Los intrincados caminos de un amor (10)

Los intrincados caminos de un amor Capítulo 10

Los intrincados caminos de un amor

Capítulo 10

Pablo

Por fin llegó noviembre y las benditas elecciones en el sindicato. Como ya me lo había anticipado Patricia, Carlos era oficialmente el nuevo secretario general y ella por supuesto su secretaria.

A partir de allí, después del jardín, Patricia casi todos los días, venía para casa a almorzar y como a las tres de la tarde, una auto del sindicato la venía a buscar, aunque algunos días la iban a buscar directamente al jardín.

A mediados de diciembre de ese dos mil dieciséis, un martes ya terminadas las clases, al llegar a casa, la encontré esperándome con el mate preparado, eran contadas, las veces que la encontraba al llegar, casi siempre, yo llegaba primero.

A partir de que terminaran las clases, por lo menos, podía descansar por las mañanas y solo iba al sindicato por las tardes.

Con nuestros ingresos que se habían engrosado desde que Patricia comenzó a cobrar en el sindicato, ya estábamos haciendo planes para unas vacaciones. Deseaba poder hacer algún viaje  los dos juntos, unos días solo para nosotros, descansar y disfrutarnos, recuperar tanto tiempo que no habíamos podido compartir en los últimos meses. No es que nuestras finanzas eran para hacer maravillas, pero seguramente, nos podríamos escapar un par de semanas a algún lugar para disfrutar del calor.

En verano Mar del Plata se llena de turistas de todo el país, y los marplatenses, preferimos vacacionar en otro lado. Desde hace tiempo soñamos con irnos a alguna playa de Brasil o el Caribe, pero creo que para eso, este año no nos dan los números.

Mientras tomábamos unos mates, Patricia me dijo:

-PATRICIA: Amor tengo que contarte algo!

-PABLO: Decime!

-PATRICIA: El jueves viene Clara a Mar del Plata, su marido tiene que hacer algunas cosas en Bahía Blanca y ella aprovechó para venir a visitarme y conocerte. La deja el jueves y él vuelve el domingo, pasan el domingo y el lunes acá y se vuelven el martes temprano.

-PABLO: Que bueno! Así la conozco! ¿Le dijiste que se puede quedar acá si quiere?

-PATRICIA: Le dije, pero ya tienen el hotel para ella y para Pedro!

-PABLO: ¿Conoce Mar del Plata?

-PATRICIA: Si, conoce, pero hace años que no viene!

-PABLO: Yo decía para hacerle conocer algunos lugares! Al menos el fin de semana!

-PATRICIA: Si, eso sí! Ya la llevaremos a tomar alguna cervecita por ahí! No sé si te conté que en San Isidro, ella su hermano y Pedro tiene un pub. Hace unos meses lo inauguraron.

-PABLO: No, no me habías contado!

-PATRICIA: Pero no es un pub común y corriente, tiene una parte para gente con diferentes concepciones sexuales.

-PABLO: ¿Un bar para gays?

-PATRICIA: Tiene una parte para todo el mundo y otra para gays, lesbianas, travestis y demás variantes!

-PABLO: ¿Lo conocés? ¿Está bueno?

-PATRICIA: Si, Clara quiso que fuera en uno de los viajes a San Isidro, me llevó a conocerlo y después nos fuimos a cenar.

-PABLO: Si está bueno, algún fin de semana nos podríamos hacer una escapada a Buenos Aires y pasar a tomar algo! Nunca estuve en un lugar así!

-PATRICIA: Seguramente Clara ya te lo va a decir, ya me ha dicho varias veces que vayamos!

-PABLO: ¿Y hay intercambios y esas cosas?

-PATRICIA: No sabría decirte, le tendremos que preguntar a Clara!

Quizás parezca un detalle, pero no me había contado antes del pub de Clara, ni que había estado, y menos que aquel bar era con ese tipo de ambiente. ¿Por qué habrá sido? no quise pensar nada malo, supongo que no lo consideró importante en su momento, pero ahora que yo iba a conocer a Clara, consideró contármelo…

El jueves al mediodía, me mandó un mensaje, diciéndome que Clara ya estaba en Mar del Plata y que almorzaba con ella en casa.

Salí como a las cuatro de la tarde y antes de cuatro y media, ya estaba entrando en casa.

Las dos estaban sentadas en el sillón tomando unos mates. Pato se levantó primero y vino hacia mí a saludarme con un beso. Clara se quedó parada hasta que nos acercamos.

-CLARA: Mucho gusto! Por fin te conozco! Pato no para de hablar de vos!

-PABLO: Igualmente! Es un gusto conocerte! ¿Qué tal el viaje?

-CLARA: Por suerte todo tranquilo, no había mucho tráfico en la ruta.

-PABLO: Pato me dijo que tu esposo vuelve de Bahía el domingo, si no tenés planes, podrías cenar con nosotros esta noche, ¿qué decís?

-CLARA: Perfecto! No tengo planes, solo compartir estos días con ustedes!

-PABLO: ¿En qué hotel estás parando?

-CLARA: En el Costa Galana!

-PABLO: Ah! No está muy lejos de acá!

La puta pensé! Estos sindicalistas no se privan de nada!

Charlamos un rato, me pareció una chica agradable, simpática y hasta diría que sencilla.

Podía ver la complicidad entre ellas, me hacía recordar a la relación que tiene con Carolina o con Valeria.

-PATRICIA: Amor, ahora salimos un rato con Clara, quiere hacer algunas compras!

-PABLO: Si perfecto! ¿Quieren que las acerque a algún lado?

-PATRICIA: No gracias corazón! Caminamos un rato!

