Los Ferrer...: La amiguita de Lua

Rubén tiene algo más que palabras con la mejor amiga de su hermana pequeña... Que resulta no ser tan inocente como parece...

CAPÍTULO 6º

LA AMIGUITADELUA

Falta poco para el inicio del nuevo curso escolar, y esta tarde Lua, la menor de la familia Ferrer ha quedado con una amiga para ayudarla con sus estudios, ya que se presenta a los exámenes de Septiembre.

Están las dos chiquillas en la habitación de Lua, estudiando con sus respectivos portátiles, cuando Rubén entra para pedirle algo a su hermana pequeña.

Cuando terminan de hablar, Nicol, su amiga, se acerca a ella y le cuchichea algo al oído.

-¡Joder, Lua, tu hermano está como un queso de bueno! ¿Nunca has pensado en tirártelo?

-¿¡P-pero qué dices!? –La benjamina de los Ferrer clava en su amiguita una mirada espantada.

-Que sí, tía –replica la otra con una risita-. Que sé de gente que lo ha hecho. Sin ir más lejos, una chica que conocen mis padres llegó a tener un hijo con un hermano suyo.

Sin embargo, Lua no queda convencida con la explicación de su amiga y deniega con la cabeza.

Poco después, es Lola la que llama a su hija para mandarla a un recado.

-¿Me acompañas a comprar? –Pregunta la pequeña de los Ferrer a su amiguita, que rechaza con una sonrisa.

-No, me espero a que regreses. Seguiré estudiando sola hasta que vuelvas.

-Como quieras –Lua se encoge de hombros y cierra la puerta de su dormitorio, dejando a Nicol sola, tendida sobre la cama. No sabe por qué, pero siente que su amiga no se queda sola en su casa para estudiar, que tiene más que ver con la extraña conversación que acaban de tener sobre su hermano. Pero decide no darle demasiada importancia y desechar la idea por estúpida y absurda.

No sabe lo cerca que está de tener razón.

Cinco minutos después de que Lua se halla marchado, Nicol sale del dormitorio y se acerca al de Rubén, llamando suavemente con sus nudillos en la puerta.

-¿Sí? –Rubén Ferrer se levanta y abre, encontrándose de frente con la menuda amiguita de su hermana, que le sonríe desde el pasillo-. Hola, Nicol… ¿Querías algo? ¿No estabas estudiando con mi hermana en su cuarto?

-Lua se marchó a hacerle un recado a vuestra madre, y me dejó sola estudiando –la chiquilla se encoge graciosamente de hombros mientras, tímidamente, estira su mano derecha hasta el musculoso brazo del hermano de su amiga.

-¿¡Q-qué diablos haces!? –Como si le hubiera picado un mal bicho, Rubén Ferrer retira el brazo y queda mirando a la jovencita.

-¡Perdona, por favor, perdona! –Suplica entonces la chiquilla, tapándose la cara con ambas manos, dejando al hermano mayor de su amiga, aún más confuso que antes.

-Y-yo… -Tanto es así, que comienza a tartamudea Rubén al tiempo que tiende su mano hacia el rostro de Nicol, todavía cubierto con sus blancas y delicadas manitas-. No pretendía…

Entonces, Nicol hace una pregunta que deja a Rubén totalmente fuera de juego…

-¿Te parezco bonita, Rubén?

-Esto… -Rubén mira a la amiguita de su hermana con detenimiento, sin saber muy bien qué responder, por temor a herir los sentimientos de la chiquilla, que le dedica una cándida sonrisa y se empina sobre las punteras de sus deportivas para parecer un poquito más alta, ya que apenas pasa del metro cincuenta.

Finalmente, el primogénito de los Ferrer suspira hondo y contesta.

-Supongo que sí, que a tu modo eres bonita.

Lo que ya no espera, por nada del Mundo, es la reacción y la réplica de Nicol.

-¿Harías el amor conmigo, entonces?

-¿¡P-pero qué dices!? –Rubén Ferrer abre unos ojos como platos y los clava en la amiga de su hermana, que sigue mirándolo con inocencia no exenta de cierta perversidad morbosa, al tiempo que se humedece los labios con la punta de la lengua.

-¡Eres un mentiroso! –Exclama de repente Nicol, sacando la lengua para exasperación de Rubén, que ya no sabe qué decir o qué hacer con la jovencita.

Y entonces, y para dejar al joven Ferrer fuera de combate, la amiguita de Lua se aferra al fuerte cuello del muchacho y lo besa en la boca, un beso largo, húmedo y profundo, al tiempo que con su diestra soba su entrepierna que, muy a su pesar, se ha puesto como una roca de dura.

-Vaya… -Nicol sonríe pícara y morbosamente-. Parece que te gusto más de lo que puedes admitir –y suelta una risita.

-¡Jodida putita calientapollas! –Exclama entonces Rubén mientras arrastra a la chiquilla dentro de su dormitorio.

-¿¡Q-qué me vas a hacer!? –Inquiere la muchacha fingiendo un temor que no siente mientras observa fascinada como el hermano mayor de su mejor amiga se desabrocha las bermudas y se baja los bóxer, dejando al aire su gorda tranca de carne dura y erecta, haciendo que la chiquilla emita un jadeo entrecortado-. ¡Dios…! ¡Es muuuy gorda, joder!

-¿No es esto lo que querías? –Replica Rubén mientras toma la mano de la niña y la lleva hasta su pollón, que Nicol, primero de forma tímida, y luego cargada de curiosidad caliente y morbosa, comienza a acariciar hasta hacer aparecer el enorme glande, en el que ya asoman las primeras gotas de líquido préseminal.

-Mmm… -Gime mientras se lleva la mano a la entrepierna, para notar que ella también ha comenzado a mojar sus braguitas-. ¡Joder, es más grande que la de mi primo!

Luego, se agacha e indecisamente acerca su boquita de labios rosados al gordo capullo del pollón de Rubén… ¡Y comienza a lamer!

-¡JOOODERRR! –Grita Rubén mientras se agarra la verga y los huevos con la  mano derecha al notar la inocente lengüita de la amiguita de su hermana pequeña lamiendo su gorda barra de carne.

Cinco minutos más tarde, y presa de potentes espasmos provocados por el placer, Rubén Ferrer se corre en la boquita de la inocente Nicol.

Una vez ha terminado, la chiquilla le guiña un ojo y le susurra al oído…

-Sé que me va a doler, pero ya sé quién quiero que me desvirgue…

Luego, marcha de nuevo a la habitación de Lua, a seguir esperándola…