Los intrincados caminos de un amor (07)

Los intrincados caminos de un amor Capítulo 7

Los intrincados caminos de un amor

Capítulo 7

Patricia

Después de las cuatro semanas del cambio de medicación, volvimos con Pablo a ver a la doctora Brizuela, me dijo que por los próximos dos meses, siguiera con la dosis que venía tomando, después de ese tiempo, veríamos de reducirla de acuerdo a como iba respondiendo mi cuerpo, hasta llegar a la mínima dosis que controlara los episodios.

Volví al trabajo del jardín y también por las tardes al sindicato. No tenía días fijos para ir, pero solía ir dos o tres veces por semana algunas horas, y después trabajaba haciendo los escritos desde casa y enviándolos por mail.

Ese mes solo hubo, una reunión un día viernes y posteriormente una cena en un restaurante con algunos delegados y los altos cargos de las comisiones.

Mi intención era tratar de no quitarle horas a los momentos que podía estar con Pablo.

Al mes siguiente, Carlos me avisó que tendríamos que viajar a Buenos Aires, saldríamos como siempre los jueves, pero esta vez volveríamos el domingo, había una cena el sábado por la noche en la sede de San Isidro, por cumplirse el aniversario de la inauguración de esa sede.

Cuando se lo conté a Pablo, no puso buena cara, hacía tiempo que no viajaba y me dijo que se había acostumbrado a tenerme todos los días en casa.

El miércoles por la noche, preparé mi bolso con la ropa para esos días. Desde que habíamos empezado a jugar con Pablo, mi ropa interior, había cambiado mucho, a él le gustaban tanto las bombachas chiquitas y tangas, y entre las que él me regalaba y las que yo me compraba, de las qué usaba antes, ya casi no me quedaban, así que guardé unos conjuntitos de varios colores, y por las dudas, el vestido y los zapatos que Carlos me había comprado en aquel primer viaje a La Plata.

Como en otros viajes, Pablo me fue a buscar a la salida del jardín, y me llevó al sindicato.

El bolso quedaba en el auto, me cambiaba en el jardín, dejaba todo en el auto y como siempre nos despedíamos en el auto en la puerta del sindicato.

-PABLO: ¿Los lleva el chico de siempre?

-PATRICIA: Supongo que sí, ahí está cargando las cosas en el auto. Bueno mi cielo bajo así ya cargo todas mis cosas. Te voy a extrañar mi vida!

-PABLO: Y yo no te das una idea! Encima esta vez, tengo que esperar hasta el domingo! Cuídate por favor! Cuando puedas me llamas vos, así yo no te jodo cuando estás ocupada o en reuniones.

-PATRICIA: Si mi cielo! Quedate tranquilo que yo te llamo! Te amo mi vida!

-PABLO: Y yo a vos! Buen viaje! Avísame cuando lleguen, así me quedo tranquilo!

Bajé del auto, saludé a Cristian y le di el bolso para que lo guardara en el auto.

Saludé a Pablo a la pasada, como siempre tirándole un beso con la mano y diciéndole te amo en silencio.

Entré al sindicato a saludar a María Marta, conversamos un rato y me dijo qué Carlos no vendría para el sindicato, que iríamos con Cristian a buscarlo a su casa.

Salimos con Cristian y en poco más de diez minutos llegamos a la casa de Carlos, Cristian bajó y le avisó por el portero eléctrico que ya estábamos abajo.

Minutos después, salió Carlos con su auto de la cochera del edificio. Bajó del auto, nos saludó a los dos y Cristian pasó las cosas del auto del sindicato al de Carlos, yo no sabía de esto, pero enseguida me di cuenta de que Cristian no nos llevaría, iríamos sólo Carlos y yo. ¿Esta movida habrá sido adrede para que Pablo no vea que solamente íbamos Carlos y yo en su auto?

Cristian se despidió de nosotros y se fue, subimos al auto y le dije a Carlos:

-PATRICIA: Creí que nos llevaba Cristian

-CARLOS: Nos iba llevar él, pero su mamá está con problemas de salud y la operan mañana a la mañana. No podía hacerlo viajar, mientras operan a su madre, le dije que íbamos en mi auto.

-PATRICIA: ¿Es grave?

-CARLOS: Una infección después de la operación de cadera que le hicieron hace tres semanas.

-PATRICIA: Uh, que macana! pobre!

-CARLOS: Le dije a Cristian que te trajera hasta acá, por las dudas, no sea cosa que tengas problemas con tu marido, y después le dije que se fuera directamente para su casa a atender a su madre.

Carlos supuso que tendría problemas con Pablo, si mi esposo supiera que me iba sola con él  creo que tenía razón, tranquilamente se podría pensar que me iba unos días a Buenos Aires con un amante. Por suerte no se enteró, ya vería al volver si se lo contaba o no.

Durante el viaje Carlos me fue comentando de las reuniones, de lo que teníamos que preparar y me dijo que esta vez iríamos a un hotel en San Isidro, para no tener que ir y venir de allí a Buenos Aires.