-PABLO: Ok entonces, nos vemos más tarde Clara!

Se despidieron y salieron del departamento. Aproveché para hacer unas cosas en casa y darme un baño temprano antes de que vuelvan.

Salí a hacer unas compras para la cena, le mande un mensaje a Patricia, para preguntarle si Clara comía algo en especial, que se yo, quizás pudiera ser vegetariana, o si algo que no le gusta. Me contestó que come cualquier cosa y me decidí por una carne con papas al horno y un par de ensaladas.

Estaba preparando la cena cuando volvieron, me saludaron ambas y Clara trajo unas botellas de cerveza importada y un postre.

-CLARA: Pato me dijo que te gusta mucho la cerveza! Y algo para el postre!

-PABLO: No hacía falta que compraras nada, sos nuestra invitada!

Mientras yo seguía preparando todo para la cena, se sentaron a charlar en el sillón del estar.

La cena estuvo de maravilla, charlamos y nos reímos, Clara era realmente macanuda, nos tomamos varias cervezas, sobre todo Clara y yo, Patricia se tomó tres vasos y ahí paró, aunque con eso, ya estaba picadita y se reía de cualquier cosa.

Cómo a la una y media de la mañana, Clara dijo que ya se iba, ellas no, pero yo al otro día tenía que trabajar.

-CLARA: Bueno chicos, los dejo, me voy para el hotel! ¿Pato, tenés algún teléfono para pedir un taxi?

-PABLO: No llames un taxi, nosotros te llevamos!

-CLARA: Gracias Pablo, no es necesario! Además vos mañana trabajas, no quiero molestarte!

-PABLO: No es molestia!

-CLARA: Además hemos tomado mucho!

-PABLO: En eso tenés razón! Pero no te vayas sola a esta hora! Quedate a dormir acá!

-PATRICIA: Si Clarita! Quedate a dormir! Podés dormir en la salita!

-CLARA: No los quiero joder chicos! Pero no, muchas gracias!

-PATRICIA: Quedate boluda! Así mañana tenemos todo el día! Yo avisé en el sindicato que mañana no voy a trabajar!

-CLARA: ¿Seguro? No los quiero joder!

-PABLO: No jodés!

-CLARA: Bueno, está bien!

Le enseñamos la salita, nos despedimos y nos fuimos a nuestra habitación!

-PABLO: Es re macanuda!

-PATRICIA: La verdad que si! Es divina! Además nunca hace alarde de su situación económica.

A las siete de la mañana me levanté y fui al baño, me di una ducha, me afeité y cuando salía para ir a preparar el desayuno, Clara salía de la salita para el baño, con una remerita ajustada y en bombachita. Al verme, se metió corriendo en la salita y yo me fui a la cocina.

Luego la escuché salir del baño y venir a la cocina.

-CLARA: Que vergüenza Pablo! Perdón! Creí que aun dormías!

-PABLO: Tranquila, no pasa nada! ¿Café o mate?

-CLARA: Lo que prepares!

-PABLO: Ok, mate entonces! Si querés andá despertando a la dormilona!

Se fue para nuestra habitación y yo preparé la bandeja y fui un momento después.

Al entrar, ambas estaban recostadas en la cama, les dejé el desayuno, me tomé dos mates y una tostada, y antes de irme les dije:

-PABLO: Piensen en que hacemos esta noche, si quieren nos vamos a cenar a algún lugar!

-PATRICIA: Si amor! Buenísimo! Esta noche nos vamos algunas de las cervecerías que a vos te gustan!

Las saludé a ambas y me fui a trabajar pensando a qué lugar podíamos ir en la noche.

Por la tarde, llegaron después que yo, tomamos unos mates y me fui a bañar temprano para dejarles el baño libre para que se prepararan.

Mientras se preparaban, abrí una lata de cerveza y me fui al balcón a fumarme un cigarrillo, pasadas las nueve, estaba sentado en el sillón, cuando salieron del dormitorio ya arregladas.

Lo que vi me dejó de piedra, las dos estaban con unos vestidos súper sexys, súper corto, con tacos y maquilladas, hechas unas diosas y no pude dejar de decírselo:

-PABLO: Guauu! Están las dos hermosas! Creo que hoy voy a ser la envidia de todos los hombres!

-PATRICIA: Que exagerado!

Y mirando a Patricia con ese vestido corto, con la espalda descubierta, sin corpiño y con tacos altos, nunca la había visto tan sexy y tan atrevida! Y pensé por suerte lo usa conmigo, no sé si soportaría que salga así vestida con sus amigas.

-PABLO: ¿Y ese vestido?

-PATRICIA: Me lo regaló Clara para que me lo estrene esta noche!

-CLARA: Le queda muy bien! ¿No?

-PABLO: Muy Bien!! A las dos les queda muy bien! Realmente dos diosas!

Clara era realmente una mujer atractiva, nada voluptuosa, con un cuerpo agradable y proporcionado, muy parecido al de Patricia, al compararlas, podía ver que Pato tiene un poquito más de caderas y de culo, pero las tetas de Clara, eran un poquito más voluminosas.

Y mi lado depravado, no pudo sino tener unas imágenes inquietantes...


Patricia

Hablé por teléfono con Clara y me dijo que vendría a Mar del plata, Pedro la dejaba aquí y seguía para Bahía blanca, al volver se quedaba un par de días y luego regresaban a San Isidro.

Clara quería verme y conocer a Pablo, se iban a encontrar y tuve que contarle a Pablo del pub de Clara, no sólo le tenía que contar del pub, sino también que ya lo conocía, no le dije las veces que había ido, sólo que una vez Clara me había llevado para conocerlo. Tendría que hablar con Clara.

