Los Legendarios

Con el cuerpo que tenía, podía tener a cualquier chico que quería. Él siempre había sabido que le gustaban chicos. A su madre nunca le importó. "Siempre y cuando tú seas feliz", decía ella. Pero a pesar de que había tenido sus aventuras amorosas, que nunca pasaba de más de tres semanas con un chico

Por generaciones nos han llamado dioses, divinidades. Otros simplemente nos dicen espíritus, algunos nos llaman ángeles. Otros que fueron tan lejos en decir que somos el mismísimo Dios, pero no están ni cerca de llegar a la meta. Nosotros somos los legendarios.

Como verán, todas las cosas vienen de nosotros, ya que tuvimos un papel muy importante cada uno en el momento de la creación, sólo somos cinco. Cinco elementos, técnicamente. Fuego, Agua, Viento, Tierra y Magia.

Nosotros cinco tuvimos nuestra parte en la creación, pero lo más importante es que utilizamos nuestro poder ahora, en su tiempo. Desde el comienzo de la creación, hemos estado presente entre los humanos, pero no como nosotros mismos. Escogimos los que son dignos de ser avatares para nosotros. Comparten nuestro poder, claro está que sólo es por el tiempo que sus cuerpos humanos les permita estar en la tierra. Hay quienes han oído hablar sobre nosotros, otros que no.

Jerjes, Julio César, Nerón, el rey Arturo, Merlín, Juana de Arco, Isaac Newton, Joseph Stalin, Albert Einstein. Sólo para nombrar unos pocos.

Nosotros no tuvimos que habitar la tierra por varios milenios ya que desde el comienzo de los tiempos tuvimos que cortar toda amenaza. Pero volvimos, volvimos para proteger a la raza humana, es nuestro deber. Es nuestra posición. ¿Tal vez se estén haciendo preguntas acerca de lo que hablo? Bueno, es algo que tendré que contarles.

¿Has oído hablar de los demonios? ¿Vampiros? ¿Licántropos? Todas esas cosas que pasan “justo” en la noche, esas cosas que siempre he temido, pero al final terminamos dejándolos como mitos, pero la verdad es que son reales, todos y cada uno de ellos. Cada vez que venimos a la dimensión humana, es debido a su amenaza. Pero ahora, es algo diferente. Han crecido demasiado, tanto que la dimensión que fue su prisión, ya no puede mantenerlos. Ellos tienen hambre de la dimensión humana. Pero no pueden tenerlo, no mientras nosotros estemos aquí.

Es tiempo otra vez, para elegir a cinco seres humanos para compartir nuestro poder. Es hora de poner fin a esto.

Nosotros somos los protectores.

Nosotros... Somos los Legendarisos.

Los

Legendarios

Primera

parte

El

comienzo

de

una

nueva

era

-Idiotas!! Los voy a matar!!- Call of Duty. El juego donde él era un campeón. O al menos eso creía Daren Clower. Pasaba incontables horas jugando con el Xbox. Fueron tantas horas en el que perdía su tiempo jugando y jugando con el Xbox, que sus notas habían bajado desde un 11 a un 05. En realidad, un 03. Pero al igual no le importaba mucho cuanto obtuviera como nota. Salió al menú principal después de otra ronda de mostrar al mundo que le fue el maestro de COD, y se fue a la cocina.

Su casa, de dos pisos de estilo victoriano, era lo que su madre considera un perfecto trato. Habían llegado por la mitad del precio que era originalmente, para ella fue un maravilloso milagro ya que los propietarios decidieron que iban a amueblar completamente su nueva casa, por lo que dejaron sus muebles viejos. Al principio Daren se sentía extraño al dormir en la cama de alguien más, que vaya a saber Dios cuanto tiempo habrán dormido en él. Pero con el tiempo se acostumbró al colchón de $ 5.000 que había sido importado de Suiza. Entró en la cocina y se sirvió un vaso de Coca Cola. Tuvo que admitir, esa bebida era adictiva.

-¿Daren?- Reconoció la voz de su madre que lo llamaba desde el estudio, caminaba con lentitud a la misma vez que se dirigía a las llamadas de su madre. Asomó la cabeza por la puerta del estudio.

-¿Puedo ayudarte en algo?- Él preguntó, sonriente y con ese tono sarcástico muy típico en él. Ella lo miró con seriedad y levantó la boleta de calificaciones. Su sonrisa desapareció.

-Me gustaría comenzar mi excusa, diciendo que las matemáticas nunca ha sido mi fuerte, y por lo que sé tampoco fue el tuyo, creo que es algo genético.

-Esto no es gracioso Daren, tus calificaciones no pueden bajar en estos momentos. Estás en tu tercer año de secundaria y es cuando las universidades empiezan a buscar buenos estudiantes.

-Mamá, no hay porque hacer un lio. Voy a hacer un poco de créditos -  extras, o algo.