Llegamos a San Isidro faltando minutos para las seis de la tarde, nos alojaríamos en un hotel boutique y spa de esa ciudad, no era muy grande, pero era realmente hermoso.

Dejamos nuestras cosas en las habitaciones, y nos fuimos a reunir con unos delegados de esa ciudad y uno de una localidad vecina.

Salimos como a las ocho y media y Carlos me dijo de ir a cenar, fuimos a un lindo restaurante donde nos atendieron de maravilla y comimos muy bien.

El viernes por la mañana, después del suculento desayuno del hotel, nos fuimos a una reunión, era a las once de la mañana con los delegados de Beccar, Tigre, Vicente López, Martínez y San Fernando.

La reunión se extendió  casi hasta la una del mediodía, cuando salimos Carlos me dijo de ir a almorzar. Fuimos a un coqueto restaurante, donde comimos un excelente asado.

Mientras comíamos el postre, Carlos me dijo:

-CARLOS: Patricia esta tarde tengo cosas que hacer, así que te queda la tarde libre. Por la noche vamos a cenar con el delegado de Olivos que no llegó a la reunión.

-PATRICIA: Perfecto, aprovecho y paseo un poco así conozco San Isidro y veo que regalo le puedo llevar a Pablo.

Me dejó en el hotel y se fue, no sé por qué me imaginé que se encontraría con Clara, quizás sexto sentido de mujer, aunque estando en un lugar de gente conocida, quizás no se expondría a que la vieran con Carlos.

Me cambié y salí a caminar por el centro, buscando que comprarle a Pablo, llevarle un regalo de cada viaje, era mi forma de que supiera, que a pesar de la distancia, lo tenía presente, que estaba pensando en él.

Entré en una casa de ropa interior y me compré un par de conjuntitos nuevos de varios colores, para estrenarlos jugando con él. A Pablo le compré un par de remeras, y me arriesgué a comprarle un par de zapatos que me encantaron para cuando se viste de sport, espero le queden bien.

Volví al hotel como a las siete de la tarde y me di un baño, seguramente Carlos me diría de cenar en algún lado, y así fue, pasadas las ocho me mandó un mensaje para decirme que a las nueve estuviera lista que iríamos a cenar, no pude dejar de imaginarme qué había pasado la tarde con Clara aprovechando que estaban ambos en la misma ciudad, y la pregunta que me hice fue ¿Dónde se habrán encontrado?

Como no me aclaró si iríamos a un lugar coqueto, me puse un jean, una camisa blanca y un saco marrón de paño hasta la cintura.

A las nueve en punto,  golpeó la puerta de mi habitación,  al abrir me lo encontré vestido de sport, aunque debo decir, que se ponga lo que se ponga, siempre está elegante, siempre con buena ropa y bien perfumado, ya le conozco los tres perfumes que usa, cuando está de traje y corbata usa uno, otro cuándo va elegante pero sin corbata y otro cuando viste más casual.

Fuimos a cenar a un bonito restaurante de comida española y entre los dos, dimos cuenta de una exquisita paella.

De postre, una porción de bandullo, una típica receta gallega muy rica que yo nunca había comido, que la compartimos, la paella y el postre, nos habían dejado pipones.

Mientras tomábamos un café me dijo:

-CARLOS: Patricia, mañana por la mañana,  nos reuniremos con Pedro en la sede del sindicato y por la tarde a eso de las cinco más o menos, iremos al acto de  inauguración del nuevo campo de deportes y recreación de la filial, que concluirá con un coctel a las siete de la tarde.

-PATRICIA: Perfecto!

-CARLOS: Y a la noche, Pedro y Clara nos invitaron a la inauguración del pub que han montado aquí en San Isidro.

-PATRICIA: ¿Pusieron un pub?

-CARLOS: Así es! aunque tengo que avisarte para que estés al tanto! Que no es un pub de los más común, es.... como decirlo... "gay friendly" y con un ambiente un poco más… cómo decirlo…. más descontracturado… más liberal, se podría decir!

-PATRICIA: Un bar para gays!

-CARLOS: En realidad no solo para gays, para todo el que quiera ir!

-PATRICIA: ¿Idea de Clara?

-CARLOS: Cuando Pedro me lo contó, yo pensé lo mismo, pero la idea fue de él, no hay por aquí un lugar así  y la gente se va a Buenos Aires, y él, zorro viejo y con los medios para hacerlo, vio el negocio y decidió montarlo en una casona que estaba desocupada, me dijo que con las modificaciones y la ambientación quedó espectacular y que esperan que vaya mucha gente.

-PATRICIA: Está muy bien! en muchos lugares los gays y lesbianas no son bien vistos!

-CARLOS: Me contó Pedro, que tiene grandes expectativas de que sea un boom, incluso que tiente no solo a gente que sea de San Isidro, que también venga gente de otras ciudades.

-PATRICIA: ¿Y lo pensaron con lugares para encuentros íntimos?

-CARLOS: Eso sí que no lo sé!, pero conociendo a Pedro, no sería de extrañar!

