Los extraños del cielo 2
La curiosidad mató a la gata
Miska no podía dormir, esas criaturas, parecían inteligentes, ¿una extraña raza de tierras lejanas? No, ese pájaro de donde salen.
¿serian enviados de los dioses?
No podía asegurarlo, pero esa magia que casi la mata no la hace un mortal, la hace un dios.
Decidió salir a ver esas criaturas.
Esquivó a sus hermanos que dormían con dulzura, al salir de la cueva, el sol casi la cegaba, tardó varios minutos en acostumbrarse a la luz, sus pupilas, de noche redondas, se volvieron un estrecho rombo, pero aún asi, le gustaba sentir los rayos del sol en su pelaje.
Probablemente esos dioses duerman.
Pero al llegar, vió un grupo de cuatro machos y cinco hembras, además de extraños tótems mecanicos que se mueven e interactúan con el grupo, una de las diosas destripaba un tótem.
-¿alguien le ha dado una patada a este robot? Para que podamos sacar fotos de los alrededores necesito que se mueva y no se moverá si el servomotor está desajustado – decía una hembra de grandes pechos, frondosa melena roja y figura musculosa
Miska se miró el pecho, no era grande, unos 85 cm, en cambio esa hembra parecía poder alimentar a todos los bebes de su tribu
-maquinas, que poco aguantan – dijo la hembra del otro dia.
-por eso me alegra de que seas hetero, para evitar que me estropees ¿Cómo están los recién casados? – dijo la que examinaba el Totem.
-trabajando – dijo la hembra canela.
-ah, ya me encantaría…
-no, trabajándola no, tra-ba-jan-do, ya sabes, el busca bichos y ella coje hierba – dijo la guerrera.
-hablando de yerba ¿te apetece? - decía la hembra de grandes pechos mientras sacaba unos cilindros de plantas.
-¿puros de maria? No gracias y si te los ve Olga seguro que te cruje – decía la guerrera.
-¿esa estrecha reprimida? Le doy 200 creditos a tu marido si se la folla.
-es asexual esa mujer, no querrá nada – dijo la guerrera.
-una estrecha – dijo la mujer de grandes pechos mientras se llevaba el cigarrillo en la boca, sacó un aparato en el que mágicamente salió fuego y aspiró consumiendo el cigarro.
Miska aspiró el olor, otras dos criaturas ¿o eran dioses? Estaban a varias decenas de metros ¿Qué hacían? ¡¡¡!!! ¡un olor! ¡detrás!
El viento habia cambiado y pudo captarlo, era aquel guerrero de piel negra, sus brazos la aprisionaron, pero ella sacó sus garras y peleó como le enseñaron en su tribu, pero el guerrero le golpeó con fuerza en un pie, lastimándolo.
Para un Felis, tener dañados los pies es malo, ya que confían en su agilidad y velocidad no solo para cazar, sino tambien para pelear o escapar, el golpe era fuerte, el dolor grande ¿se habia roto? Eso la aterró, no serviría para traer la caza a su hombre, para explorar terrenos, para nada, seria una paria.
Llena de rabia sacó sus garras, consiguió arañarle la cara al guerrero manando sangre roja ¿roja? La suya era verde, su pareja habia llegado, varios más y un tótem de metal, Miska mantuvo a raya a los dioses hasta que una descarga le recorrió todo el cuerpo, el dolor fue tan intenso que perdió el sentido.
-Llama a Jose inmediatamente, tiene que ver esa criatura – decía Rose, la mecánica con su accento tejano.
Mark, tapándose la herida, llamó por el comunicador, al principio discutieron sobre el tema de abandonar la exploración, pero al enviarle la foto de la criatura, se puso en marcha.
Llevaron a Miska dentro de la nave, todos obsevaban a la criatura, les fascinaba sobretodo los ropajes, las trenzas y los amuletos que les indicaban una cosa.
Era una criatura inteligente.
La metieron en una celda que usaban para los que sufrían demencia espacial, no dejaban de mirar a la criatura.
Jose habia llegado, era un científico rubio de ojos azules, un poco inconsciente, por eso Mark lo detuvo para avisarle.
-ten cuidado, tiene garras muy filosas.
Miska se despertó mareada, su pie le dolia horrores, lo notaba hinchado, empezó a lamérselo para encontrar consuelo, pero se fijó donde estaba, en una extraña cueva blanca, entonces vió a las criaturas.
