Los intrincados caminos de un amor (14)

Los intrincados caminos de un amor Capítulo 14

Los intrincados caminos de un amor

Capítulo 14

Patricia

El primer día en que Pablo volvió a trabajar después de las vacaciones en Córdoba, me llamó Carlos diciéndome que teníamos que preparar un proyecto para un congreso que se realizaría en el mes de marzo y que tendríamos que empezar al día siguiente.

El dos de febrero, me encontré con Carlos en el sindicato y me dio un abrazo y un beso, que no me esperaba, muy afectuoso, y además me dijo que me había extrañado.

No quise ponerle demasiada atención a sus palabras, y asumí que me había extrañado como secretaria.

Pensé que el trabajo sería de un par de días, pero cuándo me explicó lo que teníamos que hacer, me di cuenta que era un trabajo muy grande, había que recopilar datos, hacer estadísticas, escritos, preparar una presentación y un discurso.

Trabajamos casi todos los días del mes, incluso algunos sábados.

Cuando empezaron las clases, me iba a buscar Carlos o algún auto del sindicato, a la salida del jardín para ir directamente  para el sindicato.

La relación con Carlos, se había estrechado tanto, que ya nos hablábamos como amigos, hasta un par de veces, ya en confianza, me decía, "no boluda" o " para boluda".

Almorzábamos todos los días juntos, si él me iba a buscar al jardín, almorzábamos en algún lugar, los demás días, pedía comida y almorzábamos en el sindicato. Creo que en ese mes, comí más veces con Carlos que con Pablo.

Cuando teníamos el proyecto más o menos armado, Carlos me dijo que si el proyecto salía como él pensaba, seguramente, sería el que se iba a presentar y que tendríamos que ir al congreso.

Además de todos los escritos, las presentaciones y las estadísticas tenían que estar también traducidas al portugués.

Cuando me lo dijo pensé que sería para enviarlo o mostrarlo en Brasil.

Recién cuando unos días después me dijo que nuestro proyecto era el que se iba a presentar en el congreso, me avisó que el congreso era en Río de Janeiro.

-CARLOS: Pato, el proyecto que se va a presentar en el congreso es el nuestro, y vamos a ir a ese congreso.

-PATRICIA: ¿A Brasil?

-CARLOS: Sí señora! A Brasil! El subsecretario y yo ya estamos confirmados, con nosotros también vendría Alejandra y vos por supuesto. Sé que lo tenés que hablar con tu marido, pero para mí sería fundamental que vos estés ahí, yo voy a ser el encargado de hacer la presentación, y el discurso de cierre y necesito que estés ahí conmigo, sos la artífice del trabajo y quien mejor lo conoce.

Aquello me sorprendió, gratamente por un lado, porque ir a Río de Janeiro, me daría la oportunidad de encontrarme con Martina, pero por otro lado lo tenía que hablar con Pablo y saber su opinión.

En el último mes nos habíamos visto muy poco, incluso a finales de febrero, hubo un viaje a La Plata, y decirle a Pablo que me iba una semana a Brasil, no sé cómo le podría caer.

Además de vernos poco, por el tema de la infección, el ritmo sexual que traíamos de las vacaciones, se cortó de golpe y estoy segura que lo debe haber sentido mucho.

No se lo conté el día que me enteré, ese día llegué a casa muy cansada y con dolor de cabeza, y sólo quería cenar y acostarme a dormir.

Al día siguiente llegué temprano del sindicato, y lo espere a Pablo con unos mates.

Cuando se lo conté, le conté que tenía la oportunidad de encontrarme con Martina, y que eso era lo que más me interesaba del viaje.

La verdad es que tenía miedo a su reacción, pero también sabía que él siempre me había apoyado en mis decisiones.

Por supuesto, no puso objeciones y se alegró de que pudiera ver a mi amiga.

En esos días hablamos varias veces del viaje, incluso me acompañó a comprar lo que necesitaba para llevarme.

Cuando faltaban unos días para el viaje, una tarde en el sindicato, Carlos me dijo que nuestra Partida se había adelantado, y que nos iríamos el seis de marzo a la noche, o sea, el día anterior al cumpleaños de Pablo. Con la cara que debo haber puesto, Carlos me pregunto si todo estaba bien, pero qué le iba a decir, ¿que no viajaba por estar con Pablo en su cumpleaños? Después de todo era mi trabajo.

Que el viaje se haya adelantado, me cayó muy mal, de haber sabido qué no estaría para el cumpleaños de Pablo, hubiera desde un principio, decidido no ir, y con Martina encontrarnos en algún viaje a Brasil con Pablo.

Pero ya había confirmado que iba, mi pasaje aéreo y el hospedaje en el hotel ya estaban confirmados, y además Carlos quería que esté con él durante la presentación, me decía que sólo confiaba en mí para eso.

Cuando se lo conté a Pablo, pude ver su cara, a pesar de que me dijo que no pasaba nada y que lo festejábamos a mi regreso, creo que no le cayó muy bien.

Encima del poco tiempo que habíamos pasado juntos en el mes de febrero, me vino esa maldita infección urinaria, y me privó de tener más encuentros sexuales con Pablo.

La última noche antes del viaje, aunque aún la ginecóloga no me había dado el alta, hicimos el amor, y después de tanto tiempo, Pablo volvió a usar preservativos, ya que el DIU me lo volvería a poner al regreso del viaje. Pero no quería irme tantos días, sin tener un encuentro íntimo con él, quería que sintiera que yo también lo necesitaba.

Llegó el día de irme y Pablo me llevó hasta el sindicato, saludó a Carlos y le presenté a Alejandra y a Roberto.

La verdad es que me sentía mal por irme y dejarlo, pero también me entusiasmaba el viaje y el encuentro con Martina.

A Pablo se le ocurrió hacer un video para saludar a Martina, y me encantó ese gesto, nos despedimos y subí llorando a la combi.

Durante el viaje le fui mandando mensajes, contándole por dónde íbamos, hasta que llegamos al aeropuerto.

Despachamos los equipajes y aguardamos el llamado para embarcar. Al subir al avión, me enteré que viajábamos en primera clase, que estreno! Volar por primera vez y en primera clase!

Se lo conté a Pablo en el último mensaje antes de apagar el teléfono para el despegue.

Alejandra estaba al lado mío, y Carlos con Roberto en los asientos de atrás.

-PATRICIA: Es la primera vez que vuelo, y estoy un poco asustada!

-ALEJANDRA: Tranquila! No pasa nada! cuando levanta vuelo es una sensación rara, quizás se te tapen los oídos, pero no más que eso. Yo he volado varias veces y cada vez me gusta más!

El vuelo duraba casi tres horas, cuando el avión empezó a ganar velocidad, me tomé de los apoyabrazos con fuerza, por el miedo. Alejandra se dio cuenta y me tomó la mano mientras me hablaba de cualquier cosa para que no pensara.

Efectivamente, se me taparon los oídos, pero cuando el avió ya tomó altura, me aflojé un poco y respiré tranquila.

Charlamos con Alejandra durante todo el vuelo, nos conocíamos, pero nunca habíamos hablado con ella, cosas personales. Le conté de Pablo y el tema de su cumpleaños y ella me contó que está casada con un agente de seguros ya hace varios años, que tienen un hijo y que en estos últimos tiempos, la cosa no iba muy bien entre ellos.

