Los descubrimientos de Lucas (2: Secretos...)

En esta segunda entrega de la saga, Lucas, descubrirá que no todos en su familia son como el piensa.

Recomendación: Antes de leer este relato se sugiere releer el primero ( Los descubrimientos de Lucas (relato completo) ) y así comprender más fácilmente las historias presentadas.

Muchas gracias por seguir queriendo descubrir junto a mí, la vida de Lucas y sigo aclarando que estos relatos no solo contienen situaciones eróticas, sino también historias de amor y amistad que merecen ser contadas.

Espero que les guste esta nueva entrega.

Bienvenidos a "Los descubrimientos de Lucas 2: Secretos de familia"

Un beso.

Lisandro.

"Los descubrimientos de Lucas 2: Secretos de familia"

Capítulo 1

Me sentía muy mal desde que dejé a Alejandro en la ciudad de Córdoba. Durante días y días me encerraba en mi habitación a llorar por su desdicha.

Yo no quería que mis padres se dieran cuenta de lo que sucedía. Yo era gay, y eso era un secreto que debía guardar muy bien ante mis familiares.

Ya habían pasado cuatro semanas desde que tuve que dejar la ciudad de Córdoba y volver a mi pueblo por culpa de una huelga de profesores universitarios, la cual produjo la anulación del ciclo lectivo en toda la provincia de Córdoba.

Durante las cuatro semanas que pasaron desde aquel día de despedidas estaba encerrado en mi habitación simulando estar estudiando, aunque lo único que hacía era llorar y recordar todo lo vivido durante mi instancia en la gran ciudad.

Recordaba a Alejandro, quien comenzó siendo mi amigo y luego de un tiempo se convirtió en mi pareja, en mi enamorado, en la persona a la que más quería en el mundo.

Alejandro seguía viviendo en la ciudad de Córdoba junto con su hermano y su hermano (ambos mayores que él), pero durante las últimas semanas estuve teniendo contacto telefónico con él, aunque hacía ya unos cuantos días que no hablábamos.

Solo salía de mi habitación para comer o para ir al baño, pero para nada más que eso.

Mis padres ya estaban muy preocupados al igual que mi hermano Tomás, quien vivía preguntando que sucedía conmigo.

Un día domingo por la mañana me desperté con un grito de mi padre:

_ Lucas!!! Despiertate!!! Tienes teléfono!_ dijo el padre de Lucas.

De un salto impresionante me levanté de la cama y corrí hacia el teléfono, sabiendo quien era el que llamaba.

Después de muchos días, mi rostro tomo nuevamente su tono de alegría.

Levanté el tubo del teléfono y comenzé a hablar muy despacio para que mis padres no pudieran oír la conversación que tenía con la otra persona.

Lo único que mis padres sabían era que esa conversación hacía que yo riera después de muchos días de miradas sombrías.

Y era verdad, yo estaba muy feliz con esa llamada, como si estuviera esperando por ella durante todo este tiempo, como si el tema de conversación fuera un tema pendiente desde hace mucho.

Después de unos quince minutos, colgué y fui directo hacia la cocina, en donde se encontraban mis padres conversando.

_ Mamá, Papá, tengo algo que decirles, y espero que no se nieguen a mi petición._ dije.

_ ¿Qué es lo que sucede?_ dijo la madre preocupada.

_ Nada grave, solo que un amigo vendrá a pasar unos días al pueblo y se quedará aquí en casa._ dije.

Mis padres no tuvieron problema en que un amigo mío viniera, y mucho menos si esa visita me ponía de buen humor.

_ Pero tendrá que dormir en tu habitación, porque la habitación de huéspedes esta ocupada con cosas de tu abuela._ dijo el padre.

_ No hay problema. Tiraremos un colchón en el suelo y dormirá allí._ dije riendo.

_ ¿Y como se llama tu amigo?_ preguntó la madre.

Tardé unos segundos en contestar, ya que la idea de que mi amigo viniera a pasar unos días conmigo me tenía anulado, pero luego de unos segundos de silencio dije:

_ Mi amigo se llama Alejandro.

Capítulo 2

Alejandro vendría en dos días, lo cuales se hacían interminables para mi.

Mi novio vendría a pasar unos días conmigo, pero tendrían que tener mucho cuidado de que nadie descubra la verdad de todo.

Me imaginaba todo lo que sucedería en esos días, charlas, besos, abrazos, caricias, y mucho sexo (todo, por supuesto, a escondidas).

Los días pasaron y Alejandro llego a Cuyén (mi pueblo).

Lo recibí con una sonrisa impagable en mis labios.

Después de presentaciones familiares y charlas sin sentido alguno, fuí con Alejandro a la habitación en donde dormiríamos ambos durante el tiempo de Alejandro en la casa.

Cuando llegamos cerré la puerta con llave y nos dimos el beso más apasionado que jamás había dado en mi vida.

_ No te imaginas cuanto te extrañe._ dije, recordando sus cuatro semanas de encierro.

_ Yo no veía la hora de besarte otra vez._ dijo Alejandro sonriendo.

_ ¡Fueron cuatro semanas muy largas para mi y creo que para vos deben haber sido igualmente insoportables!

_ Si, fueron cuatro semanas muy duras, pero ya estoy aquí y todo eso quedó en el pasado._ dijo Ale sonriendo.

_ Bueno, dejemos las cosas aquí y bajemos para no despertar sospechas tan rápido._ dije

_ Está bien, tenemos muchos días todavía para vivir nuestra historia._ dijo Alejandro.

Sus palabras me volvieron loco y antes de salir le di un hermoso y fuerte beso en los labios para no dejar duda de mi amor hacia él.

Después de ese beso bajamos hacia el living en donde nos esperaban mis padres y mi hermano.

_ Bueno, hace de cuenta que la casa es tuya y ponte cómodo._ dijo mi madre a Alejandro.

_ Muchas gracias señora._ dijo Ale.

_ Ahora vamos a ir a recorrer el pueblo y después venimos a comer acá._ dije a mi familia.

_ ¿Puedo ir con ustedes?_ dijo Tomás.

_ No hay problema._ dijo Alejandro, aunque yo no pensaba lo mismo que él.

Estuvimos caminando durante mucho tiempo hasta que nos cansamos y volvimos a la casa para cenar y luego (como buenos niños) nos iríamos temprano a dormir, pero eso es lo que menos haríamos.

Después de comer, y tal como habíamos planeado nos dirigimos a mi habitación, diciendo que Alejandro estaba muy cansado por el viaje.

Cuando llegamos a la habitación cerré la puerta con llave y empezamos a desvestirnos y ponernos más cómodos.

_ ¿Te enojaste cuando le dije a tu hermano que venga con nosotros, hoy?_ dijo Alejandro.

_ Un poco, es que quería hablar con vos y con él al lado era imposible._ le dije.

_ ¿De que querías hablar conmigo?

_ De nada en especial. De lo trascurrido en estas cuatro semanas._ dije.

_ ¿Me extrañaste?_ me dijo.

_ Claro que te extrañé, ya te lo dije cuando llegaste.

_ Yo pensé todo este tiempo en vos y en mí. En todo lo que vivimos hace este tiempo. Te extrañé muchísimo.

_ ¿Y tu hermano? ¿Cómo está él?_ pregunté.

_ Te extraña mucho, el también, solo que de una manera diferente, el extraña tener sexo con vos. Yo extraño tu persona no tu cuerpo solamente.

_ ¿Tuviste sexo con él durante este tiempo?_ dije.

_ Si, pero pocas veces, porque mi hermana está siempre en la casa y se nos hacía difícil._ dijo Alejandro.

