Los montes de Covadonga

Durante la final de la champions Nacho disfruta del cuerpo de su compañera de piso.

Después de dos años de relación seria con Macarena (Maca para los amigos), estábamos en ese punto en el que yo pasaba más tiempo en su casa que en la mía por lo que empezamos a plantearnos vivir juntos. Macarena compartía piso con su amiga Covadonga, a la que todos llamábamos Cova. Era un piso enorme en la calle Ayala que al ser de un íntimo amigo del padre de Cova les costaba dos duros.

Maca y Cova se habían hecho inseparables en la residencia de monjas en la que vivieron los dos primeros años de la carrera. Maca era de Cádiz y Cova de Gijón pero a pesar de eso congeniaron desde el primer día hasta el punto de convertirse en inseparables. Por cuando Maca le comentó a Cova que dejaba el piso para irse a vivir conmigo Cova insistió en que era una tontería. Había casa de sobra para los tres, la casa tenía 4 dormitorios y 3 cuartos de baño, que veía a Nacho (ese soy yo) como a un buen amigo y por último, Cova no quería vivir sola ni meter a una desconocida en su casa. Total, que Maca terminó convencida por los argumentos de Cova y me lo propuso a mi para ver qué me parecía.

Acepté, la casa estaba a un paso de mi trabajo y como ya os había comentado en los últimos tiempos estaba casi más en casa de Maca que en la mía así que no veía ninguna traba a compartir piso con Cova. Es más, estaba encantado porque iba a salirme bastante más barato de lo que pensaba. Así que metí mis cosas en las correspondientes cajas y en dos semanas estaba completamente instalado con Maca y Cova.

El primer mes de convivencia fue bastante bien, Cova no era la típica tía. Le encantaba todo lo relacionado con el deporte, lo practicaba durante horas y lo veía en la TV hasta hartarse, odiaba maquillarse, llevar tacones, faldas y todo lo que se puede considerar femenino. Así que en el transcurso de los últimos dos años había terminado por tratarla como a un colega más, un colega con el que me tragaba las andanzas de su paisano Fernando Alonso en la Formula 1, partidos de baloncesto, atletismo, motos y toda clase de deportes que echaran por la TV. Incluso coincidíamos en nuestro odio al Real Madrid (yo soy del Atleti y ella del Barcelona) No solía salir por la noche, según ella porque el alcohol no lo probaba y odiaba el tabaco con lo que la noche no le ofrecía nada interesante, por lo que su vida social era bastante escasa (hasta el punto que para hacer rabiar a Maca siempre le hacia la broma de decirle que Cova lo mismo era lesbiana)

Yo, por el contrario soy de esos que no perdono una, siempre sé cuándo voy a salir de casa, pero casi nunca cuándo voy a volver. Aunque tengo que reconocer que desde que la cosa se puso seria con Maca, me corté la coleta y empecé a salir bastante menos. Más que nada porque Maca es una de esas tías que cuando acabas con ellas no paras de decirte a ti mismo la suerte que has tenido. Con 26 años perfectamente llevados, 1’75, una melena de pelo castaño oscuro ligeramente rizado, unos ojos azules inmensos, simpática, comprensiva, inteligente. En fin, todo lo que había buscado en una pareja por fin lo tenía.

Maca trabajaba en una multinacional holandesa con lo que de vez en cuando le tocaba viajar a Ámsterdam y pasar allí unos días. Fue en uno de esos viajes cuando empecé a mirar con otros ojos a Cova.

Era la final de la Champions League, Cova era una acérrima seguidora del Barcelona y estaba eufórica. Como odiaba los bares me convenció para no quedar con ningún amigo, Maca estaba en Holanda por trabajo y no quería ver el partido sola en casa. Por otro lado no quería montar nada en casa con más gente porque se ponía muy nerviosa durante los partidos. Acepté, al día siguiente tenía que trabajar y cada vez que me juntaba con estos para ver un partido en un bar acabábamos llegando de madrugada a casa y lo peor completamente pedo.

Pasé por el supermercado y compré un cargamento de cerveza y aperitivos para ver el partido. Cuando llegué a casa Cova estaba fuera de sí, atacada. Sentada delante de la TV con su camiseta y su bufanda del Barcelona, con una zapatillas de estar en casa y el pantalón de un traje de chaqueta de los que usaba para ir a trabajar. Resultaba bastante cómico. La camiseta había sido un regalo de sus compañeros de trabajo, estaba firmada por Xavi, pero la habían cagado en la talla y le quedaba enorme. Así que imaginaos la pinta.