-Bueno hasta que ese “o algo” suceda, estas castigado, no más videojuegos. No más ir al centro comercial. No más fiestas. Especialmente en nuestra casa. Las únicas cosas que tienes permitido es ir a colegio a estudiar, la academia, y luego derecho a la casa. Si necesito que lleves a tu hermano a cualquier lugar, lo tendrás que hacer ya que por las próximas seis semanas no tendrás vida social. -Ouch. Eso me dolió. Sabía que tuve que haberle enseñado mi libreta de notas cuando tuve oportunidad. Ahora estaba pagando por ello.

-Mamá ya he enviado mi lista de invitaciones para mi fiesta. Va a ser aquí. ¿No podemos posponer el castigo por un par de días?- Daren suplicó.

-No, tienes que aprender a cumplir con tus castigos. Si no te gusta estar castigado, empieza a mejorar en la escuela.- dijo la madre antes de volver a concentrarse en los papeles que tenía en su mano. Daren rodó los ojos y abandonó el estudio. Mientras caminaba hacia su habitación, echó un vistazo a su alrededor.

Había copas en todas partes, la ropa desparramados por el suelo, revistas destrozadas y arrastradas. Había incluso un calcetín colgando en el ventilador de techo. Daren suspiró y lentamente comenzó a recoger el desastre que quedo de la fiesta pasada.

Tenía que encontrar una manera de hacer la fiesta. Él era un rey en la escuela. A ver, obviamente tenía muchos amigos en la escuela. Bueno, no los deportistas y animadores, ni los nerds, tampoco los de teatro, menos los Emos, y ni lo niños normales.

Daren era un vagabundo, él no tenía un grupo específico al que pertenecía, pero era popular en todas partes, en particular, entre el montón populares.

Él siempre había sido capaz de influir en la gente. Su madre sólo le llamó "Carismático". Pero siempre parecía ser algo más... Al volver de sus pensamientos, Daren se sentó en su cama y comenzó a la deriva de un sueño... Fuego.

Mucho acerca de esto, es lo que Daren veía cada noche cuando se iba a dormir. No necesariamente ciudades en llamas, o cualquier cosa extrema o que diera miedo. Sólo fuego. De color naranja brillante, o tranquilas blues. Pero siempre terminaba de la misma. Un cuervo, si eso es lo que era, siempre captando si atención, y fijamente se quedaba mirando en el núcleo de su alma. Entonces, este cuervo parecía un pájaro de fuego. No un pájaro en llamas. Un pájaro de fuego.

Los dos estaban sentados, uno al lado del otro (sentados tal vez en una perca). Después, sin cambiar nada, sin que nadie hablara, se escuchó una agradable voz femenina que dijo: “Estamos a la espera. Todas tus preguntas serán respondidas, joven. Todos... seremos transformados.”

La radio encendida a todo volumen era su señal para despertar. No recordaba haberlo programa para esa mañana, pero al menos eso despertó. Al menos iba a llegar a tiempo hoy. Se levantó y se puso un par de pantalones cortos para hacer ejercicio y una camiseta, se puso sus zapatillas de correr y se deslizó por la puerta hacia la brisa cálida de la mañana. Él nunca fue, como, un monstruo de la salud, pero le gustaba mantenerse en forma.

Con el cuerpo que tenía, podía tener a cualquier  chico que quería. Él siempre había sabido que le gustaban chicos. A su madre nunca le importó. "Siempre y cuando tú seas feliz", decía ella. Pero a pesar de que había tenido sus aventuras amorosas, que nunca pasaba de más de tres semanas con un chico. Su madre siempre le había dicho que él estaba cometiendo muchos errores. Pero ese no era el caso, simplemente él no se sentía bien.

Él siempre pudo leer a la gente muy bien. Él podía decir si tenían algún problema, o si sus corazones no estaban en el lugar correcto. Él también podía saber cuál era la relación que existía entre las personas, si eran amigos, enamorados o familiares, si estaban tristes, tensos, molestos, etc.

Al llegar de nuevo a su puerta de entrada, Daren volvió a su habitación y comenzó a desvestirse. Miró a su cuerpo delgado y musculoso en el espejo. Él mediría alrededor de 1.78, con el cabello rubio un poco largo y despeinado, con unos ojos verdes brillantes. Apartó la mirada de su espejo, cogió un par de boxers limpios, y caminó hacia el baño.

La escuela era siempre un asunto aburrido para Daren. A parte de las dulces miradas que le dedicaban, no esperaba nada más. A excepción de su clase de justicia criminal. Prácticamente ganaba todos los casos que se ponían en un juicio simulado. Su carisma y el inexplicable poder de lectura que tenía sobre las personas lo hacían brillar frente a todos.

Cuando sonó la campana para ir a la siguiente clase, Daren corrió a almorzar. En sí, nunca almorzaba, pero aun así disfrutaba de ese momento. Rápidamente encontró el camino a la mesa donde siempre estaban sus amigos. Cuando llegó a la mesa, los oyó cuchichear. Probablemente chismes sobre alguien por haber quedado embarazada o algo. Cuando llegó a la mesa, sus amigos, los gemelos, Rose y Sean de inmediato lo pusieran al tanto de la conversación.

-Oye, Daren, ¿te has enterado?- Preguntó Rose.

-¿De qué cosa?