El vuelo se hizo corto, y cuando quise acordar, nos avisaban que comenzaba el descenso.

Tampoco me resultó tan traumático, y cuando aterrizamos, bajamos los cuatro, pasamos por las oficinas de migraciones y fuimos a esperar nuestros equipajes.

Ya en tierra, me aparté un momento del grupo y lo llamé a Pablo para saludarlo por su cumpleaños.

Hablamos un rato, hasta que Alejandra me hizo señas, que ya venía nuestro equipaje. Me despedí de Pablo hasta el otro día y retiré mi maleta.

En una combi, nos llevaron hasta el hotel. Por supuesto un súper hotel cinco estrellas en la zona de Ipanema.

Cada uno de los cuatro, tenía su habitación y por supuesto, eran espectacularmente lujosas, una especie de antesala con un escritorio y un office, un enorme baño con jacuzzi y un ventanal con vista al mar. Como quisiera disfrutar de algo así con Pablo!

Dejamos nuestras cosas y aunque era tarde bajaríamos a cenar al restaurante de hotel.

Después de la cena, Roberto dijo que se iba a su habitación a descansar, Carlos dijo de tomar un café y Alejandra dijo que también se retiraba. Quedamos Carlos y yo que nos tomamos un café.

Charlamos un poco del hotel, del lugar de las conferencias y mientras subíamos a nuestras habitaciones me dijo:

-CARLOS: Pato, mañana después del desayuno vamos a ir al centro de convenciones a ver el lugar y dejar nuestra presentación, para que la organización arme los turnos.

-PATRICIA: ¿Es lejos de acá?

-CARLOS: No muy lejos, es en Barra da Tijuca a unos veinte minutos de acá, ya arreglé el alquiler de un auto para estos días. Al medio día almorzamos en el hotel, y nos queda la tarde libre hasta el miércoles.

-PATRICIA: Entonces voy a aprovechar a ver a mi amiga Martina que vive acá en Rio, mañana a la tarde!

-CARLOS: Perfecto! Si necesitás que te lleve a algún lado me avisás, conozco un poco de Rio de janeiro, ya he venido varias veces!

-PATRICIA: Dale! Arreglo con ella y te digo, quizás diga de venir a buscarme!

Nos saludamos con un beso y entramos cada uno a su habitación.

Al día siguiente, luego de desayunar con Alejandra, nos fuimos los tres para el centro donde se haría el congreso.

Tanto el camino como el lugar eran hermosos, todo por allí era muy lindo.

Hacía calor y me puse una pollera no muy corta, una camisa gris y unas sandalias de taco bajo. Alejandra llevaba una minifalda negra y una camisa blanca que dejaba traslucir el corpiño blanco que tenía debajo, marcándole un buen par de tetas, bastante más grandes que las mías.

Llegamos al lugar, lo recorrimos, Carlos habló con la gente de la organización, dejamos nuestra presentación y después de un rato, nos asignaron nuestro turno para el día jueves a las cinco y media de la tarde.

Las jornadas del congreso se harían en doble turno en días alternados, algunos días por la mañana desde las diez hasta las trece, luego una hora para almorzar y continuaban algunos días, desde las dos hasta las seis de la tarde.

En el cronograma, también estaba programado un coctel para el viernes a las siete de la tarde y una cena con show y baile para el sábado por la noche, luego del cierre oficial del congreso.

El domingo por la tarde, a partir de las catorce horas, habría una muestra con paneles en exposición para intercambiar propuestas y experiencias entre los representantes de todos los países.

Volvimos al hotel, y almorzamos los cuatro.

Martina me había llamado para avisarme que me pasaba a buscar y que iríamos a pasear un poco por la ciudad y las playas y que me traería después de cenar.

Le avisé a Carlos para que estuviera al tanto y antes de entrar a las habitaciones en tono de broma, me dijo:

-CARLOS: Sos muy mala Pato! Me dejás solo!

-PATRICIA: No seas así! Quedan Roberto y Alejandra, podés estar con ellos!

-CARLOS: Tenés razón! Me quedo con Roberto que es un divertido bárbaro! Seguro me va a decir de leer algún libro o jugar una partida de ajedrez!

-PATRICIA: No seas malo!

-CARLOS: Era en broma mujer! Pasalo lindo con tu amiga!

Nos despedimos y me fui a cambiar, Martina me había dicho que podríamos ir a alguna playa, así que me puse la bikini, una remera, un short de jean y unas sandalias bajas.

A las catorce, me mandó Martina un mensaje, que ya estaba abajo. Cuando salí de mi habitación, me encontré con Carlos que también salía, pude notar como Carlos me pegó una repasada con la mirada, pero no le di importancia y salimos caminando juntos de hotel.

Al salir vi a Martina apoyada en un BMW, y al vernos, ambas corrimos a abrazarnos, antes de llegar a su encuentro ya iba llorando de la alegría.

-PATRICIA: Hola Marti! Que ganas tenía de este abrazo!

-MARTINA: Hola Patito! ¿Cómo estás corazón?

-PATRICIA: Feliz de verte!

-MARTINA: Yo también! Cuando me dijiste que venías enloquecí! Contaba los días! Pero ya estás acá!

-PATRICIA: Si! Es lo que me decidió a venir! Poder verte!

En ese momento Carlos llegó a donde nos encontrábamos, y los presenté. Hablamos dos palabras y Carlos nos saludó amablemente y se fue.

-MARTINA: Estás hermosa nena! Estás más buena que antes!

-PATRICIA: Ay callate boluda! Vos estás bárbara! Se ve que la vida en Rio te sentó muy bien!

-MARTINA: La verdad, es que no me puedo quejar!  Bueno! Subí que nos vamos a pasear por ahí!

Me llevó a Leblón, una playa cercana muy linda y nos recostamos en la arena cerca de un bar de la playa, Martina apoyó una lona y nos recostamos a tomar sol, mientras charlábamos. Las dos quedamos en bikini, la de Martina mucho más chiquita que la mía y dejaba ver bastante de su hermoso cuerpo.

Le empecé a contar un poco de mi vida en estos últimos tiempos y me acordé del video de Pablo, tomé mi teléfono, lo busqué y se lo mostré.

-MARTINA: Ay nena! Es hermoso ese hombre! Había visto un par de fotos de ustedes, pero ahora que lo veo bien, me parece que es un divino!

-PATRICIA: Es un divino! Nos llevamos muy bien! Nos entendemos muy bien! Y él me banca siempre! No me imagino la vida sin él!

-MARTINA: Eso quiere decir que estás muy enamorada y muy bien cogida guacha!

-PABLO: Re bien! No sabés! Una locura! En enero nos fuimos quince días a Córdoba y no sabés lo que fue! Fueron quince días en donde estuve más en pelotas que vestida! Y súper bien atendida! A cada rato, en cualquier lado! Una locura!

-MARTINA: No sabés cuanto me alegra escucharte!

-PATRICIA: Pero por otro lado me puso mal venir justo ahora! Hoy es el cumpleaños de Pablo y hubiera querido estar ahí con él! Íbamos a llegar mañana, pero se adelantó porque Carlos, tenía que organizar nuestra presentación, y encima es quien da el discurso de cierre y quería tener todo arreglado antes que arrancara el congreso.

