Los hermanos Cottenturba: El inicio
Marco es el administrador de un bar que guarda muchos secretos de los cuales su hermano menor es el protagonista.
LOS HERMANOS COTTENTURBA: MI HERMANO ES UNA PUTA CAPITULO 1
Marco es el administrador de un bar que guarda muchos secretos de los cuales su hermano menor es el protagonista.
Esta es la historia de una serie de eventos inesperados que me cambiaron para siempre. Un estilo de vida de promiscua puede tener consecuencias inesperadas.
Marco Cottenturba
Hola, me llamo Marco, nací en la ciudad de San Pedro Sula hace 28 años. Por motivos de negocio mi familia se había mudado a la ciudad para administrar de cerca los intereses económicos de la familia. Pase la mayor parte de mi infancia y formación primaria en el valle de Sula. Poco tiempo después de que Daniel nació, nos mudamos con nuestros abuelos a Tegucigalpa, la capital, donde vivimos actualmente.
Actualmente vivo cómodamente en la residencial Las Hadas con Dilcia, una mujer muy guapa a quien conocí en la universidad. Es novia desde la noche de graduación. Su familia es de Roatán y tienen negocios en la isla, y ella está encargada de varias funciones administrativas por lo que viaja varias veces al mes.
Tiempo después de graduarme obtuve una posición de gerencia en una tienda de electrodomésticos gracias a las influencias de mi tío. Ahí tuve la oportunidad de crecer profesionalmente, además de contar con el apoyo que mi tío siempre me brindo. Lastimosamente no era un ambiente en el que me sintiera cómodo del todo, sin mencionar que nunca fui muy allegado con mis primos que pasaban en la tienda todo el tiempo. Después de tres años de trabajar con mi tío, me llego la oportunidad de cambiar de ambiente. Recomendado por una amiga, Rafael el dueño de un nuevo bar en la ciudad, me dio la oportunidad de trabajar en la administración de dicho bar.
Claramente no era el mismo ambiente, las vitrinas con artículos para el hogar habían cambiado por la barra de licores, y las filas de clientes en su mayoría padres de familia, por adolescentes, alcohólicos, drogadictos, básicamente gente de la vida nocturna. Manejar The Purple Tea era definitivamente un cambio profesional más relajado y alegre. Con una pinta bohemio e índigo era frecuentado por mucha mara fresa y de gustos excéntricos.
Ubicado en el Boulevard Centroamérica The Purple Tea ha sido protagonista de varios eventos por artistas locales y extranjeros poco conocido pero talentosos. Desde el inicio, estuve muy entusiasmado por mi nueva posición como administrador del bar, para mitigar mi inexperiencia en el ambiente de la vida nocturna Rafa me dejo bajo la supervisión de Henry, su hermano menor. Con la ayuda de Henry poco a poco fui aprendiendo todo lo relacionado con la administración del bar y la atención de los clientes. Como tenía planeado iniciar otro proyecto, estaría apenas un tiempo trabajando bajo su dirección mientras me adaptaba.
Poco antes de cumplir un año como administrador en The Purple Tea, para los últimos días del año, Henry me dejo a cargo del bar para ir a pasar las fiestas con su familia. Para ese entonces yo ya manejaba todas las funciones del bar.
Los meses pasaron y mi presencia en el bar era ya de notar, aparentemente el ambiente se me daba de lo más natural y el bar ya gozaba de gran afluencia. Todas las semanas había eventos variados por lo que el lugar pasaba lleno de locales, extranjeros y personas exóticas cada noche.
Daniel Cottenturba
Mi hermano menor quien actualmente tiene 19 años es el protagonista de esta historia. El siempre ha tenido un interés por la fiesta, la vida nocturna, los viajes y la vida social. Hace mas o menos 1 años que empezó a frecuentar The Purple Tea, y ahora llega casi todos los días.