Dejé las 10 cervezas en el congelador y las otras 12 en la nevera con otras 6 que ya estaban allí, me quité el traje, me puse unos vaqueros y un polo y me senté con Cova.

  • Nacho me va a dar algo, después de cómo han pasado a la final no lo veo claro. Llevo todo el día de los nervios… Si conseguimos el triplete se van a joder todos los del Madrid. Pero como la caguemos verás mañana en el trabajo.
  • Mujer no será para tanto.
  • Que sí, que se me va a salir el corazón por la boca
  • Bueno pues no sé tía, yo te me suelo quitar los nervios con una Mahou bien fresquita, aunque últimamente no me tomo la cervecita por nervios sino para olvidarme de lo mal que está jugando el atleti
  • Si hombre, ya sabes que solo bebo en las bodas JA JA JA
  • Bueno pues tú verás, pero como me des el partido te tiro por la ventana
  • Hombre no te pongas así. Venga voy a seguir tu consejo y me voy a tomar una clarita con limón ¿Me la preparas?
  • No hay limón hija, así que tómate una cervecita y si te mareas tranquila, que tienes la cama cerca JA JA JA

Le pase la lata de cerveza y empezamos a hablar de la alineación que imaginábamos que escogería Guardiola y demás palabrerío futbolero. Quedaban 10 minutos para el principio del partido y ya me había bebido tres latas y Cova una y media. Decidí bajar un poco el ritmo porque ya estaba viendo que acababa tocado después del partido. Me levanté y fui a la cocina a por los aperitivos para ir empapando la cerveza.

Cuando volví Cova ya se había terminado su segunda cerveza y tenía los ojillos brillantes, sin duda era verdad que no bebía porque con las dos cervezas se había achispado y no paraba de hacer bromas y de aplaudir a la TV.

Tras nueve minutos de partido y un susto de Cristiano Ronaldo, Eto’o recibe el balón y marca el primero. Cova salta del asiento celebrando el gol, levanta los brazos y al quedarle la camiseta tan holgada y estar yo sentado me parece ver por el hueco de la manga que no lleva sujetador, yo también me pongo en pie y es al abrazarnos cuando certifico que no, que no lleva. Noto como sus tetas se aplastan contra mi pecho y me recorre un escalofrío por la espalda.

Tras ver la repetición y para serenarme la entrepierna le propongo a Cova abrirnos cada uno una lata y brindar por el gol. Así lo hacemos y mi sorpresa es enorme cuando veo que Cova comienza a beberse toda la lata del tirón. Prácticamente sin respirar. Para no quedar como un marica hago lo mismo y al terminar, abro otras dos. Cova me coge la lata y me dice:

  • Esto no está hecho ni mucho menos.
  • Queda casi todo el partido, pero si el barcelona mantiene el balón están jodidos. A todo esto, ¿tú no eras la que no bebía? Porque madre mía. Te has ventilado la última lata de un trago
  • JA JA JA Es la emoción del partido que me ha dado sed JA JA JA Aunque te aviso que me está subiendo. Si me pongo a decir tonterías no me hagas caso ¿eh?

Como soy un pervertido, las palabras "me esta subiendo combinada" con la reciente sensación de sus tetas apoyadas en mi pecho formaron un cóctel que me puso cachondo. Me empecé a fijar en Cova. Castaña clara, con ojos color miel tenía unas pequeñas cicatrices en el lado derecho de la cara parecidas a las que deja el acné, pero que en su caso eran el recuerdo de un accidente de bicicleta que se produjo cuando tenía 7 años (según me comentó Maca, aterrizó con la carra sobre el asfalto) De las veces que la había visto en mallas de atletismo, sus piernas eran estilizadas pero fuertes, me recordaban a las de las gimnastas de rítmica, tenía muy bien puesto el culo, pero lo que de verdad me había dejado desconcertado era lo que había tardado en darme cuenta del tamaño de sus tetas. Siempre iba con cosas anchas con lo que siempre había pensado que estaba algo rellenita, cuando en realidad lo que trataba de ocultar eran dos colosales tetazas. Me despertó de mis divagaciones un gripo de Cova ante una ocasión de Giggs.