-MARTINA: ¿Y Pablo te dijo algo de que no ibas a estar para su cumpleaños?

-PATRICIA: Cuando le conté del viaje, y le dije que tenía la posibilidad de verte después de tantos años, me dijo que la aproveche, pero cuando le dije que se adelantaba, mucho no le gustó, por su cara lo digo, por supuesto no me dijo nada, es un ángel! Él quería que viniéramos los dos a Brasil, ya lo teníamos pensado, probablemente, vendríamos el verano que viene, pero esto se adelantó!

-MARTINA: Cuando puedan venir, ni lo piensen, se vienen y se quedan en casa, solo tienen que gastar en los pasajes, no hace falta más!

-MARTINA: ¿Pablo está trabajando ahora?

-PATRICIA: Hasta la cuatro de la tarde!

-MARTINA: Bueno, dentro de un rato, le hacemos una videollamada, ¿qué te parece? Y lo saludamos por el cumpleaños!

-PATRICIA: Dale!

Seguimos charlando y tratando de ponernos al día de nuestras vidas, le conté como iba el tema de la epilepsia, del trabajo en el sindicato y ella me contó de su marido, de los planes de ser madre el año siguiente.

Como a las cinco de la tarde le mandé un mensaje a Pablo para saber si ya estaba en casa, me contestó que sí y le hice una videollamada.

-PATRICIA: Hola mi amor feliz cumpleaños otra vez!

-PABLO: Hola mi cielo gracias! ¿Estás en la playa?

Y girando el teléfono nos enfoque a las dos y a coro le cantamos el Feliz cumpleaños

-PABLO: Hola Martina, cómo te va?

-MARTINA: Hola Pablo Feliz cumpleaños! Es un saludarte aunque sea a la distancia! Nos vinimos un rato a la playa, pero lo que no hemos podido es charlar!

-PABLO: Me imagino! ¿Se están hidratando verdad? Porque me imagino que de esas lenguas debe estar saliendo fuego!

Nos reímos los tres, charlamos como quince minutos, hasta que mi teléfono se estaba quedando sin batería.

-MARTINA: Ya le dije a Pato que se vengan a casa cuando quieran!

-PATRICIA: Mi amor si se corta es que tengo poca batería, me olvidé de ponerlo a cargar. ¿Salís con los chicos esta noche? Nosotras cenamos juntas y después me lleva Martina al hotel!

-PABLO: Sí, esta noche nos juntamos con Miguel y con Juan a tomar unas cervezas!

-PATRICIA: Bueno mi amor después a la noche desde el hotel te lla…

Y mi teléfono se apagó en medio de la llamada.

-MARTINA: Ay nena es un amor! Cuánto me alegro por vos! Me alegro mucho que estén tan bien!

Charlamos un rato más, creo que aún no le había contado y no sabía si hacerlo, el tema de Clara, pero como estábamos Charlando, como si el tiempo no hubiera pasado, me animé a contárselo.

-PATRICIA: Tengo algo más que contarte, no estaba segura, no lo he hablado con nadie, pero te lo quiero contar a vos!

-MARTINA; ¿Qué boluda? Contame!

-PATRICIA: Por el trabajo en el sindicato, muchas veces tengo que viajar, a Buenos Aires, a La Plata y a otras ciudades de la provincia. En varios de esos viajes, coincidimos con la mujer del secretario del sindicato de San Isidro, y nos hicimos amigas. Me he quedado en su casa, a fin del año pasado estuvo en Mar del Plata y también estuvo en casa. Con el marido tienen un pub, muy liberal, digamos, es una casona que en la parte de adelante es un bar normal, pero tiene una parte atrás, para todas las variantes sexuales, lesbianas, travestis, gays, y todo lo que se te ocurra. Estuve algunas veces ahí, y hay algo con esa chica, no te lo podría explicar, sabes que no me gustan las mujeres, pero con ella es una especie de atracción, ella me ha dicho abiertamente, qué le encantaría estar conmigo, y me doy cuenta en su mirada y en su forma de tratarme.

-MARTINA: ¿Y pasó algo?

-PATRICIA: Lo que se dice algo con todas las letras no, pero si nos hemos visto desnudas, nos hemos besado varias veces, nos hemos abrazado estando en tetas, y lo más intenso, fue un fin de semana que estuve en San Isidro, fuimos a un departamento que ella tiene y nos masturbamos mirándonos la una a la otra!

MARTINA: Ay boluda! Ya veo que terminas en la cama con ella!

-PATRICIA: Con vos puedo ser sincera! Me estoy conteniendo! Cuando estuvo en casa, estuvimos a un paso de hacer un trío con Pablo, ella me dijo que le encantaría, pero yo no me atreví a dar el paso. Enlas dos semanas que estuvimos en Córdoba, ella se vino un fin de semana y te juro que tenía ganas de que pasara, no me preguntes por qué, ni yo lo entiendo, pero ese fin de semana, si se daba, creo hubiera disfrutado estar con los dos.

-MARTINA: ¿Pablo está al tanto de esto?

-PATRICIA: No, sólo que somos amigas y nos llevamos bien, con Pablo también se lleva muy bien, pero no pasa de ahí!

-MARTINA: ¿Y te pinta probar con ella?

-PATRICIA: Creo que sí, pero por otro lado, me pega la culpa, aunque sea con una mujer, sé que lo estoy engañando a Pablo.

-MARTINA: Te diría que tengas cuidado, en una pareja pueden pasar muchas cosas, pero creo que para que la pareja siga siendo tal, tienen que estar de acuerdo. ¿Lo hablaste alguna vez con Pablo?

-PATRICIA: ¿Lo de estar con alguien más?

-MARTINA: Sí, capaz que a él le copa la idea y no lo estarías engañando, sería un acuerdo de abrir la pareja a otras personas.

-PATRICIA: Es que eso es lo que me da miedo, plantearle algo así y que piense que quiero tener sexo con otras personas por que con él no me alcanza, o que soy una calentona y busco meterlo a él en ese mambo, tengo miedo de agarrar ese camino y que nuestra relación se vaya a la mierda!

-MARTINA: Por eso te digo que creo que tienen que estar de acuerdo, para que no se pudra todo, creo que tus deseos tendrían que coincidir con los de Pablo, si la cosa no es pareja, tarde o temprano vienen los problemas.

-PATRICIA: Además no estoy segura yo de querer abrir nuestra pareja a otras personas, o al menos no ahora, creo que estamos en el mejor momento de nuestra relación, y no quisiera que nada lo arruine, aunque si supiera todo seguramente no resultaría nada bien.

-MARTINA: Por eso creo que tenes que tener cuidado, no importa si es hombre, mujer o trans, si es a espaldas de él, es engañarlo, ¿qué pensarías vos si el que planteara algo así fuera Pablo? ¿Cómo te sentirías si supieras que él, a espaldas tuyas, anda haciendo algo así?

-PATRICIA: Creo que no me caería nada bien!

-MARTINA: Quizás ahí esté la respuesta, yo no soy quién para decirte como vivir tu vida o tu sexualidad, eso es muy personal, lo que si te aconsejaría, es que pienses bien lo que querés hacer y las consecuencias que puede tener la decisión que tomes.

