Los gemelos
Notaba como mis pechos empezaron a humedecerse de sus babas, me sujetaron la braguita del bañador tirando de ella para quitármelas,
Soy una mujer casada de 42 años de muy buen ver, mis niños tienen 18 años cumplidos son gemelos. Siempre le hemos dado buena educación, salvo en cuestión de sexo que nunca habíamos hablado con ellos sobre el tema. Y digo esto, porque igual culpa la tuviésemos nosotros que pasaron de la niñez a la pubertad sin que nos diésemos ni cuenta.
El tema que me lleva a escribir es el siguiente, que me estoy acostando con ellos si se puede decir de esta manera, como sucedió todo es algo que voy a contarlo aquí.
Al principio notaba cosas en ellos pero lo atribuí a la edad que estaban descubriendo su sexualidad como todos los adolescentes. Veía en la cama manchas de semen, y como se fijaban en las chicas, en un principio hasta me hizo gracia y todo, pero ya me empecé no se si decir a preocupar o a sentirme molesta, por ciertos comportamientos por la parte de ellos. Por ejemplo se empezaron a fijar también en mi, sobretodo Juan, si se me veía algo más que la rodilla y si no cerraba bien las piernas al sentarme ahí estaba él mirando, tratando de ver algo más.
Cuando andaba en camisón por la casa, se fijaba en mis pechos, dado que al quedar el tejido pegado al cuerpo destacaban su hechura y se notaban marcados los pezones. Un día entré en el baño, sin saber que estaba él lo encontré masturbándose en la ducha, acariciaba sus testículos al mismo tiempo que, que deslizaba su piel del pene con su otra mano de arriba abajo. Creo que no se dio cuenta ya que tenía los ojos cerrados y con el agua abierta atenuaba cualquier pequeño ruido.
Estuve un poco de tiempo parada, sin poder reaccionar viéndolo, no es que fuese mucho el tiempo que estuve así, pero quizás lo suficiente como para que quedase gravado sin quererlo en mi retina. La casualidad hizo que llegase unos instantes antes de que de su polla empezaran a salir unos chorros seguidos y potentes de semen, creo que fueron cuatro o quizás alguno más no puedo decirlo lo que escupío de su polla, los primeros impactaron contra la mampara quedándose incrustados en ella, los demás ya no alcanzaron tanto cayeron al suelo goteando mientras seguía masturbándose con fuerza.
Esa imagen aunque esté mal en decirlo me impacto bastante, no pude quitármela de la cabeza por mucho tiempo, sobre todo cuando estaba con él, la cabeza me iba siempre a ese instante, viendo su polla y su semen salir disparado mientras se daba place
y aunque lo hacía con precaución, no podìa dejar de verle para el paquete
, nunca me había pasado semejante cosa. Una noche que estaba follando con mi marido mientras lo hacíamos, mi cabeza me llevó a ese instante, a recordar como se corría Juan mi hijo delante de mí, me excito muchisimo y tuve un orgasmo como hacia mucho que no lo tenía mientras mi marido me penetraba.
Claro que me sentí mal después, pero cuando volvimos hacerlo de nuevo, mientras mi marido me estaba dando lo mío, volvió a pasar lo mismo de nuevo, la cabeza me llevó a ese instante teniendo otro buen orgasmo.
Y lo peor de todo que eso fue en aumento, tanto que me empecé a masturbar de nuevo, digo de nuevo porque hacía ya tiempo que no lo necesitaba, me llegaba con lo de mi marido o eso pensaba yo. Pero empece a necesitar algo más, tuve esa temporada que estaba muy caliente. Aunque me perece muy difícil que fuese por ello, o quizás necesitaba algo más, llevar mi sexo a otro nivel mayor y me masturbaba recordando la masturbación de mi hijo, aunque me hiciese sentir fatal. Pero podía más mi lascivia y el placer que me daba eso que el sentimiento de culpa,era como una dependiente de sexo que tenía que apañarmelas yo sola la mayoría de las veces ya que con lo de mi marido no me llegaba, hasta ese punto llegue .