-PATRICIA: Supongo que en Buenos Aires habrá lugares así, como en Europa!

Y con una sonrisa pícara me dijo:

-CARLOS: Veo que estás informada!

Me dio un poco de vergüenza su comentario y le contesté:

-PATRICIA: Solo de haberlo leído alguna vez y de hablarlo con mis amigas que sí los conocen! Te imaginarás que con la poca noche que tengo, nunca he estado en un lugar así!

-CARLOS: Pues será tu primera vez! Igualmente quedate tranquila, vamos a ir un rato tan solo y no muy tarde nos volvemos para el hotel.

Volvimos al hotel y ya en mi habitación lo llamé a Pablo, por supuesto, por el momento, no le contaría lo del pub, no sé cómo lo podría llegar a tomar.

Hablamos unos minutos, el ya estaba en casa y le dije que jugáramos un ratito, le encantó la idea.

Me saqué toda la ropa y me acosté en la cama completamente desnuda, Pablo hizo lo propio en la salita de juegos, y nos empezamos a masturbar el uno para el otro mientras recordábamos alguna de nuestros encuentros más calientes.

Cerca de la una de la mañana dijimos de irnos los dos a descansar, pero antes le conté de la inauguración del campo de deportes de la filial, y que luego de eso habría una cena.

Pablo me dijo, que en la noche, saldrían con Miguel y con Juan a tomar unas cervezas, le dije que estaba perfecto que aprovechara la salida con sus amigos, que la pasara bien, pero poniéndole carita de niña buena, le dije que volviera sólo a casa, que no se enganchara a ninguna chichi por ahí, y sonriendo me dijo que me quedara tranquila, que no tenía pensado nada de eso y que no veía la hora de que ya fuera domingo. Nos despedimos y ambos nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente, mientras desayunábamos, Carlos me contó que el viernes por la tarde, había ido hasta a ciudad de Pilar, había acordado un encuentro con el médico que está tratando la enfermedad de Ernesto, para ver cómo iba el tratamiento y ver cuándo lo podrían operar, y yo pensando qué había pasado una tarde sexual con Clara.

Nos reunimos con Pedro a las once de la mañana y terminada la reunión, al despedirnos, me dijo que me esperaba a la noche con Carlos en "El Edén", así se llamaba el pub que se inauguraba esa noche.

De ahí nos fuimos al hotel a almorzar y a descansar un poco. Hablé con Pablo casi media hora y me dormí una pequeña siesta.

Pasadas las cuatro y media de la tarde, Carlos golpeó la puerta y salimos para el camping de la filial.

El lugar era realmente hermoso, un gran predio de diez hectáreas con un enorme quincho para que compartan los afiliados, cuatro canchas de fútbol para once jugadores y dos de fútbol cinco, tres piletas de natación con diferentes profundidades, baños y vestuarios a su lado, cuatro canchas de pádel, dos de tenis y un enorme gimnasio techado con espacio para actividades bajo techo, una cancha de básquet o hándbol con un lustrado piso de madera, un amplio bar y restaurante con salida hacia uno de los costados a una hermosa terraza con mesas bajo unas amplias sombrillas. También un salón de usos múltiples donde los afiliados podrían organizar fiestas de casamientos o cumpleaños.

Realmente, era un lugar hermoso y muy completo para los trabajadores.

Cerca de las siete de la tarde, fuimos a uno de los salones donde se realizaría el ágape.

Habría allí cerca de doscientas personas, varias mesas con manteles blancos, un batallón de mozos y mozas sirviendo canapés, sándwiches de miga, bocaditos y un montón de bebidas.

Todo estaba realmente delicioso y Carlos me dijo:

-CARLOS: No sé vos Patricia, pero yo después de todo esto, creo que no voy a poder cenar!

-PATRICIA: La verdad yo ni pienso en cenar, todo estaba muy bueno y comí como si fuera la última vez!

Volvimos para el hotel casi a las nueve de la noche, y cuando entrábamos Carlos me preguntó:

-CARLOS: ¿Vos estás para cenar?

-PATRICIA: La verdad es que no puedo pensar en cena!

-CARLOS: Patricia, pasa un momento por mi habitación, por favor!

Abrió su habitación y me cedió el paso, apoyo su abrigo y fue hasta su placard, lo abrió y sacó un bolsa de ropa, otra vez me había comprado ropa!

-CARLOS: Supuse que no traerías ropa para esta noche y te compré algo para que te pongas, espero te guste y te quede bien!

-PATRICIA: Carlos, por favor! no me podes comprar ropa todos los viajes!

-CARLOS: Es solo un vestido y unos zapatos, nada más! no te hagas tanto la cabeza! no es para tanto, y si vamos a un bar nocturno, podemos ir bien vestidos! no le des muchas vueltas, aprovechá y disfrutá, no hacés nada malo con disfrutar!

-PATRICIA: Esta bien, pero ya sabes que no puedo volver a casa con esto! no quiero tener que dar explicaciones o llegar a tener  problemas con Pablo!