-PATRICIA: Con Pablo venimos descubriendo una sexualidad diferente, juegos, lugares prohibidos, ropa, videollamada sexuales cuando viajo, como decirte... nuestra sexualidad está en expansión,  pero solo entre nosotros, ni siquiera hemos fantaseado con alguien más!

-MARTINA: Tenes que tener cuidado, por él y por vos, por la relación, creo que tendrían que ir a la par para no terminar mal.

-PATRICIA: Si tenés razón!

-MARTINA: ¿Creés que esta chica pueda estar enamorada de vos? ¿O solo es atracción sexual? ¿Ha estado con otras mujeres?

-PATRICIA: Me dijo que no, que solo le pasa conmigo.

-MARTINA: Por eso, puede que se haya enamorado de vos y te vaya llevando de a poco a lograr con vos lo que ella está buscando.

-PATRICIA: Nunca lo vi así!

-MARTINA: ¿Y con este hombre Carlos, ¿qué onda?

-PATRICIA: Ese también es otro tema!

-MARTINA: También está atrás tuyo?

-PATRICIA: No te podría decir, nunca insinuó, ni me dijo nada, es muy caballero, muy considerado, muy correcto, te diría que por momentos tiene actitudes paternales, pero por otro lado, ha tenido otras actitudes, no sé si indirectamente está buscando tener algo conmigo, pero siempre y sobre todo en los viajes, me tiene como una reina, los mejores restaurantes, los mejores hoteles y cuando empecé a trabajar con él, yo no tenía mucha ropa coqueta, él me compró ropa, ropa cara boluda! Zapatos,  carteras, el primer vestido que me regaló los lleve a casa, y cuando Pablo lo vio, no pude decirle que me lo había regalado él, le inventé que él lo había pagado con la tarjeta en cuotas y que yo se lo pagaba por mes. Y a partir de ahí, aunque le dije que no lo hiciera, me siguió comprando, pero le dije que se la llevara él, no podía volver de cada viaje con ropa nueva y cara.

-MARTINA: Me parece que con este hombre también tenés que tener cuidado, quizás te esté haciendo el trabajo fino, te está haciendo el entre, para que seas vos la que caiga y no quedar como que él es quien te buscó. Y sobre todo pensá bien las cosas, estás jugando con fuego y te podés quemar.

-PATRICIA: Y además, se acuesta con Clara!

-MARTINA: Mas cuidado todavía! Quizás entre los dos, estén tratando de hacerte entrar en su juego!

- PATRICIA: Alguna vez ella me dijo qué le gustaría estar conmigo y con Carlos, hasta que lo conoció a Pablo, a partir de ahí, me dijo que le encantaría estar conmigo y con Pablo.

-MARTINA: Seguramente ella también está experimentando, buscando nuevas cosas, por eso te incita a probarlas!

-PATRICIA: Puede ser! No la veo como una mala mina, si lo pienso en frío, sí me quisiera cagar la vida con Pablo, ya lo hubiera hecho, sin ir más lejos, contándole lo que hemos hecho a espaldas de él.

-MARTINA: Probablemente! Pero no te quiere cagar la vida, quizás pretenda llevarte a su terreno, y disfrutar con vos y con Pablo o Carlos lo que ella está buscando disfrutar.

-PATRICIA: Si, puede ser!

-MARTINA: Estate atenta! Que vos quieras vivir esas experiencias, está perfecto, pero vos decidí sobre tu vida, no te dejes llevar si no estás segura! Creo que ya has traspasado la línea de la fidelidad, no soy quien para juzgarte, pero estás caminando al borde del abismo y si no estás atenta, podés caer. Si caer no te importa, está todo bien, pero si después te das cuenta de que no estuvo bien, lo vas a tener que remontar, sobre todo con vos misma y tu conciencia.

Martina tiene razón, ¿hasta dónde estoy dispuesta a llegar con estos juegos? Tengo que estar atenta y no dejarme llevar.

-PATRICIA: Bueno, ahora contame vos! ¿Cómo estás con Felipe?

-MARTINA: Por suerte muy bien! Nos llevamos muy bien y es un buen tipo!

-PATRICIA: ¿Y en la cama?

-MARTINA: De maravillas, hasta ahora de maravillas, nos conocemos bien y sabemos cómo satisfacernos, vivimos una buena vida, nos gusta viajar a los dos y cuando tenemos tiempo, nos vamos, a donde sea, pero nos vamos. Además somos los dos muy tranquilos, tratamos de no hacernos problemas y disfrutar la vida.

-PATRICIA: ¿Y están pensando en un hijo?

-MARTINA: Lo venimos hablando hace tiempo, en una primera instancia, lo venimos pensando para el año que viene o el otro, sabemos que muchas cosas que hacemos ahora, cambiarían teniendo un hijo, pero la idea va madurando, tampoco queremos ser padres muy grandes. ¿Y ustedes?

-PATRICIA: Con Pablo lo hemos hablado varias veces y sé que a él le encantaría que tuviéramos un hijo, pero después de lo que me pasó, siempre me quedó el miedo de volver a quedar embarazada, Pablo no me presiona, creo que está esperando que yo lo decida, pero mientras tanto seguimos practicando!

-MARTINA: Zorra! Tené cuidado! Tratá de no hacer cagadas!

Estuvimos en la playa hasta eso de las seis de la tarde, después dimos unas vueltas por Rio y cerca de las ocho, fuimos para su casa.

Cuando llegamos, Felipe estaba cocinando, nos saludó muy amablemente, en un español mezclado con acento portugués muy simpático.

La cena estuvo estupenda y Felipe me pareció un tipo genial, se tratan muy bien, y se ve que está muy enamorado de Martina, hacen una hermosa pareja.

A las once y media de la noche, les dije que me tenía que ir, ya que al otro día tenía que levantarme temprano.

Felipe no quiso que Martina fuera sola, y los dos me llevaron al hotel, al despedirnos, Felipe me dijo que esperaba volver a verme antes de volver, y me dijo, como me había dicho Martina, que nos esperaban a Pablo y a mí, cuando quisiéramos.

Me despedí de Martina con un abrazo, y quedamos en que cuando tuviera otro rato libre, la llamaba para encontrarnos.

Se fueron y entré al hotel, iba camino a mi habitación, cuando vi a Carlos y a Alejandra, en una mesa del bar, tomando una copa, me acerqué para saludarlos, no los quería interrumpir, pero me insistieron y me senté con ellos.

Me pedí un café y charlamos un rato antes de subir a nuestras habitaciones.

Al día siguiente, el miércoles, se inauguraba el congreso con una ceremonia de apertura a las seis de la tarde, y luego un cóctel.

Desayunamos los cuatro en el hotel, y a media mañana fuimos con Carlos y Alejandra al lugar del evento.

En el viaje, podía ver cierta complicidad entre Carlos y Alejandra, y pensé que quizás aprovecharían el viaje para tener algo. Tengo que reconocer, que tuve cierta sensación, como de que Carlos, no me prestaba atención y en el fondo, me sentí, como decirlo… ¿desplazada?.

Llegamos al lugar, Carlos habló con un par de personas, y Alejandra y yo nos quedamos hablando en la recepción del lugar.

-ALEJANDRA: Nunca lo había tratado a Carlos por temas que no fueran laborales, pero me doy cuenta que es un encanto! ¿Cómo es con vos?

