Los favores de Katie: Capítulo 5

Katie y sus amigas han decidido pasar sus vacaciones de primavera en una remota y paradisiaca isla para disfrutar del sol, la playa y los chicos guapos. Pero un error en la reserva del hotel obligan a las universitarias a volver a hacer un trato a cambio de ciertos "favores" a Greg y sus amigos.

"¿Qué quieres decir con que el hotel está completamente lleno?" exclamó Katie.

"Lo siento, señorita", le respondió un joven empleado aburridamente tras el mostrador de recepción. "Todas las habitaciones ya están llenas".

"No entiendo," interrumpió Amber por encima del hombro de Katie. "Ya pagamos y reservamos nuestra habitación antes de viajar aquí. Tenemos impreso la confirmación aquí mismo".

"Me temo que ha debido de haber algún tipo de confusión, tal vez un error en nuestros sistemas informáticos, pero la habitación de tres personas que figura en vuestra reserva se reservó dos veces y ya se está utilizando", dijo la recepcionista. "No deberíais haber podido reservarlo, así que en nombre del hotel nos disculpamos por eso y, por supuesto, se le reembolsará por completo el precio de la reserva. Pero tendréis que encontrar otro lugar para quedarse".

"Andy," intentó Katie de nuevo, leyendo la etiqueta del nombre del joven que las estaba atendiendo mientras ponía su mejor sonrisa. "¿No crees que podríamos llegar a algún tipo de acuerdo?"

Andy se sonrojó un poco al ver a Katie inclinarse hacia adelante sobre el mostrador de la recepción, mostrando un pequeño pero delicioso escote envuelto en un ceñido top amarillo.

"Lo siento mucho", tragó saliva Andy mientras trataba de ignorar el busto de Katie. "No tendría ningún problema en dejarles que se quedaran aquí, pero realmente no quedan habitaciones. No tenemos ningún sitio donde alojarlas".

"Esta es una isla diminuta y el único edificio aquí, además del aeródromo, es este hotel". Carol dijo, inclinándose sobre el otro hombro de Katie. "¡Y sólo hay un vuelo cada 3 días! ¿Qué se supone que debemos hacer hasta entonces?"

"¿Quizás puedas quedarte en la terminal del aeródromo?" sugirió Andy. "Si bien el Sunset Hotel lamenta que haya habido una confusión sobre este asunto, si leen la letra pequeña del acuerdo de reserva, no somos responsables de los errores que puedan ocurrir. Realmente no podemos ayudarlas, chicas".

Angustiadas, las tres chicas se reunieron en un corro en la sala de espera del vestíbulo del hotel y conversaron sobre sus opciones. Se suponía que iba a ser una increíble escapada durante las vacaciones de primavera. La pequeña y aislada isla de Nova Luna estaba prácticamente fuera de los mapas turísticos; un exclusivo emocionante hallazgo que a Katie le encantó haber descubierto. Ahora, en lugar de unas vacaciones de ensueño, se habían quedaron varadas en esa isla hasta que el único avión que entraba y salía de la isla regresase en tres días, y el único hotel disponible les había rechazado su reserva.

Las tres chicas eran amigas de la universidad, y habían venido listas y vestidas para el sol, el surf, el tequila y quizás para conocer a uno o dos chicos atractivos.

La pequeña y pecosa Katie vestía unos mini shorts vaqueros y un top de tirantes amarillo pálido que mostraba gran parte de su abdomen plano. Su cabello castaño rojizo le caía suelto justo por delante de sus hombros.

Carol, la morena alta de pechos generosamente abundantes, ya lucía un bikini azul que se advertía por debajo de una blusa blanca ajustada atada a su cintura y mostrando mucho escote. Llevaba unos pantalones vaqueros ajustados que se apretaban a las curvas de sus largas piernas.

Mientras tanto, Amber, de piel aceitunada, lucía realmente sensual con una camiseta de tirantes verde con flecos de encaje en la parte inferior de la misma y una minifalda color canela. Entre su pequeña cintura, su sensacional escote y sus muslos bronceados, Amber balanceaba cansada su cuerpo finamente cincelado de una diosa del sexo. Mientras que Katie era adorable y Carol era imponente, el atractivo de Amber era simplemente abrasador.

Sin embargo, tal como estaban las cosas, ninguna de las chicas podía lucir su increíble repertorio de ropa playera hasta que fueran capaces de resolver el problema de dónde se iban a quedar.

"¿Qué se supone que debemos hacer ahora?" preguntó Katie.

"Esto es una mierda", maldijo Amber. "No pueden echarnos así como así sin un sitio donde quedarnos. Deberíamos demandarlos hasta arruinarlos".

"Claro, pero eso no nos ayuda ahora", dijo Carol. "Necesitamos encontrar un lugar para quedarnos durante los próximos tres días".

"¿Crees que podíamos sobornar a la recepcionista?" preguntó Katie.

"Lo dudo", dijo Amber. "Además, Andy ya dijo que no hay habitaciones disponibles, así que no es como si pudiera hacer mucho al respecto, aunque quisiera".

De repente, una familiar voz masculina sonó a través del vestíbulo, sorprendiendo a las chicas.

"¿Katie? ¿Katie Rich? ¿Eres tú?" dijo una voz masculina.

Katie se volvió para ver a un joven un poco regordete que se apresuraba hacia ella con una gran sonrisa en el rostro.

"¿Greg?" Katie masculló, reconociendo al joven como uno de sus compañeros de universidad.

Siguiendo torpemente detrás de Greg había otros dos jóvenes. Katie reconoció inmediatamente a uno de ellos como Lyle, alto y desgarbado, vistiendo una camiseta de un anime. El otro era un rostro nuevo para ella, un joven negro realmente grande, tanto en altura como en anchura, con fino vello facial que casi formaba una barba en su rostro.

"¡Hola Katie! ¡Qué bueno verte aquí!”, dijo Greg felizmente mientras él y sus amigos se acercaban a Katie y sus amigas, quedándose un poco sin aliento de haber corrido por el vestíbulo del hotel.

"Sí, que casualidad", sonrió Katie con torpeza.

Greg no era exactamente un amigo de la universidad, aunque se habían conocido bastante bien de una manera un tanto peculiar durante el último semestre. Greg era uno de los 'patrocinadores' de Katie, una pequeña lista de chicos que había reclutado de sus diversas clases universitarias para ayudarla a hacer sus trabajos universitarios y así asegurarse de que sacara buenas notas en todas las asignaturas con el mínimo tiempo perdido posible. A cambio de esto, Katie les daba favores sexuales a estos chicos, incentivando su trabajo con una variedad de actos lascivos dependiendo de qué tan bien se desempeñasen para obtener unas buenas calificaciones.

Más de unas pocas veces, sin embargo, los favores se habían extendido no solo para trabajos de la universidad, sino a otras cosas también. Una vez, Katie se había aprovechado de Greg y su amigo Lyle para que le pagaran las copas de ella y sus amigas durante toda la noche en un bar. Más tarde esa noche, ella se la chupó y se folló a ambos en el callejón trasero detrás de dicho bar, y las cosas se pusieron aún más locas cuando la amiga de Katie, Amber, se unió para divertirse.