-CARLOS: Tranquila que yo me lo llevo a mi casa, pero ya sabés que en el momento que lo necesites, me avisas y lo tenés!

-PATRICIA: ¿A qué hora creés que nos iremos?

-CARLOS: ¿Yo calculaba tipo once, qué te parece?

-PATRICIA: Perfecto! a esa hora estoy lista! Espero me quede bien!

-CARLOS: Creo que te va a quedar bien, es el mismo talle que el anterior y comprado en la misma casa!

Carlos me entregó la bolsa y me fui para mi habitación, al entrar dejé la bolsa en la cama y empecé a sacar la ropa, una hermosa chaqueta blanca hasta la cintura, un vestido color salmón y en el fondo de la bolsa, la caja de los zapatos, un hermoso par de sandalias blancas con el taco bastante alto, creo que nunca en mi vida me puse un taco tan alto.

Tomé el vestido y lo abrí, al verlo me pareció bastante corto y al darlo vuelta, me di cuenta que tenía la espalda descubierta, ¿podría usar corpiño con este vestido?

Me saqué la ropa, quedando sólo con la ropa interior, me probé el vestido delante del espejo de la habitación, era un vestido hermoso, pero bastante más corto de lo que suelo usar, unos quince o veinte centímetros por sobre las rodillas, me quedaba bárbaro, pero cuando me di vuelta, el corpiño se veía por completo, y la verdad quedaba horrible.

Me saqué el corpiño, y me volví a poner el vestido, me quedaba mucho mejor sin el corpiño, por suerte la chaqueta blanca me cubriría la espalda y el frente por si en algún momento se me endurecían los pezones no se notara. Me puse las sandalias y la chaqueta, realmente me quedaba perfecto, como mis tetas no son grandes, no se marcaban tanto en la tela.

Me di un buen baño, me sequé el pelo y me lo recogí en una coleta, me puse una de las tangas blancas que había llevado y me terminé de vestir.

Mientras me miraba, pensaba que nunca antes, me había puesto un vestido tan atrevido, ni tan corto, ni con ese escote, con la espalda al aire, y menos aún, unos tacos tan altos,  pero me veía muy bien, me veía elegantemente sexy, aunque pensaba que me hubiera gustado ponérmelo para Pablo, ¿Qué diría Pablo si me viera así vestida pero no para salir con él? Ese pensamiento me hizo sentir una mala mujer.

Pero estaba aquí, y como me había dicho Carlos, lo iba a disfrutar, con disfrutar de este momento, no estaba haciendo nada malo, lo único que me sentaba mal, era tener que ocultárselo a Pablo.

Unos minutos pasadas las once, Carlos golpeó mi puerta.

-CARLOS: Guau Patricia, estás hermosa! No me equivoqué en el talle, te queda perfecto!

-PATRICIA: Gracias Carlos! Aunque es un poco más atrevido que los que suelo usar! Vos también estas muy elegante!

-CARLOS: Pero estás muy elegante! Y no me parece tan atrevido, no mostrás nada!

Carlos vestía una chomba de color rosa de la marca del cocodrilo, un pantalón azul y unos zapatos muy modernos tipo náuticos, siempre tan bien vestido, se ponga lo que se ponga, siempre es muy elegante.

En no más de diez minutos llegamos al pub, una casona antigua, totalmente restaurada, un cartel con el nombre del pub, flanqueado por dos reflectores uno a cada lado de la amplia puerta de entrada, de color morado, que desde el piso iluminaban la pared del frente.

El lugar estaba colmado, era un mar de gente, le pedí a Carlos que por favor no me dejara sola, que no conocía a nadie.

Al entrar nos encontramos con un amplio salón, exquisitamente decorado, con cortinas de color morado, la tenue iluminación, algunas mesas en el centro con unas pequeñas velas en cada una y en los costados mesas rodeadas de sillones.

En el otro costado una amplia barra, con una importante cantidad de diferentes bebidas atendida por cuatro personas, dos chicas y dos chicos, con bancos altos, y atestada de gente pidiendo sus tragos.

Caminamos entre la gente, supongo que buscando a Pedro y a Clara, una amplia puerta de dos hojas y unas cortinas, separaban ese ambiente de otro.

Hacía mucho calor allí adentro con tanta gente, Carlos me debe haber visto mi cara colorada y me dijo:

-CARLOS: Patricia, ¿querés dejar la chaqueta en el guardarropas? hace mucho calor acá!

-PATRICIA: Realmente hace mucho calor! pero me da un poco de vergüenza!

-CARLOS: No pasa nada, acá nadie te conoce!

-PATRICIA: En eso tenes razón! pero aún así me da vergüenza!

-CARLOS: No tengas vergüenza,  por las dudas, no te vayas a descompensar!

-PATRICIA: Está bien!

Me saqué la chaqueta y se la di a Carlos que caballerosamente, la entregó a la chica del guardarropa.

Seguimos caminando entre la gente, como siempre, Carlos apoyaba su mano en mi espalda, aunque ya me había acostumbrado a sentir su mano, esta vez era directamente sobre mi piel.