Mi hermano estudia turismo en la universidad, algo que siempre le ha apasionado. Es sabido que las personas que estudian turismo por lo general son extrovertidos, y ese es el caso de Daniel. Para sus 19 años conoce a media ciudad, y siempre se le ve rodeado de amigos.
Los hechos que preceden al relato:
Todo comenzó un par de semanas atrás cuando hubo una queja de una clienta, que reporto haber extraviado su bolso en nuestro bar. Por mas que registramos el lugar no pudimos dar con sus pertenencias, hecho que discutimos en una de las reuniones semanales que sostengo con Rafa y Henry. Al analizar la situación concluimos que ya era tiempo de que instaláramos un sistema de seguridad, tanto para protección del negocio como la de los clientes del mismo.
El día que llego el técnico lo recibí a las 9 de la mañana, el evaluó el recinto y me aconsejo cuales eran los puntos que debían de cubrirse. Se colocaron cámaras en la entrada del bar, así como en la esquina fuera del local. Dentro se colocaron cámaras cubriendo todos los puntos del área de jardín, la barra del bar, así como los distintos puntos cardinales en el área de mesas. Por último, el técnico aconsejo que cubrir el área de administración, cocina, patio trasero y almacén sería una buena medida. Me pareció correcto así que acepte que se instalara el sistema de seguridad en todo el bar. El técnico termino de instalar las cámaras a las 2 de la tarde, cabe señalar que son cámaras muy discretas y nadie sabe el total de cámaras más que Rafa y yo. En la oficina de administración yo tenía acceso a revisar cada punto del local desde mi computadora. Las grabaciones eran guardadas hasta 7 días y luego se borraban automáticamente a menos que alguna fuera seleccionada y guardada como copia de seguridad.
Raúl Cábala
A sus 25 años llevaba trabajando como bartender en The Purple Tea por casi 3 años. Su personalidad, llena de carisma era empatada por una sonrisa dulce y picara que enamoraba a cualquiera. Con aproximadamente 1.70 de estatura, ojos color chocolate, nariz grande pero delgada, sin mucho vello corporal y el pelo largo, transmitía un aire masculino, seguro de sí mismo.
El día que comienza mi historia
Como es costumbre el bar abre a las cinco de la tarde, hora en la que no suelen haber muchos clientes, pero de igual manera se pide a la mitad del personal como mínimo estar antes de las cinco de la tarde.
Recuerdo que ese viernes Daniel había llegado temprano a eso de las cuatro y media de la tarde. Seguramente venía de la universidad y como era costumbre siempre llegaba al bar como primer lugar antes de irse de fiesta o para quedarse durante toda la noche. Raúl y David son los bartenders y es necesario que mínimo uno de los dos este a la hora de abrir el bar.
Alrededor de las cinco y quince llego un grupo de jóvenes, habituales borrachos que llegaban a beber desde temprano. Yo acudí a atenderlos ya que no vi a Raúl por ningún lado. El grupo pidió dos cubetas de cervezas y unas ordenes de papas fritas y alitas. Les serví una ronda y pasé la orden a la cocina.
Al terminar de servir a los clientes me puse a buscar a Raúl, que estaba seguro que lo había visto antes de abrir el bar. En eso llego David, a quien le explique que necesitaba que atendiera al grupo que estaba en la barra. Se disculpo por haber llegado tarde, disque porque tuvo que pasar por la gasolinera porque estaba empty y no alcanzaba a llegar.
“No pasa nada, ayúdame con los clientes que van llegando.” – Le pedí alejándome a buscar Raúl.
En eso vi a salir a Raúl de la cocina y retomar sus labores.
“Bueno ya está. Tendré que hablar con ambos más tarde.” – Pensé un poco enojado por lo tardé que se presentaban los dos bartenders a trabajar.
Un grupo de estudiantes iba llegando y Daniel salió de la nada a saludarlos y entre risas y cotilleo se acercaron a la barra para empezar las rondas.
“Este cabrón conoce a todo Tegus.” – Me dije a mi mismo.
