Los extraños del cielo 1

Miska, una Felis, verá como unas criaturas extrañas bajaran del cielo

Dentro de poco me marcaran con las pinturas de la madurez, en una luna ya no sere una niña, sino una adulta, he acompañado a mi madre a cazar, a cuidar de mis hermanos pequeños, pero sobretodo me dijo como se debía complacer a mi compañero.

Si, el ritual del emparejamiento, los machos pelean en un torneo para emparejarse, según como se clasifiquen, escogerán a su pareja que estará para siempre a su servicio.

Eso lo considero injusto ¿no cuenta lo que pienso yo? ¿no puedo escoger? Ojala gane Torol, pero ese odioso de Feess es el más fuerte de mi tribu, encima me echó el ojo el….

¿?

¿Qué es lo que cae del cielo?

Miska era de naturaleza curiosa, incluso para los Felis, vio caer una bola de fuego, ¿o era una estrella? Su amiga Yeyana le dijo que encontró una piedra preciosa en el lugar donde cae una estrella, Miska le fascinaba esa piedra que brillaba como las estrellas del cielo, fue hacia allá.

Miska recorrió un largo trecho hasta llegar a un claro, la densa vegetación y el color natural de su pelo la ocultan perfectamente.

Lo que ve es una criatura enorme, parecía un pájaro, pero estaba estatico, el lugar donde le rodea estaba quemado, debía medir como ochenta de los suyos tumbados de largo y quince de alto.

Sus ojos, eran negros, carentes de iris, ¿un demonio?.

Miska sacó sus garras, estaba dispuesta a pelear si esa criatura era una amenaza, supuso que lo que le haría no seria peor que lo que le haría Feess.

Cuando iba a atacar, algo se abrió detrás de la criatura, decidió esperar un poco más.

Salió un humanoide, con un ojo, su piel, blanca como la muerte, solo decorada con extrañas manchas ¿pinturas de guerra? Su único ojo es tan negro como el de su madre.

Aun más pequeño que el pájaro demonio, la criatura era más grande que el más grande de su tribu, pero por muy poco, parecía pesada, portaba un extraño objeto, las sensibles orejas de Miska escucharon una conversación.

-la pureza del aire y la biosfera es compatible, no hacen falta los trajes.

Pausa.

-los nanoides que me inyectaron me protegen de los microorganismos, no te pongas asi.

Miska escuchaba con atención ¿aquella criatura hablaba sola o con un espíritu? Si tan solo pudiera comprender el idioma.

-mira, me quito el traje y santas pascuas – dijo la criatura.

Puso sus manos en la cabeza y la empezó a girar hasta que se separó.

Miska soltó un bufido de impresión, la criatura le oyó, miró en una dirección, luego en otra.

-no creo que haya sido nada – dijo la criatura.

Se sacó la cabeza, descubriendo ¡otra cabeza! Esta tenia pelo amarillo, solo sobre y tras la cabeza, salvo las cejas, el resto de su cabeza estaba pelada, su piel era de color salmon y tenia dos ojos, dos ojos azules como los mares que vio de niña, la criatura siguió despojándose de su piel, mostrando un cuerpo con extrañas vestimentas ¿de que animal las habrá extraido? Empezó a aspirar el aire ¿la estará olfateando? Miska olfateó su olor, un olor extraño, lentamente se va del lugar, sin hacer ruido.

Durante el dia Miska no podía dormir, la cueva era suficientemente oscura, la naturareza de los Felis era nocturna, pero ¿esa criatura? ¿Qué era? Parecía fuerte pero torpe, no tenia apenas pelo mientras que su tribu tenia el pelo verde claro con manchas de verde oscuro, sus ojos, tenian un iris redondo mientras que los suyos eran romboides.

¿y esas orejas? Que raras y pequeñas, no como las felinas orejas que tenian ellos en ambos lados de la cabeza, bueno, al menos las tenia en su sitio esa criatura.

Una cosa está clara, no era de una tribu rival.

La noche siguiente Miska se separó de la manada de caza, quiso observar a la criatura o más bien, asegurarse de que no fueran una amenaza.

