Los mejores años de mi vida (2)
Continua esta emocionante historia.
Eran las tres de la mañana, mi mente volaba a más no poder, yo sabía que estaba sola, ¿será que estaba la puerta sin seguro?, ¿podría yo entrar y cumplirle sus fantasías?, esas ideas me dieron vueltas por varios minutos en mi cabeza, analizaba los contra, que quedara como un vil entrometido o ladrón al entrar a esta hora, pero al fin pudo más el deseo y salí con toda, abrí la puerta de mi apartamento, me acerque despacio a la puerta de ella, mi corazón latía como nunca, estire la mano hacia la perilla, el llegar a ella parecía una eternidad y lo peor es que dudaba tanto que no fui capaz de tocarla, dure casi un minuto con la mano estirada, hasta que al fin sudando a más no poder la apreté con fuerza.
La gire lentamente y nada, completamente cerrada, de la excitación pase a la rabia, tan imbécil me deje llevar por un simple cuento, posiblemente no tenía nada que ver con la realidad, y yo como una vil pelota me deje llevar. Los días pasaron y aun cuando lo intentaba no podía sacarme la idea de la cabeza, empecé a buscar por internet, en mi mente empezó a tramarse un plan.
Sin darme cuenta en un par de semanas me convertí en todo un "experto", sabía de esposas, bolas para la boca, cuerdas, lazos, nudos, como amarrar, en fin, estaba completamente obsesionado, mi mente me jugaba una mala pasada. Me excitaba de solo pensarlo, resultaba masturbándome frente al computador buscando información al respecto, pero después de saciar mi calentura, volvía a la realidad, quitaba esas ideas de mi cabeza y regresaba a mi vida normal.
Todo iba de esa forma tan caótica, por momentos volaba mi mente, me corrompía más y más, y después regresaba a la "normalidad", pero un día entrando al conjunto me la encontré, vestida con un vestido negro, que cosa tan rica, se le marcaba a su hermoso cuerpo, bien trabajado, ese par de melones que me enloquecían apuntaban al frente, como buscando que alguien los atrape.
Ese fue el campanazo que necesitaba, en ese momento deje de pensar en soñar y buscar que fuera realidad. En un par de semanas compre las cosas que consideraba necesarias, cuatro esposas, varios metros de cuerda, una máscara para que no me reconociera, una ball gag para que no pudiera gritar, una venda especial para los ojos, no quería arriesgarme a que me pudiera ver.
También empecé a buscar algo con que dormirla, en todas partes hablan del formol y cosas por ese estilo para dejar inconsciente a una persona, pero leyendo bien, esas cosas no existen pueden ser mortales, en el caso del formol es más el riesgo de matar o dejar mal a la persona, que de dormirla, por lo tanto esa idea fue descartada. Cada tanto como podía entraba a ver si se hacían actualizaciones al diario, pero fueron pocas, y de forma casi sagrada todas las noches salía a intentar abrir la puerta de Joanna.
Así pasaron otras dos semanas, el plan en mi mente parecía perfecto, tenía cubierto cada detalle, en mi mente pasaban de varias formas, le hacía y desasía, pero de ahí no pasaba. Hasta que al fin una noche de viernes, a eso de las dos de la mañana me disponía a dormir, cuando ya más por costumbre me acerque a la puerta y sin dudarlo gire la perilla, para mi sorpresa un pequeño ruido sonó y la puerta se abrió de par en par.
No lo podía creer, tanto lo había esperado, tanto desearlo y al fin la puerta estaba abierta, a grandes zancadas entre a mi apartamento y cogí los implementos, era tal mi afición que hasta en una maleta ya estaban. Regrese a la puerta a un incrédulo, pero si aun estaba abierta, recordando donde quedaba la habitación principal, comencé a caminar, nunca me había demorado tanto en caminar unos pocos metros, recorrer el hall y la sala me gasto cerca de 15 minutos.
Mi pasos aun cuando estaba descalzo eran lentos y silenciosos, apenas escuchaba mi corazón que parecía que iba a explotar, seguí avanzado, lentamente, hasta que por fin llegue a la puerta de la alcoba, pegue mi oreja a la puerta, pero no se escuchaba nada, todo era silencio, sudaba como si estuviera haciendo ejercicio, tal vez hasta más.
Después de dudarlo un par de segundos, agarre la perilla, la gire, y esta cedió, empecé a abrir lentamente, cuando de pronto un fuerte chirrido inundo la habitación, quede completamente quieto, casi me muero del susto, espere un par de segundos y nada, por los escasos centímetros que la puerta recorrió intente mirar, parecía que aun dormía, la silueta se veía en la cama, pero el miedo me pudo más y casi estuve a punto de salir, pero el deseo fue más fuerte.
Espere por lo menos unos diez minutos, la mano ya me estaba doliendo de tener la puerta, al estar un poco más tranquilo, reanude mi labor de abrir la puerta, poco a poco, la maldita puerta chirreaba a cada paso, en cuestión de unos minutos la logre abrir los suficiente para poder pasar, coloque la maleta sosteniendo la puerta para que no hiciera más ruido.
