Los favores de Katie: Capítulo 4
Las amigas de Katie por fin se enteran del secreto de sus buenas notas. Sin embargo, su amiga Carol tendrá que llevar a cabo los mismos favores que hace Katie para poder salvar un importante trabajo universitario.
"Oh. Dios. Mío" dijo Carol con un hilo de voz, con los ojos muy abiertos mientras digería la noticia.
"¡Lo sé, verdad!" rió Amber mientras tomaba otro sorbo de café. "Pensaba que nuestra perfecta y pequeña Katie era solo una puta en secreto. ¡No tenía idea de que fuese tan astuta y descarada como para prostituirse para sacar buenas notas en tus asignaturas!"
"Oh, vamos chicas, no me estoy prostituyendo, solo hago pequeños favores ..." protestó Katie débilmente.
"Cariño, puede que no haya habido dinero de por medio, pero hacerle una mamada a un chico por escribirte un trabajo es de ser una puta", replicó Amber con una sonrisa.
"Bueno vale", dijo Katie levantando las manos haciendo como si se rindiese. "Soy una puta universitaria. Sea lo que fuere, está funcionando, y la media de mis notas nunca ha sido tan alta como hasta ahora. Y además tengo mucho tiempo libre para estar con vosotras, ¿verdad?"
"Cierto, y también para ir de tiendas", dijo Amber.
"E ir a fiestas", agregó Carol.
"Y para chupar pollas", añadió Amber con picardía, haciendo un gesto como de masturbar una polla con la mano sobre su boca y tocando el interior de la mejilla con la lengua en una cómica imitación de una mamada.
Amber y Carol estallaron en histéricas carcajadas, mientras Katie ponía los ojos en blanco y trataba de reprimir una risita. Ahora que su secreto había sido descubierto a sus amigas a pesar de sus mejores esfuerzos por mantenerlo oculto, no parecía tan malo. Incluso Carol se lo estaba tomando sorprendentemente bien.
Las tres chicas estaban almorzando al aire libre en su cafetería favorita de la ciudad, una costumbre que compartían tres o cuatro veces por semana. El café aquí estaba muy rico, las ensaladas estaban deliciosas y los camareros eran especialmente guapos.
Todas iban vestidas de manera informal, perfectas para un brunch matutino. La atractiva y pequeña Katie vestía un simple top naranja y unos vaqueros ajustados que resaltaban cada curva de sus delgadas piernas. Su cabello castaño oscuro estaba recogido en una coleta y calzaba unas sandalias veraniegas en sus pies.
Sus amigas también lucían muy hermosas. Carol, la morena alta llevaba el pelo a media melena, cortado por encima de sus hombros, una sonrisa para morirse y un escote hipnóticamente atractivo que incluso Katie no podía evitar mirar, a pesar de ser perfectamente heterosexual. Las generosas y descaradas tetas de Carol estaban cómodamente encerradas en un top azul ajustado con una camiseta gris de running por encima que parecía apretar y resaltar aún más su increíble pecho y escote. Debajo llevaba unos shorts vaqueros amenazadoramente cortos que gritaban "¡mira mis largas y sexys piernas!"
Amber también estaba luciendo un par de pantalones cortos diminutos, unos shorts vaqueros que abrazaban y apretaban su generoso culo que mostraban la piel bronceada de sus piernas. Vestía una camiseta de tirantes larga y holgada muy al estilo punki que podría haber pasado por un vestido muy corto, que casi cubría sus pantalones cortos. Su cabello azabache colgaba sobre sus hombros desnudos y se había maquillado con abundante sombra de ojos.
Katie pinchó la ensalada de rúcula y tomates Cherry servida en su plato con su tenedor y se puso a reflexionar sobre los últimos acontecimientos.
No había sido hasta hace poco que Amber había descubierto a Katie en un callejón detrás de un bar mamándosela a dos chicos después de una noche de borrachera. Amber, que siempre había sido un poco ninfómana y francamente abierta en lo que se refiere al sexo, le gustó ver a su amiga en esa situación y se unió a ella. Había asumido que Katie, la cual siempre había interpretado el papel de perfecta e inocente chica empollona, era bastante mojigata. Amber pareció deleitarse al descubrir que Katie era tan libertina sexualmente como ella. Sin embargo, aún no se había dado cuenta de cuán lejos llegaban los secretos de Katie.
Katie no solo se arrodillaba para meterse palpitantes pollas en la boca por placer. Era parte de su plan universitario; Dar favores sexuales a una serie de chicos estudiosos a cambio de su experiencia y compromiso de hacerle sus trabajos de clase por ella. Era un plan integral que abarcaba desde la redacción de sus trabajos finales hasta ayudarla a prepararse para los exámenes. A cambio, Katie les haría de todo, desde pajas hasta follarselos (y en raras ocasiones incluso analmente) dependiendo del tipo de calificaciones que los chicos la ayudaran a obtener.
Sin embargo, su sistema de favores se había ampliado repentinamente más allá del ámbito académico, y desde hace poco Katie estaba haciendo tratos similares para cubrir todo tipo de favores; para que la invitaran a copas en fiestas; para que la llevasen en coche a donde necesitase; para que la arreglen el aire acondicionado de su piso; lo que sea, y no paraba de chupar pollas para conseguir lo que necesitase.
La mejor amiga de Katie, Carol, no se había dado cuenta de todo, e incluso Amber no se percató del alcance de los favores de Katie hasta que uno de los "clientes" de Katie, Greg, se acercó a Amber para pedirla un acuerdo similar.
Y ahora Amber acababa de contarle la historia a Carol durante el almuerzo, aunque para sorpresa y alivio de Katie, no parecía demasiado alarmada.
"Muy graciosas chicas", dijo Katie. "Pero sabes, esto no es muy diferente de lo que haces de todos modos Amber, solo que yo saco algo de provecho."