Por aquella puerta los vi aparecer a ambos, se lo hice ver a Carlos y fuimos en esa dirección. A la distancia, Clara nos vio y vino rápidamente hacia nosotros. Con una minifalda de cuero negra que apenas cubría su redondo trasero, zapatos negros muy altos y una remera ajustada de color rosa con la palabra "LOVE" estampada en el frente y al marcársele los pezones, me di cuenta que iba sin corpiño. Estando a dos pasos de mi, fue cuando abrió sus brazos y me estrechó en un abrazo bien apretado, pude sentir sus tetas aplastare contra las mías.

-CLARA: Que alegría me da que hayas venido! Ya le dije a Carlos, que mientras vos estuvieras no habría luces estridentes! Por las dudas!

-PATRICIA: No hacía falta tanto, pero gracias por la consideración!

Saludé a Pedro, Carlos saludo a Clara y ésta le dijo a Carlos:

CLARA: Carlos me la llevo un momento, así le muestro el local!

Me tomó de la mano y me llevó a recorrer el pub. Cruzamos aquella ancha puerta, el lugar era tan grande como el otro, o quizás un poco más grande, y lo que vi me sorprendió, esta zona estaba repleta de gays, lesbianas y transexuales.

Cada uno haciendo la suya, mujeres besándose y tocándose, bailando abrazadas, hombres abrazados y comiéndose la boca, tocándose sin ningún tipo de tapujo, incluso tres hombres a cuál de los tres más lindo, compartiéndose las bocas y las caricias en sus espectaculares cuerpos!

No es que no conozca la homosexualidad, pero era la primera vez que la tenía frente a mí, de esa forma tan liberada, tan franca, tan en directo. Me alegré por ellos, por poder expresar libremente sus gustos y sus deseos sin tener que soportar la mirada inquisidora de la gente de mente estrecha.

Seguimos recorriendo el lugar, al costado había otra barra, también llena de gente, y al fondo, una amplia puerta que daba a un gran jardín, cuidadosamente arreglado con plantas, flores y diferentes espacios con pequeñas mesas con velas encendidas y silloncitos alrededor, con zonas para que los fumadores puedan estar tan cómodos como adentro. La iluminación eran unos reflectores de colores puestos al ras del suelo en distintas direcciones, que hacían que ese espacio, quedara iluminado pero muy tenuemente, dejando zonas casi sin luz, donde se podía ver a parejas o grupos de gente besándose y tocándose, el jardín también estaba lleno de gente.

Después de recorrer todo el lugar, Clara me llevó hasta una especie de oficina elevada, como en un entrepiso, a mitad entre los dos salones, en un costado, la sala del DJ, y del otro una oficina con ventanales vidriados, desde donde se podían ver ambos salones del pub, aunque desde abajo, al ser vidrios espejados, no se podía ver hacia dentro de esa oficina.

Entramos y Clara con sus manos tomó las mías y me dijo:

-CLARA: Dejame decirte que estás hermosa esta noche, bueno, en realidad sos hermosa!

Y soltándome una mano, me hizo girar con la otra para verme por completo.

-CLARA: Ese vestido te queda hermoso! Estas muy sexy, vas a tener que esquivar a los hombres, te van a perseguir, te lo puedo asegurar! Y también a las mujeres!

-PATRICIA: Gracias Clara, vos también estas muy sexy! pero sabes que estoy casada y no vengo a buscar nada y menos que menos a permitir que me encaren!

-CLARA: Ya lo sé corazón! pero estas infartante y te van a encarar igual, ya vas a ver!

- PATRICIA: Esperemos que no! No quisiera tener que pasar por la situación de rechazar a nadie, espero que nadie me proponga nada!

-CLARA: ¿Te gustó el boliche?

-PATRICIA: Me encantó! esta excelente! súper bien ambientado! y estoy segura de que será todo un éxito! Sobre todo si no hay lugares así por esta zona!

-CLARA: Eso esperamos, que esté siempre lleno!

-PATRICIA: ¿Y vas a tener que estar aquí todas las noches?

-CLARA: En realidad, lo pensaron y lo montaron Pedro y mi hermano Marcos, ellos son los socios y yo soy como una especie de relacionista pública y digamos encargada a medias con Marcos, con él nos vamos a turnar para estar por las noches, Pedro no quiere que yo esté todas las noches acá!

-PATRICIA: Me imagino, sino no sé verían nunca!

-CLARA: Patricia, antes que bajemos necesito decirte algo, necesito decírtelo, que lo escuches de mi boca! Siento que te lo tengo que decir, que ya no me lo puedo callar!

-PATRICIA: Si es por Carlos, quédate tranquila, que con él no pasó ni pasará nada!

-CLARA: No, tranquila, no es por él, es por mí, me gustaste desde que te conocí esa noche en La Plata, se que estas casada, pero si en algún momento sentís la necesidad o la curiosidad de estar con una mujer, a mi me encantaría ser esa mujer!

-PATRICIA: Te agradezco la propuesta, pero por el momento, no he tenido la necesidad ni la curiosidad te estar con otra mujer.