Terminó la primera parte con un par de ocasiones del Barcelona con lo que Cova estaba más que eufórica. "Se han ido acojonados al descanso eso es muy bueno" decía mientras sostenía la lata de cerveza medio vacía. Con la tontería llevaba 4 cervezas en el cuerpo y definitivamente le estaba subiendo a la cabeza.

Aprovechando el descanso le propuse hacer unos sándwiches para cenar algo, ella me contestó que no tenía nada de hambre, que sería por los nervios o por la cerveza, pero que no tenía nada de hambre así que me preparase yo lo que quisiera y que ella cenaría cualquier cosa después del partido. Así lo hice y cuando volví de la cocina me encontré a Cova con la camiseta del barcelona y los pantalones un pijama. "Me he terminado de cambiar, ya no aguantaba más. Me tengo que poner esos pantalones con tanga para que no se me marque nada y el jodido tanga ya me estaba matando, se me estaba clavando en el culo y la raja" Cova debió notar mi cara de "me estás dando demasiada información" porque a continuación añadió entre risas "Ves, te dije que iba a empezar a decir tonterías y que no me las tuvieras en cuenta" Para quitarle hierro no se me ocurrió otra cosa mejor que soltarle entre risas "Espero que tu rajita no haya acabado mal parada ¿ves ya estamos empatados a tonterías"

Me senté con mis sándwiches le ofrecí un bocado, me dijo que luego comía algo, me abrí otra cerveza. Con un rápido movimiento Cova me la mangó mientras decía "pero esto sí que me apetece". "Joder con la no bebía" pensé mientras me tocaba volver a levantarme a por otra cerveza fría. Desde la cocina oí la voz de Cova maldiciendo una ocasión de gol perdida. El partido había comenzado y por lo que se veía el Barcelona salía con fuerzas de nuevo.

Mientras volvía por el pasillo medio corriendo para no perderme nada del partido, al pasar delante de la habitación de Cova reparé que la puerta, como de costumbre, estaba abierta no pude por menos que dirigir mi cabeza hacia el interior. A los pies de la cama estaban tirados los pantalones del traje, unas minimedias negras y un tanga color visón. Joder, en ese momento me imaginé esa prenda en contacto con el coño de Cova, en el olor a coño que debía desprender y me puse a cien. Intenté serenarme y continué hacia la tele.

Me senté de nuevo a su lado y le pregunté si había pasado algo. Puso a parir a Eto’o y a Henry por fallar un par de ocasiones y me dijo que había salido Tévez.

Continuamos viendo en el partido apurando la cerveza cuando de repente centran, salta Messi y mete gol de cabeza. Tócate los cojones, no me lo podía creer. Cova estaba dando saltos y gritando otra vez, pero esta vez en el sofa. Yo, que seguía sentado al mirar hacia arriba me encuentro con un espectáculo tremendo. Al estar dando esos botes y estar yo sentado, cada vez que Cova saltaba, al caer la camiseta se le ahuecaba y dejaba ver casi al completo esas dos tetazas. Por dos veces pude contemplarlas antes de que se me tirase encima para abrazarme mientras gritaba como una histérica. Cosa que me puso todavía más porque me volvió a frotar las tetas contra mi pecho.

Me estaba pillando yo solo un calentón de cojones así que para poner tierra de por medio propuse ir a por otras cuatro birras y repetir lo del primer gol, porque parecía que había traído suerte. Cova aceptó y me fui como alma que lleva el diablo hacia la cocina para coger otras cuatro latas. Volví tomándome mi tiempo, otra vez al volver me fijé en el tanga color visón y mi cabeza empezó a imaginarse el coño de Cova, su sabor, su olor… Para bajarme el calentón me puse a pensar en Maca, era mucho más atractiva, me quería y podría disfrutar de ella todo el fin de semana. Gracias a eso conseguí volver al cuarto de estar con la entrepierna domada. Abrimos dos latas, nos las empezamos a beber de un trago. Cova esta vez paró al poco, dijo que no podía más. Yo en cambio me la casqué entera y me abrí la segunda. Brindé con Cova y nos volvimos a sentar a ver el partido. Justo cuando Cristiano daba otro susto al Barcelona.