Al día siguiente hablé por teléfono con ella:

-CLARA: Hola Patito lindo!

-PATRICIA: Hola Clarita! Necesitaba hablar con vos, le conté a Pablo del pub, pero no le conté que estuve el día de la inauguración, ni las veces que fui, y por supuesto tampoco le dije como había ido vestida. Solo le dije que me habías llevado una vez a conocerlo y que después habíamos ido a cenar.

Por favor no vayas a meter la pata.

-CLARA: Tranquila bonita! Soy una tumba!

-PATRICIA: Me jode mentirle, pero no se si sería bueno que lo sepa todo.

Ese jueves que Clara llegó al mediodía, me llamo y se vino en un taxi para casa.

Nos saludamos con un abrazo y me robó un beso en los labios.

Almorzamos y charlamos hasta que llegó Pablo, los presenté y todo iba de maravillas.

Le dijimos que saldríamos a hacer unas compras y Pablo le dijo que se quedará a cenar con nosotros, y ella aceptó encantada.

Cuando salíamos, Clara me dijo:

-CLARA: Ay nena es re lindo tu marido! Y me encanta cómo te mira! Es un bombón!

-PATRICIA: Sí, tenés razón! Es un divino! Y estoy tan enamorada de él!

-CLARA: Se les nota!

Pablo cocinó y la cena estuvo bárbara, la pasamos muy bien los tres, hablamos mucho nos reímos mucho y nos tomamos varias cervezas, Pablo sobre todo.

Casi a la una y media de la mañana, Clara dijo que ya se iba, nosotras no, pero Pablo tenía que trabajar al día siguiente.

Dijo de tomarse un taxi, pero Pablo le dijo que no, que nosotros la llevábamos. A lo qué Clara le dijo que no, que no era necesario y que además habíamos tomado mucho.

Y de Pablo salió la invitación a que se quedara a dormir en casa, que podía tranquilamente dormir en la cama de la salita.

Clara dijo que no quería causarnos molestia, insistimos y al final se quedó a dormir en casa.

Le mostramos la salita, y Clara me miró con cara de pícara. Por suerte la cama tenía sábanas limpias.

Nos despedimos de ella y nos fuimos a dormir.

Al día siguiente Pablo se levanto y preparó el desayuno para los tres, Clara entró a nuestra habitación, vestida con la ropa del día anterior, yo solo con mi remerita de tirantes para dormir y una bombachita.

Pablo trajo el desayuno a la habitación, se tomó unos mates, comió unas tostadas y se fue a trabajar.

Nos quedamos un rato desayunando y charlando con Clara las dos recostadas en la cama.

Fue a buscar su teléfono a la salita y volvió, buscó algo y me mostró la pantalla. Era un video de ella completamente desnuda en la cama de la salita, masturbándose. El solo hecho de pensar que hacía unas horas y en nuestra salita, Clara se había masturbado, me provocó una excitación que disimulé de la mejor manera posible.

-CLARA: No me pude aguantar! Saber que has gozado tanto en esa cama me excitó mucho!

-PATRICIA: Sos una loca Clara! Pero por favor que Pablo no se entere!

-CLARA: Tranquila, como siempre, esto es solo entre vos y yo.

Después, Clara me dijo ir a comprar ropa, y le dije que sí, que no tenía nada que hacer en el día, ya le había avisado a Carlos que no iba a ir al sindicato.

Me levanté para ducharme y cambiarme y Clara se quedó recostada en mi cama.

Volví del baño, envuelta en un toallón y sin ningún tipo de reparo, me saqué el toallón y me cambié delante de ella. Podía ver su cara viéndome desnuda otra vez.

Salimos y nos tomamos un taxi hasta el shopping, Clara quería comprarse algo para la noche, e insistió tanto, que me terminó regalando un vestido hermoso para estrenarlo esa noche.

Almorzamos en uno de los restaurantes del shopping, con semejante calor me dijo de ir a su hotel un rato a la pileta.

En el taxi de camino al hotel, le dije que no tenía traje de baño, me dijo que ella me prestaba uno.

Entramos al espectacular hotel y subimos a su habitación, buscó de entre de su ropa, sacó dos pequeñas bikinis y me entregó una de color negro.

-PATRICIA: Es muy chiquita nena! No me tapa nada!

-CLARA: No seas cagona! Vamos a estar en el hotel no vamos a salir!

Ambas nos desnudamos allí mismo, una delante de la otra y nos pusimos las diminutas bikinis.

-PATRICIA: No puedo ir así hasta la pileta!

Y me dio un vestido veraniego suyo para que me ponga arriba. Ella hizo lo propio y bajamos a la pileta.

Nos sentamos en unas reposeras al costado de la pileta, y a los cinco minutos se acercaron dos muchachos. Amablemente les dimos el olivo. Minutos después, un hombre maduro nos invitaba un trago, nos volvimos a negar.

-CLARA: Dame la mano!

Estiré mi mano y me la tomó entre las suya y acercándose a mí, me dio un beso en los labios, ante mi cara de sorpresa, me dijo:

-CLARA: No me mires con esa cara! Es para que piensen que somos una pareja de lesbianas, y ya no nos molesten los moscardones.

Pareció haber dado resultado, ningún otro hombre se nos acercó y pudimos charlar un rato y tomar sol.

Volvimos a la habitación, Clara se dio un baño y a eso de las cinco de la tarde, nos fuimos para casa.

Pablo ya había llegado y estaba preparando unos mates.

Nos saludamos, y mientras tomábamos unos mates, nos preguntó:

-PABLO: ¿Ya pensaron dónde vamos a esta noche?