"Oh, creo que mis orgasmos son suficiente provecho", se encogió de hombros Amber con una sonrisa. "Pero tienes razón, ¡tal vez debería hacer lo mismo que tú!"
"¡Oh no, tú también no Amber!" exclamó Carol.
"Bueno, puedo entender por qué lo haces", dijo Amber claramente. "Aunque no creo que yo pudiera hacer algo parecido. Tendría que concentrarme para darle el máximo placer al chico como pago, y soy demasiado egoísta en lo que se refiere al sexo".
"No lo hago por placer, son solo negocios", dijo Katie mintiéndose a sí misma, ya que ella disfrutaba la mayoría de las ocasiones.
"¡Oooh, ¡qué fría!" rió Amber. "Entonces, ¿cuándo vas a involucrar a Carol en tu negocio, Katie? Sabes que se muere por subir su nota media, es toda una empollona".
"Oh, cállate", se rió Carol. "Yo nunca haría eso. Quiero decir, ¿no te parece asqueroso tener que dejar que todos estos tipos se corran sobre ti o dejar que terminen en tu boca, Katie?"
"¿No le dejabas a tu novio hacer eso mismo el año pasado, Carol?" preguntó Katie.
"Bueno, sí, pero no es lo mismo", dijo Carol, sonrojándose mucho.
"El semen es semen, venga de quien venga", se encogió de hombros Katie.
"¡Y es delicioso!" sonrió Amber con malicia.
Las chicas estallaron en carcajadas de nuevo, pero luego tuvieron que reírse en voz baja cuando una anciana sentada cerca de ellas se volvió para mirarlas con desaprobación.
"Bueno, no podría hacerlo a menos que estuviese en una relación", dijo Carol.
"El semen sacado con amor es el único esperma admisible para ella", bromeó Amber, antes de que Carol le diera un tortazo en el brazo.
"Me siento aliviada de que no me juzguéis chicas", dijo Katie.
"Joder, yo hago esas cosas que tú haces gratis, ¿quién soy yo para juzgar?", Sonrió Amber.
"Para serte sincera, no me sorprende tanto todo esto, Katie", dijo Carol pensativa.
"¿Qué?" casi gritaron Amber y Katie a la vez.
"No, en serio. Durante todo el tiempo que estuvimos en el instituto, siempre fuiste muy buena jugando con tu sexualidad para manipular a los chicos y conseguir lo que quisieras, Katie. Esto parece una evolución de aquello", dijo Carol.
"Buen análisis de nuestra empollona, Carol, así se hace", se rió Amber.
"¿Así que no estás enfadada?" Katie le preguntó a Carol.
"Por supuesto que no", dijo Carol. "Es un poco extraño, claro, pero eres nuestra amiga, no es la gran cosa".
"Carol quiere participar", sonrió Amber.
"¡Claro que no!" se rió Carol, tratando de golpear el brazo de Amber de nuevo, pero ella esta vez lo esquivó.
"Bueno, algunos de los clientes de Katie están interesados en ti Carol, en cualquier caso", dijo Amber.
"¿Qué?" ahora era Carol quién estaba gritando.
"Cuando Greg me propuso 'un acuerdo', mencionó que su amigo Lyle estaba enamorado de Carol y quería saber si tú también estabas haciendo lo mismo que Katie", dijo Amber.
"Oh, cierto", dijo Katie, "ahora que lo mencionas, Lyle ha estado muy pesado pidiéndome que te convenza para que te involucres en esto de los favores cada vez que nos hemos visto en nuestras... sesiones".
"Asqueroso", dijo Carol. "Ya se me ha quitado el hambre".
"Es un empollón total, Carol, ¡justo tu tipo!" bromeó Amber.
"Y tampoco folla mal, desde luego lo hace mejor que Greg", dijo Katie.
"Sí, eso es cierto", asintió Amber solemnemente.
"¡No voy a follar con Lyle!" insistió Carol.
"Creo que solo quiere tocar tus hermosos pechos, Carol", dijo Katie. "Creo que Greg también lo desea..."
"¡Ja! Cierto, no puedes evitarlo Carol, tus tetas atraen a chicos a kilómetros a la redonda, ¡cómo podemos competir contra eso las simples mortales como nosotras!" rió Amber.
"La verdad es que son bastante impresionantes", estuvo de acuerdo Katie.
"¡Como sea, esto es demasiado información de golpe!" dijo Carol mientras se levantaba. "Tengo que ir a imprimir un trabajo final, ocho mil palabras que yo misma escribí” espetó a sus amigas. “Es para mañana por la mañana. ¡Ciao chicas!"
**
"¡Mierda, mierda, mierda! ¿Qué voy a hacer ahora?" sollozó la voz de Carol a través del móvil.
Katie se incorporó para ponerse en una posición más cómoda mientras sostenía su móvil en su oído. La pequeña castaña estaba sentada en un viejo sofá en medio del pequeño apartamento estrecho de Greg. Katie todavía vestía sus jeans ajustados y su top naranja; aunque la parte superior del escote la tenía bajada, revelando sus respingonas tetas medianas.
El mismo Greg estaba de pie al lado de Katie, su entrepierna a la altura de su pecho mientras se apoyaba en el hombro de Katie con una mano y se masturbaba furiosamente con la otra. Había tomado el relevo del trabajo manual de Katie después de que Carol la llamara repentinamente, negándose a interrumpir su placer o esperar a que terminara la llamada. Katie todavía tenía una mano masajeando y apretando su peludo escroto con sus huevos duros de la excitación, acariciándolo distraídamente mientras escuchaba la crisis de Carol.
"Está bien, intenta respira profundamente Carol, vamos a pensar en esto", dijo Katie, tranquilizando a su amiga mientras trataba de ignorar la insistente polla de Greg masturbándose frente a ella. Había intentado que él se detuviera, pero parecía ajeno a sus peticiones ahora que estaba desvocado por la excitación.
