Los inicios con papá

Y así empezó el fin de semana con papá

Unos días después, mi pa me mensajeo antes de salir del colegio.

-DEBES IR A CASA EN CUANTO SALGAS- Decía

Leí en mensaje y sabía lo que significaba, así que al salir me despedí de mis compañeras y fui directo a mi casa, al llegar el olor a mi pasta favorita invadía el apartamento, cerré la puerta

-          Papi ¿Estas en casa?

-          Si- Dijo desde la habitación- Pase por tu restaurante favorito, traje algo para que almuerces

-          Si lo note, huele delicioso

Serví dos platos de una deliciosa pasta amatrichana, había pan de ajo, en verdad me encantaba el menú, al sentarse estaba sin su corbata, y comimos conversando, del día, el colegio, el trabajo, me comento que salió temprano porque se habían cancelado una reunión, y que mama viajaba desde hoy y no estaría el fin de semana, tenía una conferencia, lógico era lo que él pensaba, en verdad ella tenía el fin de semana destinado a Samanta.

-          Yo lavo los trastes- Dije

-          De ningún modo-Replico- Yo quiero aprovechar el tiempo al máximo

Deje los platos en la cocina y volví al comedor, pero mi padre no estaba, se encontraba en la sala, y me llamo, al llegar me sonrió y me senté con él en el sofá

-          TODO EL FIN DE SEMANA PARA LOS DOS – dijo en todo alto y con una gran sonrisa

-          Y me vas a llevar al cine- respondí riendo y con sarcasmo

En ese momento se me acerco y me beso, despacio, su lengua dibujaba mi boca, sus manos recorrían mi cabello, y bajaron por mi cintura, nos besábamos más fuerte y yo me acomode sobre él, mi cintura se ceñía a su ya erecto miembro, mi lengua se introducía en la boca de él, empecé a mover mis caderas, el me hizo levantar, me hizo quitar el short y las tangas que llevaba debajo de la falda del uniforme y me volví a sentar a horcajadas, mi coñito ya mojado se deslizaba sobre el bulto de su pantalón, la tela iba absorbiendo mis líquidos, me movía y más mojada me ponía mientras nos besábamos, mi papi, me aparto y me acostó sobre el sofá,

-          Mira nada mas como esta mi hijita, deliciosa, mojada- se acercó a mi coño- Me pusiste la verga dura

-          Deberías metérmela- Dije mientras lo miraba fijamente

-          Primero me como tu cochita

Metió su cabeza entre mis piernas levanto mi falda y empezó a lamer mi rajita, despacio, torturándome, me penetro con los dedos mientras succionaba mi clítoris, era delicioso como me comía el coño, yo ponía mis manos en su cabeza, y movía mis caderas contra su boca, quería alcanzar el orgasmo rápido, pero él se apartó, bajo su cremallera y saco su pene erecto, sus venas se marcaban, yo me arrodille y abrí mi boca el tomo mi cabeza y empezó a mover sus caderas, enfunde mis dientes con mis labios, y empecé a deslizar la cabeza siguiendo el ritmo, sacaba su pene de mi boca, lo lamia con lengua, lamia sus huevos y volvía a su punta, y jugaba con mi lengua, me halo por la parte detrás de mí cabello sonrió y me levante del suelo me giro y sentí su pene en mi cola, estaba caliente, me hizo poner en 4 en el sofá, y empezó a penetrarme despacito, sintiendo cada parte de mi mojada vagina, empezó a penétrame, despacio, tomaba mis caderas, y movía las suyas, de un momento a otro empezó a envestirme de manera rápida, y fuerte, mis gemidos subían de tono.

-Dame más duro- dije

  • Dios como me encantas- Respondió

Cambiamos de posición, yo me senté arriba de él y empecé a mover mis caderas lo más rápido que podía, sentí como mis piernas se tensaban, y mi vagina se contraía, era un placer infinito, y llegue al orgasmo delicioso por sí solo, mi padre se vino unos minutos después, caímos rendidos en el sofá, y supe que ese fin de semana sería muy divertido.