Los intrincados caminos de un amor (30)

Los intrincados caminos de un amor Capítulo 30

Los intrincados caminos de un amor

Capítulo 30

Patricia

Después de unos minutos, volvió Mariana a nuestra mesa y seguimos charlando y riéndonos hasta que se terminó la botella de champagne, por suerte no hubo ninguna insinuación, ni nada por el estilo de su parte.

Salimos de ese bar bastante picaditos los tres, nos reíamos de cualquier cosa mientras caminábamos en busca del auto.

-MARIANA: La verdad chicos que la paso muy bien con ustedes, son dos lindas personas y me gustaría poder compartir más momentos como este.

-PATRICIA: Claro que sí! Serás bienvenida en Mar del Plata cuando gustes venir!

-PABLO: Eso ya lo sabés! Cuando quieras!

-MARIANA: Ustedes también en mi casa, cuando anden por Buenos Aires, los espero!

Nos despedimos con un abrazo y nos fuimos para el hotel, cansados los dos, esa noche solo dormimos.

El lunes, después de la reunión de Pablo, fuimos a almorzar, y para cuando Mariana salió de su trabajo, nos despedimos y le dijimos que la esperábamos en casa para nuestro casamiento.

Llevamos a Mariana hasta su casa, tomamos unos mates con ella, llenamos el termo para el viaje y bajamos para irnos.

-MARIANA: Gracias chicos por darme tan buenos momentos! Los quiero!

-PATRICIA: Gracias a vos! Realmente la pasé muy bien con vos y esperemos verte pronto!

-PABLO: Guardate unos días y cuando vas a Mar del Plata para el casamiento, si querés, te quedás un par de días con nosotros!

-MARIANA: Me encantaría! Ya voy a arreglar ese tema!

-PATRICIA: Por supuesto que si estás con alguien, podés traerlo o traerla así le conocemos!

-MARIANA: Gracias! Pero no les puedo prometer nada! Abierta estoy a lo que se presente, ya veremos que me depara el destino, si un pitulín o una cuquita!

Nos reímos los tres y nos despedimos con un abrazo.

Recorrimos Buenos Aires hasta tomar la ruta, que por suerte estuvo bastante tranquila y llegamos a Mar del Plata a eso de las diez de la noche, compramos comida ya preparada y cenamos en casa.

No nos aguantamos y después de bañarnos nos fuimos a la salita a hacer el amor.

Recibimos el año nuevo en la casa de Valeria, éramos como veinte, pero estuvo muy agradable, pasamos un buen momento.

Yo estaba de vacaciones en el jardín, y solo deseaba que Pablo volviera de la empresa, lo esperé cada tarde con el mate preparado.

Fuimos varias veces a ver cómo iba la construcción de nuestra casa, me encantaba ver cada pequeño progreso.

A mediados de enero Pablo confirmó las reservas para el almuerzo en un hermoso restaurante, dónde nos armarían las mesas en la terraza debajo de unas sombrillas.

Lorena, la cuñada de Pablo, le avisó que vendría al casamiento, pero que esa misma noche se volvía para Rosario, al día siguiente, era el cumpleaños de su madre y quería estar con ella ese día.

Martina me avisó que ya tenían los pasajes para el jueves por la tarde y se quedarían en un hotel hasta el domingo.

Llamamos por teléfono a Mariana para decirle si quería quedarse en nuestra casa para no tener que gastar en hotel y nos dijo que le encantaría, que llegaría el jueves a última hora y se quedaría hasta el martes por la mañana. Con Pablo le dijimos que avisara a qué hora, y la íbamos a buscar a la terminal de Ómnibus.

Ya teníamos todo preparado, nuestra ropa lista, la reunión con todos los detalles también, la noche del miércoles, cuando nos fuimos a dormir, nos abrazamos y no pude evitar las lágrimas, haber pasado por tantas cosas, por tantos dolores, por tanta distancia y en este momento a horas de casarnos, me sentía la mujer más afortunada del mundo, de tener un hombre como Pablo, en ese momento le prometí a mis dos angelitos que jamás lo volvería a traicionar y que haría todo para hacerlo el hombre más feliz del universo.

