Los Juegos de Tía Paula (4)

Las lecciones de vida y amor a Christin...

A la mañana siguiente me mudé al puesto que estaba al lado de la plantación, era una vieja costrucción semejante a una torre o mirador, construído en sólida piedra, que al subir a su cúspide, el observador podía admirar casi todo el valle y el río serpenteando en él. Almorzábamos juntos como una secular familia, en realidad era el amor lo que nos unía, y esos tiempos de trabajo y abstinencia no hicieron más que afianzarlo y consolidarlo. Solo por el amor pudimos concretar todos los objetivos fijados, con alegría y ahínco. Luego de almorzar descansaba un poco y volvía raudo a las tareas, creo que mi traslado al puesto fue en el momento oportuno.

Cenaba con algunos peones que se quedaban a dormir en las caballerizas, me gustaba confraternizar con ellos, era gente muy buena y que no rehuía el trabajo duro. Entre ellos se hallaba Herrera, capatáz y mi mano derecha. Era un viejito que tenía tal sabiduría en le cultivo de frutales que era incomparable. Al rato de cenar y cuando la peonada se disponía a dormir, iba a visitar a mis mujeres. Me quedaba en la cocina con Christin, besándonos y tocándonos, como buenos novios en un pórtico.Y cuando las cosas comenzaban a caldearse, tía intervenía, como suegra sargentona, recordándonos los beneficios de la abstinencia y los objetivos fijados. Sin duda tenía razón. A continuación me acompañaba hasta la galería a lo largo del patio y reclamaba sus derechos de amante, y de la misma manera que lo hacía con su hija, era equitativo con los labios y curvas de Paula.

-Oh , mi amor ! Bueno... seamos amantes recatados..., un esfuerzo más-, decía abotonando su blusa-, un poco más y viviremos lo mejor de nuestras vidas.

-Si, Paula, tienes razón. Es que sábes como las quiero a ambas ? Que descances

Paula, te quiero...

-Que descances Derek. Vuelvo rápido porque seguro que Christin Ann se está

metiendo mano en vez de estudiar.

-No vayas a cambiar sus manos por las tuyas, Paula.

-No, no sábes lo que me cuesta... entérate que dormimos separadas. Aunque tiempo despúes me confesó, que viernes y sábados dormían juntas; no era cosa de descuidar su instrucción sexual !

-Y tú no te masturbes guárdala para nuestros niditos, si ?

-Puedes apostar por ello. Hasta mañana !

Tres largas semanas transcurrieron, la última sin vernos siquiera, realmente el trabajo era duro día y noche. Una mañana Paula y Christin vinieron al puesto y pidieron por mi, yo estaba campo adentro y volví a toda prisa con el mensajero temiendo pasara algo grave. Una vez a solas me mostraron una carta de tío Robert en donde les decía que las abandonaba y que estaba tramitando la separación. Anteponía como excusa el hecho de que yo me quedaría para protegerlas y ayudarlas, ahora que las cosas se habían encaminado.

-Cómo te sientes ? -, le pregunté consternado a Paula.

-Aliviada..., me evitó tener que echarlo cuando regresara. Cobarde.

-Y tú Christin Ann ?

-Mira, en dieciseis años, aunque me colmó de regalos, nunca lo tuve cuando más lo necesité.

Es mejor para todos que se vaya sin problemas. Que esté o no... , qué diferencia?

-Bueno, entonces está decidido, un problema menos.- repúse.

-Felices ? -, prenguntó Christin.

-Felices ! -, el grito resonó en la torre.

-Cambiando de tema sobrino, cuánto falta ?

-Hoy salen los últimos diez camiones, firmamos con la enlatadora y terminamos.

-A ver...? Faltan dos dias para el cumpleaños de Christin, además ya aprobó

todos los exámenes, asi que... ese será el día de la " Gran Fiesta" .

-Diecisiete añitos… Mocosa !

-Cuando te la chupo no me dices eso

-Christin ! -, Paula puso órden y continuó. -El sábado volveremos a estar juntos, será maravilloso, sellaremos nuestra alianza de amor.-, dispuso.