Seguimos clavando la mirada en la TV, hasta que el árbitro pito el final. Cova y yo nos levantamos con los puños en alto mientras en la tele enfocaban a los jugadores dándose abrazos. Cova abrió la cerveza que quedaba en la mesa y brindó conmigo. Mientras decía:

  • ¡¡¡Por el triplete!!! ¡Qué subidón! Mañana se van a cagar todos los madridistas

Al escucharla hablar me di cuenta de que se la había pillado pero bien. Hablaba como si tuviera una pelota de golf en la boca. Le propuse que comiera algo, pero me volvió a decir que no tenía hambre y que lo que quería era seguir brindando por el triplete. "Bueno, ya es mayorcita y si pota su baño le tocará a ella limpiarlo así que no le des sermones que no eres su padre" Pensé para mí y a continuación choqué mi lata con la suya.

Nos sentamos y mientras veíamos la ceremonia de entrega de trofeos Cova se puso a hablar, me acomodé puesto que estaba seguro que me iba a soltar el típico monólogo del borracho y me puse a escuchar la TV sin hacerla caso hasta que oí algo sobre "hacerse dedos" que me devolvió a su conversación

  • ¿Perdona?
  • Sí, que después del partido estoy como si me hubiera hecho 9 dedos seguidos.

Joder pues sí había escuchado bien, otra vez me estaba metiendo un calentón yo solo, pero bueno, llegado a este punto con toda la cerveza que llevaba en el cuerpo no me paré mucho a pensar y le solté:

  • Mejor que 9 dedos será echar 9 polvos ¿no?
  • No sé – Contestó titubeante – Supongo que dependerá de con quién eches los polvos
  • Mujer, pues visto así lo mismo tienes razón.
  • Tampoco te creas, porque hablo sin conocimiento de causa.

Joder, al oír su frase me quedé un poco helado, porque no sabía si con esa frase me estaba dando a entender que era virgen. Así que contraataqué diciendo:

  • Pero bueno, ¿no me digas que no has echado nunca 9 polvos seguidos?
  • Ni nueve, ni dos. En segundo de carrera antes de irme de la resi, decidí desvirgarme y me tiré a un baboso que conocí una noche. Me echó un polvo de mierda en un coche, me hizo polvo, no me corrí y para colmo acabé con anginas del frío que pasé en el puto coche. Así que ya ves, yo solo sé de dedos. Me voy a quedar para vestir santos. Pero una cosa tengo segura paso de volver a follarme a cualquier otro baboso, para eso me hago un dedo. Y eso que estoy cada día más salida, así que imagínate el plan

Como veía que la cosa estaba yendo por un sitio que no me molaba demasiado decidí cerrar el tema con la típica frase estándar:

  • Tu no te preocupes Cova, verás como encuentras alguien lo que tienes que hacer es salir un poco más. Cambiar de gente y verás como conoces a alguien.

Y decidí poner tierra de por medio yéndome a mear. Al sacármela noté que la tenía morcillona. Su frase de "Y eso que cada día estoy más salida" empezó a sonar en mi cabeza Cuando volví Cova estaba tumbada en el sofá, aparentemente estaba dormida, así que me acerqué y lo verifiqué. La tapé con una manta, apagué la TV, recogí todo lo que habíamos ensuciado, bajé la basura y me fui a mi habitación. De camino al pasillo me volví a acordar del tanga de Cova, con el puntillo me armé de valor y entré en la habitación, lo cogí y lo observé en mi mano. Sentía una rara sensación de entre excitación y nervios. Me acerqué el tanga a la nariz y lo olí. Casi no olía a coño pero fue suficiente para ponerme la polla como una estaca. Me imaginé a la escena, sujetando un tanga usado en mi nariz, y me pareció patético. Joder, que yo follaba con un pibón a diario, ¿en qué cojones estaba pensando para hacer lo que estaba haciendo?