-CLARA: Yo voy donde ustedes me lleven! Confío en ustedes, sé qué donde me lleven la vamos a pasar bien!

-PATRICIA: ¿Te parece ir a cenar a una de las cervecerías que vos conoces y después a algún bar?

-PABLO: Perfecto, ¿Les parece nos vamos  tipo nueve de la noche?

-PATRICIA: Si, dale! Clara trajo ropa para cambiarse acá,  así no tenía que volver al hotel!

-PABLO: Ahora después de los mates, me doy un baño, así ya se los dejo libre para que se preparen.

Después de que Pablo se bañó y se preparó la ropa para ponerse, nos metimos en nuestra habitación.

Me di una ducha y salí del baño desnuda, Clara estaba también desnudándose en ese momento y al mirarme, entendí sin que dijera nada, me acerqué y le di un abrazo, aquella sensación de sus tetas contra las mías, me atraía de una manera que no podría explicar.

Me quedé desnuda mientras ella me secaba el pelo, luego nos vestimos las dos solo con tanguitas y el vestido, ambos vestidos eran muy sexys, el mío de color arena con un escote no muy pronunciado y la espalda descubierta y el de Clara era blanco con algo más de escote y también la espalda descubierta. Ambas con tacos altos, nos pusimos los accesorios, nos maquillamos y salimos al estar donde Pablo nos esperaba.

La cara de Pablo al vernos fue para un poster, diría que lo dejamos con la boca abierta.

Nos dijo que estábamos hechas dos diosas y que lo envidiarían todos los hombres.

Fuimos a una cervecería de las que le gusta ir a Pablo, nos pedimos unas cervezas, unas papas con queso y una tabla para picar.

El lugar estaba a reventar, y le di la razón a Pablo, no pasábamos desapercibidas, podía ver la cantidad de hombres que nos miraban.

La cena estuvo bárbara, yo me tomé otra cerveza, y Clara y Pablo un par más! Nos reímos mucho, la verdad que la pasamos muy bien.

Pasadas las doce, nos fuimos, dimos unas vueltas viendo la movida nocturna y terminamos en el bar que le gusta ir a Pablo, y a mí también por supuesto.

Estaba también lleno de gente, podía sentir las miradas de los hombres cuando entramos y buscamos alguna mesa o lugar en la barra.

Terminamos ubicándonos en uno de los costados de la barra que tiene unos bancos altos, en un principio, nos sentamos nosotras y Pablo quedó parado a nuestro lado.

Clara se tomó un gintonic, Pablo un Ron con cola y yo me pedí otra cerveza.

En un momento, Pablo fue al baño y nosotras nos quedamos en la barra esperándolo, no se alcanzó a ir, cuando ya teníamos tres moscardones encarándonos, ya veníamos alegronas las dos, y nos reímos sacándonos a los tipos de encima. Se fueron esos y aparecieron un par más, y luego otro par!

-CLARA: Nena, estamos matando!

-PATRICIA: Callate boluda! Que no se acerque más nadie! A ver si vuelve Pablo y se arme quilombo!

-CLARA: Tranquila! No pasa nada! Si querés repetimos lo de la pileta!

-PATRICIA: No boluda! Lo único que falta es que me vea alguien conocido dándote un beso!

Nos reíamos las dos cuando volvió Pablo.

Ellos se volvieron a pedir otro trago, pero yo ya no tomé más, por las dudas.

En una canción que me gustaba les dije de ir a bailar, Pablo se quedó terminando su trago, y nosotras nos fuimos a bailar. Por supuesto se nos volvieron a acercar varios hombres, a la distancia lo veía a Pablo mirándonos y riendo por la situación. Un rato después se nos unió, bailamos y nos reímos como unos locos.

Necesitaba ir al baño y le pedí a Clara que me acompañara, en el pasillo de los sanitarios estaba lleno de gente, como siempre el baño de las mujeres tenía cola y tuvimos que esperar para entrar.

Ya el ambiente estaba picadito, parejas a los besos por todos lados, mucha algarabía y muchos y muchas bastante borrachitos.

Entramos las dos a uno de los cubículos y nos turnamos para hacer pis, antes de salir, Clara me miró a los ojos, y sin darme tiempo a reaccionar, me dio un beso en la boca.

-CLARA: Siempre te dije que sería sincera con vos, y tengo que decirte que me encantaría estar con vos y con Pablo, ambos me parecen divinos, y de solo pensarlo se me moja! ¿Nunca pensaron en hacer un trío?

-PATRICIA: Nuestra sexualidad se viene ampliando, pero ni siquiera hemos fantaseado con alguien más!

-CLARA: Prometeme que si algún día lo quieren probar, va a ser conmigo! Por favor! Nada me haría más feliz!

-PATRICIA: Como siempre te digo, no te voy a prometer nada!

Y diciéndole esto, antes de salir, esta vez el beso se lo di yo, la abracé y le comí la boca, nuestras lenguas se encontraron y mi conchita acusó recibo. Cada vez me sentía más a gusto con esos contactos entre nosotras.

A volver a la barra, Pablo estaba hablando con una rubia bastante mona, sentí como una leve puntada de celos, ¿Quién era esa rubia?

Al acercarnos, Pablo nos vio y seguramente, le dijo a la rubia, porque automáticamente se dio vuelta para vernos.

-PABLO: Ella es Patricia mi esposa y Clara una amiga! Ella es Fernanda! Una ex compañera de trabajo en la consultora!

Nos saludamos las tres, y un par de minutos después, se despidió y se fue con un grupo de mujeres que estaban en otra mesa.