-Bien , por fin ! -, Christin de un salto, rodea mi cuello y me besa fogozamente. Inmediatamente, hace lo mismo con tía Paula, sorprendiéndola.

-Christin Ann ! Que nos pueden ver...

-Es que no doy más... , Paula Erika ! -, le contestó con vos profunda y entrecortada, con un gesto entre súplica y demanda.

Sonrió embelezada al escuchar a su hija llamarla por primera vez por sus nombres en un acercamiento semejante y se rindió a sus besos.

Me acerqué a la ardiente pareja y comencé a acariciar sus traseros, uno con cada mano.

-Christin... -, suspiró Paula.

En ese acto dejaron, definitivamente, de ser lo que geneticamente eran y como crisálidas emergieron como amantes...

-El sábado tu primo y yo, no pararemos de darte orgasmos hasta que te desmayes ! -, Paula acariciaba la cara de la atrevida adolescente, que de mientras y como al descuido le había perdido las manos dentro de la camisola.

-Además tendran que contarme lo del "pasaje estrecho"... Lo prometieron, no ?

-Claro que si. No solo te lo contaremos, sino también, podras sentir toda la lechita de Derek dentro de tu cuerpo...

-Paula ! -, los besos de Christin fueron sencillamente voluptuosos.

Debo confesar que el esperado acontecimiento hubiera comenzado allí mismo, de no ser por los gritos de un peón demandando mi presencia.

Unimos nuestras lenguas en un jugoso y último beso. Seguía sin creer lo que vivía , aunque indefectiblemente era el protagonista... Nos despedimos.

Teníamos por delante un ardiente verano.

Christin Ann Paula Erika

El sábado llegó y su noche nos encontró cenando ligeramente con buen vino

dulce, habíamos covenido en que dormiríamos una larga siesta para estar

bien descanzados. Por mi parte la tomé en el mirador, pues debía recoger mis

cosas, y cerrar el puesto hasta la próxima cosecha. Lo echaría de menos,

porque me sentía verdaderamente a gusto allí.

-Por nosotros ! Por nuestro amor ! Felíz cumpleaños Christin Ann ! -, arengó Paula.

Levantamos las copas y de una vez vaciámos los contenidos con un golpe.

Tanto Paula como Christin estaban ataviadas con finas batas de seda china con lazo a la cintura y zapatos clásicos de tacón tía sabía que me excitaba de sobremanera verla pasearse desnuda con esos zapatos.

Asimismo me veía envuelto también en una bata liviana. Pasamos a la gran sala, donde comenzamos con Christin a bailar. La sala había sido literalmente minada con un sinfin de candelabros y portavelas, que con el cálido resplandor que esparcían los cilíndros incandescentes tornaban en más que acogedor el espacioso lugar. La música melosa nos envolvía , nos pegoteaba , nos adhería. A esa altura de los acontecimientos los sopores del dulce vino reinaban absolutos sobre nuestros sentidos.

No pasó mucho tiempo de sentir el roce de nuestros afiebrados cuerpos, para que nuestras bocas se juntaron en fogosos besos. Entre tanto Paula cómodamente sentada en un sillón, nos observaba con las piernas abiertas y los tacos clavados en el almohadón, sus dedos comenzaron a tensar los picudos pezones, y sus ojos vidriosos contemplaban nuestro apasionado abrazo. La penumbrosa y densa atmósfera ambientaba con lujuriosa seducción el clima de divino ritual que devengaría en una explosión de sexo salvaje. Susurré en el oído de Christin y ésta se sonrió maliciosa. Nos volvimos hacia el sillón y la abordamos. Comenzamos a chupar, como hijos aplicados, un pezón cada uno.

Paula nos acariciaba las cabezas enredando sus dedos en nuestras cabelleras , gemía:

-Más...fuer...te, chú...penme más... , cómanme ! Ohhhh!

Los ruidosos chupones y lamidas que proporcionábamos a las soberbias tetas hacían que gimoteara despacito. Al cabo de unos minutos empujó suavemente la cabeza de su hija, guiándola hacia su vellón, levantó su pierna derecha y la pasó por encima de la cabeza en su camino a la entrepierna. Una vez situada, clavó nuevamente el tacón en el almohadón afirmando su anterior posición.