Esa proposición me alteró, nunca una mujer me había dicho algo así, tan directamente y sin rodeos.

-CLARA: Lo imaginé, espero que no lo tomes a mal, pero necesitaba decírtelo, necesitaba que lo supieras y déjame también decirte, qué en mi loca cabeza, me imagino estar con vos y con Carlos, una locura ya lo sé! Pero no puedo dejar de imaginarme con vos!

-PATRICIA: Sí, realmente sería una locura para mí! Ni siquiera he imaginado algo así!

-CLARA: Prométeme que si algún día querés tener una experiencia con una mujer, yo voy a ser la primera! Tan sólo déjame ilusionarme con vos! De verdad que me encantaría!

-PATRICIA: No sé si llegará ese día!

Me dio un abrazo, y antes de separarme me sorprendió con un suave beso en los labios

-CLARA: Perdón, no me pude resistir, solo me salió! Vení conmigo que vas a ver lo que provocas en este lugar!

Después de esa confesión bajamos al salón, nos acercamos a la barra, Clara pidió un trago para ella y un cóctel sin alcohol para mí. Nos quedamos conversando y al momento se acercó una hermosa mujer de unos cuarenta y tantos años, que saludó a Clara y le dijo " Clarita, por favor, presentame a tu hermosa amiga", nos presentó y me saludó con un beso muy cerca de mi boca, mientras me tomaba por el brazo con una mano, y apoyaba la otra en mi espalda. Me miraba fijamente a los ojos, y me invitó a sentarme a su mesa.

Me sentí bastante nerviosa, no sabía cómo reaccionar a esa propuesta, nunca antes de esa noche, una mujer me había mirado de esa manera, ni me había propuesto algo parecido, y era la segunda. Por suerte, Clara me excusó diciendo que nos esperaban unos amigos en otra mesa, nos saludamos y fuimos para el otro salón.

Nos acercamos a la barra y se nos acercaron dos hombres, a cual más lindo, se presentaron educadamente y nos invitaron a acompañarlos a su mesa, Clara los saludó amablemente diciéndoles que estábamos acompañadas y nos despedimos de esos dos hermosos ejemplares masculinos.

-CLARA: Viste que te dije! si nos quedamos diez minutos acá, van desfilar hombres y mujeres queriendo llevarte a su mesa y después a algún lugar más íntimo! Te lo aseguro! Sos muy hermosa y estás muy sexy!

Para qué negarlo, me sentía excitada con tantos estímulos, tantas imágenes, tanta liberación en aquellas personas, tanto desenfreno y tantas propuestas.

Nos acercamos a la mesa donde Pedro y Carlos estaban tomando un champagne, me ofrecieron, pero les dije que mejor alcohol no. Clara fue hasta la barra y volvió con otro cóctel sin alcohol para mí.

Ya quería llegar al hotel y llamar a Pablo para jugar, me sentía extrañamente excitada. No podía dejar de imaginar estar en ese lugar con Pablo, seguramente ya los dos estaríamos excitados.

Cerca de la una de la mañana, Clara me pidió que la acompañara al baño y cuando nos alejamos un poco de la mesa, me dijo que la acompañara a la oficina del entrepiso, una vez que entramos me dijo:

-CLARA: Supongo que no faltará mucho para que te vayas y necesitaba decirte algo más, la noche que convulsionaste en casa de Carlos, yo estaba en Buenos Aires y esa noche, después de dejarte en tu casa, se iba a encontrar conmigo. Por eso es que me enteré lo que pasó.

-PATRICIA: No me hagas acordar, que me morí de la vergüenza! Carlos me vio desnuda!

-CLARA: Tranquila, sólo fue de la cintura para abajo.

-PATRICIA: Con más razón!

-CLARA: Pero tranquila, no hizo nada indebido, Carlos no se aprovecharía de vos estando indefensa! Lo conozco bien y sé que no se propasaría en una situación así, teniéndote inconsciente!

-PATRICIA: Quise pensar lo mismo! Pero de todas formas me morí de la vergüenza!

-CLARA: Así fue! Pero déjame decirte algo, me parecés una mina bárbara y con vos quiero ser sincera, esa noche hablamos con Carlos sobre lo que te había pasado y me contó también que te tuvo higienizar y pudo ver que estás depilada, con ese comentario puso una imagen en mi cabeza, que no me la puedo sacar, y tengo que confesarte, que me he masturbado varias veces pensando en vos y en tu cuerpo desnudo!

-PATRICIA: Ay Clara, me pone nerviosa lo que me estás diciendo!

Y más que nerviosa, ese comentario incrementó la excitación que tenía.

-CLARA: Es la pura verdad, a vos no te voy a mentir, y me gustaría pedirte algo más, una sola cosa, pero voy a entender si me decís que no!

-PATRICIA: Depende lo que me quieras pedir!

-CLARA: Te voy a decir que me cuesta, pero tomé coraje y te lo quiero pedir.

-PATRICIA: Decime y yo te digo!

