Los Juegos de Tía Paula (2)

La historia continua en el sur...

Capítulo 2

La muerte de mis padres en un accidente automovilístico en Europa, me produjo una gran depresión. Mi vida se sumió en la desesperación, no pude comenzar los estudios terciarios ni encaminar mi vida. Me había refugiado en casa de mi abuela paterna, pero ésta se había desequilibrado bastante, era lógico, la convivencia resultaba imposible, nos peleábamos casi a diario. Una noche de atribulados pensamientos, recordé la invitación que me hicieran oportunamente mis tíos, de viajar a la hacienda, la habían formulado luego de las exéquias funerales y francamente en esos patéticos momentos las palabras pasaron por mis oídos, pero no quedaron en mi mente. De todos modos parte del establecimiento, ahora, me pertenecía. Me contestaron con una sentida carta, explicándome que las cosas andaban regular y que los campos se hallaban un poco descuidados, porque en ocasiones tío permanecía ausente por varias semanas.

Seria posible ir a vivir con ellos? Siete años habían pasado desde la última vez que estuve en la plantación. El sobre contenía un giro para el pasaje, me sentí aliviado, vendí algunas cosas y junté una buena suma de dinero, cerré la casa de mis padres y partí.

En el viaje no pude dormir, me la pasé tratando de recordar las cosas que habían pasado en mi infancia, claro que esas imágenes habían servido de desvelo a algunas noches de mi primera adolesencia. Estaba confundido. Me preguntaba como sería la reacción de mi tía, razoné que lo mejor sería demostrar que no recordaba nada, seguramente la avergonzaría. El sueño me evolvió en su profunda oscuridad, el arrullo de las turbinas del avión cumplieron su cometido.

Por fin llegué al pueblo, con mucha fortuna , pues luego de un ajetreado viaje desde el aeropuerto provincial, al primero a quien pregunté como hallar los campos era al jefe de correos, que se ofreció gustoso a acercarme a poco de decirle quien era yo. Me dejó a pocas cuadras de la entrada principal custodiada por añéjas coníferas, cubierto de polvo y sudoroso me encaminé hacia el futuro... Por casualidad tio Robert se encontraba en casa, asi que tuve la mejor de las recepciones, lloramos un poco fuertemente abrazados, intentando recomponer nuestro estado de ánimo.

-Esta es tu casa, aqui empezarás una nueva vida...-, sentenció tío Robert

y nunca pensé que sus palabras se cumplirían tan certeramente.

Se carneó un cordero y mientras tía Paula lo adobaba, tío me llevó al pueblo presentándome ufano ante sus amigos.

Al transcurrir del tiempo me di cuenta que yo representaba el hijo varón en la familia, Paula luego de tener a Christin Ann no pudo concebir más hijos y de modo evidente me transformé en el preferido de la casa. El trabajo era duro y por lo tanto no había un momento de descanso, tío Robert hizo los arreglos para poner a mi nombre la parte que me correspondía del establecimiento, otorgándome mayor responsabilidad.

Tía se ocupaba de los pocos caballos y animales que teníamos y yo, con algunos peones,tratábamos de volver a su antiguo esplendor los campos de frutales.

Mi prima Christin en cuarto año comercial, luego de regresar del colegio se refugiaba en su habitación y no se la veía hasta la cena, entre tanto tío Robert se ausentaba por largos periódos y a su vuelta siempre traía regalos para todos.

Los días que estaba tío Robert, al atardecer, íbamos al club social a observar y a jugar interminables partidos de bochas amenizados con reñidos encuentros de truco ; por la noche, asado criollo.

Aquello se hizo una rutina, me olvidé de la dolorosa circunstancia que nos reuniera, poco a poco mis tíos fueron llenando el vacío de mis padres y mi prima el de una hermana. Bastaron seis meses para que pareciera que había nacido allí y era uno de ellos. Siendo un adolescente de dieciocho años no podía refrenar mis impulsos íntimos y aunque terminaba rendido luego de las tareas, era tanto el ardor sexual que sentía que me masturbaba una y hasta dos veces en mi cuarto o en la ducha. Por pequeños que fueran los alicientes, un muslo, el surco sudoroso de los senos, el contorno de un trasero eran suficiente incentivo para almacenarlos en mi memoria y proyectarlos en el éxtasis de mis eyaculaciones. Alternaba mis emisiones dedicándoles mis pensamientos a Paula ó a Christin indistintamente y con el correr del tiempo a las dos, sus dos nombres salían de mi boca como los chorros de leche de mi verga.