Alejandro y su hermano Nacho eran muy unidos y se querían mucho, y desde hace un tiempo, tiene relaciones sexuales entre ellos. Se atraían, pero no como pareja sino como hermanos y buenos amigos.

En una ocasión, entre los tres tuvimos un encuentro, el cual se convirtió en mi experiencia sexual más satisfactoria hasta ese momento.

Con Alejandro teníamos una relación libre en cuanto a sexo, pero siempre nos contábamos con quienes estábamos.

Después de charlar durante casi tres horas y viendo que todos se habían ido a dormir decidimos tener nuestra primera relación sexual después de casi un mes.

Nos desnudamos y nos acostamos los dos en el colchón que estaba en el suelo.

Nos besamos y acariciamos mucho y luego nos proporcionamos una buena sesión de besos de lengua.

Nuestra pasión se acumuló durante todo este tiempo y salió a la luz de golpe.

Parecíamos desesperados, nos comimos la boca el uno al otro.

Después me recosté boca arriba y deje mi pija mirando al techo, ya con una erección de campeonato y esperé a que Alejandro viniera a chapármela toda y así lo hizo.

Me dio una mamada bestial y después le devolví el favor.

Mi lengua jugaba con su cabeza y su tronco y llegaba a lamerle los huevos con mucho dulzura.

Sus pelitos me hacían cosquillas en la nariz y eso me excitaba aún más.

Mientras le chupaba la verga a mi amante, con mis manos recorría cada centímetro de su firme culito y no veía la hora de penetrarlo.

Alejandro hacía todo lo posible para no gemir de placer, de lo contrario se despertarían mis padres o mi hermano, lo cual sería fatal para nuestra relación.

_ ¡Dale! ¡Seguí chupando! No te das idea de cómo extrañaba tus mamadas._ me decía Alejandro.

_ Yo también extrañe tu sabor._ le dije aún con su pija en mi boca.

Después de chupar su pija durante bastante tiempo, le dije:

_ Ahora quiero sentir el calor de tu culito.

_ Espera un segundo que me vengo dentro de tu boca._ dijo.

_ No espera..._ y no pude terminar la frase porque Alejandro se vino a chorros dentro de mi paladar.

_ Perdóname, no quise atragantarte, es que hace tiempo que no tengo sexo._ dijo.

_ ¿Pero no lo habías hecho con tu hermano en este tiempo?_ pregunté.

_ Si, pero hace dos semanas que mi hermano no está en mi departamento, porque se fue a trabajar a un pueblo._ dijo.

_ ¿A que pueblo?_ pregunté.

_ La verdad, no tengo idea. Fue muy repentino, un día lo llamaron por teléfono y al otro día armó su equipaje y se fue hacia el interior del país._ dijo Alejandro.

Después de enterarme de que Nacho no estaba más viviendo con Alejandro seguimos con lo nuestro.

Ale se acostó boca abajo sobre el colchón tirado en el suelo dejándome ver su hermoso y redondo culo.

No tardé y me abalancé sobre él, lo besé, lo mordí y acaricié lo más que pude, hasta que Alejandro me dijo:

_ Por favor no me hagas esperar más. Quiero sentirte adentro. ¡Apúrate!

_ Está bien, no te apresures, que tenemos todo el tiempo del mundo._ dije para calmarlo.

Después de lamerle el ojete hasta que se dilate bien puse mi puntita justo en la entrada de su orto, esperando a que me diera el visto bueno.

Cuando eso sucedió introduje de manera suave, pero firme, toda mi erecta verga, hasta que Alejandro pegó un pequeño, pero sonoro grito, y se la saqué un poco.

Luego comenzamos a movernos para gozar de manera más fuerte.

Yo ponía y sacaba la verga una y otra vez hasta que no pude más y me vine dentro de su culo haciendo que le leche se derramara por su raja.

_ UHF!!! Cuanto tiempo sin ponerla me hicieron gozar mucho más._ le dije a Alejandro.

_ Se notaba tu energía acumulada. Casi me matas en la primera envestida._ me dijo agotado.

Después de quedarnos acostados durante unos minutos escuchamos un ruido afuera de la habitación y por eso cada unos se fue rápidamente a su cama (aún desnudos).

Una vez que estuvimos seguros de que todo estaba en calma volvimos a hablar, pero esta vez cada uno desde su colchón.

Capítulo 3

A la mañana siguiente nos despertamos muy tarde y ni siquiera desayunamos, ya que una hora después almorzaríamos.

Mientras estábamos almorzando, Alejandro, pasaba su pierna por debajo de la mesa y me tocaba la mía como invitándome a hacer algo después de la comida.

Una vez que terminamos de comer nos fuimos a la habitación.

_ Yo sé que tu idea es quedarnos aquí en la habitación y coger todo el día, pero se supone que tenemos que disimular un poco. Y alguien de nuestra edad en un día tan lindo como el de hoy no está encerrado en su casa y menos con un amigo._ le dije.

_ Está bien, dejemos el sexo solamente para la noche. Si para vos es lo mejor, para mi también._ dijo.

_ ¡No! Yo también quiero coger, pero no acá. Mi idea es ir a algún lugar en donde nadie pueda vernos.

_ ¿Y donde sería ese lugar?_ preguntó Alejandro curioso.

_ Se me ocurrió ir a la casa de mi abuela. Ella está internada en un asilo, por lo tanto en su casa no hay nadie viviendo. Solo está mi tío Fabián, pero a esta hora está en el campo._ dije.

_ Está bien. Vayamos.

Unos minutos después estábamos partiendo hacia la casa de mi abuela.

Cuando llegamos a la casa entramos con una llave que yo tenía guardada para una ocasión similar, pero en el momento en que hice la copia pensaba ir con una mujer y no con mi mejor amigo.

Una vez adentro fuimos hacia el patio para fumar unos cigarrillos y charlar un poco.

Hablamos un poco de todo. De la facultad y nuestro futuro incierto, de su hermano y su trabajo misterioso, de su hermana y las crecientes sospechas sobre la verdadera situación y de muchas cosas más.

Estábamos tirados en el césped, él estaba acostado sobre mi pecho y de vez en cuando su mano tocaba mi pierna de manera provocante.

Después de terminar de hablar nos comenzamos a mirar el uno al otro. Estuvimos mucho tiempo mirándonos sin razón y sin decir nada, hasta que Alejandro rompió el silencio.

_ Eres la persona más importante en mi vida._ me dijo.

Me dejó helado, ya que eso no se le dice a cualquier persona, sino a alguien que es único y que significa mucho en la vida de uno.

Yo le dije lo mismo.

_ ¿Vos me querés?_ me preguntó.

_ Claro que te quiero. ¿No está claro eso?_ le dije.

_ Pero ¿cómo me querés? ¿De que forma?_ me dijo.

_ Te amo, estoy profundamente enamorado de vos. Si eso no es quererte la verdad no se que es el amor._ le dije.

_ Yo también te amo y no podría vivir un solo día más sin vos._ me dijo con lagrimas en los ojos.

_ Nunca lo pregunté_ dije_ pero me parece que es hora de preguntarte algo muy importante.

_ ¿Qué me querés preguntar?_ me dijo.

_ Alejandro, ¿Querés ser mi novio?_ le dije y lo bese en los labios.

_ ¿Qué?_ dijo Alejandro muy sorprendido.

_ Si, entendiste bien, te pregunte si querías ser mi novio. Nunca antes te había hecho esa pregunta y me pareció que este seria el momento oportuno para hacerla.

_ Sabes que te amor con todo mi corazón y que no seria tan feliz al lado de otra persona.