Ante tal jugosa y fragante fruta, Christin extaciada, acariciaba con los dedos, urgueteando todos los pliegues, hasta que atacó con su lengua.

-Christi...mi amor...,ah ! Bien... asi más..., más rápido. Penétrame hij... Chris...

inténtalo, oh ! En...el...clí...to...ris...ah ! -, mi prima se esmeraba y a su vez comenzaba a masturbarse.-, atrápalo nenita, chupa...ah ! Más...nena, más !

Paula con su mano inmovilizaba la cabeza de su hija. Aunque no hacía falta, creo que Christin jamás hubiera querido dejar ese lugar. Por mi parte continuaba ensañado con los pezones, Paula se estremecía, se convulcionaba y no dejaba de acariciar nuestras cabelleras.

-Christi más !... , el cli... , to... méteme el de... dooooo... Me voy..., Ohhh ! Me gusta tanto... Aca...bo, ahhhh ! Ya viene...chup... los dedos... rápi... Ohhh... , ohhh... , ohhh... Los ado... ro, muerde... Más ! Ahghghghghghghggh !

La picoteábamos como buítres salvajes, la despedasámos, absorvimos su pasión gota a gota. En un momento, Christin trepó al sillón y juntos la ahogamos a besos.

-Como los quiero! Desnudémonos! Me gusta! Fffhhh ! Cómo me han encendido..!

Estaba poseída. Su cuerpo ardía,sus ojos revelaban una lujuria reprimida y recientemente liberada.

Las batas de seda volaron cual banderas florentinas describiendo raros arabescos al caer. Nos encontramos abrazados de pie, besándonos y explorándonos, como las ninfas de Boticcelli . Jugábamos extaciados, nos mimábamos estrechando más y más el abrazo.

Besaba a Crhistin Ann, Paula la acariciaba más allá de su vello púbico... Christin se extaciaba. Besaba a Paula, su hija se recuperaba y se inclinaba para chuparle los pezones y estrujarle las tetas... Paula gozaba. Asi, como en un sinfín...

Mientras madre e hija se besaban, hundí un dedo en el cálido ano de Paula, que no pudo evitar un elocuente respingo seguido de una sonrisa de complacencia.

-Ay ! -, el respingo fue esta vez de Christi. -Derek ! Que muchacho atrevido eres.-

dijo en tono de sorna y continuó suplicante. -Adelante te necesito más... .

Comencé suavemente a introducir por delante un dedo en su vagina, mojada y resbalosa.

-Pero...Paula ! -, farfulló al darse cuenta que la doble penetración era llevada a cabo por dedos de manos diferentes.

-Tienes que aprender a gozar con tu colita, y a darnos placer con ella, una vez que lo logres... no lo podras dejar ! -, sentenció Paula.

-Pero...due...le.-, contestó entrecortadamente a causa del buen trabajo de mis dedos en su concha y mi lengua en su cuello.

-Quieres que lo saque, hija ?

-No ! -, respondió, mirando fijo a su madre, estrechando más nuestro abrazo.

-Christin, mira como me lo hace, tan bien, mi sobrino favorito....-, mi prima se puso en puntas de pie y fisgoneó por sobre el hombro de Paula.

-Me lo esta metiendo por el "pasaje estrecho", entiendes ?

Mi anular pistoneába a ritmo regular y tía separaba las piernas y se agachaba ligeramente sacando el culo, para facilitarme la tarea.

-Derek, es hora de iniciar a esta jovencita... Su culo arde !

Rapidamente nos desenlazámos y Paula tomó cuatro grandes almohadones del sillón bordeaux y los apiló en el suelo frente a él.

-Acuéstate boca abajo Christin Ann y déjanos hacer... será el mejor regalo de cumpleaños que hayas tenido en diecisiete años.

Mi adorable prima obedeció sumisamente y adoptó la posición mientras comentaba

-Paula puedo gozar por alli ?

-Si. Y hay que estar bien dispuestas porque parece que tu primo adora nuestros traseros, y a decir verdad a mi me encanta, acabo como una loca !