Me dio la impresión que su pregunta iba por otro lado, que me estaba queriendo preguntar si entre Carlos y yo pasaba algo, seguramente para saber si podía tener alguna chance con él.

-PATRICIA: Conmigo la verdad que es todo un caballero, además de trabajo, hablamos de algunas cosas nuestras, pero no más que eso.

Y yéndole al hueso de la cuestión, le mandé de frente:

-PATRICIA: ¿Si lo que vos querés saber es si entre Carlos y yo pasa algo? Desde ya te digo que no! Nunca pasó, ni va a pasar! Estoy casada y muy enamorada de mi marido!

Y cambiándole el gesto, incluso algo nerviosa, me dijo:

-ALEJANDRA: No… no, por favor, no lo decía por eso! Solo por saber si es siempre así, o es solo conmigo.

Quizás pude sonar como a la defensiva y quizás un poco agresiva con la forma tan frontal de preguntarle, pero creo que en el fondo, dejar de recibir la atención de Carlos, me molestó un poco.

Cerca del mediodía, volvíamos para el hotel, cuando Carlos nos dijo de ir a almorzar a algún lado, las dos dijimos que era una buena idea, y nos llevó a un restaurante muy lindo que él conocía.

Por supuesto no nos permitió pagar, y luego de salir del restaurante, paseamos un poco por Rio de Janeiro.

Volvimos al hotel para bañarnos y cambiarnos para el evento.

Ya en mi habitación, antes de bañarme lo llamé a Pablo, cuando me atendió, no lo noté muy animado, me dijo que estaba complicado con algo del trabajo que tenía que haber hecho y entregado. Hablamos unos minutos, y le dije que a la noche lo volvía a llamar.

Me di un regio baño en esa bañera y cuando me estaba secando, me llegó un mensaje de Carlos, preguntándome si podía pasar un momento por mi habitación. Le dije que me diera unos minutos, me puse una remera y un jean, y cuando me estaba secando el pelo, golpeó mi puerta.

-PATRICIA: Pasá Carlos!

Entró con una gran bolsa y ya me imaginé lo que venía en ella.

-CARLOS: Pato, me volví a tomar el atrevimiento de comprarte algo para esta tarde! Y además te traje tu ropa que tenía en casa.

-PATRICIA: Pero Carlos, traje ropa para ponerme!

-CARLOS: Ya imagino, pero quería que estrenes algo! Que estuvieras espléndida!

-PATRICIA: No hacía falta, sabés que después no me puedo quedar con esa ropa! No puedo volver a casa con eso!

-CARLOS: Esta vez podés decir que lo encontraste muy barato y aprovechaste!

-PATRICIA: Sos terrible Carlos! ¿Y a Alejandra también le compraste?

Y al instante de hacer esa pregunta me arrepentí, sonaba a escena de celos, y con una media sonrisa, como dando por hecho mis celos, me dijo:

-CARLOS: Claro que no Pato, esto lo hago solo con vos! Que sepas que sos mi preferida!

-PATRICIA: Basta Carlos, me hacés poner colorada!

-CARLOS: Es una broma tonta! Por favor decime si te gusta!

Y sacando la ropa de la bolsa, me encontré con un vestido espléndido, de color gris claro, al verlo me lo imaginaba por sobre las rodillas de largo, y con dos finas tiras en los hombros, unos pliegues de tela adornaban el frente y la espalda era semi descubierta. Junto con el vestido, una especie de chalina, supuse que para poner sobre los hombros de color negro y unas zapatos de taco alto, también negros. Era realmente hermoso!

-CARLOS: Probate todo Pato, por si hay que cambiar algo!

-PATRICIA: Hasta ahora acertaste siempre!

Me fui con la ropa al baño, me saqué lo que tenía puesto y me dejé solo la tanguita negra. Me lo puse sin corpiño y me quedaba pintado, me puse los zapatos y salí.

-CARLOS: Guauu! Hermosa! ¿Cómo lo ves?

-PATRICIA: Perfecto! Es elegante, pero no muestra nada!

-CARLOS: La chica que me atendió, me dijo que quizás lo quisieras usar con medias y me vendió también unas.

Y sacándolas de la bolsa, me las entregó, al abrir el envoltorio, me encontré con unas medias casi transparentes, con una liga de encaje que se ajusta a medio muslo, nunca había usado algo así.

-PATRICIA: Gracias Carlos, después veo si voy con o sin medias.

-CARLOS: A las cinco nos vamos, no quiero llegar sobre la hora.

Volvió a su habitación y me probé las medias, me veía realmente sexy con ellas y no me decidía si llevarlas o no.

Minutos antes de las cinco ya estaba lista, al final decidí ir sin medias, me las probé con el vestido, y al sentarme se me notaban, y no quería dar ese espectáculo.

Carlos y Roberto esperaban en el lobby y cuando llegué ambos destacaron mi elegancia.

Minutos después lo hacía Alejandra, con un vestido blanco hasta las rodillas, y zapatos de taco alto también blancos, estaba hermosa, pero yo me sentía más hermosa.

Llegamos al centro de convenciones, en el salón, yo quedé sentada entre Alejandra y Carlos, y Roberto al lado de Alejandra.

La ceremonia de apertura terminó, y una hora después, comenzó el cóctel de bienvenida.

Un amplio salón contiguo, lleno de mozos sirviendo canapés y bebidas a los presentes.

Con unas copas de champagne en la mano, nos pusimos a charlar los cuatro, Roberto era de pocas palabras, y lo único que hacía era mirar las mujeres allí presentes y Carlos no hablaba mucho conmigo lo hacía más con Alejandra, y eso me enojaba un poco, me dijo que era su preferida, pero no me daba ni cinco de bola, ¿acaso estaba celosa? ¿Quería su atención? Me sentí una estúpida pensando eso. Les dije que necesitaba ir al baño, cuando volví, Roberto no estaba con ellos, y Alejandra lo tenía a Carlos tomado del brazo. Me acerqué hacia ellos y en el momento que Carlos me vio, sutilmente se despegó de Alejandra.

-CARLOS: Patricia,  vení conmigo un momento, que quiero que veamos algo de nuestra presentación.

-PATRICIA: Si, claro!

Y caminamos entre la gente, alejándonos de Alejandra, cuando sentí su mano en mi cintura.

-CARLOS: No tenemos que ver nada de la presentación,  pero no me podía despegar de Alejandra!

-PATRICIA: Sin embargo no te vi muy a disgusto con ella!

-CARLOS: Por no parecer descortés, pero me parece que me anda buscando! ¿Vos qué decís?

-PATRICIA: Puede ser, no sé! ¿Y vos no querés que te encuentre?

-CARLOS: No, sabes que no es mi tipo!

-PATRICIA: En realidad,  no sé cuál es tu tipo!

-CARLOS: Claramente, el de Alejandra no!

-PATRICIA: Pero tiene lindo cuerpo! ¿Por qué no?

-CARLOS: ¿Me la estás vendiendo?

-PATRICIA: No, no es eso! Yo decía!

-CARLOS: Más allá de que esté buena o no, no me gustan las mujeres que se entregan en bandeja!

-PATRICIA: ¿Por qué no te significan un reto?

-CARLOS: Algo así! soy un poco raro en eso!

-PATRICIA: ¿Un poco nomas?