"Está bien, está bien, estoy respirando ..." dijo Carol, aunque sonaba muy disgustada.
"Vale, ahora que estás más calmada repite ¿dices que tu ordenador ha sido pirateado o ha contraído un virus o que le ha pasado algo?" preguntó Katie para confirmar lo que había entendido entre los sollozos de su amiga.
"¡Sí! ¡No funciona, está muerto o moribundo y no para de salirme pantallazos azules, no entiendo qué está pasando!" gritó Carol.
"Y has perdido la única copia de tu trabajo en ese ordenador", dijo Katie, "ese mismo que debes entregar mañana".
Greg gimió cuando unas gotas de su líquido preseminal salió volando hasta aterrizar en el escote de Katie. Katie frunció el ceño y soltó los huevos de Greg para tratar de limpiar las gotas de semen.
"Sí, y ya he intentado llamar a todos las tiendas de informática que he podido encontrar, ¡pero nadie puede ayudarme hasta al menos el jueves!" exclamó Carol.
"Supongo que no podrás escribir el trabajo de nuevo esta noche ¿no?" preguntó Katie.
Carol comenzó a soltar toda clase de insultos e improperios y Katie tuvo que apartar el móvil de su cara por un momento antes de volver a intentar hablar con su amiga. Mientras tanto, Greg gruñía y levantaba la polla para que apuntara hacia el rostro de Katie de manera sugerente. Katie sabía lo que quería Greg, pero una mamada no era parte del acuerdo de hoy, así que negó firmemente con la cabeza.
"Solo estaba sugiriendo ideas a Carol, no digo que debas intentarlo", aseguró Katie.
"Es imposible que pueda hacerlo todo de nuevo en una sola noche", sollozó Carol. "¡Estoy totalmente jodida!"
"Bueno, supongo que lo que necesitamos es encontrar a algún tipo de experto en informática para ver si pueden recuperar tu disco duro y tu trabajo esta tarde, o al menos al final de esta noche", dijo Katie.
"¡Sí, pero ya te dije que no hay ninguno disponible!" dijo Carol.
Greg ahora había agarrado suavemente la cabeza de Katie y estaba tratando de frotar su glande cubierto ya de líquido preseminal contra los labios brillantes de Katie.
"¡Mmmf!" gimió Katie en protesta mientras empujaba a Greg y su polla enrojecida lejos de su cara. "Espera un momento, Carol, tengo una idea."
Katie apartó el móvil a un lado y miró a Greg, "Lyle es un experto en informática, ¿verdad? ¿le gustan los ordenadores y cosas así?"
"Sí", gruñó Greg. "Es un maldito genio con esas mierdas".
Greg estaba suspirando y resoplando por el esfuerzo mientras seguía masturbándose. Astutamente, siguió apuntando su polla más y más alto, a pesar de que antes le había prometido a Katie que no se correría sobre ella, y especialmente no en su cara.
Katie se puso el móvil de nuevo en la oreja, "Carol, puede que pueda ayudarte, pero voy a tener que a llamarte en un rat-".
Greg la interrumpió repentinamente a mitad de la frase cuando con un poderoso jadeo de éxtasis se corrió, estrellando chorros de semen blanco, espeso y oloroso por todo el rostro de Katie en un repentino frenesí. Su polla se estremecía y se contraía en su mano mientras no paraba de eyacular, salpicando las mejillas, la nariz, la frente, los labios y la barbilla de Katie.
"¡Qué cojones Greg! ¡Te dije que no en mi cara!" gritó Katie mientras su nariz se arrugaba ante la sustancia cálida y húmeda que ahora la cubría.
Greg se encogió de hombros y limpió su polla en el hombro de Katie, "lo siento, nena".
"Ewww, ¿Greg acaba de ...? ¿Acabas de ...?" se oía la voz de Carol a través del móvil de Katie al otro lado de la línea.
"Carol, voy a ir a tu casa, espérame ahí", dijo Katie. "Estaré en tu casa en media hora, creo que tengo una solución a tu problema, pero puede que no te guste mi idea..."
**
Carol abrió la puerta de su casa media hora más tarde con la ropa de esa mañana; el top azul cielo y los shorts vaqueros, aunque la camiseta de deporte ya no la tenía puesta. Su rostro casi se había aclarado de haber llorado al entrar pánico antes, aunque todavía parecía ansiosa y de mal humor.
Afuera estaba Katie con su top naranja y jeans ajustados. Su rostro parecía tener un brillo tenue, a pesar de que por lo demás se veía limpio y recién lavado.
Junto a Katie estaba Lyle, el friki de aspecto algo larguirucho, tenía una camiseta de algún anime y estaba comiéndose con los ojos las tetas de Carol que asomaban por el escote creado por tu top ajustado.
Carol los hizo pasar a los dos y cerró la puerta tras de sí. Su apartamento era agradable, espacioso, bien decorado y amueblado con gusto. Todavía era por la tarde, así que la luz del día entraba ampliamente por las ventanas haciendo que el salón se sintiera aireado.
"Um, Carol, te acuerdas de Lyle", murmuró Katie. "Lyle, Carol..."
"Sí, hola", murmuró Carol antes de volverse hacia Katie susurrando sin que Lyle las oyera. "¡Necesito ayuda! ¿Qué está pasando? ¿Por qué has traído a ese friki contigo?"
"Resulta Lyle es un experto en informática", dijo Katie triunfalmente. "Le expliqué el problema y él dice que puede echarle un vistazo ahora a tu ordenador y que probablemente incluso debería poder solucionar el problema y recuperar tu trabajo".
"¿En serio? ¡Genial! Oh, Dios mío, es un gran alivio, mi escritorio está por aquí ..." comenzó Carol.