Me pare un minuto a los pies de la cama, mirándola o más admirándola mientras dormía, estaba de lado, con el brazo a modo de almohada, se apoyaba sobre el antebrazo. Abrí la maleta y comencé a sacar las cosas, todo estaba claro en mi mente, primero me puse la máscara, coloque dos esposas a los pies de la cama, al lado deje la cuerda.
La ball gag la deja colgando de mi cinturón, así como la venda, me acerque lentamente, hasta ubicarme a la cabecera, aprovechando un par de huecos en la madera que tenía la cama asegure una de la punta de las esposas, y con mucho cuidado fui acercado la otra punta, pero que bestia no alcanzaba, que imbécil era mejor primero la muñeca. Entre en una especie de pánico, pensé en hacer el proceso al revés, pero más por desespero que por otra cosa, agarre lentamente su muñeca, ella no se movió, la levante un poco, lentamente, ella no parecía notarlo, hasta que le logre poner la esposa en la mano derecha.
Un gran suspiro di, todo bien por el momento, ajuste la segunda esposa en la muñeca izquierda, un pequeño clic y todo perfecto, cuando de pronto sin avisar, sin dar el menor indicio, Joanna abrió los ojos, formaron un plato y dio un fuerte grito, como pude le tape la boca con una mano y agarre la otra, puse mi cuerpo sobre el de ella, de esta forma no podía moverse libremente, tras unos segundos de forcejeó logre que su otra mano quedará también esposada, como pude le tape los ojos con la venda, quite mi mano de su boca y en el momento que quiso gritar le metí la ball gag.
Exhausto por el esfuerzo, me senté un rato en el piso, ella gemía, se retorcía en la cama, intentaba gritar pero afortunadamente era poco el ruido que se escuchaba, sin embargo para disimular prendí el televisor, si algún vecino escuchaba algo esperaba que pensará que era la televisión.
Le agarre una pierna, la espose e una de las patas de la cama, pero en el proceso recibí un buen par de patadas en la cabeza y el hombro, la segunda pierna fue más fácil. Quite todas las cobijas, ella tenía una piyama de pantalón y blusa, para nada sexy, desabotone la blusa, lentamente, Joanna apenas se retorcía, pero al estar en una especie de X no podía hacer gran cosa.
Sus senos estaban al aire, no tenia sostén, agarre uno con mi mano, se sentía delicioso, lo apreté un poco, suavemente, agarre el otro, movía mis manos apretando ese par de melones, ella no paraba de retorcerse, intentando escapar, pero no había donde.
Los apreté con más fuerza, la sensación era deliciosa, no aguante más y empecé a lamerlos, sabían delicioso, los pezones eran grandes, mi lengua los recorría de un lado para otro, conforme lo hacía, ella se movía menos, o esa fue mi impresión, seguía forcejeando pero su respiración mostraba excitación, yo quería que lo disfrutará, así que iba muy suave, buscando excitarla cada vez más.
Dure como unos 10 minutos en la "penosa" tarea de besar y lamer, le di un pequeño mordisco en un pezón, ella arqueo la espalda, estaba llegando a donde quería, le mordía uno y el otro, jalaba suavemente el pezón, a pesar de la venda y tener la bola en la boca, su rostro mostraba placer.
Con ayuda de unas tijeras, rompí el pantalón y con mucho cuidado la tanga, acerque un dedo y pude sentir lo mojada que estaba, se lo metí un poco, ella gemía, con una mano metía y sacaba un dedo y con la otra apretaba los senos, es difícil en ocasiones saber cuando una mujer llega, pero me pareció que después de unos minutos de estar jugando con mis manos llego.
Le quite las esposas de de una mano, sin dar pelea se dejo voltear, libere la otra mano, las lleve a su espalda con un poco de dificultad, y las espose en la espalda, le solté la otra pierna, me acosté en la cama desnudo, le insinué que debía hacer, aun cuando no podía ver nada creo que era muy evidente lo que esperaba que hiciera, sin oponer resistencia, paso una pierna, al no poder ayudarse con las manos tuve que ayudarla, se sentó lentamente, introduciendo mi pene poco a poco, hasta que estuvo completamente adentro.
Suavemente empezó a moverse, subía y bajaba lentamente, entraba y salía, sin pensar abrí la boca y le dije: más rápido. Apenas me di cuenta me asuste, podía reconocerme, ella paro y volteo su rostro hacía un lado, como quien quiere escuchar mejor. Paso un segundo tal vez dos, cuando, le di una palmada en un seno, no muy fuerte para tampoco suave, ella retomo el sube y baja.
Le di otra palmada, la respuesta fue la esperada, aumento la velocidad, otra más, más rápido, la última, se movía a una velocidad impresionante, ya no pude aguantar más y agarrando con fuerza cada seno, llegue, ella se dio cuenta, se detuvo, se recostó encima mío.
