Los montes de Covadonga (3)

Nacho y Covadonga fijan las reglas del juego y comienzan a cumplir sus fantasias.

Cuando sonó el despertador me di cuenta que había dormido de un tirón. Me levanté de la cama y me duché como cualquier otro día. Me puse el traje y me dirigí a la cocina. Al pasar por delante de la habitación de Cova noté una extraña sensación. Me recordó a cuando era adolescente, cuando estaba liado con alguno de mis primeros rolletes y estaba próximo a encontrarme con ella, a esa mezcla de sensaciones entre nervios y excitación sexual.

No pude por menos que empujar la puerta entornada y mirar de nuevo dentro de la habitación, tal y como hice el día anterior. Me sorprendió que esta vez no tenía sensación de culpabilidad sino todo lo contrario. Tenía una especie de sensación de triunfo. Vi la cama completamente deshecha y una silla llena de ropa arrugada. Me giré sobre mis talones y me dirigí a la puerta. Hoy tampoco desayunaría en casa. Quería llegar pronto al trabajo para así intentar salir algo antes. Estaba deseando encontrarme con Cova y comentar lo de anoche.

Al rato de llegar al trabajo fui a hablar con mi jefe para decirle que había llegado antes porque me tenía que ir media hora antes. Me dijo que no había problema y de camino a mi sitio recibí la llamada de Maca, descolgué y hablé con ella como si nada:

  • ¡Hola!
  • ¡Hola! ¿qué tal por esa tierra de herejes?
  • Anda, pero si hoy te has levantado en plan Alatriste
  • Pues sí, ahora que lo dices con la pica bien alta
  • JA JA JA, Joder, ¡no me digas eso! Bueno mañana soluciono ese problemilla tuyo y mientras pues ya sabes, a esperar o a arreglártelo tú.
  • No me queda otra, es lo que hay hija.
  • ¿qué hiciste anoche?
  • Fue apasionante, después de hablar contigo, cené y estuve viendo la TV. Conseguí convencer a Covadonga para que no pusiera teledeporte aún así la TV era tan coñazo que me fui a la cama y estuve leyendo un rato hasta que me cuajé. ¿Y tú?
  • Nada, me di un baño y me fui a dormir.

Después de esto pasamos a hablar de su vuelta, me pasó los detalles de su vuelo. Teóricamente llegaba a Barajas a eso de las 13:30 en un vuelo de Iberia. Apunté los datos y le dije que allí la esperaría. Colgué y seguí con mi trabajo.

Estaba un poco sorprendido de lo frío que había sido al mentir a Maca, al igual que la perfecta ausencia de remordimientos por haberlo hecho. Me reí al recodar como 24 horas antes, estaba en mitad de una crisis existencial y maldiciendo lo cerdo y malo que era.

A eso de las 13:00 empecé otra vez con la misma sensación que acababa de tener esa misma mañana al pasar por delante de la habitación de Cova. Quedaba solo una hora para volver a casa y encontrarme con ella. Todos los viernes cuando llegaba a eso de las 15:00 ya estaba en casa, así que hoy no me podía retrasar porque no quería perder un solo minuto.

A las dos menos diez ya estaba saliendo por la puerta como alma que lleva el diablo, prácticamente volé hasta llegar a casa, subí por las escaleras los cuatro pisos para no esperar al ascensor, metí la llave y sonreí al ver que no estaba echado el cerrojo. Cova ya estaba en casa.

Entré y dije en alto:

  • Hola, ¿hay alguien en casa?
  • Sí, en la cocina

Dejé el abrigo y la americana en la entrada y fui a la cocina mientras me quitaba la corbata. Entré y me encontré a Cova cortando unos tomates en la encimera, de espaldas a la puerta, en el fuego borboteaba una cazuela con caldo. Llevaba el delantal puesto y debajo de él había mantenido la ropa con la que sin duda había ido al trabajo. Al ser viernes en su empresa podía ir vestida de forma informal. Llevaba puestos unos pantalones vaqueros y un jersey de lana holgado. Otra vez más me sorprendí de lo ciego que había estado con ella y no me explicaba cómo se me había podido pasar que tuviera un culo tan de puta madre. Mientras me recreaba con el susodicho culo, ella sin darse la vuelta, empezó a hablar.

  • Anoche cocinaste tú así que he decidido hacer yo la comida. Espero que te guste el menú. De primero una sopita de fideos y de segundo atún a la plancha con ensalada y de postre
  • ¿higo y melones para el caballero y crema pastelera para la señorita?

Cova se giró, me miró, sonrió pícaramente y volvió a su tarea continuando con su frase

  • y de postre, SALIDO, de postre tomas lo que quieras.
  • Te tomo la palabra. Voy a cambiarme. Ahora vuelvo y voy poniendo la mesa

Me cambié y volví a la cocina. Puse la mesa y hablé de lo típico con Cova. Estaba sorprendido de lo cómodos que nos sentíamos los dos y, quitando mis bromas de hacía un rato, era como si las últimas dos noches no hubiera pasado nada entre nosotros.

