Los intrincados caminos de un amor (03)

Los intrincados caminos de un amor Capítulo 3

Los intrincados caminos de un amor

Capítulo 3

Pablo

Como siempre yo termino de arreglarme primero, me pidió que la espere en el estar, me quería sorprender. Y vaya si me sorprendió!

Estaba hermosa, que enamorado estoy de esa mujer! Me parece la mujer más hermosa del mundo! Y no puedo dejar de decírselo!

-PABLO: Guauu Pato! Estás hermosa amor mío! Qué bien te queda ese vestido! No lo conocía! ¿Es nuevo? Lástima que te vas a tener que volver a pintar los labios!

Y sin darle tiempo a reaccionar, le partí la boca de un beso, de un tremendo beso que despertó mi entrepierna!

-PATRICIA: Si mi amor! Me lo compré para sorprenderte en esta fiesta! Quería volverte loquito!

-PABLO: Si no fuera porque hay horario para llegar, te comería ahora mismo! Estás hecha toda una diosa! Cuantos hombres me van a envidiar esta noche, por estar con la mujer más hermosa del universo!

-PATRICIA: Ay, callate exagerado!

-PABLO: De exagerado nada! Vas a ser la mujer más hermosa que tendrá la fiesta esta noche, y me hace feliz que vaya de mi brazo! Te amo bonita mía!

-PATRICIA: Yo también mi cielo! Vamos! A pasarla de diez!

Llegamos a la fiesta y tal como se lo dije, varios tipos no le sacaban la vista de encima, incluso un par de descarados le hacían miraditas, entró un poco nerviosa, así se pone cuando se siente observada, sé que no le gustan mucho estas fiestas, sé que me acompaña porque se lo pido, aunque después se suelta y las termina disfrutando.

Cómo ella no toma alcohol, trato de no tomar mucho, sobre todo porque todavía no se anima a manejar y si me llego a poner en pedo, tendríamos que dejar el auto y volver en un taxi.

La cena estuvo espléndida, la verdad es que la disfrutamos mucho, como suele pasar en otras fiestas, nos quedamos hasta los primeros bailes, y como mucho a la una o una y media de la mañana, nos volvemos, no nos queremos arriesgar a que una trasnochada tenga consecuencias.

Esa noche estábamos más que cariñosos, nos abrazamos, nos besamos, no nos importó que la gente se nos quedara mirando. En la pista de baile, se movía tan bien! Le encanta bailar y a mí que lo haga, el baile no se me da muy bien, pero hago mi mayor esfuerzo para que ella pueda disfrutarlo. Nos reímos, nos abrazamos, nos besamos, su cara de felicidad, es todo cuanto me importa.

Al salir del salón, pasadas la una de la mañana, nos besamos camino al auto. Al llegar subimos y nos seguimos besando, parecíamos adolescentes en su primera cita, en la oscuridad del estacionamiento entre jadeos le empecé a tocar las piernas por debajo del vestido, creí que me diría que ahí no, que nos podrían ver, pero estábamos tan ardientes que me costó muy poco llegar a esa pequeña tanga y bajarla hasta sus rodillas, busqué su sexo ya mojado y ella se dejó hacer. Yo ya tenía tremenda erección y no alcanzaron a pasar unos segundos, cuando su mano recorría toda mi longitud por sobre el pantalón.

Momentos después, totalmente salidos, Pato me masturbaba mientras yo le comía sus hermosas tetas, ahí dentro del auto estacionado a unos metros de la fiesta. No nos importó nada, ni siquiera que pudieran vernos, ya en el asiento de atrás, con mis pantalones en los tobillos, mi camisa desprendida, ella sentada sobre mis piernas con sus tetas aplastadas contra mi pecho y toda mi hombría dentro de su encharcada conchita, no paraba de soltar orgasmos uno tras otro. Mis manos en su culo acompañaban el ritmo que ella imponía, hacía esfuerzos para no acabar, quería que siga encadenando orgasmos hasta quedar rendida y luego descargarme en su interior, como a ella le gustaba. Una locura!

Quedamos exhaustos, recostada ella sobre mí, acariciando su cabello, besándola suavemente y diciéndole al oído cuanto la amaba y cuan feliz era mi vida con ella!

Nos acomodamos más o menos la ropa como pudimos y nos fuimos para casa, satisfechos y riéndonos de nuestra pequeña locura.

Por suerte al día siguiente no teníamos que madrugar. Al llegar a casa, creo que aún seguíamos encendidos, y fue solo mirarnos y volver a empezar, sabía que podríamos correr algún riesgo, pero estábamos juntos y yo cuidaría que nada le pase, quería que también podamos vivir un extra, una locura más, hacerla sentir amada, deseada y capaz de montarnos una noche larga de pasión, quería que pudiera sentir cuanto la amo, con cada caricia, con cada beso, con cada embestida, con cada mirada. Explotó en dos nuevos orgasmos maravillosos, cambiamos de posiciones, de ritmo, más suave, más intenso, más profundo, por la epilepsia no podía tomar anticonceptivos orales, pero desde que había decidido ponerse un DIU, ya no nos cuidábamos, y nuestra sexualidad, se había tornado mucho más intensa, sobre todo para mí, que sentirla sin el condón era todo una delicia.