Cuando iba a recogerlos de sus clases los dos se querían poner delante. No hubiese tenido mayor importancia si no me hubiese dado cuenta que lo hacía siempre cuando llevaba faldas, Tengo la costumbre de que cuando me pongo al volante, si llevo faldas, de tirar de ellas hacía arriba para ir más cómoda y poder mover mejor las piernas, y muchas veces con el movimiento se subía más de lo recomendable.
Al principio pensé que eran tonterías de mi mente calenturienta y me divertía y me daba placer solo pensarlo, notaba como mi coño se mojaba y me encantaba sentirlo. Empecé a exagerar un poco, trataba de llevar unas falditas cortas y levantantaba más la falda de lo normal, al principio sin percatarme al moverme termine por mostrar por completo mis bragas, me iba fijando por el rabillo del ojo y mi hijo no apartaba su mirada de mis piernas.
Tengo que ser sincera, que me puse muy cachonda, hasta tal punto que me moje por completo las bragas. Cuando llegamos a casa, lo primero que hice fue ir al baño, toque mi coño con el dedo indice y se deslizaba con la suavidad que le da una buena lubricación y empecé masturbarme con ganas. No sé que pasó en mi cabeza aquel día pero todo me cambio por completo, empecé a ver el sexo de otra manera, a vivirlo con más pasión,sin impedimentos ni vergüenza, hacía y me dejaba hacer cosas que nunca antes había hecho, hasta mi marido estaba sorprendido, gratamente claro.
A parte de mi ración de sexo con mi marido, tenía que masturbarme casi siempre, incluso cuando tenía la regla, y tengo que decir que sin poder evitarlo empecé a buscar algo más, lo de mi marido ya no me llegaba. El colmo de todo es que empecé a tontear con mis hijos, me gustaba enseñarles algo de mi cuerpo como una cosa normal para luego masturbarme con pasión .
Yo me decía a mi misma que era para que los pobres se masturbaran mejor aunque fuese a mi cuenta, por darme una tonta disculpa, pero no, era porque me gustaba a mí y me hacía sentir deseada para luego con mis dedos correrme de gusto una y otra vez. La tontería me llevó muchas veces a salir de la ducha, envuelta en una toalla corta, enseñando el culo hasta mi habitación, aprovechaba que estaban ellos y lo hacía despacio, sabiendo que mis niños me observaban. Puede ser una enfermedad o no se qué, pero cada vez me gustaba más el sexo y sentía cada vez más ganas de explorar cosas nuevas, era como una viciosa
En lo del coche ya no era solo Juan el que quería ponerse delante cuando llevaba faldas, si no que querían ponerse los dos y se cabreaban, hasta que al final creo que llegaron a un acuerdo entre ambos, por que casualmente se iban turnando. La subida de la falda fue en aumento, tanto que llegue a levantarla por completo y sentarme con las bragas en el asiento, El que quedaba atrás se ponía al otro lado del conducto y se inclinaba hacia delante para ver algo de mis muslos.
Un día noté la mano de Juan tocarme muy sutilmente mi muslo poniendo la mano encima de mi asiento me rozaba con sus dedos muy suavemente yo le consentía porque no llegaba a más, solo sentía su contacto con mi piel, algo que repitió también Pedro. Me decía a mi misma que no estaba bien y que me estaba comportando como una puta y era su madre, pero la sensación de culpa pasaba siempre ya que el deseo que tenía era mayor que el pudor que tendría haber tenido .