Cuando terminamos con el segundo plato me levanté y dije:

  • Se invierten los papeles, hoy friego yo.
  • No te voy a decir que no.

Mientras aclaraba los platos y los metía en el lavavajillas Cova estaba con una cara un tanto tensa y la mirada perdida, así que sin para de hacer lo que estaba haciendo y para romper el silencio pregunté:

  • ¿Estás tratando de resolver por qué Espinete era un erizo rosa que iba en bolas todo el día y se vestía para irse a la cama? Porque si es así te adelanto que no tiene explicación
  • No, estaba pensando que Maca viene mañana y tenemos que dejarlo todo bien claro antes de que vuelva. Porque por mucho que me haya gustado lo de las dos últimas noches, como Maca se entere no me lo voy a perdonar.

COÑO, otra vez esta tía me había pillado en fuera de juego. Terminé de meter la última cosa en el lavavajillas, me giré y le dije.

  • Bueno pues nada, no lo retrasemos más. Vamos a dejarlo claro. ¿Quieres empezar tú?
  • Sí.
  • Pues venga
  • Bueno pues partimos de lo siguiente. Eres el novio de mi mejor y casi única amiga. Hemos follado y no siento ningún tipo de remordimiento por la supuesta traición a mi amiga. No porque no me importe lo que ella sienta, sino porque (y no te lo tomes a mal) no tengo ningún sentimiento romántico hacia ti y creo que nunca lo tendré….

Coño, no iba mal la cosa. Como el que no quería la cosa me acababa de llamar polla con patas y había dejado caer que en la puta vida pensaría en salir conmigo. Empezaba bien la parrafada

  • Ha sido pura atracción sexual de un cuerpo hacia otro. Mi cuerpo ha conectado con el tuyo y he disfrutado enormemente por ello no me gustaría renunciar a esto. Eres, eres mi mejor vibrador y me jodería que no me dejasen usarte más. Pero

Pero, ¡joder la puta de oros! siempre, siempre tiene que haber un pero con una tía.

  • si tengo que elegir entre mi disfrute personal, mi goce sexual y mi amistad con Maca. Me quedo sin dudarlo con lo segundo. Tenlo muy presente. Te lo digo bien claro para que no te hagas pajas mentales y no te pienses cualquier otra cosa.
  • No te preocupes. Me queda claro.
  • Mejor. Bueno pues resumiendo, solo veo dos soluciones. Si vemos que no vamos a ser capaces de no levantar sospechas tenemos que acabar esto ahora y olvidarnos para siempre. En cambio, si somos capaces de ponernos de acuerdo como personas maduras y crear algún mecanismo para proteger a Maca

Como esta si que es buena, "proteger a Maca" joder esta tía es la bomba, no si al final va a ser que follamos a escondidas para proteger a Maca- Pensé mientras esbozaba una sonrisa.

  • y conseguir que no se entere nunca de nada, pues entonces no veo el motivo para no continuar disfrutando de nuestra sexualidad como adul….

Joder, estaba hasta la polla de tanta palabrería. Se notaba que se había preparado bien la parrafada. Me habían tocado los cojones un par de comentarios del discursito asi que dcidí cortar el monologo de los cojones y con voz muy suavecita y tranquila empecé a decir:

  • Sí, sí. Como adultos, como adultos… Mira Cova, yo soy más pragmático. A Maca la quiero con ese sentimiento romántico que tú dices que no tienes ni tendrás y creo que tengo una gran suerte por haberla encontrado, es todo lo que había deseado en una novia. En conjunto como pareja, y para mi, te da mil vueltas y nunca estarías a su altura. Con lo que tranquila que no la voy a dejar por ti. Ahora, en lo que a follar se refiere, no sé por qué extraña razón me levantas un morbo de cojones, tienes razón es puro sexo en estado puro, si te das cuenta no nos hemos dado ni una caricia, ni un solo beso ni antes ni después de nuestros encuentros. No voy a negarte que con estas dos veces, y como te dije anoche, te estoy pillando vicio que te cagas. Pero también pillé vicio al café y lo dejé cuando me empezó a joder el estómago. Así que mira, estamos de acuerdo en lo fundamental. Entre perder a Maca y seguir con lo de anoche. Prefiero a Maca. Y chica, que quieres que te diga, si el problema es que se entere, pues con que no se entere todo arreglado.
  • Bueno pues me alegro de que estemos de acuerdo, pero lo difícil es la práctica.
  • Ni mucho de menos, es tan fácil como ponernos unas reglas. Tú eres una persona bastante metódica y cuadriculada así que no debería resultarte difícil seguirlas ¿no?
  • No creo.
  • Y yo por la cuenta que me trae no la voy liar así que vamos al ordenador y hacemos una lista de normas. Nos ponemos de acuerdo, las memorizamos y borramos la lista para no dejar pruebas escritas.
  • Vale