Sin mirar la hora, calculando que serían algo más de las cuatro de la mañana, nos recostamos extenuados, ella sobre mi pecho, acariciándome mis tetillas y yo entremezclando mis dedos en su pelo suavemente.

-PATRICIA: Pabli, como me gusta hacer el amor con vos! Me siento tan mujer a tu lado, me siento tan querida y tan cuidada!

-PABLO: Amo hacer el amor con vos! Amo tus orgasmos! Amo mirarte mientras lo hacemos!

-PATRICIA: Amor, quiero decirte algo! Con vos estoy en el punto más alto de mi sexualidad, siento en cada vez que lo hacemos, el mayor placer de mi vida, pero quiero que vos también lo sientas, quiero enloquecerte de placer, quiero dártelo todo, sos el hombre de mi vida y quiero ser completamente tuya.

-PABLO: Ya te siento completamente mía!

-PATRICIA: Ya lo sé, pero hay cosas que no hemos hecho, que nunca me has propuesto, y estoy segura que por no presionarme, pero te lo quiero dar.

-PABLO: ¿Qué cosas mi vida?

-PATRICIA: Nunca me pediste de tener sexo anal, por ejemplo, sé que mucha gente lo practica, y también que muchos hombres lo desean, por eso, si vos lo deseas,  quiero probarlo con vos! Quiero ser toda tuya, quiero que tus ratones se vuelvan locos, quiero dártelo todo!

-PABLO: Cómo te amo! Nunca te lo pedí, no porque no quisiera, sé que no todas las mujeres están dispuestas a probarlo y nunca te exigiría algo que no fuera de tu agrado.

-PATRICIA: No sé si será de mi agrado o no, pero quiero que lo probemos, eso y cualquier otra cosa que quieras mi vida! No tengas miedo de proponérmelo, lo que sea, si es con vos, estoy dispuesta a dártelo. ¿Qué otra cosa te gustaría hacerme o que te haga? No te quedes con las ganas de nada, ¿Te gustaría acabarme en la boca? Siempre que hablamos con las chicas de temas chanchos, cuentan que los hombres le piden esas cosas.

-PABLO: Me encantaría!

-PATRICIA: Pedímelo entonces, cuando quieras, pedime lo que quieras! Quiero volverte loco, tanto como vos me volvés loca a mí! …Vos y tu amiguito! Quiero dártelo todo! Todo lo que me pidas!

Y con cara de pícara y acercando su boca a mi oído, susurrando bajito me dijo:

-PATRICIA: Soy tu putita mi vida, soy toda tuya! Completamente para vos!

Y le comí la boca de un beso, ya no estábamos para otro round, nos abrazamos y nos quedamos dormidos.

Nuestra sexualidad estaba en un momento muy pasional, nos gusta sentirnos, nos complementamos bárbaro y después de tantos años, nos conocíamos mucho, sabíamos a la perfección como darle placer al otro y esta nueva etapa de probar cosas, de experimentar, nos encanta a los dos.

¿Qué más puedo pedir? Tener un sexo maravilloso con la persona que amás, es todo cuanto puedo pedir.


Patricia

La semana siguiente, al salir del jardín, pasé por el sindicato, me dijeron que ya estaba todo arreglado el tema de mi postulación a delegada, a mediado de septiembre de dos mil quince, eran las elecciones y ya estaba todo listo.

Al otro día, le pedí a la directora del jardín, que cuando tuviera un momento, necesitaba hablar de un tema con ella.

La mañana estuvo agitada y recién me pudo atender luego de la hora de salida de los pequeños.

-ISABEL: Perdón Patricia, recién me desocupo, no pude antes, viste lo que fue la mañana, llena de reuniones!

-PATRICIA: Si tranquila Isabel, no era nada urgente, solo te quería comentar que en las próximas elecciones de delegados del sindicato, me voy a postular para ser delegada del jardín.

-ISABEL: Me parece perfecto, estás en todo tu derecho de hacerlo y me parece una idea perfecta para impulsar tu reclamo. Contá conmigo para lo que necesites!

-PATRICIA: Muchas gracias Isabel! Sé que cuento con vos! Siempre fuiste muy considerada conmigo y mi situación!

-ISABEL: Para mi sos una maestra más, no hago diferencias y menos respecto de una cuestión de salud. Además sos muy buena en lo tuyo, los chicos te aman y los papás también!

-PATRICIA: Gracias Isabel! Y yo a ellos! Me gusta mucho mi trabajo y trato siempre de hacerlo lo mejor posible! ¿Te puedo hacer una pregunta?

-ISABEL: Sí, claro! Lo que quieras!

-PATRICIA: No quiero ponerte en un compromiso, si no lo considerás oportuno, no es necesario que me respondas. ¿Sabés por qué razón Celeste, me ignora o me mira tan mal? No recuerdo haberle hecho nada como para que me trate de esa manera.

-ISABEL: Creo suponer que fue por una decisión mía, ella desde el año pasado, quería la sala de los nenes de tres años y yo decidí que fuera para vos, a mi ver, sos la mejor para sala de tres, y supongo que no le debe haber caído bien mi elección, pero no te hagas problema, a mí tampoco me da mucha pelota, solo lo justo y necesario, tiene su carácter  y trato de no engancharme en sus mambos, soy yo la que decide y ella tiene que aceptar lo que le toca.