-CARLOS: No seas tan mala conmigo!

-PATRICIA: Era en joda bobo!

-CARLOS: ¿Cómo bobo?

-PATRICIA: Perdón, se me escapó!

-CARLOS: Te estoy cargando!

-PATRICIA: Después de todo vos me decís boluda y yo no digo nada!

-CARLOS: Tenés razón boluda!

-PATRICIA: Callate bobo!

-CARLOS: ¿Cómo podemos hacer para sacarnos a Roberto y a Alejandra de encima, e irnos a cenar por ahí?

-PATRICIA: No sé! ¿Qué sé yo?

Los dos nos reímos, caminamos un rato por el lugar y volvimos con Roberto y Alejandra.

-CARLOS: Hagamos una cosa, cenamos los cuatro en el hotel, después de cenar, decís que te vas a encontrar con tu amiga, qué te tomas un taxi y yo me ofrezco a llevarte, y nos vamos a tomar algo por ahí ¿qué decís? Me embolan estos dos!

-PATRICIA: Qué estás loco! Pero bueno dale!

A eso de las ocho y media, nos volvimos para él hotel, cenamos los cuatro, y terminada la cena, les dije a todos, que me iba a encontrar con mi amiga.

-CARLOS: ¿Te pasa a buscar?

-PATRICIA: No, el marido está en una cena y a eso de las doce nos pasa a buscar y después me traen, le dije que me iba en un taxi!

-CARLOS: No te vayas en un taxi! Decime dónde se van a encontrar y yo te alcanzó!

-PATRICIA: No te quiero joder!

-CARLOS: No jodes, pero no sé si es bueno que andes sola a esta hora, en un lugar que no conoces!

-PATRICIA: Si en eso tenés razón! No conozco nada! Bueno subo a cambiarme y bajo.

-CARLOS: Yo también, sino de traje voy a parecer un chofer!

Nos reímos los cuatro y subimos cada cual a su habitación, en el camino, Carlos me dijo al oído que me pusiera algo lindo, seguramente me llevaría a algún lugar coqueto.

Entré a mi habitación y lo llamé a Pablo, pero no me contestó, pensé que quizás no tuviera el teléfono encima, o que se estuviera bañando. Minutos después lo volví a llamar, esta vez sí me atendió, hablamos un rato, pero por supuesto no le dije que salía con Carlos, le dije que ya estaba en la habitación del hotel, y me iba a cambiar, porque saldríamos lo cuatro a tomar algo. Nos despedimos y cuando corté, me sentí mal por mentirle, pero no podía decirle la verdad, seguramente no le hubiera caído muy bien.

Busqué entre la bolsa con toda mi ropa, y decidí ponerme el vestido que me había regalado Clara, quizás para demostrarle a Carlos, ¿que era más mujer que Alejandra?

Hacía calor iría con el vestidito y una fina chalina en los hombros, o enroscada en el cuello, mi recogí el pelo, unos aros, un colgante y sandalias blancas de taco alto, debajo sólo una tanguita blanca, quería verme bien, por si íbamos a un lugar interesante.

Cuando ya estuve lista le dije a Carlos que bajaba, el ya me esperaba en el lobby.

Subimos al auto y dimos una vuelta por la noche de Río, estacionamos y me dijo que iríamos a un bar, que el dueño era argentino, que todas las veces que había venido a Río de Janeiro, iba a ese bar y la pasaba muy bien.

Era un en lugar enorme, exquisitamente ambientado, luces bajas y música suave.

Al vernos entrar, se acercó un hombre a saludarnos, Carlos me lo presentó como Alberto, y diciéndonos que nos había reservado una buena mesa, fuimos hasta allí.

Se sentó con nosotros un momento y un par de minutos después, una de las mozas trajo un balde con una botella de champagne. Sirvió nuestras copas, y diciéndonos que era invitación de la casa, nos saludó amablemente y fue a seguir con su trabajo.

-PATRICIA: ¿Ya sabía que veníamos?

-CARLOS: Lo llamé hace un rato, para decirle que estaba en Río y pasaba a saludarlo.

-PATRICIA: Es hermoso este lugar!

Y levantando su copa, invitándome un brindis dijo:

-CARLOS: Por un buen momento!

Chocamos las copas y bebimos el champagne.

Pasaban de las doce de la noche y el lugar se empezó a colmar de gente, cambio la música, por una más bailable, de distintos ritmos, hasta hubo una tanda de música Argentina. En ese momento Carlos se puso de pie, y estirando su mano, me invitó a bailar. Nunca lo había visto bailar, creí que no le gustaba, pero lo hacía muy bien. Luego vino una tanda de música centroamericana y seguimos bailando. La verdad es que lo hacía muy bien, sabía llevarme. Después de esa tanda, vino una música más suave, creí que volveríamos a la mesa, me tomó de la cintura y seguimos bailando. Por el champagne y algunas vueltas te había dado bailando, estaba un poco mareada, y se lo dije a Carlos, creyendo que volveríamos a la mesa, pero en vez de eso, con la mano que tenía en mi espalda, me acercó más a su cuerpo, hasta rozar mis tetas con su pecho. El roce hizo que mis pezones se endurecieron, y esperaba que no lo notara. Contra todo lo que yo creía, esa cercanía, provocó que se me erizara la piel y me corriera una electricidad por la espalda.

La verdad es que no quería sentir eso que estaba sintiendo, ¿acaso el contacto con Carlos me estaba provocando algo?

Intenté desechar ese pensamiento.

Cuando terminó esta canción, le dije a Carlos de sentarnos, tomé sólo media copa más de champagne y Carlos el resto.

Cerca de las dos de la mañana, Carlos me dijo devolver al hotel, le dije que sí, nos levantamos y fuimos a saludar a Alberto.

-ALBERTO: Carlos, ¿Hasta cuándo se quedan en Río?

-CARLOS: Tenemos vuelo de regreso el domingo después del mediodía.

ALBERTO: Entonces permítanme hacerles una invitación, el viernes es mi cumpleaños y haré una fiesta para los amigos en mi casa, me encantaría que puedan venir, siempre es bueno hablar con gente de Argentina.

-CARLOS: No te lo puedo asegurar, en todo caso te llamo y te confirmó si podemos asistir.

-ALBERTO: Espero que puedan, voy a estar esperando tu llamado!

Nos despedimos y salimos del local, Carlos me llevaba de la cintura, seguramente para evitar que el mareo que tenía, me jugara una mala pasada con los tacos.

Llegamos al hotel, y antes de entrar a mi habitación, Carlos, me dio un abrazo y un beso en la mejilla.

-CARLOS: Gracias por la velada boluda!

-PATRICIA: Gracias a vos bobo!

Y con una sonrisa, entré en mi habitación.

No me podía negar a mí misma, que el contacto con Carlos me había excitado, recordar el roce de mis pezones en su pecho y su mano en mi espalda desnuda, hicieron que me sacara el vestido, los zapatos y me tirara en la cama a masturbarme, y me saqué un delicioso orgasmo, pensando en mis pezones duros contra su pecho.

Me serené y me sentí culpable por haberme masturbado pensando en él, ¿qué estaba haciendo? Estaba jugando con fuego, estaba al borde de un precipicio y no sabía, no podía o no quería retroceder, momentos después, me quedé dormida.