Desde esa vez lo fueron haciendo siempre. Pero claro al no decir nada y no parar eso, la cosa cada vez fue a mayores y yo cada vez poniéndome más cachonda y terminaron poniendo las yemas de los dedos por completo en mi piel. ¿Como me hacía sentir eso, al principio quizás me diese un poco de reparo y vergüenza ya que me sentía culpable yo lo consentía, pero por otra parte después de darle vueltas al coco y como ganaba la parte más cochina de mí, me dije que porque no iba a dejarles un poco, total nadie se iba a enterar y era como un juego entre los tres .
Solo se que terminaba siempre con las bragas mojadas y echaba unos polvos con mi marido que era una cosa tremenda, incluso muchas veces después de tener un orgasmo o dos, quedaba con ganas y me masturbaba mientras dormía, tratando de hacer el menor ruido, metiendo mis dedos en mi mojada vagina llena de mis jugos mezclados con semen de mi marido .
Tuve que terminar con todo cuando un día noté la mano de Pedro subir descaradamente por mi entrepierna y bajar entre mis muslos hasta mis bragas para meterme mano – ¿pero que coño haces, retira la mano de ahí inmediatamente? Le dije enfadada mientras conducía notando su mano encima de mi pubis , Juan se partió de risa, ¿a ti te hace gracia lo que trataba de hacer tu hermano? Creo que os estáis pasando un poco los dos les dije. No dijeron nada, desde ese día fui con pantalones y cuando llevaba falda trataba de bajarla lo más posible, y di por finalizado todo eso o eso pensaba.
Tenemos una casa con una pequeña finca y una piscina de quita y pon, no muy grande y en verano vamos todos los año a pasar unos días cuando nos llegan las vacaciones de todos. A veces no coinciden con las de mi marido y puede haber una semana de diferencia,
Esta vez me tocó a mi tenerlas un poco antes y me fui primero con nuestros hijos, normalmente estamos siempre como si estuviésemos en la playa, bikini, bañador, a los dos días de llegar hacía un calor terrible, después de comer y dejar todo recogido, cogí una toalla y me fui debajo de un gran árbol que tenemos y hace bastante sombra. Al poco rato vinieron los dos también con sus respectivas toallas. - menudo calor hace, eh mamá? - Si cielo le contesté a Juan, -vamos a tomar una siesta contigo, vale hijos, hace mucho calor como para andar por ahí.
Estaba cansada y al poco rato me quedé dormida, entre sueños notaba como me tocaban, pero seguía dormida, era como si me lo hiciesen en el sueño, me tocan la pierna, notaba unas pequeñas cosquillas en mis pezones, aunque estaba adormilada me puse cachonda, estaba relajada y la cabeza tranquila . Al final me desperté sabiendo que no era un sueño, pero no abrí los ojos, era real, mis hijos me estaban tocando. No sabía que hacer, ni que decir, mientras notaba las manos de mis hijos acariciando los muslos- está buena, eh, me pareció la voz de Juan,- ya lo creo le contestó el otro.- me voy a quitar el bañador. -chiss habla más bajo que se va a despertar dijo Pedro- estás empalmado, jaja. -Y tu que, yo también mira, dijo su hermano, no los veía pero sabía que también se había quitado el bañador – me voy a pajear aquí mismo dijo Juan. - chiss, no digas nada, que se va a enterar.
En ese momento me encontraba indefensa, no sabía que hacer si hacer como que me despertaba, levantarme y marcharme como si no me hubiese enterado de nada, o echarles la bronca más grande de sus vidas. En principio pensé que se las cascarían y yo haría como que no me daba cuenta, estaba no se si asustada o desorientada, quería dejar la mente en blanco. Pero la cabeza ya no me andaba bien, así que seguí haciéndome la dormida. Una mano se poso en la pierna derecha era la de Juan y a los pocos segundos noté lo mismo en la izquierda- con cuidado, despacio que no se entere decía Pedro, notaba las yemas de sus dedos recorrer mis muslos, cerca del bañador,- que piel más suave dijo Pedro y al rato una mano sin notar apenas peso encima de mi pubis , acariciando muy suavemente por encima del bañador, con un dedo, recorriendo sin apretar en la raja- es nuestra madre, pero tiene un buen polvo, dijo Juan- ¿te la tirarías? -Ya lo creo, escuche a Juan decir. Pero que está pasando me decía y suplicaba para mis adentros que terminaran de una vez, ya que estaba empezando a sentirme cachonda y no estaba preparada para un incesto con mis hijos.