_ ¿Eso es un si?_ pregunte.

_ Claro, es un si. Quiero ser tu novio._ me dijo riendo.

Después de esa respuesta nos fundimos en un beso muy tierno y apasionado y nos abrazamos a más no poder.

Desde ese momento Alejandro y yo éramos novios oficiales, aunque a escondidas de la sociedad. Pero igualmente aclaramos que el hecho de ser novios no suspendía nuestra libertad sexual, pero contándonos con quienes lo hacíamos.

Yo lo comía con la mirada. Veía sus ojos negros, su cabello volar con el viento y por supuesto su armonioso cuerpo.

Su cara de adolescente aniñado también mi miraba sin piedad y al igual que yo quería comerme con su mirada.

No aguantamos más y empezamos a acariciarnos muy fogosamente y nos empezamos a quitar poco a poco la ropa que llevábamos puesta.

Yo les desprendí el pantalón y se lo baje junto con sus calzoncillos, luego con mi mano saqué su verga (aún dormida) la cual empecé a acariciar y toquetear con mucho cariño.

Él de su parte hacia lo mismo con mi miembro (aunque el mío ya estaba erecto).

Uno masturbaba al otro y nos seguíamos mirando de una manera muy caliente.

Mis manos subían y bajaban por su tronco y de vez en cuando tocaba sus bolas y las acariciaba.

_ Te quiero mucho Lucas._ me dijo Alejandro mientras nos pajeábamos.

_ No hablemos, disfrutemos este momento. Seguí haciéndome la paja._ le dije yo, muy concentrado en mi labor.

_ Me gusta sentir tu mano sobre mi verga. Es muy suave.

_ A mi me gusta más tu boca. Su humedad y tu lengua en mi pija. Chupámela.

_ Recuéstate en el suelo._ me dijo.

Mientras él lamía mis huevos yo gemía de manera espectacular.

El placer que me proporcionaba su lengua me hacia volar de pasión.

Me sentía realizado. Gozaba con cada una de sus chupadas y gritaba cada vez que mordía un poquito mi pija, la cual estaba a punto de estallar.

_ Me vengoooooo._ le dije.

_ Acaba dentro de mi boca._ me dijo Ale.

_ Ahhhhh ufffff ahhahaha.

Justo en el momento en que mi leche entraba en la boca de mi novio, escuchamos un voz que nos dice:

_ ¡¡¡No lo puedo creer!!!

Alejandro se paró rápidamente al igual que yo y miramos la cara de mi tío Fabián que nos miraba sorprendido.

Capítulo 4

_ Tío, yo te explico todo, déjame hablar por favor._ dije yo muy preocupado.

_ Señor, yo tuve la culpa, yo lo obligué._ mintió Alejandro para no delatarme.

_ ¡¡¡Silencio!!! Lo que acabo de ver basta y sobra para saber toda la verdad._ dijo mi tío con expresión muy seria.

_ ¿Y que viste?_ pregunté

_ Lo vi todo, desde que se masturbaban hasta que tu amiguito te chupó la pija como un desesperado. Lo vi todo. No me perdí detalle de esta escena.

_ Por favor, no digas nada a mis padres, por favor._ dije a mi tío.

_ Eso va a depender de ustedes.

_ ¿Qué querés decir con eso?_ dije.

Mi tío no dijo nada y camino hacia Alejandro. Con su dedo índice tocó su boca y sacó un hilo de leche que se alojaba en ella, producto de mi gran acabada. Tocó sus dedos y luego probó la leche. Puso cara de asco y dijo:

_ Nunca me hubiese imaginado que tenía un sobrino puto.

_ ¡¡No somos putos!!_ gritó mi novio.

_ ¿No? A mi me parece que sí. Y no te conviene contradecirme._ grito Fabián.

Yo hice que Alejandro se callara dándole un pisotón en su pie derecho y luego dije:

_ ¿Qué querés que haga, para que guardes el secreto?.

_ Nada imposible. Es muy fácil.

_ Dilo de una vez y terminemos con esta estupidez._ dijo Alejandro.

_ Es muy fácil. Solo quiero que mañana vengan al campo a ayudarme. Necesito una manito y ustedes pueden dármela.

_ ¿Solo eso?_ dije sorprendido.

_ Eso para empezar, después veremos que se me ocurre._ dijo Fabián riendo.

_ Está bien. Mañana iremos._ dije.

_ A las siete de la mañana lo pasaré a buscar con mi auto. Estén listos a esa hora.

_ Ahí nos veremos._ dije muy serio.

Luego de eso mi tío nos dijo que nos vayamos a mi casa.

En el camino hablamos mucho con Alejandro no imaginábamos que nos esperaría el día siguiente.

_ ¿Cómo pudimos ser tan estúpidos de hacerlo allí?_ dijo Alejandro.

Cuando llegamos a mi casa no dijimos ni una palabra y nos pusimos a ver televisión y le dijimos a mi madre que al día siguiente iríamos a ver el campo con el tío Fabián.

Después de cenar fuimos a dormir y con Alejandro no nos dirigimos la palabra.

A la mañana siguiente nos despertamos, nos cambiamos y fuimos a esperar en la puerta a que mi tío Fabián nos viniera a buscar.

Después de esperar unos minutos llegó y nos dijo que subiéramos.

Una vez arriba del auto no hablamos ni una palabra.

La situación era muy tensa e incómoda, y lo fue aun más sorprendente cuando mi tío nos dijo:

_ No tienen idea como nos vamos de divertir este día.

Capítulo 5

Una vez que llegamos al campo mi tío nos hizo bajar del auto.

Mi tío era un hombre soltero, de 32 años. De cabello castaños claro y ojos marrones. Su cuerpo era bronceado y muy formado, debido al trabajo al aire libre que él realizaba en el campo.

Era muy lindo según Alejandro.

Cuando llegamos a la casa del campo entramos y nos encontramos con uno de los peones del establecimiento.

Su nombre era René y era muy guapo. Era morocho de cabello, de unos 33 años y muy bien puesto.

_ Aquí traje lo que te prometí ayer._ dijo mi tío.

_ ¿No son muy jóvenes?_ dijo René.

_ No, puedo asegurarte que tiene experiencia.

_ Si tu lo dices, te creo._ dijo René.

René se acercó a Alejandro y lo miró muy atentamente.

Luego dijo: _ A ver, empecemos, quiero ver como funcionan estos muchachos.

_ ¿Qué quieren que hagamos?_ dije.

_ Como te dije antes, nada difícil. Solo quiero que nos hagan pasar un momento bueno. Si todo sale bien, prometo guardar el secreto. Si todo sale mal veremos que hacemos. La idea es que mi amigo René pase una buena mañana y ustedes serán los responsables de eso._ dijo mi tío.

_ ¿Por donde empezamos?_ dijo Alejandro.

_ Lo primero que quiero que hagan es que me den entre los tres una buena mamada. Quiero que chupen un poquito cada uno._ dijo René.

_ ¿Cómo los tres?_ dije.

_ Si sobrino. ¿Sorprendido? Yo también haré feliz a mi amigo. Yo también quiero pasarla bien.

Yo no lo podía creer. Mi tío también era gay y nunca me lo había imaginado.

Sin decir más palabras, el peón bajó sus pantalones y su ropa interior y agarrándose su verga ya parada dijo: _ ¿Quién será el primero?

_ Sobrino, te sedo el placer.

Yo miré a Alejandro que estaba a un lado y me miró con mirada aprobadora y entonces me tire sobre esa tranca y comencé a besarla con dulzura primero y luego con un frenético movimiento.

