Los miedos de la primera vez

La primera vez de mi sobrina

Buenas soy Pedro de Valencia (España). Hace un tiempo tuve una cuenta aquí y publiqué una veintena de relatos pero los quité posteriormente, he vuelto a crear la cuenta. En primer lugar voy a volver a compartir los relatos que ya tenía y posteriormente publicaré algunos que he escrito posteriormente y aún no he subido.

Todas las personas hemos vivido esos momentos en los que nos invaden las dudas, los miedos, la curiosidad. Ese momento en el que todavía no te has iniciado en el sexo y tienes una mezcla de ganas, curiosidad, miedo y dudas.

Ese momento fue el que vivió mi sobrina hace 5 años y yo le ayudé a superarlo. Todas las personas hemos pasado por esa situación, el momento en el que sabemos que está a punto de llegar la primera vez que ves una persona del sexo opuesto desnuda, que tocas un cuerpo y te lo tocan. Las dudas de cómo hacerlo, de si lo haces bien o mal. Muchas veces incluso teniendo pareja se duda y se tienen esos miedos.

Lo que los voy a contar sucedió hace 5 años, ella contaba con 18 años, era una chica rellenita, con pecho grande, preciosa cara, con pelo larga se llama Elena. De esas personas con las que los niños son crueles. Yo, Pedro, tenía 22 años soy un chico normal, del montón. Ella y yo nos solíamos ver 3 veces al año, ya que vivíamos en ciudades lejanas, la relación era buena más de primos que de tío-sobrina. Pero muy escueta y poco profunda.

Ella vino a vivir con sus padres a mi ciudad, vivíamos a 5 minutos andando el uno del otro y ella estaba en una ciudad desconocida, sin amigos. Siendo una persona que le cuesta abrirse. Por lo que decidí ayudarle, iba a por ella y le decía que se viniera conmigo y con mis amigos/as éramos un grupo grande de gente, de entre 18 y 24 años. Por eso pensé que ella con las personas de 18 no se llevaba tanto y podía encajar en el grupo. Sólo iba a ser un año en esta ciudad antes de volver a la suya pero quería ayudarle.

Empezamos a hablar, primero de estudios, de cosas banales y sin importancia. Poco a poco cogimos más confianza hasta que llegó un día en el que era una noche de fiesta y yo la vi triste, apagada. Y me sorprendió… decidí hablar con ella. Esa noche no quiso entrar en la conversación, me dijo que prefería hablar por el día conmigo, así que al día siguiente quedamos por la mañana para ir a la playa y tener una conversación.

Le pregunté que le pasaba y me dijo que estaba triste porque no ligaba, porque en su anterior ciudad tenía novio y lo echaba de menos y que desde que estaba en la nueva ciudad no había tenido nada, ni tan siquiera se había liado con ningún chico, que todos la ignoraban. Ella me contó que con su novio no había pasado ni de besos, que le daba miedo, no hacerlo bien.

Me contó que su novio le pedía algo más, empezar en el sexo. Él ya había tenido novias ligues y había hecho sus cosas pero Elena no había hecho nada y le daba miedo que cuando lo hiciese no le gustase a su novio, y le pidió a su novio un año que le esperase, su intención en esta nueva ciudad era hacerse mujer. Tener ligues, perder la virginidad y coger experiencia para cuando volviese que su chico alucinase con ella.

También se había apuntado al gimnasio, estaba poniéndose en forma y físicamente cada vez estaba mejor. Pero ligar no había ligado nada. Yo esa conversación intenté animarla, le apoyé y le dije que yo le ayudaría a encontrar ligues, a que empezara. Esa semana mis padres se fueron

de viaje

y estaba yo sólo en casa y esos días ella venía a estar conmigo.

Nos habíamos hecho muy amigos, era pleno invierno y hacía frío, le comenté de quedar con unos amigos que ella no conocía porque uno de ellos sería bueno para ella. Pero ese día llovió y se cancelaron los planes, por lo que decidimos quedarnos en casa viendo una película.

La película tenía varias escenas de sexo y ella y yo estábamos sentados en el sofá uno al lado del otro, en una de esas escenas el pene se levantó y ella se dio cuenta y me preguntó que porqué estaba así de grande… Y le expliqué que cuando los chicos nos excitamos el pene se agranda… Es algo normal. Entonces las dudas le vinieron a la mente, me preguntó si me dolía, cuando dejaba de estar grande y mil cosas más. Ella no dejaba de mirar el bulto.

Hasta que después de tantas preguntas me dijo que se moría de ganas de ver un pene, de tocar, de tenerlo en su mano de saber como dar placer y me pidió que se la enseñara, nada más que sólo quería verla… Estaba nerviosa, casi hasta temblaba. Me di lástima, la vi nerviosa y pensé que al fin y al cabo éramos familia y yo le podía enseñar muchas cosas y para que le enseñara otra persona podía hacerlo yo.

Ella me seguía preguntando, me rogaba que se la enseñara y le dije que se la iba a enseñar pero que yo mandaba, yo le iría diciendo el progreso y que hacer. Ella estaba cada vez más nerviosa, con más ganas, me quité bajé los pantalones y salió a relucir mi pene, mis 18 centímetros quedaron bajo su atenta mirada se quedó sin palabras ella no reaccionaba, sabía que deseaba tocarla pero sólo miraba no reaccionaba, ni se movía ni hablaba.

Le cogí su mano y la acerqué a mi pene y le dije ¿quieres hacer tu primera paja? Ella me dijo que sí, pero que no sabía como lo tenía que hacer, yo le dije estate tranquila yo te ayudo y le di un beso en la mejilla. En ese momento su mano tocó por fin la piel de mi pene, le ayudé a cerrar la mano, para que la sintiera, para que la rodeara. Entonces ella dijo esta calentita y nos reimos. Entonces fue ella quién me dio un beso en la mejilla.

Le empecé a mover la mano, le iba diciendo como tenía que hacerlo y ella seguía mis indicaciones, estaba absorta, se notaba que le gustaba que estaba aprendiendo. Al principio los movimientos de su mano eran de manera muy temblorosa, pero no paraba. Yo le iba a diciendo cuando tenía que aumentar el ritmo, como lo tenía que hacer. A mitad paja empezamos a besarnos mi boca se juntaba con la suya, su lengua y la mía contactaban mientras mi mano ayudaba a su mano a hacer su primera paja.

El ritmo aumentaba, cada vez más, cada vez me besaba con más ganas y ella lo hacía mejor. Entonces le pedí que siguiera que no parara que iba a acabar. Ella lo hizo, subía y bajaba con su mano poco a poco hasta que llegó el final y mi semen salió expulsado. Nos seguimos besando.

Ésa fue su primera paja, en los siguientes relatos iré contando todo lo que hicimos y como le enseñé en su primera vez en casi todas las posibilidades que da el sexo. Si eres chica y estás en una situación parecida y te gustaría alguien con quien hablar que te dé consejos y te ayude o te gustaría darme tu opinión sobre este relato: envíame un email y si quieres podremos hablar por whatsap habitantedeunlugarllamadomundo arroba gmail.com