Días después les dije a las chicas que me postulaba para delegada y todas me felicitaron, claro, todas menos una.

Llegó el día de las elecciones, la votación se realizaban durante la hora libre entre los dos turnos, para que todas puedan votar, vino un veedor del sindicato y pasadas la una del mediodía, ya habían votado todas las compañeras. El representante del sindicato, abrió la urna y después del recuento de los votos, se hizo el acta correspondiente. Todos votos a favor, menos uno lógicamente para mí, era el de Celeste. A partir de ese momento, soy la delegada sindical del jardín.

Llegué a casa y para mi sorpresa, Pablo ya estaba, yo siempre suelo llegar antes, pero esta vez, él me había ganado.

-PATRICIA: Hola amor! Qué lindo que ya estés en casa!

-PABLO: Quería estar en casa para cuando llegara mi delegada favorita!

Y sacándose una remera, me mostró otra que tenía debajo, se había hecho estampar una remera blanca que en el frente decía: “PATO DELEGADA” y en la espalda: “Mi delegada favorita”

Me reí de su ocurrencia, me colgué de su cuello y le di flor de beso!

-PATRICIA: Estás loco Pablo!

-PABLO: Si! De amor por esta delegada! Ah! Y también un pequeño presente!

Me entregó una cajita larga, envuelta en papel de regalo y un moño, al abrirla, me encontré con una hermosa lapicera de color violeta y negro!

-PABLO: Para que mi delegada favorita firme las actas con una lapicera acorde con su cargo!

-PATRICIA: Cómo te amo mi vida! Gracias! Muchas gracias! ¿Qué pasó que saliste temprano hoy?

-PABLO: Le conté a don Mario el tema de las elecciones y le dije que te quería comprar un regalo y estar para cuando llegaras. Me dijo que sí, que no había problema.

-PATRICIA: Me encantó encontrarte!

-PABLO: Y eso no es todo, como me quedó tiempo, te compré otro regalito, pero ese… viene después!

-PATRICIA: Ay! ¿Pero después cuando? Ya lo quiero!

-PABLO: Si te portás bien, para después de cenar!

-PATRICIA: ¿Tanto tengo que esperar?

-PABLO: Si señora delegada! Ahora este, después el otro!

Tomamos unos mates y salimos a caminar, fuimos hasta la playa, nuestro departamento está a unas diez cuadras de la costa. Caminamos unas cuadras por la costa y cuando se levantó viento, se puso fresco. Entramos en un bar para tomar un café y refugiarnos un poco del viento. Al salir estaba más fresco aún y decidimos tomar un taxi para volver. Hicimos las compras antes de subir y llegamos a casa.

Entre los dos, preparamos la cena charlando y riéndonos mucho, y antes de las diez y media ya nos íbamos para la cama.

Con todo lo que había disfrutado la tarde con Pablo, me había olvidado del otro regalo. Al llegar a dormitorio, lo miré con cara de interrogante y le dije:

-PATRICIA: Amor! Ya terminamos de cenar y me porté bien, o eso creo! ya nos vamos a la cama pero aún me falta el otro regalito!

-PABLO: Si mi amor! Te portaste muy bien! Vení! Sentate!

Y dando una palmada en la cama, me pidió sentarme a su lado. De debajo de la almohada, sacó una cajita como si fuera del tamaño de una caja de hamburguesa y su carita y su mirada pícara me divertían.

Al abrirla, me encontré con un conjunto de ropa interior de color blanco, al sacarlo, me di cuenta el por qué de su cara de pícaro, era diminuto, muy diminuto y con encajes y lleno de transparencias. Muuuuy sexy!

-PATRICIA: Ay mi chanchito lindo! Me encanta!

-PABLO: Mientras la chica me lo envolvía, creí que iba a tener una erección imaginándote ahí dentro!

-PATRICIA: Mmmm! Esperame que ahí vuelvo!

Y me fui para el baño con la cajita para probármelo. Me desnudé y me lo puse, guaaa!, nunca había tenido un conjunto tan atrevido, apenas me tapaba las tetas y se me traslucían los pezones a través del encaje, la tanguita súper chiquita, todo el culo afuera y por delante, un mínimo triangulito de encaje con partes transparentes que dejaban ver los labios y mi raja. Me miré en el espejo y me gustó mucho verme tan sexy! Un pequeño detalle! Por delante los pelos del pubis, sobresalían del tanga.

Salí del baño, Pablo ya estaba desnudo en la cama y con una tremenda erección.

-PABLO: Pero que mujer tan sexy sos! De que diosa estoy enamorado!

-PATRICIA: ¿Te gusta puerquito mío?

-PABLO: Me encanta mi vida! Vení para acá potra!

-PATRICIA: Lo único, un pequeño detalle mi vida…

Me acerqué al borde de la cama y mirando mi conchita, con los pelitos asomando le dije:

-PATRICIA: Voy a tener que hacer un retoque por aquí!

-PABLO: ¿No te gustaría depilártela? Me encantaría verte toda peladita!

-PATRICIA: ¿Si? ¿Te gustaría que me la depile toda mi vida?