-Yo también acabo cuando me meten la lengua... -, se asinceró Christin, -Pero creo que él no va a meterme el dedo... - finalizó.

-Vas entendiendo...

Paula tomó una botellita verde y volcó un poco del vizcoso líquido en la raya del culo de Christin, comenzando a acariciar y untar las nalgas de su hija.

Las manos iban y venían por la zanja y alternativamente introducía los aceitosos dedos en el ano y la raja. Christin gozaba extaciada el lúbrico masaje.

-Ah! Por eso insis...tis...te con la lavat...Uhhhh !

Entretanto, tía me atrajo con su mirada, me acerqué. Tomó mi verga y la introdujoen su boca traspasándole abundante saliva, al retirarla, un delgado hilo transparente aún nos mantenía unidos.

Me cedió su lugar y me encaramé sobre las lustrosas nalgas, apoyé la roja cabezota y presioné ligeramente. El duelo era desigual,pero, en el primer embate la mitad de la cabeza comenzaba a desaparecer.

-Ay! Me duele...-, apremió sollozando.

-Aguanta Christin... aguanta.-, repliqué.

-Pronto pasará el dolor y luego comenzarás a tomarle el gusto.-, aseguró tía,pero obviamente, lo peor aún no había pasado, ya que un nuevo empuje y consiguiente avance de la barreta de carne le resultó todavía doloroso.

-Derek me desgarras !

-Christin... , escuchame... , ahora es cuando debes hacer fuerza...

-Fuerza ?

-Si haz como si quisieras hacer...

-Hacer qué ?

-Caquita nena !!! Vas a ver como entra...

-Ahhhhuuuuu ! Ese es el secreto… Se mete, se mete...

-Para que se meta debes hacer fuerza contraria y asi se te abre el culito… Animo hija , ya te lo metió hasta la mitad...

-Hasta la mitad ? -, inquirió aterrada. -Creo que me voy a desmayar...

Nuevas embestidas y sentí que el puñal terminaba de clavarse hasta la mitad entre las nalgas, por ahora más allá no iría...

-Ahora... te la irá sacando lentamente, olvida el dolor y trata de disfrutar, te ayudaré con algunos mimos en tu rajita. Recuerda cada vez que Dereck empuja... cágate y abrirás el culo como una flor...-, le dijo tía acariciando y separándoles los cachetes fascinada.

Christin profirió un grito, pero al mismo tiempo un deseo obscuro y potente la impulsaba a empujar para clavarse la estaca más y más.

De pronto sentí la cabeza de Paula golpeándome los glúteos, zambullida entre las piernas de su hija y antes de comenzar a chuparla me dijo:

-Sácala y métela despacio hasta que se dilate.-, fui retirando el dardo con pasmosa lentitud hasta casi sacarlo por completo y una vez más lo embutí hasta pasar la cabesota con mayor rapidés. Sentía como Christin dilataba el ano en cada embate... Desde abajo me venían los sonidos producidos por las furiosas chupadas de Paula en el chochito de su retoño.

El ritmo lento se fue acelerando poco a poco y comente: -Veo que ya no gritas, primita.-, aumentando el vaivén.

-Oh , oh...! Es di...vi...no, no...paren ! Uuffffff !

Christin Ann respondía ahora a mis embates, tratando de armonizar sus culazos.

-Siiiiiii...aca...booo, Pa...ula, oh ! Aggghhhhhh !

A su vez, mi naturaleza se rindió y mi esperma escapó, formando un hirviente manantial en el tórrido pasaje de mi amada.

-Te lle...no,Chris...toda aden...tro del cu...ah !

Los orgasmos fueron simultáneos e implacables, me desplomé sobre mi prima

y quedamos inmóviles.

Acostado sobre Christin y aún prisionero, comienzo a salir de mi desvanecimiento inducido por unos ligeros toques contra mis nalgas. Era una cosa caliente, húmeda, tierna y resbalaladiza que iba y venía a todo lo largo delsurco, y cuando pasaba sobre el orificio, me arrancaba un estremecimiento.