Lyle empezó a carraspear la garganta interrumpiendo la conversación.
"Solo hay un pequeño problema", suspiró Katie. "Quiere algo a cambio".
"¿Qué? ¿un pago? Puedo pagarle, ¿cuánto pide?" preguntó Carol.
Lyle sonrió torpemente y siguió mirando sugestivamente a Carol y su increíble escote.
"No, él quiere un tipo de pago diferente", dijo Katie, claramente exasperada, "ya sabes, del tipo de favores que yo hago".
"¿Quiere que tengas sexo con él por ayudarme?" preguntó Carol con extraña curiosidad.
Katie negó con la cabeza.
"No, te quiere", dijo Katie. "Créeme, he tratado de que se conformara conmigo, ¡le he ofrecido hacerle de todo! Pero él tiene su mente o, mejor dicho, su polla, fijada en ti. Esa es su única condición".
Carol se puso pálida.
"¡Qué cojones!" exclamó Carol. "¡No me voy a acostar con alguien solo porque pueda arreglar mi ordenador!"
"Nah, no te preocupes cariño, no es necesario que follemos, solo quiero tus tetas", dijo Lyle con entusiasmo.
Carol miró extrañada al universitario cachondo.
"¿Mis tetas?" preguntó Carol.
"Sí, hacerme una cubana con tus tetas hasta que me corra", dijo Lyle con mayor entusiasmo. "Ni siquiera tienes que hacer nada, simplemente recuéstate y déjame hacer todo el trabajo".
"Ya he tratado de decirle que no lo aceptarías", dijo Katie. "Pensé que tal vez si lo traía aquí podría al menos lograr que aceptara ayudarte por algún tipo de favor de mi parte".
"¿Qué?, de ninguna manera", dijo Lyle, negando con la cabeza seriamente. "He estado deseando las legendarias tetas de Carol desde la primera semana que entré en la universidad. Por supuesto, no sabía quién eras entonces, ¡solo te conocía como chica tetona! Pero la anterior semana cuando estuvimos todos tomamos unas copas juntos, sabía que debía catarlos. He estado tratando de decírselo a Katie, pero ella sigue diciendo que no das favores como ella ".
Carol se pasó las manos por su sexy media melena morena y se sentó en el sofá en silencio.
"Lo siento mucho, Carol, me deshaceré de este idiota ahora mismo, pensé que tal vez podría hacerlo entrar en razón de alguna manera", dijo Katie.
"No, espera", dijo Carol dócilmente. "¿Estás seguro de que puede recuperar mi trabajo?"
"Absolutamente", dijo Lyle. "Soy el mejor."
"Entonces lo haré", dijo Carol, ahora con más confianza.
"¡Genial!" sonrió Lyle.
"Espera, ¿qué? ¿Estás segura Carol?" preguntó Katie.
"Mira, de todos modos, no es que vallamos a follar de verdad y realmente necesito entregar ese trabajo o estaré de mierda hasta el cuello", dijo Carol. "Dejaré que se divierta y eso será todo. Pero solo después de que recupere mi documento, sino no obtendrá nada de mí".
"Awww, ¿qué?" protestó Lyle. "Menuda mierda, necesito algo de inspiración. ¿Qué tal al menos una mamada mientras trabajo?"
"No tientes a la suerte, Lyle", advirtió Katie.
"Una cubana cuando termine y mamada mientras trabajo, o sino no hay trato", insistió Lyle, cruzando los brazos. "Y solo de Carol."
"Maldito bastardo…" comenzó Katie.
"Lo haré," interrumpió Carol de repente. "Acepto el trato."
"¡Bien!" se rió Lyle embarazosamente, viendo que la cosa iba en serio. "¿Cuándo comenzamos?"
Carol se volvió hacia Katie, "¿te importa si nos dejas solos? Prefiero hacer esto con algo de intimidad ".
"¿Estás segura de que estarás bien?" preguntó Katie.
"Sí, estaré bien", dijo Carol. "No es como si fuera la primera vez que se la chupo a alguien o algo así. Y si lo has estado haciendo todo el tiempo, no puede ser tan malo. Te llamaré cuando hayamos terminado, sea como sea el resultado."
Con eso, Katie se fue a regañadientes, dejando atrás a Carol y Lyle solos en el piso.
"Entonces, eh, ¿dónde tienes tu ordenador?" preguntó Lyle, su voz se quebró un poco cuando de repente se puso nervioso, mirando a la alta y morena tetona con su top ajustado. Ella era casi tan alta como Lyle y vestimenta hacia que sus pechos resaltasen aun más de lo normal, haciendo que se los comiera con la mirada.
"Por aquí", dijo Carol, conduciendo a Lyle a un estudio brillantemente iluminado donde un ordenador de torre y un monitor estaban apoyados sobre un escritorio de madera grande y lujoso con mucho espacio para las piernas.
Lyle se dejó caer en la silla frente escritorio y se giró sobre ella durante unos instantes antes de presionar el botón de encendido y el ordenador cobró vida. Pronto se presentó ante él una desconcertante pantalla azul garabateada con texto. Lyle presionó algunos botones y luego el monitor cambió a una pantalla negra, llena de bloques de texto y números extraños. Sin esperar el permiso de Carol, comenzó a escribir.
"Wow, realmente pareces saber lo que estás haciendo", dijo Carol, mirando la pantalla por encima del hombro de Lyle.
"Creo que sé cuál es el problema, pero me llevará un poco de tiempo resolverlo", dijo Lyle con confianza, sintiéndose ahora como en casa frente a un ordenador. "Pero voy a necesitar descargar un poco el estrés mientras trabajo. ¿Qué tal si te metes debajo del escritorio, Carol, y te pones a trabajar con esa bonita boquita tuya?"