Una mano entró por dentro del bañador hasta mi raja, noté como un dedo bajaba entre mis labios vaginales, como un acto reflejo, le retiré la mano de ahí, pero no se porque no hice nada más, como marcharme o decirles algo. No lo hice, en su lugar permanecí ahí como hipnotizada, con los ojos cerrados. , -veté con cuidado, chisss, le contestó el otro, debieron pensar que seguía durmiendo. Esperaron un poco y volvieron otra vez, noté una mano como se posaba en mi pecho, ahí aun podía aguantar, y luego noté lo mismo en el otro pecho. Tengo que decir que empecé a calentarme tanto que no hice nada cuando metieron sus manos por debajo del sujetador para seguir con sus caricias.
Estaban tan pegados a mi que empecé a notar sus duras pollas desnudas contra mi cuerpo.
Sus caricias se fueron incrementando, me sobaban los pechos cada vez con mayor insistencia, y con más intensidad, yo seguía con los ojos cerrados, pero estaba ya cada vez más mojada. Uno de ellos me pellizcó un pezón, pero no sentí dolor, solo placer, unnn dije sin poder evitarlo.
Levantaron el sujetador del bañador y unos labios me rozaron los pezones primero el derecho y luego el izquierdo para después chuparlos – deja, dije pero pero sin energía y sin enfadarme, sin quererlo lo hice muy sensualmente, mientras le retiraba la boca de mi pecho, fue muy fácil hacerlo ya que puso ninguna resistencia, entonces noté como Pedro atacaba al otro poniendo también su boca en él. -Estate quieto tu también, le dije mientras con mis manos trataba de retirar su cara. Mientras se la retiraba a uno el otro volvía a la carga, no se que me pasaba pero no era capaz de hacer nada más, solo me quejaba y retiraba sus manos y bocas de mis tetas pero sin brusquedades y sin apenas fuerza, se notaba que quería que siguieran haciéndolo.
No hacían caso, cada vez que retiraba a uno, el otro volvía con más ganas y decisión. Los hubiese podido retirar de mi, y evitarlos, porque tampoco hacían fuerza, solo eran insistentes. Esa lucha fingida me estaba mojando y poniendo muy cachonda, mis ruegos y mis negaciones eran sin ninguna convicción por mi parte y llenos de sensualidad y no sabía porqué no era capaz de terminar con todo ello, permanecía tumbada, con mis niños desnudos empalmados como burros.
Era como seguirles el juego a mis hijos. No se como terminaron por quitarme la parte de arriba del sujetador, - oooh, gemía muy bajo mientras tímidamente les decía dejarme por favor, esto que hacéis esta mal. Me chupaban las tetas cada uno por un lado, y me acariciaban, yo tenía mis manos en sus tórax y empujaba , como para librame de ellos pero sin apenas imprimir fuerza. Abría los dedos y los cerraba rozándoles con mis uñas sus pectorales, empujaba y acariciaba. todo al mismo tiempo, notando sus pelillos entre mis dedos- nooo, oooh, nooo, dejarme les decía sin parar, y moviendo la cabeza de un lado a otro sin abrir los ojos.
Notaba como mis pechos empezaron a humedecerse de sus babas, me sujetaron la braguita del bañador tirando de ella para quitármelas, - no, dejarme ya, pero que vais hacer, no me bajéis el bañador, dejadme que soy vuestra madre, por favor, les decía porque sabía que no podía responder de mí, no iba a ser capaz de parar.