El jueves por la tarde, Martina Y Felipe nos llamaron cuando estaban entrando en Mar del Plata, dijeron en qué hotel se hospedarían, y los fuimos a esperar a la puerta del hotel.

Cuando la vi llegar, la maté de un abrazo, me hizo muy feliz verla, a ella y a Felipe.

Ambos nos dijeron que estaban muy felices de vernos juntos y sobre todo de vernos tan bien.

Mariana nos avisó que el colectivo llegaba a las doce menos cuarto de la noche, y después de que Martina Y Felipe se ubicarán en su habitación, fuimos a cenar los cuatro.

La cena estuvo bárbara, Felipe y Pablo congeniaron muy bien, los escuchaba hablar y parecía que se conocían de años.

Después de la cena, los dejamos en el hotel y fuimos a buscar a Mariana a la terminal.

El colectivo llegó puntual, y pasadas las doce de la noche, ya estábamos en casa.

Le dejamos a Mariana nuestra habitación, y nosotros dormimos esa noche en la salita.

Por supuesto hicimos el amor, Pablo me dijo, " es nuestra última vez de solteros" y lo hicimos con todo el amor qué nos tenemos.

Al día siguiente Pablo nos despertó con el desayuno, el ya se había bañado y después era nuestro turno.

Desayunamos los tres en la cocina y me fui a bañar.

Después se bañó Mariana y me ayudó a secarme el pelo y a peinarme. Ella fue quien me maquilló y me ayudó a cambiarme. No había terminado de prepararme, cuando vi al bonito de mi futuro esposo, con su traje y corbata, estaba para comérselo.

Llegamos al registro civil media hora antes para conseguir lugar para estacionar.

Nos quedamos en la puerta mientras Pablo se fumaba un cigarrillo.

Los primeros en llegar, fueron Lorena y Sara, al ver a su tío, la pequeña corrió para abrazarlo, me enterneció hasta las lágrimas.

Nos saludamos con Lorena y con Sara, en el momento que llegaban Martina Y Felipe. Luego llegó Don Mario y su esposa, y me emocionó el abrazo que le dio a Pablo, cualquiera que los viera, diría que son padre e hijo.

Después llegaron Miguel e Irene, Valeria y Facundo y los compañeros de trabajo de Pablo y mis compañeras y amigas del trabajo. La última en llegar casi a la hora que teníamos que entrar, fue María Marta con su esposo, le di un fuerte abrazo justo en el momento que nos llamaron por nuestros apellidos y entramos a la sala.

Nuestros testigos eran Miguel y Martina, qué se ubicaron uno a cada lado nuestro.

Nos caso una jueza muy simpática, nos deseo la mayor felicidad, y en el momento que dijo, " los declaró marido y mujer" Pablo me rompió la boca de un beso, ambos con lágrimas en los ojos.

Salimos de la sala, todos nos saludaron y felicitaron, y ya en la vereda, la tradicional lluvia de arroz. Miguel era quién sacaba las fotos, nos sacamos con todos los presentes, en casi todas, Pablo aparecía con Sara en sus brazos, y no podía dejar de pensar, qué en sus brazos, podría haber estado nuestro angelito.

Después de los saludos y los buenos deseos, nos fuimos para el restaurante.

El almuerzo estuvo estupendo, una entrada con plato frío, después asado y por último variedad de postres.

Luego vino el brindis, y aunque no lo habíamos planeado, en cierto momento se escuchó el vals de los novios y Pablo me llevó a bailar. ¿Qué más puedo pedir?

Todos terminaron bailando el vals junto a nosotros.

La sobremesa se extendió casi hasta las cuatro de la tarde.

Miguel siguió sacándonos fotos con todos y en todas las situaciones.

Realmente estaba feliz, la pasamos muy bien, todos nos desearon felicidades, y cuándo ya salíamos del restaurante, le pedimos a uno de los mozos qué nos sacara una foto a todos juntos.

Nos despedimos en la puerta y cada uno se fue para su casa.

Con Mariana llevamos a Lorena y a Sara a la terminal de Ómnibus, invitándolas para que cuando puedan, se vinieran unos días a casa, me mató el “chau tía”. De allí nos fuimos para casa y nos recostamos a descansar un rato, en la noche nos encontraríamos para cenar con Martina Y Felipe.