Mientras tanto veía que mi tío se dirigía a mi novio y le daba un beso en la boca.

Esa situación me excitaba mucho y le mamé la pija a René con más ganas todavía.

Mi tío le tocaba el culo a Alejandro y este le bajaba de a poco su pantalón y masajeaba sus genitales haciendo que mi tío respondiera con un débil gemido.

_ Dale putito, chupá más fuerte que quiero que te tragues toda mi leche.

_ No lo trates mal René._ dijo mi tío.

_ Chupaaaaaaaa Mámamelaaaaaaaaaaa _ decía René.

Yo seguí chupando con fuerza y mi novio ya estaba con la verga de mi tío en su boca. Mi tío cerraba los ojos y gozaba semejante mamada.

_ Tu amiguito la chupa de maravillas._ dijo.

_ Ahhhhhh y tu sobrino no se queda atrás._ le dijo René.

Después de chupar un buen rato, mi tío y Ale cambiaron de posición al igual que yo y René.

René se arrodilló frente a mi y me lamió toda la verga hasta que su boca se apoderó de ella y comenzó un entra y saque que de solo verlo me hacia volar de placer.

Fabián, mientras, chupaba y chupaba la pija de Alejandro y este último gemía muy fuerte.

En un momento veo que Alejandro cierra los ojos, lo que indicaba que estaba a punto de venirse.

_ Ahahaaah_ grito Alejandro y se vino a chorros en la boca de mi tío.

Mientras René seguía chupando mi pija con gran devoción.

En un momento mi tío se acerca junto con Alejandro hacia nosotros y dice:

_ ¡¡¡Ahora gozarás en grande René!!!

Fabián agarró una soga del suelo y ató las manos de René y lo volteó en el suelo.

Luego se arrodilló y comenzó a chuparle su verga, hasta que nos dijo:

_ Vengan, uno que me la chupe a mi y el otro que le chupe el orto a René. Vamos a cogerlo sin compasión.

Yo no dude mucho y me tire encima de mi tío y le proporcioné una mamada de campeonato que lo hacía gritar de placer.

Mientras, Alejandro, le chupaba todo el culo a René, quien le estaba acariciando la cabeza a mi tío.

La pija de mi tío era muy grande y no entraba completa dentro de mi boca. Era muy caliente y suave.

La situación llego a su punto máximo cuando mi tío me dijo: _ Hagamos un trencito entre los cuatro.

René se paro con dificultad debido a sus manos atadas y puso su culo a disposición de mi novio, quien puso el suyo a disposición de Fabián y este último me dejo su orto para mi solito.

Si tardar mucho introduje mi verga completa dentro de su agujero, el cual no parecía ser virgen.

Los cuatro gritábamos y gemíamos muy fuerte.

_ Que pija grande que tenés sobrino. Me haces gozar. Meteeelaaa maaaas._ decía mi tío.

_ No tan grande como la tuya papito._ dijo Alejandro que se retorcía de placer al ser penetrado por mi tío y al penetrar a René, quien no dejaba de gemir y decir que quería sentir la pija de mi novio más adentro.

Una vez que el placer se hizo máximo los cuatro empezamos a sentir que pronto acabaríamos y por eso hicimos arrodillar a René en el suelo y él chupaba las tres pijas como si fueran un caramelo, hasta que los tres acabamos y él se tragó toda la leche, sin dejar nada desperdiciado.

_ ¡¡¡Que placer!!!_ decía René.

Entre Alejandro, mi tío y yo le chupamos la pija a René y este acabó a chorros dentro de nuestras bocas.

El sabor de su semen era más dulce que los que antes había probado yo, pero era muy rico sentir ese líquido viscoso dentro de mi boca.

Una vez que los cuatro acabamos nos recostamos en el suelo y después de unos minutos mi tío nos llevó hacia el pueblo, no sin antes despedirnos de René y decirle que pronto volveríamos a coger con él y con mi tío.

Cuando llegamos al pueblo mi tío nos dejó en mi casa y cuando estábamos bajando me dijo: _ Sobrino, tu secreto será guardado bajo siete llaves y espero que guarden el mío de igual forma.

_ No te preocupes tío tu secreto está a salvo con nosotros._ le dije y entramos en la casa.

Capítulo 6

La situación vivida aquel día en el campo nos había gustado mucho a Alejandro y a mí, pero realmente no quería repetirla. No sabía porque, pero tener sexo con mi tío y mi novio al mismo tiempo no me gustó tanto como yo esperaba.

Mi tío, por supuesto, no sabía que mi relación con Alejandro era por demás de estable y solo pensaba que estábamos juntos por sexo. Pero no era así. Alejandro me amaba y yo a él y estábamos muy felices sabiendo que estábamos uno al lado del otro en todo momento.

La mañana siguiente al día de campo, Fabián pasó por mi casa y nos preguntó si queríamos ir al campo, pero le conté toda la verdad y luego le dije que no, que prefería no volver a repetir esa experiencia. Él me entendió y prometió no volver a insistirme sobre el tema.

Ese mismo día, por la tarde, vino de visita a mi casa mi primo Nicolás junto con sus padres.

Mi primo era de cabello rubio, ojos celestes intensos, cabello un tanto largo y piel bronceada. Era realmente muy lindo, delgado pero no demasiado formado, aunque se notaban sus músculos.

Esa misma tarde charlamos mucho con Alejandro y mi primo, hasta que llegó mi hermano con un amigo y se quedaron con nosotros.

El amigo de mi hermano se llamaba Pablo y era muy lindo, de cabello rubio y ojos negros, cabello muy lacio y músculos demasiado formados.

_ ¡Hola! ¿Cómo están, nos podemos quedar?_ dijo mi hermano.

_ ¡Seguro, no hay problema!_ dijo rápidamente mi primo.

_ ¿De que hablaban?_ preguntó Tomás (mi hermano).

_ Estábamos diciendo que podríamos ir de campamento unos días a la orilla del río, porque el pueblo está muy aburrido en estos días. ¿Qué le parece?_ dije.

_ A mi me parece muy buena idea, pero tendría que ser dentro de dos días, porque mañana por la noche tengo una fiesta de cumpleaños de una amiga._ dijo mi primo.

_ No hay problema, salimos dentro de dos días por la mañana._ dijo Pablo.

_ Yo puedo pedirle a mi papá que me preste su camioneta. ¿Qué les parece?_ dijo Nico.

_ ¡¡Perfecto!!_ dijo Alejandro.

_ Yo llevaré la carpa._ dijo Pablo_ El problema es que tiene capacidad para cuatro personas solamente.

_ Eso no es problema, cuanto mucho dormiremos un poco apretados, nada más._ dijo Alejandro y me miró de manera cómplice.

_ Todo listo, dentro de dos días saldremos._ dijo mi primo.

La idea de ir de campamento nos gustaba mucho a Alejandro y a mí, sobretodo porque tendríamos la oportunidad de escaparnos por las noches y hacer lo nuestro.

_ Me encanta tu primo, es muy lindo._ me dijo Alejandro una vez que estábamos solos.

_ Ni se te ocurra. El es totalmente heterosexual, al igual que mi hermano y su amigo. No se te ocurra echarlo todo a perder. OK?._ dije enojado.

_ Está bien. Solo lo mencionaba. Además te recuerdo una vez más que vos eras heterosexual hace unos pocos meses. ¿No?_ dijo.

_ No comencemos con ese jueguito de nuevo. Por favor._ le dije y corté la conversación.

Por la noche cenamos y nos fuimos a dormir.

Una vez que llegamos a la habitación nos sacamos la ropa y quedamos en bóxer los dos.