Dejé el tanga como estaba y me fui al cuarto de baño que usábamos Maca, y yo con idea de hacerme una paja rápida, acabar con el calentón e irme a dormir. Así lo hice, y después de limpiarme y lavarme los dientes. Justo cuando estaba a punto de meterme en la cama oí un ruido fuerte en el pasillo. Me asomé y vi a Cova dando tumbos por el pasillo, le pregunté si estaba bien y no obtuve respuesta. Así que decidí encender la luz y acercarme. Iba descalza, cosa en la que me fijé rápidamente (ya dije que soy bastante pervertido y los pies femeninos son otra de mis pasiones) apoyándose en la pared para no perder el equilibrio y llevaba la camiseta manchada de vómito. Entró en su habitación, fui detrás ella y cuando estaba pasando la puerta la vi sentada en su cama mientras decía para ella misma"la camiseta esta manchada, me la tengo que quitar" y se quitó la camiseta dejando a la vista dos de las tetas más acojonantes que he visto en mi vida. Eran bastante grandes, pero se sostenían sin colgar lo más mínimo. Me quedé embobado mirándolas, mientras veía como Cova se deplomaba quedando boca arriba. Me quedé tan cortado que lo único que pude hacer fue apagar las luces, entornar la puerta de su habitación e irme a la mía.

Me metí en la cama pero no conseguía dormirme, por un lado tenía en la cabeza la imagen de esas dos tetas. Por otra me dio por pensar que se podía ahogar con su propio vómito, así que decidí pasarme otra vez por la habitación, echar un vistazo a sus tetas y de paso ver qué tal estaba.

Llegué a su puerta y oí como roncaba profundamente, sin duda se había enganchado un pedo de cojones. Abrí la puerta con la luz del pasillo encendida, estaba tal y como la había dejado hacía media hora. Entré en la habitación con idea de taparla pero al estar a su lado y ver esas tetas no pude contenerme y me quedé a su lado mirándolas. Cogí un albornoz que tenía colgado en su puerta y tras echárselo por encima decidí despertarla para meterla en la cama. La llamé, la zarandeé pero nada, estaba dormida como un tronco. Así que le quité el albornoz de encima, la incorporé, abrí la cama y tiré de ella por las axilas para subirla hasta la almohada. Al hacer esto el pantalón del pijama comenzó a deslizarse dejando asomar su pubis. Joder, lo que faltaba, debajo del pijama aparentemente no llevaba bragas. Me empalmé solo de pensarlo. Di otro tirón de su cuerpo y se bajó del todo dejando ver el principio de esa rajita con la que antes había fantaseado.

Estaba fuera de mí, con un calentón de cojones, la dejé suavemente en la cama, ahora ya con la cabeza en la almohada y me dediqué a contemplarla. Cova era sin duda una de esas tías que no te llaman la atención cuando te las cruzas por la calle pero viéndola desnuda me di cuenta que me tenía completamente engañado. Debido a la idea que tenía de ella de ser poco femenina me la imaginaba con el vello del coño sin arreglar y cosas así. Sin embargo pude cerciorarme que estaba perfectamente depilada, en su coñito solo había restos de un vello muy cortito y con forma de bonometro. Los labios estaban sin un solo pelo. Sin duda la buena de Cova se había dado unas cuantas sesiones de depilación láser. Decidí cambiar de ángulo y mirarla desde los pies de la cama. Desde ahí la vista era todavía más espectacular, en su piel clara resaltaban unos labios vaginales color rosa que estaban pidiendo ser comidos. Me armé de valor y decidí quitarle los pantalones, total, con el pedo que llevaba estaba seguro que no se iba a acordar de cómo llego a la cama. Se lo quité y pude contemplar sus piernas en toda su longitud. Sin duda la pasión por el deporte de Cova había servido de algo. Estaban perfectamente torneadas y sin un puto vestigio de celulitis, seguí bajando y me fijé en sus pies. Eran estilizados y estaban muy bien cuidados, las uñas pintadas con laca transparente, los toqué y estaban tremendamente suaves. Estaba a punto de sacármela y cascármela ahí mismo pero me contuve. Pero tampoco mucho porque decidí ponerla de lado para observar lo poquito que me quedaba por ver, su culo. Así que la puse de costado y lancé una mirada en profundidad a su culo. Redondeado y firme, separé con la mano que me quedaba libre uno de sus cachetes, joder al ver su agujero casi me corro, sin un solo pelo, ligeramente sonrosado y con apariencia de no dejar pasar ni la cabeza de un alfiler.