-¿Sobre la nueva chica?, Duh?- dijo Sean, como si de eso tendría que estar enterado el mundo y Daren más que nadie.

-Chicos, realmente necesitan relajarse, Tenemos como diez nuevos estudiantes al día.

-Sí, pero ella es diferente. Al parecer, su padre trabaja para una organización secreta, parece que se mudaron aquí porque a su padre lo asignaron a este lugar.

-Si se trata de una organización secreta, ¿por qué todo el mundo lo sabe?- Daren pregunto con ese tono irónico muy suyo.

-Bueno, ya sabes que es sólo es un rumor.- Dijo Sean.

-Y son ricos, siempre visten con lo nuevo que hay en moda, además usan joyería muy cara. Como el oro real y diamantes.- Dijo Rose.

-Ahá, ¿Y por qué debería interesarme?- Preguntó Daren. Sus amigos sabían que él era gay. Se preguntó por qué estaban siendo tan persistentes acerca de esta chica.

-Ay! Sólo te estábamos poniendo al día con las cosas, Daren.- dijo Rose, poniendo los ojos en blanco.

Ya había tocado la campana de nuevo para que comenzaran las clases, Daren tomó su asiento en la clase de Trigonometría, temiendo por los próximos cuarenta y cinco minutos. A medida que el maestro llama la atención a la clase, la puerta del aula se abrió. Sin duda, se trataba de la chica Rose y Sean habían estado hablando.

Ella entró al aula sonriente. Tenía el cabello tan rojo como el fuego que fluía desde su cabeza bajando por su espalda, y los ojos de color esmeralda que eran tan brillantes, que se podía ver un destello verde desde cualquier lugar en el salón. Probablemente ella mediría alrededor de 1.70. Su sonrisa, tenía unos dientes tan blancos que cegaban. Estaba vestida con un par de pantalones de vestir color caqui y una camisa blanca con un pañuelo negro. Tenía una cadena de oro alrededor de su cuello  con una piedra de ónix rodeado de diamantes.

-¿Puedo ayudarle?- Preguntó el profesor. Ella sonrió brillantemente de nuevo.

-Sí, me acaban de transferir a esta clase- dijo ella, tenía un tono muy dulce en su voz, tanto que me sonaba familiar.

-Oh, bueno, entonces, ¿Puedo ver sus papeles de transferencia?- Sacó un papel del el bolso y se lo entregó. Se lo llevó a su escritorio, donde ella la siguió.

Varios chicos de la clase estaban mirándola como buitres. Daren tuvo que admitir, ella era muy bonita. Si fuera hetero, tendría que admitir que está caliente. El maestro le devolvió el papel y lo miró a la libreta de calificaciones.

-Pues bien, parece que va a estar sentada al lado del señor Clower. Agite su mano Daren- él saludó indicándole que ese era su asiento. Ella sonrió y se dirigió a su nuevo asiento.

-Así que yo Daren Clower, pero puedes decirme Daren- dijo él tendiéndole la mano.

-Yo soy Kallie Forcier. Kall, para abreviar- dijo ella tomando su mano.

El profesor recordó que estaba llamando la atención de la clase y comenzó el día con la lección. Daren se centró en sus pensamientos. ¿Dónde había oído la voz de esa chica antes? Le resultaba muy familiar. Él se arriesgó a mirarla. Pero, se encontró con la mirada en ella también.

Como si provocada por la mirada esmeralda, su sueño se hizo presente en ese momento como un flashback. Su voz. Era la voz de su sueño. Estaba tan sorprendido por su revelación, que cuando sonó la campana, él fue el primero en salir de la habitación. Kallie Forcier lo vio huir de la habitación. Él no estaba preparado.

Casa de Kallie

-¿Qué quieres decir con que no está listo?

-Quiero decir que no está listo. Debiste haber sito lo asustado que estaba cuando se dio cuenta que la voz de su sueño era la mía.

Kall y Marcus Forcier se sentaron en el estudio de su gran finca y comenzaron discutir acerca de Daren Clower. Los rumores ya iniciadas en la escuela a cerca de Kall eran ciertas, en su mayor parte claro está. Su padre trabaja para una organización secreta. Pero nadie se podría imaginar qué tipo de organización era.

-¿Cuánto tiempo crees que va a tomar?- Preguntó Marcus Forcier.

-No estoy segura, pero no creo que sus poderes se hayan manifestado aun. No obstante, creo que es seguro decir que tan pronto como lo comiencen a aparecer, nosotros podremos entrar a su vida.

-¿Y estás segura de que él será el próximo en despertar?

-Yo creo que sí. Es lo que mis sueños me han dicho.- Su padre asintió con la cabeza.

-Muy bien. Ahora, ¿no deberías estar afuera de la cama? Tú tienes la escuela en el mañana.

-Ugh. Ni me lo recuerdes que todo esto es ridículo. Tengo poderes mágicos que pueden igualar el nivel de toda una ciudad entera y tengo que ir a la escuela. ¿No debería el hecho de que tengo unos pocos títulos universitarios hacer una diferencia en todo este asunto de la escuela?

