Los ojos

Esos ojos penetrantes me hechizaron, no veía otra cosa que ese azul eléctrico tan sobrenatural y la lujuria…, el deseo… y el odio que se distinguían detrás de ellos. Sentí una corriente subir por mi espalda y bloquear mi cerebro. Solo recuerdo una cosa sus ojos

Esos ojos penetrantes me hechizaron, no veía otra cosa que ese azul eléctrico tan sobrenatural y la lujuria…, el deseo…. y el odio que se distinguían detrás de ellos. Sentí una corriente subir por mi espalda y bloquear mi cerebro. Solo recuerdo una cosa sus ojos….

Ese día no era especial, era como cualquier otro, tan normal, que sientes que algo va a cambiar y lo notas en el ambiente. Como cualquier otro sábado me hallaba en casa, divagado entre páginas de internet, chats, series y porno

El porno y las pajas ya no me saciaban, había un ansia creciendo dentro de mí que era incontrolable, como una bestia que quiere a su presa, royendo por dentro iba consumiendo cada fibra de mi ser.

Esa noche teníamos planes, hacia un rato que me había llamado Erik informándome que íbamos a ir de marcha con la pandilla, cosa habitual en nosotros. A eso de las 21:00, ya me había arreglado y estaba esperando a que vinieran a buscarme, iríamos a varias discotecas de la zona, a beber y pasar el rato o eso creía yo.

La noche transcurrió normal, bebíamos, reíamos, bailaban con chicas mientras yo observaba, para ese entonces yo ya estaba cansado de estar ahí, así que decidí salir, por la puerta trasera de la discoteca a tomar el aire. La discoteca daba a un callejón oscuro, solo había un poco de luz que proporcionaba una lámpara, estaba echado contra una de las paredes de la discoteca cuando lo sentí, una presencia, no estaba solo en el lugar…..

Mire desconcertado si había alguien más allí pero la luz no ayudaba demasiado, hasta que lo vi, una silueta corpulenta se hallaba en la parte más oscura, y algo me atrapo, unos ojos tan intenso que no eran normales, me quede bloqueado solo podía pensar en esos ojos, mis piernas se pusieron a andar a donde se hallaban esos ojos, yo no dominaba mi cuerpo, el hambre que me estaba corroyendo por dentro se había apoderado de mi ser, la lujuria, el deseo, la rabia….me controlaban.

Como una bestia que busca a otra bestia me lance a esos ojos, algo fuerte me agarro, unos brazos enormes me rodeaban, su boca consumió la mía, en una vorágine voraz, la pasión embriagaba el ambiente, nuestra pollas, se rozaban la una a la otra por encima del pantalón intentando fundirse en una, el rasgo mi camiseta y empezó a lamer mis pezones con rabia y deseo, yo no podía hacer nada más que gemir en una especie de rugido. Fue bajando hasta mi pantalón, lamiendo cada parte de mi abdomen, absorbiendo el olor de mi cuerpo con su lengua de fuego, desbrocho los botones, mi polla salió disparada hacia él, el la acaricio y empezó a succionarla, pasando su lengua alrededor de la cabeza y bajando por el tronco.

Yo aullaba de placer pero sabía que era mi turno, sin hacerme de rogar le alce para arriba, y le saque su camiseta, recorrí ese cuerpo esculpido por los dioses con mi lengua, explorando cada ínfima parte de su ser, desabroche sus pantalones y me comí su polla con ansia, era enorme casi no cabía en mi boca pero me daba igual, la quería en mi, dentro muy dentro. Llevaba un rato con la labor cuando ya no pude mas, me recosté en la pared y le deje mi culo libre para que tomara posesión de él.

Paso su lengua por entremedias de mis dos nalgas buscando mi agujero, lo penetro haciendo círculos con su lengua, el placer que sentí casi me hacer caer de rodillas. Le rogué, que calamara con su polla el calor que albergaba en mi. No se hizo rogar y me la clavo de una sin condón ni compasión, al principio empezó lento paro luego darme duramente, follábamos como locos, me la sacaba casi por completo y me la volvía a meter, el ruido de sus huevos golpeando contra mi cuerpo y notar sus pelos en mi culo no hacía nada más que encenderme mas, acerco su boca a mi cuello y lo empezó a chupar, aceleró aun mas su mete y saca, y clavo en mi sus dientes, se corrió mientras me mordía, y yo al sentir el dolor de la mordida, me corrí salvajemente en la pared.

Lo último que recuerdo son esos ojos azules intensos mirándome, mientras absorbía mi sangre, y se llevaba consigo aquella hambre que me consumía por dentro, formaría parte de él, se acerco y me dijo algo al oído.

-No folles con extraños- y fue lo último que oí, mientras que todo se volvía negro, sus ojos nunca desaparecieron de la oscuridad