Los mejores años de mi vida (3)
Todo mejora con mi vecina.
Por la noche a las 10 ya desesperado, recordé algo que debía haber recordado hace mucho tiempo, que pelota, como soy de pendejo, prendí mi computador, ingrese los datos, me conecte, mis manos sudaban, busque el archivo, como olvidar el diario, lo copie a mi escritorio, rápidamente lo abrí, busque el final con desespero.
Había escrito un par de hojas desde la última vez, no lo podía creer. Escribió lo que paso esa noche, desde su punto de vista, cada cosa, con lujo de detalles, solo de leerlo se me paro, afortunadamente le gusto, llego a pensar que fue un sueño, pero las esposas le mostraban que fue real, pero esperaba que hubiera vuelto a visitarla la noche siguiente, no entendía porque no volví, se preguntaba si había hecho algo malo, tomó el encuentro como la visión que necesitaba, necesitaba volver a sentirse dominada, pero no entendía porque no volví.
Me emociono aun más, pero que podía hacer, ir y decirle: hola, yo te viole, no, ni pensarlo, o tal vez, volver a visitarla, ganas no me faltaban, pero por lo visto lo estaba esperando, ya no sería tan fácil. Después de pensarlo mucho se me ocurrió una idea, abrí un correo falso, y le envíe un correo, un mensaje sencillo:
Hola, hace un par de noches entre a tu cuarto, que rico la pase, si quieres agrégame, mi correo es master.bgta@gmail.com .
Espere casi una hora, hasta que recibí la confirmación de leído, espera pacientemente unos minutos, y al fin me agrego al chat.
J: Hola, ¿Quién eres?
M: Hola, quien te visito la otra noche, ¿Te gusto?
J: ¿Quién eres?
M: ya te lo dije quería tomar el control desde el inicio, así que me arriesgue
M: mira no tengo todo la noche, si te pregunto algo tienes que contestar, ¿entendiste?
J: que imbécil, ¿con quién estoy hablando?
M: por lo visto no eres lo que esperaba, te voy a borrar de mis contactos, chao - me la jugué toda, espere varios segundos, un minuto, casi dos y nada, ya empezaba a preocuparme cuando.
J: si me gusto
M: mira voy a ser completamente sincero con vos, me gusta ser el que manda en la relación, estoy buscando alguien que quiera ser mi sumisa, por lo que vi la otra noche eso te gusta, me gustaría saber si quieres serlo, sé que es una decisión difícil así que te dejare pensarlo, esperare hasta mañana una respuesta a mi correo, si no contestas entenderé que no te gusta la idea y antes de que pudiera decir algo me desconecte.
Fui con toda, solo esperaba que no me saliera el tiro por la culata, espere un par de horas, actualizaba la pagina sin éxito, me fui a dormir con la esperanza de encontrar algo al otro día, no fue fácil dormir.
Al levantarme lo primero que hice fue revisar mi correo, nada, ni un maldito correo, creo que se pasó la mano con la propuesta, pasaban las horas y nada, el ansiado correo llego a las 6, me pedía que me conectara para hablar, así lo hice:
M: Hola, ya decidiste?
J: creo que ya,
J: pero tengo varias preguntas.
M: a ver
J: ¿Quién eres?
M: eso no importa me conocerás a su debido tiempo.
J: ¿Qué implica ser tu sumisa?
M: mmm
M: pues eso
M: ser sumisa, hacer todo lo que yo quiera
M: cuando y como yo quiera.
J: no se, hay cosas que me dan miedo.
M: acaso no te gusto lo de esa noche.
J: si, muchísimo pero
M: por favor se sincera
J: no quiero que me hagan cosas que me dañen físicamente, hay ciertos límites que no soy capaz de cruzar.
M: mira, quiero poder someterte, amarrarte y hacértelo muchas veces, no pienso marcarte o lastimarte, pero si deseo saber que vas a hacer todo lo que yo quiera.
J: no sé, me pides mucho
M: sabes esto fue un error, esperaba otra cosa, no te vuelvo a molestar, chao
J: no espera, no te vayas, lo siento
J: está bien, seré tu sumisa
M: segura?
J: si
J: completamente
M: eso me gusta,
J: ¿te puedo conocer?
M: aun no
M: necesito comprobar que si eres sumisa.