Cuando mi tía tomaba mi brazo como si fuera el de su hombre, fingiendo apollarse con todo su peso, como para probar mi fuerza, notaba con delicia el opulento y abombado corpiño que me oprimía con su elástica redondéz.

Nunca les hice notar mis apetitos sensuales, ni mi impulso viril, pero a veces el bulto bajo mis pantalones era algo practicamente inocultable.

Al irse tío Robert a sus períplos lo extrañaba y tía Paula, poco a poco, se convirtió en una madre sin proponérselo , me mimaba y consentía haciéndome notar un trato diferente de cuando tío se encontraba en casa. Una noche tía Paula me despertó diciéndome que había escuchado ruidos raros fuera de la casa.

Con cierto temor, escopeta en mano, salí a mirar por los alrededores y luego de un rato regresé sin encontrar nada anormal, se lo informé, pero ella continuaba asustada. Un relámpago iluminó el bosquecillo y tronó violentamente, ambos fenómenos anunciaban una fuerte tormenta.

Vi el rostro de tía Paula... , parecía que el rayo se había descargado sobre ella, el terror distorcionó sus facciones y su mano se aferró a la mia como la de un ahogado a su salvador.

-Sábes , que le tengo pavor a las tormentas, me parece como si todo mi ser ardiera, en estos momentos necesito que me protejan... Ven quédate un rato haciéndome compañía, hasta que se me pase.

Acepté porque quería dormirme rápido, habíamos estado podando árboles todo el día y estaba rendido.

El clima estaba superpesado, muy húmedo, entramos en su habitación y me indicó que me recostase, apagó la luz y un minuto despúes se acostó. Comenzó la charla acerca de las tormentas y el miedo, yo la escuchaba entre sueños.

-Lo de mi claustrofóbia, sábes ? ,te agradezco tanto que estés aquí, me hace sentir tan bien... Te acuerdas de nuestros "jueguitos" ?

Al escuchar esas palabras recobre de inmediato la conciencia, nervioso y sobresaltado sin atinar siquiera a moverme. Silencio, interminable silencio...

Con mis ojos, acostumbrados ya a la penumbra reinante , escudriñaba la habitación tratando de concentrarme para evitar la tentación de abalanzarme sobre ella.

De pronto se aproximó y me puso uno de sus brazos sobre el pecho, allí sentí el roce de sus grandes senos en mi cuerpo, los tenía desnudos para mi sorpresa , (al apagar la luz no tan solo la bata se había quitado) , un aluvión de recuerdos me sobresaltó. Mi miembro se endureció y por mucho que intenté no tentarme, no logré la deserección, al contrario los sentimientos contradictorios aumentaban más mi excitación. Nuevamente la saeta eléctrica y el estruendo.

-Ay , Derek que susto ! -, y en un arrebato intercaló una de sus piernas entre las mias. Sentí el roce de su vellón contra mi carne, no daba más, mi rabo latía y el short iba a estallar !

-No me dejes Derek -, percibí un leve temblor de su mano en mi pecho, húmeda fría , trémula....

-No tía-, balbuceé.

-Eres el hijo varon que no tuve..., es una suerte que hayas venido a vivir con nosotros. Te quiero mucho !

-Si...,yo también -, tome su mano que no cesó de temblar en espasmos intermitentes.

-Las noches en que esté sola, podrás venir a mi cama, a que te mime,te gustaría ?

-Si, me haría bien...

-A mi también. No me gusta dormir sola.