Nos acostamos y hablamos un rato, hasta que el cansancio nos ganó y decidimos que era hora de dormir.

Después de unos segundos escuché que la respiración de Alejandro estaba aceleradas y sospeche que se trataba de una de sus pajas de lujo.

Así era. Sus sábanas se movían de arriba hacia abajo con mucha velocidad y la respiración de mi novio era cada vez más rápida y profunda.

_ ¿Te estás pajeando?_ le pregunté.

_ Pensé que dormías._ me dijo enojado porque lo descubrí.

_ ¡Es que tus gemidos no me dejan pegar un ojo!_ le dije.

_ ¿Y porque no te callas y te masturbas vos también?_ me dijo y siguió con su paja.

_ No es mala idea, pero mejor sería que me la chupes. ¿No te parece?_ dije invitándolo a mi cama.

_ ¡No! Otra vez no me arriesgaré a que tu familia nos descubra._ dijo de manera irónica.

Apenas terminó de hablar se oye que la puerta se estaba abriendo y luego entra mi hermano por ella.

_ ¿Qué te sucede? ¿Por qué no tocas antes de entrar?_ le dije a mi hermano Tomás.

_ Perdón es que no podía dormirme y ohí que ustedes hablaban y quise venir aquí._ dijo.

_ Está bien, no hay problema._ dije.

_ ¿De que hablaban?_ preguntó.

_ Del campamen..._

_ De pajas._ me interrumpió Alejandro.

_ ¿De pajas?_ se sorprendió mi hermano.

_ Si, nos estábamos haciendo una buena paja antes de dormirnos._ dijo Alejandro como si nada.

_ ¿Por qué no te callas?_ le dije.

_ No le mentiría a tu hermano. Y la verdad era que nos estábamos haciendo unas pajas de lujo.

_ Perdonen que interrumpí entonces._ se justificó mi hermano.

_ No, igualmente ya se nos bajaron, no importa._ dijo Alejandro.

_ A vos si pero a mi hermano no se le bajó todavía._ dijo Tomás mirando mi verga aún parada.

_ ¡Upaaa!_ dijo Alejandro. Parece que todavía tenés ganas de seguir. ¿O me equivoco?

_ ¡Cállate!_ dije.

_ Bueno, me voy a dormir. Chau._ dijo Tomás

_ Porque no te quedas y te haces una paja vos también._ dijo Alejandro.

Yo quería matarlo a mi novio, pero no quería que mi hermano sospechara nada.

_ ¡Dale! Solo una pajita y nos dormimos todos contentos._ dijo Alejandro mientras se acariciaba su paquete.

_ ¡No me tientes!_ dijo Tomás.

Alejandro se sacó el bóxer del todo y empezó a tocarse su verga, hasta que esta quedó dura como una barra de acero.

Mientras tanto mi pija seguía parada y era por el morbo que esa situación generaba en mi.

Mi hermano por su parte estaba con sus manos en su bulto y de a poco se sacaba su vergota de su slip.

_ ¡No tengas vergüenza, es lo más normal que unos muchachos de nuestra edad se pajeen juntos!_ dijo Alejandro mientras seguía con su paja de lujo.

Mi hermano entonces abandonó todo tipo de inhibiciones y sacó su verga parada y comenzó a masturbarse parado.

Yo no sabía que hacer, hasta que no aguanté más y me puse a pajearme yo también.

Nunca antes había visto a mi hermano desnudo por completo como lo estaba ahora y mucho menos pajeándose.

Tomás gemía al igual que yo y mi novio y después de unos minutos de estar parados se sentó en el suelo y siguió con su paja.

_ Ahaaaaahaaa Que buena paja que me estoy haciendooo._ decía Alejandro mientras se pajeaba a dos manos.

Yo no podía más y gemí con todas mis ganas al igual que mi hermano que no paraba de gozar con su placer solitario.

La pija de mi hermano era una poco más grande que la mía y la de Alejandro.

El cuerpo de mi hermano era casi perfecto, sus pectorales muy bien formados, su culito muy redondito y paradito y unas piernas que eran de exposición.

Sus ojos permanecían cerrados mientras el se masturbaba y su mano derecha acariciaba sus testículos.

En un momento Alejandro se acercó a mi hermano y con una de sus manos lo tocó y le dijo:

_ ¡Que lindo cuerpo que tenés! ¿Haces mucho ejercicio?

_ No demasiado, solo un poco.

_ ¿Puedo tocarte?_ le dijo Ale.

_ ¿Qué?_ dijo mi hermano.

Pero Alejandro no contestó y se acercó más a mi hermano, hasta que sus manos tocaron sus huevos. Los comenzó a acariciar con mucho cuidado.

Tomás no se resistía y eso a mí me sorprendió muchísimo. Al contrario de todo lo que yo suponía, mi hermano gozaba con las caricias de mi amigo y fue en un momento cuando sus manos se dirigieron a la pija de Alejandro y comenzaron a pajearlo.

Los dos estaban haciéndole una paja al otro y ambos disfrutaban a más no poder.

_ ¡Que suave que es tu pija Tomás, mucho más suave que la de tu hermano!_ dijo Alejandro.

Yo no sabía que mierda hacer. Alejandro estaba hablando más de lo que debía y eso era muy peligroso, pero a la vez mi hermano disfrutaba tocarle la pija a mi novio.

No quería entrar en el juego, así que me hice una paja yo solo y ellos seguían con lo suyo.

Mi hermano y Alejandro se retorcían de placer y ambos acabaron al mismo tiempo, uno sobre la mano del otro.

Yo por mi parte acabé en mi mano y rápidamente corrí al baño a lavarme.

Cuando volví a mi habitación mi hermano no estaba más y Alejandro ya se había acostado, pero seguía despierto.

Yo, muy enojado por la actitud de Alejandro le dije:

_ Espero que estés contento, mi hermano estuvo a un paso de saber toda la verdad y vos fuiste el culpable.

Capítulo 7

Después de criticar durante muchos minutos a mi novio me dormí, pero sin lograr que él me dé la razón.

Por la mañana siguiente ambos nos despertamos muy tarde y fuimos directo a la cocina para almorzar, siempre sin dirigirnos la palabra.

No sabía como iba a enfrentar a mi hermano después de lo ocurrido durante la noche anterior.

Cuando llegamos a la cocina nos sentamos a la mesa, en donde ya se encontraban mi hermano, y mis padres.

Todos nos saludaron y mi hermano con una alegría que no esperaba.

Su sonrisa me hizo dar cuenta de que los acontecimientos últimos no habían afectado su relación conmigo.

_ ¿Cómo durmieron anoche, chicos?_ preguntó mi madre.

_ Muy bien señora, no tiene idea lo bien que dormimos._ dijo Alejandro sonriendo mirando con una mirada cómplice a mi hermano, el cual respondió con una amplia sonrisa.

No conocía a mi novio. Sus actitudes eran demasiado raras para mi gusto y lo que menos me gustaba era que mi hermano disfrutaba de todo aquello.

_ Hoy iremos con los chicos a dar unas vueltas por el pueblo y de paso compraremos las cosas necesarias para el campamento de mañana._ dijo Tomás.

Esa era la oportunidad justa para aclarar la situación y resolver los problemas que se me presentaban.

Después de comer y luego de dormir una pequeña siesta nos fuimos a caminar por el pueblo.

_ Quiero hablar con ustedes un instante._ les dije a los dos cuando llegamos a una plaza.

_ Si es por lo de anoche pierdes el tiempo._ me dijo mi hermano.

_ Lo que sucede es que no entiendo nada._ dije.

