Los emails de mi perra
Sigue el relato de la estancia en Paris de mi perra.
.... fuí hasta la cama, desnuda, sólo con el collar y la correa de perrita y me acurruque a su lado, sintiendo mi cuerpo desnudo y excitado, mi coño húmedo, pensaba en mi amo y en lo q a él le gustaria. Despacio ajuste la correa a su muñeca y me deslize por las sabanas hasta sus pies, lamiendolos, chupando sus dedos, aquello lo despertó, yo seguia lamiendo sus tobillos, sus muslos, mis manos también jugaban con su piel, excitando y acariciando.
Abrió los ojos y me miró, su cara fué una mezcla de asombro y lujuria, yo estaba tan hermosa con aquel collar amo, me gustaba sentirme atada como un animal en celo.
Sin dejar de mirarle moje mis labios rojos con mi lengua y abrí bien mi boca, llenandola con su polla aún pequeña, eso permitia q la pudiera meter entera y pasar mi lengua por su glande, mordisquear la puntita. Mientras lo hacia mis tetas de puta rozaban sus muslos y mis pezones se endurecian, seguia comiendosela con ganas. El puso su mano en mi cabeza y apretandome contra su pene me incitaba a chuparsela con palabras como lame puta, chupamela bien zorrita, eres una buena perra, q me haciena pensar mas en mi amo. Chupé, lamí y mordisqueé aquella polla hasta ponerla grande y dura, entonces me coloque a su lado poniendome a cuatro patas, ofreciendole mi culo de perrita. El no soltaba la correa y mis movimientos apretaban el collar ahogandome a veces, eso me excitaba mucho, amo.
Metió su cabeza entre mis nalgas y comenzó a lamerme, dí un gemido y me dió un cachete en el culo, sentí su polla entrando, despacio y un placer inmenso cuando la metió entera y comenzó a moverse, sus huevos golpeaban mi clitoris, su movimiento se hizo mas rapido, entonces tiró de la correa y mi cabeza se fué hacia atras, sentia mis pezones duros, desafiantes, él seguia embistiendome una y otra vez, sabia q se iba a correr y me iba a llenar el culo de zorra, pero me equivoque, cuando ya estaba a punto la sacó y la metió en mi boca vaciandose en ella, yo tragaba su esperma caliente mientras sentia mi coño mojarse también. Lo comí todo y seguí chupandosela.
Me dijo q habia estado muy bien, le gustaba el collar, me pidió q no me lo quitara y me preguntó si tenia alguna sopresa mas, yo no queria mostrarle aún los aros y el cono, me gustaba excitarle poco a poco, como lo haria con mi amo, así q no le conteste, sólo sonrei y le dije q tenia hambre, q me sacara de paseo.
Se dió la vuelta y abrió un cajón de donde saco un estuche con unas bolas para el coño,me tumbó en la cama tirando de la correa y subió mis piernas colocando mis brazos debajo, de forma que quedaba mi coño y mi culo abierto a la vista, me hizo sujetar mis piernas con mis brazos pidiendome q no me moviera, aquello me excitaba amo, me encantaba sentirme completamente vulnerable a su capricho. Me puso las bolas en la boca para q las chupara, cuando estaban llenas de saliva las colocó en mi culo abierto y me movió cojiendome por la cintura, lanze un gemido y las saco para meterlas en mi coño de zorrita. Primero una, me lamió y luego la otra, entonces me dijo q me pusiera algo de ropa pero nada de bragas ni medias, queria poder comprobar en cualquier momento lo húmeda q estaba y por supuesto q me dejara el collar. Aquel juego le gustaba amo, no sospechaba q yo solo pensaba en ti.
Salimos a la calle con mi coño bien húmedo y las bolas moviendose dentro, mis pezones rozaban la camisa y marcaban mi excitación. Llamó a un taxi y le dió una dirección, sin dejar de mirar al taxista me metió sus dedos y tiró de la cuerda, moviendo las bolas. Yo abrí las piernas todo lo q pude, como a mi amo le gustaria, entonces puso una mano en mi muslo impidiendo q las cerrara, como dandome su aprobación a la postura. En el trayecto alternaba golpecitos en la pierna con metida de dedos en mi coño, aquello me estaba volviendo loca amo, notaba como estaba chorreando y como el taxista lanzaba miradas libidinosas hacia mi a través del espejo retrovisor. Me hubiera gustado q él también metiera sus dedos, me hubiera corrido alli mismo como una buena putita.
Llegamos al restaurante, un local modernista con luz tenúe de velas, estaba lleno de gente, yo notaba como miraban mi collar, quizás algunos sospecharan algo. El maitre nos llevó a la mesa q estaba reservada, aúnque situada en la pared se encontraba en el centro del restaurante, me dijo q me sentara con las piernas abiertas, como en el taxi y q él pediria algo de comer para mi, mientras leia la carta queria jugar con mi coño de vez en cuando.
Nos trajeron la carta y un cocktail con exceso de alcohol, me dijo q mojara mis dedos en la copa y los llevara a mi coño para refrescarlo un poco, sabia lo excitada q estaba esta puta ...