Los Ferrer...: ¡Feliz cumpleaños, Tomás Ferrer!
Con este capítulo termino las aventuras de la familia Ferrer... Espero hayais disfrutando leyendo tanto como yo escribiendo...
CAPÍTULO 10º
¡FELIZ CUMPLEAÑOS, TOMÁS FERRER!
Las calientes y lujuriosas peripecias de la familia Ferrer y compañía están a punto de llegar a su fin, pero antes vamos a volver a centrar nuestra atención en la figura del patriarca del clan, en Tomás Ferrer, quien hoy cumple cuarenta y seis años y al que su amada esposa tiene preparada una pequeña sorpresa.
Son las doce de la noche, y ya todos los invitados a la fiesta de cumpleaños han marchado a sus respectivas casas, dejando sola a la familia Ferrer y a su simpática vecina Esperanza, la cual, aludiendo a lo cerca que vive, se ha ofrecido para ayudar a Lola a recoger un poco la casa tras el agasajo celebrado.
Como veremos muy pronto, las intenciones de las dos exuberantes hembras son bien distintas.
Tomás ha subido a su despacho, a repasar unas cuentas y unos papeles de su trabajo, cuando…
-¿Tomás, querido, quieres venir un momento al salón? –Con una voz de lo más sugerente y sensual, la bella Lola lo llama.
-¿Puedes esperar un momento que termine de mirar unas cuentas?
-¡No, no puedo!
Es tanta la urgencia que nota en la voz de su adorada esposa, que el cabeza de familia de los Ferrer no puede menos que cerrar la carpeta y apagar el ordenador, y bajar al saloncito.
Lo que encuentra cuando llega al amplio salón principal del chalet lo deja literalmente sin habla.
Ante sus ojos no una sino dos hermosas mujeres vestidas con la ropa más sexy y provocativa que pueda imaginar.
Huelga decir que estas dos mujeres no son otras que su propia esposa y la voluptuosa Esperanza, por la que Tomás no ha ocultado nunca su atracción, para diversión de ambas amigas.
-¿¡Q-qué!? –Logra finalmente tartamudear mientras su mujer se le acerca, y agarrándolo por la cintura de los pantalones lo arrastra hasta el sofá de tres plazas al tiempo que le recrimina con voz insinuante.
-Venga, Tomás. Ahora no te hagas el tonto –las dos mujeres se miran y se sonríen divertidas-. ¿Acaso no recuerdas lo que me contaste el otro día, después de hacer el amor?
-¡Ya! –Exclama Tomás mientras su mano acaricia una de las enormes tetas de Esperanza por encima del finísimo y sucinto salto de cama de la vecina-. Pera jamás pensé que…
-Pues ya ves –replica Lola mientras le desabrocha los pantalones y le baja los calzoncillos, dejando al aire su gruesa verga, ya erecta y lista para la acción-. Como soy una esposa muy buena, y te quiero tanto… -Dicho esto, se mete el pollón de su marido en la boca, y empieza una mamada de antología.
Al instante, también Esperanza se arrodilla ante el gordo falo del esposo de su amiga y comienza a lamerle los gordos cojones, logrando entre las dos calientes hembras que Tomás Ferrer llegue literalmente al Séptimo Cielo.
-¡Qué lenguas, so putas, qué lenguas! –Jadea el maduro empresario mientras acaricia las cabezas, una rubia y otra morena, de ambas mujeres.
Entonces, ocurre algo que ninguno de los tres tenía pensado.
¡Las dos mujeres comienzan a insultarse y a tirarse de los pelos y a arañarse con claras intenciones de hacerse daño, para asombro y gozo de Tomás, que nunca antes había asistido a una pelea de gatas.
-¡Puta, soy su mujer, y tengo todo el derecho del mundo a comerle la polla a mi marido cuando me sale del coño! –Bufa Lola mientras abofetea con todas sus fuerzas a la que, un momento antes, era su mejor amiga.
-¡Zorra! –Esperanza no se queda corta, y con sus afiladas uñas marca una de las grandes tetas de la dueña de la casa antes de agarrarle los labios de la vulva y retorcérselos, causándole un gran dolor-. ¡Tu marido es mayorcito para decidir quién de las dos quiere que le coma el cipote!
Luego, ambas voluptuosas y calientes hembras, se enzarzan en una lucha sin cuartel, totalmente desnudas, rodando por el suelo del salón, hasta que Tomás, viendo que la cosa va más en serio de lo que en un principio pensaba, las separa con estas palabras.
-Vamos, chicas, vamos. ¡Hay leche y polla de sobra para las dos!
Las dos mujeres se miran con un odio tan intenso que casi se palpa en el ambiente, y luego asienten con la cabeza.
Puede que su amistad se halla roto, pero eso no va a impedir que disfruten de la gorda verga de Tomás.
Un instante después, y mientras Lola cabalga sobre el pollón de su marido, Esperanza se coloca sobre la cara del hombre, para que éste le realice un suculento cunilingus, que hace gritar a la rubia vecina.
Luego es la rubia la que ofrece su culo a Tomás, para que la penetre mientras ella, a pesar de los insultos y el reciente odio que siente hacia Lola, le come el chumino con intensos y salvajes lametones.
-¡Estás súper mojada, cacho puta! –Gime mientras nota las gordas pelotas de Tomás golpeando contra sus prietas nalgas.
-¡Calla y sigue comiéndome el coño, zorra!
Entonces, y lanzando un grito de puro y bestial placer, Tomás Ferrer saca su polla del ano de Esperanza y ordena a las dos mujeres.
-¡ARRODILLÁOS ANTE VUESTRO SEÑOR, PUTAS!
Una vez con ambas tetonas arrodilladas a sus pies, Tomás comienza a soltar lefa sobre las enormes tetazas de ambas hembras, así como sobre sus caras de putas calientapollas.
-¡DIOOOSSS! –Exclama su mujer mientras agarra la verga de su marido y se la mete en la boca, para lamer los restos de semen de la punta del hinchado capullo.
-¡JODER! –Grita Esperanza, mientras lucha de nuevo con su vecina por lamer la polla de Tomás-. ¡CUÁNTA LECHE, CABRÓN, CUÁNTA LECHE!
Y así dejamos a Tomás y a Lola Ferrer disfrutando de su cumpleaños y del sexo de la forma más salvaje…
FIN