Pasaron varios minutos, cuando mi pene salió debido a la perdida de tamaño, pero aun no podía terminar, estuve tentado a buscar que me hiciera una mamada, pero no me quise arriesgar, la recosté de lado, y volví a concentrarme en sus senos, los agarraba, lamia, estrujaba, mordía. Estuve como unos 15 minutos, hasta que volví a estar listo para el segundo encuentro.
Sin quitarle las esposas, la hice ponerse de rodillas en la cama, con los pies cayéndole a un costado de la cama, me coloque de pie detrás de ella, la hice inclinarse, la vista de su espectacular trasero era magnifica. Dejándola en esa posición utilice una mano para frotarla, y la otra apretaba un seno, no quería que no le gustara, buscaba excitarla más, lo cual no fue difícil, ya estaba un poco mojada y después de un par de caricias estaba lista.
Me ubique detrás y lentamente se lo introduje, su vagina lo recibió completo, me encanta esa sensación, cuando te lo aprietan, y se siente un calor que te envuelve, me quede quieto, completamente adentro pero quieto, fue ella quien se movió, se alejo un poco, se acercaba, se alejaba, se notaba la dificultad al hacerlo, con las manos en la espalda, pero el verla así me excitaba más.
Con el poco espacio que había, empecé a darle nalgadas, ella se movía más rápido, mis palmadas iban al ritmo de las embestidas o más bien ella se movía al ritmo de mis palmadas, era delicioso, yo estaba completamente quieto, era el que ordenaba, tenía el control, y Joanna se dejaba completamente.
Esta posición me gustaba, podía controlarme más, le agarre el cabello, lo separe en dos colas, una para cada mano, los agarre con fuerza, empecé a jalarlos hacía mi, a la vez que embestía, la jalaba con fuerza, tanta que le tocó arquear la espalda, jalaba y la penetraba, estuve un par de minutos así, hasta que no aguante más y llegue.
Me senté en el suelo, Joanna como pudo se acomodo en la cama, fue uno de los mejores polvos que había tenido en mi vida, pero como dicen por ahí lo bueno no dura, la calentura se acabo, mi otra cabeza empezó a pensar, ¿Qué hice?, la embarre, pero no lo disfruto, pero me puede denunciar, mi mente paso del placer al miedo.
Apartando los malos pensamientos decidí hacer lo que tenía planeado desde un principio, la arrope en la cama, guarde en la maleta los dos condones usados, saque una toalla y limpie todo lo que recordaba que había tocado, quería violarla con muchísimas ganas y afortunadamente lo logre, pero me podía más el miedo de ser capturado y pasar un montón de tiempo en la cárcel, estaba paranoico, no se sí la policía acá sea eficiente, pero decidí no par papaya, a lo película de espías borre todo rastro posible mío, ni siquiera quería dejar mi semen.
Le di una pelotica pequeña hecha con cinta pegante, en el interior estaba la llave de las esposas, esperaba que en esa posición y con las manos esposadas en la espalda le costara mucho tiempo liberarse, al menos el suficiente para salir y no dejar huellas. Salí a mi apartamento limpiando nuevamente todo, creo que exagere demasiado pero me podía más el miedo, entre, me serví una vaso de Coca-Cola bien fría, y me acosté en mi cama.
A pesar de todo, no fue del todo violento, no opuso casi resistencia, pareció gustarle, esa madrugada y mañana fueron súper duras, no dejaba de pensar en que estaba en problemas, en que iba a llegar la policía a arrestarme, que me iban a meter preso, que como un imbécil no iba a poder disimularlo, como a las 11 de la mañana creo que cogió el sueño, pero en vez de descansar tuve las peores pesadillas.
No pude dormir mucho, estaba completamente pendiente de cualquier cosa rara que pasará en la calle, casi me muero cuando Joanna salió de su apartamento, a eso de las 3 de la tarde, de miedo me quede encerrado, pero la vi por mi ventana alejándose, me daban veinte mil vueltas la cabeza, estará en la policía, me estará denunciando, cuando demoraran en llegar. Pero nada de eso paso, como a las 9 escuche las llaves abriendo la puerta lo cual indicaba que había vuelto.
La noche del sábado fue eterna, si estaba despierto me torturaba mi mente y cuando dormía se hacían realidad mis temores, la razón me decía que si hubiera pasado algo ya habría sucedido, pero mi mente no dejaba de torturarme. El lunes en el trabajo no rendía, no podía dejar de pensar en otra cosa, a cada rato me repetía mentalmente: "disimula, disimula" pero no lo lograba.
Esa fue mi semana más larga, martes, miércoles, jueves y viernes completamente vuelto mierda, llegue a tal punto que después del almuerzo del viernes mi jefe me dejo salir, de lo mal que estaba, pero el regresar fue peor, solo mi mente jugaba con más fuerza conmigo.
Por la noche a las 10 ya desesperado, recordé algo que debía haber recordado hace mucho tiempo, que pelota, como soy de pendejo, prendí mi computador, ingrese los datos, me conecte, mis manos sudaban, busque el archivo, como olvidar el diario, lo copie a mi escritorio, rápidamente lo abrí, busque el final con desespero.
Había escrito un par de hojas desde la última vez, no lo podía creer