Los mejores años de mi vida (2)
En esta parte les cuento como conocí a Yohanna, los gustos que tiene me vuelven loco.
Recuerdo como si fuera ayer la primera vez que la vi, estaba entrando a mi edificio, en un conjunto de apartamentos, en la entrada estaban un grupo de hombres bajando el trasteo del nuevo arrendatario del apartamento 501, cada piso se divide en dos apartamentos, esté estaba vacío desde hace un poco más de un mes, lo cual me daba cierta tranquilidad al no tener vecinos bulliciosos, yo vivía en el 502.
A los pocos metros de la entrada la vi, estaba de espalda con un pantalón azul claro descaderado, unas botas encima del pantalón lo cual hacia que se viera aun más interesante, tenia una blusa verde al estilo top, dejándole la parte baja de la espalda al descubierto, aun cuando su trasero no era la gran maravilla, era llamativo.
Mientras me acercaba a ella, calcule que tenía una altura de unos 170 centímetros, al darse vuelta pude ver que ya era algo mayor, tal vez unos 32 años, que para mi de apenas 26 producía un gran morbo, tenia una buena delantera y un abdomen plano lo cual me impresiono, se notaba que cuidaba mucho su cuerpo, la cara normal sin nada que resaltara o llamara la atención, en aquel entonces tenía una cabellera algo crespa.
En ese momento no hablamos, tardamos como dos semanas y fue ella la que me busco, se entero por un par de vecinas que yo dictaba clases de matemáticas en algunas universidades, el hijo tenía problemas para pasar matemáticas de noveno grado y quería ver si yo le podía dictar clases particulares.
Comencé a dictarle clases a Daniel (así se llama el hijo), para que pasará los logros de los primeros dos trimestres, el objetivo es que los superará entes de salir a vacaciones de mitad de año, Yohanna era una mujer bastante retirada, por más que intentaba nuestras charlas no duraban más que unos minutos y nunca le saque nada interesante.
Pero sacándole información a Daniel me entere que la mamá estaba divorciada desde hace un año, que tenia otra hija de 16 años que vivía con el ex esposo, se la pasaba en el gimnasio bastante tiempo, casi nuca salía, al parecer no tenía novio o algo así, o se lo tenia bien escondido al hijo.
El pequeño enano no era tan bruto como pensaban, después de encaminarlo por el camino correcto logro salvar los logros de los primeros dos trimestres con lo cual concluyeron mis clases, quede bastante decepcionado apenas pude aprender algo de ella y las esperanzas de que pasara algo más cada vez se veían más distante.
Un par de semanas después, llamo a mi puerta solicitando mi ayuda, estaba trabajando en el computador y cada vez que abría un programa este se cerraba, intento hacer varias cosas pero no pudo para mi fortuna solucionarlo.
Afortunadamente conozco de sistemas, ya que es algo que me apasiona, con solo mirarlo por encima entendí que estaba lleno de virus, por lo visto la licencia del antivirus había vencido hace varios meses, le explique lo sencillo del problema, para solucionarlo necesitaba llevarme el computador y limpiarlo, instalarle un nuevo antivirus y listo.
Me pareció ver que le molesto que tuviera que llevarme el equipo aunque lo logro disimular bien, me sugirió que trabajara en su estudio, pero yo le explique que las cosas necesarias no estaban acá y el proceso podía ser largo, no quería molestar, me sentía más cómodo en mi espacio, ella insistió un poco más, refutando cada una de mis objeciones, para cada una supo darme una respuesta adecuada, al verme sin armas toco aceptar.
No necesitaba que me lo pintaran más claro, algo había en ese computador, lo más rápido que pude cogí mis cosas y regrese, me dispuse a "trabajar" pero las cosas nunca son fáciles, con la escusa tonta de aprender como se arreglaba el equipo me pidió el favor que la dejara ver como lo arreglaba, ya con esto quedaron claras todas mis dudas tenía algo grande en mis manos, ahora debería sacarle el máximo de provecho.
Desístale el viejo antivirus, instale el nuevo, limpie todo y en todo momento no me quitaba el ojo de encima, con la disculpa de hacerlo más seguro le dije que iba a restringir los puertos de acceso para que no se la pegaran más virus, pero lo que hice fue abrirlos, me di acceso completo, bueno a cualquiera en la Web, aparentemente no sospecho nada, ya con la pilatuna hecha me fui a mi apartamento no sin antes una sarta de agradecimientos por parte de Yohanna, igual no me ofreció ni un peso por el servicio, está realmente era toda una descarada.