-PABLO: Me volvería loco!

-PATRICIA: Para vos me la voy a depilar todita mi vida! Para volverte loquito, chanchito mío!

-PABLO: Cómo me gustás mi amor!

-PATRICIA: Recién estrenado el conjuntito y ya lo mojé!

-PABLO: Me encanta! Mójalo todo!

Me acosté a su lado, nos besamos apasionadamente, la verdad es que estaba muy excitada, y Pablo también. Bajé por su pecho y llegué a pija, la acaricié, la besé y me la puse en la boca, se la chupé con dedicación, quería hacerlo gozar, y sin sacarme el conjuntito, corrí la tanguita a un lado y me senté en su erección, lento pero hasta el fondo, Pablo me tocaba las tetas y los pezones por sobre la tela, estaba totalmente caliente y lo cabalgué hasta el orgasmo.

Me recosté sobre su pecho y al oído le dije:

-PATRICIA: Pijudito mío! Me gustaría darte algo, quiero probar de chuparte hasta que acabes, lo quiero probar y ver si me gusta.

-PABLO: Probemos vida mía! Hagamos todo lo que nos guste a los dos! Pero prometeme que si no te gusta, me lo vas a decir!

-PATRICIA: Prometido machito mío!

-PABLO: Entonces es todo tuyo putita mía!

-PATRICIA: Si mi amor, eso soy! Soy tu putita, mi vida! Y me gusta que me lo digas!

Fue una locura esa noche, por primera vez Pablo me acabó en la boca y como por instinto me lo tragué todo. Un rato después volvimos al ruedo y estuvimos haciendo el amor hasta la una de la mañana, que Pablo me dijo que siguiéramos mañana, en unas horas debíamos ir a trabajar.

Había comenzado una etapa sexual en nuestra pareja, que nos gustaba mucho a los dos, hubo fines de semana que ni salíamos a la calle. Como me gusta Pablo! Como me calienta!

Al día siguiente, fuimos citados al sindicato a las seis de la tarde, todos los delegados electos.

En un gran salón en la planta alta, nos recibió el secretario general, nos dio la bienvenida y se puso a nuestra disposición para cualquier tema referente a las condiciones de trabajo. Nos puso al tanto del cronograma ordinario bimestral de asambleas y nos dijo que de surgir algún otro tema, se harían asambleas intermedias extraordinarias. Hubo un pequeño brindis, una foto grupal de todos los delegados y todos se fueron despidiendo.

Al salir de aquel salón, me encontré con Carlos, me dio un abrazo y un beso y me dijo:

-CARLOS: Felicitaciones señora delegada!

-PATRICIA: Muchas gracias Carlos!

-CARLOS: El viernes que viene, tenemos reunión de la comisión de salud y me gustaría que estés presente, quiero que todos te conozcan y si te parece, y disponés de tiempo, me gustaría que formes parte de la comisión.

-PATRICIA: Por mí, encantada!

-CARLOS: Perfecto! Conversalo con tu marido y de no surgir algún imprevisto, nos vemos el viernes a las seis de la tarde.

-PATRICIA: Bárbaro! Lo hablo con Pablo, pero seguramente el viernes a esa hora, ahí estaré!

Mi vida en el ámbito sindical, estaba comenzando…


Pablo

Muchas parejas, luego de unos años, necesitan incentivar sus momentos sexuales de diversas formas, juguetes, mirar porno, fantasear con distintas situaciones, incluso con otras personas, disfraces, que sé yo… todo lo que sirva para mantener o aumentar el morbo.

Para mí, al menos de momento, lo que me más pone son nuestros juegos, así los empezamos a llamar a los momentos de disfrutarnos sexualmente, no me hace falta más, me excita terriblemente calentar a Pato y tener nuestras sesiones tan placenteras de sexo, y por sobre todo me gusta su placer y su entrega. Amo sus orgasmos!

Cómo punto de inflexión en el tiempo, podría decir que fue en esos días en que volvíamos de esa fiesta y unos días después, cuando empezó a ser delegada del jardín. Sé que no tiene que ver con eso, pero en aquellas noches, se nos abrió una puerta en nuestra sexualidad que me apasiona y creo que también a Pato.

Podría decir que nuestra sexualidad siempre fue buena, pero la empezamos a condimentar, con ropa interior muy sexy y con prácticas que hasta ese momento nunca habíamos probado.

Me excitaba mucho la soltura que iba teniendo Pato, a partir de ese primer conjunto de ropa interior que le regalé y que tanto nos gustó, empezamos a comprarlos a menudo, ella o yo. Le compraba todo aquello con que me gustaría verla a la hora de jugar, y ella hacía lo propio.

En el dormitorio que no utilizábamos, más que como escritorio o para guardar cosas que no usábamos regularmente, le propuse hacer, lo que se me ocurrió en llamar, “sala de juegos”. En esa habitación, estaba la cama que tenía Pato cuando vivía sola,  un somier con un espaldar de cuerina negra.