Yo me llevé las manos para sujetar la última prenda que tapaba mi total desnudez, pero fue inútil entre los dos me la bajaron escurriéndose entre mis manos, hasta las rodillas quedando completamente en pelotas. Abrí los ojos, veía como sus falos levantados apuntando hacía el cielo se movían para todos los lados, con sus cabezones sonrosados sus ojos no paraban de ver para mi cuerpo, mis pechos, mi raja, mis piernas……, . Lo que pasó fue un poco raro porque estaba disfrutando, pero sin embargo había algo dentro de mí que no quería que mis dos hijos me follasen. Traté de levantarme varias veces pero entre los gemelos me lo evitaban siempre, me recostaba y ellos me tumbaban de nuevo, todo sucedía sin ninguna brusquedad, creo que cualquiera de nosotros podría haberlo evitado si alguno quisiera y yo misma con un mínimo esfuerzo, pero no tenía fuerzas, mi cuerpo no me respondía.
-dejate mamá, deja que te lo hagamos, decían - dejadme ya por favor, soy vuestra madre, les decía, pero claro les había dejado llegar tan lejos que ellos mismos eran incapaces de parar, incluso ami me costaba también. No me importaba chuparles las pollas y pajearlos, pero el follar no lo había pensado aunque si lo había fantaseado muchas veces .
Estaba pensando en decirles, que no hacía falta follar, que los iba a masturbar y hacerles correr, y que les dejaba tocarme, aunque conociéndome me hubiese calentado y también les hubiese comido las pollas. Les iba decir para que no me penetrasen, pensaba que mientras no hubiese penetración la cosa no era tan grave ni tan aberrante. Pero claro al andar con fuego una se quema. Todo pasó muy rápido, iba a abrir la boca cuando Juan con un movimiento rápido termino de retirarme el bañador por completo sacándolo por los tobillos y yo no puse ningún impedimento, se puso encima de mí cogiéndome por sorpresa, noté su peso, sus piernas encima de mis muslos y como aplastaba su cuerpo desnudo contra el mío, y su dura polla contra mi pubis.
Me cogió tan de sorpresa pero aún así, me quedaba un poco no se si decir resistencia, vergüenza o quizas miedo a ser follada por mis hijos, aunque lo hubiese fantaseado muchas veces, esto ya yo era una fantasía estaba sucediendo.
Hice fuerza con mis muslos para que no me los separase,- no cariño, no me la metas, le decía, mientras él hurgaba en mi coño, -podemos hacerlo sin que me la metas cielo, por un lado estaba la sensación de algo muy malo que estaba haciendo, pero por otra parte luchaba una parte viciosa y llena de depravación, que solo quería gozar. No hizo caso, noté como hacía fuerza con sus muslos hacía afuera empujando los míos, yo no le favorecí nada, pero tampoco hice la menor resistencia para evitarlo, dejé mis muslos sin fuerza, notaba como me los empujaba hacía afuera hasta que quedé con las piernas abiertas notando ya su duro miembro contra mi coño abierto y húmedo.
Mi otro hijo, tenía una sonrisa de bobo y la boca abierta. Parecían que sus ojos se les iban a salir de sus cuencas, se mojaba los labios nerviosamente con la lengua sin parar, estaba muy nervioso, casi parecía fuera de si- métesela ya,,fóllala, decía Pedro, casi balbuceando, mientras le caían unas gotas de babas de su boca.
Venga dejarlo ya, le decía susurrando, por decir algo, lo decía casi sin pensar - mamá no te voy hacer daño, te quiero, solo quiero metertela un poquito nada más y saber lo que se siente cuando se la metes a una mujer, lo necesito, me decía mientras hurgaba en mi coño,- ya lo se cielo,¿ estás seguro que lo quieres hacer con tu mami?, - si por favor dejame hacértelo, solo un poquito aunque sea solo la puntita nada más. Mis manos sujetaban sus hombros, y mientras le dejaba meterme mano hurgaba en mi vagina que estaba ya completamente húmeda, noté un poco de dolor, - eeeh, hijo, tranquilo, ten cuidado que me vas hacer daño, eso que tocas es una cosa muy delicada cielo,- perdona mama, - no te preocupes cariño, vete poco a poco que no se va a escapar de ahí, me sorprendí a mi misma decirle eso, era ya darle libertad total, pero no me importo y seguí diciendo, ya que estaba sintiendo placer- oooh, asi cielo así, despacito, poco a poco, así me gusta mi vida.