Me despertó una llamada de Pablo a la mañana siguiente. En ese momento decidí no atenderlo, al mirar la hora vi que eran las diez de la mañana, y tendría que explicarle porque aún dormía. Me levanté me di un baño y bajé a desayunar.

Después del desayuno, ya más despierta, lo llamé, le dije que no había podido atenderlo porque estábamos reunidos con unas personas. Hablamos cerca de media hora y después de cortar, no pude sentirme mal, cada vez le mentía más, cada vez le ocultaba más cosas, tengo que frenar esto!

Ese era el día de nuestra presentación en el congreso, y la verdad estaba un poco nerviosa, no quería que nada salga mal.

Nos quedamos en el hotel, acordamos encontrarnos a la cuatro de la tarde, para ir al lugar del evento.

Estaba en mi habitación, me había sacado toda la ropa y estaba tirada en la cama con un remerón largo y nada debajo, cuando me mandó un mensaje Carlos, si podía pasar un momento por mi habitación. Le dije que pasara, y momentos después, me golpeó la puerta.

Al abrir, Carlos venía con un short y una remera, y al entrar me dijo:

-CARLOS: Seguramente vas a pensar que soy un bobo,  pero el tema de la presentación  me tiene un poco nervioso y necesitaba hablar con vos de cualquier cosa, para tranquilizarme. Nunca tuve que hablar delante de tanta gente y me da un poco de cagazo!

Y casi sin pensarlo, me salió darle un abrazo, mientras le decía:

-PATRICIA: Mira si serás bobo! Todo va a salir  bien!

Y en ese abrazo, volví a sentir mis pezones contra su pecho, y sus brazos rodeando mi cuerpo, el escalofrío recorriéndome el cuerpo y su voz en mi oído que en susurros me decía:

-CARLOS: Gracias Patito! sos increíble! Me doy cuenta que necesitaba un abrazo tuyo.

-PATRICIA: Cállate bobo!

Nos reímos los dos y nos separamos,  le dije que se sentara, que preparaba unos mates.

-CARLOS: ¿Qué te vas a poner para la presentación?

-PATRICIA: Estoy en duda! ¿Vos?

-CARLOS: Traje negro, camisa blanca, corbata roja y zapatos negros, ¿Te parece bien?

-PATRICIA: Perfecto, el traje negro, te queda muy bien! y con corbata roja, cortas un poco!

-CARLOS: ¿Aprobado mi atuendo boluda?

-PATRICIA: Si boludo!

-CARLOS: No solo bobo, también boludo!

-PATRICIA: Claro nabo!

-CARLOS: Ah bueno! veo que no te privas en halagos! Sos muy mala conmigo, me parece que me voy a ir con Alejandra!

-PATRICIA: Anda! Anda! no te prives! Que te sebe mate ella!

Y riéndonos los dos nos sentamos a tomar unos mates.

-PATRICIA: Creo que me voy a poner el trajecito beige, una camisa blanca y zapatos blancos, formalita digamos!

-CARLOS: Está muy bien! Igualmente, te pongas lo que te pongas, siempre estás hermosa!

-PATRICIA: Callate gil! No me hagas poner colorada!

Aquella confianza con Carlos, había traspasado, la relación jefe secretaria, y la verdad es que me hacía sentir más cómoda, pudiendo hablar sin reparos con él, pero también la sentía peligrosa.

Después de los mates, se fue a su habitación a cambiarse y yo hice lo propio en la mía.

Lo llamé a Pablo y estuvimos hablando un buen rato, contándole como iba todo, no lo notaba muy efusivo como en otras oportunidades, pero supuse que era por el viaje, y su cumpleaños y por estar tan lejos.

Finalmente me decidí por el traje beige, una pollera tipo tubo hasta las rodillas, chaqueta corta a juego, ropa interior blanca camisa también blanca. Aros, colgante, pulseras, anillos y poco maquillaje.

Nos encontramos los cuatro en el lobby del hotel, y fuimos al centro de convenciones.

A Carlos lo veía nervioso, Roberto y Alejandra se sentaron entre el público, y Carlos y yo, fuimos a la parte de atrás del escenario.

Terminó el orador anterior, hubo una pequeña pausa, y ahora era el turno de Carlos.

Le colocaron el micrófono, y en la pantalla ya se veía la imagen de portada de la de presentación.

Cuando llegó el momento de salir, lo miré a los ojos, le di un abrazo y le dije:

-PATRICIA: Tranquilo boludo! Respira hondo! Hablá pausado! Todo va a salir bien!

-CARLOS: Gracias patito! Quédate acá, por favor no te vayas!

-PATRICIA: Tranquilo! Acá me quedo!

La presentación duraba entre treinta y cuarenta minutos, quizás un poco más, de acuerdo a cómo llevará el relato de lo que tenía que decir.

Yo tenía mi carpeta en la mano y había preparado unas hojas en blanco y un marcador, por si tenía que apuntarle algo.

Todo iba bien, hasta que en una de las imágenes, me pareció ver que se le olvidó lo que tenía que decir, rápidamente, escribí un par de palabras, para que recordara, y cuando me miró, le mostré la hoja, una pequeña sonrisa, y siguió con el tema normalmente.

Terminó la presentación, se escucharon los aplausos, el agradecimiento del presentador, y Carlos bajó del estrado.

-CARLOS: Menos mal que estabas acá, se me había hecho una laguna!

Y diciendo esto, me dio un fuerte abrazo, aplastando mi cuerpo contra el suyo.

-PATRICIA: Estuviste muy bien!

-CARLOS: Gracias Pato!

-CARLOS: Esto lo tenemos que festejar!

Volvimos con Roberto y Alejandra, que lo felicitaron por la presentación y nos sentamos, para escuchar la última del día.

Volvimos los cuatro al hotel, y les dije que cenaba con mi amiga. Subí a mi habitación a cambiarme y los tres se quedaron en el restaurante del hotel.

Llamé primero a Martina, para avisarle que ya estaba en el hotel y luego le hice una videollamada a Pablo. Aun vestida con el trajecito, me dijo que estaba muy linda, le conté que cenaría con Martina que en media hora me pasaba a buscar. Apoyé el teléfono y le dije a Pablo que siguiéramos hablando mientras me cambiaba, me iba a desnudar para él, para me sienta un poco más cerca.

Me desnudé sensualmente delante del teléfono, para que no se perdiera detalles de mi cuerpo, me quedé unos minutos desnuda, mientras Pablo me decía lo que extrañaba mi cuerpo. Después me vestí, me despedí de Pablo y bajé para esperar a Martina.

Fuimos con Martina y Felipe a cenar a un hermoso restaurante, comimos muy bien, nos tomamos un par de cervezas y charlamos mucho de nuestras vidas y nuestras cosas, y sobre todo, nos reímos mucho.

Durante la cena, hice un par de fotos y se las mandé a Pablo, que inmediatamente me contestó, enviando saludos para Martina y Felipe y diciéndonos que la pasemos bien.

Volvimos al hotel casi a la una de la mañana, nos despedimos agradeciéndoles por la hermosa cena.

Al entrar al hotel, lo vi a Carlos que estaba solo en una mesa del bar, tomándose un whisky, me acerqué y me senté junto a él.

-CARLOS: Hola Pato, volviste temprano!