Fuimos a cenar una de las cervecerías que íbamos siempre, los cinco la pasamos muy bien, nos reímos mucho y nos tomamos varias cervezas.

Pasadas las dos de la mañana, dejamos a Martina y a Felipe en su hotel, y volvimos los tres para casa.

-MARIANA: Chicos es su noche de bodas! No sean muy escandalosos!

-PATRICIA: Todas las noches son nuestras noches de bodas!

-PABLO: Tranquila que ni te vas a enterar!

Nos fuimos con Pablo a la salita, nos desnudamos besándonos y nos acostamos.

-PABLO: Esta va a ser nuestra primera vez de casados señora de Barrientos!

-PATRICIA: Eso quiere decir que a partir de ahora usted tiene los papeles al día para hacer con este cuerpo lo que usted desee!

-PABLO: ¿Lo que desee?

-PATRICIA: Así es caballero! Lo que usted desee!

-PABLO: Perfecto! Empezaré por hacerle el amor con todo el amor que le tengo y en esta oportunidad, me deleitaré con por lo menos tres orgasmos!

-PATRICIA: Adelante entonces! Soy toda suya!

Hicimos el amor, suavemente, recorrió mi cuerpo por completo con su boca y su lengua y nos hicimos el amor muy tiernamente, un sin fin de caricias, de besos y de penetraciones suaves. Tuvo razón y le di tres orgasmos maravillosos…


Pablo

Al día siguiente mientras desayunamos, preparamos todo lo necesario para irnos a La Lucila del Mar, Mariana se venía un par de días con nosotros. El viaje hasta el complejo era de más o menos dos horas.

Tomando la ruta once, Patricia arrancó con el mate mientras charlábamos y nos reíamos los tres.

Al llegar al complejo, toqué el timbre y el portón se abrió, recorrimos ese camino hasta la casa de la administración.

Debajo del alero de la galería lateral de la casa, nos esperaban un hombre y una mujer.

-PABLO: Hola Buenas tardes!

-GABRIEL: Buenas tardes, bienvenidos a “Mi destino” espero que su estadía en el complejo sea agradable, mi nombre es Gabriel y ella es Mora mi esposa, y estamos a su disposición durante las veinticuatro horas del día, para lo que necesiten!

Les presenté a Patricia y a Mariana y nos saludamos todos.

-MORA: Bienvenidos!

-PABLO: Seguramente la pasaremos muy bien! El complejo es hermoso!

Gabriel nos indicó cual sería nuestro departamento y hasta allí fui con el auto, mientras las chicas iban caminando.

Bajamos nuestras cosas y Gabriel me dio el control remoto del portón de entrada para que podamos entrar y salir cuando quisiéramos, me explicó todo lo referente al departamento, también que disponíamos de reposeras y sombrillas para llevar a la playa, que la pileta se podía usar las veinticuatro horas, que cualquier consumo en el restaurante tenía un descuento del veinte por ciento para pasajeros del complejo y por cualquier duda o consulta, marcáramos el cero en el teléfono.

El día estaba caluroso aunque amenazaba lluvia y los nubarrones cada vez tapaban más el sol. Después de cambiarnos, nos fuimos los tres un rato a la pileta, las chicas con sus bikinis y yo con un short de baño.

En un momento andaba Gabriel por ahí trabajando en las plantas del parque y me acerqué para hablar un rato con él. Me contó varias cosas del complejo, de cómo se había hecho cargo y de las modificaciones que había hecho, incluida la pileta climatizada.

A eso de las seis de la tarde, me fui a bañar mientras las chicas quedaron en las reposeras conversando con Mora, un rato después vinieron a bañarse y cambiarse para ir a cenar.

Decidimos cenar en el restaurante del complejo.

La noche pintaba calurosa pero con muchas ganas de llover y las dos iban con un vestidito corto de verano, y yo con una bermuda y una remera.

Caminamos cruzando el parque hasta el restaurante ya con las primeras gotas.

Nos pedimos algo para picar y unas cervezas, luego comimos unos platos de pescado, también con cervezas, y de postre, un flan con dulce de leche que compartimos entre los tres.

Ya en la sobremesa cuándo tomábamos un café, se largó a llover más fuerte.