Daren

El sueño. Una vez más... Fuego. A continuación, el cuervo y el pájaro de fuego. La voz, pero esta vez fue diferente. "Es hora de que te unas a nosotros. Es hora de que otro más sea despertado.

Daren despertó, sudando a chorros de su cuerpo. ¿Qué diablos estaba pasando?

-Daren, ¿estás bien?-  Daren salió de su transe de sueño y miró a sus amigos.

-Sí, es que realmente no he dormido mucho en el último par de días.

-¿Qué pasa tío?- Preguntó Sean.

-Nada, sólo que estoy teniendo estos sueños muy raros.

-Bueno, ¿Y de qué son? Todo los sueños tienen un cierto significado- explico Rose animándose. A ella le interesaban mucho todas esas cosas sobrenaturales, y siempre estaba investigado acerca del significado de los sueños. Daren le habló de los sueños que últimamente tenía.

-Bueno, el fuego puede significar un montón de cosas. Se puede predecir transformaciones y nuevos comienzos. Y acerca de lo cuervo puede significar que en tu entorno algo no anda bien, o no estás en armonía.

-Bueno, eso aclara todas mis dudas Rose- respondió Rose.

-Lo siento, sabes Daren no tienes que ser tan perra, sólo trataba de ayudar.

-¿Cómo me dijiste?- Él preguntó mirándola.

-Yo no he dicho nada Daren.- respondió, haciendo una mueca.

-¡Te acabo de escuchar! Y no puedes decir que nadie más te oyó.

-Pero si ella no dijo nada Daren- Sean defendió a Rose. Daren lo miró incrédulo.

-Wow, vaya pero que reina del drama resultaste ser- bromeo Sean

-¿Qué diablos Sean? ¡Sigo aquí!

-¡Qué tipo, carajo! ¡Que yo no he dicho nada!

Entonces, sin previo aviso, una explosión de sonidos estalló. Oyó diferentes voces que parecían venir de todas partes y de ninguna al mismo tiempo.

-¿De qué está hablando?

-¿Quién es?

-Y ella ni siquiera me habla.

-¡Uf!, será fea de cara, pero tienes que admitir que tiene un cuerpo...

-Mi cuerpo esta que se enfría, realmente necesito una chaqueta.

-Aun no puedo creer lo que me dijo.

-La gente simplemente no entienden, ¿Cómo se supone que esto me ayude en la vida?

-Y ¿Se supone que esto es gracioso?

-La forma en que su cuerpo se mueve.

-Creo que necesito una aspirina.

-Pero ¿Quién podría haber sabido?

-Daren, ¿estás bien?- Preguntó Rose. Daren se agarraba la cabeza, él estaba inclinado en su asiento.

-¡Déjame en paz!- Él dijo saltando de su asiento y saliendo del aula.- ¡Deja de hablar, que no puedo pensar!- dijo esta vez, pero con voz frustrada. Corrió a la cafetería, y se dirigió directamente hacia las puertas delanteras. En este punto, que no le importaba cuales fueran las consecuencias; sólo quería alejarse de todo y de todos.

Antes de que pudiera pensar de nuevo, llegó al estacionamiento que estaba detrás de la escuela. Su cabeza palpitaba por todas esas voces que habían invadido su mente. Se dejó caer detrás de un contenedor de basura, con la espalda deslizándose por el frío metal.

-Sabes que es contra las reglas estar aquí a fuera de la escuela- dijo una voz familiar. Siguió el sonido y encontró a Kall de pie contra una de las barandas.

-Sin embargo, estás aquí...- dijo él.

-Sí, pero en realidad nadie lo sabe.- dijo ella sonriendo.- Así que, supongo que necesitarás un poco de medicina o pastillas ¿eh?

-¿Qué?- dijo él, confundido por el cambio de tema.

-Sí, creo que alguna aspirina para tu cabeza.- dijo ella, tocando la suya como si quisiera ayudarlo a entender.

-Oh. Um, sí.- respondió él tomando un ibuprofeno que Kall sostenía en su mano.- ¿Cómo lo sabias?

-Bueno, vi lo que te pasó en la cafetería, sólo quiero ayudarte.

-¿De verdad?, Entonces ¿Tal vez me puedes decir lo que me pasó en la cafetería?- Él dijo con su típico sarcasmo. Daren estaba un poco incómodo con la presencia de Karl. Él sólo quería estar solo.

-Claro. Se llama telepatía.- Eso llamó la atención de Daren

-¿Telepatía?

-Sí, ya sabes, como escuchar los pensamientos de otras personas...

-Sí, ya sé lo que es la telepatía. Pero honestamente, ¿Me estás diciendo que puedo escuchar los pensamientos de los demás? Sí, claro. Dijo él, burlándose de las sugerencias de Kall.

-Oye quisiste una respuesta y ya te la di. ¿Cómo lo podrías explicar tú, porque puedes oír los pensamientos de los demás?

-Eh, ¡Tal vez no estaba oyendo nada! No he dormido mucho últimamente, tal vez es eso y sólo debo reponerme.- dijo Daren tratando de convencerse a sí mismo más que a nadie.