-PATRICIA: Si, estaba un poco cansada, y sumale un par de cervezas que me tomé, ya estoy para la cama.

Y poniéndome de pie, y dándole un beso me despedí para subir a mi habitación.

-CARLOS: Nos queda pendiente el festejo boluda!

-PATRICIA: Ya sé boludo! Pero ya no estoy para festejos!

Llegué a mi habitación, me saqué la ropa y me metí a la cama solo con la tanguita, pensando lo que vendría mañana viernes en el congreso.

Me desperté y antes de bajar a desayunar lo llamé a Pablo, que a esa hora estaba en el trabajo. Hablamos un rato, le conté como sería mi día, y quedamos en volver a hablar antes de la cena.

Desayunamos los cuatro y nos fuimos para el centro de convenciones, estuvimos en las presentaciones de la mañana, almorzamos allí, y nos quedamos a las de la tarde.

A eso de las siete de la tarde, antes del final de la última presentación, decidimos irnos para el hotel, habíamos estado todo el día y estábamos cansados.

Antes de subir al auto, Roberto y Alejandra, tenían que pasar por el baño, nos quedamos esperando, y Carlos me dijo:

-CARLOS: ¿Esta noche te encontrás con tu amiga?

-PATRICIA: No, esta noche es el cumpleaños de su suegro, me dijo de ir, pero no conozco a nadie, y encima todos hablan portugués, no puedo meter un bocadillo!

-CARLOS: Entonces, ¿qué te parece si salimos a festejar y vamos al cumpleaños de Alberto?

-PATRICIA: No sé…. ¿Te parece? No sé qué hacer…¿Y dónde es?

-CARLOS, En su casa, un caserón enorme, a unos veinte minutos de hotel, ¿Qué decís?

-PATRICIA: ¿Y con Roberto y Alejandra como hacemos?

-CARLOS: Vos decís que te encontrás con tu amiga y yo que voy a visitar a un amigo!

-PATRICIA: Parece que nos estamos escapando! No sé…!

-CARLOS: Es que es así, nos estamos escapando de estos dos!

-PATRICIA: No sé Carlos! No sé que hacer!

-CARLOS: No le des muchas vueltas, vamos un rato, la pasamos bien y volvemos, es solo el cumpleaños de un amigo!

-PATRICIA: ¿Y cómo hacemos? ¿A qué hora habría que ir a lo de Alberto?

-CARLOS: A eso de las nueve de la noche! Podemos hacer así! Yo me voy tipo ocho de la noche solo y te espero en algún lugar no muy lejos, vos tipo ocho y media te tomás un taxi, hasta donde yo te esté esperando y listo.

-PATRICIA: Ya te pensaste todo! No sé Carlos…

-CARLOS: Dale boluda! Huyamos de estos dos! En lo de Alberto la vamos a pasar mejor que acá! No me hagas ir solo!

Volvió Roberto, y unos minutos después Alejandra, nos subimos al auto y nos fuimos para el hotel.

En el camino, íbamos charlando los cuatro y en un momento, Carlos me preguntó si me encontraba con mi amiga, pensando en la maniobra que me había dicho, aunque no estaba aún segura de ir, le dije que sí, y él dijo que iba a cenar con un argentino que vivía acá. Alejandra dijo que cenaban con Roberto y un representante legal de Uruguay en el Hotel. Llegamos al hotel y cada uno fue a su habitación.

Dejé mis cosas, me saqué la chaqueta y me golpearon la puerta, al abrir, me encuentro con Carlos con una bolsa en la mano.

-PATRAICIA: Pasá!

-CARLOS: No gracias, te dejo esto y me voy a bañar! Fijate, si te gusta y te queda bien, si te gusta lo podés usar esta noche!

-PATRICIA: Por favor Carlos! Basta de comprarme ropa! No quiero que me sigas haciendo estos regalos!

-CARLOS: Es solo un vestido! Pero está bien, si no querés, ya no te compro más! Pero no te pongas mal! Vamos a pasarla bien un rato!

Y entregándome la bolsa se volvió a su habitación.

No sabía qué hacer, ni siquiera estaba muy convencida de ir.

Al abrir la bolsa me encontré con unas sandalias sin taco blancas que se ataban al tobillo, y un vestido blanco doblado muy prolijamente, lo estiré y al verlo me sorprendí, lejos era el más osado que hubiera tenido en mis manos. La parte de arriba eran dos tiras de tela, sobre los hombros, un escote en V en el frente y también en la espalda, y largo hasta los tobillos, y una abertura en los laterales de las piernas. Era realmente hermoso, de una tela liviana, con bordados también en blanco, que lo hacían elegantemente fino.

Inmediatamente pensé que tendría que llevarlo sin corpiño y con tanguita blanca, para que no se note tanto a través de la tela.

Me desnudé, me puse una pequeña tanguita blanca y me probé el vestido, me miré al espejo y me vi realmente hermosa, no mostraba nada, pero sugería mucho. Flexioné las piernas y me senté en la silla, para ver hasta donde se podrían ver a través del tajo del vestido. No se veía más que lo que se podría ver con una minifalda, volví a pararme frente al espejo, para decidir qué hacer, podría ir un rato, pasarla bien y luego decirle a Carlos de volver temprano .

Me saqué el vestido y me fui a bañar, decidiría durante el baño, si me pondría ese vestido o no.

Salí desnuda del baño, dejé toda la ropa en la silla y antes de vestirme le hice una videollamada a Pablo, Cuando me contestó, le pregunté:

-PATRICIA: Hola amor! ¿Estás solo en casa?

-PABLO: Si mi amor, ¿por qué?

Entonces alejé el teléfono para mostrarme desnuda ante él.

-PABLO: Upa!

-PATRICIA: Me bañé para ir a cenar, y tenía ganas de que nos veamos y que me vieras desnudita para vos! ¿No querés desnudarte para mí?

Y sin siquiera responderme, se sacó a remera y el short junto con el bóxer, quedando desnudo él también y con su hermosa erección!

-PATRICIA: No tengo mucho tiempo, pero, ¿querés que juguemos un ratito?

-PABLO: Me encantaría!

Apoyé el teléfono y me recosté desnuda en la cama, me empecé a tocar las tetas, los pezones y la conchita, viendo como él se masturbaba.

No tardé mucho en empezar a jadear y a sentir el orgasmo que llegaba, se lo dije a Pablo y él me contestó que con el atraso que traía, ya estaba a punto.

-PATRICIA: Esperame mi cielo y lo hacemos juntos!

-PABLO: Si mi vida, si!!

Y en el momento que me llegó, exploté viendo la eyaculación de Pablo y escuchando sus jadeos.

Me aflojé de la tensión y Pablo se recostó en el sillón de casa, aún con semen en su estómago.

-PABLO: Que ganas de que estés acá!

-PATRICIA: Ya falta poquito mi vida!

Miré la hora y le dije que ya me tenía que vestir para la cena y nos despedimos. La verdad es que tenía una mezcla de sensaciones, por un lado me sentí muy mala teniendo que mentirle con el tema de la cena para irme a disfrutar de una fiesta, y por otro lado el jueguito me había dejado gusto a poco y si hubiera estado con Pablo, seguramente hubiéramos hecho de las nuestras, pero para eso, aún faltaban un par de días…

Continuará…