Recordé que hacía tiempo Pablo me había contado de una compañera de trabajo con la que casi pasó algo, pero no recordaba el nombre, ¿sería ella?

Seguimos charlando y riéndonos y no pude si no quedarme pensando, en la idea de Clara, de hacer un trío con ella y con Pablo, y viendo la buena onda que había entre los tres, creo que bastaría con que yo moviera alguna ficha con Pablo, para que quizás se pudiera dar.

Pero también pensé, que eso significaría abrir una puerta en nuestra sexualidad, que no estaba segura de querer traspasar, ni de las consecuencias que ello podría conllevar en nuestra relación.

La íntima cercanía con Clara, me generaba mucha curiosidad, pero no estaba segura, sí dar ese paso o no. El haber visto tantas veces su cuerpo desnudo, incluso ese excitante momento de placer compartido en su departamento, me hacía pensar, si realmente no lo estaba deseando.

Volvimos a bailar los tres, a reírnos y a pasarla bárbaro. Pasadas las tres de la mañana, Pablo dijo de irnos.

Por un lado quería seguir ahí, realmente la estábamos pasando muy bien, pero por el otro, quería llegar a casa, ir directamente a la salita a jugar con Pablo, estaba excitada, y a juzgar por las caricias de Pablo, él también.

Caminamos los tres del brazo hasta el auto, yo iba en el medio, entre juegos y risas, Pablo me tocaba el culo, y yo ya estaba que volaba de calentura.

Dejamos a Clara en su hotel y nos fuimos para casa. Ya en el trayecto, nos íbamos metiendo mano, Pablo metió la suya por debajo del vestido y llegó a mi tanguita, que por supuesto ya estaba húmeda.

Fue nada más entrar en casa, y nos comimos la boca, sin dejar de besarnos, fuimos directamente a la salita.

Pablo se sentó en la cama y yo quedé parada delante de él, metió sus manos dentro de mi vestido, me sacó La tanguita y me tocó las piernas y el culo.

-PABLO: Cómo me calentaste toda la noche con este vestido! No veía la hora de llegar a casa y hacerte el amor con el vestido puesto.

Me subí a la cama me acosté y abrir las piernas, Pablo aún de pie al lado de la cama, se fue desnudando. Su erección estaba a tope ya completamente desnudo, se subió a la cama y devoró mi empapada conchita. No tardé ni dos minutos en darle mi primer orgasmo.

Yo estaba muy caliente, creo que hasta en ese momento, pensé dos veces sí tentarlo con la posibilidad de hacer un trío con Clara, me contuve, no estaba segura si ese era el momento, preferí no decir nada y dedicarme a gozar con mi hombre.

Su cuerpo término sobre el mío, con sus brazos apoyados en la cama sosteniendo su peso, y su hermosa pija, buscando mi entrada, jugando con su glande por toda mi raja, hasta que ya no aguanté más, y le pedí que me la metiera.

La entrada fue lenta pero de un envión hasta el fondo. Qué placer! Cuántas ganas tenía de sentirlo dentro mío!

Sus embestidas me sacaron un segundo orgasmo, mientras su lengua invadía mi boca y la recorría a voluntad. Me deje hacer, me entregue, me rendí al placer, cada embestida, cada caricia, cada beso, cada lamida, me llevaban al éxtasis.

-PABLO: Como me calentás! Como amo tu cuerpo y tu placer! Soy el tipo más afortunado del mundo de poder disfrutar de tu cuerpo! Me volvés loco mi amor!

-PATRICIA: Vos me volvés loca! Me haces volar de placer! Quiero darte todo! Quiero ser completamente tuya! Quiero Volverte loco! Quiero darte lo único virgen que me queda, darte mi culito, quiero que por fin sea tuyo, porque sos el amor de mi vida!

-PABLO: ¿Si mi amor? ¿Querés que te coja el culito?

-PATRICIA: Si mi amor, quiero que también disfrutes de mi culito, cuando vos quieras es tuyo! Quiero probarlo!

-PABLO: ¿Querés que probemos ahora? Tendríamos que prepararlo para que no te duela!

-PATRICIA: Si mi vida, ahora! Preparalo machito mío y te lo entrego! Y así soy completamente tuya!

Se levanto de la cama y volvió con un pote de aceite neutro, de los qué usamos para los masajes, me di vuelta, quedando con el culo para arriba, levantando las caderas, para darle un mejor acceso, me empezó a tocar a besar y a lamer, recorriendo mi culo con su lengua, cuando llegó a mi esfínter, me volví loca, qué sensación! Sentir su lengua jugando en mi culo, me transportó, como no hicimos esto antes! Luego fue un dedo, lo introdujo suavemente, haciéndolo girar, y dándome un placer desconocido, luego sentí el aceite y sus dedos desparramándolo, luego volvió a entrar su dedo, lo sentía resbalar deliciosamente.

Después fueron dos, y creo que luego tres, los sentía entrar y salir y me producía una sensación agradable, hasta ahí ningún dolor. Siguió jugando con sus dedos un buen rato, me iba diciendo que me aflojara, que relajara los músculos, que me deje llevar, y yo por supuesto me dejé llevar, su otra mano jugaba con mi clítoris, teniéndome al borde de un nuevo orgasmo.

-PABLO: ¿Probamos?

-PATRICIA: Si mi amor, ya te quiero sentir adentro!

Me hizo poner de costado, como para hacer cucharita, pude sentir su glande apoyarse y jugar en mi orificio. Era una sensación placentera, lo sentía resbalar.

Primero fue una pequeña presión, lo podía sentir tratando de invadir mis entrañas.

-PABLO: Vamos a probar, pero prométeme que si molesta o duele me lo decís!