-Sí, ¿Y por qué es que tú no has dormido mucho? ¿Por los sueños que tienes últimamente, cierto?

-¿Cómo lo sabes?- le preguntó sorprendido.

-Yo también los tenía antes de que todo esto pasara- le respondió Kall señalando a sí misma.

-¿Qué quieres decir?- Preguntó con cautela.

-Yo tenía el mismo tipo de sueño que tú estás teniendo ahora. Veamos. ¿Hay mucho fuego en tus sueños?, también ¿Hay un cuervo que te mira fijamente, como avisándote algo?- preguntaba Kall mientras se acercaba poco a poco a Daren.

-Cómo... ¿Cómo sabes eso?- Él preguntó, mirándola a los ojos.

-Porque yo pasé por lo mismo.

-¿Qué quieres decir con que pasaste por lo mismo?- preguntó él de nuevo.

-¿Vas a dejar que te muestre?- decía Kall mientras tomaba la mano de Daren.

Daren no pudo evitar sentirse incomodo, lo primero que hizo fue mirar lo que Kall hacía con su mano. ¿Qué quería decir con que le iba a “mostrar”?. En un instante ya estaba con miedo, ¿que podría mostrarle? Se veía muy segura de lo que hacía y eso hacía que Daren tuviera mucho más miedo.

Flashes... Fuego... Gritos... Pensamientos... Fuego... El canto de un ave... Tiempo... Fuego.

Daren abrió los ojos, se dio cuenta de que estaba en su habitación, acostado en su cama. ¿Cómo habría de llegar a casa? ¿Fue todo un sueño? No, no era lo que recordaba. Pero ¿qué exactamente recordaba?

Se pasó las manos por el pelo. Eran las nueve por lo que el reloj le decía. ¿Si hubiera dormido durante el día?, Él nunca tomaba siestas. Miró a su teléfono y vio que tenía un mensaje de texto. Este decía

-Llámame. (01) 253-7649

Daren no recordaba a quien pudo darle su número, pero tuvo una corazonada. Marcó en número de su celular y pulsó el botón de enviar. Sonó una vez, luego la voz respondió.

-¿Hola?

-Umm, bueno. Esto... soy Daren- dijo tímidamente.

-Lo sé.

-Te recuerdo, tú estabas conmigo en el estacionamiento- Hubo una pausa, y Daren podría adivinar que Kall estaba sonriendo.

-Y ¿qué es lo recuerdas exactamente?

-Eh... en realidad no es muy seguro de lo que recuerdo.

-Está bien, no te preocupes, al comienzo lo que recuerdes estará un poco borroso. ¿Por qué no vienes a mi casa? Yo te puedo ayudar.

-Está bien... Supongo, es que todo esto en verdad es tan extraño. Quiero decir, nada de esto me ha ocurrido antes. Ya ni siquiera sé lo que está pasando.

-Lo sé Daren, sé que esto es muy raro para ti y sé que esto es una locura. Pero confía en mí.

-Pero, es que ni siquiera te conozco.

-Ya lo harás- Y con eso, ella le dio su dirección y colgó.

Daren se detuvo en una hermosa finca. Era algo como una imagen sacada de una película, era una hermosa mansión con jardines a ambos lados. Se detuvo en la puerta y tocó el timbre. Inmediatamente las grandes puertas de metal se abrieron, dando vista a todo el camino de entrada. Condujo lentamente por el camino pavimentado. La mansión por fuera y por dentro eral igual de majestuosa. La mansión de los dueños donde vive no era nada en comparación a la mansión de los Forcier. Mientras conducía, pudo vislumbrar fuentes y estatuas de ángeles maravillosamente esculpidas, parecía estar en otro lugar, como en un hermoso sueño.

Supuso que estaría bien aparcar su coche al frente de la casa, así que él se bajó y cerró con llave la puerta de su auto. No estaba muy seguro de por qué, si nadie podía robar en un lugar como este. Se acercó a la puerta y llamó. Como si de un guion de una película tratara, un anciano en un elegante traje abrió la puerta. Daren lo miró inquisitivamente.

-Así es que su nombre debe ser Alfred Jeeves- dijo Daren sonriendo.

-En realidad, es Guiliano. Por favor entre joven Clower, la señorita Kallie lo está esperando.

-Estoy seguro de que es...- dijo Marcus, quien se calló luego de ver que Guiliano entraba junto don Daren a la biblioteca. Guiliano le mostro los sillones a Daren para que tome asiento, como un cliché se sentó en uno junto a una chimenea. Guiliano ya se había retirado, en la biblioteca sólo estaba el señor Forcier con un libro en su regazo y Kall que estaba a la expectativa.

-¿Qué estoy haciendo aquí, Kall?- dijo Daren con un tono de inseguridad en sí mismo.

-Tú me dirás Daren, eres tú el que está teniendo extraños sueños desde hace un año. ¿Cierto? Puedes oír los pensamientos de los demás, no fue eso lo que me dijiste- lo interrogo Kall.

-Yo no estaba escuchando los pensamientos de la gente- Él dijo, tratando de descartar la idea.

-No creo que me digas que estoy mintiendo- dijo Kall.