Era viernes, y estaba programado un toque por un grupo esa noche, les llame para confirmar su asistencia. La banda confirmo su llegada esa noche a las 8:00pm. El escenario estaba instalado desde temprano, solo faltaba que llegaran e instalaran su equipo.
Como a eso de las 7:00pm había unas 50 personas y seguían llegando. El lugar se llenaba del sonido de la noche, risas, voces alegres, choque de copas. El olor del cigarrillo y la marihuana que se fumaba en el jardín se colaba tenue por todo el recinto. Pintaba ser una buena noche, mucho party, buena vibra. Mi hermano como siempre se le veía aquí y allá con distintos grupos platicando y bebiendo. Le gusta beber, pero no es mala copa, de hecho, tiene mucho aguante.
A las 8 y pico el grupo musical ya estaba en la casa y se preparaban para abrir el show a las 9. Yo estaba fumando un cigarrillo cuando llego Josué, amigo de la infancia que tenia poco tiempo de haber regresado a la ciudad.
“Hola Josué!” – Le salude, dándole un fuerte abrazo.
“Hola Marco! ¿Cómo estás hombre?” – replico, mientras nos abrazábamos.
“Ya sabes como siempre aquí el chonguingue ! HAHA. – Le conteste entre risas.
Ambos reímos, lo invité a la barra y le ofrecí una cerveza. “Esta va por la casa, disfruta.” – Le dije acercándole la cerveza.
“Gracias Marquito!” – Me dijo Josué.
En eso llego Daniel quien salto a abrazarlo; “Hola Josué! ¡Tiempos sin verte!”- Le dijo Daniel.
“Si va!” – Contesto Josué.
“Daniel cuídalo por mí, ya va a ser hora de la tocada y necesito hablar con el grupo y revisar que todo este bien” -Le pedí de favor a Daniel.
“Si! ¡Claro! Vente Josué” - Dijo Daniel pasándole la mano por el hombro y llevándose a Josué.
Eran las 9:00pm y la banda ya empezaba a saludar a la audiencia y a presentarse. Fui por Daniel y Josué, pero no los encontré. “Que se habrán hecho estos dos?” – Pensé, y salí a buscarlos, fui a el área de las mesas y al área del jardín sin lograr verlos. Cuando regresaba hacia la oficina, los vi en la barra ordenando. Josué pedía una cerveza y Daniel su quinto vodka con cranberry.
“Donde se habían metido?” – Les pregunte un tanto confuso.
“Josué quería fumar y nos dios sed” – Contesto Daniel rápidamente.
“Ya veo, bueno el grupo esta a punto de comenzar a tocar, si quieren estar cerca tendrán que buscar una mesa antes de que lleguen más personas” – Les dije antes de despedirme, ya que tenía que revisar varias cosas en ese momento.
La noche estuvo muy movida y habían asistido una gran cantidad de personas, típico viernes. El grupo dejo de sonar a las 12:00am y el bar estuvo abierto unos 20min más para despedir a las personas que aún quedaban en el bar. Raúl y David estaban terminando de cerrar la caja y los cocineros ya se habían largado. Ya no había nadie más excepto parte del staff, Daniel y yo esperando terminar de cerrar el bar.
Despedí a los chicos de la barra y cerré el recinto, luego le di un aventón a Daniel que ya iba bien alcoholizado. Al llegar a mi casa me quite la ropa, me di un baño y me tire a la cama. Había sido una noche algo movida, y el sueño me hizo caer como una roca.
El día siguiente poco después de salir a almorzar con Dilcia, me dirigí al bar ya que tenia que hacer preparativos para la noche. Como era sábado las cosas podrían estar igual o más movidas que el día anterior. Llame a David y Raúl para confirmar que estarían ahí a las 4:30 para contar con su ayuda a la hora de apertura.
Ambos me confirmaron y se comprometieron a no llegar tarde esta vez. Acababa de hablar con Raúl, cuando recordé que el día anterior estaba seguro de haberle visto en el bar a las 4 de la tarde.
