Los manjares de Susana
Este relato puede herir la sensibilidad de algunas personas pero es algo muy real y lo he querido reflejar en toda su dimensión y con la precisión que merece.
Fui a casa de mis amigos que hacía tiempo no los veía. Cuando llegué, solamente estaba ella, el marido se había ido a pasar unos días al pueblo para ver a sus abuelos. Después de cenar, los niños se acostaron y mi amiga Susana y yo nos quedamos en los sillones de la terraza... ella puso sus pies sobre mi sillón
_ Perdóname que los ponga pero es que necesito estirarme
_No pasa nada, lo sabes...
A partir de esas palabras se hizo el silencio entre los dos y sólo hablaron nuestras emociones…
Los cogí y comencé a darle unos masajes... yo estaba loco por hacerlo, ya que son mi debilidad, y a ella le encantaba... los acariciaba y apretaba hasta que empecé a darle besitos, meter la lengua entre sus dedos finos y alargados... eran excitantes... poco a poco y a medida que veía a mi amiga súper excitada dando pequeños gemidos, fui subiendo con mi boca dando besos a sus esbeltas piernas, la cogí por la cintura y le di la vuelta... quedó con las rodillas en el suelo, le bajé la braga del bañador quedando su hermoso culo frente a mí. Susana era pequeñita, muy delgada y por eso me costó tan poco manejarla...
Separé los mofletes de su pequeño culo y comencé a chuparle el ano... sin parar de clavar mi lengua, intentando introducirla en aquel increíble agujero que poco a poco comenzaba a estar empapado... a mi amiga le estaba encantando... no se quitaba y yo estaba excitadísimo. Solamente quería conseguir introducir la lengua por su ano y lo estaba empezando a conseguir ya que de lo mojado que estaba se empezó a dilatar. Mi meta era besar, chupar y morder ese cuerpazo fibroso... no necesitaba que ella me hiciera nada, sólo quería darle placer y sabía cómo conseguirlo. Susana estaba absolutamente pasiva
- Eres increíble… sigue así, hazme lo que quieras
Después de oír sus palabras, mi corazón se puso a latir a tope… por fin tenía una chica a mi merced. Susana quería recibir todo, ella sabía que yo era insaciable
_ Mi chico… por fin encuentro a alguien que le gusta explorar todos los rincones de mi cuerpo. Todos, mi cielo, por favor no dejes ni uno.
_ Claro Susi… soy tu esclavo y estoy dispuesto a chupar, besar y comer todo lo que sé que te excita más.
Tras unos minutos en los que estuve acariciando y besando a mi diosa, ella me ordenó que me tumbara. Se sentó encima de mi cara, dejando su rasurado coño sobre mi boca.
_ Ahora estate quieto necesito masturbarme
Y con movimientos ágiles empezó a frotarse con mis labios hasta que, dando un gran gemido se corrió… se puso en cuclillas y, mandándome abrir la boca hizo pis en ella. Era un gusto recibir de Susi aquel manjar exquisito mientras oía sus gemidos. El líquido estaba caliente y sabía salado, seguro que mucha gente no lo soportaría, pero yo sí… una y otra vez se lo pediría así como otros manjares, pero soy su esclavo… debo de esperar. Y Parece que me leyó el pensamiento. Tremendamente excitada tras su corrida, Susanita quedó a cuatro patas apoyadas sobre el respaldo del sofá… callada… Rápido comencé a lamer aquel delicioso culo de Susi… yo que desde siempre había idolatrado en silencio a aquella diosa, aquello era un placer. Cuando acabé, se giró y, dándome un empujón, me tiró como si fuera una colilla, al suelo. Se colocó sobre mi polla cabalgando como una amazona con la melena rubia al viento dando tremendas sacudidas hasta correrse… y así terminó. No me dio explicaciones. Sólo fue a ducharse. Al salir yo ya me había ido a mi habitación… la habitación del esclavo que, una vez más, debía esperar pacientemente a que su AMA le llamara… o no.