Decidimos ordenar la habitación dejándola principalmente para nuestros juegos, sacando todo lo que no usábamos

Una tarde al llegar, Pato me sorprendió con unos juegos de sábanas que había comprado de raso negras y otro de color rojo, “para la sala de juegos”, me dijo. Me encantó la idea y de ahí en más la empezamos a ambientar a nuestro gusto para “jugar”

Días después, al pasar por una casa de iluminación, vi una lámpara led, que se conectaba por bluetooth al teléfono y permite cambiar los colores, rojo, azul, amarillo, naranja, verde, violeta y varios colores intermedios más, y también se puede regular la intensidad, pensé en la salita y la compré. A ella le encantó, intercambiábamos los colores cada vez, y la habitación parecía ambientarse de diferentes maneras.

Un par de semanas después, le propuse a Pato de colocar espejos en las puertas corredizas del placard que estaba a un lado de la cama, para vernos cuando hacíamos el amor. Le encantó la idea y a los tres días ya estaban colocados. También compramos un pequeño equipo musical y alternábamos la música de acuerdo al tono del encuentro y tenemos diferentes aromas de ambientes para alternar también.

Una de las cosas que le gusta mucho a Patricia es que le masajee el cuerpo con aceites perfumados o cremas, con música instrumental suave y la luz tenue de color violeta, esos encuentros, suelen ser los fines de semana en que tenemos más tiempo, hemos estado horas, acariciándonos y luego un sexo suave, tierno pero profundo, en varias de esas ocasiones, he perdido la cuenta de los orgasmos de Pato.

Otras son más intensas, y en la mayoría de las veces, tienen que ver con la música y el color de la luz. Rock and roll y luz roja, suelen ser las más power, las más encendidas, las más transpiradas.

Fueron unos meses de varios cambios y mucha actividad sexual, decidimos ambos, depilarnos por completo las zonas genitales, en mi caso era la primera vez que tocaba mi vello púbico, pero decidimos estar los dos peladitos, y cuánto nos gustó! Y cuanto lo disfrutamos!

Un viernes por la noche, después de hacer el amor, en que hablábamos entre otros temas sobre nuestra sexualidad le pregunté:

-PABLO: Me da curiosidad saber algo, ¿te puedo preguntar?

-PATRICIA: Claro mi vida, preguntame lo que quieras!

-PABLO: ¿Vos soles masturbarte?

-PATRICIA: Cuando era chica y me descubrí, me masturbaba seguido, de más joven también, después empecé a salir con Mariano y ya no. Tras todo lo que pasó con la pérdida del embarazo, la separación y la depresión, ni pensaba en sexo. Pero un tiempo después y antes de conocerte, volví a masturbarme algunas veces. ¿Por qué preguntás chanchito? ¿Vos te masturbás?

-PABLO: Te preguntaba porque me gusta imaginarte dándote placer, yo me he masturbado varias veces pensándote desnuda en la cama y tocándote hasta sacarte un orgasmo.

-PATRICIA: Ah! Que pajerito mi chanchito! ¿De verdad que te masturbás pensando en mi?

-PABLO: Claro que sí!

-PATRICIA: ¿Y te masturbás seguido?

-PABLO: No muy a menudo, pero en algunas oportunidades que no hemos llegado a hacer el amor, y me he quedado caliente, me la he cascado, incluso con vos durmiendo al lado mío.

-PATRICIA: ¿En serio? Qué lástima que me lo perdí!

-PABLO: ¿Te gustaría verme mientras me pajeo?

-PATRICIA: Me encantaría!

-PABLO: A mí también! Te he imaginado tantas veces masturbándote! Y siempre me termino excitando!

-PATRICIA: ¿Te gustaría que me masturbe para vos?

-PABLO: Me encantaría! Me volvería loco!

-PATRICIA: ¿Y te gustaría estar al lado mío o que yo estuviera sola y vos me vieras, no se…. Por ejemplo, con una videollamada o que yo me grabe con el teléfono y después te lo muestre?

-PABLO: Todo eso! ¿Querés que te cuente mi fantasía?

-PATRICIA: Ay sí! Dale contame!

-PABLO: Una vez me hice una paja, pensando que vos llegabas del trabajo a la tarde, y después de una ducha, te tirabas desnuda en la cama y te empezabas a tocar las tetas, las piernas, el culo, y por último, llegabas a tu conchita toda mojada y te la acariciabas hasta llegar a un orgasmo.

-PATRICIA: Mmmmm! El lunes cuando llegue del trabajo, voy a hacer eso, mi amor, me voy a hacer una pajita para vos, me voy a grabar con el teléfono y después te la voy a mostrar.

-PABLO: Ya me lo estoy imaginando!

-PATRICIA: Eso será el lunes! Pero ahora poné la luz azul, el tema de Lenny Kravitz que me gusta y sentate en el silloncito! Voy a hacer de cuenta que estoy sola!

-PABLO: Mmmmm!

Cambié el color de las luces, busqué aquella canción y me senté desnudo en el pequeño sillón que pusimos en la salita. Y el espectáculo fue maravilloso, se recostó desnuda sobre las sábanas negras, se comenzó a acariciar suavemente las piernas, la panza, las tetas, recorría sus pezones con la yema de los dedos, los presionaba con dos de ellos, mientras su mano derecha fue bajando hasta encontrar su pubis, lo recorrió en círculos hasta llegar a su conchita. Con sus dedos medios la recorría de arriba hacia abajo, lentamente. Movía sus caderas despegándolas de la cama,  su dedo mayor recorría su abertura entre los labios, podía ver la humedad de su hermosa conchita.