Carol se estremeció y tuvo que reprimir la repentina necesidad de dar media vuelta y correr. En su lugar, se movió hacia el escritorio y se dejó caer sobre sus rodillas, dándole sin querer a Lyle una vista impresionante de su tremendo escote.
Lyle gemía de placer mientras miraba al abismo acolchado del delicioso escote de Carol.
"¡Vaya! ¿qué utilizas? ¿una 85 copa E?" exclamó Lyle, intentando estimar la talla de sujetador de Carol.
Carol frunció el ceño ante lo preciso que había sido, pero continuó arrastrándose debajo del escritorio, ahora sin darse cuenta mostrando su hermoso culo en sus ajustados minishorts vaqueros.
A Lyle se le quedo una sonrisa estúpida en la cara mientras veía como ella se colaba bajo el escritorio, disfrutando viendo su figura, hasta que Carol se dio la vuelta y quedó arrodillada entre sus piernas, con lo cual rápidamente se puso serio y continuó escribiendo en el ordenador de Carol.
Carol podía ver obviamente ahora el tremendo bulto que había formado en los pantalones cortos de Lyle. Se veía bastante grande. A pesar de la situación, a Carol se le empezó a hacer la boca un poco de agua al ver el bulto de su entrepierna, e incluso sintió que se humedecía un poco entre los muslos de la excitación. Había pasado bastante tiempo desde la última vez que había visto, sentido y probado una polla. De repente, ese deseo por la herramienta de un hombre volvió a aflorar, incluso por alguien que no le gustaba en absoluto, y en una circunstancia en la que nunca había querido encontrarse.
Sin embargo, Lyle estaba muy feliz de estar donde estaba ahora. En realidad, todo lo que tenía que hacer para reparar el ordenador de Carol era reiniciar el sistema. Sin embargo, no iba a desperdiciar la oportunidad y tenía el ordenador ejecutando un diagnóstico para perder el tiempo, mientras pudiese disfrutar plenamente de la recompensa de la boca de Carol y la mamada que ella le había prometido. Sería el preludio perfecto del plato principal de sus mayores deseos; follar de una vez por todas las legendarias tetas de Carol.
Erecto e incapaz de esperar más, Lyle se agachó para desabrocharse y sacar su larga y rígida polla. Esta sobresalió de su bragueta bajo de escritorio, a apenas unos centímetros de la cara de Carol, mientras ella maniobraba en el estrecho espacio en el que estaba para tratar de llevarse su pene a la boca.
"Es hora de mamármela, nena", ordenó Lyle.
"No tengo suficiente espacio", se quejó Carol.
Lyle se echó hacia atrás un poco en su silla, dándole a Carol suficiente espacio y acceso para arrodillarse cómodamente a los pies de Lyle, agarrar la polla hinchada del friki y colocar su cabeza justo encima de ella, lista para devorarla en cualquier momento. También desde este ángulo, Lyle podía mirar a las profundidades del tremendo escote de Carol, y verlo era casi suficiente para hacer que se corriese en ese mismo momento.
Entonces Carol bajó su boca hacia la polla de Lyle, sus labios se abrieron formando un pequeño circulo, estiró su lengua, se la fue metiendo poco a poco dentro de ella y se la comenzó a chupar lentamente.
Lyle echó la cabeza hacia atrás y gimió con un dulce suspiro de alivio, los chicos siempre solían hacer cuando les chupaban la polla.
Para Carol, la polla sabía y olía almizclada y estaba salada en la punta, no le era especialmente agradable pero sí que le parecía excitante. Su falo se movía y palpitaba dentro de su boca mientras apretaba sus labios con firmeza, deslizándose por la piel de la polla hacia adelante y hacia atrás, en el clásico movimiento de bombeo que había aprendido en la primera vez que hizo una mamada.
"Mmmnnhhh hmmnnnnhh", gimió Carol, creando un zumbido en la polla con sus labios y haciéndola vibrar de placer.
Lyle jadeó y gimió, manteniendo las manos en el teclado y fingiendo trabajar mientras Carol se la chupaba debajo del escritorio. Echó una mirada furtiva a la morena y observó con presumida satisfacción cómo Carol cerraba los ojos mientras trabajaba en darle una excelente mamada, esforzándose por hacerlo lo mejor posible, de la misma manera que lo había hecho con sus estudios durante toda su vida.
"¡Mmnnnh hmmmnnn mmnnghhh uuunnghh mnnfffghh!" murmuró Carol mientras su mamada aceleraba el ritmo, aumentando la velocidad hasta llegar a un ritmo constante de movimientos, chupadas, lamidas y con alguna arcada ocasional cuando esta se desviaba un poco más profundo en su boca y sentía la polla de Lyle subir hacia la parte posterior de su garganta.
"Oh joder, sí Carol, ¡que bien me chupas la polla!" jadeó Lyle. "¡Como Suzumi en la tercera temporada de Hearts Maid Academy!"
Carol dejó escapar un gemido ahogado de disgusto o vergüenza, pero continuó con la mamada. Empapó la polla en su saliva, haciéndola resbaladiza para que pudiera deslizarse entre sus labios fácilmente y permitiéndole presionar un poco más profundamente en cada embestida. Movió sus manos hacia arriba para ayudarla con la mamada, agarrando la base del pene con una mano y masajeando los huevos de Lyle con la otra. Con un movimiento de bombeo y torsión, ahora Carol le masturbaba la polla con su mano mientras sorbía y chupaba su glande con su boca, sus labios empujaban hacia abajo para hacer de tope a su dedo índice y pulgar en cada sacudida que realizaba su mano cuando la subía.
