Los deseos de Laura
Buscando en Tinder encontré una joya muy morbosa
Hola a todos. Mi nombre es Marc y os voy a contar una historia un poco insólita que me sucedió hace unos meses. Soy un chico de 27 años 1,80 m de altura y de constitución bastante atlética, además, me bendijeron con un buen pene. Como es normal a esta edad, al estar soltero, disfruto bastante del sexo ocasional y lo que me excita más de este tipo de sexo es poder tontear con chicas diferentes y llegar a tenerlas tan dispuestas a disfrutar, como lo estoy yo. Sobre todo aquellas que sean sumisas y se dejen dominar….
Por este motivo utilizo una de las aplicaciones para ligar. No obstante, un día cansado siempre del mismo tipo de chica, decidí ampliar el rango de edades hasta los 55, para ver que encontraba. Me excitaba la idea de encontrar una mujer madura, bien cuidada que estuviera deseosa de follar con un chico joven como yo. De este modo, al cabo de pocos días topé con Laura. Tenía buena presencia en las fotos, era rubia, perlo rizado, grandes pechos y con curvas como me gustan a mí. Al no tener fotos muy provocativas el escribí algo normal como “Hey Laura! Que sexy, no?” ya no recuerdo lo que me respondió pero la conversación se desarrolló hacia temas más interesantes… Por lo que decidimos seguir hablando por whatsapp.
Laura era una mujer que no sé cómo consiguió tomar el control y me tenía en la palma de su mano, por lo que cuando me pidió que le mandara fotos de mi cuerpo desnudo por delante y por detrás no me opuse, es más me excitó muchísimo. Así que le hice llegar unas fotos bastante picantes y, obviamente solicité que ella hiciera lo mismo. Cuando me llegaron esas fotos, algo en mí se despertó de manera muy fuerte. Laura tenía un cuerpazo y unos pechos grandiosos.
Después de chatear unos días más, me invitó a su casa y yo le pedí que me recibiera vestida con algo muy sexy. Cuando llegué a su piso y piqué al timbre no recibí respuesta, solo se abrió la puerta. Subiendo las escaleras noté como iba creciendo mi erección, estaba excitado por lo que pudiera encontrar dentro de ese piso. Llegué delante de su puerta y estaba entreabierta, así que decidí entrar. Estaba oscuro, únicamente, había una luz tenue al final del pasillo así que seguí mi intuición y fui hacia allí. Me encontré a Laura estirada en una posición muy sexy en su sofá en tacones, medias con liguero y lencería.
Se levantó y vino hacia mí, no sé cómo lo hacía, pero conseguía ponerme nervioso, tan nervioso como si se tratara de mis primeras veces. Se puso frente a mí y me tocó el notable bulto que tenía entre mis piernas mientras me daba un suave beso en los labios. Agarró mi pene con toda la mano y se rió. Desabrochó mi camisa y la deslizó hacia el suelo, empezó a rozar su cuerpo con el mío para notar su piel contra la mía y me empujó al sofá sentándome en él. Deslizó su mano hasta mi cremallera, a la vez que me besaba, y empezó a desabrochar mi pantalón mientras bajaba hasta abajo mirándome a los ojos… me quitó los pantalones y le dio un beso con deseo a mi capullo. Empezó a lamerme constantemente el pene, cosa que me encantó. Lo daba todo, era como si mi pene fuera la cosa que más deseaba en este mundo, se dedicó a excitarme al máximo con su lengua. No paraba de subir y bajar una y otra vez hasta que la puso muy dura y la tenía repleta de su saliva. Se podía oír un ruido de ventosa cuando entraba y salía de su boca. Mientras me la chupaba me miraba viciosa a los ojos y en cierto momento deicidió rozarlo con sus pechos y lo puso entre ellos. Pude notar el calor de sus pechos y lo bien que se sentía mientras los apretaba contra mi pene y los subía y bajaba.
Cuando acabó le dio un buen beso en la punta y se puso de pie bajándose su tanga. Me dijo que necesitaba que se la metiera urgentemente, así que se puso a 4 patas y le rocé toda la punta en la entrada de su coño poniéndola aún más caliente. Me pidió que la penetrará y lo hice lentamente para poder notar como entraba y se iba abriendo su vagina poco a poco. Empezamos lento y cada vez empezaba a follarla más duro.
Laura empezó a ponerse los dedos en el ano y podía notarlos mientras la penetraba, se puso muy caliente el asunto y me pidió que se la metiera por atrás. Con ella fue muy fácil era como tener dos vaginas, pero la sensación me volvió loco y aluciné como gemía y le excitaba. Estaba tan caliente que arañaba todo lo que tenía a mano, estaba tan excitada que aun teniendo sexo anal tenía el coño muy mojado y todo el sofá olía a sexo… le dije que no aguantaba más y que necesitaba correrme, tenía los huevos llenos de semen.
Se giró rápidamente y empezó a chupar mi pene y acabó explotando en su boca, llenándole de mi corrida caliente y densa. Me la ofreció y se la tragó aprovechando para relamer la corrida que se había quedado entre sus dedos.
Este fue el primer polvo de una larga noche que ya os iré contado…