Aquella excitación volvió a despertar mis ardores, (además de la abstinencia ordenada por nuestra amada madre), e inicié de nuevo los calientes movimientos dentro de mi prima, la que sin voltearse y sin buscar la causa, acompañó con sus propias ondulaciones. Los roces tras de mi se aceleraron y la cosa

húmeda, ya sin duda la lengua de Paula, caliente y con capacidad de endurecerse, concentró sus movimientos sobre el contorno de mi orificio y luego sobre el propio anillo. Mi verga penetraba ahora con facilidad en el ano de Christin que recibía un nuevo tratamiento de ensanche. La lengua, tras de mi, entraba y salía de mi recto cual alakran enfurecido; de repente desapareció todo contacto.

-Sobrino, quiero mi parte de carne en la colita...-, me dijo tía mientras me tomaba por los hombros y me erguía sobre el trasero de su hija. Se colocó a horcajadas en la cintura de mi prima y se tendió hacia adelante, depositando sus tetas y su larga cabellera sobre el cuello y la cabeza de Christin.

Desembainé lentamente del culo más pequeño de la hija y en un mismo movimiento apoyé la poronga lustrosa en el ano de su madre, que en una sola y presta acción, se la empotró hasta las bolsas.

Tomada de los hombros de la jóven, Paula reculaba al encuentro del pedazo que la horadaba, semierguida, lujuriosa, imponente...

-Uhh ! Que pla... cer, dámela Derek fuer...teeee, siii ! Toda !

Por cierto, entre mi semen, el aceite y los jugos de mi prima, mi verga se deslizaba cómodamente lubricada en el recto de mi tía. El culo de Paula es dulce, muy dulce... Retiré hacia afuera la verga húmeda, sacándola de la flor casi por completo, antes de volverla a meter hasta el fondo, apretándome de nuevo contra las nalgas.

-Oh, por favor, sigue, sigue, métemela bien adentro !- rogó Paula, ondulando lasivamente. -Ahhhhh ! Ya la tengo en el fondo, querido. Es gruesa la muy cerda... Traspásame Derek ... Vamos !

Christin Ann sonreía ante el despliegue de vigor que se llevaba sobre ella.

-Vamos , Derek ... cógela bien... llénala... , llénala... Llénala ! -, murmuraba.

Los movimientos habían adquirido una armonía propia, es que con Paula la sincronización es perfecta, Christin nos alentaba y el clímax nos llegó al unísono y abrasadoramente, con los últimos culazos de Paula, me eché hacia atras sentándome en el suelo. Las piernas no me respondían, todo mi cuerpo era presa de un fuerte estremecimiento. La imágen de los dos culos superpuestos, drenando el néctar con que las acababa de colmar, me delitaba, me embriagaba...

Paula se incorporó, ayudó a Christin y luego desparramó algunos almohadones más en el suelo. Se dirijió en silencio, hacia la cocina,

y pude observar hilos perlados bajar del interior de sus nalgas, por los muslos.

Reapareció con una gran jarra de vino blanco, dorado, con trozos de frutas fresca dentro. Combinación deliciosa, y colocándola entre nosotros nos apremió: -Hay que reponer fuerzas... brindemos por nuestro amor ! -, levantámos las copas y comenzamos a libar despacio, henchidos de placer.

Bebimos generosamente ese gélido y reparador elíxir, desparramados en los cojines. Paula tumbada al lado de su hija le acariciaba los pechos y la miraba maliciosamente embobada, imaginando la cantidad de frutos prohibidos que iban a degustar juntas.

-Qué te pareció el nuevo placer que te prodigamos ? -, preguntó Paula, mientras acentuaba sus masajes.

-Ohhh ! Es divino... no me imaginé que... , por allí sería... , -Christin titubeó, buscando en nuestras miradas la culminación de la frase.

-Dilo, no temas, dilo como es, como suena... ,- apremió Paula. Su hija juntando valor e irguiéndose altanera, acomodó su espalda agitando sus dulces pechos en la acción, y declamó mirándonos a los ojos.

-Nunca pensé que sería tan excitante y que me gustaría tanto que me dieran por el culo...

-Bien ! -, gritamos al unísono con mi tía.

-Aunque todavía me arde por dentro, pero me gusta... , me gusta. -, bromeó haciendo el ademán de frotarse las nalgas.

