefe, se acercó a mí boca y arrimando su polla me dijo: "Limpia la leche que queda en mí polla". No me lo repitió dos veces, le dejé el rabo más limpio que una patena.

Así fueron pasando por mi culo y por mí boca todos los chicos quedando para el último lugar el chico del pollón. Cuando me la metió por el culo, era tal la cantidad de leche que contenía mi agujero, que salió a presión entre su polla y las paredes de mí culo. El chico dijo a su jefe: "Joder tío, que asco, le habeís llenado de leche y yo me he pringado con ella". El jefe le dijo: "No te preocupes, ahora te limpiará nuestra puta". Me follo más o menos un minuto y dejó su blanco y caliente líquido dentro de mí, como todos sus compañeros. Sacó su rabo y lo llevó a mi boca. Se lo limpié y se lo dejé preparadito para guardar, pero además el jefe hizo que le limpiara toda la zona del pubis y sus piernas, por donde se encontraba la leche de sus compañeros.

Yo tenía de nuevo mi rabo a mil. Todos habían terminado y me soltaron de la caja, al incorporarme me quedé sentado en la caja con el rabo duro. El jefe lo vio y me dijo: "te veo caliente ¿no?. No te preocupes ahora solucionamos eso". Ordenó al más jovencito acercarse. Al situarse al lado de su jefe y de mí, le dijo: "La puta se ha portado muy bien, creo que deberías bajarle la calentura". El chico sonrió y le dijo "Vale". Se puso de rodillas frente a mí y comenzó a comerme la polla. Me quedé sorprendido y miré al jefe. Este se rió y me dijo: "Este era nuestra puta antes de encontrarte a tí".

No duré demasiado, en memos de dos minutos me corrí en la boca del pequeño Skin. Y le gustó bastante. Salió relamiendose los labios y no perdió ni una gota de mí leche.

Cuando pensé que todo había acabado, El jefe me dijo: "Ahora tu puedes ser nuestra puta. ¿Te interesa?". Que podía decir yo. "Desde luego, quiero que siempre os desfogueis conmigo. Me comeré toda la leche que me deis. Soy vuestra zorra particular". Todos me dieron la mano en señal de amistad o lo que sea que ellos querían.

Me quedé con ellos más de una semana, sin aparecer por casa. Ahora ellos tienen mí teléfono y me llaman amenudo para follar. Me he integrado a su grupo, a pesar de la diferencia de edad. A ellos no les importa y a mí menos. Me han presentado a muchos más Skinhead que me han follado como tigres, y he pasado por experiencias espectaculares que ya os iré contando.

Por fa. Si hay por ahí un pequeño macho que quiera usarme, solo tiene que escribirme.

miansacu@hotmail.com