Un tiempo después, Carol, la cual era la última de las amigas en introducirse a este mundo de sexo desenfrenado como ya lo estaban Katie y Amber, se encontró en una seria crisis cuando su ordenador se bloqueó con un trabajo final pendiente de ser impreso sin que este funcionara. Lyle se había ofrecido voluntariamente para arreglar el ordenador y recuperar ese trabajo, y Carol accedió a satisfacer sexualmente a Lyle a cambio, incluso dejando que el joven lujurioso se saliera con la suya consiguiendo que ella le hiciera una cubana con sus increíbles tetas, pero ella ya dejó claro que eso solo iba a ser cosa de una sola vez.

Para Katie, por otro lado, el intercambio de favores sexuales se había convertido en una metodología finamente perfeccionada en su vida universitaria, pero que tenía la intención de mantener separada de la personal. Encontrarse con Greg y sus amigos aquí cuando se suponía que iban a estar de vacaciones desconectando de la universidad no era el tipo de compañía que Katie estaba buscando en este momento.

"Oh, hum, este es Howard por cierto", dijo Greg, presentando a su gran amigo barbudo. "Y Howard, me gustaría que conocieras a Katie, Amber y Carol. Lyle y yo las conocemos de la universidad".

"Hola Howard," Katie sonrió.

Howard murmuró algo que podría haber sido un hola en voz baja y movía los pies con ansiedad.

"¡Hola Carol!" exhaló Lyle, saludando torpemente con la mano mientras gemía de lujuria, comiéndose con los ojos descaradamente a Carol y a su bikini azul y su ceñida blusa blanca.

"Uf", murmuró Carol mientras miraba hacia otro lado. Lyle era la última persona a la que ella habría querido ver.

Amber se tapaba la boca tratando de reprimir la risa.

"¿Os estáis alojando en el hotel, chicos?" Katie le preguntó a Greg.

"Sí, llegamos aquí hace tres días, nos iremos dentro de otros tres", dijo Greg. "¡Se está celebrando aquí un torneo de videojuegos en el que estamos participando y ahora es aún mejor que vosotras habéis aparecido! ¿Os quedareis aquí también?"

"Se suponía que sí, pero el recepcionista del hotel dice que está completamente lleno y nuestra habitación está ocupada. Aparentemente hubo un error de doble reserva o algo así", dijo Katie, sacudiendo la cabeza.

"Ahora no tenemos ni una puta habitación y tenemos que pasar tres días sin ningún lugar donde quedarnos antes de que regrese el avión", dijo Amber.

"Joder, que putada", dijo Greg. "¿Hay otros hoteles en esta isla? No creo haber visto ninguno".

"No, este es el único", dijo Katie.

"Espera un minuto", dijo Greg, mientras una sonrisa se le dibujaba por su rostro. "¡Tengo una idea! ¿Por qué no os alojáis con nosotros?"

"Espera ¿qué?" dijeron tanto Lyle como Howard a la vez, confundidos.

"¿Qué quieres decir, Greg?" preguntó Katie.

"Todas podéis quedaros en nuestra habitación de hotel", dijo Greg. "Es bastante grande, tenemos dos dormitorios y un sofá. ¡Nos lo pasaremos muy bien, ya veréis! Estoy seguro de que Andy estará de acuerdo, nos hemos hecho muy amigo suyo desde que comenzamos a hablar de Skyrim con él..."

"¡Gracias a Dios!" exclamó Carol, "¡una habitación de verdad!"

"Eso está genial, pero ¿estás seguro de que a tus amigos les parece bien?" preguntó Amber.

"Hey Greg, ¿no deberíamos hablar de esto primero ..." dijo Lyle, mostrándose algo molesto. "No quiero que me corten el rollo".

"Sí hombre, tenemos que practicar para el torneo, no podemos tener chicas en nuestra habitación, ¿y si rompen algo?" dijo Howard.

"No vamos a romper tus estúpidos juegos", dijo Amber, poniendo los ojos en blanco exasperada.

"Dadme solo un momento mientras hablo con mis amigos", sonrió Greg antes de arrastrar a Lyle y Howard a una esquina, susurrando intensamente y gesticulando con sus manos agitándolas hacia todos lados.

Después de unos momentos, Howard parecía haberse quedado paralizado y pálido, tenía una expresión muy confundida. Entonces Lyle asintió con la cabeza, respaldando algo que Greg estaba diciendo. Howard estaba a punto de desmayarse, pero asintió con la cabeza, parecía que los tres chicos habían llegado a algún tipo de consenso.

Luego, Greg se dirigió hacia Andy en el mostrador de recepción y pareció repetir la misma conversación. Ambos chicos estuvieron mirando hacia a las chicas volteando sus cabezas, y Andy parecía sorprendido, su mandíbula colgaba con la boca abierta mientras sus ojos vagaban por los cuerpos de las chicas. Finalmente asintió con la cabeza y Greg se dirigió de nuevo hacia Howard y Lyle.

"¿De qué crees que están hablando?" se preguntó Carol en voz alta.

"Probablemente estén discutiendo sobre algún tema friki", se rió Amber.

“Oh, oh ", dijo Katie, "conociendo a Greg, creo que tengo una idea de lo que va a pasar..."

"No jodas, ¿en serio crees que...?" Dijo Amber, con los ojos muy abiertos.

"Sí", dijo Katie, asintiendo lentamente. "Creo que deberíamos aceptar".

"Sí, no es como si tuviéramos muchas más opciones", dijo Amber. "Además puede ser divertido."

"¿De qué coño estáis hablando chicas?" preguntó Carol, todavía confundida.

Antes de que Katie pudiera responder, Greg había dejado a Lyle y Howard atrás y regresaba corriendo hacia las chicas, con una sonrisa maliciosa en el rostro.

"Así que, está arreglado, los chicos han acordado compartir la habitación con vosotras durante el resto de nuestra estancia, y Andy dice que por él no hay ningún problema ya que nos hemos ofrecido tan amablemente a compartir nuestra propia habitación con unas chicas desamparadas", comenzó Greg.

"Aquí viene", dijo Katie en voz baja.

"Sin embargo ..." dijo Greg, "el tener que reorganizarnos para que os podáis quedar vosotras tres en nuestra habitación es bastante difícil. Es un gran favor que os estamos haciendo chicas, y creemos que es justo que haya algo de reciprocidad durante vuestra estancia con nosotros, algo que pueda ayudar a aliviar la tensión que este favor nos está ejerciendo. A cambio de dejaros nuestro cuarto, vamos a necesitar algunos pequeños favores de cada una de vosotras..."

"Escúpelo, Greg", dijo Amber.

"Bueno, vamos a necesitar un acuerdo similar al que Katie tiene conmigo en la universidad", dijo Greg.

"Oh, joder, no", aspiró Carol cuando de repente se dio cuenta de lo que quería decir Greg.