-PATRICIA: Si mi amor te lo prometo, pero por favor metelo, lo quiero sentir!

Y dicho esto sentí una presión cada vez mayor, me afloje para que pudiera entrar, lentamente sentía cómo se me abría, y como mi pijudito iba ganando milímetros en mi recto, el dolor era soportable, sabía que ya pasaría.

-PABLO: Ya entró el glande!

-PATRICIA: Seguí mi vida! lo quiero todo adentro!

Siguió empujando lentamente, y yo comencé a mover mis caderas, provocando un pequeño vaivén, acompañando sus movimientos.

Esperaba el momento en que su cuerpo se juntara con el mío, eso significaba que había entrado toda.

Fue muy lento y muy suave, podía sentirlo poniendo un poco más de aceite, para que su pija resbalara en mi interior.

Sentía mi esfínter dilatándose, al principio ese pequeño dolor, como una punzada, pero no dije nada, él fue muy lento y mi culo se iba acostumbrando a su conquistador. En un principio creí que costaría, o que me iba a doler mucho, pero estaba tan excitada, y lo deseaba! Que mi macho se adueñara de mi culo!

Hasta que por fin sentí su cuerpo hacer contacto con el mío

-PABLO: Ya entró toda mi cielo! ¿Duele?

-PATRICIA: No mi amor! Ahora cógeme, pero despacito!

-PABLO: Movete vos, al ritmo que vos quieras!

Y me empecé a mover, lentamente, de a poquito, me movía un poquito para adelante y volvía a chocar mi culo con su cuerpo, así varias veces, hasta que me empecé separar cada vez más, era una sensación extraña, mezcla de dolor y excitación, pero empezaba a ser placentera, me sentía feliz de entregárselo, quería que de ahora en más, formara parte de nuestros juegos, para su placer, para el placer de mi macho y el mío, sentirme completamente entregada a mi hombre, al amor de mi vida!

-PATRICIA: Ahora vos mi vida! cogeme! Soy completamente tuya, mi cuerpo es todo tuyo! Todo tuyo machito mío!

-PABLO: Cuánto te amo putita mía!

-PATRICIA: Si mi amor! toda putita para vos! Para tu placer!

Y comenzó a bombearme un poco más, ya entraba y salía, casi por completo.

Con su mano derecha, tocaba mi clítoris, estaba a punto de acabar, y se lo dije.

-PATRICIA: Te acabo mi vida!

No terminé de decirlo, cuando explote en un intenso orgasmo, al momento que lo sentía, acabar a él también, sellando definitivamente su conquista.

Nos quedamos abrazados y besándonos por un buen rato.

-PABLO: Gracias mi amor! Me gustó mucho!

-PATRICIA: A mí también mi cielo! Ahora vamos a disfrutarlo siempre! Ya es tuyo!

Unos momentos después, nos quedamos dormidos y abrazados.

Nos despertamos pasado el mediodía, mientras tomábamos unos mates y comíamos algo, Pablo me preguntó:

-PABLO: Amor, ¿tenés algún plan para hoy con Clara?

-PATRICIA: No amor! No hablamos nada, pero supongo haremos algo, Pedro vuelve mañana, hoy estará sola otra vez!

-PABLO: ¿Querés decirle y nos vamos a alguna playa? Hoy está para playa!

-PATRICIA: Esperá que le pregunto!

Le mandé un mensaje a Clara para ver si estaba despierta, me contestó al momento y la llamé por teléfono. Le propuse ir a alguna playa y le encantó la idea. Quedamos en que en una hora la pasábamos a buscar por el hotel.

Me puse la bikini azul que Pablo me había regalado hacía un tiempo, recuerdo que cuando me la regaló, me pareció un poco atrevida, pero en este momento, donde estaba un poco más “suelta” decidí ponérmela. Es bastante chiquita, sobre todo de atrás, que me tapa bastante poco el pequeño triángulo de tela, dejando bastante culo a la vista. Pero iba con Pablo, nada me preocupaba. Me puse un vestido corto de verano arriba y unas sandalias playeras. Pablo con su short de baño y una remera. Preparé el mate y algo para comer, puse en un bolso todo lo necesario y nos fuimos.

Llegamos al hotel y ella ya nos esperaba en la puerta, nos saludamos y nos fuimos a una de las playas del sur, en un balneario donde trabaja como encargado Marcelo, un conocido de Pablo, que siempre nos deja a mucho menor precio una carpa con reposeras.

Saludamos a Marcelo y nos ubicó en una carpa a medio camino entre la playa y el parador.

Había bastante gente, a pesar de no ser temporada. Clara y yo nos quedamos en bikini, la de clara era una bikini blanca, también bastante diminuta, nos untamos bronceador mutuamente y nos pusimos a tomar sol, mientras Pablo que no es muy amante del sol, se sacó la remera y se quedó a la sombra de la carpa cebando mate.

-PATRICIA: Cómo pica el sol! Parece enero!

-CLARA: Cuanto tiempo hacía que no hacía playa!

Charlamos mientras tomábamos mate, contándole a Clara que estábamos viendo donde irnos de vacaciones en enero, Pablo había pedido las suyas para la segunda quincena, y estábamos decidiendo entre Córdoba, San Martín de los Andes, Entre Ríos o Uruguay.

Cuando nos quedamos sin agua, Pablo dijo que estaba muerto de calor, que se iba a dar un chapuzón, nos dijo si íbamos con él, pero le dije vaya, que después iríamos nosotras.

-PATRICIA: No sabés que noche anoche!

-CLARA: ¿Sí? ¿Cogieron lindo?