La coloqué de nuevo boca arriba y le abrí un poco las piernas para ver mejor su coño, separé con cuidado los labios y me llegó un ligero tufillo a coño que me llenó toda la nariz. Sin duda, más de 12 horas después de la ducha el coño de Cova había ido acumulando su olor natural. Otra cosa que vi era lo estrecho que aparentemente era su canal. Joder, meterla ahí tenía que ser una explosión de sensaciones para la polla de cualquiera. Se me empezó a pasar por la cabeza follármela mientras siguiera inconsciente, pero en seguida deseché la idea. Una cosa es ser un jodido pervertido y otra convertirme en un violador, además fallaba la logística no tenía condones (ni novia toma la píldora) y para las marcha atrás nunca he tenido voluntad. Tenía la polla como una estaca así que decidí hacerme un pajote, limpiarme con mi camiseta, taparla, cerrar la puerta e irme.

Total que me saco la polla y comienzo a masajearla mientras miro todo el cuerpo de Cova, con el calentón no había notado que había cambiado su respiración, por eso me pilló de sorpresa cuando Cova levantó la cabeza y se quedó mirando a mi polla. Casi me muero del susto, ni que decir tiene que quien murió en el acto fue mi erección. Cova, se me quedó mirando y con voz de borracha me dice:

  • ¿Qué haces Nacho?
  • ¿Cómo que qué hago? –Respondí intentando buscar algún argumento convincente para estar con la polla fuera, en su habitación mientras ella estaba en pelotas y abierta de piernas en su cama
  • Sí, ¿que qué haces? Tienes aquí mi coño y te haces una paja. Eres un mierda chaval.

Y dicho esto dejó caer su cabeza sobre la almohada y empezó a sobar la entrepierna Estaba sin palabras, flipado. No entendía nada. Pero si yo no entendía nada mi polla menos, porque la visión de semejante cuerpazo sobándose el coño la estaba resucitando. En esto que vuelve a levantar la cabeza y mirándome a los ojos con una cara de lujuria que en la puta vida me habían puesto va y me suelta:

  • Te pone ver como me sobo el coñuco ¿eh marica?

Joder, no entendía nada, la mosquita muerta a la que tenía por un marimacho, mi compañera de piso, se había convertido en una actriz porno. Así que con voz temblorosa solo atiné a contestar:

  • Bastante
  • Pues ven y sóbamelo tú si quieres, ¿o eres un neno capado? - Me contestó Cova

Bueno, ya se ha liado pensé. Así que sin contestarla me acerqué a los pies de la cama y en lugar de sobarle el coño lo que hice fue llevarme uno de sus pies a la boca empezar a bajar lamiendo la cara interna de sus tobillos, pantorrillas, muslos e ingles hasta llegar a su coño, quité su mano y me puse a comerle el coño como en la puta vida se lo habían comido (y eso lo sé porque me lo había confesado unas horas antes) La muy cabrona estaba realmente encharcada, su coño desprendía un olor todavía más intenso que antes, cosa que me excito bastante por un lado. Me dediqué a comerle bien el clítoris y a lamer los labios hasta que noté como su culo se despegaba del colchón se arqueaba y empezaba a tener espasmos, ahí empecé a penetrarla rápidamente con la lengua. A follármela con ella, lo que hizo que se agitara todavía más hasta caer jadeando y gimoteando. Me aparté de su coño y noté como tenía toda la zona alrededor de la boca (nariz incluída) llena de su flujo. Me limpié con mi camiseta y le dije:

  • Parece que el marica, el neno capado, te ha metido la comida de coño que llevabas toda la vida esperando ¿no?

Ella me miró sonriendo, se llevó la mano al coño y asintió con la cabeza. Dediqué unos segundos a mirarla y le dije.

  • Covadonga, ¿ahora qué hacemos? Porque yo no me pienso quedar con este calentón
  • Lo que tú quieras
  • ¿Estás segura?
  • ¿Lo que yo quiera? ¿Cualquier cosa que yo quiera? Luego no te rajes ¿eh?
  • Bueno, menos por el culo. Hazme lo que quieras
  • Ves ya te estás rajando.
  • Sí, ya me estoy rajando así que date prisa no sea que raje del todo JA JA JA
  • ¿Tienes condones?
  • No te preocupes, uso la píldora para regularme las ovulaciones, así que no hay peligro de embarazo. Te lo explico por si tenías dudas de que tome la píldora por tirarme el día follando a pelo. Todo lo contrario follar, lo que se dice follar, no es que haya follado demasiado en mi vida, ya te he dicho que solo me la han clavado una vez.
  • ¿Y pollas te has comido pollas?
  • Pocas la verdad. Tan pocas como ninguna. Con mis rolletes era más de hacer pajillas
  • ¿Estás de coña?
  • No. Nunca he sido de las que atraen a los chicos.