En mi apartamento casi me mato entrando por Web, busque como loco por todo lado, no encontraba nada raro, me preocupaba que apagara el equipo, pero no encontraba nada, hasta que me dio por revisar el historial de Internet, habían muchas visitas a sitios de dominación sexual, en donde se podía ver videos, técnicas y todo lo relacionado con este arte, ese conocimiento era interesante pero de nada me servia saberlo, para sacar provecho necesitaba algo más concreto.
Ya estaba por darme por vencido cuando encontré algo sumamente valioso, un archivo de Word, un poco más pesado de lo normal, en él Yohanna escribía todo lo que le pasaba, me imagino que a las mujeres les gusta llevar un diario y todas esas cosas, pero no esperaba que alguien lo llevara digital, pero bueno rápidamente se copio a mi disco duro.
Empecé a leer de atrás para adelante, pero al poco rato me di cuenta que para entender mejor era importante el orden, este diario contenía información desde hace dos años, por lo visto cuando el matrimonio comenzó a dañarse Yohanna buscando un desahogo empezó a escribir, por lo visto el marido cada vez se fue distanciando, cada vez le prestaba menos atención y ella intentaba por todos los medios tener esa atención, por eso se cuidaba tanto y lo complacía en muchas cosas.
Las peleas en los últimos meses se incrementaron, cada vez eran más fuertes y agresivas, hasta un punto en que apenas se hablaban, apenas se saludan y ya, un mes antes de separarse paso algo que le cambio la vida a Yohanna, estaba en la calle llegando a casa a altas horas de la noche, después de una larga jornada laboral, ella tenía que caminar unas 7 cuadras desde el sitio que la dejaba el bus, era una ruta bastante oscura y con pequeños callejones de separadores en vez de calles.
En el trayecto un hombre se le acerco, ella camino más rápido pero él también aumentaba el paso, ella casi corría y el hombre también, a unas pocas cuadras de su casa el tipo la alcanzó, la sujeto con fuerza, ella pego un grito pero nadie salio a ayudarla, con gran fuerza la empujo dentro de un callejón, fue tal la fuerza que ella cayo al piso.
El hombre de pie le mostró un cuchillo y la amenazo para que no volviera a gritar, al ver el arma Yohanna se asusto y se callo pero las lagrimas se les escurrían por las mejillas, el tipo se acerco y le puso el cuchillo en la garganta y la puso de píe, ella entre llanto le pedía que no le hiciera nada, que la dejara ir, que tomara la plata y las cosas que tenía en el bolso, pero que la soltara.
A él no le importaba el dinero, con el cuchillo en la garganta empezó a cogerle los senos por encima de la ropa, se los apretaba con fuerza haciendo que Yohanna llorará más, bajo el cuchillo y le corto la blusa con todo y sostén, dejando al aire ese gran par de melones, con la mano que tenía el cuchillo le jalo el cabello moviendo la cabeza hacia atrás y la amenazó con cortarla si gritaba y con la mano libre jugaba con los senos, le decía cosas sucias de lo buena que estaba y elogiaba ese par de melones tan ricos.
Después le toco el turno de jugar a la boca, las recorrió completas, las mordía con fuerza, tal vez demasiado, por que al poco tiempo Yohanna ya las tenía rojas de los maltratos, así fueron pasando los minutos que a Yohanna le parecían eternos, a pesar que no paraba de llorar no hacia algún ruido fuerte era tal el asco y miedo que se dejo hacer, fue de lo más horrible para ella.
La coloco de espaldas a una pared, le subió la falda, ella aumento las suplicas, que no le hiciera más, que la dejara, pero seguía sin gritar, él en el afán de bajarle las medias veladas las destrozó por completo, se detuvo un momento para hacerle insinuaciones sobre lo buena que estaba y le describió todo lo que le haría, ella lloro aun más desconsolada, pero una fuerte golpe la volvió en si, si haces ruido te voy a dejar un recuerdo en esa cara tan linda, la siguió amenazando, con eso basto para que dejará de hacer tanto ruido.