-Y la leche dentro del culo... te gusta ? -, le espeté sin reparos.

-Espero que tengas suficiente, por que no pienso renunciar a este placer...

-Hey ! Creo que el "enfermero" tendrá una cola más para inyectar... -, medió Paula.

-Estámos adquiriendo hábitos... -, comenté en tono burlón.

-Perversos- siguió diciendo Paula, - Es bueno tenerlos, son la sal del sexo...

Pero ustedes entienden que todo lo que estamos haciendo es para nuestro placer y bienestar ? Cómo decirles cuanto los quiero y los necesito... Son lo mejor que me pasó en la vida.. No me dejen nunca ! -, finalizó tía emocionada.

-Ni lo sueñes, mamá... Estoy cada vez más segura que todo lo que puedo desear respecto al sexo, lo tienen entre las piernas y en sus lenguas... Bueno...

No solo había un abandono al desenfreno en lo que estábamos haciendo, también estaba la mutua adoración que nos profesábamos.

-Lo sabemos y seguiremos juntos , siempre juntos.-,dije.

-Aún haciendo lo que para otros es perverso... pero en realidad para nosotros es la vida... Nuestra vida.-, enfatizó Paula.

-Creo que en esta comarca nadie está a la altura de entendernos.-, murmuró Chris.

-No te creas -, repliqué – en materia sexual tienen sus cosas raras también, que por lo cotidianas no sé si son tan extrañas.

-Solo sé que aquí estamos y que me muero si no los tengo, que los amo mucho y me hacen falta... -, el asinseramiento de la adolescente nos conmovió.

Paula tomó entre sus manos la cara de Christin y se besaron tiernamente.

Las observé durante el angelical beso, era sublime, y de repente como llama que alcanza el combustible, Paula comenzó a provocar a Christin con su lengua y el sexo las consumió completamente.

Se besaron y besaron..., abrazadas. Los instantes transcurrían y sus labios se colmaban una y otra vez de húmedos besos, de lenguas serpenteantes. Y allí se quedaron semitumbadas besándose eternamente. En el fragor del abrazo, observé que Paula comenzaba a masturbarse. Dedos ágiles, precisos... Christin lo notó.

-Mientras Derek se repone... no quieres un masaje en la espalda, como los que te hacía cuando dormíamos solas, Paulita ?

-Por favor te lo pido… -, le contestó poseída por la lujuria más perversa.

Tía Paula era muy astuta. Al colocarse boca abajo, simulando pereza, situó un almohadón extra bajo su vientre, exponiendo asi, las nalgas en todo su esplendor.

-Por favor, por favor… Hazme acabar otra vez Christin Ann -, murmuró mi tía con desesperada mueca.

-Me vas a dar uno grande y bien mojado... -, sentenció la jovencita.

Christin comenzó los masajes a la altura de los riñones, descendiendo lentamente con las caricias a las nalgas , y en unos instantes de convidarse con el banquete que los turgentes hemisférios le ofrecían, sumergió la cara entre ellos, chupando y besando con aplicada pasión. Al comienzo en un discreto silencio, pero luego de unos instantes, las compuertas de tía Paula comenzaron a ceder y los eflúvios salílicos, tornaron las lamidas y succiones en chasquidos sonoros.

-Ouuuh !, Derek... no sábes... Aaaaah !, por favor Christi, feuille de rose... feuille de rose... te lo pido. Es una exper... Oooooooh ! , me mata... come... chupa... feuille... Lame nena... Devórame !

Christin Ann se perfilaba más atrevida que su madre y sin duda, comenzaba a serlo. Tomó una copa,que aún contenía un poco de la melosa bebida, la volcó muy despacio entre las nalgas y libó tenazmente efectuando la feuille de rose.

La "nena" había asimilado más que bien las lecciones cuando yo no estaba, eso era evidente...

Claro es, que Paula no perdió el tiempo,y tomando mi flácida herramienta tiró de ella, obligando a todo mi cuerpo a acercarse a su cara.

Su boca inició las succiones, dándome una hermosa y agradable sensación, que traía a mi memoria el preciado recuerdo de mi infancia. Creo que Paula también disfrutaba de esa manera, su penetrante mirada lo evidenciaba.