"Oh joder sí, de hecho", dijo Greg. "Los chicos me han enviado a negociar los detalles del acuerdo, porque francamente, en el estado en el que están ahora, se contentarían con el más mínimo de los favores. Sin embargo, soy un visionario y me gusta pensar a lo grande”.

"Así que a lo grande ehh..." dijo Katie. "Muy bien, ¿cuál es tu oferta inicial?"

"Lyle, Howard y yo queremos que una de vosotras sea nuestra asistente personal de 'servicio al cliente' durante la duración del viaje, y podamos hacer un intercambio entre nosotros cuando nos apetezca-"

“No, a cada una os haremos una paja esta noche y al final del viaje ", replicó Katie, con un tono frío y profesional.

"Katie, qué coño, ¡no vamos a aceptar esto!" dijo Carol.

Amber se inclinó para susurrarle a Carol: "Tenemos que hacer esto, nena, deja que nuestra pequeña Katie negocie un buen trato".

"Ejem, unas simples pajas no serán suficientes, y menos tan pocas", dijo Greg. "Sin embargo, estamos preparados para haceros ciertas concesiones, debido a la necesidad de que también puedan disfrutar de sus vacaciones".

"¿Por qué está hablando así?" Carol le susurró a Amber. "Suena como Colin Firth en uno de esos dramas de época ..."

"Creo que está en embriagado de poder", se rió Amber. Deja que Katie se encargue de ello.

"Os dejaremos todo el tiempo que queráis durante el día para que os divirtáis en el resort, pero por las noches requerimos sexo, y tenéis que hacernos mamadas cuando así lo queramos durante todo el día", continuó Greg.

"No, este es el trato. Cada una de nosotras elegirá a uno de vosotros. Cada día, la que os escoja os hará una mamada. El último día, dejaremos que nos folléis", respondió Katie.

"Inaceptable", dijo Greg. "Hemos acordado que como mínimo cada uno de nosotros tiene que estar con cada una de vosotras al menos una vez. Y una mamada al día no es suficiente. Tiene que ser al menos dos mamadas y una follada al día".

"Muy bien, ¿qué tal esto?", Dijo Katie. "Cada día, tenéis una 'petición especial' que no se puede rechazar. Podéis gastarla en cualquiera de nosotras, para cualquier solicitud sexual, dentro de lo razonable".

"Eso es difícilmente…" comenzó Greg.

"Además", dijo Katie, interrumpiéndolo. "Todos tendrán la oportunidad de conseguir que os hagamos una mamada cada día tantas veces como quieran. No somos unas mojigatas. La verdad es que Amber y yo hemos venido aquí para divertirnos un poco en ese aspecto. Así que, para que sea beneficioso para todos, mientras nos divertimos en el resort o estamos tomando el sol o nadando o relajándonos o lo que sea, podéis acercaros a nosotras y ofrecernos algo. Por ejemplo, podríais invitarnos uno de los costosos cócteles que tienen, o pagar un tratamiento de masaje, o lo que se os ocurra. Lo aceptamos, y luego de que hayamos disfrutado nuestro regalo, iremos a chupárselas. Si nos apetece, incluso podríamos follarlos también, pero depende de nosotras si aceptamos o no su oferta."

"Maldita sea, Katie, ¿se te ha ocurrido todo eso a ti solita?" rió Amber.

Greg tragó saliva, "eso suena apetecible, pero tenemos dos demandas más ya que esto reduce la cantidad de sexo garantizado que podíamos tener".

"Dispara, entonces", dijo Katie.

"Primero, como una señal de buena fe, antes de que os vayáis a divertiros hoy, cada una de vosotras tiene que chupárnosla a los tres. Pero tienen que hacerlo en la misma habitación todos juntos a la vez y podemos cambiar entre vosotras hasta que todos nos corramos. De esa manera, es solo una mamada para cada uno de nosotros, pero podemos probarlas a todas desde el principio".

"Trato", dijo Katie.

"¡Katie! ¡¿Qué cojones?!" dijo Carol, horrorizada.

"Vamos Carol, sé que puedes hacerlo ", sonrió Amber." ¿Recuerdas lo que hiciste con Lyle hace unos días? "

"Uf, no me lo recuerdes", dijo Carol.

"Finalmente, en el último día", dijo Greg, "todas reservareis una hora o dos para una orgía sin restricciones. No tenéis que hacer nada que no queráis hacer, pero cada uno de nosotros, debe tenerla oportunidad de follar con cada una de vosotras al menos una vez durante la misma".

"En ese caso, entonces la 'petición especial' diaria debería suspenderse durante el último día, a cambio de la orgía", dijo Katie.

"De acuerdo", dijo Greg.

"¿Cerramos el trato?" preguntó Katie, ofreciéndole la mano.

"Suena bien", dijo Greg, estrechándole la mano. "Oh, y una cosa más... Andy quiere una mamada de una de vosotras ahora. No le dije que habría algo más acordado entre nosotros, así que solo se conformará con una mamada ".

"Bien, yo lo haré", dijo Katie.

"Tomando la iniciativa del equipo, Katie, muy amable de tu parte", se rió Amber.

Katie comenzó a andar sugerentemente hacia la recepción donde la esperaba Andy, el cual intentaba terminar el trabajo que le quedaba rápidamente. Andy la miraba como un halcón mientras ella caminaba hacia él, sus ojos vagaban sobre sus pequeños pero firmes pechos encerrados en su top amarillo, bajando por su cintura cremosa y expuesta, y pasando por sus shorts vaqueros hasta sus muslos y delicadas piernas. El cabello castaño rojizo oscuro de Katie se balanceaba mientras caminaba, cayendo sobre sus hombros desnudos.

"Entonces, eh, ¿es, eh, cierto, lo que me ha dicho Greg?" preguntó Andy nerviosamente. "¿Me la vas a… hum… chupar?"

"Sí", sonrió dulcemente Katie. "¿Es cierto que nos dejarás quedarnos en su habitación?"

"Oh, joder, sí", suspiró Andy. "Quiero decir, por supuesto, sí. Honestamente, siento que no hallamos empezado con buen pie, pero si ellos están dispuestos a hospedaros, entonces sí, puedo hacer la vista gorda ... Es decir, si estás en serio acerca de seguir adelante con ... ¿Lo dices en serio? Oh, joder, ¿me están tomando el pelo? No quiero-"

"¿Tienes una habitación a la que podamos ir?" preguntó Katie, mientras se inclinaba sobre el mostrador, mostrando un poco de su escote. "Te mostraré lo en serio que voy."

"Sí, hum, por aquí, hay un pequeño cuarto de limpieza justo aquí al lado", dijo Andy, colocando apresuradamente un letrero de 'Regreso enseguida' en el mostrador de recepción antes de llevar a Katie por un estrecho pasillo lateral y entrar en una habitación al final del mismo.

Katie lo siguió rápidamente, y pronto se encontró en el cuarto de la limpieza más diminuto que pudiera imaginar. Estaba lleno de escobas, fregonas y estantes densamente llenos de productos de limpieza, y la luz de la bombilla era muy pobre y tenue. Había suficiente espacio en el cuartito para que cupieran Andy y Katie uno al lado del otro con solo un poco de espacio para maniobrar. Andy tomó una toalla mullida doblada de un perchero y la dejó caer al suelo frente a él, evidentemente para acomodar a Katie.