Fuimos al cuarto donde tenemos el ordenador nos sentamos y empecé a decir:

  • Primera norma: Solo podremos follar cuando Maca esté fuera de Madrid Segunda norma: Nada de mensajes de texto, correos o notas sobre nuestros encuentros Tercera norma: Nada de fotos videos o pruebas gráficas de nuestros encuentros Cuarta norma: Si tú te tiras a otro tío, se acabó. No veo el sentido de jugármela si tú tienes a otra "polla con patas por ahí fuera", además está el tema de las enfermedades
  • Joder, ¿tú te crees que soy una zorra o qué? ¿Pero de qué vas con ese comentario?
  • Cova no voy de nada, solo estoy fijando las normas. ¿Estás de acuerdo o no?
  • Sí, pero creo que sobra, pero bueno acepto.
  • Sigo. Quinta Norma: Como está claro que esto es algo sexual. Los dos nos comprometemos a satisfacer todas las fantasías del otro. Siempre que esas fantasías no incluyan terceras personas.

Miré los cinco puntos y dije

  • Creo que por mí ya está, ¿quieres añadir o cambiar algo?
  • Sí, añade a la cuarta "tú tampoco te puedes tirar a otra que no sea Maca" y en la quinta pon también, " no supongan dolor y se hagan de mutuo acuerdo"
  • Coño, ni que me fuera el sadomaso tía.
  • Pues no lo sé pero por si acaso como tú lo pongo en las normas.

Leí los cinco puntos en alto, le pregunté si estaba de acuerdo con todo. Me dijo que sí, yo le dije que también, nos dimos la mano. Seleccioné todo el texto y le di al botón "Supr"

Nos levantamos y fuimos hacia el cuarto de estar, nos sentamos en el sofá. Cova me miró y me dijo:

  • Ya sé, o al menos eso dices, que no te va el sado. En mi lista tengo que eres voyerista-pajillero y fetichista. Añado algo más.
  • Pues mira sí. Pero cuando me cuentes tú algo tuyo porque yo no sé nada
  • Bueno pues apunta. Tampoco es que sea una gran experta pero te anticipo que lo que hiciste el otro día con mi pie me gustó mucho.

Estaba flipando, Cova me contó que cuando tenía unos 14 años Miguel Bosé era el blanco de sus pajillas. Un día fue al videoclub y alquiló una de sus películas en la que salía con Emma Suárez, se titulaba "Enciende mi Pasión", una en la que por lo visto alquiló porque creía que salía desnudo. En la película Miguel Bosé tiene una parafilia tremenda con los pies de las mujeres. Según sus palabras la película en sí era una mierda, pero las escenas de sexo la habían marcado, porque le alucinó ver cómo una parte del cuerpo aparentemente poco erótica podía ser una fuente de deseo y placer tremenda para otro. Le había encantado estar en la situación de la protagonista y ejercer ese poder en un hombre. Desde entonces había decidido cuidar al máximo su cuerpo, por eso hacía tanto deporte, por eso nunca llevaba tacones (para no deformar sus pies) y se tiraba una hora en el baño una hora cada noche dándose cremas y tratamientos para mantener todo su cuerpo terso y suave. Terminó el relato diciéndome que su primera fantasía a cumplir le gustaría que fuera hacerme una paja con el pie mientras ella se masturbaba viéndolo todo.

Cuando terminó de hablar tenía la polla como una estaca. Iba a resultar que Cova era un auténtico volcán encendido. Se me pasó una idea por la cabeza, miré el reloj y vi que ya eran casi las 17:00. Le dije que si no le importaba iba a hacer unos recados y volvía en una hora y media como mucho. Asintió con cara de sorpresa y me fui sin decir nada más.

Cogí un taxi y me fui derecho al sexshop de la calle Atocha, antes, saqué 200€ en un cajero para no dejar rastros en el extracto de la tarjeta. Entré y fui derechito a la tienda. Compré un par de bodies completos de lycra, rollo catsuit, con aberturas en la entrepierna. Pille uno negro y otro de rejilla. Luego fui a la zona de los consoladores y compré un kit de iniciación anal especial para parejas, traía un plug anal, un vibrador largo que iba aumentando de sección según ibas acercándote a la base, unas bolas anales, y una polla finita con dos arandelas para sujetártela a los huevos y a la polla y poder practicar la doble penetración. La dependienta vio que había negocio conmigo y se me acercó con una movida en forma de ancla que según ella iba a ser la delicia de mi pareja. Se trataba de un estimulador del punto G, del ano y del clítoris todo en uno. Con el calentón le dije que también me llevaba uno. Ella me dijo que si quería me podía recomendar lubricantes para completar el kit anal. Terminó colocándome uno con efecto calor y otro con base de silicona que según ella iba de perlas para jugar por detrás y hacer masturbaciones. Por último me colocó las pilas del aparatito con forma de ancla que al parecer no venían incluídas. Pasé por caja y con la broma me fundí unos 180 €. Tampoco me importó. Salí del sexshop y pillé el primer taxi que pasó libre.