-CLARA: Me encantaría tener la posibilidad de ver tu cuerpo desnudo!

-PATRICIA: Ay Clara! Estás loca con lo que me estás pidiendo!

-CLARA: Te dije que con vos iba a ser sincera, y es la verdad, desde ese día, me muero de ganas de ver tu cuerpo! Cumplime ese deseo por favor! Sólo eso, solo deseo ver tu cuerpo!

-PATRICIA: Clarita, me estás poniendo nerviosa! Eso es una locura!

-CLARA: Ya lo sé! Pero es solo un momento! Solo verte!

-PATRICIA: Es una locura! Vos estás loca! ¿Y acá querés que te muestre mi cuerpo?

-CLARA: Si acá, delante del sillón nadie puede vernos.

Y toda la situación de esa noche, me tenía tan excitada, que ni siquiera en mi cabeza, puse mucha resistencia.

-PATRICIA: ¿Y si alguien viene?

-CLARA: Si es por eso, quedate tranquila, acá nadie sube, y si cierro la puerta con llave, nadie puede entrar.

-PATRICIA: Ay Clarita, lo que me estás pidiendo! No sé!...Es una locura!...

-CLARA: Es solo verte, solo ver tu cuerpo!

-PATRICIA: No sé…!, pero prométeme que solo vas a mirar!

-CLARA: Prometido! Solo verte!

Cerró la puerta con llave, me tomó de la mano y me llevó delante del sillón, pasó las manos por detrás de mi cuello y me desabrochó el vestido, lo deslizó suavemente dejándolo caer a mis pies, quedé tan sólo con la pequeña tanguita blanca y los zapatos de taco.

-CLARA: Sos tan hermosa Patricia, sos una mujer tan sexy, que no me cansaría de recorrerte!

Si ya estaba excitada, esto hizo que me mojara, se sentó en el sillón, y con un dedo en cada costado de mi tanguita, la fue bajando lentamente hasta mis pies, levanté cada uno para que pudiera sacarla, quedando desnuda frente a ella. Miró todo mi cuerpo sin tocarme, cómo había dicho, y yo ya estaba mojada. Y sin siquiera cuestionármelo demasiado, tomé sus manos y la hice pararse frente a mí.

-PATRICIA: Cómo cumpliste tu palabra y no me tocaste, te voy a dar un premio!

Y tomando su remera Rosa por los costados de su cuerpo, comencé a levantarla, su sonrisa iluminó su cara y entendiendo mi movimiento, levantó sus brazos para que la sacara.

Sus tetas un poco más grandes que las mías, quedaron a mi vista, sus pezones completamente duros, la miré a los ojos, y apoye mis tetas en las suyas, rozando mis pezones con los suyos, tomé con mis manos su cabeza, y me acerqué para besarla, ella me recibió complacida, y por un momento nuestras lenguas se cruzaron.

Me separé lentamente de ella y mirándola a los ojos le dije:

-PATRICIA: Por favor no me pidas más! Ni siquiera estoy segura de lo que estoy haciendo!

-CLARA: Claro que no! Aunque tengo que decirte que no me lo esperaba y por supuesto me ilusiona, estoy toda mojada, espero que no se me note! Sos tremenda mujer! Ya quiero estar en mi casa y que Pedro se duerma, para tocarme recordando este momento! Gracias Pato, fue maravilloso poder sentirte así!

-PATRICIA: Eso es todo cuanto puedo darte, no se si alguna vez sentiré la necesidad de estar con una mujer! No puedo asegurar algo así!

-CLARA: Esperaré ansiosa si ese momento llega! Mientras tanto me la voy a pasar recordando este!

Nos vestimos y bajamos tomadas de la mano. Carlos y Pedro charlaban con dos hombres que nos presentaron al llegar junto a ellos, ya habían dejado la mesa, supongo que para irnos al hotel.

Carlos volvió a apoyarme su mano en la espalda mientras seguía hablando con aquellos hombres, con lo excitada que estaba, sentir su mano en mi espalda desnuda, me erizo la piel.

Solo deseaba llegar al hotel para llamar a Pablo y masturbarnos.

Los casi imperceptibles movimientos de las yemas de sus dedos en mi piel, me ponían nerviosamente excitada.

Alguien dijo de sacar una foto, y en ese momento, Carlos me tomó de la cintura, casi la cadera por un costado, podía sentir su mano, tocando el elástico de la tanga.

Luego de la foto, saludamos a un par de personas más y nos encaminamos hacia la puerta, Clara y Pedro nos acompañaron.

Clara me dio un abrazo y volví a sentir sus tetas contra las mías. La puta madre que excitada que estaba!

-CLARA: En cualquier momento te hago una visita en Mar del Plata!

Y acercándome a ella para que solo ella escuchara, le dije:

-PATRICIA: Cuando quieras! pero por favor, prometeme que lo que pasó hoy queda entre nosotras, ni siquiera se lo cuentes a Carlos, por favor te lo pido!

-CLARA: Quedate tranquila! Es solo entre vos y yo! Te prometo que nunca nadie sabrá lo que pasó arriba.