"Para tus rodillas, el suelo está un poco duro", murmuró Andy. "Mierda, ¿qué estoy haciendo? No puedes estar pensando seriamente en chuparme..."

Andy se calló cuando Katie se dejó caer para arrodillarse sobre la toalla, su pequeño cuerpecito se arqueó y se inclinó para poner su rostro al nivel de la entrepierna de Andy. Un momento después, Katie le estaba desabrochando los pantalones, y un poco después, la polla de Andy se desplomaba y desapareció rápidamente entre los labios rosados de Katie.

Técnicamente, era solo el glande de su polla lo que había desaparecido, pero en ese momento, Andy estaba experimentando una oleada repentina de placer gracias a la boca de Katie. Todo lo que podía hacer era gemir.

"Ohhhhhhhhhhh", gimió Andy.

"Mmmmmmmhhh," gimió Katie en respuesta, sorbiendo el pene de Andy mientras rodeaba su resbaladiza lengua alrededor del glande y aplicaba más presión con los labios, notando como esta se endurecía rápidamente gracias a sus constantes estímulos.

"Ohhhhhhhhhhhhh, mierda", gimió Andy estabilizándose, colocando sus manos sobre los hombros de Katie.

Katie miró a Andy con sus lindos ojos color avellana, su rostro era una imagen de inocencia siendo mancillada por la obscenidad de su polla, y comenzó a mover rítmicamente su cabeza adelante y hacia atrás a lo largo de todo su falo. Sus labios resbalaban y se deslizaban por toda su carne palpitante. Las mejillas de Katie se hundían mientras chupaba diligentemente la polla de Andy.

"¡Joder, ese chaval tenía razón!" Andy jadeó. "¡La chupas como una maldita aspiradora!"

Katie levantó una mano para agarrar la polla, con la otra se apoyó en el muslo de Andy, y comenzó a masturbar y acariciar la base de su pene mientras no paraba de chupar el resto con su boca húmeda y cálida.

"Dios mío, Dios mío, Dios mío", gritó Andy. "¡Me voy a correr! ¡Mierda! ¿Qué hago?"

Katie mantuvo la cabeza agachada donde estaba, meciéndola rápidamente para poder chupársela más rápido, aplicando presión con sus labios y succionándola, y dejando que la polla se resbalase través de su lengua mientras se la seguía masturbando con la mano libre.

La cara de Andy estaba estática con una expresión de incredulidad y placer, alucinando con la espectacular vista de la preciosa cara de Katie, viendo como no paraba de chupársela y su polla era engullida por sus labios, mientras su mirada estaba fija en la suya, decidida ha hacerlo eyacular en su boca.

Katie estaba disfrutando de ese momento. Podía sentir como el cuerpo de Andy temblaba involuntariamente, sus manos se aferraban con fuerza a sus hombros y sus huevos se contraían, todo provocado por su incesante mamada. A ella le gustaba ver como los hombres cuando no podían contener las ganas de correrse, le daba una sensación de poder sobre ellos que le era muy placentero. Por eso atacaba incesantemente su polla, quería que acabara cuanto antes.

Con una temblorosa embestida, Andy permaneció absolutamente quieto mientras una contundente carga de caliente y espeso esperma comenzaba a eyacular en la boca hambrienta de Katie, empapando toda su lengua, deleitándose con su sabor.

"Ohhhhhhhhhh", gimió Andy. "Wow. Wow. Wow. Así da gusto hacer tratos".

Una vez que Andy terminó de correrse, Katie se quitó la polla de su boca, la abrió ligeramente para que él disfrutase de la imagen de su boca inundada con su semen mientras movía la lengua saboreándolo, inclinó la cabeza hacia atrás y se tragó toda carga que él había vaciado de sus huevos dentro de ella.

"¿También te lo tragas?" Andy parecía aturdido. "Maldita sea. Debería haberos ofrecido mi habitación a todas vosotras chicas..."

"Sí, deberías haberlo hecho", dijo Katie, levantándose y secándose los labios. "Ahora, si no te importa, mis amigas y yo tenemos unas vacaciones y una playa que disfrutar. Si eres amable y sigues ayudándonos, puede que incluso esto se repita".

"¡Sí, señorita!" dijo Andy, mientras se abrochaba la cremallera. Si eso significaba meterse en la boca de esta chica de nuevo, haría casi cualquier cosa.

**

Una vez que llevaron su equipaje a la habitación de Greg y sus amigos, las tres chicas no perdieron el tiempo en explorar la suite; maravilladas con la vista; revisando el lujoso baño; sintiendo como comenzaban en ese momento sus vacaciones. Todas las chicas llevaron sus cosas a una de las habitaciones, deshicieron sus maletas y hablaron sobre lo que iban a ponerse de ropa cada una.

Fue solo una vez que las cosas se hubieron calmado tras toda esa charla entre ellas, que se dieron cuenta que había tres jóvenes en la habitación con ellos, mirando torpe y silenciosamente a las chicas con un apetito sexual desmedido.

"Chicos, ¿qué estáis haciendo todos aquí?" preguntó Carol. "Todavía estamos instalándonos".

"¡Lleváis deshaciendo la maleta y comparando ropa durante casi una hora!" se quejó Greg.

"¿Y?" dijo Amber. "No es tanto tiempo."

"Quizás no para vosotras, pero a nosotros nos están empezando a doler un poco los huevos", dijo Greg.

"Sí, queremos esas mamadas que nos prometisteis", dijo Lyle, recolocando su polla dentro de sus pantalones cortos. Katie notó que se les había formado un gran bulto a todos en la entrepierna.

"Quiero probar con la bajita primero", dijo Howard, señalando a Katie. "Es muy mona."

"¡Oye, que tengo un nombre!" protestó Katie. "Pero gracias, me siento halagada".

"Que ganas de sentir los hermosos y suaves labios de Carol a mi alrededor de mi polla de nuevo", suspiró Lyle, casi como un enamorado. "La chupa como los ángeles".

"Que te den", dijo Carol, pero no se quejó más. Seguramente Carol ha aceptado el trato después de haber visto la habitación, pensó Katie.

"Oye Lyle, hasta ahora eres el único que ha podido disfrutar de Carol, yo también quiero probarla", dijo Greg. "Pero primero voy a estar gozando de la boca de Amber, por lo que recuerdo, su garganta no tiene límites".

"Wow, se la mete hasta el fondo, ¿eh?" preguntó Howard. "Mi pene es bastante grande, puede que necesite esa garganta después de ti, para poder comprobar si es verdad eso".

"Oooh, me encanta tragarme pollas negras enormes", ronroneó Amber a Howard.

"¡Amber! ¡No tienes que parecer que te gusta este trato!" dijo Carol.

"¿Por qué no? Sabes que tengo fetiche por las grandes pollas negras. ¿Por qué no divertirnos ya que tenemos que hacerlo de todos modos?" Amber se rió y le guiñó un ojo a Howard.