Fui recobrando lentamente mi vigor, mi verga se hinchaba segundo a segundo bajo la sublime mamada de Paula, que ejercía en mi lo que ella recibía... me chupaba como la chupaban... desvastadoramente. Paula giró sobre si misma, colocándose boca arriba, ofreciéndole a Christin la empapada raja, como un altar que ésta adoraba devotamente.

-Ven Dereck... aqui, sobre mi pecho, cojeme las tetas... ven... entre ellas, si asi... penétralas... bien... como lo disfrutas puerco !

Se tomó las turgencias con ambas manos formando una gran raja en la que inqué mi poronga con sumo placer. Entre los globos mi venablo retozaba, embocando más allá en su boca donde era lamido y lubricado.

-Christi... mi amor, que bien lo haces... lame, más si... Los amooooo !

Pronto tía alcanzó la cúspide del placer, ondulando las caderas, gimiendo, y gritando cuanto nos amaba , habilmente llevada por su hija.

Nos recompusimos y entonces sí, nos ensañamos sexualmente con Christin, despues de todo su madre le había prometido desmayarla a orgasmos, y eso nos proponíamos... Habíamos encontrado dos estupendos oasis y en ellos saciábamos con renovada sed los afanes de nuestras bocas y lenguas. La colocamos en una correcta pocisión para no estorbarnos mutuamente y, yo empotrado entre las nalgas y Paula entre sus muslos, lambeteábamos con identica solvencia el culo y la concha de la mórbida jovencita. Recobrado mi ánimo, volví a hacerle probar los placeres de Sodoma y Christin se quedó rendida sobre su madre, jadeando y respirando entrecortadamente con todo su cuerpo sensibilizado hasta el punto que era imposible tocarla sin que saltara o se retorciera. Después de un par de desvastadores orgasmos múltiples la dejamos fuera de combate.

La noche transcurrió en un vertiginoso ritmo con Paula. Nos penetrámos, lamimos, chupamos, acriciamos e inundamos hasta extaciarnos y quedar rendidos y abrazados junto a Christin Ann que entreabría sus claros ojos, mirándonos con una sonrisa, totalmente satisfecha, sin poder mover un solo músculo.

Fotografía tomada el día domingo, en la tranquilidad de la tarde.

El domingo se presentó apacible. Nos bañámos y acicalámos generosamente el uno al otro. El sol se ponía cuando con un vaso de clericó , (asi llamaban a la deliciosa bebida) salí al balcón terraza del dormitorio de Paula. El valle estaba en sombras, el río brillaba más plateado que dorado y las montañas se azulaban, las colinas se recortaban contra el cielo, aún de un azul claro que poco a poco se iba tornando más y más obscuro y aparecía la estrella de la tarde.

Me sentía satisfecho y henchido de paz y serenidad, de pronto me tomaron desde atrás..., era mis hembras; Paula y Christin me abrazaron y nos quedamos contemplando la puesta de sol, quietos y en silencio. Juntamos unas tumbonas y nos dispusimos a disfrutar la hermosa noche, que inexsorable se cernía sobre nosotros. Tía a mi derecha y su hija a mi izquierda, extasiados, lánguidos, nuestra relación iba más allá del sexo, nos amábamos.

Era perfecto, tan perfecto como increíble, aunque creo, que la pefección del triángulo obedecía al choque de nuestros destinos en el universo.

El tiempo transcurrió y la relación se fortaleció, se alimentó de puro amor y quedamos de acuerdo, ya que éramos un menage â trois, que haríamos sexo siempre juntos y en cualquier momento y lugar, siempre que fuera posible. Paula y Christin dormirían juntas y yo lo haría en mi habitación, de ese modo preservarían mi vitalidad y rendimiento. Venían a veces a la madrugada, ardientes, después de ponerse a tono entre ellas, y me abordaban sin miramientos ni pudores. O en ocasiones era yo quien las despertaba... unos breves escarcéos y terminábamos con los cuerpos hirvientes y entrelazados.