Joder, la idea de desvirgarle la boca me puso la polla como una berenjena así que sin dudarlo le dije.

  • ¿Sabes una cosa? Nunca es tarde si la picha es buena, ven métete esto en la boquita. Ahora con cuidado de no rozarme con los dientes tienes que mover la lengua por todo el glande y succionar bien fuerte, como cuando sorbes por una pajita. Si te cansas para, sácatela con cuidado de la boca y lámeme los huevos y la polla ¿vale?

No medió palabra, cuando termine de pronunciar el "le" de "vale" ya se había tragado mi polla. Joder, me estaba dedicando una mamada de alucine. Otra vez aparecía la deportista aguerrida, se había tomado esto como una competición y me estaba destrozando de placer. ¡Qué manera de chupar! Me parecía que iba a durar más bien poco. Además el hecho de estarme imaginando que mi polla era la primera que se tragaba no ayudaba a alargar la cosa. Así que la hice parar hice que me mirara y entontes ella dijo:

  • ¿Qué pasa no lo hago bien?
  • Que va todo lo contrario. Una pregunta de cortesía: ¿Te importaría si me corro en tu boca?
  • Pues no lo sé. No sé si me va a dar asco. Pero córrete como quieras, yo a ti no te he preguntado y me he corrido como he querido. Así que haz tu lo mismo
  • ¿Y si te digo que me quiero correr en tu cara?
  • Pues me jodo y la pongo. Pero ten cuidado porque luego lo mismo te pido yo algo que no te guste y te tocará complacerme.

Y sonrió pícaramente. Coño, al oír sus palabras y ver esa sonrisa casi se le echo todo el lechazo. ¿Cómo coño semejante volcán había estado oculto tanto tiempo? Me cogí la polla con la mano y la dirigí a su boca. Me relajé y disfruté de una mamada tremenda. Me corrí a los 5 minutos avisándola previamente para no pillarla desprevenida, tuve un orgasmo largísimo y al terminar de soltar toda la leche Cova no sabía que hacer con el regalito que había dejado en su boca así que le acerqué mi camiseta y le sugerí que escupiera en ella o que si lo prefería se lo tragase. Lástima, escupió.

Le pregunté si le había resultado desagradable y me dijo que no, que era un sabor distinto pero que no le había dado "demasiado" asco.

Con el orgasmo se me bajó el puntillo de golpe y me puse a pensar en Maca. Así que le pregunté a Cova qué iba a pasar. Su respuesta me dejó helado.

  • ¿Cómo que qué va a pasar?
  • Sí, creo que estoy enamorado de Maca pero hoy no he podido evitar hacer lo que he hecho y eso me hace pensar
  • Pues no pienses tanto. Te has metido una corrida de puta madre y yo otra. Maca es una de mis mejores amigas y no se tiene por qué enterar. Ni de esta ni de las que vengan. A mi me pones cachonda de cojones, por eso convencí a Maca de compartir piso los 3, pero paso de relaciones de pareja. Así que déjate de pajas mentales. Sexo, es sexo y punto. Ahora en lugar de correrme en la ducha pensando en ti me puedo correr en la ducha contigo. Es la única diferencia que veo.
  • Un momento ¿Cómo que las que vengan?
  • ¿Qué pasa que no te ha gustado? ¿No me digas que no te morirías por comerte estas tetas? Por probar este culo. Por correrte por mi cuerpo… ¿Entonces dime por qué te lo vas a perder?
  • Mujer, visto así.
  • Pues es como hay que verlo y punto.
  • De acuerdo. Déjame que lo medite con la almohada al menos.
  • Me parece bien.

Nos tumbamos en su cama, el despertador de su mesilla marcaba las 3:00, joder, y yo me tenía que levantar a las 8:00 para ir al trabajo.

Cerré los ojos y me dormí.

(Continuará)