"Amber, a ti te gustan las pollas grandes de cualquier color", dijo Katie. "O más bien las pollas en general, tampoco te importa el tamaño."

"Eso es cierto", admitió Amber mientras miraba a Howard de arriba abajo. El chaval era ancho de cuerpo, pero también era bastante alto y atractivo para ser un friki.

"Muy bien, bueno, creo que esto ya determina quien empieza con quien", dijo Greg. "Entonces, ¿cómo vamos a hacer esto, gente? La tengo tan dura que me muero de ganas por empezar".

"Bueno, mejor vayamos al salón, hay más espacio allí", sugirió Katie.

Los seis jóvenes salieron de la habitación, dejando atrás el desorden de ropa y maletas que las chicas habían creado, y entraron a una sala de estar luminosa y aireada, con una hermosa vista desde un cuarto piso a la orilla del mar, alfombra de felpa y grandes sofás de cuero.

Había ordenadores, consolas y carcasas de videojuegos esparcidos por todas las mesas, claramente una prueba de la obsesión que tenían este grupo de frikis. Por qué llevaban esas cosas a un hotel durante las vacaciones estaba más allá de la comprensión de Katie, pero en realidad no pretendía entender sus gustos.

Al mirar el glorioso océano turquesa por la ventana, Katie se dio cuenta de que sus amigas Amber y Carol estaban ansiosas por salir de la habitación y bajar a la playa, y ella también. Eso significaba terminar este pequeño encuentro sexual lo más rápido posible. Con suerte, agotaría a los chicos lo suficiente como para darles una cantidad de tiempo decente antes de que vinieran a reclamar su prometida ‘petición especial’ diaria. Katie estaba decidida no solo a chupárselas rápido, sino bien a fondo, para que ella y sus amigas pudieran tener suficiente tiempo para ellas durante la mayor parte del día. Probablemente Lyle volvería a perseguir a Carol, y Howard era una incógnita sus intenciones. Pero conociendo a Greg y sus perversiones, Katie temía el tipo de peticiones que él podría hacerla más adelante.

"Muy bien chicos, empecemos con esto", dijo Katie, apoyando las manos con autoridad en sus caderas. "Vosotros tres os alineáis aquí uno al lado del otro de pie en el medio de la habitación. Sí, ahí mismo, eso es perfecto. Ahora, cada uno de vosotros pedirá con quién quiere comenzar. Una vez que nos pongamos en marcha, podemos intercambiar entre vosotros como queráis, y mientras duréis lo suficiente, estoy seguro de que todos podréis probar cada una de nuestras bocas. ¿Suena bien? "

Los chicos simplemente asintieron tontamente a las palabras de Katie, con grandes sonrisas fijas en sus rostros.

"Greg, ¿a quién quieres?" Katie preguntó, comenzando por la izquierda de la fila.

"Amber, trae tu precioso culito aquí", dijo Greg.

"¡Oooh, ahora mismo!" rió Amber mientras apartaba su pelo negro tras sus hombros y se contoneaba hacia los brazos de Greg.

"Está bien, Lyle, eres el siguiente", dijo Katie.

"Carol," soltó Lyle de inmediato.

"No me extraña", murmuró Katie.

Carol se acercó a regañadientes hacia Lyle, pero se quedó con los brazos cruzados y mirando hacia otro lado, claramente molesta pero resignada. Lyle parecía un poco herido por su desgana, pero parecía estar lo suficientemente feliz con sus ojos fijos en el generoso escote de Carol, ahora aún más pronunciado al haber ella cruzado los brazos sobre su bikini azul y su camisa desabotonada.

Sin embargo, Amber parecía estar totalmente entregada a la situación en la que estaban y estaba frotándose sin vergüenza contra Greg mientras se tocaban el culo el uno al otro. Katie sonrió y sacudió la cabeza. Amber siempre ha sido muy entregada a toda clase de nuevas experiencias, incluso en más extrañas.

Katie finalmente se dio la vuelta y se acercó a Howard, quien estaba mirando a su pequeña figura con asombro.

"Eres muy guapa, Katie", dijo Howard.

"Awww, que amable y dulce eres", dijo Katie. "Mira, Greg, podrías aprender aquí de tu amigo".

Greg estaba demasiado ocupado metiendo su lengua en la garganta de Amber para haber respondido o incluso escuchar lo que Katie dijo.

"¡Muy bien chicas, hagamos esto!" dijo Katie, ya un poco emocionada por el hecho de atreverse a chupar pollas junto con sus dos mejores amigas. Puede que no hubiese sido más que un práctico "intercambio de favores" para ella al principio, pero ahora iba a ser una nueva y erótica experiencia, y no podía evitar morderse el labio ante la divertida idea de volver locos a estos chicos gracias al talento de sus habilidades orales.

Katie se puso de rodillas ante Howard y vio por el rabillo del ojo que Amber ya estaba de rodillas y tiraba fogosamente de los vaqueros de Greg. Katie podía identificar ese brillo hambriento en los ojos de Amber y sabía que, para Greg, y seguramente para los otros dos chicos también, hoy era su día de suerte.

Carol finalmente también cedió y se puso en cuclillas, tal vez solo para alejar durante un momento a Lyle de manosear y agarrar sus tetas. A pesar de la preocupación de Katie de que Carol decidiera echarse para atrás en el último momento, Katie vio a la alta y delgada morena desabrochar los pantalones cortos de Lyle y sacar su temblorosa erección al aire. Un momento después, Carol cerró los ojos y se inclinó hacia adelante para deslizar el glande de Lyle en su boca cálida y húmeda. Katie pudo ver de inmediato que Carol era, como se había rumoreado, una chupapollas muy efectiva y diligente. Como en todas las cosas que hacía, Carol era una perfeccionista y sentía la necesidad de sobresalir, incluso si de mala gana le tenía que hacer una mamada a un chico que no le gustaba particularmente.

Volviendo su atención de nuevo delante suya hacia Howard, Katie se sorprendió cuando vio la enorme erección negra que ante ella se alzaba, que era literalmente tan grande como su cara.

"¡Joder!" exclamó Katie, mirando hacia arriba con sus grandes ojos color avellana a Howard mientras se arrodillaba. "¡Esta sí que es una gran polla!"

"Gracias Katie", dijo Howard. "Espero que no sea demasiado grande para ti. He visto en el porno que a veces las chicas tienen problemas para chupar una polla así de grande ..."

"Espera un momento", dijo Katie. "¿No te han hecho una mamada antes?"

"Um, no", dijo Howard. "La chica con la que salía hace tiempo no quería. Pero me encanta ver mamadas en el porno, y siempre he fantaseado con ..."

La voz de Howard se fue apagando hasta convertirse en murmullos incoherentes cuando Katie plantó su boca de repente alrededor del glande de la enorme polla y comenzó a chupársela mientras miraba le dulcemente a los ojos.

"¡Jooooooder!" gimió Howard. "¡Eso se siente mucho mejor de lo que imaginaba! ¡Y me he imaginado muchas cosas!"