Inflamado, mi mienbro le contestaba con furiosas estocadas, que inutilmente

castigaban mi short. Durante unos segundos tía Paula quedó callada, se incorporó estuvo asi un instante y subitamente descendió tal como si viera en la oscuridad, bajó de un tirón mi pantaloncito y su boca apresó mi verga que chupó y succionó con groseros ruidos. Deliré. No faltaba mucho para el desenlace, la tortura de tener esas poderosas tetas rozándome, los recuerdos, los olores, los sabores... Todo contribulló para ayudar a generar una violenta eyaculación. Sentí como su suave boca colectaba cada chorro de mi néctar, y en un ruidoso y gran trago, lo deglutió... Silencio.

-Esperé mucho por esto... -, sus palabras resonaron en mis oídos, mientras escurría mi verga y la chupaba a intervalos.

Paula prendió el velador y la mórbida luz amarilla inundó el dormitorio, terminó de sacarme el short y se incorporó de pie junto a la cama.

-Te extrañé... -, susurré.

Subió a la cama y se arrodilló frente a mi, desarmó su rodete y su cabello quedó suelto, reposando en sus hombros.

No dejaba de mirarme fijo, directo a los ojos, su cuerpo expuesto en toda su belleza, sus lechosas y enormes tetas... Uauuu !

Con su tamaño evidenciaban su peso, convexas , generosas... Pero por capricho extraño de la naturaleza desde sus bases se erguían altaneras hacia arriba formando dos conos que desafiaban toda ley de gravedad y que además se culminaban en puntudos pezones. Su fino talle, su tupida enredadera púbica completaban la vista de una diosa vestal.

Se acercó y me besó tiernamente en los labios, su lengua se introdujo en mi boca devolviéndome allí el íntimo sabor de mi esperma.

-Ya sábes como quiero que "juegues..." , te recuerdas ? Aunque ahora estas más crecidito... Te pediré más!

Se colocó sobre mi, invertida, y apretó su tajo contra mi cara.

Otra vez su humedad, su olor, su delicioso y exitante sabor, hasta ese momento me di cuenta de como lo había extrañado.

-Chupa, chupa. Pase lo que pase...-, musitaba entre gemidos ahogados.

Su clímax llegó con un sordo grito y con una leve compreción de sus muslos en mi cara, luego, habiéndose asegurado de mi renovado vigor, aferró con fuerza mi verga lamiéndola y saboreándola hasta dejarla lustrosa y brillante.

Se arrodilló a mi lado dándome la espalda, separó los muslos, giró el torso al tiempo que me decía :

-Tómame Derek... , por favor !

Era una súplica, un ruego. Tomé la misma posición detrás de ella y Paula se tragó la poronga con solo sentarse en mis muslos, iniciando un galope lento y contoneádo. Mi grueso pistón iba y venía entre los dos globos blancos, mientras gota a gota se escurría en las sábanas el exeso de lubricante requerido por el mecanismo. Mis dedos ansiosos aplastaban y pellizcában sus pezones,y además, las manos de mi ardiente pareja no estaban inactivas.

Con una apoyada en la cama luchaba por mantener el equilibrio que yo me empeñaba en romper con mis embates y con la otra procedía a una frenetica masturbación.

-Juega Derek ! Juega , juega , mi amor... , lléname de leche... , voy a aca... bar, muévete más mi vi... da, asi...., ah! Aca... booooo !

Quebró su resistencia, apoyó su torso en la cama y con sus puños crispados se aferró de las sábanas de seda azul. Tía cuidó bien de dejar su popa en alto y yo la trabajé sin misericordia, en cada embate sentía que me apoderaba de su cuerpo, mi verga se hinchaba y la empalaba tenazmente.

-Ohhh ! Estoy a punto de...

-Siiiii... Eyacula, eyacula querido mio, pero mantenla adentro... No la... sa... ques... Que... me... voy.... otra ve...ssss. Uuuuuuuuhhhhh !

Un caudaloso chorro de esperma inundó las íntimas profundidades de tía Paula. Jadeábamos como poseídos.

-No te dejo más, nunca más !! Ahhhhhhh ! Volveremos a jugar jun...tos siem... pre, jugar , jugarrrrr... aarrr... juuu... ooohhh !-, decía entrecortadamente por los sacudones de los consecutivos espasmos.