Cuando salimos del restaurante riéndonos los tres, por las cervezas que llevábamos encima, decidimos caminar bajo la intensa lluvia hasta el departamento.

Ya empapados, se notaban perfectamente las figuras de las chicas con el vestido mojado.

Al llegar al departamento, nos quedamos un momento bajo el alero, chorreando el agua de nuestra ropa, un momento después entramos riéndonos como niños, cuándo Patricia entró, trajo toallas para los tres.

-PATRICIA: Nos va a hacer mal quedarnos con la ropa mojada!

Nos fuimos cada cual a su habitación a cambiarnos y volvimos al estar para charlar otro rato, me fumé un último cigarrillo y casi a las tres de la mañana, nos fuimos a dormir.

El domingo nos despertamos cerca de las once, con Pablo nos bañamos juntos y luego la despertamos a Mariana, nos cambiamos y fuimos a desayunar.

-PABLO: ¿Estamos a tiempo aún de desayunar?

-MORA: Claro que sí! Siéntense donde quieran y ya se los traigo.

Entre ella y Gabriel nos trajeron el impresionante desayuno, café, leche, mate, medialunas, tostadas, queso untable, mermelada, yogur, sándwiches de jamón y queso, budín, frutas y jugo de naranja.

Se podría decir que almorzamos con todo aquello.

-MORA: Chicos, le quería contar que esta tarde noche, en el parque hay una feria de artesanos y músicos locales y también el restaurante arma mesas y sillas para tomar y comer algo.

-PATRICIA: Que bueno! Vamos a ir a la playa, pero seguro después iremos un rato. ¿Siempre hacen la feria?

-MORA: Desde hace un tiempo, todos los domingos, al principio eran pocos puesto y venía poca gente, pero fuimos perseverantes y después de un tiempo, la gente se empezó a enterar y a venir. Bueno, si van, ya se darán cuenta, los espero!

Después volvimos al departamento, las chicas se pusieron las bikinis, yo el short de baño y con sombrilla y reposeras nos fuimos a la playa.

Cerca de las cinco de la tarde, volvimos para bañarnos y cambiarnos para ir a la feria.

Las chicas con dos vestiditos cortos de verano y yo con una bermuda y remera.

Ya cambiados, las chicas recorrieron un poco el predio mientras yo me fumaba un cigarrillo.

A la distancia, las vi hablando con Mora, sentadas en uno de los bancos de madera del parque.

A eso de las siete, empezó el movimiento, iban llegando los artesanos y armaban sus puestos, Gabriel armó una pequeña tarima donde se ubicaron una chica y un chico con sus guitarras entonando canciones melódicas.

La gente del restaurante, fue sacando mesas y sillas al parque y Gabriel encendió unas tiras de luces blancas que colgaban entre los árboles.

La verdad es que quedaba todo muy bien organizado, y al rato nomás empezó a llegar gente.

Las chicas volvieron donde yo estaba y nos fuimos caminando para la feria.

Recorrieron los puestos y compraron un par de cosas que les gustaron, luego nos sentamos en una de las mesas a picar algo con cerveza mientras escuchábamos la música del duo.

En un momento se nos unió Mora y charlamos animadamente los cuatro hasta que se acercó Gabriel con cervezas para todos y también se sentó con nosotros.

-GABRIEL: Esta ronda la invita “Mi Destino”

Agradecimos y chocamos los vasos en un brindis.

La verdad que el evento estuvo bárbaro, nos tomamos varias cervezas, charlamos un buen rato con Mora y Gabriel que nos contaron detalles y anécdotas del complejo.

Realmente eran dos personas muy amables y alegres.

Con Patricia recorrimos nuevamente los puestos y quiso comprarle un regalo a María Marta y mariana quedó hablando con Mora y con Gabriel.

Cerca de las once de la noche ya casi no quedaba gente, y mareaditos cómo estábamos nos volvimos al departamento.

Entramos y Mariana como con vergüenza nos dijo:

-MARIANA: Chicos, espero no lo tomen a mal, Mora me invitó a tomar algo a su casa, supongo la intención, pero como estoy abierta a lo que venga, quizás pase un buen momento y de paso los dejo solos para que se puedan entretener.