Katie se rió un poco por la reacción de Howard, amortiguada por tener metida su polla en la boca y luego procedió a balancearse suave pero vigorosamente hacia adelante y hacia atrás a lo largo de su largo y erecto falo. Su lengua se movía suavemente y se envolvía a lo largo del glande y del sensible frenillo de su pene. Katie dejó que su boca se llenara de saliva cada vez que se la metía, poniéndola más húmeda y cálida para que la polla de Howard disfrutara de estar envuelta por su boca.

"¡Mmmmmn! Mmmmmmnh! Mmmmnnhhh!" gemía Katie, chupando con la precisión de un reloj suizo y con la destreza de tener tanta experiencia en meterse un montón de pollas en su garganta durante la universidad.

Mientras tanto, Greg comenzaba a sudar y maldecía profusamente mientras Amber devoraba su grueso e hinchado pene. Amber era razonablemente alta, y por la forma en que se había inclinado mientras se arrodillaba, Greg tenía una vista espectacular de la ajustada camiseta verde de Amber mientras su espalda se arqueaba, pudiendo disfrutar también de las vistas hacia su redondo culo envuelto en esa minifalda tan sexy. La piel de Amber era gloriosa, con un bronceado aceitunado y muy suave.

"¡Joder, chupa, Amber! ¡Chúpamela toda, puta! ¡Estoy follándote la boca con mi polla, maldita guarra! ¡No dejes de chupármela!" gruñó Greg, completamente desatado en la lujuria de poder follarle la boca a Amber.

Mientras Greg disfrutaba de las vistas, simultáneamente se deleitaba con el delicioso sonido de oír a Amber atragantarse mientras su polla se aplastaba en su apretada pero abierta garganta. Agarrando la parte posterior de su cabeza firmemente con ambas manos, Greg sostenía su cabeza contra su entrepierna, viendo cómo su melena de pelo negro se despeinaba cada vez que su frente chocaba con su tripa. Con cada embestida, Greg podía sentir su polla deslizarse sin esfuerzo por la joven garganta de Amber, y sentir como esta se abría y se contraía a su alrededor provocándole unas sensaciones maravillosas.

"¡Sí, chupa puta! ¡Como cuando me la chupaste en el callejón detrás de aquel bar con Katie! ¡He estado deseando tanto tu garganta desde esa noche! ¡Ahora te la vas a tragar entera!" Greg gruñó a Amber mientras usaba su boca sin compasión.

"¡Blllmmunffghh! ¡Uuullnfnghh! ¡Mmlunfgh!" se atragantaba Amber mientras dejaba que Greg le penetrara toda la polla en su garganta.

Greg le saco su polla de la garganta de Amber bruscamente para dejarla recuperar el aliento, pero la joven y astuta zorra tenía otras ideas y tras esto se abalanzó sobre su polla de nuevo, empalándose la boca con su falo mientras le agarraba el culo para acercarlo más dentro de su boca.

Junto a Greg, Lyle estaba teniendo una experiencia más relajada, pero igual de placentera en su opinión. Carol, que había comenzado con cautela, se estaba animando a hacer una mejor mamada ahora, casi como si se hubiera olvidado de a quién se la estaba chupando. Se balanceaba rápida y elegantemente, metiéndose más de la mitad de la longitud de Lyle en cada succión, a menudo inclinando la cabeza hacia un lado u otro para que su polla se deslizara sobre su lengua en diferentes lugares, estimulando nuevas áreas mientras chupaba.

Lyle había envuelto sus manos en el cabello castaño de Carol, pero aparte de eso, estaba dejando que la sexy morena controlara el ritmo de la mamada. Los labios de Carol se aferraron con fuerza a su falo mientras los deslizaba por toda su longitud con gran habilidad. Su lengua se envolvía a lo largo de toda la parte inferior de la polla de Lyle, haciéndola temblar de placer. Aunque lo más impresionante es que Carol estaba golpeando el glande de Lyle en contra la entrada de su garganta cada vez que se la metía en la boca. Y en lugar de que le diesen terribles arcadas y tener que parar, Carol parecía tener un buen control del reflejo de esas arcadas y llevaba la punta de la polla a los confines más húmedos y suaves de su garganta repetidamente con sorprendente facilidad.

"Aaaaaaaaaahhhh", gemía Lyle, demasiado perdido en el placer que estaba experimentando como para decir obscenidades como Greg, incapaz de articular palabra excepto jadeos por la satisfacción de tener su polla de nuevo en la complaciente boca de Carol.

Lyle estaba disfrutando especialmente con la panorámica de ver a Carol con sus jeans ajustados, bikini azul y blusa blanca atada a la cintura. En particular, Lyle seguía mirando fijamente el increíble y tremendo escote de Carol, que se veía aún más excitante cuando se miraba desde arriba. Con Carol perdida en sus pensamientos, concentrada en la mamada, Lyle se atrevió a deslizar una mano de nuevo hacia abajo para tomar una de sus suaves y rebosantes tetas y la acarició con amor. Para su deleite y sorpresa, Carol gimió de placer y apretó aún más su pecho contra su mano.

Lyle apenas podía creer en la suerte que tenía cuando Howard gritó: "¡Cambiemos!"

Las chicas detuvieron inmediatamente sus mamadas, e incluso Amber apartó al rabioso Greg que estaba tratando desesperadamente de follar su garganta como si fuera un coño. Lyle miró a Carol para verla recuperar el aliento y mirarlo con sus ojos azules con una expresión ligeramente aturdida, pero claramente lujuriosa. Interiormente, Lyle se prometió a sí mismo que cuando estuviera a punto de correrse tendría que regresar con Carol de alguna manera para rociar su semen en su cara angelical.

Katie también estaba recuperando el aliento de las arcadas que había estado sufriendo al intentar hacer una garganta profunda a la gran polla negra de Howard. A diferencia de su amiga Amber, Katie no disfrutó tanto de la experiencia, aunque hizo lo mejor que pudo. En este caso, había logrado meterse el glande de Howard en su garganta varias veces, y una vez acercó sus labios a apenas 2 centímetros de su pubis, pero tuvo que hacer una pausa para poder respirar, antes de volver a un estilo más convencional (aunque aún fenomenal) de mamada. Tragarse la polla de Greg o Lyle era una cosa, pensó Katie, pero la de Howard estaba en otra liga. Aun así, no pudo evitar preguntarse si tal vez follar con Howard más tarde podría ser más divertido.

Howard ahora quería probar Amber y su 'garganta sin fondo', y se movió al otro extremo de la fila. Greg se acercó a Carol y Lyle de mala gana dejó a Carol para ponerse frente a Katie.

Por mucho que Lyle amaba a Carol, también disfrutaba de lo linda y sexy que era Katie, y ella siempre estaba más que dispuesta a intercambiar sexo por cualquier tipo de favor que necesitase. Mirando hacia abajo al pequeño cuerpo de Katie, ella todavía vestía su top amarillo pálido, exponiendo un pequeño pero sexy escote el cual dejaba a la vista también su estrecha cintura mostrando su ombligo, que se acentuaba al compararlo con las anchas caderas que guardaban sus shorts vaqueros que se veían tan bien en su pequeño cuerpo. No se podía negar, Katie estaba muy buena.