Yo ya había perdido toda la vergüenza, me había poseído mi otra yo y lo que quería era sentir y dar placer. Cogí su miembro con mi mano estaba dura como una piedra y notaba sus palpitaciones. La acaricié un poco, era suave, tiré de su prepucio hasta dejar el cabezón al descubierto, noté un poco de resistencia para descapullarlo , no era igual que el padre, que se le bajaba sin apenas hacer ningún esfuerzo hacía abajo, creo que le dolió un poco porque hizo un movimiento algo brusco.-¿ te dolió cariño?, le dije, pero el lo negó, la puse en la entrada de mi vagina- empuja cielo métela toda, le dije. Fue rapidísimo, con un potente movimiento de caderas me la metió hasta el fondo toda de golpe, mi hijo me acababa de penetrar toda y tuve que gritar de placer cuando lo hizo. Aaaaah, aaaah, mi vida.
Lo atraje hacía mí con fuerza y le bese en los labios, sin esperarlo me metió la lengua dentro de mi boca, se la chupe, se la mordí muy suavemente, abrí la boca y empecé mover la mía también. No me acordaba de mi otro hijo hasta que noté su mano acariciarme el cuerpo, mis pechos, me apretó un pezón con fuerza que me hizo sentir dolor, emití un pequeño quejido. uuun sin dejar la boca de mi otro hijo, metió la mano entre los dos y empezó a acariciarnos nuestros sexos que estaban unidos.
Mientras empezó a chuparme las tetas, esta vez con cariño, mientras Juan me estaba comiendo la boca, notaba su polla tiesa dentro de mi, parada, sin moverse y la mano de su hermano acariciándonos abajo- muévete un poquito cielo, anda folla a tu mami, le decía mientras me comía los labios. Empezó a moverse y por varias veces se le salió la verga fuera de mi vagina hacía arriba recorriendo toda la raja, estaba tan lubricada que se escurría si no la metía bien, cada vez que sucedía yo se la ponía nuevamente en la entrada y no retiraba la mano hasta que notaba como entraba, su hermano también se la tocaba y me ayudaba a ponerla en la entrada.
Y le decía - empuja y me la clavaba hasta el fondo una y otra vez. Poco a poco fuimos cogiendo el ritmo, ya no se le salía, y su hermano incrementaba más sus caricias abajo que amí me hacía desesperar de gusto. Yo acariciaba el pelo de Pedro que me estaba comiendo las tetas como un goloso. Me estaba volviendo loca de tanto placer, parecía que estaba en otro universo, el mundo se me había parado y no pensaba más que en el placer que nos estábamos dando- ooooh. Ooooh mi vidaaaa, sigue sigue así mi amoooor, follamé cielooo.
- Dejame a mi también dijo Pedro, yo también quiero, le dijo a su hermano, sin dejar de tocarnos abajo y mientras se estaba tocando la polla con la otra mano, de su cabezón salían una gotitas brillantes.
Juan se aparto y en su lugar se puso Pedro, yo estaba ahí tirada con las piernas abiertas como una vulgar prostituta esperando a que mi otro hijo le dejase sitio a su hermano y me poseyera también. En las primeras embestidas no dio con el agujero, se le escurría la pollla por la lubricada vagina, unas veces hacía arriba al igual que su hermano, y otras, cerca de mi vagina, estaba tan lubricada que su cabezón se movía entre mi coño sin ninguna dificultad, pero incluso así me daba placer, el notar los golpeteos de la polla de mi hijo en mis partes más intimas también era muy satisfactorio.