A Lyle cada vez le costaba más fingir que estaba trabajando en el ordenador, tecleaba líneas de código sin sentido mientras Carol cada ve se la chupaba con más ganas, metiéndose y sacándose su polla de su caliente y sedosa boca sin descanso, provocándole un placer que jamás había pensado que podría sentir. Apenas unos minutos después de que Carol hubiese iniciado su increíble mamada, Lyle ya comenzaba a sentir como se le entumecían las manos, le temblaban las piernas y sus huevos se contraían y se endurecían ante el frenético ataque de placer que estaba proporcionándole Carol de forma magistral. Su orgasmo se aproximaba inexorablemente.
"Joder, que bien se siente Carol, vas a hacer que me... ¡gaaaaaaaaahhh!" gritó Lyle mientras comenzaba a descargar copiosas cantidades de esperma caliente y salado en la maravillosa boca de Carol.
Los ojos de Carol se abrieron de par en par cuando sintió que la palpitante polla que estaba chupando temblaba repentinamente en un clímax orgásmico y comenzaba a arrojar ráfaga tras ráfaga de semen húmedo y pegajoso en su boca. De repente, presa del pánico e insegura de si debía sacársela de la boca o metérsela hasta la garganta, Carol simplemente permaneció fija donde estaba con la boca sujeta alrededor de la polla de Lyle, simplemente recibiendo toda la carga de esperma en su lengua y dejando que la llenara.
"¡Oh, esto es jodidamente increíble, Carol!" Gimió Lyle mientras seguía eyaculando en la boca de Carol.
Carol, repentinamente consciente de lo que acababa de suceder gracias al sabor ligeramente amargo del pegajoso y viscoso esperma que acumulaba en su boca, empujó la silla de Lyle hacia atrás, se puso de pie de un salto y corrió al baño, con una mano tapándose su boca para para no derramar toda la carga de semen en el camino hacia el lavabo. A Katie y Amber puede que les guste tragarse el semen de los extraños a los que se la chupaban, pero para Carol solo sus novios merecían ese honor. En este caso con Lyle debía 'escupir', no 'tragar'.
Lyle miró hacia la pantalla del ordenador. El diagnóstico se había completado y tecleando unas sencillas cosas, reinició el ordenador y lo restauró a su antigua gloria, con todos los archivos de Carol intactos. Recostándose en su silla, saboreó ese momento; tanto por el placer producido por la mamada y por haberse corrido en la boca de Carol; y también por la sensación de plenitud sabiendo que las tan ansiadas tetas de Carol lo aguardaban.
**
Cuando Carol regresó del baño, con el rostro pálido y disgustado, Lyle le compartió las buenas noticias. Se había arreglado el ordenador y también se había salvado el trabajo de Carol. Lyle se sintió realmente bien por haber podido ayudar a Carol. A pesar de que se había apresurado para sacar provecho la situación para su propia satisfacción sexual, estaba enamorado de la chica y disfrutaba poder hacer algo por ella.
El alivio de Carol fue obvio, y le agradeció profusamente a Lyle, incluso en un momento estuvo a punto de abrazarlo antes de recordar que momentos antes el friki había eyaculado su amargo semen en su boca sin ni siquiera advertirle, y ella se apartó con el ceño fruncido algo disgustada.
"Ahora que su ordenador está arreglado, es hora de mi pago", dijo Lyle alegremente.
"Lyle, ¿de verdad quieres seguir adelante con esto?" preguntó Carol. "Quiero decir que acabo de hacerte una mamada, ¿y no estás ahora cansado o algo así?"
Lyle señaló su entrepierna. Afortunadamente, se había vuelto a cerrar la cremallera, pero el bulto ahora estaba obviamente volviéndose a formar y crecía dentro de sus pantalones vaqueros cortos.
Carol suspiró decepcionada, y antes de que pudiera protestar más, Lyle, sin mediar palabra, la agarró de la mano y la arrastró hasta donde supuso que era su dormitorio. Acertó y juntos entraron en la luminosa y aireada habitación, amueblada con una gran cama colocada contra una pared y las sábanas perfectamente hechas. Carol parecía perfeccionista; nada parecía estar desordenado.
Carol se sentó en el borde de la cama, inquieta y nerviosa.
Lyle se paró frente a ella, mirando a la hermosa morena y sus deslumbrantes tetas ajustadas en ese top azul. Lyle se tomó un momento para mirar con lujuria y satisfacción a sus deliciosas curvas, antes de no perder más tiempo y simplemente enganchó sus manos a los impresionantes y rebosantes pechos de Carol.
"Ohhhh, sí", gimió Lyle cuando apretó las tetas de Carol a través de su top azul. "Se siente mejor incluso de lo que imaginaba. ¡Tan suaves y firmes al mismo tiempo! ¡Es increíble!"
Carol reprimió un gemido mientras Lyle continuaba amasando y toqueteando sus tetas, ahuecándolas y empujándolas hacia arriba, devorándolas con las manos mientras él jadeaba de emoción.
"Uhhhh, no seas tan bestia", gimió Carol mientras Lyle agarraba con más fuerza, clavando sus dedos en la carne de sus tetas antes de soltarlas.
"Levántate el top, pero no te lo quites", ordenó Lyle.
Carol obedeció, levantando el top hasta que se enrolló por encima de su escote, revelando sus grandes pechos recogidos en un sujetador negro de encaje.
La vista era tremenda. Lyle se estremeció y gimió de placer ante el festival visual de los pechos perfectamente formados de Carol que tenía ante él. El sujetador empujaba sus pechos juntos formando la madre de todos los escotes, una profunda hendidura de tetas pecosa que parecía prometer incalculables misterios y riquezas en su interior. La polla de Lyle palpitaba más fuerte que nunca, dolorosamente encerrada dentro de sus pantalones. Sólo un pensamiento lo consumía por dentro. Tenía que meter la polla entre esas tetas de inmediato.
Sin decir palabra, Lyle se quitó la camiseta, luego se bajó la cremallera de sus pantalones, tirando de ellos y de su ropa interior lo suficiente para que su polla estuviera completamente afuera, expuesta y erecta. Su falo se estremeció y se retorció de excitación, duro como el hierro y apuntando casi directamente hacia el techo.