Con ese pensamiento fijo en su mente, Lyle agarró su polla firmemente y la metió en la boca hambrienta de Katie. Su otra mano fue a la nuca y agarró su pelo haciendo una improvisada coleta. Había sido más amable con Carol hoy porque le gustaba de verdad la chica y no estaba tan desesperado por correrse como la primera vez que estuvo con ella. Con Katie sin embargo la situación era diferente, estaba perfectamente contento de usar la boca Katie, y sabía que Katie también estaba totalmente de acuerdo con ello siempre que obtuviera lo que ella quería del trato.

Así que Lyle comenzó a follar la boca de Katie, no especialmente fuerte o salvaje, sino rápida y constantemente, con la punta de su polla enterrada en la boca caliente y húmeda de Katie.

"¡Mmmmnnnh! ¡Mmnnghh! ¡Hmmnnhh!" gimió Katie mientras se dejaba follar suavemente la boca por Lyle.

Katie se reía en sus pensamientos. Lyle estaba usando a Katie como sustituta. El chaval solo quería volver con Carol.

Realmente debe de estar enamorado de ella, pensó Katie mientras jugaba con su lengua a lo largo de la temblorosa cabeza de la polla de Lyle.

A la izquierda de Katie, Carol estaba estableciendo algunas normas básicas con el agresivo e insaciable Greg.

"Como pienses en follarme la cara como lo has hecho con Amber, te muerdo la polla", dijo Carol, mirando a Greg con ojos furiosos.

"Vaya, está bien, está bien, está bien..." murmuró Greg a regañadientes. Prefería que se la mamaran rápida y agresivamente. Pero al mismo tiempo, nunca había estado con Carol de ninguna forma y quería desesperadamente probarla. Tendría que comportarse. "Solo chúpamela como lo estabas haciendo con Lyle, no intentaré nada, lo prometo."

Carol sostuvo sus ojos fijos en el rostro de Greg, pero lentamente bajó la cabeza y envolvió sus labios suavemente alrededor de la corta pero gruesa polla de Greg. Con una constancia experta, Carol se balanceó y sorbió el miembro de Greg, concentrando sus lamidas y chupadas en la cabeza del pene mientras ahuecaba sus mejillas al succionar.

Greg se estremeció cuando el placer recorrió su cuerpo de arriba abajo. ¡esta chica era buena! Era un tipo de mamada completamente diferente de la deslumbrante follada bucal que había realizado con Amber. Incluso si lo comparaba con como la chupaba Katie, aunque siempre era asombroso, podía notar cierta diferencia. Katie realizaba sus mamadas de manera eficiente y efectiva, pero eran como si quisiera terminar cuanto antes. Carol parecía reacia a esta clase de comportamientos lascivos, pero ahora que estaba chupando, estaba dando lo mejor de sí misma. No es de extrañar que ella sea una estudiante 'de sobresaliente', reflexionó Greg.

A la izquierda de Carol, Howard ahora disfrutaba de los placeres carnales de Amber, la cual aún no se había cruzado con una polla que no pudiera tragarse.

Sin embargo, aún no se la estaba chupando. La astuta sexy zorra de pelo oscuro estaba contoneando su bronceado cuerpo contra el de Howard a espaldas suya. Todo su cuerpo se retorcía y bailaba sinuosamente mientras empujaba hacia atrás su firme y redondo culo contra la enorme polla de Howard y se frotaba contra él separándolos solo su minifalda. Mientras tanto, las grandes manos de Howard subían y bajaban por su cuerpo como si estuviera desenvolviendo el mejor regalo de Navidad que jamás le hubieran hecho; acariciando su abdomen y cintura; apretando y toqueteando sus grandes y firmes tetas a través de su camiseta de tirantes verde; y por los sexys muslos de piel aceitunada de Amber.

Una vez que Howard ya se puso muy excitado y Amber terminó de divertirse, se dio la vuelta, lo empujó para que se sentara en uno de los sofás y se contoneó por su cuerpo hasta ponerse de rodillas frente a él, donde comenzó a devorar la larga negra polla de Howard, metiéndosela poco a poco dentro de su boca. Como una especie de serpiente, la mandíbula de Amber se abría poco a poco y su garganta se ensanchó para meter la polla de Howard hasta el fondo de esta, tocando su nariz contra el pubis de este y empalando su boca por completo con su polla negra. Sacó su lengua para jugar con sus huevos mientras Amber le hacia una garganta profunda, con algunas arcadas de vez en cuando, pero con una habilidad excepcional.

"Oh, Dios mío, ¡tenías razón! ¡su garganta no tiene fondo!" gimió Howard.

Los ojos de Howard parecían que se salían de sus órbitas. No mucho después, animado por la propia Amber, sus manos se pusieron en su nuca y comenzó a alimentar a la zorra chupadora con su polla como le placía, haciendo que ella se la metiera en la garganta rápida y profundamente, aunque no tan violentamente como Greg había hecho antes.

Habiéndose adaptado al shock inicial y a la oleada de lujuria de que las chicas se metieran sus pollas en la boca y se las empezaran a chupar, los chicos ahora estaban disfrutando del espectáculo de ver de como se la chupaban a sus amigos mientras disfrutaban de la mamada que les estaban haciendo a cada uno de ellos. Katie, Amber y Carol estaban muy buenas y sexys con su ropa veraniega, y más ahora que todas estaban chupando pollas mientras aún las tenía puesta.

Desde los vaqueros de Katie hasta los jeans ajustados de Carol y la minifalda de Amber, todo ello provocaba a los chicos ahora fantasear en con quién, cómo y cuándo echar un polvo con ellas cuando hubiesen acabado con estas mamadas.

Pero ahora los minutos pasaban rápidamente y por culpa de los sonidos de sorber, de chupar, de gemir y algunas arcadas, todos se estaban acercando a correrse. Pero todavía les quedaba una chica por probar.

"Oye chicos", gritó Howard. "Se me ha ocurrido una cosa, lo vi en un video porno una vez... Pongamos a las chicas juntas en un círculo mirando hacia afuera y nosotros a su alrededor. ¡así podemos ir cambiando entre ellas más fácilmente hasta que nos corramos en todas sus caras!"

"¡Joder, sí! ¡hagámoslo!" Greg afirmó.

"Mierda, será mejor que lo hagamos rápido, estoy cerca de correrme", gimió Lyle mientras Katie continuaba chupándole la polla.

Todos los chicos se levantaron y guiaron a sus chicas juntas en mitad de la habitación, donde sin decoro las empujaron los hombros hasta ponerlas de rodillas. Para sorpresa de Katie, Carol no protestó. Al mirar a su amiga, Katie pudo ver que Carol estaba sonrojada por el calor del momento y la emoción. Amber también lo había notado y le dedicó a Katie una pequeña mirada mientras acercaban a Carol hacia ellas. No necesitaban hablar para saber lo que ambas estaban pensando. La inocente y reacia Carol estaba disfrutando de esta especie de orgia de sexo oral.