-PATRICIA: Mortal…! Se lo di!

-CLARA: ¿Qué le diste?

-PATRICIA: El culo boluda!

-CLARA: ¿Y? ¿Cómo estuvo?

-PATRICIA: Pensé que sería más doloroso! Pero no! Un poco al principio, pero después me encantó! Qué boluda, cómo no lo hicimos antes!

-CLARA: Ahora si sos una putita completa!

-PATRICIA: Callate boluda!

-CLARA: Sos muy mala! Vos cogiendo como coneja, y yo tocándome sola en el hotel! Eso es contar dinero delante de los pobres! Pero… ¿sabés qué?

-PATRICIA: ¿Qué? Contame!

-CLARA: Me masturbé pensando en ustedes dos, me imaginé a los dos devorándome, comiéndome y chupándome toda! ¿Y querés saber en qué momento acabé?

-PATRICIA: Basta boluda!

-CLARA: Acabé imaginando que Pablo me cogía mientras vos me chupabas la conchita!

-PATRICIA: Pará boluda! No me pongas imágenes en la cabeza!

-CLARA: Que lindo orgasmo me saqué! Después dormí como un angelito!

-PATRICIA: Basta boluda que ahí vuelve Pablo!

Lo veía venir a Pablo y confirmaba cuanto me gustaba, no tiene un cuerpo de gimnasio, pero tiene un buen porte, y a pesar de la cerveza que toma, hasta ahora, no tiene panza. Me giré para verla a Clara y me di cuenta que también lo miraba acercándose a nosotras.

-PABLO: Un poco fría! Como siempre al principio, pero después…. Hermosa!

Tomamos otros mates pensando que haríamos por la noche, al otro día ya volvía Pedro y esa noche era la última con Clara.

Decidimos ir a cenar, pero esta vez, Clara dijo que era ella la que invitaba. Pasadas las siete de la tarde, dejamos a Clara en su hotel y nos fuimos para casa.

Pablo se baño primero y me dejó el segundo turno, como todas las mujeres, tardo mucho más que él en bañarme y cambiarme.

Me puse una minifalda negra que nunca había usado, me la habían regalado hace tiempo para un cumpleaños, y como era bastante corta, nunca me había atrevido a usarla. Arriba una camisola blanca de mangas anchas tres cuartos, con volados en el frente y por supuesto sin corpiño, y unas sandalias de taco alto blancas. Me recogí el pelo y me puse unos aros en forma de argollas grandes, un collar haciendo juego y me maquillé.

Mientras me cambiaba, no podía dejar de pensar en lo que me había dicho Clara en la playa, se me venían a la cabeza, montones de imágenes de los tres desnudos, besándonos y tocándonos como había visto en el pub de Clara. ¿Acaso estaba deseando compartir cama con Pablo y con Clara? Aunque esas imágenes me provocaban cierta excitación, no estaba segura de querer o poder llegar a eso, más aún llevando a Pablo a ese terreno, sin saber las consecuencias que podría tener el proponérselo. Imagino que de aceptar, podría él luego, querer realizar otras variantes, como estar con otro hombre, cosa que creo desecharía de plano o por el contrario, que no aceptara y pensara que mi deseo es tener relaciones con otras personas. Todo un embrollo!

Cuando salí del dormitorio, Pablo me miró y me dijo:

-PABLO: Ay amor! Me parece que en vez de salir a cenar, te llevo para la salita!

-PATRICIA: Callate exagerado!

-PABLO: Es que estás terriblemente sexy amor mío! Nunca te había visto con esa minifalda!

-PATRICIA: Vos también estás bien guapo!

Se acercó, me comió la boca y me tocó las tetas, comprobando que no llevaba corpiño!

-PABLO: Y sin corpiño!

-PATRICIA: Es para volverte loco!

-PABLO: Y bien loco que me volvés! Pero vos tenés que entender que no puedo ir por ahí, con el amigo endurecido!

Nos reímos los dos, y bajamos para irnos.

Llegamos al hotel de Clara, le avisé que ya estábamos abajo y la esperamos hasta que bajó.

Venía con un vestido bordó, incluso más corto que mi pollera, y al verla caminar, me di cuenta por el bamboleo de sus pechos que también venía sin corpiño.

Al subir al coche, ambos le dijimos que estaba hermosa.

Clara eligió el restaurante, uno bastante coqueto, donde ya había hecho una reserva por teléfono.

La cena estuvo espléndida, disfrutamos de una entrada de frutos de mar, lenguado provenzal y de postre brownie con helado. Todo delicioso y muy bien atendidos.

Del restaurante volvimos a ir al bar del día anterior, donde la habíamos pasado tan bien.

Como era la última noche que estábamos juntos, Clara dijo de tomar un champagne para brindar y despedirnos.

Como llegamos algo más temprano que el día anterior, conseguimos una mesa cerca de la barra.

Por supuesto que después de dos copas, ya estaba bastante alegrona y me reía de cualquier cosa, estaba como suelta, en un par de ocasiones, le comí la boca Pablo, ante la mirada de Clara.

En un momento necesité ir al baño y le pedí a Clara que me acompañara, ya dentro del cubículo del baño donde entramos juntas, nos abrazamos y Clara buscó mi boca para besarme, la encontró y nuestras lenguas se encontraron. Y como si me lo hubiera pedido, bajé los breteles de su vestido dejando sus tetas al aire, desprendí los botones de mi camisa, y apoyé mis tetas en las suyas, mientras volvía a besarla. Me sentía excitada, desbocada, a pesar de mi situación alcohólica, sabía que estaba jugando con fuego, que a pesar de tomarlo como un juego, estaba tomando un camino que podía no tener retorno, y a pesar de que era con una mujer, sentía que le era infiel a Pablo.