"Aaaah, eso está mejor", suspiró Lyle, antes de acercarse más a Carol, poniendo su pene a escasos centímetros de su pecho.
Carol respiraba con nerviosismo, e incluso con excitación ahora. Su pecho subía y bajaba, sus tetas se hinchaban con cada inhalación y exhalación de sus pulmones.
Sin molestarse en que ella se desnudara del todo, Lyle simplemente se abalanzó hacia adelante con su entrepierna, tirando hacia abajo a su polla para apuntar hacia las tetas de Carol. Por fin había llegado el momento.
"Pon tus tetas alrededor de mi polla, Carol," ordenó Lyle.
"Pero todavía llevo puesto mi sujetad-" comenzó a objetar Carol.
"Ahora," insistió Lyle con firmeza.
Con un suspiro de resignación, Carol cogió sus pechos montañosos con sus manos, se inclinó hacia adelante y los juntó alrededor de la polla de Lyle. El propio Lyle tuvo que incluso empujar su polla más profundamente dentro del valle que formaban sus tetas, porque el sujetador ya había hecho un escote muy apretado para que él se introdujera.
Ahora, con su polla firmemente envuelta en el magnífico escote de Carol, Lyle dejó escapar un gruñido de lujuria, alivio y asombro cuando sintió los suaves, flexibles, pero innegablemente firmes pechos de Carol frotarse dulcemente contra su polla. Los estímulos en su pene aumentaban en una sinfonía de hormigueo de placer. La presión de los senos alrededor de él mientras Carol juntaba sus tetas con más firmeza con las manos calmó su dolorida polla y lo hizo anhelar más placer. Incluso podía sentir la maravillosa textura del sujetador de encaje contra su piel en la base de su polla, casi frotando su escroto.
Lyle miró hacia abajo y vio a Carol mirándolo con su rostro precioso e inocente, sus ojos brillantes, y más abajo la cabeza de su propia polla emergiendo de entre loa acolchados pechos de Carol. Fue un momento perfecto. Un instinto animal primal se hizo cargo de su consciencia, y fue solo un minuto más tarde que Lyle se dio cuenta conscientemente que ya estaba empujando su polla con urgencia y agresividad entre los pechos de Carol.
Por fin se estaba follando las legendarias tetas de Carol. Muchos de sus amigos habían fantaseado y bromeado lascivamente sobre cómo sería follarse sus impresionantes pechos. Pero era él quien realmente lo estaba haciendo.
Lyle, en lo que a él, y probablemente a sus amigos respecta cuando se enterasen de esto, era el Elegido.
Mientras tanto, Carol no estaba teniendo la misma experiencia de tan placentera que Lyle.
Estaba sentada en el borde de la cama, inclinada hacia adelante en un ángulo incómodo y luego arqueando la espalda para poder sacar más pecho, una posición que era completamente incómoda. Peor aún, tenía que mantener sus manos en sus pechos, empujándolos y apretándolos un poco dolorosamente solo para mantener la polla de Lyle firmemente atrincherada en su escote.
Lyle empujaba como un loco, follando las tetas de Carol sin ningún lubricante más que los resbaladizos restos de saliva y semen que le sobraron en su falo de la mamada anterior. La carne de su polla rozaba contra su escote, que estaba siendo frotado dolorosamente por el incesante martilleo de la pelvis de Lyle mientras su pene atravesaba el valle de sus pechos. Seguir usando el sujetador era bastante incómodo, pero también tenía el top levantado y enrollado alrededor de la clavícula.
Si todo eso no fuera suficiente, los sonidos que Lyle estaba haciendo la estaban molestando seriamente.
"¡Oooh, ahhh, oooh, aaah, sí, sí, sí!" jadeó Lyle, estridentemente y casi chillando. Se sentía extraño y de alguna manera ridículo que Lyle estuviera tan excitado por los pechos de Carol. Parecía que estaba en un ataque de éxtasis, y Carol se habría echado a reír hace bastante rato si no hubiera estado demasiado ocupada tratando de mantenerse erguida y apretar constantemente sus tetas.
Podía sentir el líquido preseminal saliendo desde la punta de la polla de Lyle, deslizándose hacia su pecho y manchándolo con cada embestida que él realizaba. Con el ceño fruncido, esperaba que eso fuera una señal de que Lyle estaba a punto de terminar, así que le lanzó una sonrisa sexy y apretó sus pechos con más fuerza.
Lyle la miró con la boca abierta y los ojos muy abiertos durante un momento, y Carol pensó que ya iba a acabar.
Pero estaba equivocada. No tuvo el efecto que ella deseaba, en lugar de eso, Lyle se retiró de su escote y jadeando de cansancio, agarró el top de Carol y se lo quitó de un tirón.
"Quítate el sujetador", ordenó Lyle.
Cuando Carol obedeció, Lyle estaba de repente sobre ella, empujándola hacia la cama y sentándose a horcajadas sobre su pecho. Ahora en toples, tumbada boca arriba, con este joven agresivo sobre ella, inmovilizándola, Carol de repente se sintió vulnerable de una manera que no se había sentido antes. Pensaba que había tenido el control durante todo este tiempo, pero ahora no había nada entre ella y la polla enrojecida que sobresalía de entre sus tetas sobre su rostro y lo que fuera que su dueño quisiera hacer con ella.
Sin embargo, Lyle solo tenía una cosa en mente, por lo que rápidamente colocó su polla de vuelta entre las tetas de Carol mientras se arrodillaba sobre ella, agarraba sus dos pechos en sus manos y los juntaba para crear ese maravilloso valle apretado de suaves tetas. Luego comenzó a empujar. Lentamente esta vez, sintiendo cada oleada de placer mientras su polla se movía completamente hacia adelante y hacia atrás a través del escote de Carol.