Llegué a casa, subí corriendo, entré, llamé a Cova y oí su voz desde el cuarto de estar. Entré y ella al ver la bolsa con el nombre del sexshop sonrió, abrió bien los ojos y dijo:

  • ¿Qué traes?¿Lo puedo ver?

Mientras me quitaba el abrigo y lo tiraba en un sillón le contesté

  • Pues claro, lo he comprado todo para ti.

Saque los catsuit, las pollas y la movida en forma de ancla mientras le explicaba para qué era cada cosa. Dejé para el final los lubricantes y le indiqué que el de color azul era para la pajilla con los pies. Se levantó, me miró con lujuria. Y mientras metía todo en la bolsa me dijo

  • Um, lo del kit anal lo vamos a dejar para otro día, salvo que lo quieras estrenar tú

Me miró y sonrió pícaramente

  • Este body negro lo estrenamos esta noche, este otro lo dejamos para más adelante y este aparatito lo voy a probar ahora mismo

y dicho eso salió de la habitación sin mirar para atrás. Yo la seguí hasta su habitación como un perrito faldero. Entramos, dejó la bolsa a los pies de la cama se giró y me dijo:

  • Quiero hacerte la paja, quiero ver cómo te corres en mis pies, pero tienes que esperarte para correrte a que yo te lo indique ¿de acuerdo?

Se sentó en la cama y comenzó a desvestirse yo empecé a hacer lo propio mientras volvía a flipar con el tamaño de esas tetas. Cuando estaba en gayumbos me pidió que fuera a su baño y pillara la toalla de la ducha y las toallitas húmedas para no poner todo hecho un cristo como la noche anterior.

Cuando volví del baño casi me caigo de culo al verla con el consolador con forma de ancla, que había sacado del blister en el que venía y al que le estaba poniendo las pilas.

  • No me lo voy a meter de momento, solo me lo voy a poner en la pepitilla, porque lo veo un poco grande para metérmelo así sin calentamiento previo

Asentí, cogí el lubricante del tubo azul y me acerque a ella. Dejé las toallitas a nuestro lado, extendí la toalla en la cama, ella se tumbó y yo me quedé de rodillas en la cama, justo a sus pies. Desde ese punto tenía una panorámica perfecta de su coño y sus tetas. Abrí el lubricante y eché un buen chorro en mi polla, pillé su pie izquierdo y eché otro poco por sus dedos y la planta. Me acomodé y empecé a frotar la polla contra la planta del pie, a meterla entre los dedos… Cuando oí que el trasto empezaba a vibrar quité la mirada del pie de Cova y me la clavé en su coño. Casi me corro al ver la escena. Tenía el trasto pegado al coño, estaba incorporaba y miraba con una cara de lujuria acojonante. Cuando empezó a gemir tuve que separar un poco la polla del pie para no correrme antes de tiempo, conseguí recuperar fuerzas y volví al tajo. Cova, al ver que estaba a punto de caramelo me miro y susurró con la poca voz que le salía del cuerpo

  • Me queda muy poco, prepárate que me corro en nada

Su comentario no me ayudó a retardar el tema, traté de serenarme y al poco oí a Cova retorcerse y decirme:

  • Ahora, ¡ahora!

Dicho y hecho solté un primer chorro que fue taponado por su dedo gordo y resbaló por la planta y un segundo que se coló entre sus dedos y fue a aterrizar en su vientre. El resto de chorros tuvieron mucha menos fuerza y escurrieron por mi propio glande. Me corrí de una forma bestial.

Eché un vistazo a la escena. Cova estaba tumbada mirando al techo. Todavía jadeaba. Apagó el vibrador y se incorporó. Me miró y me dijo:

  • Me he corrido como una leona. Gracias. Esta noche te lo devuelvo.
  • Para eso estamos.

Conteste sonriendo.

Le pasé las toallitas después de coger yo una. Me limpié un poco y decidí que lo mejor era darse un duchazo.

  • Me voy a dar una ducha
  • Recupera fuerzas y si quieres después de cenar seguimos
  • Dalo por hecho

Salí de su habitación con toda mi ropa en la mano. Me metí en la ducha, abrí el grifo, me metí bajo la cortina de agua y empecé a fantasear con Cova vestida con el Catsuit negro que había comprado.

(continuará)