Los ojos de Alma 14

Poniendo las cosas en orden

PONIENDO LAS COSAS EN ORDEN

Lo que hizo fallar todos los planes de Juan Carlos, fue una variable que no tenía pensada, que el astuto de José metiera a su familia en la empresa.

Pronto Carla se instaló con su flamante título de contadora en la oficina de Jordi y se hizo carne y uña con Petra, quién por su particular relación con su amante, conocía al detalle todos los entramados del negocio y fue la que la puso al tanto en un par de semanas, de todas las trapisondas de Juanca.

Lo mismo sucedió con Luisa, que como abogada que era, ocupó la oficina de Antonio y tomó el control de recursos humanos. Al igual que su hermana, la relación de compañerismo estrecho con Cris surgió espontánea. Y con ello, saltó la humillante situación de Romi, una de sus primeras medidas fue blindar el contrato de la pobre muchacha y el de su marido.

El gran impacto lo produjo la aparición de Luis. Ya informado de lo que sucedía en la empresa por las mellizas, hizo su aparición por la misma un par de semanas más tarde. Decir que Petra y Cris mojaron las bragas el primer día que lo vieron, es decir poco. Cuando se presentó con su físico imponente y sus ojos de duende alucinaron y en el momento que les dió un par de besos a cada una y les hizo saber lo que esperaba de ellas, las piernas les temblaban sin darse cuenta del cachondeo de las mellizas a sus espaldas.

Cuando Luis se fue a su oficina, Petra fue la primera en reaccionar

-. Madre mía, ¿y ustedes viven con ese monumento?

-. Si, hace siete años.

-.¿Y cuánto hace que se lo follan?

-. No te parece una pregunta indiscreta?

Saltó Carla.

Petra y Cris se miraron y chocaron las palmas entre carcajadas

-. Confirmado... se lo follan, ja, ja, ja. Con negarlo alcanzaba, ja, ja, ja,

Y se fueron a sus lugares de trabajo muertas de risa, dejando a las mellizas ruborizadas.

Una semana más tarde, Romina atiende el teléfono y mientras escucha, mira el reloj. Falta media hora para la salida. Cuelga, coje su cartera y se dirige al baño. Toma el recipiente termal que siempre lleva, saca una teta del corpiño y extrae leche. Sale del baño y le alcanza el recipiente a su adorado esposo, él ya sabe que hoy le toca alimentar al niño.

Romi controla el reloj, sabe que la hora es muy importante, debe levantarse antes de que se vaya la gente. Faltando diez minutos para la hora de salida, se levanta de su escritorio, le da un beso en la mejilla a Ramón y se dirige al archivo.

Faltando cinco minutos para la hora de salida, entra al sector Juan Carlos, saluda a Ramón con un apretón de manos, -que este devuelve con una sonrisa-, y a los demás con un movimiento de la mano. Finalmente entra al archivo.

Romi está sentada en una silla frente al sillón, explicándole detalladamente a Luis los procesos de compras. Cuando Juanca, con los pantalones a medio sacar lo vé hacerle seña para que se acerque, se siente burlado y empieza a mascullar represalias.

-. Por favor Juan Carlos, toma asiento. Le estoy explicando a Romi el nuevo procedimiento de trabajo.

-. De ahora en más todas las órdenes de compras expedidas por tu sector serán licitadas entre tres oferentes. La decisión final, la tomaré yo como representante del socio mayoritario.

-. Además todo el sector de compras y control de producción queda a cargo del área contable, en cambio el manejo del personal interno y trabajo a domicilio queda a cargo de recursos humanos.

-. Por lo tanto de ahora en adelante, solo tienes que ocuparte de los detalles técnicos de la operación y la calidad de la producción, que últimamente y debido a tus múltiples ocupaciones fue bastante descuidada.

-. Por lo tanto, Romi pasa a depender directamente de Carla y su esposo del sector de logística que dirijo Yo.

-. Por cierto el nuevo sistema de seguridad que han de instalar la próxima semana, impedirá con su sistema de cámaras, que siga desapareciendo la mercadería de los depósitos y del almacén de alimentos de los empleados. Por lo que puedes despreocuparte de ese tema.

-. Finalmente, debido al mismo sistema, no puede quedar nadie en la empresa fuera del horario de trabajo, y eso nos incluye.