J: no te lo he demostrado
M: no del todo, prende la cámara le envié la invitación solo para verla, al rato acepto
J: te puedo ver?
M: no
M: necesito ver que si eres realmente la sumisa que quiero
M: quiero que hagas lo que te pida
M: levántate
M: ¿Por qué no tenías una piyama como esa cuando te visité?
J: pensé que hoy podías pasar
J: por eso me vestí así
J: ¿te gusta?
M: me encanta, quiero ver tus senos, acaríciatelos, como te gusta que te los acaricien
M: yo te escribo, tú lo haces, vale
J: listo, como quieras
M: así me gusta
M: parece que si eres lo que busco
M: juega con tus senos, apriétatelos mientras la miraba no aguante más, libere mi pene y me masturbaba mirándola.
M: quiero que me dejes ver tu trasero
M: acaríciatelo
M: con ambas manos, que delicia
M: quiero que te acerque a la cámara
M: metete un dedo
M: muévelo
M: si que rico
M: sigue así
M: quiero que te quites la tanga
M: pero cuando lo hagas déjame verte el trasero
M: que rico así me gusta
M: ahora vuelve a acercarte
M: quiero que te vuelvas a meter los dedos
M: tienes a partir de ahora cinco minutos para llegar
J: que??
M: lo que lees, cinco minutos, tienes que llegar, necesito ver que puedes cumplir mis órdenes
M: te quedan cuatro
Como quien le di corriente, metió varios dedos, la mano se movía rápidamente, entraban y salían los dedos, con la otra se acariciaba los senos, se los apretaba con fuerza, el verla complaciéndome y masturbándose hizo que llegara.
M: un minuto
M: y no quiero que vayas a fingir, ojo
Acelero más, parecía poseída, y no solo juagaba con una mano, utilizaba ambas, que espectáculo era verla.
M: 30 segundos
M: 20 segundos
Cuando arqueando la espalda, llego en un orgasmo, se quedo unos segundos mirando al techo, recuperando el aliento, que gran vista tenía, estaba demasiado buena.
J: te gusto?
M: si, muy rico el espectáculo
J: Por qué no vienes y en vez de mirar lo
M: qué?
M: acaso no lo entiendes, vos sos mía,
M: para hacer lo que yo quiera
M: ¿Cómo se te ocurre proponerme algo?
M: yo veré cuando voy, qué hago y cómo lo hago
J: lo siento, perdóname
M: ¿tienes un consolador?
J: no
M: mmm
M: mañana, debes salir a comprar uno
M: ¿Cuándo lo tengas me avisas?
M: chao
Ni siquiera espera a que se despidiera, me desconecte, di un par de vueltas para antes de acostarme. Al otro día me levante, me sentía enorme, todopoderoso, con el ego en las nubes, y para aumentarlo aun más, tenía un correo de Joanna de la noche anterior:
Hola, me encanta que me pidas hacer cosas,
Que descanses, piensa en mí,
Tu sumisa
Que linda era la vida, en esos momentos era el rey del mundo. Como a eso de las 3 de la tarde me escribió un correo contándome que ya había comprado el consolador, no le respondí inmediatamente, esperé a eso de las 9 de la noche, me conecte y ella estaba ya conectada.
Volvimos a entrar a la web, tenía una hermosa piyama morada, un calzón y una blusa con un gran escote que permitía ver ese hermoso par de melones.
Le pedí que se los acariciara, me encantaba ver como se los apretaba, la cara de lujuria que pone mientras lo hace, me quede minutos enteros viendo como se los apretaba, Joanna se mordía los labios mirando a la cámara, desde un principio esta vieja me pone a mil, casi que de forma automática empezaba a masturbarme.
Coloco el computador cerca al sofá de forma que estaba más cómoda, le pedí que se colocara de rodillas sobre el sofá y me diera la espalda, que trasero tan espectacular. Me gustaba ordenarle que se lo acariciara, me da mucho morbo ver a una vieja tocándose ella misma.
Después ella se bajo las tirantas de la blusa, dejando ese par de melones al aire, con cada mano le pedí que sostuviera una teta, no le cabían en las manos, que cosas tan enormes.
Después se quito la blusa, me encantaba ver como se tambaleaban ese par cuando se movía, me moría de ganas ir de una al apartamento pero quería garantizar que lograra tener a una sumisa.