Yo en silencio, sentado en el sillón, masturbándome ante aquel espectáculo, trataba de pasar desapercibido.

Con sus ojos cerrados, acariciaba su raja cada vez más intensamente, sus caderas se movían de un lado a otro cada vez más frenéticamente. Llegado a ese punto, eyaculé sobre mi vientre y mis manos, aquello era una locura. Sus movimientos cada vez más frenéticos anunciaban la llegada de un orgasmo, su dedo mayor entraba en su conchita, mientras el pulgar fustigaba su clítoris, yo me había vuelto a empalmar.

Llegó su orgasmo entre gemidos deliciosos y cuando pensé que allí terminaba la faena, se giró sobre las sábanas, quedando con el culo para arriba y su mano en la entrepierna, sus caderas subían y bajaban simulando los embates del coito y un momento después tuvo otro orgasmo delicioso, un terremoto que la hizo sacudirse tan sensualmente que volví a eyacular en mis manos. Ahora sí, quedó tendida boca abajo y su cuerpo se fue relajando. Esperé un momento para dejarla que vuelva a este mundo, y lentamente me acosté a su lado y fui besando su espalda hasta llegar a recostarme por completo a su lado.

-PATRICIA: ¿Te gustó mi vida la pajita que se hizo tu putita para vos?

-PABLO: Me encantó mi amor! Me volvió loco! No sé si pudiste ver, pero no pude evitar masturbarme dos veces viéndote!

-PATRICIA: No te vi mi cielo, cerré los ojos y me toqué pensando en la noche dentro del auto después de la fiesta!

-PABLO: Sos tan hermosa mi vida! Fue un espectáculo maravilloso! Tremendamente sexual! Súper excitante!

-PATRICIA: Fue una función especial para mi hombre! Pero te digo que yo también quiero una función para mí!

-PABLO: Por supuesto! Cuando mi putita me lo pida, me masturbo para ella!

-PATRICIA: Me parece muy bien machito mío! Descansamos un rato y después me hacés un show para mí!

-PABLO: Claro que sí! Lo único que no debo tener mucho más para acabar!

-PATRICIA: No importa! Quiero ver tu placer en primera fila desde el sillón!

Y ese comenzó a ser otro de nuestros juegos, como me había dicho, ese lunes se grabó con su teléfono mientras se masturbaba con una música suave y la luz violeta, me lo mostró al llegar y me calentó sobremanera, a tal punto que tuvimos que ir al cuarto de juegos antes de la cena.

Pero como lo bueno no es eterno, después de esos meses de subidón de nuestra actividad sexual, comenzaron las reuniones más seguidas y los viajes, y aquel ritmo bastante desatado, se apaciguó para permitirle a Pato que descansara. La presencia de Pato en el sindicato era, regularmente, tres veces por semana por la tarde, aunque también había reuniones por las noches, incluso algún sábado. A eso un tiempo después se le sumaron eventos del sindicato, cumpleaños de compañeros, cenas de trabajo y los viajes, los benditos viajes.

Me empecé a sentir como un niño que le sacan su juguete favorito al poco de habérselo regalado…


Patricia

Aquel viernes de finales de octubre de dos mil quince, llegué al sindicato un rato antes de las seis de la tarde para la reunión de la comisión de salud, para que negarlo, estaba un poco nerviosa, solo conocía a Carlos.

Hablé un momento con Mará Marta antes de que comenzara y me dijo que cuando pueda, me podría comentar algo de los integrantes de la comisión y ponerme un poco al tanto del movimiento del sindicato. Me dejó pensando, ya hablaría con ella, me pareció una buena mujer, no la veía queriendo chismosear los entretelones de los sindicalistas, sino más bien, aclararme el panorama.

En la entrada del salón había varios hombres hablando, supongo que esperando que llegara Carlos. Casi a las seis y cuarto, llegó y entraron todos, Carlos y yo fuimos los últimos y antes de entrar a la sala me dijo:

-CARLOS: ¿Cómo estás Patricia? Me alegro que hayas podido venir! ¿Nerviosa?

-PATRICIA: Gracias Carlos, la verdad que sí, y por lo que veo son todos hombres

-CARLOS: Es verdad, pero estamos intentando revertir eso, sobre todo porque la mayoría de nuestros afiliados son mujeres.

Entramos al salón, Carlos se sentó en la cabecera de la mesa rectangular de reuniones y en la silla a su derecha, me senté yo.

-CARLOS: Bueno, buenas tardes para todos, antes que nada les quiero presentar a la señora Patricia Miralles, recientemente elegida delegada del jardín novecientos quince, y que a partir de este momento, también formará parte de la comisión. Para aquellos que no recuerden, Patricia es quien hiso el petitorio para que la epilepsia se agregue al listado de patologías crónicas, presentación que haremos, entre otras cosas, en las próximas discusiones paritarias.

Todos me dieron la bienvenida y Carlos les dijo:

-CARLOS: Patricia en una primera instancia, se hará cargo de las actas de las reuniones de comisión y realizará los escritos que la comisión demande. La señora es Licenciada en Ciencias de la Educación, además de maestra jardinera, y se le da muy bien la escritura, tiene una gran capacidad y una redacción impecable.