-Sí, lo pienso- dijo Daren un poco alterado.- Kall lo miró y le sonrió.

-¿Entonces por qué respondes a algo que solamente estaba pensando?" Preguntó Kall sonriendo.

-¿Qué?... ¿Pensaste?... ¿No estabas hablando en voz alta?- pregunto Daren sumamente confundido, hundiéndose en el sillón.

-Viste, te lo dije- le dijo Kall esta vez al señor Forcier.

-¿Qué quiere decir?- Pregunto Daren en un susurro, mientras se pasaba las manos por su cabello.

-Significa que eres diferente... Significa... que estás listo- Le respondió Marcus.

-¿Listo para qué?- Pregunto Daren intrigado.

-Listo para convertirte en una parte de la herencia.

-Desde el principio de los tiempos, ha habido cinco entidades en potencia. Ellos ayudaron a crear el universo, y ayudaron a defenderla del mal. Ha habido uno de esas entidades en casi todas las generaciones.

-¿Por qué sólo uno?- preguntó Daren girando ligeramente la cabeza.

-Debido a que sólo uno o dos se necesitaban.

-¿Se necesitan?, ¿cómo? ¿Por qué se necesitan?- volvió a preguntar Daren.

-Porque necesitábamos proteger al universo del mal.- le respondió Kall.

-¿De qué?- gritó Daren, cansado de las respuestas cortas que Kall le daba, por lo que ella lo miro fija y fríamente a los ojos y comenzó a explicarle detalladamente todo lo que pasaba esperando aclarar las dudas de Daren.

-Hay cosas en este mundo que nadie ve Daren. Algunas personas pueden, pero que no lo creen. Otros que si creen, pero no sobreviven o se vuelven locos de remate.

-¿Qué tipo de cosas?

-Hay diferentes tipos, pero en su mayoría son los demonios.

-¿¡Demonios!?

-Sí, no son los tipos de demonios que salen en las biblias. Estos vienen de diferentes dimensiones. Una especie en particular, siempre habían puesto sus ojos en esta dimensión, pero las entidades siempre fueron capaces de detenerlos.

-¿Demonios? ¿Dimensiones?, pero ¿De qué va todo esto?

-Mira Daren sé que es difícil de asimilar todo esto.

-A ver déjame adivinar, ¿No has acabado?-le pregunto Daren a Kall, ella negó con la cabeza.

-Lo siento, pero hay muchas cosas que tienes que saber  y muchas que tienes que aprender.

-Cosas ¿Cómo qué?- bromeó él abrumado.

-Oh, no lo sé, Tal vez el hecho de que tiene poderes, pero no sabes cómo utilizarlos- dijo ella apoyándose sobre la espalda de la silla. Siguió un silencio.

-No sé Kall, es sólo que esto es demasiado, esto parece una broma, todo esto es tan irreal, sueños extraños, demonios, dimensiones, poderes.

-Lo sé, créeme que te entiendo. Cuando me enteré que me pasaba lo mismo, pensé que me estaba volviendo demente. Por suerte, mi padre estaba allí para mí. Y ahora, yo estoy aquí para ti. Sólo te quiero ayudar a que pases todo este trance Daren.

-Sí, bueno... supongo- dijo él- Así que, ¿Tú también pasaste por esto?- preguntó sin estar muy seguro de que era exactamente “esto”

-Sí, me sucedió hace unos tres años. Desde entonces, hemos estado yendo por todo el país, a la espera de los próximos en despertar.

-¿Siguiente? ¿Qué?- Se preguntó.

-Las cinco entidades, se llaman los legendarios. No sé muy bien por qué, pero lo son. Hay cinco de ellos; uno para representar cada elemento. Fénix para el fuego, Tsunami para el agua, Céfiro de aire, Neófito para tierra, y Oscurecimiento para la magia. Cada legendario tiene un conjunto especial de poderes que utilizan para ayudar a defender el mundo.

-Defender al mundo de los demonios- dijo el tratando de convencerse así mismo.

-Sí- dijo ella de la forma más casual.

-Y entonces ¿Qué elemento eres tú?

-Yo soy el oscurecimiento, soy avatar y señora de la Magia- dijo ella, haciendo una reverencia.- Yo puedo hacer lo que la gente llama magia. Es una fuerza en el universo que puede ser utilizado por prácticamente cualquier persona; sólo tienen que estar abiertos a ello, pero nadie logra hacerlo, sólo unas pocas personas pueden llegar a ser realmente poderosos magos.

-Cierto la magia con el universo- dijo en su típico tono irónico, el señor Marcus sólo estaba expectante, él no hablaba ni opinaba.

-Sé que es difícil de creer, pero ¿He sido de ayuda para ti?- Ella preguntó, él flaqueado en eso asintió- ¿Quieres que te muestre un poco de lo que hago?

-¿Qué quieres decir?- Preguntó Daren con cautela.

-Quiero decir que yo puedo mostrarte un poco de magia.

-¿Qué? ¿Sólo así?- Ella asintió con la cabeza, su sonrisa era deslumbrante.