Estaba tan nervioso que el pobre no atinaba a meterla- tranquilo cariño, despacio, dejame a mi cielo, tuve también que sujetársela y ponerla en la entrada- ya esta amor, empuja ahora, le dije mientras yo también empujaba con mis caderas, la verga se escurrió entre mis dedos, metiéndose hasta el fondo de mi vagina.- Uuuuf mamiiiii, que gusto más grande, dijo al meterla dentro, y yo le respondí. Le sonreí y gemí de placer- Aaaaaah. Asiii, amor, asiiii, que gusto me das ami tambíen vida, le dije también para animarlo, por lo nervioso que le veía- ¿ te gusta mamí?- si cielo mucho, me encanta amor mío, mi niño bonito- ¿que notas mi cariño, que notas al follar a tu mami? - uf mamí mucho gusto, noto el calor dentro de tí con mi polla y mucha suavidad, es la cosa más suave y más rica que noté en mi vida mami querida, Tenía la mano pegada a mi sexo sujetando la polla para que no se le saliese y notar con mi mano como entraba salia me encantaba. Aunque ya estaba a cien esas palabras me encantaron. Pedro estaba sintiendo el mayor placer de su vida y era yo su madre el que se lo estaba dando y eso me volvía loca. Empezamos poco a poco a movernos, aunque al contrarío de su hermano a Pedro se le notaba mucho más acelerado.
Los dos empezamos a movernos al unisono, con una mano lo sujetaba por sus glúteos indicándole cuando tenía que empujar, mientras que con la otra tenía sujeta su polla para que no se le saliese de dentro de mí. Yo la necesitaba toda, poco a poco fuimos acelerando nuestros movimientos, mi niño para ser la primera vez estaba respondiendo como un machote. Yo gemía de placer, no me importaba que me escucharan jadear. - OOOOh ooooh, sigueee, sigueee mi vidaaaa, ooooh oooh, no paraba de gemir- mami que rico, ¿te gusta mami, te gusta? Me decía sin parar - si cielito mucho, lo estás haciendo muy bien, me estas dando mucho placer mi vida, lo atraje hacia mí con fuerza apretándolo contra mis pechos, dándole un gran beso en sus labios- te quiero mi niño bonito. Juan nos estaba viendo y no decía nada, se estaba masturbando como un mono mientras su hermano me follaba.- ven acercate amor le dije, oooh, uuuuf yo gemía mientras me estaba follando Pedro- ven que te voy a comer tu pollita cielo.
Me la puso en la boca y empece a chupar y saborear como una golosa mientras su otro hermano me estaba follando. La polla de Pedro entraba y salia de mi coño una y otra vez, yo sentía cada vez mayor placer, mientras el gemía y no dejaba de mirarme a la cara y ver como le chupaba la polla a su hermano.
No me sentía sucia ni nada por el estilo, estaba disfrutando de mis hijos y ellos de mí. - yo no aguanté más me fui como una cerda, OOOOG OOOOOH apenas podía decir nada con la polla en la boca de mi niño, quería tragarla toda, comérsela, se la mordí un poco cuando me llegó el orgasmo y se la apreté con fuerza, pude notar su dureza parecía hecha de acero, levante las piernas rodeando con ellas a Pedro atrayendolo hacía mi, noté sus caderas pagadas contra la mía y como me la clavó más con fuerza, se la pude notar toda dentro de mí, mientras con sus brazos, me los metía por debajo y me sujetaba con fuerza.
Abrí los ojos miré hacía arriba quedando en blanco, la cabeza no me respondía no era capaz ni de articular una palabra, todo era balbucear y babear. noté que algo me estaba pasando.