Juanca se retiró del archivo maldiciendo a los cuatro vientos, sin importarle las miradas socarronas de Carla y Lucía que esperaban afuera. Tomó la moto y se dirigió a visitar al delegado barrial. Grande fué su sorpresa cuando este no lo quiso atender. Por la mañana había recibido la visita de Luis, que le permitió retener su porcentaje de intermediación, con la condición de que reparta la parte de Juanca entre los trabajadores.

Los costos bajaron en forma considerable y por lo tanto los precios de los productos fabricados, produciendo que  los artículos fabricados se empiecen a vender y la empresa a recuperar la porción de mercado que nunca debió perder. Este hecho, sumado a una agresiva campaña en los medios de comunicación y  la incorporación de la venta online, los fue llevando a la cima.

Juanca, destronado de todos los negociados que le producían ganancias extras dejó de aportar a las finanzas de Marta, la que no tardó en mandarlo a la mierda a él y a su hijo, yéndose a vivir con su amante. Finalmente, la decisión de Luis de incorporar a Francis, como mano derecha de Juanca y control de gestión, terminaron por sacarlo de quicio.

En su mente, la venganza estaba en marcha y no iba a ser agradable de ver.

FESTEJO

Para finales de Junio -al cabo del primer trimestre de gestión- se hallaban prontos a lanzar la temporada de primavera y las utilidades se habían disparado. Por decisión mayoritaria, Luis y las mellizas habían decidido, repartir las utilidades contemplando el 50% para la renovación de infraestructura, el 25% para los socios y el 25% restante repartirlo entre el personal.

El clima de trabajo era de euforia. y dado que los sueldos se habían regularizado y bancarizado, todos los empleados tenían cuenta corriente y con ello acceso a las distintas líneas de crédito de los bancos.

Para festejar los buenos resultados, realizaron una gran fiesta en la casa de Juana, donde Carmen resultó ser la gran agasajada por su pancita de tres meses, pero la pobre debió pasar toda la reunión en un gran sillón. Su embarazo presentaba placenta previa y debía guardar estricto reposo.

Nuria, que estaba de vacaciones y Bea a pesar de sentir una gran pena en el corazón, también participaron del agasajo, bajo la estricta vigilancia de Juana y María, que conociendo toda la historia, las mantenían alejadas de Luis.

José, mientras tanto, miraba orgulloso desde su puesto de asador.

Pronto, la noticia de la nueva prosperidad de la fábrica corrió por el barrio como reguero de pólvora, lo que trajo consecuencias nada agradables. El día de pago de sueldos y distribución de ganancias, al regresar la camioneta de reparto de su ronda habitual, cual caballo de Troya trajo en su interior a seis asaltantes que pronto tomaron el control de la empresa.

LA CARTA

Después de, aparentemente, comprobar desorientados que no había dinero para robar, decidieron llevarme junto a las mellizas con la excusa de pedir rescate para nuestra liberación. Apuntándonos con armas de grueso calibre, nos colocaron capuchas y nos bajaron de las oficinas a los empujones.

Ahora que se descubrió, que todo fue armado por Juanca, no cabe duda de que el asalto era una pantomima y fue la forma de sacarnos de en medio sin despertar sospechas, para lastimar a José y retomar el control de la fábrica.

Haciendo caso omiso del llanto de las mellizas y de mis pedidos para que me llevaran solo a mí, nos subieron a algún tipo de furgoneta con las cabezas cubiertas y después de dar vueltas por más de media hora, nos bajaron y nos dejaron atados y amordazados en una húmeda y fría habitación precaria con techos de chapa.

Habían pasado varias horas y el frío del invierno se hacía sentir, cuando alguien abrió la puerta. Tapándome la boca con una mano, con la otra me sacó la capucha. Para mi sorpresa, me encontré cara a cara con el delegado barrial haciéndome la señal universal de guardar silencio con el índice de su mano derecha.

Me terminó de desatar, me sacó la mordaza y con igual procedimiento me ayudó a soltar a las mellizas. Enterados del asalto, los agradecidos vecinos del barrio humilde al que le dábamos trabajo, se habían movilizado y nos habían ubicado.

Avisaron al delegado barrial, el que, aprovechando un momento que nos dejaron solos, vino a nuestro rescate luego de reducir al que habían dejado de custodia.