Carlos salió un momento y varios de los integrantes, me fueron haciendo algunas preguntas, me resultaron bastante amables en el trato.

En esa reunión eran once hombres, incluido Carlos y me dijeron que dos integrantes que faltaban, estaban de vacaciones. La mayoría de los hombres rondaban los cincuenta años, algunos más, otros menos, hasta me atrevería a decir que Carlos era el más joven de todos.

Momentos después, Carlos regresó con su laptop, la encendió y la puso sobre la mesa mirando hacia mí, para que comenzara la redacción del acta.

Me indicó como eran los encabezados de las actas, se anotaban los presentes, que me los fue nombrando de a uno, mientras yo los iba escribiendo en el acta. Luego correspondía escribir el orden del día de los temas a tratar, y a medida que se iban discutiendo los temas, iba escribiendo las decisiones y los aportes de los distintos integrantes de la comisión.

Cerca de las ocho y media, terminó la reunión. Antes de terminar, me pidieron que leyera el acta y luego de imprimirla, todos estamparon su firma.

Todos los integrantes se fueron retirando, quedando solamente Carlos y yo.

-CARLOS: Patricia, si vas para tu casa, permitime que te acerque, no te vayas sola.

-PATRICIA: Justo lo iba a llamar a mi esposo para que me viniera a buscar.

-CARLOS: No lo hagas venir hasta acá, yo te acerco.

-PATRICIA: Bueno, está bien! Pero no quiero que te tomes tanta molestia, mi marido puede venir a buscarme, después de todo no estamos tan lejos.

-CARLOS: No es molestia Patricia, al contrario!

No tuve más opción que aceptar y pasadas las nueve de la noche, me dejó en la puerta de casa.

Al entrar me invadió un exquisito olor a carne al horno, lo vi aparecer a Pablo con su delantal de cocina, y debajo solo un bóxer.

-PABLO: Hola mi amor! Estaba esperando que me llames para ir a buscarte.

-PATRICIA: ¿Así vestido me ibas a ir a buscar?

-PABLO: ¿Por qué no? ¿No estoy lindo así?

-PATRICIA: Vos sos lindo mi vida! Justo te iba a llamar y Carlos me dijo que me traía, así no tenías que ir hasta allá.

-PABLO: No tengo problemas en irte a buscar, al contrario, sabés me gusta!

-PATRICIA: Ya lo sé amor mío! Pero me insistió y para que no parezca un desprecio, le dije que sí.

-PABLO: Bueno, la cena ya está casi lista! Pongo la mesa y comemos!

-PATRICIA: Dale, voy al baño y cenamos.

El lunes siguiente, me mandó Carlos un mensaje, diciéndome si podía pasar por el sindicato al salir del jardín. Le pregunté si había pasados algo con el acta de la reunión y me dijo que necesitaba que pase para entregarme algo. ¿Qué me tenía que entregar?

Al llegar al sindicato, María Marta me dijo que Carlos me esperaba, que luego de reunirse conmigo, tenía una reunión en Tandil, y que para allí se iba.

Subí hasta el despacho de Carlos, toqué la puerta y me pidió qué pase. Entré y nos saludamos con un beso.

-CARLOS: Buenas tardes Patricia, ¿cómo estás? Sentate por favor.

-PATRICIA: Hola Carlos, muy bien gracias, ¿vos bien?

-CARLOS: Si todo bien, por suerte! Te hice venir porque te quería entregar esta computadora para que la uses, ya que harás todos los escritos, es necesario que tengas una, así no tenemos la necesidad de usar la mía personal. La podés llevar a tu casa, es bastante nueva, yo la usé hasta hace unos meses, pero en el último viaje a Miami, me compré una y me resulta más cómodo tener todo lo mío en una sola máquina.

-PATRICIA: Gracias Carlos! Me viene bien! La que tengo en casa es bastante viejita y parece una carreta con los caballos cansados.

Aquella ocurrencia le causó gracias y por primera vez, vi una carcajada suya.

-CARLOS: De paso, si hay que hacer algún escrito y estás en tu casa, lo hacés y me lo enviás por correo, sin tener necesidad de venir hasta acá.

-PATRICIA: Buenísimo, no hay problema!

-CARLOS: Estoy por irme a Tandil a una reunión, pero antes me quiero tomar un café, ¿me acompañás, tenés tiempo?

-PATRICIA: Si claro!

Juntó  sus cosas y bajamos, saludamos a algunas personas al salir y fuimos a un bar de la otra cuadra.

Hablamos del trabajo de la comisión, me contó que además del sindicato, atiende consultorio como médico clínico, tres veces por semana en una clínica por las mañanas.

Luego del café me dijo que ya salía para Tandil y que si yo iba para casa me dejaba de pasada.

-PATRICIA: Carlos, no quiero que te tomes la molestia de llevarme a casa, cada vez que vengo a la sede!

-CARLOS: No es molestia Patricia, al contrario! No me cuesta nada dejarte en tu casa, de ahí ya agarro Luro y salgo por la 226 para Tandil. A no ser que a tu marido no le haga gracia que te acerque! ¿Cómo se llama tu marido?