_ No hay nada que entender. Disfruté mucho lo que pasó anoche con Alejandro. Y para que te quedes tranquilo, no voy a contar nada de todo eso._ dijo Tomás.

_ Eso espero._dije.

_ Ya se todo sobre vos y Alejandro. Los escuché hablar unos minutos antes de entrar en la habitación y los escuché gritar la primera noche cuando cogieron en casa.

_ ¿Vos eras el que hizo ruido esa noche?_ dijo Alejandro.

_ Si, fui yo. No tuve demasiado cuidado.

_ ¿Y que sentís después de saber que tu hermano es homosexual?_ pregunté.

_ Nada raro. Es una decisión tuya y la respeto. Además yo también tuve mis aventuras gay hace muy poco._ dijo Tomás algo tímido.

_ ¿Vos? ¿Con quien?_ dije.

_ Eso no puedo decirlo. Perdóname prometí guardar el secreto._ dijo serio.

_ Está bien. Todo aclarado. Ahora vayamos a comprar las cosas para el campamento._ dijo Alejandro.

_ Si, mejor._ dijo mi hermano.

Después de comprar todo lo necesario volvimos a la casa y nos pusimos a ver televisión.

Esa misma noche, mi hermano vino a dormir a mi habitación, con la excusa de charlar con nosotros y así fue.

Hablamos toda la noche de nuestras experiencias sexuales con hombres y con mujeres y dejamos nuestros secretos en buenas manos.

Una vez que todo estuvo dicho no aguantamos más y nos dimos una buena paja entre nosotros, pero esta vez, cada uno con su mano y sin tener contacto entre nosotros, salvo alguna que otra caricia que mi novio me daba a mi y a mi hermano.

Capítulo 8

La mañana siguiente nos despertamos muy temprano, para preparar todas nuestras cosas del campamento.

Una hora después nos pasó a buscar mi primo Nicolás y con él ya estaba Pablo (el amigo de mi hermano).

_ Hola chicos, suban que ya nos vamos._ dijo Nico.

Subimos a su camioneta y nos dirigimos a la orilla de un río que estaba a unos kilómetros del pueblo.

Cuando llegamos buscamos un lugar algo descampado y en ese lugar armamos nuestra carpa.

Tardamos un buen tiempo armándola, ya que no encontrábamos algunas partes de ella.

Quedamos muy sudados después de armar todo y decidimos que era un buen momento para darnos un baño en el río.

Nos quitamos la ropa y quedamos en ropa interior. Los cuatro cuerpos que me rodeaban eran hermosos, sin un solo defecto. Cada uno con su estilo me hacían volar de la excitación, tanto que me tuve que meter muy rápido al agua, ya que mi verga se estaba parando muy deprisa.

Mi novio se dio cuenta de la situación y se metió rápido él también para no dejarme solo.

Los tres restantes hicieron lo mismo y se metieron al agua.

Nicolás llevaba un bóxer blanco, que mojado dejaba ver todo su miembro, que dicho ya de paso era bastante grande a simple vista.

Pablo y mi hermano llevaban unos slips que hacían que sus vergas se vieran más proporcionadas de lo normal.

Alejandro y yo llevábamos unos bóxer azules, que disimulaban muy bien nuestras pijas paradas.

En un momento Alejandro se me acerca y pone su mano sobre mi bóxer y comienza a acariciarme de manera muy fogosa, lo cual me ponía a mil.

Unos segundo después, mi primo y el amigo de mi hermano comienzan a jugar tirándose agua por lo que mi hermano aprovecha y llega hacia nosotros y nos dice:

_ Si quieren, esta noche los cubro y pueden ir a coger a los alrededores de acá. Cuando todos estén durmiendo. Si alguien se despierta diré que fueron a caminar o algo así.

_ ¡Muchas gracias Tomy!_ le dije.

_ No es nada. Por vos haría cualquier cosa y eso lo sabes._ respondió

Por la tarde de ese día hicimos muchas cosas, jugamos al fútbol, pescamos algo, lo cual comimos por la noche.

Cuando entramos a la carpa nos dimos cuenta que tendríamos que dormir un poco apretados. Pero eso no era problema para Alejandro y para mí.

Todos se quedaron en ropa interior, ya que hacía algo de calor y nos decidimos a dormir, no sin antes hablar de sexo, estudio, futuros, y demás temas de conversación.

Una vez que mi primo y Pablo se durmieron Tomy nos dijo:

_ ¡¡Ahora!! Vayan y yo lo cubro.

_ Gracias_ dijimos los dos y nos fuimos hacia el lado derecho.

Mientras caminamos hacia un lugar algo despejado nos abrazábamos y besábamos como si fuéramos una pareja de recién casados que llegaba a su luna de miel.

Una vez que encontramos un sitio apropiado, Alejandro comenzó a quitarse la ropa hasta quedar totalmente desnudo frente a mí.

Yo hice lo mismo y me quedé totalmente desnudo frente a mi novio.

_ Ahora bésame._ me dijo.

_ Con todo gusto._ dije y me acerqué a él para darle un beso que veníamos postergando desde hace bastante tiempo.

_ Chupámela_ le dije.

Alejandro se arrodilló frente a mí y comenzó a mamarme la pija de una manera genial, con una mano agarraba mi pedazo de carne y con la otra jugaba con mi culo, tratando de introducir uno de sus dedos en él.

Nunca, desde que estoy con hombres, me penetraron. Me parecía algo demasiado importante como para que lo haga cualquiera y Alejandro no era cualquiera así que le dije: _ Quiero que me cojas Ale.

_ ¿Qué? No lo puedo creer, te decidiste. Me dijo riendo.

_ Si._ le dije.

_ Bueno, te cogeré pero antes quiero que hagamos un 69. Hace bastante que no tenemos sexo oral como Dios manda.

Sin esperar más nos dejamos llevar por nuestro impulso y nos dimos una buena mamada mutua.

Su pija sabía de una forma dulce y muy suave y sus pendejos me hacían cosquillas en la nariz.

En un momento, Alejandro, comenzó a chuparme el culo y trataba de introducir dos dedos en él.

Una vez que los dos dedos estuvieron adentro, trató de meter un tercero y fue ahí en donde me dolió un poco.

_ ¡Más despacio!_ le dije.

Una vez que mi orto estuvo lo suficientemente dilatado me puse en cuatro patas y deje mi orto a la vista de mi amante.

_ Si te duele avísame._ me dijo.

_ Está bien._ dije.

Con sus manos agarró mis caderas muy firmemente y de a poco introdujo todo su aparato dentro de mi agujero provocando en mí un grito de dolor que de a poco se transformaba en placer (aunque el dolor no desaparecía del todo).

_ Ahhaaaaaaa ¡Que lindo que se siente!_ decía yo casi gritando de placer.

Alejandro se movía muy rápido y eso nos hacía poner más calientes y duplicar nuestro gozo.

La pija de mi novio entraba y salía una y otra vez hasta que en una de esas envestidas no pudo más y acabó.

Su leche se dividía entre mi culo y mis entrañas.

Era una sensación nueva, distinta, de hecho era la primera vez que alguien me penetraba.

El dolor seguía en mi culo, pero Alejandro con sus mimos hacía que me olvidase de ello y pensara solo en el momento de gloria que habíamos vivido un instante atrás.

_ ¿Te gustó?_ me preguntó.

_ No te das idea como._ dije yo.

Ambos nos recostamos y miramos las estrella durante unos cuantos minutos y después de eso volvimos al campamento para que Tomás pueda dormir tranquilo.

Fuimos abrazados todo el camino y cuando queríamos nos besábamos de manera apasionada.