Nos reímos los dos y le dijomos:

-PATRICIA: No hay problema corazón! Aprovechá y disfrutá la vida!

-PABLO: Dale para adelante nena! Si te va la onda, aprovechá!

-MARIANA: Después les cuento! Por las dudas cierren la puerta del dormitorio, no sea cosa que vuelva y los encuentre haciendo las tareas maritales!

Nos reímos y nos despedimos de ella con un beso!

Nos despertamos el lunes como a las diez de la mañana, nos bañamos y después nos fuimos a desayunar, allí nos encontramos con Mariana desayunando y conversando con Mora.

Después del desayuno me fui al parque con Gabriel y charlamos un rato del complejo, mientras me fumaba un cigarrillo.

Las chicas quedaron en el comedor hablando muy animadamente, realmente eran muy agradables los dos.

Después nos volvimos a ir a la playa y ahí nos contó Mariana lo que había sido la noche con Gabriel y Mora, sin demasiados detalles, pero que la había disfrutado mucho.

Decidimos salir a cenar esa noche en algún restaurante para despedir a Mariana que al día siguiente por la mañana salía a las ocho y quince de la mañana, desde San Bernardo para Buenos Aires.

Nos vestimos más coquetos que en los días anteriores y fuimos a un restaurante que nos recomendó Gabriel en San Bernardo.

La cena estuvo excelente y pasadas las once de la noche, volvimos al departamento. Esa noche no hicimos nada, ya tendríamos más días para nosotros solos.

Mariana se despidió de Mora y Gabriel, prometiéndoles regresar, y la llevamos a tomar el colectivo.

-MARIANA: Gracias chicos por estos días, no sé si se va a volver a repetir esta experiencia con ellos, pero les puedo asegurar que nunca la olvidaré. Los quiero lindos! Pásenla bien los días que les quedan y seguimos en contacto!

-PATRICIA: Y nosotros a vos! Avisanos cuando llegues a Buenos Aires, así sabemos que llegaste bien!

-PABLO: Chau linda! Nos hablamos! Gracias por estos días! Cuando vaya para Buenos Aires te aviso y nos encontramos.

Volvimos al complejo, desayunamos y nos fuimos un rato a la playa, aún nos quedaban cuatro días en el complejo y los íbamos a disfrutar… y cómo!...


Patricia

El complejo era hermoso y Mora y Gabriel dos divinos.

Con Mora enseguida congeniamos, la verdad que es difícil no hacerlo, tiene muy buena onda y es muy simpática.

Esos días con Mariana, fueron muy divertidos, realmente la pasamos muy bien.

El martes por la mañana, después de desayunar, Pablo se fue con Gabriel al parque y yo me quedé hablando con Mora en el comedor. Hablamos de varias cosas y después de un rato, ya en confianza le dije:

-PATRICIA: ¿Fue intuición lo de Mariana o solo casualidad?

-MORA: Después de hablar un rato y de que me contara algunas cosas, me di cuenta, que está en una etapa de búsqueda, de encontrarse a sí misma, y cuando le conté como vivimos nuestra sexualidad con Gabriel, y le propuse que tomara algo con nosotros esa noche, ya me imaginé como terminaría.

-PATRICIA: No la conozco hace mucho tiempo, Pablo la conoció en Buenos Aires y se hicieron amigos, creo que se apoyó mucho en ella en sus momentos difíciles y en verdad que no puedo reprocharle nada, se sintió muy mal y ella lo bancó en ese tiempo. Sé que tuvieron relaciones mientras estábamos distanciados, Pablo me lo contó.

-MORA: ¿Y eso cómo te cae?

-PATRICIA: En otras circunstancias, me hubiera dolido mucho, pero él estaba solo y en ese momento ella estuvo para él, no me doy cuenta aún si ella está enamorada de Pablo, quizás no, Pablo me dijo un par de veces, que fueron dos solitarios que se encontraron y se hicieron compañía.

-MORA: Algo así me pasó con María, una mujer con la que Gabriel estuvo mientras estuvimos divorciados, y al día de hoy somos amigas y compartimos muchas cosas.

-PATRICIA: No se si llegaremos a ser amigas con Mariana, es posible, me cayó muy bien, me pareció una buena mina, de buen carácter y buenos sentimientos, hasta ahora no le he visto ninguna segunda intención, ya veremos.