-Palmae- susurró ella, una pequeña brasa de fuego apareció en la palma de su mano. Daren se sorprendió tanto que no pudo dar salto hasta el lugar de Kall.

-¡Mierda!- Dijo y Cerró el puño, se apagó la llama.

-Yo... ¿Yo puedo hacer eso?- Se preguntó.

-En cierto modo- Ella sonrió.

-Yo soy el fénix, ¿Cierto?- más que una pregunta, esta vez Daren estaba seguro de lo que decía. Ella asintió con la cabeza.

-Eres del elemento del fuego, tú eres avatar y señor del Fuego. Así que sí, tú eres el fénix- dijo confirmando lo que Daren intuía.

-Entonces desde ahora, me gusta en lo que me estoy implicando, dime ¿Qué puedo hacer?- pregunto entusiasmado, mientras regresaba lentamente a su asiento.

-Bueno, a sabes que tienes telepatía. Claro que también tienes otros poderes, como la telequinesis. Con entrenamiento serás capaz de invocar y controlar el fuego a tu antojo, la regeneración también es uno de tus poderes.

-Wow...- dijo Daren recostando su cabeza en la cabecera de la silla.- Si no fuera porque me siento un poco mareado, ya hubiera salido corriendo.

-Lo sé, me enfermé la primera vez también.

-No... No quiero decir eso, es que todo esto es raro y una locura, pero mis sueños lo que me acabas de mostrar, es que ¿Cómo se supone que me tengo que sentir? Digo no, soy señor del Fuego. ¿A dónde debo ir? ¿Seguiré con mi vida normal?

-Este... Daren...

-Este sí, quiero decir, como, ¿A dónde voy de aquí?, Soy un protector del universo que quiere ser atacado por los demonios- Él dijo recordando ese hecho. Kall se rio entre dientes.

-Sí, pero todavía tenemos que ir a la escuela, es una mierda, lo sé.

-Así que soy un fénix, pero quiero decir, ¿Realmente existen, no son una leyenda?

-Todos los legendarios son entidades, son seres. Ellos viven, piensan, hablan. Una vez que estés completamente despierto, será capaz de hablar con el Fénix. Todo su conocimiento estará abierto para ti. En algunas ocasiones, tu no aprovecharas de su poder, él va a aprovechar el tuyo. Antes ha habido momentos en las batallas, donde los legendarios se hacen cargo completamente de sus avatares. Ellos controlan su cuerpo, sus poderes, todo. Pero sólo hacen esto cuando se trata de una emergencia extrema. El resto ellos del tiempo se quedan inactivos.

-Así como, yo voy siempre tengo una voz en mi cabeza,  ¿Él podría hacerse cargo?

-El fenix será tu compañero para el resto de su vida, él querrá estar contigo siempre. Tú puedes hablar con él, sólo llámalo. Pero como he dicho, sólo asumen el control en situaciones extremas. Al igual que en una inferioridad numérica en la batalla, o cuando parece que todo está perdido.

-Así que nosotros ¿No tenemos control sobre nosotros mismos en este momento?- Él preguntó ligeramente sorprendido por esta revelación.

-Sé que suena raro, e incluso malévolo, pero confía en mí, si te ha escogido, es por alguna razón.- Daren sólo asintió ligeramente, todo era tan extraño.

-Escucha, hoy es viernes, si deseas, puedes pasar la noche aquí. Podemos empezar a trabajar en algunas cosas mañana.

-¿Pasar la noche aquí? ¿Estaría bien si me quedo?- él preguntó mientras Kall le sonreía.

-Sí, no te preocupes por eso, hay más que suficiente espacio aquí.

-Bueno, tendré que hablarle a mi mamá.

-Claro, está bien.

-Bueno ya llame a mi madre y ya me dio permiso. Entonces... tú me dijiste que en cada generación uno de todos los legendarios estaban vigentes en la tierra por medio de un avatar para así defender la tierra de los demonios.

Daren y Kall se encontraban en una amplia zona de ocio. El padre de Kall había ordenado pizza, dando a los cocineros la noche libre. Los dos se sentaron en la parte superior de la mesa de billar, comiendo y discutiendo su vínculo recién descubierto.

-Sí, la amenaza de la Dimensión Doce nunca ha sido tan grande. Así que, sólo uno habita en cada generación. La mayoría de las veces es sólo una medida de precaución. No ha habido grandes amenazas estas últimas tres generaciones. Además de las ocasionales pruebas que hubieron por aquí y por allá.

-¿Dimensión doce?- preguntó con curiosidad.

-Hay diecinueve dimensiones que han sido descubiertos por la organización en la que trabaja mi padre. La dimensión doce es la dimensión en la que se originaron los demonios. Después de una gran batalla, fueron desterrados de nuevo a otra dimensión.

-Sin embarga, una guerra como esa no sería capaz de pasar desapercibida por los seres humanos.

-¡Bingo! Nosotros lo conocemos como la Segunda Guerra Mundial- dijo ella.

-Espera ¿Estás diciendo que la Segunda Guerra Mundial fue una guerra entre los legendarios y los demonios?- Daren preguntó incrédulamente.