Una de esas noches acercándome sigilosamente, desnudo y con mi miembro bastante acalorado, al llegar a la puerta entreabierta de la habitación en penumbras, oí un diálogo que pintará, con diestra pincelada, los voluptuosos y desenfrenados encuentros de esos increíbles días.

-Christi...

-Qué ?

-Has lo que te digo.

-No, me estoy acariciando...

-Ven... te haré acabar.

-Si, estoy comen...zan...do, uoooh !

-No acábes ! Arrodillate en la almohada y tómate de los barrotes de la cabecera.

Ven, colócate, asi , eso es... Eres una viciosa zorrita.

-Asi ?

-Bien tensa ese culito... , más, si. Niña, estas empapada ! Eres un lago... ábrete más.

-Ahhhggg ! Pau... por... favor...

-Siente mi lengua, cariño... , siente como te chupa...

-Ohhhhhhhhggggg ! Empuja, empuja... Mmmmmm ! Qué entre, métemela Pauli.

-Imagínate una gruesa verga...

-Más dura, más... , me esta atravesando. La tengo dentro... chupa, chupa... paja, paja... !

A esa altura de la conversación yo ya estaba situado detrás de Christin, y no era la lengua de Paula la que ocupaba su ano palpitante. Siempre era bien recibido.

Con el correr del tiempo y los encuentros amorosos se fueron perfilando las preferencias para gozar y alcanzar cada uno su nirvana. Comenzamos a disfrutar de la vida, viajamos a Buenos Aires, recorrímos restaurantes, teatros y confiterías, gozamos minuto a minuto esos días de vacaciones, y además, aprovechamos para sellar algunos buenos negocios con respecto a los caballos de polo.

Durante el tiempo que estuvimos en Buenos Aires, Paula nos "exprimió", literalmente, noche tras noche, los empleados del hotel donde nos hospedábamos, se sonreían pensando en Christin y en mi, como en un matrimónio jóven que nos la pasábamos haciendo sexo. Nuestros semblantes se deterioraban, mientras el de tía se revitalizaba cual vampiro transilvanés.

-Es higiénico y de buena salud tener orgasmos por la mañana...-, nos decía mientras la amábamos en la ducha.

Cuando nos perdíamos en el placer de nuestros juegos, las dos mujeres se transformaban, su vocabulario, sus actitudes, se revelaban obsenas y voluptuosas, todo lo contrario de cuando estaban vestidas y en sociedad. De solo pensar como hechas una sola bola de carne sobre la cama, se martirizan a lametones... Ufffffff !

Algunas veces Paula se quedaba en su habitación y con Christin salíamos a dar un paseo. Recorrímos los rincones más secretos de la ciudad presentándole antiguos amigos que quedaban fascinados con ella, o más bien con su belleza...

Como creció nuestro entendimiento en esos días ! De regreso Paula nos esperaba ataviada con una larga bata de seda negra, ( habían renovado todo su

guardarropas..., mujeres al fin ! ) , recostada comodamente en la cama, leyendo algún libro o revistas de actualidad. Nos miraba al entrar por encima de sus dorados lentes.

-La ducha esta lista... no tarden, los extrañé... Cómo no sucumbir ante la visión de semejante mujer, eróticamente ataviada y con su lujurioso cuerpo expuesto bajo la fina transparencia ?

Christin y yo, como jóvenes adolescentes, éramos como calderas que tía Paula

alimentaba con el fuego de su pasión.

Cómo nos excitaba y predisponía ese tono mimoso y maternal. Obedientes nos duchábamos juntos, salíamos juntos del baño, y juntos nos recostábamos a su lado...

Paula se incorporaba y se situaba en el centro de la cama. De rodillas abría de par en par la transparencia y extendía los brazos, en un acto magnánimo de ofrenda...

Sabíamos como quería que la abordemos, en esa pose de sacrificio nos acercábamos y sin tocarla, sin tener mas contacto que con nuestras lenguas, le chupábamos los pezones. Al rato, la devorávamos completa...

Lo nuestro sería patológico ? La felicidad es patológica ? No hay duda que existen muchos tipos de felicidad... estábamos experimentando uno.

Paula... , su imponente belleza y su desbordante lujuria nos fascinaba... (Sheraton Hotel, Buenos Aires 1973)