-MORA: Espero que la pasen bien estos días y que les vaya muy bien en su nueva vida!

El resto de los días, lo pasamos realmente muy bien, nos volvimos a conectar los dos en todos los sentidos, el tiempo nos acompañó y entre la playa, el complejo y las noches de pasión, la pasamos realmente muy bien.

Al dejar el complejo, les dijimos a Mora y a Gabriel, que nos tendrían nuevamente por allí, nos había encantado el complejo y ellos nos habían hecho sentir realmente bien.

Me llevé agendada a Mora en mi teléfono para seguir en contacto, veía en ella quizás, a una futura amiga.

Volvimos a Mar del Plata ese dos de febrero, después de almorzar con Mora y Gabriel en el complejo y llegamos cerca de las cinco de la tarde.

Desde el lunes siguiente, Pablo trabajaría hasta la fecha del viaje, quería dejar todo arreglado para esas dos semanas.

La casa nueva iba viento en popa, seguramente para el mes de junio o julio, ya estaríamos viviendo ahí.

Los dos estábamos muy entusiasmados con nuestra casa, ya estaba techada y le habían empezado a hacer las instalaciones y a revocarla por dentro.

Antes del viaje a Europa Pablo quería dejar comprados todas las mesadas y los artefactos que tendrían que colocar en los baños, el lavadero y en la cocina.

A nuestro regreso ya empezaríamos a ver los muebles que nos hicieran falta, aunque habíamos decidido mudarnos con lo imprescindible, nuestros muebles y algunas cosas nuevas.

Antes de irnos, tuvimos una conversación con Pablo, nos sentíamos en nuestro mejor momento como pareja y a pesar de lo ocurrido, decidimos volver a intentar en un futuro no muy lejano, volver a intentar tener un hijo.

A pesar de tantos momento vividos, tantos reveces, tantas idas y venidas, tantas alegrías y tantos dolores, nuestro amor seguía intacto, no solo seguía intacto, lo sentía más profundo, más sincero, mas maduro, más entregado, más marcado a fuego en mi corazón… deseándolo eterno…

FIN


Epílogo

Pablo

Estaba más nervioso que nunca, solo en ese lugar, que daría por un cigarrillo en este momento! Con el ambo verde, el gorro también verde, el barbijo y los cubre calzado esperando en la antesala del quirófano, cuando la doctora me dio permiso para entrar y me paré al costado de Patricia, le tome la mano, la besé con el amor que le tengo y lloramos juntos.

Era el día más feliz de nuestras vidas, a punto estaba de llegar al mundo nuestra Alma…, sí! Alma Barrientos Miralles, nuestra hija, nuestra felicidad.

Ese jueves veintisiete de septiembre de dos mil diecinueve, que también fue tatuado en nuestros cuerpos junto a su nombre y el de nuestros angelitos.

Y sí!, fue en el viaje a Europa donde Patricia quedó embarazada, decidimos que se sacara el DIU días antes del viaje, nos sabemos muy bien si fue en Paris, en Madrid, Barcelona o en Londres, hicimos el amor casi todos los días de esas dos semanas.

A pesar del frio, el viaje fue estupendo, estuvimos unos días en Madrid, después fuimos a Barcelona, de ahí a París y luego a Londres desde dónde regresamos.

Unos días maravillosos al lado de la mujer que amo y que estoy seguro que amaré siempre.

Recorrimos mucho, caminamos mucho, conocimos mucho, nos sacamos miles de fotos y por supuesto hicimos mucho el amor, en todos los lados, a todas horas, estuvimos en lugares nocturnos muy picantes en Madrid y en Paris y por supuesto hicimos nuestras locuras, hicimos el amor en algún baño de un bar, nos tocamos y masturbamos en algún antro de la noche parisina, en el baño del AVE de Madrid a Barcelona, sí! nos amamos, siempre nos amamos.

Casi dos meses después de haber vuelto y ya con un atraso, hicimos el test de embarazo en casa y esas dos líneas rosas nos llenaron de felicidad, pero para que negarlo, también de miedo, pero en ese momento, decidimos estar más fuertes y unidos que nunca, sabíamos que podría volver a pasar, pero quizás nosotros ya no éramos los mismos que en el embarazo anterior, pero en mi interior, no sé por qué,  estaba convencido que nuestro hijo por fin llegaría para llenarnos de felicidad.