Tía Paula recordó todos los " juegos" esa noche, estaba amaneciendo y aún seguía chupándome la verga fláscida, y yo, su sabrosa gruta. Por fin se abrazó a mi y nos dormimos. Ni siquiera escuchamos a Christin que, como hacíamos diariamente, desayunó y se fue a la escuela.

Mi prima quizás se sorprendió, porque ni su madre, ni yo , nos encontrábamos en el living para desayunar. Rosario, discretamente evadió la contestación, ante la inquisición de Christin, lo que motivó a ésta a efectuar la busqueda.

Golpeó la puerta del cuarto, y lejos de alarmarse Paula se levantó serenemente tomó una bata y ni siquiera se la puso. Se la arropó en el pecho y entreabrió la puerta.

Le brindó una sagáz excusa que Christin aceptó, marchándose tranquila.

Cerca del mediodía Paula me despertó con suaves besos que retribuí embelezado, estaba exausto, había vaciado mi licor cuatro veces en toda la noche y no daba más...

-Vamos arriba, remolón !

-No doy más ! Estoy agotado.

-Un buen desayuno, te repondrá.

-Espero que no se haya dado cuenta.-, comenté intranquilo.

-No te preocupes que Christin Ann se fue convencida.

-Debo haber enloquecido… Me parece que no esta bien haber hecho esto..., tío Robert no se lo merece !

-Qué cosa ?

-Ponerle cuer...,cuer...,cuernos.-, tartamudeé

-No son cuernos, tú y yo lo queremos, asi que es una manera de quererlo, de compartir su cariño.-, la respuesta me confundió.

-Qué ? Te parece ?

-Claro, es una manera de unirnos todos. Cuernos sería que yo me acostara con... no sé, suponte con un peón, un mozo de cuadra o alguien de afuera, no con su sobrino.

-Puede ser, pero... Estas loca ! -,respondí casi convencido, a pesar, de lo absurdo de su argumento, deseando que tuviera razón.

-Pero, pero , pero... , no hay ningún pero ! Me hiciste felíz , muy felíz y estoy segura de que gozaste como un loco... o no te gustó ?

-Si creo que desde ahora no podría vivir sin ti , Paula...

-Tu tío quiere que yo sea felíz. Siempre se queja y me dice que por culpa de su trabajo, de su vida yo no soy felíz...y anoche vaya que fui felíz, al quinto orgasmo perdí la cuenta ! Lástima no poder decírselo...

-No, claro.

-Que diferente sería el mundo, si pudieramos hablar todo.

-Si es verdad.

Me ayudó a ponerme una bata de ella con grandes flores, me dio un beso en mi naríz, estaba enchida de felicidad.

-Bajémos a la cocina prepararé algo.

Desayunámos. Afuera llovía tranquila y copiosamente.

Comence a observar detenidamente a Paula, su ondulada cabellera, sus profundos ojos azules, el escote de su bata, sus labios sorbiendo de la taza, sus dedos...

Sonreí.

-Qué te causa gracia ?

-Tu mano... -, respondí insidiendo con la mirada. Unas escamas secas quedaban en el dorso de su mano, restos de mi esperma.

-Ah ! , si es por leche, aqui tengo más.-, se abrió la bata y me señaló algunos vestigios más en sus pechos y vientre.- tengo por todos lados..., mira bien tengo más ?

Se volvió sobre si misma, deslizó la bata por su espalda hasta quedar hecha un bollo en el piso, se arrodilló sobre la silla y me mostró su trasero, la visión casi me cortó el aliento. Su culo era divino, ( y lo sigue siendo ! ), extraordinario, increíble, exquisito, sublime... Me faltarían palabras para describirlo en toda su magnifisencia. Formaban sus cremosas nalgas, simétricos globos oscilantes y perfectos que constituían un trasero de ensueño. Besé suavemente su espalda haciéndola estremecer de placer la tomé por la cintura y descendí. Al cruzar con mis besos la frontera de su talle, Paula tomó sus nalgas con ambas manos y las abrió. Ante tan hermoso altar comencé la adoración. Sobé, besé y lamí apasionadamente esas suaves carnes hasta llegar al lúbrico agujerito anal, rodeado de escaso vello, apenas perceptible.

