Los peligros de usar un jean ajustado

Sigo contando mis experiencias (reales) de prostituta

A mis quedadas siempre voy en leggins. Es lo más cómodo, para que me lo podáis bajar enseguida.

Pero una vez, vaya a saber por qué, se me ocurrió ir de tejanos. No fue buena idea: además de la incomodidad, me rompieron la puta cremallera (sois un poco bestias, pollas, pero os quiero).

Cuestión que ese día, no sé si el calor o qué, pero salí un poco mareada, y en vez de coger el bus decidí caminar un poco.

Y en el camino, no podía parar de pensar... Creo que fue mi segunda o tercera quedada, no recuerdo bien, pero fue la primera vez que me follaron el culo en el cine... La vez que el cabrón que me follaba se le dio por azotarme el culo, y los cabrones de alrededor se sumaron y me azotaban entre todos... No sé, por lo que fuere, iba cachondísima. Y por la calle iba mucha gente, y yo pensando: ay si supierais... De dónde vengo... Lo que acabo de hacer... Dios mío, qué puta que soy... Joder, el olor a pollas y a leches que llevo encima... Eso iba pensando, y a cada paso me iba poniendo más cachonda y más.

Y el puto jean, de esos bien ajustados, sabéis, me iba frotando el coño.

Y mi puta cabeza que no podía parar de pensar guarradas.

Y las pollas.

Y el olor a leches.

Y la gente.

Y el jean frotando mi coño.

Y lo caliente que estaba.

Y el gusto a pollas y leches en mi boca.

Y el culo aún latiendo por los pollazos. Y ardiendo por los azotes.

Y dios mío, lo puta que soy.

Puta barata. Sucia. Cerda. Prostituta.

Y el jean en el coño.

Y pollas, en una puta esquina, tuve que detenerme y apoyarme en una puta farola, porque me corrí.

Sí, una noche me corrí en una puta esquina de Barcelona, rodeada de gente. Todo por caminar con un jean ajustado, por haber chupado tanta polla, por haber sido follada por el culo, y azotada, por ser tan calentona y tan insolentemente puta.

Lola, la mocosa puta