Nos despedimos y subimos al auto de Carlos.

Durante el corto trayecto hasta el hotel,  conversamos con Carlos del pub, de lo bien montado que está, de la gente que había y del ambiente.

Llegamos al hotel y Carlos me preguntó:

-CARLOS: ¿No tomaste nada de alcohol?, Jansen dijo que podías tomar media copa de champagne!

-PATRICIA: Preferí no tomar, aún no he tomado nada de alcohol.

-CARLOS: ¿Querés que nos tomemos una copa acá en el hotel?

-PATRICIA: Te agradezco Carlos, la primera quiero que sea con Pablo, pero si querés te acompaño y me tomó un jugo de naranja.

-CARLOS: Dale, yo me tomo un whisky y después subimos!

Nos sentamos en la barra del bar del hotel, Carlos pidió las debidas, el barman las sirvió y me dijo:

-CARLOS: Vi que te llevás muy bien con Clara!

-PATRICIA: La verdad que sí, es divina, muy jovial y sobre todo muy alegre y frontal!

-CARLOS: Me atrevería a decir qué le gustas.

-PATRICIA: ¿Te parece? ¿Le gustan las mujeres? No me di cuenta de eso.

-CARLOS: Quizás sean ideas mías, no sé si le gustan las mujeres, pero lo digo por la forma en qué te mira y te trata.

-PATRICIA: Me trata bien desde que nos conocimos en la Plata, la verdad es que nos caímos bien!

-CARLOS: Está muy bien! Es una buena mina! Sabe lo que quiere y tiene buenos sentimientos.

Yo estaba desesperada por subir a la habitación a masturbarme, pero no quise ser descortés y lo acompañe hasta que terminó su whisky.

Cerca de las dos de la mañana, subimos a las habitaciones, le agradecí, nos despedimos y entramos cada cual a la suya.

Me saqué el vestido y las sandalias y los guardé en el placard, me tiré en la cama y lo llamé a Pablo. Primero una llamada telefónica, sí estaba en casa y me atendía le decía de hacer una videollamada para jugar un rato, la verdad es que estaba muy caliente.

Sonó varias veces y no me atendió.

Supuse que ya estaría durmiendo o que todavía estaba con sus amigos en algún bar, y no escuchaba el teléfono.

Necesitaba desahogarme, me recosté y me empecé a tocar las tetas y los pezones, bajé mis manos acariciándome hasta meter la derecha dentro de mi tanguita, estaba toda mojada.

Recostada como estaba, bajé la bombachita y levantando mis piernas, me la saqué, quedando completamente desnuda. Mis manos fueron directo a mi entrepierna, recorriéndola, mi mano derecha se quedó allí, y la izquierda, volvió a mis tetas, alternaba entre ambos pezones. Y todas las imágenes y sensaciones de aquella noche, invadieron mi cabeza, bellos ejemplares de hombres besándose,  mujeres desinhibidas, el contacto de mis pezones en los de Clara, el beso, las proposiciones de hombres y mujeres, las manos de Carlos sobre mi piel.

Me di vuelta, quedando boca abajo con el culo para arriba, mis manos entre las piernas, dos dedos de la izquierda introduciéndose en mi empapada conchita y la derecha recorriéndola toda y ocupándose de mi clítoris y moviendo mis caderas.

Me vino a la cabeza, la mano de Carlos en mi cadera y las imaginé recorriendo mi espalda e introduciéndolas por los costados del vestido para llegar a mis tetas y presionar mis pezones entre sus dedos, las tetas de Clara, el estar desnuda frente a ella, ese beso, mis tetas apoyadas en las suyas, y en ese momento explote en un orgasmo explosivo, seguí tocándome y casi al momento tuve otro más!

Me fui calmando y mi respiración se fue normalizando, y en ese momento me invadió la culpa! Me sentí mal por lo que había hecho. Aunque lo había disfrutado, desde que estoy con Pablo, nunca había fantaseado, y menos que menos, me había masturbado pensando en otras personas.

A pesar de no haber estado físicamente con otro, sentía culpa por la situación con Clara, por cómo me dejé llevar y por tener dos orgasmos pensando en ella y en Carlos.

La puta madre! ¿Acaso me estaba sintiendo atraída por Carlos? ¿Acaso también me gustan las mujeres? ¿Me estaba negando algo a mi misma? Es verdad que cualquier mujer diría que Carlos es un buen partido, educado, culto, con excelente trabajo y posición económica, atractivo y muy varonil, un buen macho con todas las letras, se podría decir, y encima, Clara me había dicho que era buen amante. La puta madre! ¿Qué me pasa con Clara? Que bodrio es mi cabeza!

Pero yo amo a mi hermoso Pablo, mi machito, mi pijudito hermoso, el hombre que me vuelve loca de placer! y pensando en él, me volví a tocar toda y sacarme otro liberador orgasmo.

No hay Carlos, ni Clara, ni nadie que pueda cambiar eso, Pablo es mi hombre....!

Continuará…