Carol parecía confundida, pero no protestó, e incluso pareció repentinamente aliviada. Ella simplemente se recostó y dejó que él la usara, contenta de que él estuviera tan entretenido con solo sus pechos.
Lyle ganaba velocidad, empujando de manera más constante y rápida, mientras la cama se balanceaba y chirriaba por el movimiento de la follada. Después, sin previo aviso, agarró una de las almohadas de la cama de Carol y la colocó detrás de su cabeza, levantando su rostro para que ahora mirara directamente como Lyle le follaba sus tetas.
Con eso también consiguió poner los labios carnosos de Carol dentro del rango del glande de Lyle, ya que, con cada embestida, ahora esta chocaba contra esos labios rosados y brillantes, mientras que el pene permanecía enterrado entre las tetas de Carol.
Sin embargo, Carol mantuvo la boca firmemente cerrada. No estaba dispuesta a darle otra mamada. Con una a era más que suficiente.
Pero Lyle no cesaba. Empujaba más fuerte y rápido, follando las tetas de Carol de tal manera que estaba apuntando con su polla directa y firmemente a su boca. El glande golpeaba contra sus labios como un ariete, con la intención de aplastarlos hasta que se sometieran, tratando de encontrar un camino hacia el interior de su boca.
"¡Ughh, ahhhh, uunnghhh!" gemía Lyle.
Carol levantó los brazos para intentar empujar a Lyle hacia atrás, y tal vez frenar sus desesperados embistes.
Lyle no iba a permitir que ella lo frenara. En cambio, apretó con más fuerza los pechos de Carol, agarrando sus tetas dolorosamente y haciendo que Carol abriera la boca aspirando con sorpresa.
Aprovechando la oportunidad, Lyle se apartó y observó con triunfo cómo la cabeza de su polla de se clavaba por fin en la boca de Carol, estirando sus labios alrededor de su polla de forma morbosa. Lyle disfrutó del repentino placer del calor húmedo de su boca, la sensación resbaladiza de su lengua mientras luchaba contra él.
"¡Mmmmnnnghh!" Carol chilló, con la boca llena, mientras sus ojos se agrandaban.
"Eso es, abre y chupa, Carol", gemía Lyle, sus manos ahora se posicionaron en la parte posterior de la cabeza de Carol para sostenerla firmemente mientras empujaba su polla rápidamente dentro de su boca.
Lyle no se la estaba metiendo profundamente todavía en la boca, solo su glande dentro de boca de Carol, y la movía rápidamente de modo que solo entraban unos centímetros más o menos hacia dentro. Al principio Carol trató de luchar, sus manos agarraron sus brazos e intentaron alejarlo, pero su agarre era demasiado fuerte y Carol pronto cedió, permitiendo que el friki le follara la cara.
"¡Mmmnhh! ¡Mnnnghh! ¡Hmmnh! ¡Hmmnphh! ¡Bmmff!" Carol murmuraba mientras Lyle follaba agresivamente su boca desde encima.
Sin embargo, Lyle quería más. Con ambas manos sujetó firmemente la cabeza de Carol para mantenerla en su sitio, para luego empujarse salvajemente contra su boca. Tuvo el efecto deseado. La polla de Lyle se desplazó hacia adelante, y la garganta de Carol cedió inmediatamente, lo que le permitió enterrar toda su longitud dentro de su boca, hasta los huevos, mientras penetraba su apretada garganta.
"¡Oh Dios mío! ¡Joder, esto sí que es bueno!" gritó Lyle mientras se mantenía dentro de la garganta de Carol, obligándola a tragársela entera.
Carol se atragantó, se retorció y se agitó mientras trataba de obligarlo a que se saliera de su garganta, pero era inútil. Sentía que se iba a desmayar en cualquier momento y aspiró aliviada una gran bocanada de oxígeno cuando Lyle finalmente se retiró. Tosiendo y farfullando, no pudo hacer nada mientras Lyle empujaba su polla ahora bien lubricada con saliva de nuevo entre su escote y rápidamente reanudó a follarle las tetas.
"¡Oh, sí! ¡Eso es!" Lyle gritó mientras follaba hiperactivamente los turgentes pechos de Carol.
"¡Ugh! ¡Suéltame!" jadeó Carol.
"¡Ahhhh sí, ya casi termino!" Lyle gritó.
"¡No te corras sobre mí!" suplicó Carol, pero Lyle no podía escucharla.
"¡Oh, sí! ¡Oh, sí! ¡Oh, sí! ¡Oh, joder, sí! ¡Aquí viene!" gimió Lyle cuando su placer alcanzó el éxtasis de su orgasmo.
Con una temblorosa estocada de sus caderas, el semen comenzó a brotar de la polla de Lyle y cayó sobre la cara de Carol, dejándola unos largos chorros blancos desde su frente, pasando por su nariz y labios, hasta su barbilla. Después, otros salieron disparados y aterrizaron en la mejilla y en la oreja izquierdas de Carol.
Lyle embestía de nuevo entre las tetas de Carol. Las siguientes ráfagas salpicaron el cuello y el pecho de Carol.
Con un agudo gemido, Lyle agarró su polla y la apuntó a las magníficas grandes y preciosas tetas de Carol, y procedió a chorrearlas con cuatro ráfagas más de semen.
Finalmente, por fin saciado, Lyle se derrumbó sobre la cama, con una estúpida sonrisa en su rostro.
"¡La leyenda era cierta! ¡Soy el Elegido!" Lyle jadeó, sin aliento.
Carol, exhausta, furiosa y humillada, yacía junto a él, cubierta de semen desde la cabeza hasta el pecho.
"Más me vale sacar un sobresaliente por ese trabajo", dijo Carol mientras el caliente esperma de Lyle empapaba su piel.