El embarazo transcurrió sin inconvenientes, con todos los cuidados y precauciones necesarias, Patricia tuvo licencia esos meses y yo trataba de llegar lo más temprano a casa.

Mientras yo estaba en la empresa contratamos a una chica qué acompañaba a Patricia todo el día en casa.

Por suerte nada pasó y para la fecha prevista, la doctora programó la cesárea. Estar en nuestra nueva casa, aun sin estar terminada del todo, y ver a Patricia dándole la teta a nuestra Alma me llena de felicidad hasta las lágrimas, nada, pero nada, podría cambiar eso.

Cuando nos mudamos, ya habíamos preparado la habitación para nuestra hija, pero al día de hoy, todavía no ha dormido en ella, tanto Patricia como yo, la queremos bien cerquita nuestro, su cuna pegada a nuestra cama del lado de Pato, para poder darle la teta durante la noche.

En ese tiempo que esperamos hasta que Patricia se recuperara de la operación, era ella quien se ocupaba de “su amigo” dándome unas mamadas de campeonato, siempre ocupándose de mi placer, tantas veces me dijo que ya recuperaríamos este tiempo.

La pequeña Alma, me tenía totalmente embobado, para cuando cumplió su primer añito, no pudimos hacer la fiesta que habíamos imaginado, ya la pandemia hacía unos meses que nos tenía guardados en casa, Patricia trabajaba dando clases virtuales desde casa, y yo seguí trabajando normalmente.

Llegar a casa era para mí, el mejor momento del día, durante la mañana, una chica cuidaba a Alma mientras Patricia daba sus clases, y luego de almorzar en casa se iba.

Decidimos que un tiempo más adelante, le daríamos a Alma un hermanito, pero por el momento, Patricia se había vuelto a colocar el DIU, queríamos dejar pasar un tiempo.

Nuestra vida sexual ha vuelto casi a la normalidad, salvo algunas locuras claro, aunque tenemos que hacer el amor, en el momento que nuestra Alma duerme.

En el tiempo que llevamos de vida juntos, tuvimos que pasar por muchas cosas, algunas muy tristes, otras dolorosas, momentos muy duros, de mucha incertidumbre y de soledad, pero también momentos muy felices, muy intensos y muy prometedores.

A pesar de todo, nuestro amor pudo más que todo aquello, y hoy con nuestra hermosa Alma en mis brazos, tratando de hacerla dormir, no puedo evitar las lágrimas de felicidad y todos los días al despertarme, le agradezco a la vida, a Dios, al destino o al universo haberme puesto en este camino y permitirme disfrutar cada momento con mis dos amores, los amores de mi vida…


Comentarios y agradecimientos

La historia está basada en dos personas reales, por supuesto con sus nombres cambiados, contada su vida por una lectora de esta comunidad en decenas de audios relatando los momentos de su vida, que humildemente y con su visto bueno, intenté volcar en estas páginas.

Ella tuvo la historia completa antes de que se empezara a publicar, y en sus palabras, leerla la hiso llorar varias veces, seguramente recordando los hechos.

Cómo comentario final sobre los protagonistas de esta historia, el día que se publicó el capítulo diecisiete, nuestra “Patricia” me mandaba un mail contándome que estaba esperando su segundo hijo, y me sentí feliz por ella, espero todo vaya bien.

Quedamos de acuerdo en seguir en contacto a pesar de no conocernos personalmente, de no conocer siquiera nuestras caras.

Un saludo especial para el autor jejen por sus consejos, sus comentarios, su crítica amena y muy valorada por mí, y por permitirme usar a “su Mora y su Gabriel” en los capítulos finales de esta historia.

Para muchos habrá sido una historia más, pero para mí el escribirla, me hizo seguir creyendo en el amor por sobre todas las cosas y en las oportunidades que se nos presentan en la vida, y que a pesar de todo lo que nos pueda pasar, si tenemos el coraje de vivirlas, nos hacen sentir vivos y en camino.

Muchas gracias a todos por sus críticas y sus comentarios!

Hasta pronto!

lolalp