La puse a jugar un rato largo con esas tetas, me tenía completamente enloquecido, y como por el momento no podía tocarlas me conformaba viendo como ella se las tocaba. Le pedí que se quitara el calzón, aun sentada se los bajo un poco, levanto las piernas y se lo saco.
Le pregunte por el consolador, lo saco de una cajita y me lo mostro, era morado de tamaño normal, le pedí que jugara con él entre los senos, que se imaginara que era mi pene, ella así lo hizo, lo metió dentro de los dos senos, lo sostenía con la mano izquierda, mientras que con la otra agarraba el seno izquierdo y lo apretaba contra el otro, como me ponía el verla haciendo esas cosas, para rematar comenzó a subir y bajar el consolador, de verla e imaginar que era mi pene, llegue.
Luego empezó a lamerlo, sacaba la lengua, lo lamia por un lado y por el otro, y se tocaba mientras lo hacía, aun cuando me dijo que nunca había hecho algo como masturbarse o hacer un estriptís para alguien y por el diario parecía cierto, se veía como toda una profesional.
Me excitaba tanto, que aun cuando acababa de llegar, mi mano seguía moviéndose y en vez de bajar su tamaño, mi pene estaba duro como una roca, con una mano sostenía el consolador y lo metía y sacaba de la boca, apenas una puntica, con la otra se metía y sacaba los dedos de la vagina.
Después hizo que el consolador entrara completo en su boca, hasta el fondo, lo sacaba y lo volvía a meter, en esto si era toda un experta como me enteré después, muchos años de práctica, era amanté de mamar pollas.
Le pedí que se lo metiera en la vagina, ella agarro el consolador y se lo metió, con la mano izquierda, con la otra se agarraba las tetas. Estuvo varios minutos de esta forma.
Luego, cuando creo que estaba llegando al clímax, lo hacía con las dos manos, con una se lo metía y sacaba rápidamente y con la otra se acariciaba, para estos momentos yo estaba llegando por segunda vez. Al rato entre suspiros y espasmos, llego en un orgasmo.
Por esa noche fue suficiente, el domingo en la mañana logre encontrarla con el computador prendido y leí el diario, a la muy viciosa le gustaba, pero por lo que escribía quería que fuera a visitarla, quería tenerme en persona, se imaginaba como era, me describía y todo, decía que se había vuelto a masturbar por la madrugada pensando en la noche en que la viole.
El domingo tuvimos una sesión similar por la noche, quería que deseara más conocerme, aun cuando estaba por irme a ver con ella, me aguantaba, el hecho de pensar en lo caliente que la ponía el desear que fuera, me daban las fuerzas para controlarme.
Desafortunadamente tuvimos que parar, porque le llego el periodo el lunes, pero volvimos a retomar el sábado, luego el domingo y así varios días, ya era el plan de todas las noches. Una de estas que cabe mencionar sucedió el miércoles, nos conectamos tan pronto llego del trabajo, tenía un sastre morado, que bien le sentaba ese y todos los colores.
Le preguntaba sobre su vida, sus amigos, la familia, qué le gustaba, qué no le gustaba, todo lo que se ocurría para tener una mejor idea de ella. Me encantaban sus tetas, siempre le pedía que jugara con ellas, que me las mostrara, que las aplastara, me producían muchas ganas de comérmelas.
Ese día cuando se estaba desnudando, quise saber un poco más de ese trasero, me lo paraba cada vez que lo movía, le pregunte si era virgen, me sorprendió el saber que no, según me conto con un novio hace muchos años lo habían hecho un par de veces, pero nunca fue placentero. Nunca más lo intento porque a su esposo nunca le llamo la atención hacerlo así.
Para mí esto fue como una campana sonando en mi cabeza, le pedí que buscara algo que sirviera para lubricarla, una crema, vaselina o algo por ese estilo, al rato regreso, me pregunto para qué, no sé si se hacía la tonta, o realmente lo era, le dije que iba a tener que meterse el consolador, pero que lo haríamos paso a paso, para que le gustara.
Le pedí que se aplicara la crema en el dedo índice y que luego se lo metiera en el ano, ella lo dudo un par de segundos, me parecieron interminables, pero con un suave movimiento me dio la espalda, se inclino un poco y se metió el dedo, lo metía y lo sacaba, que envidia no poder estar ahí, luego le toco el turno al pulgar, entraba y salía, suavemente, después de unos minutos aumento la velocidad, parecía que le estaba gustando.