Seguí con una sucesión interminable de agudos lenguetazos, abriéndome paso a la rosada confitura.

-Querido! Amor mio..., chupa, mete...la...len...gua, dura...dura !

Se agachaba lo más posible tensando más y más las nalgas, abriéndoselas con ambas manos y prosiguió.- Lo abro lo...más...posible, para...vos. Uhhhh !

Que sen...sa...ción ! -Paula cerró los ojos y disfrutó plenamente de la atrevida penetración, fuera de si por la excitación me incorporé, me saqué los pantaloncitos y poronga en ristre, intenté penetrar en el sodómico tunel. La humedad de mis lamidas y el almibar que destilaba Paula, hicieron desviar mi herramienta que se hundió suavemente en su vulva. Ordenó que no efectuara movimiento alguno y principió a hamacarse en la silla. Como unico nexo: mi miembro. Me aferré a la mesa, casi me derriva con sus culazos.

-Diántres Derek , que pedazo de carne tienes..!

Tomó mi verga con su mano, la sacó de la vagina, y la apoyó en su ano, la refregó un poco contra la roseta, pero no fue suficiente, entonces me ordenó:

-Saliva... , escupe un poco en el agujero... Asi... chupa un poco más... , con la lengua...

Lo intenté otra vez... , la cabezota se perdió en la estrecha abertura.

Deposité ambas manos en la abundante nalgatura y comencé a empujar mi falo en el hermoso culo de tía.

-Ohh ! Déjala quieta un momem...to, despacio déjame gozar y abrirme para recibir...la, toda , to...di...ta... .-, mi badajo estaba undido hasta la mitad y lo retuve allí, obedeciendo sumisamente el pedido de mi ardiente amante.

-No me desgarres, deja que me dilate...

-Qué culo tienes!

-Ahora siii ! Métemela lentamente, despacito po...quito...a po...co, ufff !

Al fin quedó empotrada por completo, solo mis testigos quedaron fuera, fuertemente fundidos con la parte periférica de las nalgas.

Mis manos buscaron aferrarse a sus exuberantes ánforas pectorales, como Paula se aferraba al espaldar de la silla, le estiré los pezones, pensé que se los arrancaría...

De improviso, cesó la inmovilidad y principió el loco rito de los movimientos, yo me meneaba hacia adelante y Paula lo hacía para atrás de manera que la pija emergía casi entera de su ojal, para luego, volver a sepultarse cuando ivertíamos los movimientos. Imaginé el ramillete de sensaciones que estaría experimentando tía.

Gradualmente los movimientos se hicieron más y más rápidos hasta llegar a un ritmo impresionante, el pistonéo era ahora frenético y mi rabo horadaba facilmente el ano de Paula.

-No te detengas ! Ahhh ! Aaasiiii... Si pudiéramos estar asi to...da la vi... da,uffff ! -, susurraba despacito.

Al alejarme de sus nalgas en la loca carrera hacia el orgasmo, observé los ágiles dedos de tía entrar y salir de su vagina, masturbándose con tesón.

-Aghhh !, sientate... sient... tate, Derek, voy a acabar... quiero sentirla toda...tod... Ahhhhhhh !

Desenvainé y me senté con la verga erguida esperándola. Se sentó sobre mi y se ensartó hasta los huevos. Mojó las yemas de sus dedos en sus labios y continuó con su tarea.

-Viene... ,vieneeee, viiieneeee... Si ! Aaacabooooo ! Uhhhggggg ! -, gritó

Saltaba sobre mi como una posesa , yo también me derretía en su interior.

-Ahi viene Paula... ,ohh ! Ya está...toma..., toma Christin... Chris... , toma... , toda la lecheeee !

Una mezcla de dolor y placer, y el recto de mi tía quedaba repleto con mi semen.