“¿Qué se hizo este maje ayer?” – Me dije mi mismo, recordando que el día anterior le había buscado sin poderle encontrar.
Me dio curiosidad por saber que se había hecho, y me dispuse a revisar las cámaras de seguridad. “Estas papadas de algo deben de servir” – Pensé entre risas.
Abrí el software de seguridad y seleccioné el archivo del día anterior.
Busque en las grabaciones del día anterior a las 4:00pm para seguir los pasos de Raúl.
Había llegado a las 4:10pm al llegar paso a la cocina y se puso el delantal que usa en la barra, cruzamos palabras.
Yo regrese a la oficina y el se quedo en la barra alistando los picheles, cubetas, mix shakers y dejando prácticamente todo listo para la hora de abrir.
A eso de las 4:35pm se ve cuando llega Daniel. Pasa por la barra le pide un vodka a Raúl y se ponen a platicar. “Que bolo es Daniel.” – Pensé mientras seguía reproduciendo el video, adelantando los sucesos. Lo que me interesaba era saber por qué Raúl se desapareció a la hora de apertura.
La hora de la pantalla marcaban las 4:50pm y Raúl y Daniel se miraban conversando en la barra, algo cerca parecía que estaban en una buena sesión de chismes.
Raúl le marca a alguien y luego de colgar se dirige a la entrada de la cocina, con Daniel que le seguía de cerca.
Me pareció extraño y ahora recordaba que el día anterior, tampoco Daniel estaba en el bar a las cinco pm.
Los seguí atreves de las pantallas y en el minuto 4:52:50 después de salir de la cocina ya no los veo en ninguna pantalla. No era posible que desaparecieran. El único lugar que no había revisado era el cuarto del almacén, cuarto que pase por alto al no ver por qué podrían entrar en el almacén. Pero ya un poco incrédulo de ver que no estaban en el resto de las cámaras, busco el almacén a las 4:53pm.
Almacén 04:53 pm
Mi primera reacción es pausar el video. El pánico secuestraba mis pensamientos dejándome sin poder pensar bien. La imagen inmóvil en mi laptop muestra a Daniel arrinconando a Raúl contra la pared del almacén.
Pasados varios segundos recupero el pensamiento, e incrédulo y queriendo comprobar que es todo un error, reproduzco el video.
Habían entrado al cuarto cerrando la puerta detrás de ellos y luego fundiéndose en un beso apasionado, comiéndose las caras con furia y deseo. Abrazados, pasaban sus manos por todo su cuerpo, recorriéndose las espaldas sintiéndose cada centímetro el uno del otro.
Mi cara debía de ser un poema, nada me podría haber preparado para lo que acababa de descubrir. “¿Daniel con Raúl el bartender? ¿Qué les pasa a estos dos?” – Pensaba inquieto.
Raúl le metía las manos y le cogía las nalgas por debajo del jean sin dejar de besarse. Los segundos no paraban y el espiral decadente tampoco. Se desvestían, prenda por prenda, iban cayendo en su rededor. Ambos desnudos frente a frente, recorrían sus cuerpos guiados por sus lenguas que ansiaban recorrer cada área erógena.
Daniel se dejaba comer el cuello mientras Raúl le jalaba del pelo inclinando su cabeza hacia atrás.
Lastimosamente la cámara no grababa sonido, porque seguramente los quejidos debían de ser intensos, llenos de placer.
¿Lastimosamente? ¿Qué estoy pensando? ¿Por qué querría escuchar? Basta con lo que estaba viendo, que ya era mucho para mí.
Raúl disfrutaba como mi hermano le mordía los pezones, antes de seguir lamiendo camino a su sexo, donde lo esperaba una riata dura, cabezona que ansiaba la húmeda boca de él.
Daniel de rodillas frente a el sexo erecto lo tomo con una mano y empezó a pasarlo por toda su cara. Le mamaba los huevos mientras la verga descansaba sobre sus ojos y frente. Mamo lo suficiente para saborear bien el saco pesado que colgaba entre las piernas de Raúl, y luego se llevo el glande a su boca para chuparlo y lamerlo con ritmo brusco pero lento.