Recorriendo intrincados corredores salimos a la calle, donde nos esperaban tres muchachos montados en poderosas motos que nos llevaron raudamente a la casa de Cris. La nuestra por el momento no era segura. Nos atendió su madre y nos hizo entrar.

Las mellizas trataron de llamar a su madre para alertarla, pero nadie atendía el teléfono, eso era muy extraño estando Juanita y Blanca en la casa. Temiendo lo peor, dejé a las hermanas en casa de Cris que todavía estaba en la fábrica y me hice llevar urgente por su novio a la casa de Juana. Antes de salir les pedí a las chicas que no llamen a nadie hasta recibir mi aviso, era mejor que todavía no se supiera que nos habían liberado.

Al llegar, entré por la casa de Carmen que no estaba y salté por el fondo a la de María, que ignorante de lo que pasaba estaba en la Universidad, crucé el cerco y escuché gemidos en mi vieja casucha. Juanita y Blanca estaban atadas y amordazadas por cinta adhesiva, tiradas en el piso.

Advirtiéndoles que no hicieran ruido las libéré, les di las llave y les indiqué que entraran a la casa de María. Les pedí que le avisen  y llamen a la policía. Tomé del trastero de repuestos un caño de hierro para gas  de cinco centímetros de diámetro por un metro de largo y me dirigí a la casa principal.

Nada más entrar, ya se oían los gritos de dolor de Juana

-. Ayyy...ayyy...noo. Por favor paren... ayyy...nooo...Hijos de puta...Nooo

-. Cállate puta, vas a saber lo que es bueno.

Subí las escaleras de dos escalones en dos y llegué al dormitorio, la escena se repetía como un recuerdo del pasado, dos hombretones retenían a Juana, completamente desnuda y muy golpeada boca arriba en la cama, mientras un tercero, polla en ristre, brutalmente y sin compadecerse de sus gritos, trataba de evitar sus furiosas patadas para poder violarla.

Esta vez no me pude contener, la ira profunda que me dominaba no me dejaba pensar, entré a matar o morir. Cuando terminé con ellos, estaba bañado en sangre. Y no era mía.

Abracé a Juana, que al reconocerme comenzó a llorar en forma compulsiva y la acuné hasta que se calmó. Luego la llevé en brazos a casa de María, donde mis amigas se hicieron cargo de cuidarla hasta que llegó la ambulancia acompañada de la policía.

Traté de ubicar a José para alertarlo pero no me atendía, finalmente, opté por llamar a la empresa de transporte y las noticias que recibí me dejaron helado. Se había producido un ataque comando y para sorpresa de los agresores, el siempre adelantado de José los estaba esperando desde hacía varios días.

Aunque no contaban con un ataque de esa magnitud, los repelieron, pero el saldo fue de muchos heridos, entre ellos José que había desaparecido.

Terminaba de cortar la comunicación desde el fijo de Juana, cuando volvió a sonar, era Carla llorando desconsolada. Lo que me contó me heló la sangre.

Mientras las chicas y yo llegábamos a casa de Cris, Juanca, con seis matones copó la fábrica. Luego de volver a reducir al personal, subió a las oficinas y tomando de los pelos a Romi se la llevó al archivo para vengarse de la afrenta. Ante la desesperación del impotente marido, entró, trabó la puerta y la desnudó a los golpes.

Cuando empezó a desnudarse él, vislumbró sentado en el sillón un bulto sanguinolento tratando de levantarse. Para cuando lo reconoció, ya lo tenía encima. Lo último que José hizo en vida fue estrangularlo. Tan fuerte fue la opresión, que dos horas después, tuvieron que quebrarle los huesos de la mano para liberar el cadáver de Juanca.

Aprovechando el desconcierto, los obreros reaccionaron y retomaron el control de la fábrica, luego de casi linchar a los atacantes.

Unos meses después, sentados frente al notario, escuchábamos la última voluntad de José con la boca abierta. Le dejaba la mitad de todo a Juana tal como le correspondía por ser bienes gananciales, las mellizas retenían su parte de la fábrica por estar a su nombre, pero la otra mitad me la legaba a mí, reconociéndome como su único hijo y presentando las pruebas de ADN correspondientes, también me cedió la completa posesión de la antigua granja de mi familia

Para finalizar, el notario me entregó un sobre cerrado.

Repuestos de la sorpresa, y en la misma notaría, cedí a las mellizas mi parte de la casa, e intercambié mi parte de la empresa de transportes por la parte de Juana en la fábrica.