Estas iban a ser unas vacaciones divertidas, pensó Katie mientras se colocaba en posición en un círculo apretado con sus amigas detrás suya en el suelo, todas mirando hacia afuera para recibir de nuevo las pollas de los chicos.

Un momento después, Greg se había colocado frente a Katie y rápidamente metió su polla empapada en liquido preseminal y saliva de su amiga Calor hasta el fondo de su boca húmeda y cálida.

Junto a ella, los otros chicos habían hecho lo mismo. Howard ahora estaba probando con entusiasmo la perfeccionista mamada de Carol, mientras que Lyle pudo desahogar algo de su lujuria haciendo que Amber le chupara la polla. Lo suficiente como para estar a punto de correrse y luego vaciarse sobre Carol, esperaba Lyle.

Todos los sonidos que se producían se habían convertido en una sinfonía de gemidos y Quejidos, ruidos de sorber saliva y arcadas guturales ocasionales.

"¡Cambio!" gritó Greg, y las pollas que tenían metidas en la boca las chicas se retiraron, solo para ser reemplazadas por otras, momentos después.

Ahora Howard estaba de vuelta con Amber y Greg le dio su gruesa polla a Carol para que se la chupase. Katie recibió la palpitante polla de Lyle con agrado en sus labios abiertos.

Los chicos la tenían muy dura ahora, y sus huevos se contraían y endurecían por momentos. La visión de las tres chicas, todas juntas, arrodilladas en un círculo apretado mientras se la chupaban, era tremenda. Las tres cabezas se movían adelante y atrás rítmicamente, casi hipnótico, y sus atractivos cuerpos en esos atuendos tan sexys estaban volviendo locos a los chicos para que pudiesen aguantar mucho más de lo que ya habían aguantado.

"¡Cambio!" gritó Lyle, y salió de las fauces abiertas de Katie para empujar con entusiasmo y alegría su temblorosa polla entre los labios de Carol.

Katie se la estaba chupando ahora a Howard. Greg estaba follándole de vuelta la boca a Amber. Lyle se estaba masturbando con su glande apoyada en la lengua extendida de Carol.

A partir de entonces los recuerdos se convirtieron en una maraña de chupadas, sorbidas, masturbadaciones y tragadas de polla para las chicas. En un momento, Katie y Amber compartían la larga polla de Howard. Luego Katie se encontraba con los huevos de Lyle en la boca mientras él seguía masturbándose desesperado por ser el primero en correrse sobre Carol. Amber estaba alternándose para chuparles la polla a Howard y Greg, acariciándolos con sus manos al mismo tiempo. Más tarde Howard estaba de vuelta en la garganta de Katie. Lyle también estaba hundiendo su polla en la de Amber. Greg estaba follándole las tetas a Carol mientras ella las empujaba con las manos a su alrededor, completamente cachonda perdida ahora. Tiempo después Amber se había quitado la camiseta de tirantes y el sujetador y Howard se estaba deleitando con sus tetas chupándoselas. Katie azotaba la punta de la polla hinchada de Greg con su lengua, saboreando gotas de líquido preseminal que le salía de la punta mientras le masturbaba. Sorprendentemente, Carol estaba tragando profundamente la polla de Lyle sin esfuerzo hasta la base, sin apenas arcadas mientras el joven mantenía su cabeza contra él y profesaba su amor por ella.

Finalmente, Katie se encontró morreándose apasionadamente con Amber e intercambiando saliva y líquido preseminal mientras se acariciaban los pechos, cuando los primeros chorros de semen comenzaron a eyacular de las pollas de los chicos que se estaban masturbando locos de placer a su alrededor.

Fue Lyle quien alcanzó el clímax primero. Carol estaba arrodillada, con las manos en las rodillas y su rostro pecoso mirando hacia arriba con la lengua fuera, acentuando su escote apretando sus pechos con los brazos. Lyle, de pie delante de ella se masturbaba rápidamente hasta que, estremeciéndose y con un grito ahogado, brotaron chorros de semen blanco de la punta de su polla, surcando el aire como balas y salpicando el hermoso joven rostro de Carol.

Más semen caliente brotó de Lyle mientras se masturbaba salvajemente, aterrizando en la lengua y los labios rosados de Carol, en sus mejillas pecosas, en su melena castaña. Algunos chorros salieron volando más alto de Carol para caer sobre Katie y Amber.

"¡Aaaaaaaaaaaahhh! ¡Corrida para mi Carol!" gritó Lyle mientras se descargaba sobre su amor universitario.

Las últimas ráfagas se rociaron más abajo, adornando los legendarios pechos y escote de Carol, y dejando manchas en su blusa y bikini azul.

Tan pronto como Lyle terminó de correrse, Howard y Greg eyacularon casi exactamente al mismo tiempo, a ambos lados de Katie y Amber.

Estelas de semen volaron desde ambas direcciones y cayeron sobre las chicas como una ducha blanca y caliente, rociando la nariz, las mejillas y la barbilla de Katie, y los labios frente y casi en los ojos de Amber.

Greg estaba más que contento de masturbarse y eyacular sobre las dos atractivas chicas, cubriendo tanto a Katie como a Amber en su espeso semen.

Howard, sin embargo, tenía otra idea en mente, y tan pronto como su primer chorro salió disparado, agarró la cabeza de Amber y empujó su glande dentro de su boca. Katie pudo ver los ojos de Amber abrirse como platos mientras Howard, sin lugar a duda, estaba eyaculando una tremenda cantidad de semen caliente y pegajoso en la boca de su amiga.

"¡Ohhhhhhh sí… que gusto!" gimió Howard mientras se corría en la boca de Amber. "Toma todo mi dulce semen cariño. Esto es lo que Howard necesita, toma toda mi lefa..."

Cuando Howard finalmente acabó de correrse y saco su polla de la boca de Amber, esta se volvió hacia Katie y la abrió para mostrarle todo lo que se había eyaculado en su lengua.

"Madre mía, es un montón, tienes la boca llena", se rió Katie.

Antes de que pudiera reaccionar, Amber atrajo a Katie hacia si misma para darle otro beso en la boca e intercambiar el semen de Howard con ella. Katie se sorprendió al principio, pero luego se dejó llevar devolviéndole el beso y comenzando a saborear la lefa de Howard. Sus lenguas jugaron entre sí mezclándose su saliva con el semen hasta que Katie interrumpió el morreo, echó la cabeza hacia atrás y se bebió el sorprendentemente sabroso esperma en dos grandes tragos mientras Amber hacia lo mismo, abriendo de nuevo sus bocas para mostrárselas vacías a los chicos.

"Sabéis qué chicas, creo que es el inicio perfecto de nuestras vacaciones junto al mar", sonrió Amber con picardía, y con eso las tres chicas se miraron entre ellas, viendo como sus caras, sus cuerpos y su ropa estaban manchados de sudor y semen, y estallaron en carcajadas.