Le ordene que durara varios minutos de esta manera, después le pedí que se metiera dos dedos, el índice y el del corazón, ella aumentaba las embestidas de estos dedos, entraban y salían a una velocidad impresionante.
Para que pudiera verla mejor le pedí que acercara una silla, que pusiera un pie en ella, y que siguiera, pero que con la otra mano se tocara, así lo hizo, mientras se los metía, se apretaba las tetas, por la forma como respiraba y los pequeños suspiros que se convertían es gemidos se estaba excitando.
Le pedí que sacara el consolador, pero que primero le diera una mamada imaginándose que era mi polla, pero no podía para de meterse los deditos por el trasero, primero lo lamia, le lengua lo recorría de arriba abajo, después se lo metió en la boca, primero solo la punta, pero después todo. Después de jugar un rato con el consolador en la boca, le pedí que se lo metiera en el trasero. Lentamente fue entrando, primero solo la punta, después un poco más, así poco a poco hasta que todo estuvo adentro, se detuvo un par de segundos con el consolador adentro, para después empezar a sacarlo y meterlo.
Con una mano tenía el consolador y con la otra se metía los dedos en la vagina, estaba poseída, ni miraba, parecía que solo le importaba llegar, sus manos se movían rápidamente, entraban y salían, solo logro estar así un par de minutos, hasta que llego con un grito.
De este momento en adelante me obsesione con su cola, cada noche le pedía que me la mostrara, que tuviera poses sugestivas, me encantaba verla en cuatro y que se lo metiera por el trasero.
Así pasaron los días, ella con ganas de conocerme, por su diario sabía que cada vez eran más, y yo, también deseándolo, me había demostrado que era complaciente, pero aun no sabía que tan sumisa podía ser en realidad, y aun más, si no se asustaría o alejaría al ver que era su vecinito el que estaba al otro lado de la web.
Un día decidí hacer un pequeño juego, para ver como se comportaba, ya no me iba a detener, con toda, una noche de viernes, cuando estábamos por empezar nuestra acostumbrada sesión web, le dije que estaba muy cerca, que creía que ya era hora de conocernos, su cara de alegría lo decía todo, una sonrisa de oreja a oreja invadió su rostro, un en serio?, fue lo que me pregunto, yo le dije que sí, pero que era una prueba más.
Debía dejar entre abierta la puerta del apartamento. Como quien no cerró bien, apenas unos centímetros, colocar una silla frente a la cámara, arrodillarse en ella, dándole la espalda a la cámara, con una cuerda amarrarse las piernas a la silla, colocarse la bag ball y esposarse las manos, cuando hiciera esto yo entraría.
Ella me pregunto qué tan cerca estaba, yo le dije que a 10 o 15 minutos, pero necesitaba ver que todo estuviera listo, ella dudo un par de veces, parecía que sí, que no, pero se decidió sin preguntar más cosas. Ella fue a abrir la puerta, luego trajo la silla, le pedí que adicionalmente dejara el teclado en una mesa cerca a la silla para que me pudiera hablar, y antes de esposarse debía meterse el consolador por el trasero.
No dijo nada, pero en su rostro se veía la duda, no era fácil lo que le pedía, hacer un show por internet era una cosa, pero dejarse servida en bandeja de plata, era otra cosa, me pregunto que porque no venía y la ataba, pero yo me mostré furioso, no eran así como funcionaban las cosas.
Con duda y lentamente obedeció, se ató las piernas a la silla, el consolador fue a parar a su hermoso trasero, de tanto hacerlo ya entraba fácilmente, se coloca la bola en la boca y se la ato en la nuca, en la parte superior de la silla se esposo, de forma que podía escribir en el teclado, un listo fue escrito sencillamente como la palabra que daría el punto de partida a una noche inolvidable.
Pero no todo sale como uno lo espera, me escribió de forma desesperada que alguien estaba golpeando la puerta, yo le pregunte que quien era, ella no sabía, pero me dijo que la puerta se estaba abriendo, que la ayudará, yo le dije que ya iba pero no estaría antes de 10 minutos, ella empezó a llorar y escribía que corriera, que no perdiera el tiempo.
En la entrada del apartamento, la puerta se abrió completamente y una voz dijo