Caminamos despacio y cuando nos dimos cuenta ya estábamos en el campamento.

Entramos a la carpa y vimos que mi hermano estaba recostado pero con sus ojos abiertos y nos dijo:

_ ¿Todo bien?

_ Si, más que bien._ dijimos los dos a la vez.

_ Me alegro mucho por ustedes. Hasta mañana._ dijo y se hecho a dormir.

Alejandro se acostó a mi lado y en un momento me abrazó. Fue ahí cuando me di cuenta que mi vida sin él sería muy fea.

Fue esa noche en que ambos nos dimos cuenta que estábamos muy enamorados.

Capítulo 9

Esa noche soñé durante todo el tiempo con Alejandro y durante la mañana, como nos despertamos primero nos dimos un beso en la boca.

Una vez que todo estábamos despiertos fuimos a caminar por la orilla del río.

Cuando volvimos al campamento nos desvestimos y nos bañamos en el río.

Por la noche, como hacía mucho calor, decidimos que dormiríamos desnudos, pero para que a nadie le dé vergüenza nos desvestiríamos todos a la vez.

Así fue y todos al mismo tiempo nos sacamos toda la ropa que teníamos.

Eran cuatro cuerpos perfectos (como dije antes) y se me daba la oportunidad no dejaría pasarla, pero me frenaba el hecho de que uno era mi hermano y otro era mi primo, además de que debía guardar muy bien el secreto de mi homosexualidad.

A Tomás y a Alejandro ya los había visto desnudos, pero no así a mi primo Nicolás y a Pablo. Los dos tenían unos cuerpos esculturales y que me hacían desmayar del deseo, pero sobre todo tenían algo que hacía que me quede como un bobo mirándolos sin despegar mis ojos un segundo de ellos.

Por fin entendía el sentimiento que Ale sentía por su hermano, porque yo lo estaba sintiendo por el mío y también por mi primo, y eso era algo que me generaba muchas dudas sobre lo que era correcto o incorrecto.

Mientras yo pensaba en todo esto ellos seguían hablando de muchas cosas a las que yo no les prestaba la más mínima atención.

Lo único que yo pensaba era la rara idea de cómo hacer para hacer que los cuatro machos que me rodeaban me hicieran gozar como un verdadero puto.

Nunca antes había deseado con tantas ganas que alguien me haga suyo. Yo tenía sexo por placer tanto corporal como espiritual, pero esta vez me sentía un verdadero puto y quería satisfacer esa necesidad.

En un momento mi hermano me miró y me guiñó un ojo como diciéndome que todo estaba bien. Pero para mí no era así, ya que no sabía como decirles que quería coger con todos ellos.

Me sentía muy culpable por mis pensamientos y quería olvidarme de ellos.

Unos minutos más tarde, Alejandro (mi salvador), dijo:

_ Bueno, no se ustedes, pero yo tengo muchísimo sueño, así que me dormiré.

_ Si, yo también me muero de sueño._ dijo Tomás.

No lo podía creer. Era como que los dos me leyeron el pensamiento.

Justo en el momento en que apoyé mi cabeza en el suelo Alejandro me miró y me guiñó un ojo y en voz muy baja me dijo: Mañana hablaremos.

Yo me dormí, pero siempre pensando en que Alejandro era la persona que más amaba en el mundo y en que él sabía todo sobre mí.

Capítulo 10

Era la última mañana de campamento y Alejandro me despertó con un beso en la mejilla y luego con un fogoso beso de lengua.

Yo me levanté rápido y le dije:

_ ¿Estás loco?

_ No te preocupes, todos están en el río._ me dijo riendo.

_ ¿De que querías hablarme?_ le pregunté.

_ Solo quería decirte que seas un poco más disimulado cuando miras a tu hermano, a tu primo y a Pablo, porque todos se dieron cuenta que los comías con las miradas.

_ ¿Y que dijeron?_ dije.

_ Nada, pero estuvieron a punto de decirlo.

_ ¡Que cagada me mandé!

_ La verdad sí. Pero parece que te salvaste. Mejor vayamos al río y disimulemos._ dijo.

Nos fuimos al río y los tres estaban metidos adentro y para mi sorpresa todos estaban desnudos.

Con Alejandro nos metimos (también desnudos) y comenzamos a jugar con el agua. Jugamos unas carreras y guerras de agua y otras tonterías, pero las palabras de Alejandro seguían en mi cabeza, muy firmes.

Una vez que salimos del río fuimos hacia la carpa decididos a comer algo.

Una vez adentro ninguno se cambiaba, ni siquiera Alejandro.

_ ¿Nos vestimos?_ dije.

_ ¿Para que?_ dijo mi primo.

_ Por que me da vergüenza._ dije sonrojado.

_ Anoche no te daba vergüenza mirarnos tanto._ dijo Pablo riendo.

_ Si, nos dimos cuenta que nos mirabas muy fijo, y sobre todo a tu hermano._ dijo Nico.

_ ¿De que están hablando?_ dije.

_ Ya nos dimos cuenta Lucas. Es más sabemos todo._ dijo Pablo.

De inmediato miré fijo a mi hermano y este me dijo: _ Te juro que yo no conté nada de nada.

_ ¿Y que es lo que saben?_ preguntó Alejandro.

_ Todo. Por ejemplo que vos eres el novio de mi primo, que la noche pasada tuvieron sexo en los alrededores, y muchas cosas más que no vale la pena contar ahora.

_ ¿Y como lo saben?_ pregunté muy sorprendido.

_ El tío Fabián me lo contó la noche anterior al campamento.

_ ¿No tenías una fiesta esa noche?_ preguntó mi hermano.

_ Si, una fiesta con él y con un peón muy lindo, se llama René._ dijo mi primo.

_ ¿Qué? ¡No lo puedo creer!_ dijo Alejandro_ Nos prometió no decir nada a nadie.

_ ¡Es una basura!_ dijo Tomás.

_ ¿Y Pablo como lo sabe?_ dije.

_ Los vi el otro día en las afueras del campamento. Me desperté y fui a mear, Tomás trató de no dejarme ir, pero le insistí y me dijo que vuelva enseguida. Cuando llegué al descampado los vi coger y me quedé mirando. Después volví al campamento y Tomy estaba durmiendo y lo desperté para que viera y creyera que volví enseguida._ dijo Pablo.

_ ¿Y porque no me dijiste nada de esto?_ le reprochó Tomás.

Pablo no contestó.

_ Bueno, terminemos con todo esto y vayamos al grano._ dijo mi primo.

_ Si, es verdad._ dijo Pablo y se frotó la verga._ Hace mucho tiempo que no tengo sexo y coger con otro hombre no me molestaría.

_ ¿Qué dicen?_ dijo Tomás.

_ ¡Que quiero cogerme a tu hermano!_ grito Pablo.

_ Y yo también._ agregó mi primo.

_ No puedo creer lo que escuchan mis oídos._ dijo mi hermano.

Yo pensaba lo mismo, pero a diferencia de mi hermano, quería hacerlo con mi primo y Pablo.

No tardé un segundo y le guiñé un ojo a Alejandro para que supiera mi decisión y sin esperar un segundo más me tiré encima de mi primo y le di un beso de lengua que lo dejó helado.

_ ¡No lo puedo creer!_ gritó mi hermano._¡Es tu primo!

_ Déjalo ser como el quiere._ le dijo Pablo y se tiró encima mío.

Pablo y Nico me tocaban todos los rincones de mi cuerpo caliente. Yo me moría del placer y eso que todavía no habíamos hecho nada.