Miska se puso en posición de combate lanzando un bufido y erizando el pelo, el dolor que sentia su pie al apoyarlo era espantoso, pero no dejó que se notara.
-fascinante – decía la criatura del pelo amarillo, le acompañaba una hembra delgada y de pecho mediano de pelo castaño y largo hasta sus rodillas.
-abridla – dijo la criatura de pelo amarillo.
-ni de coña ¿no ves lo que me hizó? – dijo la criatura de piel negra señalando la herida aún sangrante.
-¡nadie abrirá esa puerta!, no mientras la criatura sea hostil – dijo la criatura que parecía ser el mayor del grupo.
Todos se fueron menos la criatura de pelo amarillo, que la miraba fascinado mientras Miska seguía bufando.
Al parecer no servia, el estaba ahí, estaba claro que tenia que ir a por el, Miska se lanzó sacando sus garras, pero se golpeó con algo cristalino, un muro de plástico transparente, el golpe la hizo sangrar por el labio.
La criatura de pelo amarillo llamó a otra criatura, un macho grueso, gordo más bien.
-hazme un favor, ábrela
-pero ¿has visto que fiera?
-esta herida
-ni hablar
-¿no querrás que le cuente a Sastre sobre tus videos?
-ok, ok, cabron.
La puerta se abrió.
Miska sacó sus garras y puso su actitud mas fiera, pero la criatura de pelo rubio se acercó despacio, mirándola a los ojos con tranquilidad.
El la llevó en sus brazos con ternura y la llevó a su clínica.
La puso sobre la mesa, se habia fijado de que al embestirlo cojeaba, tocó el pie de Miska, la cual, dominada por el dolor, soltó un bufido de rabia.
-¿te duele ahí? Un segundo – dijo la criatura.
Se alejó para coger una caja, una caja que levantó por encima de su pie, una luz iluminó su parte herida.
-se te ha dislocado, perdóname – dijo la criatura antes de pulsar un botón.
Unas cintas rodearon a Miska que la ataron, ella maulló aterrada, bufó de rabia, pero la criatura manipuló su pie.
Los bufidos rabiosos por el dolor fueron más intensos, las criaturas la oyeron y la observaban con atención.
Prack su hueso se colocó de nuevo.
Miska lloró por el dolor, pero, de algún modo se sintió aliviada, sintió como le colocaban algo en el pie, era frio, pero la aliviaba, las criaturas la dejaron atada, sola, pero aliviada.
Se miró su pie, tenia una especie de calzado, pero de metal.
¿Qué harian con ella? Solo pedia que fuese un final indoloro.
-¡Miskaaaaaaa! – gritaban el poblado buscándola, sobretodo Feess, un Felis mas musculoso y grande que el resto que solo deseaba aparearse con ella y tenerla como adorno.
Pero el lugar donde buscaban estaba muy alejado de donde estaba.
Miska abrió los ojos, habia dormido un poco, la mesa era comoda.
Giró su cabeza y vio a la criatura rubia penetrando a su compañera de largos cabellos castaños.
Ella tenia los ojos cerrados, jadeaba de placer, sus labios rojos mostraban un gran placer.
Lentamente los ojos de ella se abrieron, unos ojos verdes, vieron a Miska que los observaba, la vergüenza llenó la hembra igual que la carne de su macho le llenaba su utero.
Abrazó a su macho con fuerza, con sus brazos y sus piernas, llegando al orgasmo ante los atonitos ojos de Miska.
El macho le susurró dulces palabras, pero ella estaba agotada, al separarse, un fluido blanco salía de su entrepierna.
Un bebe estaba de camino.
La criatura masculina vió a Miska, le acarició la cabeza y la saludó.
Ella solo veia la verga aún dura del macho, una verga que hace unos segundos estaba dentro de la hembra.
-esta viéndotela ¿seguro que no tienes nada con ella? – decía la hembra.
-¡no! ¡es la primera forma de vida inteligente! Piensa que nuestra existencia es casi un miagro matematico, mientras se recupera, quiero ver como come, respira, excreta, luego le pondré un chip de seguimiento y veremos si es gregaria o solitaria, como corteja, como copula, como caza, Dios, podemos aprender tanto de ella.
-¿Cómo sabes que es “ella”? – dijo la femina.
-mirala, sus pechos, la vulva, esto debe de ser el clítoris – decía la criatura masculina mientras tocaba las partes sexuales de Miska, cosa que hizo que bufara de rabia.
-eso es, que antes te invite a un trago, pero este es mio – dijo la hembra mientras agarraba a su macho.