Lo que dijo y la forma de referirse a Pablo me mosqueó un poco

-PATRICIA: No es eso Carlos, a Pablo no le molestan esas cosas!

-CARLOS: Bueno, mejor así! Y yo me aseguro de dejarte sana y salva en tu casa.

En el trayecto hasta casa, me fue contando de la reunión en Tandil y que quería que una vez que me pusiera al tanto del manejo de la comisión, lo acompañara en las reuniones en las otras delegaciones.

Al llegar a casa, nos saludamos con un beso y antes de bajar, me dijo:

-CARLOS: De no mediar inconvenientes, nos vemos el miércoles a las seis de la tarde en el sindicato. Ah! y saludos a Pablo!

-PATRICIA: Gracias Carlos! Nos vemos el miércoles!

No supe entender el tono del mensaje de saludo para Pablo, si era irónico o realmente le mandaba saludos sin siquiera conocerlo.

Pasaron casi tres meses, estábamos a principios de marzo de dos mil dieciséis, y yo ya estaba bastante canchera con todo el trabajo de la comisión, incluso le propuse un par de cambios de estrategias en un par de temas y Carlos estaba cada vez más conforme conmigo y con mi trabajo.

Un jueves después de la reunión, yendo en el auto de camino a casa, me dijo:

-CARLOS: Patricia, la semana que viene, tengo unas reuniones en La Plata y quisiera que me acompañes. Nos iríamos de acá el jueves después del mediodía y volveríamos el sábado a media tarde. El día viernes lo tenés justificado como delegada, el lunes de esa semana, se le avisa por mail a la directora.

-PATRICIA: Dejame que lo hable con Pablo y te contesto, pero supongo que no va a haber problema. ¿te puedo contestar el viernes o el lunes?

-CARLOS: Si es posible antes, mejor! Para hacer las reservaciones de hotel, coordinar el viaje y ver quién del sindicato nos lleva.

-PATRICIA: Bueno, esta noche lo hablo con mi marido y mañana al mediodía, te aviso.

-CARLOS: Dale, espero tu respuesta mañana!

Nos despedimos en la puerta de casa con un beso y bajé de su auto.

En la entrada del edificio de casa, hay dos locales comerciales, uno a cada lado de la puerta de acceso, en uno de ellos, un kiosco y en el otro una mujer que hace trabajos de costura, confecciones y esas cosas y cada vez que me ve llegar con Carlos en el auto, me mira con mala cara. No tenemos confianza, solo buenos días o buenas tardes, siempre me pareció bastante chusma, pero desde que llego en el BMW, me mira como si yo fuera una cualquiera que su amante la trae a casa cuando su marido no está. Algún día voy a llegar con los patos cruzados y la voy a mandar a la mier……, bueno, allá bien lejos!

Me puse a ordenar un poco en casa y a preparar la cena para cuando Pablo llegara, los jueves, suele llegar justo a la hora de cenar, es el día que juega al futbol con los amigos hasta las nueve de la noche.

Llegó muerto minutos antes de las nueve y cuarto:

-PATRICIA: Hola mi vida!

-PABLO: Hola mi amor! Mmmm… que olorcito! Me doy una ducha y cenamos!

-PATRICIA: Dale, pongo la mesa mientras!

Mientras cenábamos y él me contaba su día de trabajo y yo el mío, le conté del viaje:

-PATRICIA: Pabli, la semana que viene Carlos quiere que vaya yo también, a La Plata para unas reuniones, saldríamos de acá el jueves después del mediodía y volvemos el sábado a media tarde. ¿Qué te parece?

-PABLO: Bien mi vida, ¿Vos querés ir?

-PATRICIA: En realidad si y no, no me quiero ir sin vos, pero se va a tratar, entre otras cosas, el tema del petitorio.

-PABLO: Está bien mi amor! Sabés que yo te apoyo en lo que sea!

-PATRICIA: Es poco tiempo mi amor, solo dos días!

-PABLO: Ya lo sé, pero aunque sean dos días te voy a extrañar! Y sí, voy a estar un poco preocupado de que te pueda pasar algo!

-PATRICIA: Tranquilo mi cielo! Vengo bastante bien con esta medicación!

-PABLO: Ya lo sé, pero no puedo dejar de preocuparme!

-PATRICIA: Ay!! Sos más lindo vos!!!! Por eso es que amo tanto!

-PABLO: Lo único que en algún momento vas a tener que recuperar la sesión perdida del viernes!

-PATRICIA: Si machito mío!! El sábado la recuperamos y para compensar te voy a traer un regalito de La Plata!

-PABLO: Mmmm!! ¿Qué regalito?

-PATRICIA: El más chanchito que encuentre!

Después de charlar un poco en la sobremesa, nos miramos con una sonrisita y con voz muy seductora  le dije al oído:

-PATRICIA: ¿Estás muy muy cansado puerquito mío?

-PABLO: Hoy perdimos tres a uno y encima no pude meter ni un gol!

-PATRICIA: ¿Y creés que podrás jugar otro partidito y ver si podés meter un gol?

-PABLO: ¿Vos decís que podría meter alguno?

-PATRICIA: Si mi amor! Vamos a la salita y me metes un lindo gol...!

Continuará…