Mientras tanto, mi novio entró en el juego y trató de darle un beso a mi hermano y este no se resistió, aunque seguía gritando que esto era una locura. Y lo era.

Yo estaba agarrado de la verga de Nico y del culo de Pablo y los dos me acariciaban sin parar por todo mi cuerpo.

En un momento Pablo bajó a mi pija y la beso muy suave, mientras yo agarraba su cabeza invitándolo a mamarla.

_ ¡Dale chupala toda, te va a gustar!_ le decía yo.

No lo dudo y se introdujo todo mi palo en su onda boca y lo mamaba de una manera increíble.

Mi primo mientras tanto me decía muchas groserías que me hacían volar de la excitación.

_ Quiero cogerte primo, quiero llenarte de leche, como al tío Fabián._ me dijo Nico.

_ Quiero sentir toda tu verga._ decía yo mientras trataba de llegar con mi boca a su pija enorme.

Pablo dejó de chupar y puso su verga al lado de la de Nico y me obligaron a chuparlas a las dos al mismo tiempo.

Mi boca estaba repleta de pura carne de hombre. Casi me atraganto pero me aguanté.

_ ¿Por qué no nos unimos?_ le dijo Alejandro a mi hermano._ Te va a gustar que te coja tu hermano. Te lo digo por experiencia.

Mi hermano no contestó y siguió chupando la pija de mi amante, pero unos minutos después los teníamos al lado nuestro besándonos a los tres.

_ ¡Que hermoso los dos hermanitos van a coger conmigo!_ grito Pablo.

_ Eso será si no lo hago yo primero._ dijo Nicolás.

Nicolás y Pablo sacaron sus vergas de mi boca y se besaron entre ellos. Mientras mi hermano me agarraba la pija como queriendo besarla y chuparla con amor de hermanos.

Y así fue, mi hermano se puso mi pija completa en toda su boca y me dio una chupada de lujo que me hacía volar por las nubes.

_ Chupaaaammeeeeelllaaaa hermooosssooo_ dije a Tomás.

Mi hermano se tragó toda mi leche unos segundos después y Alejandro me puso su verga en mi boca a mi e invitó a Pablo a que lo coja.

Pablo no se hizo tardar y abrió el culo de mi novio como si fuera un flor y le metió de una vez toda su enorme pija carnosa y peluda.

Alejandro gritó un poco y luego comenzó a moverse de un lado hacia el otro.

_ Primo, quiero cogerte ya._ le dijo Nico a Tomás.

_ Nunca me cogieron, no creo que me guste._ dijo él.

_ Eso lo veremos después de la culpada de hoy._ dijo mi primo riendo.

_ Pero que sea despacio._ se resignó mi hermano.

Lo que ocurría en ese campamento era una verdadera orgía y me estaba gustando mucho todo eso. Aunque sentía mucha culpa por ser uno mi hermano y el otro mi primo.

Después de que mi primo se cogiera a mi hermano, siguió mi novio y luego venía yo.

Cuando me tocó a mi, hicimos un hermoso trencito.

Mi primo me cogía a mi, yo a Pablo, Pablo a su amigo (o sea a mi hermano) y este último a Alejandro.

El placer era infinito y la sensación era increíble.

Todos gozábamos a más no poder y gritábamos y gemíamos con mucha fuerza.

Después de que mi primo acabó dentro de mi unos cuantos chorros de leche, se fue a coger a Alejandro y se dejó coger por Pablo, por lo tanto, quedábamos solo mi hermano y yo.

Sin dudarlo me dirigí a él y lo bese muy tierno y le agarré el culo y le dije:

_ ¿Me dejarías que te coja hermanito?

_ Me gustaría muchísimo.

_ Te tengo ganas desde la noche de pajas en casa._ agregué yo.

_ Y yo desde mucho antes._ confesó.

_ Entonces cojamos y ya, ¿No?_ dije y él se puso en cuatro patas.

Su culito era divino, y muy durito, suave y sin un solo vello. Muy lisito y paradito.

Mi pija se enterró en su orto y mientras yo sacaba y ponía, él se movía haciendo que los dos gozásemos mucho más.

_ Ahhhaaahahaaaha!!!_ decía mi hermano mientras era penetrado por mí.

Después de cojerlo por casi quince minutos acabé de manera sorprendente y llené su raja de mi leche espesa.

Mi hermano se pasó un dedo por el culo llenó de leche y sacó un poco y la probó.

_ ¡Que rico!_ dijo riendo.

_ Me alegro que te guste mi leche, hermano._dije.

Después de unos minutos todos estábamos tirados en el suelo y muy agotados. Hablamos mucho tiempo sobre nuestros gustos sexuales y demás detalles y aclaramos toda la confusa situación.

Luego nos dormimos, y como todo estaba aclarado abracé a Alejandro y nos dormimos muy apretaditos y juntos, ya sin tener miedo a que alguien nos descubra haciendo lo que nos dejaba felices.

Capítulo 11

Por la mañana siguiente nos despertamos y nos fuimos hacia el pueblo.

Cuando llegamos a nuestra casa nos bajamos de la camioneta de Nicolás y entramos a dejar las cosas.

Luego salimos a la vereda a saludar a mi primo y a Pablo, quienes se irían durante la tarde al campo a "trabajar" con mi tío Fabián y René.

Parecía que Nico y Pablo se habían gustado mucho la noche anterior y querían seguir probando sensaciones nuevas.

Nico y Pablo prometieron no decir nada a nuestros padres y guardar el secreto. Nosotros les creímos.

Como Alejandro se iría a Córdoba por la mañana siguiente Nico y Pablo lo saludaron muy cariñosamente y se fueron.

_ Nos vemos el año que viene._ le dijo Nico, ya que él vendría a estudiar a Córdoba durante el próximo año.

_ Bueno, te esperaré._ dijo Ale.

Una vez que entramos a la casa nos pusimos a ayudarle a armar el bolso a Alejandro.

No hablamos de la noche anterior, pero estaba seguro que a todos nos había gustado demasiado esa experiencia.

Esa misma noche, en mi habitación, cogimos mi hermano, Alejandro y yo a forma de despedida de Alejandro.

Fue distinto a la noche anterior. Mucho más suave y tierno.

Muchos besos y caricias y menos brutalidad. Mucho más sexo oral que cogidas.

La mañana siguiente Alejandro se fue a Córdoba y me dejo solo.

Muy pronto llegaría el momento de volver a la facultad y yo volvería a Córdoba, con la diferencia que esta vez mi primo se unirá al grupo y porque no una visita de vez en cuando de mi hermanito.

La pasaríamos muy bien entre Nacho (al cual extrañaba mucho), Alejandro, Nico y yo.

Pero faltaban unos meses para eso y en lo único que debía pensar ahora era en mi presente.

Debía pensar en mi hermano y los momentos de sexo desenfrenado que planeábamos tener durante lo que quedaban de vacaciones.

Pensaba en la relación entre Nico, Pablo, Fabián y René y en las orgías que debían estar haciendo, a las cuales pensábamos asistir mi hermano y yo y de esa manera guardar bajo siete llaves los secretos de todos nosotros.

Esos secretos que nunca me hubieses imaginado.

Esos secretos que de haberlos sabido antes hubiera aprovechado más.

Esos secretos de familia que me harían pasar unas vacaciones únicas e inolvidables.

Continuará...

Muchas gracias por enviarme sus sugerencias, de a poco las contestaré personalmente.

Les agradecería que me envíen ideas y críticas de mis relatos.

Mi mail es Lilipabone@hotmail.com , espero sus mensajes.

Muchas gracias de nuevo y nos vemos en "Los descubrimientos de Lucas 3"