Raúl le pegaba en la cara a Daniel, quien se separaba de la verga solo para volver a devorarla y en cada mamada bajar más. Poco a poco lubricando su paso hasta la llenura total. Pasaron varios minutos y ya bajaba hasta la base donde se quedaba quieto soportando lo más que podía. Cuando la sacaba esperaba unos segundos, quizás por la falta de aire, Raúl lo tomaba y guiaba de regreso a engullir toda su carne de sexo. El ritmo se aceleraba, y Daniel hacia lo posible para recibir la verga que con cada embestida lo llenaban hasta su garganta.
Por momentos Daniel lo masturbaba mientras recobraba la fuerza para seguir mamando profundamente el sexo de Raúl.
Habían estado unos veinte minutos en la felación.
“Mi hermanito es un buen puto mamador y con mucho aguante.” – Pensé asombrado
Pero, ahora era el turno de Raúl y mi hermano se giró quedando en cuatro parando el culo.
Daniel paraba el culo mientras se lo mamaban cogiéndolo con ambas manos por las nalgas, un buen morreo de culo. Ese hijo de puta si le gustaba mamar culo, subía y bajaba entre sus nalgas dándole lengua haciendo que Daniel flexionara los codos hacia el frente debido al placer.
Le comió el culo un par de minutos y claro ya estaba dilatado, húmedo, listo para recibirlo en su interior. Flexiono un poco sus rodillas acercando su verga al culo de Daniel y se la dejo ir de un solo apoyándose de su cintura.
El mete saca era brutal, quizás sabían que no tenían mucho tiempo y tenían que terminar rápido. Y así fue, después de unos 10 min de mantener un ritmo satánico, Raúl dio 3 ultimas embestidas lentas antes de caer sobre la espalda de Daniel.
“Esta no puede ser la primera vez, no es posible que alguien aguante algo tan grande a la primera.” – Fue todo lo que pude pensar, paralizado ante con lo que había descubierto.
Ambos se vistieron, se dieron un beso rápido antes de salir como si no había pasado nada. Los seguí hasta ver como se incorporaban con el grupo sin levantar sospechas de ningún tipo.
Pause el video, no podía creer lo que había visto. Quería confrontar a Raúl. ¿Cómo podía haberse cogido a mi hermano? Otra parte me decía que por mas vueltas que le diera al asunto, Daniel tenía tanta participación como Raúl en todo lo sucedido. ¿Debía hablar con los dos? O ¿Debía quedarme callado?
Haciéndome estas preguntas estaba cuando una nueva duda me tomo por sorpresa. “¿Qué había pasado con Josué?” – Pensé paranoico.
Ayer se habían perdido un rato en la noche. Así que no me resistí y pensando que solo eran vainas mías, adelante la cámara a las 8:00pm.
Almacén: 8:32 pm
El almacén estaba vacío. Adelante la grabación. Los minutos y segundos pasaban rápidamente.
“Por favor, que solo sean inventos míos.” - Pensaba, viendo el marcador como los minutos se adelantaban.
Pasadas las ocho y media se abrió la puerta del almacén.
“¡Era Daniel! ¡Acompañado por Josué! ¡No! Mierda ¡No es posible! No se cansa de coger este maje.” – Pensé un poco cansado con otra mala noticia .
Deja vu, todo se repetía, esta vez Daniel se estaba mamando fuertemente con Josué.
Iban con todo, mientras se besaban Daniel le desabrocho la hebilla de la faja, un botón, luego bajo el zipper, y el pantalón de Josué callo a las rodillas. Con sus manos empujo a mi hermano mostrándole el camino a su verga que dentro de su bóxer se mostraba dura y esperando ser liberada.