Firmamos todo, volvimos juntos y yo me retiré en silencio a casa de María. Tirados en la tumbona, con ella recostada en mi pecho y Carmen expectante en un sillón, abrí la carta y empecé a leer en voz alta y quebrada.

Querido hijo

Si estás leyendo esta carta, es porque mi cobardía no me ha permitido contarte la verdad frente a frente.

Es tan grande mi sentimiento de culpa por haberlos dejado en manos de ese monstruo, y propiciado la muerte de Alma y de mi padre,  que nunca me lo pude perdonar.

Espero que estas líneas, no lleven a que tengas una mala imagen de tu madre, el amor y la pasión no se pueden controlar, aparecen y te arrastran.

Cuando compré tus tierras, lo hice para proteger su recuerdo, pero cuando te ví y me miraste a los ojos, comprendí que su recuerdo eras tú.

Sé que los primeros tiempos te dejé a tu suerte, pero no sabía a qué atenerme. Tuve pánico de brindarte mas de lo que te dí y que saliera a la luz aquello de lo que tan profundamente me avergonzaba.

Te vi crecer y superarte, con el orgullo de un padre cobarde que no supo jugarse y contar a los cuatro vientos su verdad. Una mezcla de mezquinos intereses mantuvieron mi boca cerrada. Espero me perdones

También quiero que sepas, que  hace mucho que estoy al tanto de tu relación con Juana, no te sientas mal, nunca te juzgué por eso. La has sabido defender y le has devuelto la felicidad como yo no supe hacer.

Si estás leyendo esto es porque ya no estoy. Ten la certeza de que parto tranquilo, con la íntima seguridad de que sabrás cuidar y proteger a mi familia, que ahora es la tuya.

Un abrazo

Tu padre

Al terminar la lectura todos estamos conmovidos y con lágrimas en los ojos nos retiramos en silencio, cada uno a su casa.

Para fin de año, después de los brutales acontecimientos todo fluía con normalidad. Francis ocupó el puesto de su padre mucho más suelto y decidido, como si se hubiera liberado de la pesada losa que lo oprimía, Mona se fugó con su profesor de yoga y yo ocupé el puesto de José en el sindicato de empresarios. Mientras tanto, Carmen, en los tramos finales de su complicado embarazo, pasaba casi todo el día en cama.

Estaba llevando a Francis a su casa después de festejar nochebuena en la mía, conversando distendidos y evaluando las nuevas inversiones, cuando llamó María desesperada, Carmen había sufrido una hemorragia masiva y la habían internado de urgencia.

Salimos disparados para el sanatorio, en un silencio opresivo lleno de oscuros presentimientos.

Al entrar a la habitación en silencio, contemplamos apenados como Carmen completamente demacrada, respiraba con suavidad conectada a un montón de aparatos. La triste escena la completaba María, sentada a su lado de espaldas a nosotros, sosteniéndole la mano.

Sin poder contenerme, comencé a llorar. María al escucharme, dió vuelta su cara bañada en lágrimas y al ver que era yo, esbozó una sonrisa y me ofreció el bulto que tenía en su otro brazo.

Lo tomé con cuidado. Envueltos en delicadas mantas, los ojos de mi madre me contemplaban con curiosidad desde una preciosa carita rubia.

El Ente se estremeció conmovido. Había descubierto el amor incondicional.

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Esperando hayan disfrutado el viaje, los dejo con la imagen de María, ese veinticinco de Diciembre, sonriendo con el niño en brazos y enamorada hasta las lágrimas.

Y esta, finalmente, mis queridos amigos, es mi retorcida forma de contarles un cuento de Navidad.

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La metafísica de la escuela de Barcelona, define al Ente como los residuos energéticos que deja

el ser

cuando cambia de plano existencial.

Para algunas religiones, esto define el alma y la resurrección en los cielos.

Para otras, sobre todo en el Hinduismo, estos Entes dan lugar a la reencarnación de las almas buenas en seres con auras puras.

Con atrevimiento y como autor novato, me he tomado la licencia de sugerir, que de alguna manera, lo que somos permanece.

Que todos nacemos con una conciencia limpia y pura y que luego, los vientos y las mareas de la vida y por sobre todo, las personas que nos acompañan en el viaje, se encargan de forjar a su antojo.

Abrazo para todos

Musa

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