Esa dualidad de sentimientos, por un lado esa sensación de lo prohibido, y por el otro la culpa.

Nos arreglamos la ropa y salimos del baño, Pablo nos esperaba en la mesa, mientras caminábamos hacia ahí, sonó una canción y Clara me arrastró de la mano a bailar.

Por un momento perdí de vista a Pablo, entre tanta gente, no podía ver la mesa.

Un par de hombres se nos acercaron bailando muy cerca de nosotras, un poco borracha como estaba, no entendía lo que decían y me reía como una loca. Clara me tomó de la mano y nos alejamos un poco de esos tipos. Por entre la gente lo pude a ver a Pablo, supongo que buscándonos con la mirada, le dije a Clara de volver a la mesa, para que no se preocupara, miramos las dos hacia la mesa, y como Pablo miraba para otro lado, Clara me dio un beso en la boca.

-PATRICIA: Para boluda! Nos pueden ver!

Y Clara tan borracha como yo, tomándome de la cintura me dijo:

-CLARA: No pasa nada! Nadie nos ve!

Después de eso volvimos a la mesa.

-PABLO: Ya me estaba preocupando, pensé qué mis dos chicas me habían abandonado!

-PATRICIA: No tontito mío! Cómo te vamos a abandonar!

-CLARA: Jamás haríamos eso!

Nos sentamos en la mesa, el champagne se había terminado y Clara pregunto si pedíamos otro, yo le dije que para mí era suficiente, Pablo también estaba picadito y Clara le dijo:

-CLARA: Si me acompañas pedimos otro! La vida es una sola y esta noche es única!

Pablo asintió y fue a la barra a pedir otro champagne.

Yo sólo probé un sorbito, no quería pasarme con el alcohol, y entre risas se nos fue la segunda botella.

Pasadas las dos de la mañana, salimos del bar, bastante borrachos los tres, íbamos a los tumbos, pero riéndonos como adolescentes.

-CLARA: La paso muy bien con ustedes! Quisiera que esta noche no se termine!

Dijo Clara mirándome con cara de pícara!

A pesar de mi borrachera, tuve la lucidez para entender la indirecta. El auto estaba a un par de cuadras y caminábamos los tres abrazados, esta vez Pablo en el medio de las dos.

Antes de subir al auto, Clara de su pequeña cartera, sacó un porro y un encendedor.

-CLARA: Espero no les molestes!

Y Pablo contestó:

-PABLO: No nos molesta mientras convides!

Pablo apoyado sobre el auto, yo me apoye de espaldas a él y Clara al costado nuestro, encendiendo el porro.

Le dio una calada y se lo pasó a Pablo qué le dio la suya y se lo devolvió, Clara me miró y acercó su mano a mi boca, lo miré a Pablo y le di una pitada.

Aquella situación me parecía por demás excitante, y si en ese momento alguien dijera de irnos los tres a la cama, hubiera firmado sin ningún reparo.

Estaba por demás excitada, necesitaba sentir a Pablo dentro mío, y para qué negarlo, a Clara desnuda y besándome, apoyando sus tetas en las mías. Por Dios! Qué excitación tenía, Estuve a punto de decirles de ir a casa los tres y jugar en la salita, se me vino la imagen de Clara, siendo cogida por Pablo mientras yo le chupaba la concha, en unos pocos segundos, me imaginé a los tres desnudos disfrutando de nuestros cuerpos, Pablo cogiéndonos a las dos, las dos chupándole la pija, Clara chupándome las tetas, una sucesión de imágenes, a cual más excitante, ya me sentía totalmente mojada y necesitada de tener un orgasmo, en ese momento creo que no me hubiera importado quién me lo sacaba.

El porro se terminó, y Clara nos abrazo a los dos, tocados como estábamos nos abrazamos los tres, y Clara nos agradecía, lo bien que lo había pasado con nosotros.

Subimos al Auto, Pablo estaba bastante borracho, pero fue manejando muy despacio, esquivando las avenidas.

Llegamos a la puerta de su hotel, y los dos bajamos para despedirla.

-CLARA: Estoy muy agradecida con ustedes por estos días! Son dos hermosas personas, que me hicieron sentir maravillosamente bien!

-PATRICIA: A vos corazón por hacernos reír tanto!

-CLARA: Quiero devolverles la gentileza, los espero cuando quieran en San Isidro,  serán bienvenidos en casa, y en el pub, siempre habrá una mesa especial esperándolos!

-PABLO: Gracias a vos por la buena onda! Ha sido un gusto conocerte y te esperamos cuando gustes!

Nos abrazamos los tres y sin esperarlo, Clara nos dio un pico a cada uno.

Se separó de nosotros y caminando hacia la entrada del hotel, al dar tres pasos, se dio vuelta y haciendo una reverencia, nos dijo:

-CLARA: Gracias! Los quiero!

Subimos al auto y fuimos para casa, al entrar, fuimos directamente a la salita, yo estaba tremendamente excitada, y necesitaba que Pablo me devore! Que me arranque los orgasmos que quiera, como solo él sabe hacerlo.

Hicimos el amor por más de una hora, en todas las posiciones, me sacó tres orgasmos bestiales, me volvió loca de placer, le di todo lo que me pidió, hizo conmigo cuanto quiso y yo por supuesto lo gocé. Terminamos los dos en un tremendo orgasmo mío, mientras sentía como se descargaba en mi conchita.

Transpirados los dos, no nos quedó resto para nada más, y abrazados nos quedamos dormidos… pero solo por un rato…

Continuará…