Daniel cayo de rodillas, sus ojos a la altura del bóxer de su amante. Le sobaba la verga por encima, calentándolo y con ambas manos le bajo el bóxer, y la verga de Josué salió disparada quedando erguida dejando caer un saco de huevos grandes y viriles. Daniel no espero y se la llevo a la boca, lamiendo el glande y bajando hasta la base para volver a subir y metérsela toda en la boca.
Josué tiraba la cabeza hacia atrás, estando espalda contra la pared, jeans al suelo, bóxer a las rodillas, piernas separadas, dejándose mamar por la boca insaciable de mi hermano.
“Que goloso, jue puta!” – Pensaba, ya un poco agitado con un morbo por lo prohibido que aun no estaba listo para reconocer.
Daniel se sacaba la verga, le echaba un escupitajo en el glande y luego la tragaba desapareciéndola toda hasta la base, pegando su nariz en el pubis de mi amigo.
Aguantaba varios segundos y luego la sacaba toda, tosiendo y con una liga de baba colgando del glande a su boca. Luego se la volvía a meter para seguir satisfaciendo el sexo de Josué.
Mi hermano paso varios minutos mamándole la verga hasta que no aguanto más y se giró sacándose el jean y el bóxer quedando en cuatro mostrándole el culo a Josué para que lo penetrara, quien al verlo se quito el jean y bóxer por completo y se colocó detrás de mi hermano.
Empezó rozando la verga contra el culo de Daniel imitando la cogida que le iba a dar. De abajo a arriba su verga probaba el terreno, aumentando el deseo de Daniel por ser penetrado. Este le echaba el culo hacia atrás sobre Josué que a su vez presionaba hacia adelante.
Un escupitajo cayó sobre su verga, y otro sobre el culo y con la verga empezó a presionar el agujero de Daniel. Su ano rápidamente cedió y Josué se la dejo ir completa en el culo causando que Daniel irguiera la espalda pegándola al pecho de Josué quien le tomo por la cintura y lo siguió cogiendo en el piso con furia.
Sin dejar de cogerlo Josué lo levanto sujetándolo por el abdomen y por el cuello, lo jiro viendo en dirección hacia la pared para seguir el mete-saca. Daniel abría las piernas, paraba el culo y se sujetaba con ambas manos de la pared mientras recibía las embestidas de Josué, que se aferraba de su cintura taladrando su culo sin parar.
Después de varios minutos este se acercó al oído de Daniel y después de decirle algo, ambos se separaron y Daniel se arrodillo frente él.
Con la boca abierta, Daniel recibió varios chorros de leche, que se trago con cara de puta como de las películas porno.
Ambos se vistieron y se incorporaron rápidamente a la noche de fiesta para luego encontrarse conmigo.
Pause el video.
Yo, estaba lleno de ideas y sentimientos que no lograban encontrar la lógica. “¿Hace cuánto había estado pasando esto?” “Que relación tenia Daniel con Raúl y Josué?” – Estas eran algunas interrogantes que contemplaba, y aun así no entendía porque sentía tanto morbo sobre lo que acaba de descubrir.
El bar abriría en un par de horas y tenia que empezar a organizar todo, la contabilidad, los preparativos, la banda, etc.
“Tengo que pensar voy a actuar ante esta situación, no sé si encarar a Daniel y Josué, ni que acciones tomar con Raúl.” – Medite
“Bueno mañana que no hay trabajo tendré tiempo para pensar en todo esto.” – Me decidí, mientras guardaba una copia de seguridad de ambos sucesos.
Continuara…
Gracias por leer mis relatos. "Los hermanos Cottenturba: El inicio" es uno de una serie de relatos que planeo escribir. Espero les haya gustado y calentado la lectura.
En el próximo relato Marco tendrá que tomar una decisión respecto a los sucesos que ahora conoce.
Siempre leo sus comentarios, me gusta saber que piensan de la lectura y cualquier sugerencia y critica es bienvenida.
Pido una buena evaluación para que más personas puedan leer la historia.
¡Gracias, se despide LA PAREJA LUJURIOSA hasta un nuevo capítulo!