-Sí, Adolf Hitler no fue un legendario, pero Albert Einstein si lo fue. La Bomba atómica fue creada con el destino de ser un gran ataque, eso fue lo que finalmente puso fin a la guerra.

-Eso es una locura- dijo Daren, con un poco de risa.

-¡Lo sé! Al parecer, después de que los legendarios fueran capaces de desterrar a los demonios de nuevo a la dimensión doce ya no ha habido ninguna amenaza desde entonces- explico Kall.

-¿No ha habido amenaza dices?- Preguntó Daren. La sonrisa de Kall se desvaneció. Ella puso su plato de pizza detrás de ella en la mesa de billar y miró a Daren.

-El muro entre las dimensiones se rasgó. No sabemos cómo, pero la barrera que nos oculta de su dimensión está cada vez más delgada y más delgada. Los legendarios no saben mucho, pero ellos saben que algo está a punto de suceder. Más y más demonios han estado llegando, ya que la barrera esta débil. He tenido que luchar contra varios de ellos con la organización de mi padre en estos últimos meses.

-Entonces, ¿qué significa eso?- Daren preguntó.

-Eso significa que tarde o temprano, la barrera se va a caer- respondió Kall muy seria.

-Pero eso significaría, que al igual que hace tiempo, se llevaría a cabo una nueva guerra- Él dijo teniendo en cuenta todas las posibilidades. Kall asintió.

-Los legendarios están preocupados por esta dimensión. Tanto es su preocupación que enviaron a uno de todos ellos a la tierra.

-¿Uno? ¿Cómo de todos ellos?- preguntó un Daren más confundido que nunca.

-Sí, Ellos creen que los demonios están bajo algún tipo de nuevo ataque. E cree que es más potente. Los legendarios están preocupados, así que los legendarios han decidido despertar a sus avatares.

-¿Entonces, los demonios pueden atacar a los legendarios al igual que la gente normal?- Preguntó Daren  tratando de entender mejor.

-Sí. Es por eso que fue importante para mí encontrarte y explicarte todo esto. No sabemos cuándo se despertaran lo otros, pero cuando lo hagan, va a ser una carrera para encontrarlos.

-¿Una carrera? ¿Contra qué?

-Contra los demonios, de alguna manera, han influido aquí en los seres humanos, tienen una organización que han creado, prácticamente son los opuestos de la empresa en la que mi padre trabaja. Si no los hemos encontrado antes, tal vez sea porque ellos ya han sido encontrados primero.

-¿Estás diciendo que los otros podrían estar en peligro?- el cerebro de Daren ya no daba abasto.

-Sí, tenemos entendido que los otros avatares podrían estar conscientes de sus poderes, pero sólo es una suposición. Por el momento sólo sabemos que el ultimo despertar fue el de Céfiro, Señor del Viento, lo que no sabemos es que si será capaz de defenderse contra los demonios, y tampoco estamos seguros de que sepa mucho del tema.

-Al igual que yo- Dijo Daren.

-Sí, pero la diferencia es que ahora tú ya sabes lo que sucede, y podemos comenzar a entrenar, y así podremos encontrar a los otros.

-Sí, eso creo- dijo Daren un poco inseguro.

-Todo está igual que antes, sólo que esta vez es más fuerte, tienes que saber que las cosas que creías imposibles ahora son realidad y posibles, por eso era esencial de que supieras la verdad.

-Si... Supongo.

-Bueno... mira, ya es muy tarde, creo que deberíamos ir a dormir. Mañana será un día muy interesante- dijo Kall bajando de la mesa de billar.

-Sí, supongo que sí- respondió muy cansado Daren, su cuerpo y mente ya no daban para más, mucha información tenía que procesar.

Siguió a Kall a la habitación donde él se quedaría esta noche. Ella encendió las luces y le mostró los lugares esenciales que eran el baño y la habitación, todo era tan elegante y hermoso. Ella sonrió y cerró la puerta detrás de ella.

-Buenas noches, Daren Clower- Daren pudo escuchar el pensamiento de Kall, sonrió.

-Buenas noches- Después de eso Kall se retiró dejando a Daren solo en la habitación.

Tiró de la colcha pesada de la cama y se puso en medio de las sábanas. Sus pensamientos eran reflexionar sobre la información que le habían dado en las últimas cinco horas. Todavía era tan increíble todo lo que le habían dicho, pero él sabía que todo era cierto. Cerró los ojos cuando dejándose caer en un sueño profundo.

Su sueño no tardó en volver, ya que el fuego se apoderó de él. Vio el fénix y el oscurecimiento, esta vez juntos, el pájaro de fuego y el cuervo como si esta vez ya se conocieran y compartieran el mismo destino.

Bueno Daren, entrena mucho, porque lo necesitaras más de lo que piensas.

Continuará

-DarkAngel-

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Bueno amigos lectores espero que les haya gustado este relato, en serio fue y sé que seguirá siendo un reto atreves de toda esta saga, mil perdones por si hay errores ortográficos o partes que no se entienden. Los invito a comentar y a valorar el relato, vamos que hacerlo no les tomará más de cinco minutos.