Le bajo la tanga hasta las rodillas y le lamió la entrepierna, luego la vagina, la lengua con desespero buscaba entrar, ella no paraba de llorar y el se excitaba aun más, al rato la obligo a ponerse de rodillas, saco su miembro, coloco el cuchillo al frente de la cara de ella, si no te lo comes te voy a cortar, la amenazó, ella casi un shock completo no se movió, no contesto, solo siguió llorando, él tomo el gesto como un si, y le acerco el pene completamente erecto a la boca.
El pene encontró los labios pero no paso más allá, Yohanna aun cuando la poseía el miedo y no peleaba tan poco le facilitaba las cosas, el empujo con fuerza pero ella no abría la boca, le acerco el cuchillo al cuello y se lo clavo un poquito, apenas lo suficiente para que ella diera un grito, momento que aprovecho para metérselo, la amenazaba con que no fuera a hacerle daño por que la mataría.
El pene entraba y salía, buscaba llegar más lejos de donde el de su marido había llegado, le sujetaba de la cabeza y la obligaba a moverse, afortunadamente era tanta la excitación del hombre que este martirio solo duro unos minutos, él contrayéndose llegó de forma abundante, mantuvo la cabeza presionada unos segundos más, dando las últimas estocadas con su pene, la soltó y jadeando se recostó contra la pared.
Pasaron unos segundos en el que el tipo buscaba recuperar el aliento, estaba sudando y se limpiaba con la manga del saco, ella de algún lado obtuvo algo de valor, aprovechando que estaba arrodillada y él tipo estaba distraído agarro rápidamente el pene y lo apretó con mucha fuerza, como si lo quisiera partir, el hombre gritando de dolor cae al piso, ella velozmente corrió a su casa.
Entró como si hubiera corrido los cien metros planos en menos de 10 segundos, aun sin aliento entra a la sala, el marido estaba tan embobado viendo un partido que apenas la saluda y no la mira, ella sube a la habitación se encierra a llorar, nunca se había sentido tan humillada, se entra al baño y se lava el cuerpo como desesperada, no pudo dormir esa ni otras noches a causa de lo sucedido, la falta de interés del esposo al estar ella en peligro fue la gota que derramo el vaso, nunca se lo contó pero según escribe aun se lo reprocha, una semana después decidió acudir a su única familia en la ciudad, la hermana que vive con la hija.
De ahí en adelante describe lo mal que la pasaba con su hermana, que para no hacer esta historia más larga no entraré en detalles, pero por lo visto cambio un infierno por otro, casi un año después logro cubrir las deudas que tenía y alquilo el apartamento que estaba a mi lado.
Lo interesante del asunto, es que conforme pasaron los meses, el recuerdo del callejón se hizo menos doloroso, se despertaba varias noches recordando lo vivido, cada vez era más placentero, más agradable, existen en el diario muchas descripciones de estos sueños no las coloco pero me sirvieron para darme una buena paja esa noche.
Por lo que entendí, de ese encuentro tan doloroso en su momento se despertó el gusto de Yohanna por la dominación sexual, cada vez los sueños eran más fuertes, así como las fantasías alimentadas por los videos que veía, soñaba siendo dominada en ese callejón, en alguna calle hasta en su casa.
El tema de los últimos sueños fueron las más llamativas, soñaba con la fantasía que la dominaran en su cama por la noche, describía que le gustaría que le hicieran y como le gustaría que se lo hicieran, si yo estaba caliente esto me duplico la calentura, lo curioso es que el deseo le llegaba al punto según escribía de dejar sin seguro las puertas o una que otra ventana abierta, por lo visto esto le permitía soñar mejor con la fantasía.
Pero por las fechas no lo hacia de manera frecuente, eran las tres de la mañana, mi mente volaba a más no poder, yo sabía que estaba sola, el hijo estaba este mes con el papa, ¿será que estaba la puerta sin seguro?, ¿podría yo entrar y cumplirle sus fantasías?, esas ideas me dieron vueltas por varios minutos en mi cabeza, analizaba los contra, el salir preso o algo peor, pero el deseo y lo perverso del acto me excitaban más, al fin pudo más el deseo y salí con toda, abrí la puerta de mi apartamento, me acerque despacio a la puerta de ella, mi corazón latía como nunca, estire la mano hacia la perilla, el llegar a ella parecía una eternidad y lo peor es que dudaba tanto que no fui capaz de tocarla, dure casi un minuto con la mano estirada, hasta que al fin sudando a más no poder la apreté con fuerza.
La gire lentamente y