Tuve que retirar por un momento la sabrosa verga de Juan que tenía en mi boca para poder respirar y gemir como una salida, pero no la soltaba de la mano se la apretaba con fuerza.
Me estaba llegando otro orgasmo uno tan potente como nunca tuve, nunca sentí nada parecido, fue como una explosión de todos mis sentidos, parecía que me iba a dar algo. Quería gritar no podía aguantar, el placer me inundaba, el corazón me palpitaba a toda velocidad, tenía que abrir la boca para respirar y llenar de airé los pulmones, no podía parar estaba desbocada por completo, sintiendo nada mas que placer, sabía que ya me había corrido, pero me venía otro orgasmo seguido.
AAAAAY, AAAy. Ooooh ooooh que me haceiiiiiis uuuuf uuuuffff, dios mio que gustoooo, no puedo maaas, me va a dar algoooooo.
Cuando pensé que ya había acabado, me estaba casi relajando pero como si fuese una corriente que me metiesen en el clítoris me llegó otro orgasmo seguido. Le clavé las uñas a Pedro, mientras le suplicaba que no parase. Oooh, otraaa, otraaa, Ooooh, ooooh, por dioooos, no pares por favooor no pares, dale daleeee ooooh oooooh me corro otra veeeez, jodeeeer, que me pasaaaa oooh, ooooh, follamé fuerte cabrón, dale máaaas, rompeme el coñoooo. Si mami, si mami, decía, Pedro se movió algo más rápido. – uuuf uuuf mami me corro. - venga cielo dame tu lechitaaaa correte con tu mamiii ooooh ooooh os quiero os quiero mucho. Pedro tenía la cara roja como un tomate, empezó a moverse a toda velocidad, le tuve que sujetar bien su polla ya apretarlo contra mi cuerpo porque se quería salir de mí, noté como la polla de mi niño crecía dentro de mi vagina y me inundaba de calor, se estaba corriendo dentro de mi llenándome de su semen.
Se dejó caer hacía un lado, jadeábamos los dos y respirábamos profundamente, sin darme cuenta tenía la polla de Juan sujeta con mi mano, no se la había soltado. No espero a que me recuperase se puso encima de mí y me la metió hasta el fondo. Se escuchaba chot, chot chot cada vez que entraba y salía, entre el semen de su hermano y mis jugos rebosaba mi coño de líquidos. Estaba agotada y llena de felicidad, hubiese necesitado algo de preliminar para recuperarme, pero sabía que Juan necesitaba correrse, así que no puse resistencia y le dejaba follar, el pobre lo necesitaba, Yo aún así y todo le ayudaba y movía mis caderas. Pedro empezó a besarme por todo el cuerpo que no estaba debajo de su hermano, me mordía las tetas, me besaba el cuello, los hombros mientras se la estaba cascando solo. Me metía la lengua en mi boca. Entre el folleteo de mi hijo Juan y Pedro que me estaba comiendo, empece de nuevo a sentir placer, los dos nos movíamos acompasados, yo empujaba y el empujaba una y otra vez su polla en mi coño pringoso, chot, chot, chot, se escuchaba seguido.
Juan duró muy poco enseguida se vino, volví a notar el calor del semen como me inundaba toda por dentro, mientras mi niño gemía de placer- aaaah aaaah mamiii me corroo, me estoy corriendo dentro de ti,- siii cielo oooh que rico, dejame tu lechita dentro. Me faltaba un poco para correrme pero, sabia que Juan no podía aguantar, así que disfrute de su polvo, Pedro al notar como su hermano se corría dentro de mí, empezó a mover su polla con más velocidad y sin decirme nada me la arrimo a mi boca, apenas se la abrí cuando unos chorretones calientes, pastosos y algo salados entraron dentro de ella, yo como una glotona chupe y trague la lechita de mi niño.
Los tres quedamos tirados jadeando, mientras mis niños me acariciaban mis pechos y mi coño, yo los acariciaba a ellos.