Al llegar, se encontró con dos criaturas, ambas eran de piel oscura, uno, el grande, el fuerte, no tenia pelo en la parte de arriba y atrás de la cabeza, pero si bajo la nariz, la otra, era de piel canela, más esterilizada con pechos ¿una hembra? Ambos portaban unas herramientas extrañas, no parecían lanzas, pero el olor violento que desprendían las criaturas indicaban que eran armas y ellos guerreros, el macho parecía cambiar el olor.

El macho se acercó a la hembra, empezó a hablar.

-nena ¿te apetece tener algo caliente y negro dentro de ti?

-¿tambien te aburre la vigilancia? – dijo la hembra.

-iba por un café ¿quieres? – dijo el hombre oscuro sonriendo.

El se fue, pero la hembra vigilaba, habia relajado su olor violento por otro más ¿de cortejo? El macho regresaba con un recipiente de ¿madera? Muy fino para ser madera.

Ella arrebata por sorpresa el recipiente, el macho parece mosqueado.

-eh, es mi café.

-si quieres tu café, tomalo como el esposo mio que eres.

Ella se quitó la parte de arriba de la vestimenta y echó el humeante fluido en sus pechos, tenia que estar muy caliente, porque pudo ver la pequeña muesca de dolor en su rostro.

El macho la tumba de espaldas y empieza a lamerle el liquido de sus pechos, mientras lo hace, se despoja de sus ropas.

Miska observaba en silencio, su olfato, su oído y su vista se centraban en la pareja.

-¿a que venia eso? Maria – dijo el macho.

-imaginate, somos los primeros humanos que hacemos el amor en este planeta ¿nunca quisiste ser el primero en algo?

-en quitarte el virgo, pero no se puede tener todo – bromeaba el macho.

-pero si que eres el que me llena más – decía la hembra sonriendo.

Ambos juntaban los labios, Miska no sabia lo que era un beso, no era costumbre en su tribu, miró el beso con mucha atención.

Las manos se tocaban entre si, los labios besaban la piel, era una forma de relación muy nueva para Miska, en su tribu las hembras se colocaban a cuatro patas y el macho copulaba con ellas hasta fertilizarlas, pero eso, no parecía tener ese objetivo ¿o si?.

En ese momento, la pareja formó un 69, eso sorprendió a la joven felis ¿se están devorando?

Miró con atención, no se mordían, ella más bien succionaba y el macho lamia.

Su joven cuerpo empezaba a excitarse ante los dulces chupeteos, no entendía por que, pero sentia que eran tan placenteros.

Se miraron de frente, ella asintió, entonces el la penetró desde delante, agarrándola del trasero, ella tambien le agarró el trasero con fuerza.

Miska vio la nueva postura, era practica, mientras en su tribu solo podían ver en una dirección, en esa postura ellos podían mirar en dos direcciones distintas, útil por si hay enemigos.

Sus dedos empezaron a tocarse, emitió un dulce ronroneo de placer.

En ese momento, ambas criaturas se giraron en dirección al ronroneo, cogieron sus armas y dispararon un haz de luz.

Ese haz cortó una gruesa rama del árbol, Miska, aterrada, huyó a toda velocidad lanzando maullidos de terror.

De la nave salió el comandante del cuerpo de seguridad del equipo de exploración.

-¿Qué ha sido ese disparo? Sobretodo ¿Por qué están desnudos?

Ambos hicieron el saludo militar y el hombre dijo.

-señor, oimos algo raro y dispare por precaucion, el que no tengamos ropa es porque “congeniaba” con la teniente Sastre, señor.

-bien, ya que les sobra energía para “congeniar” mañana harán 500 flexiones, 2000 sentadillas y 50 vueltas alrededor de la nave ¡vuelvan a sus puestos – dijo el comandante.

Cuando se fue, Maria Sastre le dio una colleja a su marido mientras decía.

-felicidades gilipollas.

-¡pero si fuiste tu la que…! ¡bah! ¡mujeres!