Luego de un instante se puso de pie y me increpó.

-Sobrino ! Me llenas a mi y piensas en tu prima !

-Perdóname es que yo...yo... -, balbuceé avergonzado. Avanzó hacia a mi, me tomó por el cuello y fingió aporrearme, me besó tiernamente y me dijo:

-No te culpo está tan linda, toda una mujer... Te masturbaste pensando alguna vez en ella ?

-En ella y en ti.-, le contesté atrevido, sentándola en mis rodillas salameramente.

-Hace más de un año que estas aqui, cuanta leche habrás desperdiciado !

Debe estar loca por ti.

-No te creo

-Mira la conozco bien y antes de que llegaras no se la pasaba encerrada dos horas en el baño, seguro que juega con su botón... y la comprendo, yo misma lo he hecho casi tres veces al día desde hace un tiempo.

-Desde el tiempo que desidiste que "jugáramos " nuevamente.

-Si, y como la primera vez fue un suplicio decidirme, por que no me abordaste ?

-Dudé... si me rechazabas...

-Imposible! No notaste mis miradas.- La besé tiernamente, y prosiguió.

-Y las miradas de Christin Ann, tampoco las notaste ?

-Si, las noté y me gustan.

-El domingo estuvo más de una hora en el baño, apenas se levantó y luego ni se había lavado la cara... Y que cara!

Nosotras eramos tres hermanas , si lo sabré... Podrías ayudarla Derek, a mi no me molestaría, al contrario.

-Lo dices de verdad?

-No hablo en broma.

-No lo se , pero..., es raro.

-No, no es raro.

Lo único que me interesa es que sea felíz, sea como sea, y hacer el amor es una de las mayores felicidades. Además contigo estoy segura tu no la heriras o lastimarás, en cambio un desconocido..., algún torpe...

Mira los peones solo andan con ovejas y los hijos de los hacendados andan con los peones... , por aqui es difícil. Y tú lo haces tan bien !

Nos besamos, creí que estaba en el limbo, y prosiguió. -Es muy importante la primera vez, sábes ? No te lo digo por experiencia propia, pero le puede tocar un imbécil que le produce algún trauma y le arruina la vida. No le harías el amor a Christin Ann ?

-Claro que si ! Pero, cómo se lo digo?

Mi amor ... , no pensé que eras tan tímido, no hay nada que decir, la tomas en algún sitio, o te metes en su cama... Pero eso sí, ten cuidado porque esa endiablada anguila que tienes entre las piernas...

-Y si protesta ?

-No creo, no te haz dado cuenta como te mira, se derrite por ti. Aprovecha.

La puerta de la cocina se abrió de repente y una Rosario distraida entraba como tromba

-Rosario !

-Señora !

-Retírate… , por favor

-Si Señora… Disculpe… -, desapareció como entró

Los ojos de Rosario no se pudieron abrir más ante el panorama de tía y sobrino en tan evidente situación.

-Y ahora… ?

-Ahora nada… Rosario me es fiel al máximo, quédate tranquilo… No dirá nada.

Se incorporó y se dirijió hacia el toilette. – Piénsalo… -, me dijo sonriente.

En mi muslo quedaban los rastros de mi más íntima escencia drenada por sus entrañas.

Nos bañámos a tiempo, pues por poco nos sorprende Christin.

-Se te pasó el malestar, mami? -, preguntó dejando el guardapolvo y las carpetas sobre la mesa.

-Si por suerte, era estrenimiento, pero ya lo solucioné. Creo que para siempre.

-Tú y tus lavatibas...

-Pero esta vez encontré la lavatiba perfecta..., además que temas delante

de tu primo ! No veo por que tienes que contar mis intimidades... .

Se rieron. Media hora después , en el almuerzo, continuaban las risas.

-Ves ? -, me dijo tía Paula guiñándome un ojo -Que lindo es verla felíz, hazle el amor Derek..., te lo pido

Paula Erika… fotografía tomada según sus directivas... , solo tuve que disparala! Por supuesto... en uno de los sillones de su habitación, y con mi camisa...